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1 SEMINARIO: LIDERAZGO CON TRASCENDENCIA

I.A.C.y M Surco
DERROTANDO EL EGOISMO - Taller 3
CONTRASTE ENTRE EL AMOR Y EL EGOISMO
Rev.Fernando Olano Neyra
La persona egoísta piensa en sí misma en primer lugar,
en último lugar, y siempre. Esa actitud se manifiesta
con especial claridad en su conversación y su conducta,
de manera particular en su hogar, o sea, con sus
padres, hermanos o pareja. También puede revelarse en
la propia vida de trabajo y de relaciones
interpersonales. En resumen, el egoísmo es lo contrario
al amor.
Veamos las características del egoísmo y el amor:
Características del egoísmo: Impaciente, poco amable,
orgulloso, tacaño, desconsiderado, exigente, hostil,
busca su propio interés.
Características del amor: Sufrido, bueno, sincero,
generoso, humilde, cortés, confiado, bondadoso,
desinteresado, lo da todo.
El egoísmo es una actitud de la mente; y como el
amor, es un sentimiento. Ninguna de las dos puede
verse, pero ambas se demuestran mediante nuestras
acciones. El darse demasiada importancia a uno mismo
es cosa que se puede superar y puede ser reemplazada
por el amor; pero sólo con la ayuda de Dios. Para
decirlo con franqueza, no podrás vencer el egoísmo sin
el poder de Dios. Es tan difícil de dominar, que el
refrenarlo o someterlo nunca es algo automático ni
siquiera para los cristianos. Pero con la ayuda de Jesús
y Su Espíritu y a través de Su Palabra obtendremos la
victoria.

1. Enfrente y confiese como pecado todo


pensamiento o acción egoísta.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad” 1 Juan 1:9
Este primer paso es como una valla gigantesca; hay que
saltarla o nunca terminaremos la carrera. La persona
que pone excusas o trata de justificar su egoísmo será
esclavo de ese hábito para siempre. El decir: “así soy
yo” no ayudará, sino debemos enfrentarlo con realismo,
como pecado, para entrar en una libertad que nunca
has experimentado.

2. Pídale a Dios en oración que le quite este


terrible hábito y que llene su vida con el Espíritu
Santo.
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si
pedimos alguna cosa conforme a su
Voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en
cualquier cosa que le pidamos,
Sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos
hecho” 1 Juan 5:14-15
Este versículo nos dice que cada vez que le pidamos a
Dios algo que esté dentro de Su voluntad específica, Él
lo hará. Sabemos que es la voluntad de Dios el que
superemos nuestra tendencia natural hacia el egoísmo.
Por lo tanto, cuando le pidamos con sinceridad que
ahogue este hábito, podemos tener la seguridad de que
lo hará. Pero el pedírselo una sola vez, tal vez no sea
suficiente para suprimir una actitud tan arraigada. Hay
que ser persistentes.

3. Sustituya el egoísmo por un servicio generoso


a los demás.
“Someteos unos a otros en el temor de Dios” Efesios
5:21
Una prueba de una vida llena del Espíritu es un espíritu
sumiso. El egoísmo busca su propio interés, mientras
que una persona con espíritu sumiso procurará servir a
los demás. Cada vez que sea posible, trate de sustituir
todo pensamiento o acción egoísta por una conducta
considerada y generosa, dirigiendo su actitud hacia
fuera en vez de hacia adentro.

4. Practique el dar con generosidad


“Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que
hace tu derecha, para que sea
Tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto
te recompensará en público” Mateo 6:3-4
Las personas egoístas siempre tienen un problema a la
hora de dar, ya sea a Dios o a los hombres. Comience
por dar según sus posibilidades, ya que Dios no sólo lo
bendecirá a usted económicamente, como lo ha
prometido a los que lo honran con sus bienes, sino que
también se le irá haciendo cada vez más fácil el
contribuir para el bien de otra persona.

5. Dé amor cada día a su familia.


“Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el
vínculo perfecto” Col. 3:14
El egoísmo no desaparecerá por completo hasta que
usted haya aprendido a expresar amor. Tenga presente
que, así como el egoísmo produce más egoísmo, así el
amor genera más amor. Tome la resolución de que, con
la ayuda de Dios, se convertirá en un dador,
comenzando por su propia familia. Llene su hogar con
elogios, muestras de cortesía y amabilidad sin límites.
Eso enriquecerá su propia vida y creará una atmósfera
de amor que sorprenderá a aquellos que le rodean.
Tome la decisión hoy.

6. Apréndase de memoria
Filipenses 2:3-4 e incorpore esa verdad a su modo de
vida. “Nada hagáis por contienda o por vanagloria;
antes bien con humildad, estimando
cada uno a los demás como superiores a él mismo; no
mirando cada uno por lo suyo
propio, sino cada cual también por lo de los otros”.
El aprender de memoria estos versículos de la Escritura
y el repetirlos cada día en oración nos ayudará a
establecer una “conciencia de los demás” que desplace
nuestro antiguo patrón de conducta egoísta.

7. Entréguese a Dios para ayudar a los demás.


“Así también vosotros consideraos muertos al pecado,
pero vivos para Dios en
Cristo Jesús...” Rom 6:11
Las personas más felices del mundo son las que ayudan
a otras personas. Entréguese a servir a las criaturas
vivientes que Dios más ama: los seres humanos. Con
ese empeño no sólo le agradará a Dios, sino que
también ayudará a sostener a otras personas, y en ese
proceso adquirirá una sensación de realización personal
que no se puede obtener en ningún otro nivel.

8. Lea la Palabra de Dios todos los días.


Todos los cristianos se benefician de una lectura diaria y
constante de la Palabra de Dios. Todos necesitamos
tener en nuestra mente los pensamientos de Dios, y eso
sólo ocurrirá si llenamos nuestra mente con su Palabra,
la cual nos revela su modo de ver las cosas. Haga un
plan que contemple leer cuatro capítulos de la Biblia
cada día, por lo menos cinco días a la semana y su vida
será verdaderamente enriquecida

CONCLUSIÓN:
El reemplazar un hábito de toda una vida no es cosa
fácil; se necesita tiempo. Y no se sorprenda si dos
victorias van seguidas de una derrota. Pero cada vez
que detecte que los viejos hábitos de egocentrismo se
están infiltrando otra vez en su modo de vida, vuelva a
aplicar estos pasos para lograr la victoria sobre ellos.
Con la ayuda de Dios, cambiará su vida

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