You are on page 1of 3

Juan Sebastián Jiménez B.

Fundación Ideas para la Paz

Abril 1 de 2011

Drummond: los “Santos” de la locomotora minera.

En plena campaña presidencial en mayo de 2010, el actual presidente de Colombia, Juan


Manuel Santos, afirmó que en su eventual gobierno se enfocaría en impulsar cinco
locomotoras para jalonar la economía nacional, y llevar el desempleo en el país a cifras de
un solo dígito1. Entre las locomotoras apuntadas por el presidente –y una de las de mayor
importancia- se encuentra el sector minero.

Es apenas entendible porque el presidente Santos escogió el sector minero como una de sus
locomotoras: por mencionar solo el sector de explotación de carbón tenemos que Colombia
es el país en Latinoamérica con la mayor reserva de carbón certificada y es el quinto
exportador mundial de carbón térmico. Las estimaciones son que para este año, este sector
tendrá una producción que rondará el 55% del PIB minero del país.

Ahora, la multinacional estadounidense de carbón Drummond -ad portas de ser vendida en


una operación que se estima en $8000 millones dólares y que se quiere hacer fuera del país,
privando a la nación de los correspondientes impuestos de la operación-, es la segunda
empresa más grande de Colombia en el sector. Su producción asciende a las 42 millones de
toneladas métricas de carbón anuales, es decir, el 42% de la producción total en el país2. En
otras palabras, la Drummond es responsable de alrededor de una cuarta parte del PIB
minero del país, una cifra nada despreciable. Esta empresa es un actor protagónico de la
locomotora minera presidencial.

Lo preocupante de este escenario es que la Drummond no solo es protagonista por sus


alentadoras cifras de producción; tiene problemas jurídicos con la empresa suiza Glencore,
está de pelea con el Ministerio de Medio Ambiente por resoluciones que obligarían a la
empresa a implementar un sistema de cargue directo, tiene una deuda de U$ 80 millones
con la empresa Ferrocarriles del Norte de Colombia, FENOCO 3, pero lo más
ensombrecedor del panorama son sus constantes vinculaciones con financiación de grupos
1
SANTOS, Juan Manuel. Trabajaremos para que Colombia trabaje. Periódico El Tiempo. Mayo 16 de 2010.
En: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3967781
2
Cifras tomadas de: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=40417
3
Las “trifulcas” de la Drummond. Revista Dinero. Marzo 4 de 2011. En: http://www.dinero.com/edicion-
impresa/negocios/trifulcas-drummond_84787.aspx
paramilitares, investigaciones por complicidad y asesinato de sindicalistas, múltiples
señalamientos de víctimas de paramilitares y procesos judiciales tanto en Colombia como
en Estados Unidos.

Solo por mencionar unos ejemplos: En primer lugar, actualmente en una corte federal del
Distrito de Columbia en Estados Unidos, se lleva a cabo un proceso judicial en contra de la
empresa por colaborar con paramilitares en Colombia, donde se ha llamado a rendir
declaratoria al ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, a petición de las víctimas de
paramilitares en zonas aledañas a la operación de la empresa4. En segundo lugar, Jaime
Blanco Maya, funcionario de la Drummond está retenido y vinculado formalmente en la
investigación del asesinato de dos sindicalistas de la empresa en 2001, sindicado de ser el
autor intelectual del crimen con el aval del la empresa5. En tercer lugar, el ex jefe
paramilitar Libardo Duarte alias “Bam Bam”, declaró para una corte federal en Alabama
que trabajó para la empresa carbonífera y que fue testigo de cómo esta compañía financió el
asesinato de habitantes de la zona donde se pretendía que pasara el ferrocarril de la empresa
y que se negaban a vender sus tierras, estas tierras hoy pertenecen a la Drummond. Además
asegura que el presidente de la Drummond en Colombia, Augusto Jiménez, le ofreció a uno
de acusados de los crímenes, U$500000 para que desvincule a la empresa de estos crímenes
y a su vez, el acusado le ofreció a Duarte U$150000 para que guardara silencio6. Por
último, el ex jefe del DAS, Rafael García asegura haber asistido a una reunión donde
Augusto Jiménez le entregó al ex jefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo alias “Jorge 40” un
dinero para eliminar todo “obstáculo sindical”7.

Al anterior gobierno de Álvaro Uribe se le acusa de favorecer las operaciones de la empresa


al ordenar el establecimiento de una base militar en al área cercana a la empresa, para
proteger sus operaciones y de adjudicarle 17000 hectáreas de tierra para la expansión de su
actividad minera. Entre 2002 y 2010, nunca se escuchó al gobierno nacional pronunciarse o
siquiera hacer mención alguna referente a la delicada situación que presenta la Drummond.

El cambio de gobierno y el esfuerzo por empoderar las locomotoras de desarrollo del


presidente Santos, no trajo buenas noticias al país respecto al tema, todo lo contrario
parecería una mala noticia que el gobierno enfoque la mayoría de sus esfuerzos en
fortalecer el sector minero, obviando la delicada situación que presenta la compañía
responsable del 25% del PIB del sector. Siguiendo el ejemplo de su antecesor, el presidente
Santos no ha hecho referencia alguna al tema. La situación parece insignificante a los ojos

4
GÓMEZ MASERI, Sergio. EE.UU acepta inmunidad de Uribe pero abre la puerta para que testifique.
Periódico El Tiempo. Abril 1 de 2011. En: http://www.eltiempo.com/mundo/estados-unidos/ARTICULO-
WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-9102784.html
5
http://www.colectivodeabogados.org/Paramilitar-Jorge-40-declarara
6
http://www.elnuevoherald.com/2011/03/14/903091/ex-lider-paramilitar-compromete.html
7
Paramilitar Jorge 40 declarará mañana por el caso Drummond. Colectivo de abogados Jorge Alvear
Restrepo. Noviembre 10 de 2010. En: http://www.colectivodeabogados.org/Paramilitar-Jorge-40-declarara
del gobierno. Pareciera que la Drummond ostentara una reputación intachable, una unción
de santidad.

En días recientes el presidente Santos declaró, a raíz del secuestro de un grupo de


trabajadores de la petrolera Talismán en Vichada, que toda empresa que pague dinero a los
grupos ilegales se tendría que ir del país, que su inversión no era bienvenida en las arcas
colombianas. Drummond presenta un escenario mucho más nutrido que un simple pago de
dinero: colaboración, cooperación, complicidad criminal y múltiples escenarios más de
interacción con los paramilitares y sin embargo el silencio es sepulcral; ni el anterior
gobierno, ni el actual gobierno, ni las demás compañías mineras del país se pronuncian al
respecto. Malas noticias.

La coherencia exigiría que el presidente Santos por lo menos mencionara el tema. Es cierto
que la Drummond no ha sido condenada por ninguno de estos señalamientos, pero la
gravedad de estos se antoja suficiente para que el gobierno tome cartas en el asunto.

Al país no le queda otra opción que esperar y esperanzarse en la coherencia de su


gobernante, ¿pondrá el presidente la marcha de una de sus locomotoras y el jalonamiento
de la economía, por encima del clamor por justicia de víctimas, desplazados y
sobrevivientes? Nadie está diciendo que el presidente Santos tiene que expulsar a la
Drummond del país, pero exigir transparencia, justicia y alentar una investigación sobre los
hechos, no le vendría nada mal al país y si se haría justicia con las miles de víctimas.

Solo el tiempo dará una respuesta.

You might also like