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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES

Memorias del Seminario Nacional (Bogotá, 29 y 30/IV/2008) y los Seminarios Regionales Barrancabermeja,
16/X/2008; y, Riosucio – Chocó, 22 y 23/X/2008)

COMITÉ ORGANIZADOR
Centro de Investigación y Educación Popular - Cinep
Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo
Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo.
Organización Femenina Popular
Organización Indígena de Antioquia
Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato - Cocomacia

Con el apoyo de
Diakonia

Edición
Juan Carlos Morales González

Relatores(as)
María Camila Pinilla Herrera
Javier Lautaro Medina Bernal
Juan Carlos Morales González
Sergio Latorre Restrepo
Sergio Andrés Coronado Delgado

Ilustración de carátula
Carlos Cepeda

Diseño y diagramación
Marcela Vega. MªRcª!Pªjªritº. http://www.dosgallinas.blogspot.com

Impresión

Cinep
Carrera 5 No. 33 A – 08
Teléfono (57-1) 2456181
Correo: equipodesc@cinep.org.co
www.cinep.org.co

ISBN: 978-958-644-129-2

Impreso en Colombia - Printed in Colombia


2009
Contenido
Siglas 7

I.
PRESENTACIÓN 9

II. 
SEMINARIO NACIONAL “AGROCOMBUSTIBLES Y
DERECHO AL TERRITORIO” 11
INTRODUCCIÓN 11
1. PONENCIAS 12
1.1 CONTEXTO Y GEOPOLÍTICA DE LOS
AGROCOMBUSTIBLES: ALGUNAS CONSIDERACIONES 12
1.2 AGROCOMBUSTIBLES Y LEGISLACIÓN 17
1.3 AGROCOMBUSTIBLES Y MEDIO AMBIENTE 21
1.4 AGROCOMBUSTIBLES Y DERECHO
A LA TIERRA Y AL TERRITORIO 22
2. PRESENTACIÓN DE LOS
CONTEXTOS REGIONALES  26
2.1 MAGDALENA MEDIO 26
2.2 SUR DE BOLÍVAR 28
2.3 URABÁ 30
2.4 CHOCÓ 32
3. MESAS DE TRABAJO 35

III. 
SEMINARIO REGIONAL “MONOCULTIVOS Y
MEGAPROYECTOS DE LA AGROINDUSTRIA PARA
COMBUSTIBLES: 
una amenaza real y latente
para la autonomía alimentaria y el territorio” 37
INTRODUCCIÓN 37
1. PONENCIAS 38
1.1 GEOPOLÍTICA DE LOS AGROCOMBUSTIBLES
Y SU RELACIÓN CON EL HAMBRE EN EL PLANETA 38
AGC y hambre en el mundo 39
En Colombia 41
1.2 LA PALMA EN EL MAGDALENA MEDIO 43
El Magdalena Medio: una región con grandes riquezas,
recursos estratégicos y precario desarrollo 44
La palma y la producción de agrocombustibles 48
Respuestas de los panelistas 53
3. EXPERIENCIAS DE RESISTENCIA 55
3.1 DE LA ECONOMÍA CAMPESINA AL
MODELO AGROINDUSTRIAL 55
3.2 LA EXPERIENCIA DE LA ASOCIACIÓN DE
PRODUCTORES ALTERNATIVOS DE SIMITÍ 56
3.3 LA EXPERIENCIA DE LA FEDERACIÓN
AGROMINERA DEL SUR DE BOLÍVAR 58
3.4 LA RESISTENCIA SOCIAL EN CENTRO -
PUERTO WILCHES - YARIMA 59
3.5 LLENANDO TANQUES, VACIANDO TERRITORIOS 60
4. MESAS DE TRABAJO 61

IV. 
SEMINARIO REGIONAL:
“LOS AGROCOMBUSTIBLES COMO AMENAZA AL
DERECHO A LA TIERRA Y EL TERRITORIO EN EL
CHOCÓ” 67
INTRODUCCIÓN 67
1. PONENCIA 68
LA CONSULTA PREVIA Y LOS AGC 68
2. CONTEXTUALIZACIÓN DE LA DINÁMICA DE
LOS AGC EN LA REGIÓN Y LAS EXPERIENCIAS DE RESISTENCIA  71
2.2 LOS AGC A PARTIR DE LA PALMA.
¿MODELO DE DESARROLLO O MODELO DE EXCLUSIÓN? 71
2.2 TERRITORIO COLECTIVO Y AGC  73
3. MESAS DE TRABAJO 75

V.
REFLEXIONES FINALES 81
Siglas

AGC: Agrocombustibles
ASCOBA: Asociación de Consejos Comunitarios y
Organizaciones del Bajo Atrato
ASPROAS: Asociación de Productores Alternativos de
Simití
BID: Banco Interamericano de Desarrollo
BM: Banco Mundial
CINEP: Centro de Investigación y Educación Popular
COCOMACIA: Consejo Comunitario Mayor de la
Asociación Campesina Integral del Atrato
ETNs: Empresas Transnacionales
FEDEPALMA: Federación Nacional de Cultivadores de
Palma de Aceite
FMI: Fondo Monetario Internacional
FINAGRO: Fondo para el Financiamiento del Sector
Agropecuario
IIRSA: Iniciativa para la Integración de la
Infraestructura Regional Suramericana
OFP: Organización Femenina Popular
OIA: Organización Indígena de Antioquia
FAO: Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación
OCDE: Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico
PCDHDD: Plataforma Colombiana de Derechos
Humanos, Democracia y Desarrollo
PIDHDD: Plataforma Interamericana de Derechos
Humanos, Democracia y Desarrollo
PNB: Producto Nacional Bruto
PDPMM: Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena
Medio
I.
PRESENTACIÓN

Diakonia es una agencia de cooperación sueca que parte del principio que la demo-
cratización, el respeto creciente de los derechos humanos y la justicia económica deben ir
juntos para construir una base para el desarrollo social sostenible. Junto con sus copartes ha
llegado a la conclusión de que la pobreza, la opresión y la violencia tienen como causa prin-
cipal la carencia de una democracia efectiva y la falta de respeto por los derechos humanos.
Durante años, Diakonia ha mantenido un equipo de trabajo que apoya el desarrollo del
programa en Colombia, actuando conjuntamente a través de sus organizaciones copartes y
manteniendo los siguientes ejes temáticos: 1. Democratización y desarrollo local; 2. Equi-
dad de Género; 3. Derechos Humanos; 4. Justicia Económica y Social y 5. Paz y Manejo de
Conflictos. Desde Diakonia se apoyan iniciativas que relacionan su accionar en estas áreas
y a su vez contribuyen en la construcción de una Colombia mejor. Las organizaciones so-
ciales y de derechos humanos y las iniciativas de paz tienen importantes retos para ayudar
a crear mejores herramientas de análisis para la superación de conflictos, crear alianzas y
fomentar la justicia social en el entendimiento de que todos los hombres y todas las mujeres
son sujetos de derechos.
Para Diakonía, las actividades que promueven el respeto de los derechos humanos y la
justicia con equidad son de relevante importancia cuando se trata de apoyar el trabajo de
nuestras contrapartes. Así mismo, impulsamos procesos conjuntos entre nuestras contra-
partes de manera que los esfuerzos que se hacen en un tema o en un territorio confluyan
y redunden en mayores beneficios para las comunidades cuyos derechos son vulnerados.
Desde el 2007 varias de nuestras copartes se juntaron para llevar a cabo un proceso de
reflexión acerca de las resistencias de las comunidades para mantenerse en su tierra y en su
territorio. Se hicieron varios intercambios y en octubre de 2007 se realizó el evento “Terri-
torio: vida y esperanza de los pueblos. Encuentro de exigibilidad y resistencia del derecho al
territorio” del cual surgieron valiosas experiencias que mostraron cómo las comunidades se
enfrentan a diferentes amenazas y dificultades pero mantienen sus procesos organizativos
con el fin de no dejarse expulsar de su territorio.
Continuando con estas reflexiones alrededor del territorio, surgió un tema en particular
que tiene que ver con la producción de los agrocombustibles y su incidencia sobre los terri-
torios. De este modo, en coordinación con el Centro de Investigación y Educación Popular
–Cinep-, la Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, la
Organización Femenina Popular –OFP-, la Organización Indígena de Antioquia –OIA- y
el Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato –Cocoma-
cia-, con el apoyo de Diakonia, organizaron encuentros y seminarios sobre el derecho al
territorio y agrocombustibles, en los que participaron personas de comunidades principal-
mente afectadas por la producción de agrocombustibles, por efectos directos o indirectos.
La producción de los agrocombustibles tiene varias caras que hay que analizar de con-
junto. Especialmente para las grandes potencias y empresas representa una buena alternati-
va para producir etanol desde fuentes vegetales, pero vale la pena preguntarse: ¿qué sucede
con aquellas personas y comunidades que tienen que acoger y a veces permitir, casi que
de manera obligada, el proceso de producción? ¿Cuáles son los impactos reales sobre el
territorio al producir agrocombustibles? ¿Qué procedimientos siguen las grandes empresas
productoras en relación con las comunidades?
Las presentes memorias recogen la dinámica de esos encuentros. Esperamos que el
presente documento “Derecho al territorio y Agrocombustibles”, logren transmitir con el
mismo nivel de análisis, el conocimiento, las reflexiones y conclusiones alrededor de la pro-
blemática de la producción de agrocombustibles en el territorio colombiano que ha sido
abordada por nuestras copartes.
Sabemos que el proceso no termina aquí y es nuestra intención proponer un camino
para recorrer buscando que la justicia social sea una realidad en Colombia, sea cual sea el
tema y el escenario en que se mueven los defensores y las defensoras de los derechos huma-
nos a quienes apoyamos desde nuestro programa.

Karin Adriana Rodríguez Rodríguez


Oficial de Programa
Diakonia - Colombia

10
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
II.
SEMINARIO NACIONAL
“AGROCOMBUSTIBLES
Y DERECHO AL
TERRITORIO”
Realizado el 29 y 30/IV/2008, en Bogotá.

INTRODUCCIÓN

El evento tuvo como objetivo general ser el primer paso en la construcción de un pro-
ceso itinerante que permitiera reflexionar sobre el derecho al territorio y los impactos que
sobre éste tiene la producción de los agrocombustibles (AGC) en nuestro país.
La actual coyuntura política, social y económica, obliga a debatir no sólo sobre el con-
texto que le es favorable a los AGC, sino también conocer y amplificar las voces de las co-
munidades identificando las formas como esta dinámica vulnera su derecho al territorio.
• En términos generales, los objetivos planteados para dicho proceso fueron:
• Divulgar el contexto geopolítico y la significación de la producción de los AGC.
• Reconocer las consecuencias o efectos que esta producción ha tenido dentro de
las comunidades rurales, relacionadas, especialmente, con el derecho al territorio.
• Identificar daños sociales y ambientales producto de esta dinámica.
• Promover escenarios de incidencia a nivel nacional e internacional, con actores y
grupos de influencia que se encuentren interesados en el tema y que puedan ade-
lantar acciones de exigibilidad del derecho al territorio.
Con base en estos objetivos, el Seminario Nacional logró la participación de institucio-
nes y organizaciones consideradas importantes para la incidencia nacional e internacional,
respecto a los temas tratados en el evento. Organizaciones No Gubernamentales, centros de
estudio como la Universidad Nacional y la Universidad Javeriana, organizaciones de base
campesinas, indígenas y afrocolombianas, y representantes de diferentes agencias de los
organismos de Naciones Unidas.
Cabe señalar que este sirvió también para la preparación de dos encuentros regionales
que posteriormente se realizaron en la ciudad de Barrancabermeja (Departamento de San-
tander) y el municipio de Riosucio (departamento del Chocó). En ellos se trazó un mapeo
de la dinámica regional de los AGC, se identificaron las formas como los AGC están vulne-
rando el derecho al territorio de las comunidades rurales, se precisaron cuáles fueron o son
las estrategias empleadas para el impulso/imposición de los AGC en la región, y se trató de
identificar la manera como tal problemática vulnera los derechos de la mujer.
A continuación, en un primer momento, se presentará el resumen de las exposiciones
brindadas a los asistentes al Seminario por expertos en el tema.
Luego mostraremos las principales ideas recogidas en las presentaciones de los contex-
tos regionales frente a la problemática de los AGC, las cuales fueron hechas por los repre-
sentantes de los procesos sociales invitados al evento.

1. PONENCIAS
1.1 CONTEXTO Y GEOPOLÍTICA DE LOS AGROCOMBUSTIBLES:
ALGUNAS CONSIDERACIONES1

No cabe duda que en la coyuntura actual existe un


Aun cuando se puede producir de la
modificación química del etileno, el
“boom” en la producción de los AGC. Esto es perfecta-
etanol es generado principalmente mente evidente si tenemos en cuenta que la generación
a partir de fuentes vegetales del agroetanol y del agrodiesel, se ha venido acelerando
con altos contenidos de almidón en los últimos años.
(cereales, tubérculos y caña de
azúcar, por ejemplo). A grandes rasgos, podrían identificarse al menos sie-
Por el contrario, la fuente te razones por las cuales la dinámica de los AGC se ha
tradicional del diesel es el petróleo,
visto favorecida tanto en el contexto colombiano como
aunque cada vez más se elabora
con base en materia prima vegetal en el internacional:
(palma de aceite, higuerilla, • La imposición de los AGC sigue una lógica de
jatropha)
fuerza no sólo en Colombia sino en todos los lugares en
1  Presentada por: Juan Carlos Morales González. Campaña Nacional por el Derecho a la Alimentación - PCD-
HDD. 29/IV/2008. Si se desea conocer la información base y fuentes utilizadas por el autor en su presentación,
comunicarse con él al siguiente correo electrónico: porderechoalimentacion@gmail.com

12
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
los cuales se ha implementado su producción. En ese sentido, entre quienes contro-
lan el proceso cabe resaltar: el poder corporativo, las grandes potencias y los agentes
locales (que pueden ser legales e ilegales, incluyendo los gobiernos y, en algunos
casos, sectores criminales). Éstos, en conjunto, y en el contexto de la dinámica de
los AGC, comparten intereses similares y suelen reproducir estrategias de fuerza
parecidas.
• El buen precio (en términos competitivos) que tienen en el mercado internacional
a raíz de los incrementos abismales en el precio del petróleo en 2007 y 2008. Esto
hace que, aparentemente, sean una mejor opción que los combustibles de origen
fósil.
• Es importante tener en cuenta que esta situación puede darse tan sólo de momen-
to, ya que quienes de alguna manera manejan el flujo financiero, el mercado y los
precios del crudo siguen siendo los mismos actores que potencian la producción de
los AGC. Además, una vez los precios del petróleo vuelvan a disminuir, la genera-
ción de AGC se volverá económicamente más riesgosa y sus costos productivos, a
no ser por fuertes e injustos subsidios, pueden superar a los incurridos en la búsque-
da, explotación y consumo de los combustibles fósiles.
• Los AGC representan una prioridad estratégica para las grandes potencias. Te-
niendo en cuenta que la mayor parte de los AGC están siendo destinados al sector
transporte, para los países del primer mundo el ahorro generado con la reducción
del consumo de combustibles fósiles en el sector trae aparejado la preservación
de reservas mínimas de carburantes derivados del petróleo, fundamentales para la
movilización y sostenimiento de la maquinaria militar.
• El fomento e imposición de los AGC son un componente fundamental de los pa-
quetes de reforma estructural. En efecto, en los países en desarrollo la imposición
de los AGC va de la mano con la implementación de medidas políticas y econó-
micas favorables a la globalización neoliberal. No en vano organismos financieros
internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial
(BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por sólo mencionar algunos,
vienen condicionando sus proyectos de “apoyo” y sus empréstitos, a que los países
del tercer mundo dispongan a favor de los AGC sus economías, territorios, recursos
y gentes.
• La dinámica de los AGC es una actividad notoriamente subsidiada cuya rentabili-
dad es forzosamente favorecida: bajas cargas impositivas sobre el sector; transfor-
mación de leyes internas para favorecer el negocio; inmisericorde explotación de
recursos naturales, de mano de obra, de territorios, etc.
• Los AGC aún generan poco rechazo a consecuencia del manejo mediático de sus
supuestas “ventajas” debido a que los grandes medios de comunicación se encuen-

13
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
tran fuertemente asociados con aquellos sectores que impulsan la producción de
los AGC.
• Es una actividad estratégica para el poder corporativo al impulsarla, controlarla, de-
terminarla, imponerla y lucrarse con ella.
Contextualizando, en la actividad de los AGC es posible identificar una serie de agentes
que, como “núcleo impulsor”, son los encargados de controlar los hilos de esta producción a
nivel mundial. Dicho núcleo está integrado específicamente por los grupos de capital trans-
nacional que dominan o son dueños de empresas del sector energético, del sector agroin-
dustrial, del sector automotriz y del biotecnológico. Acompañando su intención también es
posible identificar a otros agentes que obran como “núcleo de presión” (medios de comu-
nicación, la mayoría de los ámbitos académicos y los organismos financieros internaciona-
les) y cuya función es promocionar, justificar e imponer, en el escenario mundial y en los
ámbitos locales, los intereses e inversiones de quienes controlan la dinámica de los AGC.
Con el ánimo de denotar los efectos e impactos reales que tiene la producción de AGC
en nuestras regiones, es necesario desmitificar varios de los argumentos que dan cuenta de
sus aparentes beneficios y que, obviamente, han ayudado a impulsar tal dinámica a lo largo
y ancho del planeta. Entre esas tenemos:
• “Que los AGC son energéticamente más rentables que los combustibles fó-
siles”. No obstante, muchos estudios realizados por expertos y científicos han
reconocido que la dinámica de los AGC no logrará suplir la demanda energética
mundial. Valga como ejemplo señalar que el 60% de los combustibles derivados
del petróleo se destinan al sector del transporte y, para el 2030, los AGC apenas
podrían suplir el 8% de la demanda energética de ese sector.2
• Adicionalmente, el balance energético de los AGC es negativo; es decir, la cantidad
de energía que se requiere durante el proceso de elaboración de los AGC es mucho
mayor que la propia energía liberada con el consumo de éstos, lo cual tiene unos
altos costos para el medio ambiente en la medida que termina consumiéndose más
combustible o productos derivados del petróleo.
• “Que los AGC son “limpios” y protegen el medio ambiente”. Sin embargo, la
producción de AGC es terriblemente destructora del medio ambiente. Entre las
múltiples consecuencias que trae se encuentran la compactación y erosión del sue-
lo; daños irreversibles en ecosistemas vinculados y en la biodiversidad; altos consu-
mos de agua; eutrofización (acumulación de residuos nitrogenados que terminan
alterando los suelos y, en consecuencia, los ecosistemas); expulsión de grandes can-
tidades de ozono y carbonilos (éstos últimos con alto potencial cancerígeno).
2  Citada en: Biofuelwatch. Biofuels Threaten to Accelerate Global Warming. Biofuelwatch UK. April 2007.
En: www.biofuelwatch.or.uk [Consulta: 24/V/07]

14
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
• “Que los AGC son fundamentales para revertir el cambio climático”. Este
argumento, comúnmente expresado a favor de los AGC, olvida de que el cambio
climático es una consecuencia del actual estilo de vida, del modelo de desarrollo
imperante y del consumismo principalmente del primer mundo. Las emisiones re-
gionales de CO2 indican que los 30 países que componen la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico – OCDE (que agrupa a los países más ri-
cos del planeta), junto con China, Asia y la antigua Unión Soviética, son los princi-
pales emisores de dicho contaminante. Los países que no siguen los mismos ritmos
de adherencia al modelo de desarrollo imperante son sólo responsables del 16% de
las emisiones del CO2 planetario.
Adicionalmente, no existe evidencia seria o reconocida de que la dinámica de los
AGC pueda al menos detener el cambio climático. Ocurre todo lo contrario ya que
hay una alta deforestación; quema y sustitución de floras locales; incremento en la
emisión de gases con efecto invernadero por la combustión de energía fósil utiliza-
da en el proceso productivo, transporte y distribución de los AGC; liberación de
CO2 por deterioro del suelo (en la medida en que el suelo ya no es capaz de rete-
nerlo); y liberación de oxido nitroso, entre otros efectos negativos.
• “Que los AGC impulsan el desarrollo rural”. Empero, no existe un solo caso en
el mundo en desarrollo en el que la dinámica de los AGC no esté acompañada por
la violación de derechos humanos, la pérdida masiva de tierras (incluso a través
de la violencia como en el caso de Colombia, Brasil y Paraguay), la cada vez ma-
yor concentración de la tierra en pocas manos, el desplazamiento y marginalización
del campesinado y demás poblaciones rurales, y la exigua generación de fuentes
de trabajo. Todos estos aspectos contrarios a lo que debería ser un desarrollo rural
respetuoso del medio ambiente y del ser humano.
Otro asunto a resaltar es que a pesar de que en el caso colombiano los ministros
de Agricultura y de Minas y Energía insisten en que esta dinámica es generadora
de empleo, varios estudios sobre experiencias similares de países del tercer mun-
do han demostrado que la agricultura familiar genera más fuentes de trabajo que
las actividades/producciones agrícolas relacionadas con los AGC (ver Tabla No. 1
página 16).

15
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
Tabla No. 1. Puestos generados por cada 100 hectáreas por di-
ferentes tipos de actividades rurales productivas3.

PUESTOS CREADOS (por cada 100


TIPO DE PRODUCCIÓN
Hectáreas de cultivo)
Agricultura familiar 35
Palma aceitera 10
Caña de azúcar 10
Soya 2

• “Que la materia prima que permite la fabricación de AGC es sostenible y re-
novable”. Con este argumento, de nuevo, se deja ver la dinámica de los AGC como
un proceso.
En realidad, la producción de AGC afecta gravemente las condiciones naturales
que permiten que los propios insumos base para su generación sean “sostenibles
y renovables”. Así, por sólo citar un ejemplo, existe sobre-utilización y contamina-
ción de las fuentes hídricas y del suelo, agotando su contenido mineral y su riqueza
microscópica.
• “Que la producción de AGC no se relaciona con la violación de los derechos
humanos”. Sin embargo, no existe un solo país del tercer mundo en donde esta
dinámica no haya sido acompañada o se acompañe de la violación de muchos de
los derechos humanos: derecho a la propiedad, al territorio (como ocurre con el
desplazamiento forzado), derechos laborales (pagos exiguos, se propicia el endeu-
damiento familiar, se instauran condiciones de trabajo esclavo, perdida de garantías
prestacionales, cooperativismo desequilibrante), derecho a la salud, a la cultura, a
un ambiente sano y al uso autónomo y soberano de los recursos naturales.
• “Que los AGC de «segunda generación» tienen grandes potencialidades y
comparten las virtudes de los de primera generación”. Algunas de las grandes
compañías están trabajando alrededor de la transformación genética de microor-
ganismos que puedan llegar a modificar rápidamente la madera en AGC. Detrás de
estos AGC de segunda generación (con base en madera, desechos vegetales, algas,
etc.) habrá una rápida pérdida de la biomasa y la extinción de buena parte de las
especies del planeta. Esto significaría daños profundos en el destino de los ciclos
evolutivos naturales, poniendo en entredicho la supervivencia del planeta.

3  Tabla de elaboración propia con base en: Holtz-Gimenez. Cinco mitos sobre agrocombustibles. En: Le
Monde Diplomatique. Edición Colombia. Bogotá. Junio 2007. pp: 14-16; y, Biofuelwatch, et al. Agrofuels.
Towards a Reality Check in Nine Key Areas. UK. June 2007. Documento en PDF disponible en: http://
www.biofuelwatch.org.uk/docs/agrofuels_reality_check.pdf.

16
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
• “Que los AGC no causan hambre” Como ha sido evidente en todo el planeta, al
ser los AGC producidos principalmente a partir de alimentos, los precios del arroz,
el maíz, el trigo y la soya, han alcanzado tan altos niveles que en varios países han
estallado verdaderas crisis alimentarias que se han acompañado, en no pocas oca-
siones, de terribles convulsiones sociales.
Esta situación significa que para el año 2025 el número de hambrientos superará
los 1.200 millones de personas, es decir, la cifra de hambrientos se incrementará en
un 50 % respecto a los valores registrados para la realidad actual.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que en Colombia el crecimiento del ritmo de
importación de alimentos la han hecho un país dependiente en el tema alimentario,
la dinámica de los AGC no hará más que agravar semejante situación con los conse-
cuentes impactos sobre la seguridad, autonomías y soberanía alimentaria del país.
Cabe finalmente concluir recordando que la dinámica de los AGC obedece a una ló-
gica de fuerza que beneficia a sólo un puñado de actores, y que las consecuencias sobre la
mayoría de la humanidad y el planeta mismo son predeciblemente muy malas. En ese sen-
tido, es importante que todas las personas, especialmente las que habitan las áreas rurales,
conozcan más sobre las amenazas acá resumidas y sepan articular estrategias y esfuerzos
mancomunados que les permitan no sucumbir al hambre, la miseria y la destrucción que
vienen de la mano con los AGC.

1.2 AGROCOMBUSTIBLES Y LEGISLACIÓN4

El Grupo Semillas es una organización ambientalista que viene estudiando el tema de


los AGC durante el último año, principalmente identificando las formas en las cuales este
negocio logra sostenerse y los compromisos que el Gobierno colombiano ha adquirido
(mediante, por ejemplo, los cambios de normatividad que ha realizado en beneficio de las
compañías que promueven y se lucran con los AGC) para incentivar el cultivo de sus insu-
mos, producción y consumo.
El fomento de la producción de AGC por parte del Gobierno es claro y abierto como
parte del modelo de desarrollo que se tiene planeado para Colombia. Esto lo demuestran
los planteamientos del Ministerio de Agricultura de convertir a Colombia en “potencia” en
AGC. Pero, ¿realmente tendría posibilidad de ser competitiva al lado de países como Brasil,
en donde el costo de producción de AGC, particularmente agroetanol, es menor?
Una situación similar se presenta para el agrodiesel en Colombia. En nuestro país el
costo de producción de este AGC puede alcanzar hasta 70 dólares por barril. Los costos de

4  Presentada por: Paula Álvarez Roa. Grupo Semillas. 29/IV/2008. Si se desea conocer la información base y
fuentes utilizadas por la autora en su presentación, comunicarse con ella al siguiente correo electrónico: paula@
semillas.org.co

17
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
Brasil es considerado el principal producción del aceite de palma en Colombia
productor de agroetanol a nivel son 110 % superiores a los de Indonesia y 37 %
internacional, debido a que sus costos más que los de Malasia. Siendo estos países los
de producción son bajos y ha logrado
generar mayor eficiencia. En Colombia
principales productores del aceite de palma,
por el contrario, los costos de producción queda entonces la duda de cómo puede seguir
son bastante altos (más que en Brasil y insistiéndose en que Colombia será competiti-
EEUU), principalmente debido a factores va internacionalmente en el mercado de AGC.
productivos como la tierra, haciendo
que el etanol de origen colombiano sea La idea de utilizar los agrocombustibles
un producto poco competitivo a nivel como fuente energética surge, entre otras cosas,
internacional. a partir de una situación específica en EEUU.
En Colombia Las principales áreas
proyectadas para la producción de Cuando en este país, hacia el año 2002, no se
agroetanol a partir de la caña de sabía cómo utilizar los excedentes de maíz, se
azúcar abarcan amplias regiones de tomó la decisión de destinarlos a la producción
los departamentos del Valle del Cauca, de agroetanol. Este podría identificarse como
Cauca, Caldas y Risaralda. A partir
de la caña de panela, las regiones de
uno de los momentos clave más recientes en
Antioquia, Santander, Boyacá, Quindío, los cuales se promueve la producción de AGC.
Tolima y el Meta. Y a partir de la yuca,
La experiencia de los EEUU disparó un
regiones de Bolívar, Córdoba, Sucre y el
Meta. aumento en la demanda de maíz para la pro-
ducción de agroetanol y, en consecuencia, la
especulación en la bolsa de valores y el costo
excesivo del producto en el mercado. Tal situa-
ción ha generando impactos en la disponibilidad y acceso, especialmente para los países del
sur del continente en los cuales este cereal hace parte de la base dietaria de sus individuos
y poblaciones.
A nivel internacional, el negocio de los AGC recibe grandes apoyos por parte del Estado
para poder hacerlo sostenible. Se da principalmente a través de subsidios que garantizan
la rentabilidad del negocio, pero también a través de reformas normativas que obligan al
consumo de los AGC. En Colombia actualmente por norma se obliga a los consumidores a
utilizar una mezcla de combustibles fósiles con 5% de agrodiesel y 10% de agroetanol. Para
el año 2010 se pretende aumentar la cifra de agrodiesel a un 10%.
Un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo reconoce esta ayuda por
parte de los gobiernos y admite que sin ellas muy pocos de los proyectos de AGC serían
viables económicamente, ya que involucran elevados costos de producción, excesivas sub-
venciones y conllevan altos costos ambientales y sociales (deforestación, alza de los precios
de los alimentos, desplazamientos y cambio en el uso de la tierra).
Colombia, precisamente, es un caso muy representativo respecto a esta situación, ya
que cinco ingenios azucareros que producen agroetanol reciben anualmente por parte del
Gobierno Nacional alrededor de 120 millones de dólares en subsidios, los cuales se ven

18
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
representados de distintas maneras siendo una de ellas la declaración de zonas francas que
permite eliminar los costos de impuestos para los beneficiados.
La estrecha relación que existe entre el gobierno y el sector empresarial de la agroin-
dustria explica la rentabilidad del negocio de los AGC en Colombia, gracias a los múltiples
beneficios que reciben los grandes empresarios que lo controlan. Es el caso de Ardila Lulle
y su grupo económico, quienes se encargan de la producción de etanol y son dueños de los
ingenios azucareros Incauca y Providencia y, accionariamente de otros más; o el caso de
Carlos Murgas, quien fuera Ministro de Agricultura durante el gobierno de Andrés Pastra-
na, quien es considerado un “zar” en el negocio de la palma aceitera. Esta histórica relación
entre el Gobierno Nacional y el sector empresarial ha permitido incluso que estos últimos
determinen la construcción de las normas legales en su beneficio.
Resulta falso el argumento del Gobierno sobre las posibilidades que tienen los cam-
pesinos de generar ingresos si participan en el negocio de los AGC. Esto debido a que son
cultivos de tardío rendimiento que no dan posibilidad de rentabilidad a los pequeños pro-
ductores, quienes no tienen las facilidades económicas para esperar por largo tiempo las
ganancias que se supone da los AGC. Así, mantener el cultivo en buen estado significa un
continuo endeudamiento para los campesinos.
Otro de los factores que ha ayudado a garantizar la rentabilidad del negocio de los AGC
ha sido el uso de la violencia. Esta ha sido ejercida de distintas maneras, tanto de tipo arma-
do y/o con el uso del desplazamiento forzado (especialmente en la zona del Chocó)5, como
coaccionando a las poblaciones para convertirlos en “pequeños empresarios” del negocio, o
con engaños legales que obligan a los campesinos a vender sus tierras.
Respecto a la normativa general que en este momento favorece la producción de AGC,
tenemos: la Ley 693/01 por la cual se dictan  sobre el uso de alcoholes carburantes, se crean
estímulos para su producción, comercialización y consumo; la Ley 788/02 por la cual se
expiden normas en materia tributaria y penal del orden nacional; la Resolución 180687 de
2003 del Ministerio de Minas y Energía que reglamenta la producción, acopio, distribución
y puntos de mezcla de los alcoholes carburantes y su uso en los combustibles nacionales e
importados; la Ley 939/04 por medio de la cual se estimula la producción y comercializa-
ción de biocombustibles de origen vegetal o animal para uso en Motores diesel; la Resolu-
ción 351/05 del Ministerio de Agricultura por medio de la cual se reglamentan los proce-
dimientos para la inscripción y registro de los nuevos cultivos de tardío rendimiento, con
miras la exención sobre la renta tributaria; la Resolución 1289/05 por medio de la cual se
establecieron los requisitos de calidad técnica y ambiental de los biocombustibles para uso

5  A finales del año pasado, 23 empresas palmicultoras fueron investigadas por la fiscalía por usurpación de
tierras y desplazamiento de comunidades.

19
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
en motores diesel, así como de sus mezclas con el diesel (ACPM) de origen fósil y el hoy
derogado Estatuto de Desarrollo Rural6.
Este último representaba el marco institucional para adecuar el campo colombiano al
plan agro-exportador de cultivos de tardío rendimiento. No brindaba una política agraria
integral y por el contrario agudizaba el problema de la tierra y de los derechos territoriales
de las comunidades, atentando contra la soberanía alimentaria y priorizando la entrega de
tierras a grandes inversionistas en el negocio de los AGC.
La estrategia de favorecimiento a los AGC también se oficializó con el Plan Nacional de
Desarrollo 2006-2010, con la Ley 1133 de 2007 sobre “Agro Ingreso Seguro” y en el docu-
mento Visión Colombia 2019, en el cual se proyectó sembrar para esa fecha 4 millones de
hectáreas de AGC además de crear todas las condiciones necesarias para garantizar, por lo
menos, el consumo interno de los mismos.
Son evidentes las incongruencias en los argumentos del Gobierno respecto a los AGC,
pues parte de lo que se presenta carece de estudios rigurosos sobre la viabilidad de esta
producción en nuestro país. Un ejemplo es el CONPES 1035 de este año.
En un primer momento este documento reconoce la falta de rentabilidad y competiti-
vidad de los AGC en Colombia, pero al mismo tiempo afirma que se producirán AGC cer-
tificados desconociendo que los monocultivos son insostenibles ambientalmente y que en
el país, con tantas violaciones de derechos humanos a las comunidades, es imposible hablar
de AGC certificados. Además, el documento CONPES es un soporte político y normativo
que se expidió antes del estudio ambiental que estaba realizando el Ministerio de Ambien-
te, lo cual hace pensar que estas consideraciones fueron desconocidas y se evidencia en que
los dos documentos no tienen relación alguna.7
El fomento de los AGC en Colombia, como de cualquier megaproyecto, hace parte de
las políticas de Gobierno. Esto, sin embargo, ha ido más allá teniendo en cuenta su vincu-
lación al Plan Puebla Panamá, del cual Colombia asumió en el año 2007 la coordinación y
liderazgo del grupo de AGC para la región. En efecto, el Ministerio de Agricultura de Co-
lombia coordina todo el grupo técnico de AGC para Centroamérica; el de Minas y Energía
está encargado de la interconexión energética y de gas; el de Medio Ambiente del tema de
desarrollo sostenible y cambio climático, y el de Transporte encargado de la interconexión
vial. Colombia ha ofrecido la instalación de tres plantas piloto para AGC en Guatemala,
Honduras y el Salvador.

6  El Estatuto de Desarrollo Rural o Ley 1172 de 2007, fue declarada inconstitucional en marzo de 2009 al no
ser consultada previamente con las comunidades rurales del país.
7  En el mismo documento se le solicita al Ministerio de Hacienda crear más incentivos fiscales para la agroin-
dustria de los AGC por un período no inferior a 15 años, al igual que se insta a las entidades territoriales para
crear incentivos tributarios como exenciones al impuesto de industria y comercio.

20
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
En ése sentido, el gobierno colombiano no sólo ha propiciado que los AGC, con sus
consecuencias lesivas, tengan puertas abiertas al interior del territorio nacional, sino que
también obra como facilitador de esta dinámica en otras zonas que trascienden sus propias
fronteras.

1.3 AGROCOMBUSTIBLES Y MEDIO AMBIENTE8

En buena parte de Latinoamérica, la parte tropical de África y el Sudeste Asiático, es


donde mayor concentración de biodiversidad y riqueza natural se encuentra gracias a la
amplia presencia, hoy amenazada, de selvas y bosques. Curiosa y desafortunadamente, la
proyección productiva de los AGC coincide con estas mismas zonas de biodiversidad (so-
bre todo en el caso de la palma aceitera).
En Colombia, la expansión de las áreas cultivadas con palma de aceite para la produc-
ción de AGC viene fomentándose a partir del año 2002, cubriendo cinco ejes geográficos
que son estratégicos (en virtud de la riqueza natural que contienen) para el desarrollo de
megaproyectos. Una de ellas es la zona de la Costa Atlántica en donde están todos los blo-
ques palmeros del departamento del Cesar, el departamento del Magdalena y el departa-
mento del Atlántico. Otro eje comprende el Catatumbo. Otro cubre la región del Pacífico,
especialmente la zona del Bajo Atrato y del sur del Pacífico, en donde los cultivos de palma
existen aproximadamente hace 40 años.9 El cuarto eje se refiere a la zona que cubre la parte
baja de la cordillera oriental y se extiende hacia el Amazonas. El último eje lo conforma la
región de la Orinoquía en donde se encuentra la mayor parte de los tres millones de hectá-
reas de cultivo de palma destinados a la producción de AGC.10
Algunos de los conflictos ambientales específicos que genera la producción de AGC
son la desaparición de selvas y bosques a través de la deforestación y la quema (como lo ha
hecho el modelo de producción seguido por Indonesia y Malasia)11, la destrucción de terri-
torios de comunidades enteras, la pérdida de la biodiversidad, la alteración de los suelos, el
aumento de la liberación de gases de efecto invernadero y la contaminación y agotamiento
de los recursos naturales (especialmente del agua y del suelo).

8  Presentada por: Diego Alejandro Cardona Calle. CENSAT Agua Viva. 29/IV/2008. Si se desea conocer la
información base y fuentes utilizadas por el autor en su presentación, comunicarse con él al siguiente correo
electrónico: selvas@censat.org
9  Antes este cultivo de palma tenía otros usos y sobre todo proyectados al mercado interno; pero durante los
últimos años se ha intensificado su producción para abastecer la producción de AGC.
10  Teniendo en cuenta tan sólo los criterios climáticos y edáficos (del suelo), el Gobierno Nacional calcula que
esta cifra puede aumentar hasta los seis millones de hectáreas, ignorando a propósito que en los llanos orientales
hay aproximadamente 2.000 tipos de ecosistemas diferentes que se perderían.
11  Indonesia ocupa el tercer lugar en la lista de países que generan mayores cantidades de gases de efecto
invernadero, lo cual se relaciona directamente con la quema de bosques.

21
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
Algo similar ocurre cuando hablamos también, por ejemplo, del proyecto “Arquímedes”
o del canal navegable que se tendería entre los puertos de Tumaco y Buenaventura12. En
general los megaproyectos en Colombia se asocian con fuertes daños a los ecosistemas
naturales.
Hasta el año 2001 en el país los cultivos que se estaban dedicando a la producción de
AGC (como la palma aceitera, la caña de azúcar y la caña panelera, principalmente) ocupa-
ban alrededor de 560 mil hectáreas. A partir del 2002, cuando el Gobierno impulsó fuerte-
mente su política de AGC, esa área se ha extendido a más de 800 mil hectáreas. Se espera
que para el 2010 esa cifra supere las 921 mil hectáreas (más del 20% del área agrícola), pero
la meta expansiva del gobierno es de 3,5 millones de hectáreas (más del 50% de las tierras
agrícolas del país). Esto, por supuesto, afectará significativamente la soberanía alimentaria,
el derecho al territorio de las comunidades e intensificará la violencia, entre otras amenazas.
Frente a todos los conflictos generados con la producción de AGC, específicamente en
relación con el agotamiento de los recursos hídricos, tanto el Ministerio de Minas y Energía
como el Ministerio de Agricultura responden que Colombia tiene una gran capacidad de
oferta de estos recursos por lo cual no habría problema alguno. Sin embargo es necesario
precisar que la cantidad de agua que posee el país no se encuentra en todo el territorio
nacional y está concentrada en zonas específicas. Zonas en las cuales también se presenta
escasez hídrica en algunas épocas del año, generando conflictos entre distintas comunida-
des por este recurso. Muchas cuencas hidrográficas utilizadas para el riego y mantenimiento
del cultivo de palma ya han sido agotadas, como es el caso del caudal del río Bolo, afectando
también el abastecimiento de las poblaciones cercanas.
En última instancia, las cuentas y costos ecológicos no son considerados por quienes
impulsan la política de producción extensiva de los AGC. Los que asumen los grandes im-
pactos son los territorios, los ecosistemas y las comunidades rurales. No sólo a nivel econó-
mico esta producción es insostenible, sino también a nivel social y ambiental.

1.4 AGROCOMBUSTIBLES Y DERECHO A LA TIERRA Y AL TERRITORIO13

La política de promoción a los AGC en Colombia esconde la cosecha del terror de los
últimos años en el país y el ejercicio del dominio político y territorial por parte de parapo-
líticos y paramilitares, quienes han conseguido lavar o legalizar su dominio sobre tierras
altamente valorizada (o en mora de serlo) por la existencia de megaproyectos o proyectos
de inversión extractivos en estos territorios.

12  Esto implicaría la destrucción de los ecosistemas que se encuentran en las zonas de esteros y manglares para
facilitar la comercialización de mercancías y materia primas extraídas del Cauca y el Chocó.
13  Presentada por: Héctor Mondragón. Centro de Cooperación al Indígena – CECOIN. 29/IV/2008.

22
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
El negocio de los AGC no es sostenible a largo plazo pues puede ser considerado como
un “negocio de bonanza”, de la misma forma que lo fue en su momento el caucho o la quina.
Esto debido a que los países que han sido colonizados son sometidos periódicamente a la
explotación de ciertos productos, generando grandes daños ambientales y sociales.
Adicionalmente, los precios de los AGC pasan por ciclos al igual que los del petróleo.
Precisamente en este momento los precios del petróleo están altos (haciendo momentá-
neamente rentable a los AGC), lo cual obedece a fenómenos netamente políticos.
Revisando los ciclos del precio del petróleo es posible darse cuenta que en momentos
en los cuales se presentan guerras, sobre todo en aquellas en las que interviene EEUU, los
precios del petróleo aumentan. En el año 1974 empezaron aumentar debido a la guerra
Palestino- Israelí, y se elevaron aún más con la revolución iraní. Luego se presenta una baja
significativa en los precios a partir de la guerra entre Irán e Irak cuando el gobierno de Esta-
dos Unidos incitó a Sadam Hussein de atacar a Irán y, para ese momento coyuntural, ambos
países produjeron y vendieron todo el petróleo que pudieron para financiar la guerra.
Durante la primera guerra en Irak los precios del petróleo presentaron una nueva alza y
en 1998-1999 (cuando se aprobaba el Plan Colombia) cayeron nuevamente.
Hoy de nuevo los precios están altos, mientras continúa la guerra en Irak, pero de nuevo
volverán a caer conforme a sus ciclos del mercado. Así, este tiempo de incremento en el
precio del petróleo determina, en parte, también la bonanza de los AGC.
En gran medida los medios de comunicación también influyen en el devenir de la eco-
nomía nacional e internacional respecto a los cambios coyunturales del precio del petróleo.
A través de la transmisión de información que convence a algunos actores de los riesgos o
beneficios que traería determinada situación, o de discursos argumentativos frente a ciertas
acciones (la mayoría de veces sin un sustento real), se van definiendo comportamientos que
afectan a gran escala al planeta entero y, por supuesto, a nuestro propio país.
Un caso representativo de esta situación fue cuando, durante un periodo en que los
precios del petróleo estaban altos, Colombia importó petróleo y gasolina y los medios de
comunicación propagaban el infundio de que el petróleo en Colombia se estaba acabando.
Para ese momento lo importó a un precio de 40 dólares por barril.
Cuando, obedeciendo a uno de sus habituales ciclos, cayó el precio del petróleo, en Co-
lombia se encontró “coincidencialmente” la reserva petrolera de Caño Limón y se empezó
a exportar a un precio de 11 y hasta 10 dólares por barril. Para esa época los medios de
comunicación decían que la baja en los precios del petróleo era irreversible. Sobre esta base
Colombia cambió su legislación petrolera (para favorecer su saqueo), pero también porque
era un requisito para la aprobación de un programa de “cooperación internacional” por par-
te de EEUU: el Plan Colombia.14

14  Con esto ECOPETROL, que tenía derecho al 50% de toda producción petrolera, pasó a tener derecho sólo
al 30% durante el gobierno de Andrés Pastrana y a un 0% durante el gobierno de Álvaro Uribe.

23
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
En Colombia tanto el negocio del agroetanol como el del agrodiesel extraído de la pal-
ma africana, son negocios burocráticos en donde su rentabilidad se garantiza a través de
normas legales que establecen subsidios como la exención de impuestos a las plantaciones,
al IVA, a la maquinaria, al impuesto a la gasolina, o subsidios en el marco del llamado Agro-
Ingreso Seguro. Cabe señalar que aún así los costos de producción siguen siendo más altos
que en otros países, demostrando que no son negocios competitivos a nivel internacional.15
En Colombia se obliga por ley al consumo de estos AGC con el argumento de que van
a ayudar a descontaminar el ambiente, lo cual no ha sucedido hasta el momento. Gracias a
esa coacción legal el negocio se sostiene, pues de otra manera no sería rentable teniendo en
cuenta que en Colombia el costo de producción de un galón de agroetanol es el doble que
el de un galón de gasolina.
Aproximadamente en diez años los precios del petróleo caerán de nuevo y los AGC no
representarán ninguna rentabilidad. La competencia a nivel mundial será muy grande ya
que en la India se están sembrando 16 millones de hectáreas para AGC, en China 13 millo-
nes de hectáreas, en Brasil 5 millones de hectáreas y en África se está sembrando en todos
los países. También influye el hecho de que se están buscando nuevas fuentes de energía
y de tecnología para los vehículos, de manera que se pueda ahorrar gasolina pero sin ser
una verdadera alternativa a la contaminación ambiental. La única posibilidad de que los
precios del petróleo se mantuvieran altos por mucho tiempo implica que sean destruidos
los yacimientos de petróleo del Golfo Pérsico a través de una hipotética pero no improbable
agresión de Estados Unidos contra Irán.
El discurso del Gobierno tampoco da cuenta de las implicaciones a nivel ambiental y
social de la producción de AGC y de las proyecciones tecnológicas que se están realizando
a nivel mundial en función del abastecimiento de energía. Lo que sí permite es legitimar el
proceso de apoderamiento territorial gracias al cual los grandes propietarios han pasado de
poseer el 40% de la tierra en Colombia (en el año 1997), a casi el 63% actualmente.
El interés que buscan con la apropiación de estas tierras no es la producción de alimen-
tos. En Colombia quienes producen en el sector agropecuario son los productores que po-
seen de 0 a 20 hectáreas. Quienes en algún momento tenían el 14% de la tierra y hoy tan
sólo tienen el 8%, han cultivado casi toda su tierra para la producción de alimentos. Mien-
tras tanto los grandes propietarios siembran sólo el 9% de sus tierras con caña de azúcar y
palma africana para destinar a la producción de AGC. De manera que lo que les interesa es
poder beneficiarse de la renta de la tierra, bastante costosa en nuestro país debido la alta
concentración de la misma y la presencia de megaproyectos de inversión en estos territo-
rios.
Los procesos de producción de AGC y los alimentos en Colombia resultan bastante
costosos también porque el Estado está endeudándose internamente y quienes le prestan

15  Incluso la asociación de productores de agroetanol (Ardila Lülle, la familia Holguín Hurtado y los dueños
del ingenio azucarero Azúcar Manuelita), se quejó ante el Gobierno en el momento en que fue publicado el
último CONPES diciendo que Colombia iba a exportar etanol este año.

24
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
son los prestamistas extranjeros y los fondos de pensiones. Para acumular ese dinero en ma-
nos del gobierno es necesario, entonces, mantener altas las tasas de interés lo cual dificulta
la producción en el sector agropecuario.
A partir del gobierno de Álvaro Uribe, Colom-
bia está importando dos millones de toneladas
PNB (Producto Nacional Bruto) es más de alimentos. A pesar de que se registra un
una medida utilizada en economía aumento del PNB del 7% el año pasado, también
para evaluar la productividad de
se registra que el consumo de alimentos bajó casi
un país. Mide el valor de los bienes
producidos por los ciudadanos de un el 3 % con respecto al año anterior. El consumo
país tanto en su propio territorio, de gasolina para llevar a cabo la importación de
como los generados por ellos en esos dos millones de toneladas más de alimentos
otros lugares. es mucho mayor que el combustible extraído de
los AGC.
Pareciera no tener sentido alguno la inversión
en este tipo de producción. Por lo tanto el interés
que se esconde es beneficiar a las empresas transnacionales y, en consecuencia, a los actores
nacionales que mantienen fuertes alianzas con éstas.
Los grandes propietarios en Colombia tienen sus mejores tierras valorizándose (y apro-
vechando su renta) en zonas donde se llevan o se llevarán a cabo grandes proyectos como
el del IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), el
Plan Puebla Panamá, la carretera del Tapón del Darién, el canal interoceánico, entre otros.
Zonas en donde la violencia ha jugado un papel esencial en este proceso de empoderamien-
to territorial.
El Gobierno trabaja en función de esos mismos intereses y beneficios para los gran-
des propietarios del país y para las empresas transnacionales. Mientras que la situación de
hambre y de desnutrición de grandes porcentajes de población en el país es preocupante,
el Gobierno Nacional determina políticas como las que conforman el Estatuto Rural, las
cuales facilitan el despojo de tierras. Y no sólo las comunidades rurales se ven afectadas con
estas medidas, también las poblaciones pobres que viven en las ciudades y que no pueden
acceder a los alimentos debido a sus altos precios en el mercado.
A pesar de la difícil situación que se les presenta a las comunidades campesinas, indíge-
nas y afrodescendientes, aún preservan la producción de alimentos debido a que esto hace
parte de su tradición cultural. Esta persistencia es la que ha salvado a la mayoría de colom-
bianos de pasar por una situación aún peor de vulneración de la soberanía alimentaria. Sin
embargo, el Gobierno criminaliza a quienes luchan en defensa de la tierra y el agua, ofre-
ciendo recompensas a las personas que den información sobre los líderes de estas luchas.
Para los colombianos, derrotar esta política que prioriza la producción de los AGC y al
latifundio frente a la producción de alimentos, no sólo forma parte de la defensa del dere-
cho a la alimentación y el territorio, sino también se convierte en un instrumento funda-
mental para desenmascarar a quienes se encuentran detrás del impulso de esta dinámica.

25
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
2. PRESENTACIÓN DE LOS CONTEXTOS
REGIONALES

2.1 MAGDALENA MEDIO16

La implantación del modelo de producción de los AGC en la región del Magdalena


Medio hace parte de un objetivo económico general, que busca el desarrollo de grandes
proyectos en zonas ricas en biodiversidad, para lo cual se ha hecho uso de una estrategia de
violencia contra cualquier tipo de resistencia al modelo que se intenta imponer.
En ese sentido, la imposición del cultivo de la palma aceitera en el Magdalena Medio se
ha realizado con el apoyo de paramilitares y actores del Estado presentes en la zona, quienes
han ayudado por acción u omisión al desplazamiento de las comunidades rurales. En este
proceso se ha recurrido a todo tipo de acciones violentas. Uno de los métodos más frecuen-
tes ha sido el “encerrar” o rodear con el mismo cultivo de la palma las fincas de los campesi-
nos que no quieren vincularse con el negocio, limitando así su acceso a vías y obligándoles
a vender las tierras o sembrar este cultivo.
En la región se ha engañado al campesinado diciéndoles que ellos son los dueños y ac-
cionistas del proyecto, cuando en realidad se trata de una forma de financiación del cultivo
a través de créditos que generan deudas hipotecarias y que derivan en desalojos forzados y
apropiación de esas tierras.
A pesar de que uno de los argumentos del Gobierno para fomentar el cultivo de palma
aceitera es el de ser “generador de empleo”, en este momento varias protestas se están dando
en la región por la forma de pago a los trabajadores.17 Durante el mes de Enero y el mes de
Febrero de 2008, se adelantó un paro liderado por los trabajadores de la empresa Monterrey
en Puerto Wilches, al cual se sumaron los trabajadores de otras dos empresas palmicultoras
generando un movimiento de resistencia que involucraba a varios sectores de la comuni-
dad. Sin embargo, este movimiento se vio enfrentado a la represión policial que acabó con
el mismo.
Las reivindicaciones buscaban mejorar la calidad del trabajo en las plantas de procesa-
miento del aceite de palma, garantizando la existencia de un contrato laboral digno para los
trabajadores y trabajadoras.
Las continuas amenazas y señalamientos dirigidos a espacios humanitarios que se en-
cuentran en la zona también debilitan todos los procesos reivindicativos de las comunida-
des afectadas por la dinámica de la producción de los AGC.
16  Presentada por: Ana Teresa Rueda, Organización Femenina Popular OFP. 30/IV/2008.
17  Se ha llegado a presentar el caso en el cual a muchos trabajadores les pagan por cada racimo que cortan, pero
al mismo tiempo les cobran multa por cada racimo que corten mal, impidiendo incluso que los trabajadores
lleguen a recibir un salario mínimo legal.

26
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
Es necesario mirar con de-
“Los trabajadores de Puerto Wilches y demás tenimiento lo que ha significado
municipios donde hoy se explayan 60 mil hectáreas para la región el proyecto de la
de desierto verde, no ven a la palma africana
como una redención sino como el meollo de sus
palma africana, la sustitución
problemas. “Ese tigre no es como lo pintan”, de la producción de alimen-
dicen por las nuevas formas de contratación que tos para el cultivo de palma e
han invadido, como un cáncer, todo el tejido de la identificar los intereses que se
agroindustria palmífera; por la ruina laboral que le ocultan detrás de este proyecto
ha traído a la región.
Es poco probable que en Puerto Wilches haya
productivo. Porque a pesar de
trabajadores en capacidad de decir que su calidad que a nivel mundial el cultivo de
de vida ha mejorado en los últimos años. Ni siquiera palma africana es cuestionado
lo dicen los de vinculación directa a las empresas, por su impacto ambiental y so-
que son lo que mejores condiciones laborales cial, en la región del Magdalena
conservan. Sólo que ya son muy pocos. En los
últimos años las empresas no han cejado en el
Medio viene extendiéndose de
empeño de desmantelar su nómina de trabajadores. manera acelerada. Por lo me-
Monterrey, por ejemplo, que hace diez años tenía nos 200.000 Hectáreas han sido
700 trabajadores de nómina, hoy no llega a los proyectadas para el cultivo de
300, y eso porque están amparados por convención palma aceitera en esta región.
colectiva. De no existir el sindicato seguramente de
esos 300 no hubiese quedado ni la tercera parte. La imposición de nuevos
(…) En contraste, la contratación con terceros sí ha usos y nuevas relaciones con la
proliferado como hongo en boñiga. Se ha convertido
tierra ha afectado de muchas
en la única fórmula laboral de los empresarios
de la agroindustria palmífera. Y adopta, como el maneras a las comunidades
camaleón, formas variopintas: intermediación campesinas. En la zona de Puer-
de contratistas, cooperativa de trabajo asociado, to Wilches la mayoría de los
empresas temporales de empleo, o sociedades campesinos se ha dedicado a la
de hecho; todas operando —especialmente las
siembra de palma, desplazando
últimas— como ruedas sueltas en el mercado
laboral, porque es casi nulo el control que se ejerce otras fuentes de abastecimiento
sobre ellas”.como los cultivos de yuca, pláta-
no, maíz y la cría de ganado. Los
Apartes tomados de: Escuela Nacional Sindical. suelos en donde se ha cultivado
Desierto Verde y Ruina Laboral. Disponible
la palma africana han perdido su
en: http://www.ens.org.co/articulos_impr.
htm?x=20151724&cmd[111]=c-1-71 riqueza mineral debido a la con-
taminación de los químicos que
utilizan para su mantenimiento,
impidiendo el cultivo de otros
productos alimentarios y causando la pérdida de miles de ecosistemas naturales. A causa de
todo esto, la cultura de las comunidades rurales que habitan estas zonas se ha visto afectada
negativamente gracias a la imposición del modelo de la palma aceitera.
Los directores de las empresas palmíferas defienden este proyecto argumentando que
ha ayudado al desarrollo de la región a través del empleo que ofrecen. Sostienen que desde

27
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
el momento en que estos cultivos se implementaron, más gente habita en esas zonas y que el
empresariado ha ayudado, como si de cosas se tratase, a “construir campesinos”. Sin embar-
go no tienen en cuenta las condiciones laborales a las que son sometidos los trabajadores,
omiten la presión violenta que se ha ejercido para que muchos campesinos se vinculen al
proyecto, y desconocen la autonomía de las comunidades de la zona para producir lo que
en realidad desean.
Para satisfacer los intereses económicos que se encuentran detrás del negocio de los
AGC se recurre constantemente a la ilegalidad y a la agudización del conflicto armado. Par-
te de las razones por las cuales el Gobierno no ha presionado la devolución de las tierras
obtenidas ilegalmente por los paramilitares, es porque para ser medianamente competitivos
con la producción de AGC en el marco del TLC y los intereses internos de los palmiculto-
res, es necesario cultivar grandes plantaciones y tener extensas propiedades de tierra.
Para las comunidades rurales no son claros todos los intereses oscuros que impulsan la
producción de AGC, pero lo que sí ha sido evidente para ellas es la imposición de modelos
de desarrollo y el despojo de sus territorios a través de la violencia. Frente a esta situación se
ha intentado crear resistencia, pero esta es continuamente asediada por las amenazas, el uso
de la fuerza física, el señalamiento y las judicializaciones.

2.2 SUR DE BOLÍVAR18

La Asociación de Productores Alternativos de Simití – ASPROAS nace en el año 1997,


conformada por aproximadamente 25 asociados, con la intención de recuperar las cosechas
tradicionales que se estaban perdiendo, como el arroz y el maíz. En este sentido intentan
tecnificar la producción del cultivo de arroz y son apoyados con un molino arrocero, con lo
cual se pudo desarrollar un proyecto de molinero en San Luís, Animas Bajas. La Asociación
trabaja con un comité de mujeres el tema de la siembra de patio y especies menores, y el
tema de equidad de género. Tienen también proyectos de ganadería y sostienen un conve-
nio con el Laboratorio de Paz.
Hacia el año 2000 llegó la empresa “Palmas del Sur” a la región, hecho que significó el
comienzo del cultivo extensivo de la palma. Las tierras de los campesinos eran cultivadas
con palma aceitera y ellos mismos administraban su mantenimiento, permaneciendo los
títulos de las tierras a su nombre. El mantenimiento de la producción del cultivo de palma
era posible para estos campesinos sólo a través de los créditos que ofrecía la empresa.
La situación para los campesinos ha cambiado con la llegada de las nuevas compañías
de palma a la región. En un primer momento los representantes de las empresas realizan
18  Presentada por: Jorge Rey Guevara, Asociación de Productores Alternativos de Simití ASPROAS. 30/
IV/2008.

28
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
talleres sobre los supuestos beneficios de
la producción del cultivo de palma, para
Según un estudio realizado por
convencer a los campesinos de vincularse
SWISSAID, en el municipio de Simití se
presentan varias situaciones asociadas al proyecto. Luego, a quienes no les han
al cultivo de la palma: 1) la presencia de quitado las tierras los grupos al margen de
paramilitares, la Federación Nacional la ley, las compañías les dan “títulos” sobre
de Cultivadores de Palma de Aceite ellas pero siembran con palma todas las
(Fedepalma) y el Programa de Desarrollo
y Paz, todos interesados en diverso
hectáreas que necesiten y además adminis-
grado en el cultivo de la palma; 2) la tran según su criterio el uso de esas tierras.
ausencia de planificación territorial y la Los contratos firmados por los campesi-
enajenación de las tierras campesinas por nos sólo les permiten recuperar sus tierras
vías legales e ilegales; 3) la negación de
después de un periodo de treinta años.
los derechos de la población campesina; 4)
y la penetración de capitales provenientes En el año 2001 la empresa Corpoagro-
del Plan Colombia, la Unión Europea, el sur se instaló en la región comprando las
Fondo para el Financiamiento del Sector
Agropecuario (FINAGRO), y algunos tierras de los campesinos. Los precios de
sectores criminales. estas ahora son muy elevados, impidiendo
a las comunidades campesinas acceder a
Ver: Fundación Suiza de Cooperación ellas de forma legal. De esta manera las co-
al Desarrollo – Swissaid Colombia.
Agrocombustibles: Una vía para el
munidades se han visto afectadas porque
despojo de las tierras y la inseguridad han perdido sus sitios de trabajo y de pro-
alimentaria de los campesinos del ducción, y por ende se enfrentan a la esca-
centro – oriente de Colombia (Sur de sez alimentaria. La situación es difícil para
Bolívar) Disponible en: http://www. estas comunidades, sobretodo cuando han
swissaid.ch /kolumbien/global/pdf/
swissaid_palmasurdebolivar.pdf tomado la decisión de emigrar a las ciuda-
des en donde se enfrentan al rechazo so-
cial y malviven en condiciones de miseria.
En el municipio de Simití hay 2.600
hectáreas de tierra sembradas con el culti-
vo de palma. De estas, las más fértiles son propiedad de paramilitares quienes poseen 1.000
hectáreas. Los grandes propietarios son las compañías, y el resto de hectáreas están a nom-
bre de pocos campesinos que difícilmente sobreviven.
La producción de este cultivo también ha tenido consecuencias ambientales con la de-
forestación, destruyendo toda la fauna y biodiversidad que se encontraba a las orillas de la
Ciénaga. Antes las comunidades podían construir sus casas con un material más resistente
como la madera, pero ahora sólo se encuentra la palma. Incluso para cocinar ya es difícil
encontrar leña y para los campesinos es muy costoso acceder a pipetas de gas.
ASPROAS ha sostenido reuniones con juntas de acción comunal y con otras asociacio-
nes para analizar la problemática de la región y que se origina a partir de la producción de
la palma aceitera. El propósito que tienen es alcanzar un mejor estudio y capacitación sobre

29
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
estos temas para poder discutir con los representantes de las compañías sobre la inversión
social que deben realizar éstas, en función de reponer los daños sociales y ambientales que
se han generado.
En la zona del sur de Bolívar se presentan campesinos con tierra y sin tierra, la mayoría
no son propietarios, pero acceden a ellas a través de sistemas como la aparcería. Una vez
llega la palma aceitera a la región, estas tierras, a las cuales tenían acceso las comunidades
campesinas (incluyendo las de uso comunitario), son apropiadas por quienes impulsan lo-
calmente los AGC.
Los pocos campesinos con tierras, se asocian al negocio de la palma como en el caso
de “Palmas del sur” y Ascadas (asociación que conformó el programa de Desarrollo y Paz
del Magdalena Medio). Llevar a cabo la producción de una hectárea de palma en tres años
cuesta siete millones de pesos, lo cual indica que estos campesinos se endeudan aproxima-
damente en 50 millones de pesos.
Mantener una hectárea de palma en óptimas condiciones requiere casi 1,5 millones de
pesos/mes un campesino, entonces, requiere aproximadamente 15 millones de pesos anua-
les para mantener su cultivo de palma. Esto sólo significa un endeudamiento progresivo
para el campesinado.
En este momento hay una acción legal concreta por parte de ASPROAS a través de la
cual se están reclamando 180 predios en otras áreas un poco más distantes al corregimien-
to, donde tradicionalmente sembraban arroz. En caso de que no se recupere la seguridad
alimentaria en la zona, la comunidad sufriría un daño irreparable que podría ocasionar un
mayor desplazamiento forzado de la región.

2.3 URABÁ19

La Organización Indígena de Antioquia - OIA nace durante los años de 1983 a 1985 en
Antioquia. Está conformada por cuatro pueblos indígenas: los Chamí, los Katío, los Zenúes
y los Tules. Estos pueblos empezaron a organizarse a raíz de la problemática alrededor del
territorio, la salud, la educación, entre otros. Se organizaron bajo el lema “organización na-
cional indígena, unidad, tierra, cultura y autonomía.”
Cuando comenzó con la compra de tierras en Antioquia, en 1995, se conforma legal-
mente la Asociación de Cabildos Indígenas de Antioquia, hoy reconocida como la OIA. A
partir de este momento se piensa en un plan de desarrollo indígena por parte de la Organi-
zación, el cual incluía la política de administración y gobierno, y las políticas de educación,
de salud, y de territorio.
19  Presentada por Antonio Flores, Organización Indígena de Antioquia. 30/IV/2008.

30
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
Hasta hoy se han recuperado 350.000 hectáreas de tierra tras las luchas que la Organi-
zación ha venido desarrollando. Hay 160 cabildos constituidos en Antioquia, y se habla de
una población de 28.000 habitantes, ubicada en cinco zonas de trabajo dentro del departa-
mento: Urabá, Occidente, Norte, el Suroeste y el bajo Cauca. Actualmente 46 maestros son
licenciados y 132 estudiantes están inscritos en la Universidad de Antioquia en la licencia-
tura sobre la madre tierra.
Del territorio de la OIA, el 70% es de naturaleza forestal no apto para la producción agrí-
cola. El otro 30% son cuencas hidrográficas y pequeños lotes para la ganadería y agricultura.
Hacia el año 2000 la OIA comenzó un proceso de reestructuración de sus políticas,
teniendo en cuenta las nuevas necesidades de la comunidad y articulando políticas que le
dan relevancia al trabajo de la mujer, a los jóvenes y a los ancianos en el contexto general de
la familia indígena.
La normatividad del Gobierno ha ido limitando a los indígenas en cuanto a la extensión
de tierra, como lo ha hecho el Estatuto Rural. En los últimos tiempos han llegado personas a
los territorios indígenas a reclamar con certificados dudosos parte de sus tierras como pro-
piedad privada, y se han presentado casos en los cuales empresarios pretenden entrar a los
resguardos para hacer estudios sobre las posibles minas que se encuentren en aquellos terri-
torios, para así luego entregarlas en concesión a transnacionales y permitir su explotación.
A pesar de que los indígenas se han puesto de acuerdo para no dejar realizar ningún tipo
de estudio de sus tierras, muchas empresas se han dirigido directamente a los resguardos,
violando instancias de autoridad dentro de la organización indígena y la normatividad rela-
tiva a la consulta previa.
El tema de la palma africana, hasta el momento, no ha tenido mucho impacto sobre
la comunidad indígena, pero sí hay proyecciones de cultivarla en ciertas regiones. Sólo se
han sembrado 32.000 hectáreas de las 120.000 que pretenden sembrar. En Urabá esta pro-
ducción económica es impulsada a través de Acción Social y de una empresa de Antioquia
llamada “Alta Competitividad”, para la siembra de la yuca con el propósito de extraer etanol.
En la zona de San Pedro de Urabá se está proyectando la producción de caucho. En la
zona del Nordeste se viene proponiendo la exploración sobre la tierra. En el bajo Cauca
el cultivo del caucho, y la coca (cultivo que ha traído grandes impactos sobre las comuni-
dades debido a la fumigación y la presión por parte de la guerrilla). En la zona de Occidente
se impulsa el cultivo de caña, y en el Suroeste la minería. Algunos de los Megaproyectos
pensados sobre el territorio indígena son el canal que va desde la región del Atrato a la
región de Truandó, penetrandoel Darién, la represa de Urra II (que atraviesa el territorio
Emberá), y el muelle internacional en el municipio de Turbó y Necoclí.
A pesar de la presión por parte de todos los actores armados en disputa por el territorio
indígena, la OIA aún sigue en la lucha y en la capacitación como forma de resistencia.

31
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
2.4 CHOCÓ20

La Asociación de Consejos Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato (ASCO-


BA) tiene un área territorial de 457 mil hectáreas en los municipios de Carmen del Darién,
Bajirá y Ríosucio, con una población de 15.000 habitantes. Su objetivo general es el mejora-
miento de la calidad de vida de los habitantes de esta subregión, en la que el 85% de la po-
blación ha sido desplazada, a partir de la defensa de la vida, del territorio y de la autonomía.
Algunos de los antecedentes se identifican a partir del año 1996, cuando en diciembre
de ese año los paramilitares se tomaron a Ríosucio, dando lugar a múltiples violaciones de
los derechos humanos. Estas agresiones fueron combinadas con la operación Génesis de las
Fuerzas Armadas que se inició en enero del año siguiente. A raíz de la violencia generada
por está situación y los bombardeos en las cuencas, se produjo el desplazamiento forzado
de las comunidades del Bajo Atrato.
El proyecto de palma en el Bajo Atrato se da específicamente en la zona de la cuenca
de Curvaradó en la que sus bosques han sido arrasados y actualmente sólo se encuentra el
monocultivo de palma. Los principales antecedentes a esta situación son: por un lado, la vi-
sita hecha a Malasia por representantes del gobierno colombiano en 1998, lo que permitió
avanzar en la consolidación del proyecto de palma de aceite en nuestro país y concluyó con
propuestas para vincular al Gobierno y a empresarios de este país al proceso de paz, a través
de programas para ampliar el área sembrada de palma aceitera. Por otro lado, el impulso
a la producción hecha por los grupos paramilitares, trayendo en el año 2000 los primeros
empresarios de palma, los cuales contaron con el apoyo del Estado a través de créditos de
FINAGRO y la seguridad brindada por la Fuerza Pública.
Los objetivos del proyecto de producción de palma en el Curvaradó son:
• Disputarle el control territorial y social a la guerrilla.
• Apropiación por parte de empresarios del territorio titulado a las comunidades ne-
gras.
• Implantar un modelo de desarrollo para la inversión de capital y los tratados comer-
ciales, basado en la posición geoestratégica de la región y en la abundancia de re-
cursos genéticos, ambientales y mineros. La zona del Bajo Atrato es altamente bio-
diversa y en ella se desarrollan o planean desarrollar muchos más megaproyectos.
La producción de palma ha conllevado fuertes impactos ambientales como la pérdida
de biodiversidad, deforestación, cambios en los cursos de aguas, desecación de ciénagas, y
esterilización de suelos. También se han dado graves impactos sociales y culturales como
pérdida de la identidad cultural (prácticas tradicionales de producción y memoria cultural),

20  Presentada por: Francisco Salas, Asociación de Consejos Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato
ASCOBA. 30/IV/2008.

32
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
pérdida de la autonomía y de la visión propia «A sabiendas de que las comunidades
negras del Chocó son las únicas dueñas de
de etnodesarrollo, agudización del conflicto
las tierras adyacentes a las cuencas de los
armado y crisis social. En este momento el ríos que rodean a los municipios de Carmen
panorama para las comunidades es difícil: no del Darién y Belén de Bajirá, desde hace
hay espacio para la siembra de cultivos tradi- 10 años, con el apoyo del Estado, dichos
territorios se convirtieron en asiento de un
cionales y viven en el territorio muchos más megaproyecto agroindustrial de siembra de
actores armados que antes. Por ahora no se ha palma de aceite. Hoy, la Fiscalía comienza
dicho que el cultivo de palma es para AGC, a adoptar decisiones contra los empresarios
privados que se apropiaron de estas ‘tierras
pero esa es la intuición que se tiene.
comunales’ y contra los funcionarios
La resistencia al proyecto de palma por públicos que permitieron o fomentaron estas
acciones de despojo (…)
parte de las comunidades se ha dado de dis- Las primeras pesquisas de la Fiscalía
tintas maneras. En 1998 las comunidades demuestran además que, con la misma
desplazadas el año anterior retornaron a su te- finalidad de quedarse con las tierras, se
rritorio, y en busca de mayor protección bus- crearon en la zona diversas asociaciones
regionales que posteriormente “fueron
caron una figura que fuera respetada creando utilizadas en el proceso de adquisición de
las Comunidades de Paz, con unos reglamen- tierras, a través de la figura de la accesión
tos y el acompañamiento de organizaciones por aluvión natural y posterior venta e
hipoteca de los inmuebles”. Según los
nacionales e internacionales. Se hicieron cin- testimonios recaudados, tales asociaciones
co asentamientos. “estuvieron influenciadas por los grupos
paramilitares”. En algunos asentamientos,
Para el año 2002, los grupos paramilita- los nativos “fueron sacados de la cuenca de
res ejecutaron masacres y produjeron nuevos Curvaradó y hoy estos lugares figuran como
desplazamientos en el Bajo Atrato. En Costa cultivos de palma aceitera” (…)
Paradójicamente, el negocio de la siembra
de Oro, situado en la cuenca del Curvaradó, de palma de aceite en las tierras comunales
se conformó un asentamiento de seis comuni- del Urabá chocoano, ha contado con el
dades que resistieron en el territorio generan- generoso apoyo del Estado. No sólo el
do una dinámica de desplazamiento interno: Ejército ha colaborado en la protección
de la actividad palmicultora, sino que la
en lugar de salir a tierras lejanas, varias comu- Superintendencia de Vigilancia y Seguridad
nidades desplazadas se trasladaron a otra co- Privada ha otorgado múltiples licencias a
munidad vecina. diversas empresas para la protección de
sus negocios. Además, como lo informó
En el año 2004 ASCOBA convocó a dis- El Espectador en su edición del 3 de
tintas organizaciones para realizar la verifica- diciembre de 2006, incluyendo Incentivos
de Capitalización Rural, el Banco Agrario
ción del territorio sembrado con palma. Para a otorgado créditos a las empresas
el 2005, junto a los pronunciamientos de AS- palmicultoras por valor de $10.957
COBA, se produjeron algunos otros de enti- millones».
dades como el INCODER, la Procuraduría
Quevedo H., Norbey. El “dossier de los
General de la Nación, y la Defensoría del Pue- palmeros”. El Espectador. Bogotá. 29/I/08.
blo, en los que se expone la grave situación y Disponible en: http://www.elespectador.
se le exige a las empresas palmeras detener la com/impreso/cuadernilloa/investigacion/
articuloimpreso-dossier-los-palmeros

33
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
compra de tierras y la siembra de palma en los territorios colectivos. A estas peticiones las
empresas palmicultoras han hecho caso omiso.
En la zona donde se encuentra el cultivo de palma hay una ciénaga de la cual se abas-
tecían de pescado cuatro comunidades. Esta ciénaga fue desecada para estos cultivos. Una
de las estrategias de valorización de las tierras de esa zona (tierras bajas, humedales la ma-
yoría), es canalizar agua, desecar tierras para volverlas aptas para palma, ganadería y otros
proyectos productivos como es el caso de la zona de Curvaradó, y en la zona de Cuchillo se
está implantando ganadería de propiedad privada aunque sea un territorio colectivo y haya
sido declarada como reserva, protegida aparentemente por CORPOURABÁ.
Otro de los ejemplos de impacto ambiental en esta zona ocurrió en enero del 2007
cuando se creció el río Curvaradó y parte de él se desvió al río Engadó, causando la muerte
de todos los peces que allí se encontraban a causa del envenenamiento producido por todos
los agroquímicos de las zonas del cultivo de palma. De esta manera se afectó en gran medida
la seguridad alimentaria de todas las comunidades cercanas al río.
Actualmente el proyecto de la palma en el Bajo Atrato se encuentra en crisis, el gobierno
y los empresarios están buscando el apoyo de las comunidades, quienes han manifestado
su resistencia frente al mismo, para salvarlo. Para lograr este fin se efectuaron dos visitas del
Presidente y cuatro del Ministro de Agricultura, cuyo propósito fue solicitar a las comuni-
dades su participación los proyectos de producción de palma.
Además, la crisis del proyecto de la palma se profundiza porque durante el año 2009 se
han expedido resoluciones del INCODER reafirmando la propiedad colectiva de los te-
rritorios y se ha dado inicio a investigaciones penales contra 23 empresarios, funcionarios
públicos y miembros de la Brigada 17 del ejército, por desplazamiento, paramilitarismo y
usurpación de territorios. ASCOBA, en representación de las comunidades del Bajo Atrato,
ha sostenido reuniones con los Ministerios de Agricultura, del Interior y de Justicia, y de
Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, exigiendo la devolución de los territo-
rios colectivos.
El argumento del Gobierno frente al retorno de las comunidades a los territorios es que
tienen que existir condiciones de seguridad. Las comunidades creen que la seguridad se
la pueden proporcionar ellas mismas. El interrogante que surge en las comunidades es el
siguiente: ¿por qué para la palma si hay seguridad pero para el retorno de comunidades no?
En este momento la mayoría de líderes de las comunidades del Bajo Atrato enfrentan
procesos judiciales, mediante los cuales se les criminaliza como estrategia para detener la
resistencia que están liderando frente a los megaproyectos. ASCOBA puede constatar que
no ha habido consultas previas en el momento de explotar los recursos de los territorios de
las comunidades, y la ganancia de las extracciones son mínimas para las mismas.
Actualmente, las comunidades del Bajo Atrato tienen problemas muy serios porque aún
sabiendo las graves consecuencias que a largo plazo traen todos estos proyectos, por su

34
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
situación de desplazamiento, por necesidad y falta de alternativas, y en busca de soluciones
rápidas, terminan aceptando los puestos de trabajo que ofrecen estas empresas. Al Gobier-
no y a las empresas no les conviene que las personas estén en su territorio porque no se
puede defender un territorio sin estar en él.
Igualmente se presenta un problema grave frente a la mano de obra de las empresas pal-
meras, ya que ésta es cubierta por poblaciones que han sido desplazadas o que han migrado
desde Urabá y Córdoba, no por las personas de las comunidades locales. De esta forma se
generan problemas sociales por el impacto de la llegada de una población a un lugar que no
tiene las condiciones para recibirla, y se dan conflictos interétnicos que se presentan en el
momento en el que las poblaciones que llegan a un nuevo territorio empiezan a reclamar
por sus derechos, y de alguna manera los empresarios y el Gobierno los enfrentan con las
comunidades locales. Mientras para unos el cultivo de palma representa su posibilidad de
trabajo, para otros representa la causa del daño a su territorio.

3. MESAS DE TRABAJO

Con el objetivo de identificar las relaciones entre las ponencias temáticas y las presenta-
ciones de los contextos regionales, los y las participantes del seminario trabajaron en grupos
con base en cuatro preguntas que les permitieron dar una visión más integradora de las
diferentes problemáticas que, en lo regional, son consecuencia de la producción de AGC.
Dichas preguntas y las conclusiones del trabajo grupal, están consignadas en la siguiente
tabla:
Ver tabla página 36

35
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
El gobierno a nivel nacional, regional y local, consorcios empresariales, los medios de comunicación, el parami-
¿Quiénes impulsan los AGC a litarismo, sectores de la academia, las empresas transnacionales beneficiarias, la FAO, las instituciones financieras
nivel nacional, regional o local? internacionales , los terratenientes, los militares, parte de la cooperación internacional (la Unión Europea con los
Laboratorios de Paz) y gobiernos de otros países.

A nivel ambiental la deforestación, desecación, contaminación de la tierra, el agua y el suelo, erosión de suelos,
perdida de la biodiversidad, la huella hídrica, consumo desmedido de los recursos naturales, presencia de monocul-
tivos que simplifican los ecosistemas, destrucción de ecosistemas y agudización del calentamiento global.
¿Cuáles daños contra el medio
ambiente, los recursos naturales y los A nivel social y organizativo el desplazamiento forzado, violación de DDHH, expropiación de tierras, agudi-
procesos organizatvos ya han sido zación de la concentración de la tierra, privatización de recursos, señalamiento y judicialización de líderes de las
detectados (o amenazan) comunidades (persecución estatal), desarticulación de organizaciones sociales, confrontación entre distintos sec-
por las comunidades? tores sociales, ruptura del tejido social, pérdida de identidad cultural (semillas y saberes), aislamiento y bloqueo de
comunidades, pérdida de autonomía, agudización del conflicto armado, corrupción, violación de la Constitución,
baja calidad de trabajo, falta de alternativas económicas, endeudamiento de los campesinos, incremento de los pre-
cios de los alimentos, perdida de seguridad y soberanía alimentarias, y mayor hambre.

Violaciones de los derechos laborales a través de formas de esclavitud, del derecho a la salud con las fumiga-
¿Qué otros tipos de ciones y jornadas laborales extenuantes, a la alimentación con la expropiación de tierras y la implementación de
violaciones contra los DDHH son monocultivos, a la igualdad garantizando el beneficio de unos pocos en detrimento de comunidades enteras, de los
frecuentes en las derechos colectivos al territorio, de los derechos culturales incluyendo la violación de lugares sagrados y la impo-
comunidades afecta- sición de nuevos modelos de desarrollo, del derecho a la autonomía y autodeterminación, del derecho a un medio
das por los AGC? ambiente sano, de los derechos de los niños, del derecho a la vida, y a la integridad física. En general violaciones
contra los derechos civiles y políticos y de los derechos económicos, sociales y culturales.

Despojo, desplazamiento forzado, la titulación y expropiación ilegal de tierras, la pérdida de autonomía de las
¿Cuáles vulneraciones al comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, violación al derecho de consulta previa, violación al dere-
derecho al territorio de las co- cho de la libre movilidad, al derecho a la paz y la armonía, al derecho a la propiedad colectiva, al derecho al agua, al
munidades son resultado de derecho a la vida, al derecho a la integridad física, a los derechos laborales, la generación de una economía de sub-
la dinámica de los AGC? sistencia, los bloqueos alimentarios, el empobrecimiento de las comunidades, la falta de seguridad jurídica, imposi-
ción de modelos de desarrollo y pérdida de la cultura, y la destrucción del medio ambiente y los recursos naturales.
III.
SEMINARIO REGIONAL
“MONOCULTIVOS Y
MEGAPROYECTOS DE LA
AGROINDUSTRIA PARA
COMBUSTIBLES:
una amenaza real y latente
para la autonomía alimentaria
y el territorio”
Realizado el 16/X/2008 en Barrancabermeja.

INTRODUCCIÓN

El objetivo de este encuentro fue identificar los impactos negativos que los megaproyec-
tos de producción de agrocombustibles (AGC) han tenido en la región, y sus consecuen-
cias para los ámbitos rural y urbano.
Igualmente se buscó reconocer las experiencias de resistencia y defensa del territorio y
la cultura propia adelantadas por las organizaciones sociales participantes, propiciar su in-
tercambio, y hacer un debate alrededor del supuesto que señala a los AGC como una alter-
nativa limpia y sostenible para la conservación del medio ambiente. Así mismo, se procuró
hacer visibles a los actores que impulsan la dinámica de los AGC en la región, sus intereses
y las políticas que implementan para imponer este modelo.
Los elementos centrales que se tuvieron en cuenta para la planeación y el desarrollo del
encuentro fueron las condiciones sociales y laborales y las expresiones culturales del Mag-
dalena Medio, la defensa del medio ambiente, y la autonomía alimentaria. La realización de
este evento fue posible gracias al denodado esfuerzo de la Organización Femenina Popular.
Al igual que con el Seminario Nacional, en este capítulo se presentará en un primer
momento un resumen de las ponencias compartidas por los expositores-especialistas invi-
tados al Seminario Regional. Luego, una síntesis de los principales aspectos tratados en el
Conversatorio propiciado por dichas ponencias.
Un tercer momento dará cuenta de las experiencias regionales de resistencia a la dinámi-
ca de los AGC y, finalmente, en un cuarto punto, se presentarán las principales conclusiones
surgidas de tres mesas de trabajo cuyo fin fue discutir los impactos de los AGC sobre tres
temas específicos: medio ambiente, trabajo, territorio y cultura.

1. PONENCIAS
1.1 GEOPOLÍTICA DE LOS AGROCOMBUSTIBLES Y SU RELACIÓN
CON EL HAMBRE EN EL PLANETA1

Los grandes impulsores de los AGC son los Estados Unidos y algunos países de Europa,
para quienes el control de las reservas petroleras es un asunto de seguridad nacional; esto
debido a que el 30% de las reservas están ubicadas en el subsuelo o lecho marino de 5 países
considerados “parías”, “enemigos” o “potenciales enemigos”, por no alinearse con aquellas
potencias. Dichos países son Venezuela, Irán, Libia, China y Rusia.
En ese sentido, uno de las razones de fondo para imponer la dinámica de los AGC es,
precisamente, la preservación de las reservas estratégicas de petróleo.
El boom de los AGC ha sido tan acelerado y profundo, que en los últimos años el ritmo
de producción de estos combustibles ha superado ampliamente la explotación petrolera
(ver figura No. 1).
Figura No. 1. Ritmo de crecimiento en la producción de AGC
(agroetanol, agrodiesel) y petróleo a nivel mundial. Años 1995-2006 (1996=100)2

1  Presentada por: Juan Carlos Morales González. Campaña Nacional por el Derecho a la Alimentación - PCD-
HDD. 16/X/2008. Si se desea conocer la información base y fuentes utilizadas por el autor en su presentación,
comunicarse con él al siguiente correo electrónico: porderechoalimentacion@gmail.com
2  Gráfica tomada de: Varios. Agrocombustibles y derecho a la alimentación en América Latina. TNI, FIAN.
Amsterdam. 2008. P: 22. Construida por el autor de esta conferencia con base en tablas contenidas en la si-
guiente fuente: Brown, Lester. Plan B 3.0: Mobilizing to Save Civilization. Norton & Company. New York.
2008. Disponible en: http://www.earthpolicy.org/Books/PB3/index.htm [Consulta: 15/II/08]. Las fuentes
originales utilizadas por el autor provienen de: Earth Policy Institute; F.O. Licht; Worldwatch Institute; Inter-
national Energy Agency; Statistical Review of World Energy 2007; y, BP.

38
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
Detrás de esta dinámica están los grandes poderes corporativos. Es posible identificar
por lo menos dos grupos que propician la producción de AGC: el primero, denominado
“núcleo impulsor”, agrupa a las empresas trasnacionales (ETNs) del sector energético, que
se encuentran asociadas a las del sector automotriz. Igualmente a las ETNs agroindustriales
y las del sector biotecnológico.
El segundo, llamado “núcleo de presión”, cumple la función de legitimar este negocio
ayudando, además, a imponerlo. Este grupo está compuesto por los medios de comunica-
ción que publicitan las supuestas consecuencias positivas de los AGC, algunas universida-
des que han perdido su sentido crítico, y los organismos financieros internacionales (Banco
Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), los
cuales presionan a los países a adoptar la producción de AGC en el marco de los procesos
de reforma estructural que les imponen.
Sobre cómo se entrelazan todos estos intereses existen muchos ejemplos. El grupo cor-
porativo J.P. Morgan Chase, que controla compañías como las petroleras British Petroleum
Company, EXXON y REPSOL, a su vez controla el conglomerado internacional de comu-
nicaciones Hearst, e investigaciones en prestigiosas universidades como Berkeley y Stan-
ford en Estados Unidos.
O el Citigroup, que está relacionado con la CNN, y que a través de la SHELL se rela-
ciona con muchas empresas que están inmersas en esta industria. En Colombia el caso más
palpable, es que la persona que más se ha lucrado por la producción de AGC, Carlos Ardila
Lulle, es dueña de RCN, uno de los grandes medios de comunicación del país.
Frente a estos actores los países del mundo en desarrollo ceden su soberanía. Suelen ca-
racterizarse por tener una gran riqueza biótica, poseer territorios valiosamente biodiversos,
tener una democracia formal y gobiernos ilegítimos o con prácticas dictatoriales, presentar
una fuerte tradición de latifundios y alta concentración de la tierra, lo que en conjunto ha
derivado en genocidios, etnocidios y ecocidios.
Además, son naciones donde el Estado y la le-
gislación, junto con el crimen organizado, han Genocidio: Exterminio sistemático
protegido las lógicas de usurpación y violación de un grupo social por motivos
políticos, religiosos, sociales o
de derechos tan relacionadas con el impulso de
económicos.
los AGC. Etnocidio: es la destrucción,
accidental o deliberada, de la
cultura de un pueblo por acciones
** AGC y hambre en el mundo
humanas ajenas a la voluntad
del pueblo que es víctima de la
El poder detrás de los AGC ha negado siste-
agresión.
máticamente que estos sean una causa impor- Ecocidio: daño o destrucción,
tante del problema mundial del hambre, atri- causado por el ser humano, al
buyéndole la responsabilidad al aumento de los medioambiente y sus recursos
precios del petróleo y al subsecuente aumento naturales.

39
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
del precio de los alimentos. Sin embargo, en abril de 2008, el Banco Mundial produjo un
informe secreto en el que afirmaba que los AGC eran responsables en un 75% del aumento
de los precios de los alimentos.
Según datos provenientes del principal mercado mundial de alimentos, ubicado en Chi-
cago – Estados Unidos, desde enero de 2007 hasta abril del 2008, el precio del trigo subió
117%, el arroz 94% y el maíz 56%.
Estos datos son preocupantes si tenemos en cuenta que hace casi tres años, el Depar-
tamento de Estado de los Estados Unidos había informado que un aumento de tan sólo 1
punto porcentual en el precio de estos alimentos estratégicos, significaría la generación de
16 millones de nuevos hambrientos en el mundo. Cabe entonces preguntarnos ¿entonces
cuántas personas han pasado a ser nuevos hambrientos a consecuencia de las desmesuradas
alzas en el precio de los alimentos?
Al respecto, la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), ya anticipó que el incremento de los precios del arroz lanzó, en 2008, a 100 millones
de personas al drama del hambre.
La situación ha sido tan grave, que en tan solo la primera mitad del 2008 se presentó en
muchos países un gran número de conflictos y luchas internas, relacionados con la escasez
de alimentos y con la imposibilidad de acceder a ellos (ver figura No. 2).

Figura No. 2. Conflictos internos relacionados con la escasez de alimentos – 20083.

3  Montaje gráfico realizado por el autor con base en mapa de fondo de Encarta MSN.

40
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
** En Colombia

El negocio de los AGC en Colombia, como lo ha señalado Héctor Mondragón, es de


tipo burocrático.
Sólo ha funcionado y ha sido rentable para algunos, en la medida que el gobierno ha
tomado acciones positivas para favorecer a los grandes inversores y ampliar el consumo
interno de AGC, Entre estas acciones se pueden mencionar:
• Exención de impuestos al consumo de etanol y agrodiesel.
• Exención del impuesto a la renta para cultivos sembrados entre el 2002 y 2003.
• Creación de zonas francas.
• Exención del IVA para el consumo de AGC y para la importación de insumos para
su producción.
• Apoyo estatal para la expansión internacional del negocio.
• Adecuación de la infraestructura física nacional para esta actividad: dragado del
rio Meta, puertos en el Pacífico, la Iniciativa de Integración Regional Suramericana
(IIRSA), entre otros.
• Protección militar a los cultivos, plantas y refinerías de estos productos.
El discurso del gobierno colombiano sobre los AGC combina diversos elementos. Por
un lado afirma que los AGC son la gran oportunidad para sustituir los cultivos de uso ilícito,
y para que la agricultura colombiana genere una revolución democrática del campo a partir
de la agroindustria y las garantías de seguridad social para sus trabajadores, aprovechando
las ventajas estratégicas que tiene nuestro país. Por otro lado afirma que Colombia está blin-
dada ante la crisis mundial de alimentos.
Según FEDEPALMA y algunas instancias del Gobierno, hasta el 2007 se habían sem-
brado 316.000 Has de palma previendo que su área de expansión podría llegar a ser de
3.500.000 Has. De la misma manera, se asegura que la misma cantidad de Has puede ser
destinada para la producción de etanol con base en yuca, caña y remolacha. Esto implica
que en las cuentas del Gobierno se ha pensado que a mediano plazo en Colombia pueden
destinarse 7.000.000 de Has para la producción de AGC. Adicionalmente ha señalado que
dichas actividades involucrarían a 5 millones de campesinos, aproximadamente la mitad
del campesinado colombiano de acuerdo al último censo, lo que produciría una tragedia
demográfica. Este proyecto denota claramente que los campesinos y campesinas no cuen-
tan para decidir sus propios procesos de desarrollo, y que trataran de imponerlo, incluso,
mediante la represión como ocurre en estos momentos con los corteros de caña en el Valle
y norte del Cauca.

41
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
También es importante señalar que Colombia ha servido como peón de brega en la
expansión de los AGC en Centroamérica. Son colombianos los que mayormente los impul-
san y, además, se están dando situaciones graves de amenazas del tipo “o nos dan la tierra o
negociamos con la viuda”.
La dinámica de los AGC tiene una relación directa con los problemas para la garantía del
derecho a la alimentación, y tendrá unas consecuencias terribles en la seguridad, la sobera-
nía y las autonomías alimentarias.
Así las cosas, en el país se vienen favoreciendo al sector de los AGC en detrimento de la
producción de alimentos. Como lo demuestra la figura No. 3, el ritmo de crecimiento de la
producción interna de AGC supera con creces al registrado para la producción de cereales.

Figura No. 3. Ritmo de crecimiento de la producción interna de cereales y


palma aceitera en Colombia; 1985-2007 (datos base en toneladas. 1985=100)4.

Esto ocurre al tiempo que persiste el fenómeno del desplazamiento en nuestros campos
lo cual va de la mano con la reducción de la población económicamente activa en labores
agrícolas, colocando así en grave riesgo la disponibilidad interna de alimentos, y vulneran-
do las autonomías alimentarias de las comunidades y la soberanía alimentaria del país.
Todos estos hechos se suman a lo ya constatado por el Instituto Colombiano de Bien-
estar Familiar, en el sentido de que el porcentaje de niños y niñas menores de 5 años con
desnutrición crónica, es del 12%. Departamentos anteriormente considerados como des-
pensas de alimentos del país presentan actualmente altos índices de muertes por hambre,
como Boyacá, Nariño, Cauca, Córdoba, Huila.
4  Gráfica elaborada por el autor con base en datos contenidos en: http://faostat.fao.org/site/567/Desktop
Default.aspx?PageID=567#ancor

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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
Elementos como estos nos permiten concluir, más allá de sus impactos negativos, que la
producción de AGC está ligada a procesos más amplios de apropiación y control del territo-
rio. Incluso cuándo pase la bonanza de los AGC y estos no sean ya rentables, se conservará
la propiedad sobre la tierra y las prácticas de dominación territorial.
El tema de los AGC y la serie de vulneraciones que conllevan sobre los derechos huma-
nos, derechos medioambientales, y derechos culturales, está fuertemente entroncada con la
clase política tradicional y emergente que ha ejecutado y se ha beneficiado de un sinnúmero
de usurpaciones. Además, tienen una fuerte estrategia desarrollada por los medios de co-
municación para hacernos creer que estos son sustentables y que además se constituyen en
una alternativa para el problema del hambre.

1.2 LA PALMA EN EL MAGDALENA MEDIO5

En primer lugar queremos resaltar que existe un cambio en la matriz energética del
mundo, que tiene sus consecuencias para la región del Magdalena Medio. Con esto que-
remos decir que anteriormente se producía energía principalmente a base de petróleo, por
lo que la ocupación del territorio se hacía a través de las perforaciones para su extracción.
Actualmente se están buscando nuevas fuentes de energía, algunas de las opciones son
la energía eólica y la energía solar, pero como realmente Colombia no tiene recursos para
hacer investigaciones en estos campos (excepto el parque eólico en La Guajira), por un lado
seguimos dependiendo del petróleo que en nuestro caso ha sido es el motor económico de
la región, y por el otro, se nos ha asignado, junto con otros países de la periferia, la produc-
ción de energía a partir del agua. Este es el cambio en la matriz energética.
¿De qué manera sucede esto? A través del árbol de palma que es, por así decirlo, una pe-
queña refinería que extrae el agua de la tierra y la convierte en aceite que sirve para producir
gasolina o diesel.
En segundo lugar deseamos resaltar que, para efectos de esta exposición, entendemos
por territorio los aspectos geográficos, y por región entendemos la toma de decisiones so-
bre este territorio. El Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM) hace
una apuesta a la construcción de región, esto es que los pobladores puedan decidir el futuro
de su permanencia en el territorio.

5  Título sugerido por el equipo de edición de estas memorias. La ponencia fue presentada por: Santiago Ca-
margo y Paola Castilla – Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio – Observatorio de Paz Integral.
16/X/2008.

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Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
** El Magdalena Medio: una región con grandes riquezas, recursos
estratégicos y precario desarrollo
La región del Magdalena Medio tiene 30.177 km2 de extensión, en los que viven aproxi-
madamente 800.000 habitantes (ver figura No. 4).

Figura No. 4. Mapa de subregiones del Magdalena Medio

Históricamente ha estado “desconectada”, geográficamente dividida por el río, que une


pero a su vez divide. Lo que ha existido en cuanto a conexión del territorio es básicamente
la troncal del Magdalena Medio, que va desde Bogotá, atraviesa el valle y sigue a la Costa
Atlántica. Lo difícil ha sido conectar las dos zonas a lado y lado del río. Por esto el transporte
en la región es muy costoso.
El interés del gobierno nacional en la implementación de infraestructura es conectar
los lugares de producción minera y de palma con los puertos nodales de Puerto Berrío,
Barrancabermeja y Gamarra, para que los productos mineros salgan a través del río hacía
el exterior (y el aceite de palma cuando exista esta posibilidad). Las acciones del gobierno
están encaminadas a adecuar la región para todas las inversiones nuevas que están llegando.
El panorama general del Magdalena Medio nos muestra que es una región con muchos
recursos productivos y con diversos intereses para su explotación (ver figura No. 5):
1. Es una zona especialmente rica en recursos hídricos ya que tenemos tres zonas bos-
cosas que nutren de agua a la región y que son importantes, como recurso estratégi-

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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
co, para la sostenibilidad de cualquier proyecto de tipo agrícola, minero o pesquero.
Estas zonas son la Serranía del Perijá, la Serranía de San Lucas y la Serranía de los
Yariguíes. De acuerdo a valoraciones que el PDPMM conserva, la principal proble-
mática que tienen estos cerros es la deforestación que se presenta por el cultivo de la
coca y por la minería, con un impacto fuerte sobre la Serranía de los Yariguíes. Con
el agravante que los cultivos de coca hacen parte de una multinacional sin rostro,
por lo que no hay con quién debatir o negociar sobre los efectos de su producción.
También se está implementando la planta de HIDROSOGAMOSO, que va a pro-
ducir energía eléctrica a base de agua.
2. Desde el punto de vista de las riquezas minerales, el Magdalena Medio ha sido
tradicionalmente un punto de explotación y refinamiento del petróleo, centrado
en Barrancabermeja y que ha buscado ampliarse a la Serranía de San Lucas y a la
Meseta de los Santos. En Barrancabermeja está la refinería que produce el 75% de
gasolina del país. Con todo, Colombia no es una potencia petrolera.
También encontramos Uranio en la parte de Betulia y Oro en el sur de la provincia
de Vélez, en Puerto Berrío y en el sur de Bolívar. A esta última zona llegó en el 2003
la ANGLOGOLD ASHANTI COLOMBIA S.A., solicitando 1.350.000 Has para
la explotación de Oro, y además está interesada en cerca de 1.900 Has en el territo-
rio de El Peñón y Bolívar. Se cree que existen cerca de 1.500.000 Has con reservas
de Oro de la más alta pureza y que en este lugar existe la veta más grande de toda
América Latina, la cual es actualmente explotada por pequeños mineros.
En este último caso se dio un proceso muy interesante de movilización social, a tra-
vés de la Mesa de Interlocución del Sur de Bolívar. Los agromineros decidieron no
efectuar negociaciones con la compañía, sino directamente con el gobierno como
principal garante de sus derechos ciudadanos. Lamentablemente no se reúnen hace
más de un año, por lo que se pre-
sentó hace poco la movilización
hacía Santa Rosa para presionar las Concesión: es la entrega de
negociaciones. un derecho de explotación de
un servicio (acueducto, energía
Por otro lado, hay carbón en el área eléctrica, vías) o un bien (petróleo,
de Vélez que prácticamente fue carbón, minerales, agua, etc.), por
otorgada toda en concesión por el parte de una empresa o Gobierno,
gobierno. En este caso hay varias a otras empresas generalmente del
compañías como la llamada RIO sector privado. Las concesiones
TINTO MINING AND EXPLO- se han convertido con el paso del
RATION COLOMBIA, que está tiempo, en la principal herramienta
interesada en sacar carbón en el mediante la cual los estados ceden
la soberanía sobre sus recursos y
área rural de Landázuri, municipio
servicios, al capital transnacional.
que tiene el 70% de su riqueza en

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Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
concesión. En toda la Serranía de los Yariguíes existen cerca de 150.000 Has que
tienen carbón, del que se dice, en cuanto a su sentido energético, es superior al
carbón extraído del Cerrejón.
Figura No. 5. Ubicación geográfica de algunas de las riquezas na-
turales, productivas y minerales del Magdalena Medio.

3. En el Magdalena Medio se desarrolló tradicionalmente la ganadería, desde Puerto


Berrío hasta Barrancabermeja. Actualmente muchas de estas haciendas son impro-
ductivas, porque son una excusa para el lavado de dólares. Sin embargo, los pro-
yectos de ganadería y ganaderos que no están vinculados con el narcotráfico, están
estimando la posibilidad de vincularse a la producción de palma por su rentabilidad
económica.
4. En el tema de la agricultura, por un lado se tiene una fuerte producción de palma
en la zona del valle, que empezó a sembrase en la región desde la década del 60.
En un primer momento se hizo para la producción de aceites vegetales en el Valle
del Cauca, con la instauración de la compañía INDUPALMA en 1967. Posterior-
mente se comercializó para la industria de cosméticos, con asiento en Barranquilla,
y finalmente, en esta década, se dirige la producción palmera a la fabricación de

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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
combustibles. En este momento el mercado de palma en el Magdalena Medio tiene
estos tres compradores.
Mientras que en el valle existe la tendencia al monocultivo y la ganadería, en las
lomas la dinámica ha sido radicalmente distinta. Se trata de pequeñas fincas en las
que las personas han sobrevivido con base al cultivo del cacao, yuca, frutales y otros
productos comestibles. El cacao se produce en la ladera de Santander y en este mo-
mento ha entrado a 7 municipios en la Serranía de San Lucas. Santander es el princi-
pal productor de cacao del país, que está destinado a empresas como la Compañía
Nacional de Chocolates y LUKER.
En el área del Carare, se tienen maderables, como el caucho. Y finalmente los culti-
vos de coca.
En cuanto a las condiciones de vida de los pobladores de la región, encontramos que
el promedio de necesidades básicas insatisfechas es de 61,98%, por encima del promedio
nacional que es de 27,67% (ver gráfica No. 6). La situación es particularmente grave en el
sur de Bolívar, y en municipios de Santander como El Peñón y El Carmen.

Figura No. 6.
Índices de Necesidades Básicas Insatisfechas en el Magdalena Medio; año 2005.

Desde el PDPMM – OPI, hemos venido estimando que entre 2008 y 2012, llegarán a la
región 14 billones de pesos en inversión en minería, energía, hidrocarburos, infraestructura
de transporte y equipamientos, y las finanzas públicas con renta petrolera.

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Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
** La palma y la producción de agrocombustibles
Según el Gobierno nacional, en el país existen 41 millones de Has dedicadas a la gana-
dería extensiva, de las cuales 19 millones están en tierras aptas para agrocombustibles. De
estas últimas aproximadamente la tercera parte pueden usarse para sembrar palma y caña.
Las proyecciones del gobierno y de FEDEPALMA para los próximos 10 años hablan de
3 a 3,5 millones de Has que generarían entre 1,2 y 1,5 millones de empleos, a razón de 4 o
5 por cada 10 Has. Según esta agremiación, a través de las cooperativas se ha incentivado
la prestación de servicios de apoyo a las empresas palmeras en todas las áreas del negocio,
además de servicios de vivienda, generación de empresa para fabricación de uniformes,
panadería, etc., habiendo, en todo el territorio nacional, contratado con 8000 cooperativas
y 32 mil trabajadores asociados.
Actualmente en la zona que nos corresponde, que comprende los departamentos de
Bolívar, Cesar, Norte de Santander y Santander, se tienen 77.000 Has cultivadas con pal-
ma. Las proyecciones para los próximos 10 años es alcanzar 693.000 Has de las 3,5 millo-
nes proyectadas para todo el país. De la zona central, el departamento de Santander, según
FEDEPALMA, tiene 49.713 has sembradas, el 15% del nivel nacional, y que genera 6.215
empleos.
En esta región ha existido un crecimiento acelerado del 28% en el cultivo de palma de
aceite, en cuanto a áreas en producción y áreas en desarrollo, con el objetivo de proveer el
agrodiesel necesario para mezclarlo con diesel común.
En Barranca se construyó la planta de biodiesel, ECODIESEL, con una inversión de 35
millones de dólares, de los cuales la mitad lo puso Ecopetrol y la otra mitad las extractoras
Bucarelia, las Brisas, Wilches, Monterrey, Cesar, Agroinca y la Extractora Central. Va a pro-
ducir 2.000 barriles de biodiesel al día siguiendo una cadena que va de los palmeros, a las
extractoras y luego a Ecopetrol. También se piensa construir otra planta productora a partir
de las inversiones de la Texas Biodiesel Company, en tres plantas extractoras más ubicadas
en San Pablo, Cantagallo y Sábana de Torres.
En los 31 municipios que trabaja el PDPMM en el Magdalena Medio, actualmente se
tienen 72.000 Has sembradas de palma. Se puede ver que los cultivos de palma se han ido
extendiendo en la región, llegando incluso a zonas que anteriormente no tenían esta voca-
ción como el Sur de Bolívar.
Se pueden encontrar diversos casos que ilustran los efectos de los cultivos de palma en
cuanto a la producción de empleo, la ausencia de garantías laborales, la seguridad alimenta-
ria y la demografía de la región.
El primero es Puerto Wilches. El área total de este municipio es de 153.919 Has, el área
cultivable de 62.668 Has, de esta última el 67% tiene palma, y en pequeñas proporciones
maíz, plátano y frutales. Aquí se presenta algo muy dramático en relación con los ingresos

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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
reales que reciben los trabajadores producto de la contratación de 4 empresas: Las Brisas,
Monterrey, Extractora Central y Bucarelia, con 26 cooperativas asociadas de trabajo gene-
rando 1.413 empleos.
En Bucarelia, por ejemplo, se manejan tres escenarios de pago de acuerdo a la produc-
tividad persona/día, el más bajo es de 1,2 Tn y el más alto de 1,8 Tn. En el más bajo, una
persona recibe $858.000 mensuales por su trabajo, después de las deducciones legales les
quedan $551.587, más alto que un salario mínimo, pero para cualquier trabajador una de-
ducción del 35% es demasiado alta, sin contar los descuentos posteriores que se hacen por
la mala calidad del producto, por el transporte, por el animal o el carro que la compañía
presta para sacar el producto.

Tabla No. 2. Sistema Cooperativo Palmas Oleaginosas Bucarelia S.A.

En Las Brisas existen 3.000 Has sembradas de palma y la empresa asegura que contrata
80 cuadrillas, cada una de ellas compuesta por 1 búfalo, 1 carreta y 2 hombres. Así las cosas,
se están generando apenas 160 empleos lo que contradice totalmente lo afirmado por el
gobierno nacional sobre la generación de 4 o 5 empleos por cada 10 Has.

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Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
El segundo caso lo encontramos en Sábana de Torres que tiene un área cultivable de
11.692 Has. El 71% está sembrado de palma y únicamente existen 1.600 has para arroz, y
825 Has para maíz amarillo.
El tercer caso está en el municipio de Regidor que tiene 22.000 Has cultivables de las
cuales se ha proyectado que 17.000 serán para palma. Allí, las vías entre corregimientos no
existen o están totalmente tapadas y, por ejemplo, en el corregimiento de San Cayetano,
existen 70 casas en las que viven entre 3 y 4 familias en cada casa. Ya lo veremos cuando
hablemos de la densidad poblacional, donde se empieza a ver porque regidor no aparece
como una zona alta de desplazamiento a pesar de la dinámica que está teniendo.
En los análisis que ha hecho el PDPMM municipio por municipio para mirar el despla-
zamiento y la densidad poblacional, partíamos de la siguiente hipótesis de trabajo: “donde
hay cultivos de palma no hay personas”. Para el territorio en estudio esta idea es cierta en
algunos casos y en otros no. Por ejemplo, tenemos municipios como Puerto Wilches, que
para el año de 1993 tenía 17 habitantes por km2, y para el 2005 alcanzó 20 habitantes; o
Sábana de Torres, que tenía 12 y 13 habitantes por km2 en esos años respectivamente. En
estos ejemplos encontramos que efectivamente existe una relación entre la palma y la au-
sencia de personas de estos territorios.
En otros casos tenemos municipios como Regidor, que para 1993 tenía 55 habitantes
por km2, y que para el 2005 la densidad aumento a 68. Esto contradice la hipótesis inicial si
consideramos que la mitad de este poblado está sembrada con palma, sin embargo, lo que
se ha encontrado es que en algunos casos la palma no produce desplazamientos espaciales,
sino arrinconamientos, es decir, viven muchas personas pero en condiciones de hacina-
miento.
Finalmente, con el modelo alternativo de la finca campesina con palma se ha demos-
trado que, frente al modelo extensivo de palma que contrata cooperativas, los ingresos son
mucho más altos por la 10 Has que tienen sembradas, lo que se ha reflejado en mayor cali-
dad de vida, mejor bienestar, arreglo de sus casas, acceso a la educación, entre otros.

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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
2. CONVERSATORIO

Luego de realizadas las dos anteriores ponencias, los expositores y los asistentes genera-
ron un espacio de debate que ayudó a aclarar varias de las preguntas surgidas en el auditorio.
Dada la importancia de los asuntos debatidos, a continuación se resumen algunos de esos
puntos y las respuestas de los expositores.
• Se debe hacer una mayor reflexión frente al desarrollo impulsado por el PDPMM:
¿desarrollo al servicio de quién?, ¿por qué se ha hecho una crítica a las transnaciona-
les pero a la vez se priorizan los cultivos de palma que benefician a estas empresas?
• Pareciera que existe un abismo grandísimo entre los efectos de la palma en grandes
extensiones y la palma en el modelo de finca campesina, cuando se ha demostra-
do que la dinámica de los AGC produce consecuencias aterradoras. Es necesario
preguntarse si realmente la finca campesina con palma es un modelo alternativo de
desarrollo.
• Al comienzo el PDPMM impulsó la siembra exclusiva de palma. En el momento
en que esto no generó la renta suficiente, se cambió al modelo de finca campesina
que además de la palma cuenta con cultivos de maíz, yuca, y otros productos, con el
fin de alcanzar ingresos adicionales para las familias. Es importante tener en cuenta
cuál es el futuro de estos productores, si van a ser absorbidos por las multinaciona-
les o si va a existir una posición radical de no dejarse absorber, teniendo en cuenta
que los campesinos y campesinas cumplen un simple papel de proveedores en la
finca campesina. Podría pensarse en un sistema, como se ha dado en el Brasil, en el
que los campesinos además de producir la materia prima sean socios de la refinería,
a diferencia de aquí en Colombia donde los que se quedan con las mayores ganan-
cias son los industriales y terratenientes.
• En el proceso de finca campesina es posible encontrar elementos que tienen que
ver con el desarrollo social, la protección agroambiental, la inclusión e, incluso, con
modelos de resistencia al modelo de extensión que se ha dado en el Magdalena
Medio.
• Es importante llamar la atención en torno a que actualmente, en los análisis eco-
nómicos, el debate se centra en el producto y no en las relaciones de producción.
Anteriormente en el Magdalena Medio se hablaba de la existencia de unas relacio-
nes de producción que generaban explotación y esclavitud, ahora el producto es el
castigado, llega el búfalo y es el paramilitar, llegó la palma y es el neoliberal, cuando
lo importante es hacer énfasis en que esos productos pueden ser aprovechados en
modelos de relaciones de producción alternativos, sin negarnos al producto por el
producto.

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Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
• Todo cultivo de palma que se desarrolle a nivel comercial genera contaminación,
pues requiere abonos químicos para que exista una alta productividad, no es posi-
ble hacerlo con abonos orgánicos pues no tienen la misma absorción y se requeri-
rían por lo menos 4 o 5 toneladas por Ha, por lo que el actual modelo que se está
implementando no responde a la conservación de los factores medioambientales.
La seguridad alimentaria es un concepto complejo que va más allá de sembrar al-
gunos productos, por lo que los esfuerzos deben dirigirse a alcanzar una buena ali-
mentación y no solamente una buena producción.
• En los medios de comunicación se dice todo el tiempo que la principal causa de
contaminación ambiental, desplazamiento, violencia y discriminación es la produc-
ción de coca, sin mencionar los programas que se centran en la agroproducción,
impulsados por intereses trasnacionales, para los cuales el Magdalena Medio es un
filón muy importante por sus riquezas minerales y su extensión territorial. Estos
programas nos impelan a usar semillas transgénicas que generan contaminación di-
recta al medio ambiente, y a sembrar palma y caucho que no son productos propios.
Se dice que sembrar palma esteriliza la tierra debido a su gran absorción de agua por
lo que dentro de algunos años nadie va a habitar estas tierras.
Es central incluir en el debate el impacto ambiental de estos productos, en momen-
tos en que el discurso sobre desarrollo se basa en la agroproducción, y que sim-
plemente implica incluirnos en un modelo que sólo es rentable para los intereses
transnacionales.
• En definitiva se está hablando de un pulso entre un modelo de desarrollo para el ca-
pital y otro para lo social. El primero optó por la estrategia de acercarse a la exigen-
cia de las comunidades de desarrollo social y de respeto y garantía de los derechos
humanos, con el objetivo de lograr que en países de la periferia y en sus territorios
se implantara este modelo, minimizando sus consecuencias perversas y dañinas
para el bienestar de las comunidades. Es en ese contexto en que surgen institucio-
nes y procesos como el PDPMM y el Laboratorio de Paz.
• En espacios como Naciones Unidas y en los grandes centros de poder, se trabaja la
hipótesis que las transnacionales son generadoras de guerra, de conflicto, y se está
buscando la forma de que las multinacionales se conviertan en generadoras de paz.
Es importante vincular estas iniciativas teniendo en cuenta que la producción de
palma, agenciada por transnacionales, no es diferente en cuanto a sus efectos a la ex-
tracción de carbón, de oro o de petróleo, ya que genera esclavitud vía tercerización
laboral, despojos y conflictos reproductores de pobreza.

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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
Respuestas de los panelistas

Santiago Camargo:

Es necesario hacer todos los análisis desde la lógica de los sistemas sociales de produc-
ción. No es bueno realizar un análisis desde la negación del producto por el producto. De
tal manera que si entramos a analizar la pertinencia de alguno para el Magdalena Medio, de-
bemos tener en cuenta los factores y consecuencias que su producción implica en nuestro
contexto determinado. Por ejemplo, para el caso del petróleo, es necesario mirar que toda la
población mundial lo requiere para transporte de personas y mercancías, y que tiene unos
efectos negativos como contaminación del medio ambiente, deforestación, calentamiento
global, entre otros, es desde esto que debe hacerse la crítica.
De igual manera sucede con los cultivos de coca. Hay que situar este sistema social de
producción en el contexto social en que se desarrolla. Para los pobladores indígenas del
Cauca la coca hace parte de la cultura, es comestible, e integra su cosmovisión; mientras, en
el Sur de Bolívar, se utiliza para producir cocaína. Por lo que en uno y otro lugar los intere-
ses y consecuencias son distintos, y por lo tanto deben ser distintos los análisis y posturas
políticas frente a este producto en cada lugar que se siembra.
En este sentido, miremos la palma como sistema social de producción, en el Chocó y en
algunas zonas del Magdalena Medio se ha desarrollado en una forma perversa a través de
grandes ingenios, de plantaciones extensivas y de monocultivo, de oligopolios, de violencia
paramilitar y desplazamiento. Pero el mismo producto puede tener otros sistemas sociales
de producción que pueden explorarse, como el modelo de finca campesina que propende
por la agremiación campesina para que no sean arrasados como ha ocurrido en otros luga-
res. Efectivamente existen muchos riesgos, pero aún es muy pronto probar su éxito.
Esta apuesta tiene grandes potencialidades políticas a partir de dicha agremiación. Se
puede recordar lo que significó la organización política alrededor de un producto en el eje
cafetero. Los comités de cafeteros no eran más que campesinos con pequeñas fincas de 10 o
20 Has vinculadas solamente al café, y esta organización gremial alcanzó un inmenso poder
político y niveles altos de desarrollo para su región.
Independientemente de si nos gusta o no, ya se adelanta en el Magdalena Medio un
modelo efectivo de crecimiento económico. La pregunta qué debe hacerse es hasta qué
punto éste va a traer desarrollo. El boom económico en marcha va a proporcionar empleo
temporal, pero cada vez menos se tendrá empleo permanente, por lo que se debe generar
trabajos sostenibles y productivos a partir de la ocupación del territorio. Es en este contexto
en que se debe apostar a otros sistemas sociales de producción, como el de la finca campe-
sina, para crear desarrollo.

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Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
Juan Carlos Morales González:

Efectivamente la discusión debe hacerse sobre modelos de desarrollo y relaciones de


producción, llámese palma, banano, petróleo, en otra época caucho. El debate debe centra-
se en estos puntos. La actualidad pone en evidencia la crisis existente en términos de las dis-
putas por modelos de desarrollo y la forma en que las relaciones de producción se estructu-
ran a favor del capital. Todos los proyectos económicos que en este momento tiene el país,
y que se han ido facilitando a partir de reformas legislativas, como los agrocombustibles a
base de palma, caña, remolacha o yuca, el Estatuto de Desarrollo Rural, la Ley Forestal, ya
declarada inconstitucional, las patentes a partir de las negociaciones del Tratado de Libre
Comercio con EEUU, hacen parte de una estrategia completa que busca imponer modelos
de producción que benefician a muy pocos.
Aunque el modelo de finca campesina aparenta ser benéfico en relación con la seguri-
dad alimentaria, es necesario trascender a conceptos que implican mayor autonomía de las
comunidades y soberanía del país.
En ese sentido no sobra recordar que la seguridad alimentaria es definida como la ga-
rantía de hogares e individuos para acceder a alimentos, y que la soberanía alimentaria sig-
nifica el control autónomo que tiene un país sobre todo su proceso alimentario, incluyendo
lo productivo, los hábitos de consumo, la cultura que subyace a ello, y los conocimientos,
entre otros aspectos.
En estos momentos las luchas que emprenden organizaciones campesinas, rurales e in-
dígenas, están apuntando a la defensa de las autonomías alimentarias, entendiéndose por
estas el derecho que le asiste a cada comunidad a controlar su proceso alimentario. Es un
concepto que vale la pena tener en cuenta.
Tampoco sobra recordar que frente a realidades como la palma, se asegura que nuestro
país va a garantizar la seguridad alimentaria vía importación de alimentos, con lo que se
busca acabar la producción autónoma de alimentos. Es en ese sentido que la lucha en estos
momentos es defender las autonomías alimentarias.

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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
3. EXPERIENCIAS DE RESISTENCIA
3.1 DE LA ECONOMÍA CAMPESINA AL MODELO
AGROINDUSTRIAL6

Campesinos Sin Tierra es una organización legalmente constituida que surge en el 2006
con el fin de visibilizar las problemáticas de los habitantes de Regidor en Bolívar.
Durante los últimos años el municipio ha tenido una fuerte transformación en sus es-
tructuras sociales y económicas. Hasta hace 5 años la economía del municipio estaba ba-
sada en la agricultura y la ganadería, aunque la tierra en un 80% estaba en manos de terra-
tenientes. Hoy en día, los campesinos apenas poseen el 20 % de las tierras de la región (ver
tabla No. 3).
Los campesinos y campesinas trabajaban, sea porque los contrataban o porque arrenda-
ban tierra para cultivar. Sin embargo, en el periodo 2004 – 2007, los terratenientes vendie-
ron sus tierras a empresarios de la palma, lo que hizo que los campesinos ya no pudieron
arrendar tierras y la demanda de mano de obra campesina disminuyera considerablemente.
También los pequeños productores empezaron a vender sus tierras a las empresas palmeras.
Esta dinámica impulsó el incremento de los precios de la tierra, lo cual ha anulado la
posibilidad de los campesinos de hacer transacciones de tierra de este factor productivo
para poder sembrar.
Las causas de la venta de tierras por parte de los campesinos y campesinas a las empre-
sas fue la inexistencia de escrituras que avalaran la propiedad de los terrenos que ocupaban,
o porque desconocían los trámites y no tenían los recursos para hacerlos. Tampoco existían
posibilidades de acceso a crédito y tuvieron la falsa expectativa de convertirse en comer-
ciantes con el dinero que les ofrecían.

Tabla No. 3. Tenencia de la tierra en Regidor. Año 2008 (área total del municipio: 186 Km²).

Superficie en Superficie en
%
Has. Km²
Tierras en manos de campesinos 3.785 37,85 20,3
Tierras en manos de terratenientes 9.235 92,35 49,65
Zona de playones, área 5.580 55,8 30
alta y centros poblados
Área altamente productiva 13.020 130,2 70
Tierras cultivadas en palma 5.000 50 26,8
Proyección de cultivos de palma 12.000 120 64,5

6  Presentación realizada por Organización Campesinos Sin Tierra de Regidor. 16/X/2008.

55
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
En la actualidad, Regidor ha cambiado su forma de existencia al pasar de ser producto-
res a consumidores. La problemática principal está en el acceso a la tierra. La consecuencia
del despojo ha sido la concentración de los campesinos en la cabecera municipal y en los
corregimientos producto del desplazamiento, imposibilitándoles desarrollar un proyecto
de vida digno. Existe inseguridad alimentaria, desnutrición y pobreza.
Producto de la actividad de la industria de la palma, se ha dado una degradación am-
biental expresada en la tala de bosques, desvíos y desecamiento de las fuentes de agua. Tam-
bién se han perdido los espacios comunales como playones y carreteras.
En el ámbito laboral El fenómeno presentado es la proletarización del campesinado que
además de ser explotado, no cuenta con condiciones de trabajo adecuadas, el ingreso perci-
bido es mínimo y no tienen seguridad social.
Los aprendizajes que hemos tenido al confrontar todas estas amenazas y vulneracio-
nes a nuestros derechos, nos permiten afianzar la organización social y trabajar según los
siguientes principios:
• La tierra nos da la posibilidad de tener un proyecto de vida: !Sin tierra no hay fu-
turo!
• La alimentación es un derecho fundamental: la producción de alimentos es el apor-
te de los campesinos al desarrollo humano sostenible
• El uso que el campesino hace de su tierra, no solo compromete sus intereses indivi-
duales, también afecta a la sociedad presente y futura.
• Es mejor ser un campesino humilde pero autónomo, a ser un asalariado dependien-
te con un alto grado de inestabilidad laboral y económica.

3.2 LA EXPERIENCIA DE LA ASOCIACIÓN DE PRODUCTORES


ALTERNATIVOS DE SIMITÍ7

La Asociación de Productores Alternativos de Simití – Asproas, fue creada en 1997 con


el objetivo de recuperar la agricultura campesina luego de que esta se perdiera con la llega-
da, primero, de la marihuana y, después, de la coca. A consecuencia de la represión desatada
contra las comunidades y sus líderes después del éxodo de 1998, hubo un receso en nues-
tras actividades hasta el 2002.
El contexto actual del municipio se puede delimitar analizando tres problemáticas que
están entrelazadas:

7  Presentada por: Jorge Rey y Ana Ibeth Rivas, Asociación de Productores Alternativos de Simití. 16/X/2008.

56
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
• Estamos totalmente rodeados de palma desde el 2002. De una parte se desarro-
llan dos tipos de proyectos administrados por los campesinos (Palmas del Sur y
PDPMM) en los que se puede sembrar cultivos de pan coger y, por otro lado, se
pone en marcha un proyecto agroindustrial ligado a las actividades paramilitares,
que además ha originado graves daños ecológicos.
• Según un estudio hecho por Asproas, la mayoría de los campesinos y campesi-
nas no tienen tierras. En el corregimiento de San Luis, de 130 familias, sólo el 10%
tiene una finca titulada, lo que afecta gravemente las posibilidades de trabajo y de
alimentación de la comunidad. Anteriormente Simití y toda su área rural era funda-
mentalmente agrícola. Se sembraba arroz, yuca, patilla, ahuyama, ñame, guandul,
ajonjolí, entre otros alimentos. Los campesinos y campesinas no eran necesaria-
mente propietarios pero se les permitía que cultivaran. Cuando se implementaron
los cultivos de palma, y ante la falta de recursos para invertir, los dueños negociaron
con los industriales y entregaron en usufructo las tierras a 30 años.
Igualmente se tenían unas tierras baldías como sabanas comunales que cada perso-
na podía aprovechar, pero fueron cercadas con alambre para la palma.
En este momento no es posible conseguir alimentos más allá de los que llegan de
otros lugares y no se tiene el dinero para comprarlos. Se puede cultivar alimentos
lejos del corregimiento pero no todo el mundo lo puede hacer. De la misma mane-
ra escasea, para el campesinado, la palma para construir vivienda y la madera para
cocinar.
• El conflicto armado. Como organización hemos podido resistir los distintos em-
bates de grupos guerrilleros y paramilitares presentes en el territorio, y que han he-
cho, en razón de su permanencia en él, señalamientos a las comunidades de perte-
necer a uno u otro bando. En este momento el control lo tienen los paramilitares,
quienes han asesinado a varias personas.
Asproas tiene como objetivo trabajar por el derecho al territorio y por mejores con-
diciones de vida para sus pobladores. En este sentido la organización ha hecho diversas
actividades entre las que se destacan:
• En alianza con las Juntas de Acción Comunal, estamos buscando interlocutar con
las compañías palmeras para exigirles acciones de mitigación del daño ambiental
que han causado en las cuencas hidrográficas.
• Se hacen reuniones de análisis y sensibilización con las comunidades sobre las pro-
blemáticas que en este momento nos afectan, y se cuentan con comités de jóvenes,
de mujeres, de hombres para hacer ecorresistencia. La idea es no quedarse con los
brazos cruzados. Con las mujeres se vienen adelantando talleres de capacitación y
se han impulsado experiencias de microempresas en los patios de las casas. Esto
último para incentivar la siembra de hortalizas y cría de especies menores, con el fin

57
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
de complementar la alimentación a base de maíz y el arroz, el cual, se siembra lejos
de las comunidades.
• También se está dando una pelea jurídica en el corregimiento de El Garzal por la
legalización de unas tierras que pertenecieron al narcotráfico, que son ocupadas
desde hace 18 años por los campesinos y campesinas.
Resumiendo, frente a las amenazas y el terror paramilitar se tiene como estrategia forta-
lecer la organización social y, hacer alianzas a nivel regional, nacional e internacional. Espe-
ramos así que estas acciones ayuden a no permitir más desplazamiento de las comunidades
pues su razón de vida está en el territorio.

3.3 LA EXPERIENCIA DE LA FEDERACIÓN AGROMINERA DEL


SUR DE BOLÍVAR8

La implementación de la palma de aceite en San Pablo, departamento de Bolívar, tiene


como antecedente directo los cultivos de coca que, por un lado, transformaron la tradición
agrícola de arroz, maíz y demás productos, y por el otro, permitió la entrada del paramili-
tarismo. De tal forma, detrás del lucrativo negocio de los paramilitares con la coca vino el
monocultivo de la palma.
Los métodos utilizados en la consolidación del modelo de la palma pasan por el desalo-
jo y el desplazamiento de los pequeños propietarios bajo la amenaza “o nos vende la tierra
o negociamos con la viuda”. También el desarrollo del cultivo está afectando gravemente
la flora y la fauna con las canalizaciones que se hacen para garantizarle a las plantaciones
cantidades ingentes de agua.
En este momento la palma no reporta ningún beneficio para los campesinos y campesi-
nas porque no la administran ni participan de las ganancias; prácticamente están cumplien-
do un papel de esclavos con los salarios de miseria que reciben.
La estrategia del paramilitarismo, profundizada desde el éxodo campesino de 1998, en
el que una de las demandas al Estado era precisamente medidas eficaces contra su accionar,
ha sido atacar la organización social por medio de las amenazas y asesinatos de los líderes.
Estos se han presentado fundamentalmente cuando se ha buscado dialogar con el gobierno
sobre las condiciones de vida, la vulneración de los derechos humanos y el desarrollo de la
región.
Pese a esto, la Federación ha venido persistiendo en el objetivo de detener el despojo
de las multinacionales y reclamar el derecho a una vida digna y la permanencia en el terri-
torio. En este trabajo se han agotado todas las vías legales. Actualmente se están buscando
escenarios de negociación con los gobiernos regional y nacional, pero la respuesta de estas
8  Presentación realizada por Fedeagromisbol. 16/X/2008.

58
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
instancias no es adecuada para los múltiples esfuerzos que realizan las comunidades para
instituir un diálogo participativo donde se tengan en cuenta las necesidades y expectativas
de los pobladores. Siempre se incumplen las reuniones programadas y al parecer hace parte
de la misma estrategia en la que buscan desgastar a la organización, con todo, la idea es
continuar con las movilizaciones pues si nos quedamos quietos igual van a llegar a nuestras
casas a sacarnos y callarnos.

3.4 LA RESISTENCIA SOCIAL EN CENTRO - PUERTO WILCHES - YARIMA9

La Organización Sindical Obrera – USO tiene como apuesta política el acompañamien-


to a las comunidades y a los bloques populares pues sus resistencias han impedido que el
modelo neoliberal no avance todo lo que quisiera.
Estas resistencias surgen por la inconformidad que tienen las comunidades frente al ac-
tual modelo de explotación. Lo que se está buscando principalmente son alternativas de
ocupación del territorio que comprendan redistribución de la riqueza, equidad en la parti-
cipación de los recursos que se están generando y, especialmente, respeto por las culturas
propias y el medio ambiente.
En el acompañamiento que se ha hecho en Puerto Wilches, el Centro y Yarima, encon-
tramos una situación indigna para las comunidades, que los ha llevado a pensar en realizar
acciones de hecho. Los habitantes de estas zonas están percibiendo que el cambio de los
últimos años ha significado una degradación de sus condiciones de vida frente a lo que
tenían anteriormente. Por ejemplo, aunque en algunos casos se tenga trabajo, el ingreso que
obtienen los trabajadores es mínimo: muchas veces al final de la quincena, después de los
descuentos por dotación, herramientas y comida, las familias sólo cuentan con $15.000 o
$20.000, mientras los ecosistemas y las fuentes de agua están siendo destruidos.
Ahora bien, este escenario nunca ha estado apartado del conflicto social y armado. La
gran mayoría de los desplazados y de los trabajadores de la palma antes fueron pequeños
propietarios de tierra, de la cual fueron despojados en una relación proporcional al creci-
miento del monocultivo, las grandes plantaciones y el procesamiento de los AGC. Por eso la
discusión no puede centrarse en el producto, sino en cuál modelo de desarrollo queremos:
el actual que tiene graves impactos sociales y ambientales, o uno que reconozca la voz de las
personas y les provea ingresos suficientes para vivir dignamente.
La disyuntiva en este momento es: le ponemos comida a los platos o combustible a los
carros. En este sentido las comunidades no pueden quedarse padeciendo la tragedia de los
AGC, sino que debe organizarse, hacer los debates nacionales e internacionales sobre el
caso, e incluso realizar acciones de fuerza sobre los cultivos, las vías, las materias primas y

9  Presentación realizada por la Unión Sindical Obrera – USO. 16/X/2008.

59
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
los circuitos económicos para no permitir que el Magdalena Medio siga siendo una tierra
muy rica con unos pobladores muy pobres.

3.5 LLENANDO TANQUES, VACIANDO TERRITORIOS10

En primer lugar, es necesario mencionar que los AGC no contribuyen al mejoramiento


del problema del cambio climático en el mundo. Generalmente se dice lo contrario pues se
tiene en cuenta solamente los gases generados en la quema del combustible; sin embargo, si
a estos le agregamos todos los que se generan en la construcción de las plantas de procesa-
miento de AGC, durante la producción y el transporte de los mismos, la contaminación es
mucho mayor a la que se crea usando petróleo.
En segundo lugar, el balance energético de la producción de AGC es negativo. La ener-
gía que se invierte en su producción, presente en la implementación de las plantaciones, en
el remplazo de los bosques primarios, en la producción de agrotóxicos y fertilizantes, en la
construcción de las plantas procesadoras, en el transporte y la comercialización, es amplia-
mente superior a la energía que se espera produzcan los AGC.
En tercer lugar, en términos monetarios los AGC no son rentables. Al hacer un balance
objetivo de su rentabilidad, se deben tener en cuenta para calcular su costo las externalida-
des que surgen a raíz de los conflictos políticos, sociales y ambientales que se forman y que
no son cuantificados. Costos incuantificables como el desplazamiento forzado, los asesina-
tos de líderes sociales, el aumento del costo de vida y la desnutrición, la perdida irreversible
de la diversidad cultural y natural de nuestro planeta, entre otras.
Aunque la producción de AGC no es un fenómeno exclusivo de Colombia, nuestro país
con sus características locales es un caso paradigmático. Aquí se sufren consecuencias como
el aumento del hambre, el desplazamiento forzado, las millones de has de zonas de especí-
fico cuidado ambiental arrasadas para sembrar palma, el recrudecimiento de la guerra que
tiene sus peores consecuencias en los sectores más empobrecidos. Estos elementos hacen
parte de la consolidación de un modelo neocolonizador que impulsa el actual gobierno, que
vía conflicto armado, usurpa tierras y se apropia de los recursos naturales, para posterior-
mente legitimar estos hechos desde el aparato narcoparamilitar.
En este contexto, desde el 2007, se inició un trabajo en el pacífico colombiano con
Consejos Comunitarios que hacen parte del Proceso de Comunidades Negras, en el que se
analizaron las irregularidades que se presentaban en la implementación de megaproyectos
(represas, IIRSA, proyecto Arquímedes). El elemento común que se encontró en estos pla-
nes es la expansión del monocultivo de la palma de aceite que ha generado crisis sociales y
conflictos ambientales.

10  Presentada por: Juan Pablo Soler, Censat Agua Viva. 16/X/2008

60
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
De alguna manera lo que se está haciendo y piensa continuarse es llenar tanques a costa
de vaciar territorios, a costa de vaciar los territorios de la cultura, de la diversidad de la vida,
de agua, de patrimonio ecológico, incrementar la pobreza y profundizar las desigualdades.
A raíz de esto se impulsó la Campaña nacional e internacional contra los AGC “Llenan-
do tanques, vaciando territorios” que tiene como objetivos:
• Difundir los conflictos ambientales, sociales y culturales generados por los mega-
proyectos agroindustriales y los impactos sobre los territorios y culturas de las co-
munidades negras, indígenas y campesinas.
• Desmitificar la idea de los AGC como una alternativa limpia y sostenible.
• Evidenciar las políticas, los actores, los intereses de quienes promueven los mega-
proyectos.
• Visibilizar y fortalecer las posiciones y propuestas de las comunidades para enfren-
tar la expansión de los cultivos para AGC e intercambiar herramientas para la resis-
tencia y defensa de los territorios, la biodiversidad y las culturas.

4. MESAS DE TRABAJO

Luego de expuestas algunas de las experiencias regionales de resistencia frente a la ame-


naza de los AGC, las personas participantes se reunieron en mesas de trabajo con el fin de
debatir en torno a cómo la dinámica de los AGC afecta el medio ambiente, las condiciones
laborales y políticas, y el territorio y la cultura de la región.
Cada uno de estos ámbitos temáticos fue abordado con base en unas preguntas guías
comunes, y otras preguntas particulares según el tema de la mesa de trabajo.
Las preguntas comunes para todas las tres mesas fueron:
• ¿Qué tipo de violaciones contra los derechos humanos son frecuentes en las comu-
nidades afectadas por la dinámica de los agrocombustibles?
• ¿Qué acciones de resistencia a los agrocombustibles podemos realizar en la región
del Magdalena Medio?
• ¿Cuál sería la propuesta alternativa a la producción de los agrocombustibles?
Las preguntas particulares o específicas fueron:
• Para la “Mesa de Medio Ambiente”: ¿cuáles daños o amenazas contra el medio am-
biente, los recursos naturales y los procesos organizativos ya han sido detectados en
las comunidades?

61
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
• Para la “Mesa sobre las Condiciones Laborales y Políticas”: ¿Qué tipos de violacio-
nes a los derechos laborales se generan con los megaproyectos de agrocombusti-
bles?
• Para la “Mesa sobre el territorio y la Cultura”: ¿Cuáles vulneraciones del derecho al
territorio y a la cultura de las comunidades se generan como resultado de la dinámi-
ca de los agrocombustibles?
• ¿Cómo afectan los megaproyectos de los agrocombustibles a las autonomías ali-
mentarias de la región?
A continuación se presentan las principales conclusiones dadas por las personas parti-
cipantes en cada una de las mesas de trabajo. Para una más cómoda lectura y comprensión,
dichas conclusiones fueron consignados en forma de tablas.

Ver página 63

62
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
MESA DE MEDIO AMBIENTE
PREGUNTAS RESPUESTAS DE LA MESA DE TRABAJO
• Desalojo de las tierras de las comunidades e impacto ambiental negativo sobre el territorio, específica-
mente en los aspectos de suelos, aire, fauna y flora.
¿Qué tipo de violaciones contra los • Explotación de la mano de obra campesina.
derechos humanos son frecuentes en las • Enajenación del derecho a la tierra y al territorio.
comunidades afectadas por los agrocom- • Violación del derecho al trabajo y a garantías laborales producto de la tercerización de la mano de obra
bustibles? a través de las cooperativas de trabajo asociativo, entre otros.
• Intensificación del uso de agroquímicos con graves consecuencias para la salud humana y el medio am-
biente, en especial del recurso agua.
• Existe un debilitamiento de los procesos organizativos, el proceso de los agrocombustibles se constituye
en un medio para romper las resistencias organizadas de las comunidades, se proscribe la protesta social
¿Cuáles daños o amenazas contra el y se le resta legitimidad a la organización sindical y los procesos democráticos del trabajo.
medio ambiente, los recursos naturales y • Utilización intensiva de abonos químicos y orgánicos que afectan los suelos, las aguas, los bosques pri-
los procesos organizativos ya han sido de- marios, con consecuencias como la deforestación, entre otras.
tectados en las comunidades? • Disminución profunda de la producción alimentaria que pone en riesgo la seguridad alimentaria.
• Aumento del desplazamiento forzado, el asesinato y las desapariciones forzadas.
• Organización a partir de las comunidades de base.
• Preparar a las y los jóvenes para la defensa de los derechos fundamentales y la vida digna.
• Recuperar el papel de la educación en la formación de conciencia individual y colectiva para la defensa
del territorio.
¿Qué acciones de resistencia a los
agrocombustibles podemos realizar en la • Recuperar los saberes y haceres de la cultura propia evitando la imposición de la cultura de consumo.
región del Magdalena Medio? • Promover formas de resistencias culturales.
• Promover el reconocimiento de la diversidad de la vida en los aspectos culturales y ambientales.
• Estimular la solidaridad internacional.
• Utilizar mecanismos legales para hacer denuncia y reclamar los derechos.
¿Cuál sería la propuesta alternativa a • Disminuir los consumos de energía
los agrocombustibles? • Recuperar las prácticas de producción artesanales.
MESA SOBRE LAS CONDICIONES LABORALES Y POLÍTICAS
PREGUNTAS RESPUESTAS DE LA MESA DE TRABAJO
• No existe desarrollo en las comunidades.
• Imposición de un régimen de terror por parte del paramilitarismo a través de amenazas y asesinatos.
• Se presenta inseguridad alimentaria reflejada en desnutrición y hambre. Los costos de los alimentos son
altos.
¿Qué tipos de violaciones contra los
derechos humanos son frecuentes en las co- • Afectación del medio ambiente por medio de las fumigaciones.
munidades afectadas por los agrocombus- • La realización de los derechos a la salud y a la educación es precaria.
tibles?
• Desplazamiento forzado.
• Deficiencia en los servicios públicos.
• Se han presentado casos de envenenamiento por contaminación permanente por los químicos para la pal-
ma.
• Precarización del trabajo.
• Poca valoración de la mano de obra.
• Deterioro del ambiente laboral.
¿Qué tipos de violaciones a los derechos
laborales se generan con los megaproyectos • Violación del derecho al trabajo y las garantías laborales a través de las cooperativas de trabajo asociado.
de agrocombustibles?
• Tercerización laboral.
• Represalias contra los trabajadores que participan en paros y manifestaciones.
• Debilitamiento de las organizaciones sindicales.
• Organización de los ciudadanos a través de un movimiento regional para realizar acciones de hecho.
¿Qué acciones de resistencia a los agro-
combustibles podemos realizar en la región • Concienciación de las personas desde la defensa del territorio, la producción y la capacidad de desarrollo.
del Magdalena Medio?
• Realizar trabajos con los trabajadores y sus familias para mostrarles la realidad de su situación.
• Crear un sistema alternativo de defensoría, en el que un abogado o una abogada reciba las quejas de las
violaciones a los derechos laborales, documente los casos y oriente a los líderes en esta materia.
¿Es posible pensar en una propuesta al- • Hacer un video que muestre la realidad de la comunidad y de los trabajadores de la palma para circularlo a
ternativa a los agrocombustibles? nivel nacional e internacional.
• Realizar un encuentro de trabajadores de palma que permita evaluar las experiencias de paros, y responder
que pasó después, qué se aprendió de ellos.
MESA SOBRE EL TERRITORIO Y LA CULTURA
PREGUNTAS RESPUESTAS DE LA MESA DE TRABAJO
• Afectación de la biodiversidad, en la actualidad no se cuenta con las mismas reservas forestales ni el mismo acceso al
agua de antes, lo que ha limitado el acceso a la alimentación, a la salud y a la madera, recursos y derechos vitales para
las comunidades campesinas.
¿Qué tipo de violaciones con-
tra los derechos humanos son fre- • Se continuó con la expropiación, los desplazamientos, asesinatos selectivos y amenazas.
cuentes en las comunidades afec- • Se vulnera el derecho de asociación y organización social, la movilización y la denuncia, y se le resta legitimidad a esta
tadas por los agrocombustibles? práctica social en el contexto nacional y regional.
• Violación de los derechos de los trabajadores de la industria de la palma.
• Vulneración de los derechos de los niños y niñas como consecuencia de la fuerte carga de trabajo que es asumida por
toda la familia, eliminando la posibilidad de que asistan a instituciones educativas y a espacios de recreación.
• El modelo de palma en el Magdalena Medio ha implicado la alta concentración de la tierra, por medio de la deste-
rritorialización, el desalojo y el despojo, para el desarrollo de las plantaciones que sirven a la industria de los AGC.
¿Cuáles vulneraciones del de-
recho al territorio y a la cultura • Se remplazan la economía campesina por la economía agroindustrial.
de las comunidades se generan
como resultado de la dinámica de • Se sufre un proceso de rompimiento de las tradiciones y de transformación forzosa de la cultura campesina. Se acaba
los agrocombustibles? el apego a la tierra, ya no se siembra maíz, yuca, plátano, etc., lo que ha derivado en un cambio en la dieta al pasar del
autoconsumo a la compra de alimentos.
• Se ha deteriorado la identidad de la región, por ejemplo en San Pablo ya no existe el festival del arroz pues este pro-
ducto ya no se siembra.
• Impulsar un proyecto político distinto al actual.
¿Qué acciones de resistencia
a los agrocombustibles debemos • Educar a las nuevas generaciones y trabajar con los estudiantes para fortalecer los imaginarios campesinos, el apego a
realizar en la región del Magda- la tierra y apropiación de la cultura campesina.
lena Medio?
• Continuar con eventos de este tipo.
• Articular todas las iniciativas que desarrollan los sectores sociales y las ONGs en este tema.
¿Cómo afectan los megapro- • Se pierde la cultura de cultivo de la tierra, la producción propia de alimentos y los ecosistemas para su producción,
yectos de los agrocombustibles a los campesinos pasan a ser consumidores.
las autonomías alimentarias de • Aumento del precio de los alimentos.
la región?
• Se limita la libre movilización de las comunidades por el territorio con la construcción de “quiebrapatas” puestas para
proteger las plantaciones de palma.
¿Es posible pensar en una • Una posibilidad es cambiar el esquema de producción de AGC, involucrando a los campesinos en su desarrollo y
propuesta alternativa a los agro- combinando la palma con cultivos de alimentos, garantizando un pago digno a los trabajadores de la industria de la
combustibles? palma y respetando los derechos humanos integrales. Esto implica cambiar totalmente las políticas del gobierno. La
pregunta que se debe hacer es si se garantizan los derechos de los trabajadores, de los campesinos, indígenas y afroco-
lombianos y la autoproducción de alimentos, ¿seguiría siendo rentable el negocio de la palma?
IV.
SEMINARIO REGIONAL:
“LOS
AGROCOMBUSTIBLES
COMO AMENAZA AL
DERECHO A LA TIERRA
Y EL TERRITORIO EN EL
CHOCÓ”
Realizado el 22 y 23/X/2008, Riosucio - Chocó.

INTRODUCCIÓN

Continuando con el propósito de Diakonia y sus contrapartes colombianas de generar


un espacio itinerante de discusión sobre la dinámica de los AGC en el país, los días 22 y
23 de octubre de 2008 se llevó a cabo en el municipio de Riosucio – Chocó el Seminario
Regional “Los agrocombustibles como amenaza al derecho a la tierra y el territorio en el Chocó”
Al igual que el evento llevado a cabo en Barrancabermeja el 16 de octubre, el objeti-
vo del encuentro fue identificar impactos que la dinámica de los AGC haya causado en la
región. También se intentó identificar los sectores interesados en imponer los AGC en la
zona, los municipios más afectados, las estrategias utilizadas para la imposición de los AGC
como proyecto “productivo”, y las acciones pensadas o en marcha que las comunidades
desarrollan para resistir a ese modelo.
La realización de este evento fue posible gracias al esfuerzo de COCOMACIA y ASCO-
BA, quienes desde lo regional vienen adelantando un esfuerzo importante por debatir en
torno a este y otras problemáticas.
Inicialmente este capítulo recogerá una importante ponencia relacionada con el tema de
la consulta previa, para luego compartir las experiencias y lecturas de contexto desde lo re-
gional. Finalmente se resumirán algunas de las conclusiones a las que llegaron los asistentes
con base en unas preguntas guía para el debate.

1. PONENCIA
LA CONSULTA PREVIA Y LOS AGC1

Antes que nada es necesario definir qué es la consulta previa. Podemos decir que consis-
te en el derecho que tienen los grupos étnicos de poder decidir sobre medidas (legislativas
o administrativas) o cuando se vayan a realizar proyectos, obras o actividades dentro de
sus territorios, con el fin de que estas no afecten su integridad cultural, social y económica,
garantizando, además, su derecho a la participación.
Es, en otras palabras, el derecho de los pueblos para decidir acerca de sus propias prio-
ridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas,
creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna
manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social
y cultural.
Ya en lo normativo, a nivel de Colombia la Consulta Previa encuentra respaldo en los ar-
tículos 2, 7, 40 y 330 de la Constitución Nacional, así como en la Ley 21 de 1991 mediante
la cual se ratificó el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (Convenio
sobre Pueblos Indígenas y Tribales).
Teniendo el tema de interés de este evento y las memorias aquí presentadas, cabe decir
que la Sentencia C-169 de 2001 de la Corte Constitucional expresó que la explotación de
los recursos naturales debería hacerse sin desmedro de la integridad cultural, social y eco-
nómica de las comunidades indígenas y negras, de acuerdo con la Ley 70 de 1993 y el artí-
culo 330 de la Constitución Nacional. Además fue enfática al señalar que las decisiones so-
bre la materia deben tomarán previa consulta con los representantes de tales comunidades.
Así las cosas es claro que la Consulta Previa es un
La Consulta Previa también
derecho de las poblaciones indígenas y afrodescen-
ha sido considerada en
dientes, y que el Estado colombiano está obligado a varios pronunciamientos
que esta se respete y se desarrolle de manera oportuna, de la Corte Constitucional;
amplia, con información suficiente y veraz de lo que se particularmente, Sentencias
quiere consultar; en suma, un proceso que sea lo más T-428 de 1992, SU-039
de 1997, C-169 de 2001 y
transparente posible. C-030 de 2008.

1  Presentada por: Sergio Latorre Restrepo. Centro de Investigación y Educación Popular CINEP. 22/X/08. Si
se desea conocer la información base y fuentes utilizadas por el autor en su presentación, comunicarse con él al
siguiente correo electrónico: sl525@cornell.edu

68
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
Llegado este punto es necesario señalar que de acuerdo a la normatividad existente en
Colombia, la Consulta Previa debe ponerse en marcha en los siguientes casos:
• Cuando se vayan a tomar medidas legislativas o administrativas susceptibles de
afectar directamente a las comunidades.
• Cuando se vayan a adoptar decisiones respecto a la explotación de recursos natura-
les en territorios indígenas y de comunidades negras; es decir, antes de iniciar o au-
torizar cualquier programa de prospección o explotación de los recursos (mineros
o recursos naturales) existentes en los territorios de dichos pueblos.
• Cuando se vaya a realizar la determinación de las áreas indígenas restringidas al
interior de las zonas mineras indígenas.
• En el caso de traslado o reubicación de los pueblos de sus territorios tradicionales.
• Previa la diseño y ejecución de programas de formación profesional dirigidos a los
pueblos indígenas y afrodescendientes.
• En el caso de adopción de menores indígenas.
• Cuando se pretenda realizar investigaciones de acceso a recursos genéticos y cono-
cimiento tradicional (permisos de investigación científica). 
• Cuando se trata de medidas legislativas, la Corte Constitucional ha señalado (Sen-
tencia C-030 de 2008) que debe consultarse a las comunidades si aquéllas pueden
afectarlas directamente y aclara que:
“hay una afectación directa cuando la ley altera el estatus de la persona o de la co-
munidad, bien sea porque le impone restricciones o gravámenes, o, por el contrario,
le confiere beneficios (...) Cabría, entonces, señalar que procede la consulta, cuando
la ley contenga disposiciones susceptibles de dar lugar a una afectación directa a los
destinatarios, independientemente de que tal efecto sea positivo o negativo, aspecto
éste que deber ser, precisamente, objeto de la consulta previa”.
Así las cosas, cuando se trata de medidas legislativas, las autoridades competentes deben
poner en conocimiento de las comunidades la norma propuesta por intermedio de instan-
cias suficientemente representativas. Además, deben ilustrar sobre el alcance de estas nor-
mas y sobre la manera como podrían afectarlas, dando a las comunidades oportunidades
efectivas para que se pronuncien al respecto.
Cuando se trata de medidas administrativas, las autoridades deberían propiciar que las
comunidades tengan un conocimiento pleno sobre los proyectos destinados a explorar o
explotar los recursos naturales en los territorios que ocupan o les pertenecen, así como
de los mecanismos, procedimientos y actividades requeridos para ponerlos en ejecución.
Igualmente, la comunidad debe ser enterada e ilustrada sobre la manera como la ejecución
de los referidos proyectos puede conllevar una afectación o menoscabo a los elementos

69
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
que constituyen la base de su cohesión social, cultural, económica y política y, por ende, al
sustrato para su subsistencia como grupo humano con características singulares.
Del mismo modo, debe brindarse a las comunidades la oportunidad para que libremen-
te y sin interferencias extrañas pueda, mediante la convocación de sus integrantes o repre-
sentantes, valorar conscientemente las ventajas y desventajas del proyecto sobre la comuni-
dad y sus miembros, ser oída en relación con las inquietudes y pretensiones que presente en
lo que concierna a la defensa de sus intereses y, pronunciarse sobre la viabilidad del mismo.
Todo con el fin de que la comunidad tenga una participación activa y efectiva en la toma
de la decisión que deba adoptar la autoridad, la cual en la medida de lo posible debe ser
acordada o concertada.
Es necesario resaltar que no necesariamente se requiere del acuerdo con las comuni-
dades para que se ponga en marcha un proyecto o iniciativa. Sin embargo, cuando dicho
acuerdo no se alcance, la decisión de la autoridad debe estar desprovista de arbitrariedad
y de autoritarismo, debiendo ser objetiva, razonable y proporcionada a la finalidad consti-
tucional que le exige al Estado en lo relacionado con la protección de la identidad social,
cultural y económica de la comunidad. Lo anterior significa, de acuerdo con la Sentencia
SU-039 de 1997, que quien decide en últimas es la autoridad y ésta tiene la obligación de
establecer:
“los mecanismos necesarios para mitigar, corregir o restaurar los efectos que las me-
didas de la autoridad produzcan o puedan generar en detrimento de la comunidad o de
sus miembros. No tiene por consiguiente el valor de consulta la información o notificación
que se le hace a la comunidad indígena sobre un proyecto de exploración o explotación
de recursos naturales. Es necesario que se cumplan las directrices mencionadas, que se
presenten fórmulas de concertación o acuerdo con la comunidad y que finalmente ésta se
manifieste, a través de sus representantes autorizados, su conformidad o inconformidad
con dicho proyecto y la manera como se afecta su identidad étnica, cultural, social y eco-
nómica”.
Llegado este punto cabe hacernos la pregunta de cómo se puede exigir la Consulta Pre-
via.
Al respecto vale decir que existen diferentes mecanismos mediante los cuales se puede
solicitar su protección.
Como derecho fundamental, la Acción de Tutela es el que en mayor medida se ha utili-
zado porque las comunidades se han visto abocadas en diferentes momentos al ejercicio de
éste mecanismo de protección en defensa de sus derechos.
No debemos olvidar que la acción de tutela es una garantía que ofrece la constitución
política de Colombia, que permite proteger derechos fundamentales, los de la familia y los
de la comunidad.

70
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
Así mismo, este recurso legal que se supone funciona de manera sencilla, inmediata y
eficaz, puede presentarse ante cualquier juez y sin necesidad de un abogado. Para ello no es
necesario decir cuáles derechos de la constitución se están violando, pero sí es indispensa-
ble que se brinde la información suficiente de los hechos en cuestión para que así el juez
pueda tomar una decisión justa y rápida.
Cabe insistir, finalmente, en que la Consulta Previa es un derecho de carácter colectivo
que debe responder al principio de buena fe y debe ser garantizado antes de la toma de
decisiones que puedan afectar a la comunidad. Debe ser un proceso de carácter público,
especial y obligatorio, en el cual se garantice el debido proceso (principio de oportunidad,
comunicación intercultural y bilingüismo), y durante el cual se garantice a la comunidad el
acceso a información clara, veraz y, sobre todo, oportuna.
Adicionalmente, durante el proceso, deben participar no sólo las comunidades étnicas
sino las instituciones del Estado y los responsables del proyecto, obra o actividad. Entre
ellos, la Dirección de etnias del Ministerio del Interior y de Justicia, el Ministerio Público
(Procuraduría, Defensor del Pueblo o Defensores Municipales). En caso de temas relacio-
nados con la tierra, también deberá participar el INCODER y, cuando se trate de explota-
ción de recursos naturales, la autoridad ambiental que otorga las autorizaciones.
La consulta debe realizarse teniendo en cuenta la representación y autoridad de las co-
munidades, la interculturalidad y su lengua; es decir, la consulta debe realizarse con las insti-
tuciones tradicionales y a través de sus autoridades o las organizaciones que las representen,
que son las indicadas para manifestar los impactos sociales y culturales que un proyecto
pueda generar.

2. CONTEXTUALIZACIÓN DE LA DINÁMICA DE
LOS AGC EN LA REGIÓN Y LAS EXPERIENCIAS DE
RESISTENCIA
2.2 LOS AGC A PARTIR DE LA PALMA.
¿MODELO DE DESARROLLO O MODELO DE EXCLUSIÓN?2

Es necesario mencionar algunos antecedentes importantes para la región y el tema que


aquí se discute. En primer lugar, entre 1996 y 1997 se profundizó y amplió el conflicto
armado en el Bajo Atrato a consecuencia de la toma paramilitar de Riosucio, la operación
Génesis de las Fuerzas Armadas, y la presencia guerrillera en todas las cuencas. Estas accio-
nes ocasionaron el desplazamiento de las comunidades de la región.

2  Presentada por: Francisco Salas. Asociación de Consejos Comunitarios y Organizaciones del Bajo Atrato
ASCOBA. 23/X/2008. Riosucio – Chocó.

71
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
Luego, en 1998, el Gobierno colombiano visitó Malasia y firmó compromisos para im-
plantar el proyecto de palma en Colombia, lo cual permitió vincular empresarios al “proce-
so de paz” a través de programas productivos. Dos años después, son traídos los primeros
empresarios y se implementaron programas para garantizarles apoyo a través de créditos
Finagro, protección y seguridad por medio de la fuerza pública, además que contaron con
la complicidad de funcionarios públicos para apropiarse de los territorios colectivos.
Dentro de los objetivos del proyecto de palma en el Bajo Atrato se encuentran: ampliar
la frontera agrícola de Urabá hacia el Atrato, implantar un modelo de desarrollo para la
inversión de capital y los tratados comerciales, disputar el control social a la guerrilla y des-
pojar de los territorios colectivos a las comunidades negras dada la posición geoestratégica
del territorio y la abundancia de recursos ambientales.
Sobre esto último cabe decir que aunque las resoluciones 2424 y 2159 de 2007 del IN-
CODER confirman la propiedad colectiva de las comunidades negras sobre los territorios
ahora sembrados con palma, las agresiones contra las comunidades se han acrecentado de
tal forma, que el inventario de violaciones de las que han sido víctimas es muy extenso. Al
respecto, los sonados casos de Curvaradó y Jiguamiandó son apenas unos entre varios.
De hecho, por más que durante años se viene denunciando estas situaciones, sólo has-
ta hace poco comenzaron algunas tímidas investigaciones sobre los responsables de estos
hechos. Así las cosas, por ejemplo, la Fiscalía adelanta averiguaciones a 23 empresarios del
sector.
Hay diversas clases de impacto de los proyectos de Palma. En primer lugar los hay de
tipo ambientales como la destrucción de bosques, desecación de ciénagas y desvío de ríos,
la esterilización y cambios de usos del suelo, la contaminación con agroquímicos y la crisis
en los sistemas productivos y de consumo tradicional de las comunidades. Igualmente exis-
ten consecuencias sociales y culturales como la transformación de la cultura de agricultores
a la de jornaleros o “empresarios”, la pérdida de la autonomía y visión de etnodesarrollo, la
agudización del conflicto armado y el repoblamiento del territorio.
Pero tal vez la consecuencia más cruel y directa es la violación de derechos de las comu-
nidades negras, que se manifiestan en desplazamientos, asesinatos, masacres, desaparicio-
nes y la destrucción de caseríos, bienes y sitios sagrados.
Además, las condiciones de trabajo infrahumano y de subcontratación sin prestaciones
legales para los trabajadores, se ha convertido en algo muy común. A las personas que tra-
bajan en la palma sólo se les paga el salario mínimo o con vales para comida en donde les
obliga gastar su dinero con el mismo empleador.
Cabe señalar que a pesar de la destrucción o usurpación de nuestro territorio y las de-
más violaciones de derechos humanos de las que hemos sido víctimas, las comunidades
han ofrecido resistencia retornando al territorio y sembrando otros cultivos en medio de la
palma. Por estas razones los empresarios de la región han empezado también a abandonar

72
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
sus cultivos. Se han empezado a podrir los cogollos de la palma y se está propagando la
“enfermedad”.

2.2 TERRITORIO COLECTIVO Y AGC3

Los territorios colectivos de las comunidades negras deben ser entendidos como aque-
llos espacios físicos donde ancestralmente hemos realizado prácticas tradicionales de pro-
ducción, donde nacemos, crecemos y nos desarrollamos, y donde queremos morir de vie-
jos. Cuando hablamos de territorio hacemos referencia a algo que nos ha dado todo, al lugar
donde nacieron nuestros padres y las generaciones precedentes.
En dicho territorio llevamos a cabo muchas prácticas tradicionales como son la agri-
cultura, la cría de especies menores, la minería artesanal, el aprovechamiento forestal, la
cacería y la pesca. Cada una de estas prácticas tradicionales de producción se hace de forma
sostenible y sustentable.
No obstante, ellas se han visto afectadas por las diferentes amenazas que hay sobre el
territorio, entre ellas, la presencia de grupos armados, megaproyectos, minería industrial
o mecanizada, aprovechamiento forestal ilegal e irracional, pesca con dinamita y químicos.
También ha tenido un profundo impacto negativo el histórico abandono estatal en térmi-
nos de la no satisfacción y garantía de necesidades y derechos de las comunidades como son
la salud, la educación y la vivienda, por ejemplo.
Las comunidades negras vivimos de hacer parir la tierra, de la siembra de productos de
pan coger, de la yuca, el chontaduro, el plátano, el maíz, el arroz, el ñame; pescamos cuando
es la época de subienda. Vivimos de la caza cuando se puede, algo menos de la minería tra-
dicional pero, en ningún caso, dejamos de sembrar una diversidad de cultivos y productos.
Para nosotros y nosotras el tema de los AGC es sinónimo de monocultivo, de caña, de
palma aceitera. Todo contrario a nuestro modo de producción que es diverso y variable,
rico en olores, sabores y texturas. La implementación de los AGC contraría nuestra filosofía
y vida tradicional.
Las comunidades negras debemos aprender de las experiencias pasadas. La COCOMA-
CIA ya conoce muchas experiencias amargas con relación a este tema, como los casos de las
cuencas de Curvaradó y Jiguamiandó. Si implementan los monocultivos se perderá todo: la
tierra, el agua, el aire, los animales, la gente, la biodiversidad, etc.
Los temores que las comunidades negras tienen de los AGC, megaproyectos y mono-
cultivos, no es gratuita. Desde 2001 se han producido 113 asesinatos, 13 desplazamientos

3  Ponencia preparada por Antonio Julio De La Hoz– Asesor Cocomacia – Fisch y presentada por: Ricardo
Flórez Mosquera - Cocomacia. 23/X/2008. Riosucio – Chocó.

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Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
forzosos en el bajo Atrato y se ha sabido de muchas amenazas de muerte y ocupaciones
ilegales de tierras.
Es importante que nos preguntemos como comunidades lo siguiente: ¿cómo podemos
confiar en los AGC, si estos en la región han sido impuestos de manera violenta, usurpan-
do territorios colectivos?, ¿cómo podemos confiar en una propuesta que va contra nuestro
modo de producción tradicional y ancestral?, ¿cómo podemos confiar en proyectos de mo-
nocultivos que amenazan nuestra seguridad alimentaria?
La organización COCOMACIA define sus propias posturas en relación con los AGC:
le apostamos a la diversidad de cultivos, a seguir difundiendo a las generaciones presentes y
futuras nuestras prácticas tradicionales de producción, a defender nuestro territorio como
un derecho fundamental para las comunidades negras de Colombia y, por último, le aposta-
mos a materializar nuestros Planes de Etnodesarrollo.

3. CONVERSATORIO

El ejercicio de contextualización de la dinámica de los AGC en la región y las experien-


cias de resistencia, permitieron a los asistentes generar un debate muy interesante cuyas
principales ideas se resumen a continuación:
• Para algunos de los participantes el problema no radica en el modelo de desarrollo,
sino en que las comunidades siempre se han dejado explotar de personas foráneas
o con base en lo que dicen desde afuera. En ese sentido, para estas personas, no
se puede decir que los AGC son malos. Si lo que pasa es que el negro, de ser cam-
pesino pasa a ser “jornalero”, es un impacto malo, pero si el campesino pasa a ser
“empresario” entonces es bueno. Otros asistentes, opuestos a la anterior opinión,
argumentaron que las comunidades no se oponen al desarrollo siempre y cuando
este sea serio, respetuoso de los Derechos Humanos, los Derechos Colectivos, y
que realmente traiga beneficio a las comunidades.
• Argumentar que quienes se oponen a la dinámica de los AGC son “comunistas” no
sólo es algo contrario a la verdad, sino también sin sentido e, incluso, sospechoso.
• Para las comunidades negras que no han sido cooptadas por el gran capital o los pa-
trocinadores legales y/o ilegales de los AGC, plantear un debate entre desarrollo en
el marco de un modelo capitalista, en contra de un modelo comunista, no es propio
de nosotros y nosotras.
• Aquí de lo que se trata es de mirar cuáles elementos sirven y crear un modelo pro-
pio que sea referente, como comunidad étnica que somos, en términos sociales,
culturales y económicos. En términos legales ya se ha hecho un avance con la ley
70 de 1993.

74
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
• El tema no es el de la palma en sí. La planta no es mala en sí, el problema es la forma
malévola como se ha implementado. Si en el territorio de las comunidades hoy hay
sembrada palma, algunas de las preguntas que debemos hacer son: ¿qué grado de
utilidad ha tenido el cultivo de palma y otros productos que sirven de AGC para
las comunidades del Chocó?; ¿cuáles son las condiciones técnicas y de equidad de
esos negocios?; ¿qué consecuencias positivas y negativas han traído?; ¿cuál es la
participación real de las comunidades?; ¿se va a sembrar palma dentro del modelo
empresarial que se propone y se ha ejecutado con graves consecuencias para las co-
munidades, o se va a sembrar palma para acompañar el proceso de las comunidades
para garantizar la seguridad alimentaria y de mejoramiento de la calidad de vida?
• Como quiera que sea, lo importante es mantener una posición unificada frente al
fenómeno de los AGC. Las organizaciones del Pacífico y las comunidades negras
deben unirse sobre la base de la defensa del territorio, ya que cuando se defiende el
territorio se tiene autonomía.
• Además hay que mantener la identidad negra, hay que conservarla, así como las
costumbres y culturas. Ello no quiere decir que se está en contra de buscar mejores
servicios de salud, de educación, de vivienda. Se debe avanzar en el grado de unidad
y acuerdos internos a los que deben llegar las comunidades negras, sin olvidar que
esta es una responsabilidad de los líderes.

3. MESAS DE TRABAJO

Tanto en la tarde del día 22, como en la del 23, los asistentes al evento trabajaron grupal-
mente tratando de reflexionar en torno a dos grupos de preguntas. El primero, planteó los
siguientes interrogantes:
• ¿En cuáles zonas de la región hacen presencia los AGC?
• ¿Cuáles comunidades vienen siendo afectadas?
• ¿Qué agentes (gobierno nacional, regional o local; empresas transnacionales; sec-
tores armados, etc.) impulsan los AGC en la región?
• ¿Cómo los AGC han afectado la región y qué daños han causado?
• ¿Qué mecanismos han sido utilizados para imponer los AGC?
• ¿Cuáles estrategias vienen implementando las comunidades para superar la amena-
za de los AGC y los daños causados a ellas y sus territorios?
Sobre estos asuntos, las principales conclusiones a las que llegaron los y las participantes
se consignan en la siguiente tabla:

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Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
En la Cuenca del Curvaradó: Nevera, el Guamo, Brisas, Setino, Camelia, Cristalina, Caño Claro, Llano
Rico, La Iguana, No hay como Dios, Caracolí.
¿En cuáles partes de la región hacen
presencia los AGC? En la Cuenca del Jiguamiandó: El Arrastradero
En el Carmen del Darién
En otros corregimientos como Andalucía y el Tesoro
Todas las comunidades del Bajo Atrato se ven afectadas. Algunas directamente y otras indirectamente;
¿Cuáles comunidades vienen siendo especialmente las mencionadas de las cuencas de Jiguamiandó, Curvaradó y en el Carmen del Darién.
afectadas? También se han visto afectadas comunidades como Buenavista, Gengadó Medio, Gengadó San José,
Costa de Oro, Corobasal, el Cucharo, el Limón, el Guamo, Despensa Media y Baja.
¿Qué agentes (gobierno nacional,
regional o local; empresas Urapalma, el Gobierno Nacional y Departamental, Actores Armados legales e ilegales, Chiquita
transnacionales; sectores armados, Brands. También otros sectores privados como los terratenientes.
etc.) impulsan los AGC en la región?
Pérdida de autonomía, hambre, destrucción del ecosistema, división del núcleo familiar, violencia
sexual, desempleo.
Desplazamiento, muerte, hambre, desnutrición, esterilización de tierra, robo, perdida de cultura.

¿Cómo los AGC han afectado la Han causado un tremendo impacto ambiental y miseria. En la cuenca de Curvaradó, donde se cultiva
región y qué daños han causado? palma, hay que darse cuenta cómo vive la gente. El territorio ya no es de ellos y tienen que ir a trabajar
a otra parte.
La palma algunos creemos que es “maldita”, porque se ha derramado sangre para que ella entre, se
instale y se extienda. Han amenazado y matado a miembros y líderes de nuestra comunidad. Somos
nosotros mismos los que ponemos los líderes muertos.
Con los AGC se ha generado carestía de alimentos y han puesto a la gente a aguantar hambre; se
reduce la producción agrícola en nuestro medio.
La violencia, el engaño, las amenazas, empoderamiento armado entre grupos, desplazamiento forzoso,
negociación forzosa, bloqueo económico y utilizando grupos al margen de la ley que nos desplazan.
¿Qué mecanismos han sido utilizados La negociación forzosa es cuando yo no quiero vender y empiezan de aquí para allá y le toca a uno
para imponer los AGC? vender “así uno en su corazón no quiera”.
Hubo respaldo de la fuerza pública para el implemento de palma. Hasta que no hubiera ejército
suficiente para proteger la palma no se cultivaba más. La fuerza pública ha sido el respaldo de ese
proyecto.
La recuperación del territorio, denuncia a nivel nacional e internacional.
Se ha buscado más empoderamiento de la ley 70 y estar firmes dentro del concejo comunitario.
¿Cuáles estrategias viene Trabajar en el fortalecimiento organizativo, talleres de capacitación sobre reglamentos internos
implementando las comunidades comunitarios y cumplimiento del mismo
para superar la amenaza de los AGC
y los daños causados a ellas y sus También se ha hecho resistencia civil, mucha gente retornó, pero sin ninguna garantía del gobierno.
territorios?
Esta también el acompañamiento de algunas instituciones internacionales, la Cruz Roja, la Iglesia y de
otras organizaciones sociales.
Se ha trabajado en la unidad organizativa y en la implementación de planes de etnodesarrollo.
De manera complementaria, un segundo grupo de preguntas intentaban dilucidar:
• ¿Quiénes están detrás del negocio de los AGC en Colombia?
• ¿Por qué el Gobierno Nacional e importantes figuras políticas del país impulsan el
negocio de los AGC en Colombia?
• ¿Son los AGC una actividad económica que en Colombia se desarrolla respetando
la Ley y los derechos de los colombianos y colombianas?
• ¿Los AGC son una actividad económica que beneficia a la población colombiana?
• ¿Las poblaciones rurales de Colombia se están beneficiando con dicho negocio?
• ¿Es importante que la sociedad colombiana deba enterarse mucho más de cómo
funciona el negocio de los AGC en Colombia?
Sobre esos asuntos las principales conclusiones a las que llegaron los y las participantes
fueron las siguientes:

Ver tabla página 82

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DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
Parte del sector industrial del país, que en algunos casos ha tenido estrechas relaciones con el actual y los anteriores presidentes de
¿Quiénes están detrás Colombia.
del negocio de los
agrocombustibles (AGC) en Altos funcionarios de los pasados y el actual Gobierno Nacional, muy relacionados con los Ministerios de Agricultura, de Relaciones
Colombia? Exteriores y el Congreso de la República.
El narcoparamilitarismo u otros sectores del crimen organizado.
¿Por qué el Gobierno
Nacional e importantes Por intereses personales que van desde lo político a lo económico; esto hace que estén muy interesados en el tema e impulsen la ex-
figuras políticas del país pansión del negocio al resto del país asegurando, con ello, mayores ganancias y un mayor control político y social de las regiones donde
impulsan el negocio de los impulsan ésa actividad económica.
AGC en Colombia?
¿Son los AGC una actividad No porque es una actividad económica que se ha impuesto sin consultar a las comunidades ni respetando la opinión ni modos de vida
económica que en Colombia de los ciudadanos y ciudadanas, especialmente los habitantes de las zonas rurales de Colombia.
se desarrolla respetando
la Ley y los derechos de los Además se ha acompañado de serias violaciones a los derechos humanos.
colombianos y colombianas? Adicionalmente, la Ley ha sido puesta en función de las empresas e impulsores del negocio y no de los derechos de las comunidades.
Los AGC van en contra de los sistemas productivos tradicionales de nuestras comunidades. Esto tiene serias consecuencias para nues-
tras culturas, economías, modos de interrelacionarnos con el medio que nos rodea, y atentan contra nuestros proyectos de vida.
¿Son los AGC una actividad No beneficia a la población colombiana porque la tierra y nuestros territorios están dejando de producir las cosas que son importantes
económica que beneficia a la para el sustento: nuestros alimentos, nuestro plátano, nuestra yuca, nuestra piña, etc.
población colombiana?
Como es una actividad económica que se acompaña de serios daños al medioambiente, se están generando condiciones de serio
deterioro al entorno natural, lo cual reducirá las posibilidades de trabajo, sustento y permanencia en los territorios de las comunidades
afectadas.
Las comunidades rurales no se benefician con el negocio pues de una u otra forma se está destruyendo nuestro medio ambiente, y los
recursos.
¿Las poblaciones rurales Las ganancias lucran a otras personas.
de Colombia se están
beneficiando con dicho Además, nuestras poblaciones, al ser obligadas o presionadas a trabajar para los AGC, terminan vinculadas a sistemas de trabajo que
negocio? más pareciera esclavizarlas que llevarlas a un real bienestar.
También las comunidades rurales se vienen enfrentando, a consecuencia de la actividad económica de los AGC, a verdaderas situa-
ciones de hambre, destrucción del bosque y la fauna, y de los demás recursos que necesita para mantener su integridad como comunidad.
Sí es importante porque el grueso de la sociedad colombiana desconoce cuán perjudicial es el negocio de los AGC para las comunida-
des rurales del país. Además, porque al estar bien enterados de ello, las comunidades pueden evitar ser engañados por los promotores del
negocio, incluso miembros reconocidos en las comunidades, y terminar siendo absorbidos por las empresas que promocionan el cultivo o
¿Es importante que la transformación de los AGC.
sociedad colombiana deba
enterarse acerca de cómo Para el caso específico del pueblo afro colombiano, el conocer acerca de cómo opera el negocio de los AGC y de sus muchas conse-
funciona el negocio de los cuencias negativas, permitiría que se pudiera resistir mejor a los atropellos de los promotores del negocio y defender mejor los territorios
AGC en Colombia? colectivos.
Es importante también que se capacite más a las comunidades en torno a sus derechos y la necesidad de exigir la Consulta Previa
cuando desde el estado se promuevan actividades económicas, transformaciones normativas o actos legislativos que puedan afectar sus
territorios.
Como puede notarse, las personas asistentes al evento distinguieron las graves amena-
zas que frente al derecho a la tierra y el territorio tiene la dinámica de los AGC.
También reconocieron plenamente que tras esta actividad económica se esconden los
intereses no sólo del crimen organizado, sino también de políticos e industriales, funcio-
narios o ex funcionarios públicos que han visto en estos territorios y en dicha actividad
económica, una vía para la legitimación de sus delitos, el enriquecimiento a costa de las
comunidades, la ampliación de su control sobre los territorios o recursos, y el dominio po-
lítico de regiones enteras.
Igualmente señalaron que en la región del Pacífico colombiano muchas comunidades
vienen siendo presionadas para insertarse en el negocio de los AGC cediendo territorios,
derechos, recursos, mano de obra y planes de vida. Para llevar a cabo estos objetivos, sec-
tores interesados en promover los AGC tratan de convencer a las comunidades, incluso
por intermediación de algunos de sus representantes, que los agrocombustibles “no son
tan malos”, que hay que confiar en los “empresarios buenos” que promueven tal actividad
económica, que es una oportunidad de “progreso” para la región y sus comunidades, que
las violaciones de los derechos humanos y colectivos son excepcionales y no la regla, que
las personas u organizaciones defensoras de derechos humanos preocupadas por el tema
son peligrosas para la región y por lo tanto no hay que dejarlas acompañar a las comunida-
des, que el gobierno nacional sólo busca el progreso de la región, y toda otro conjunto de
mentiras cuya única razón de ser es, precisamente, allanar el camino de quienes vulneran
los derechos de las comunidades y ven en la región y sus territorios una fuente de enrique-
cimiento a corto plazo.

80
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
V.
REFLEXIONES FINALES
Preparado por: Alberto Rincón,
Juan Pablo Guerrero y Sergio Coronado.
Investigadores Cinep.

La revisión de las relatorías de los Seminarios realizados durante la ejecución del pro-
ceso: “Derecho al territorio y Agrocombustibles” permite realizar una serie de reflexiones
cuyo propósito e intención es polemizar y generar algunas inquietudes a partir de las cuales
se pueda continuar con el debate sobre este importante tema.
Ante todo, es necesario reconocer que las voces y los discursos que se presentaron du-
rante el proceso pertenecen a diversos sectores sociales que han realizado análisis y reflexio-
nes sobre los impactos de la producción de los agrocombustibles, particularmente, frente a
la garantía del derecho a la tierra y al territorio. Así, si bien es posible encontrar reflexiones
derivadas de rigurosos procesos de investigación en el campo académico, también nos en-
contramos con reflexiones realizadas por organizaciones rurales y étnico-territoriales, que
han enfrentado de primera mano los impactos que la incursión de la dinámica de los agro-
combustibles han tenido en sus territorios.
También es importante reconocer que el debate no se cierra con los argumentos que
fueron expuestos en estas memorias. Por el contario, uno de los propósitos de este docu-
mento, es abrir espacios de reflexión en los cuales se puedan profundizar y polemizar sobre
los argumentos y posiciones definidas por las voces que participaron a lo largo del proceso.
Por lo tanto, la riqueza de este documento radica en que permite realizar análisis que
tienen en cuenta diferentes perspectivas encarnadas en las voces de quienes participaron
de este espacio itinerante de diálogo y discusión. En las siguientes líneas se presentarán
algunas ideas que pueden orientar futuras reflexiones del tema y que retoman interrogantes
que surgieron a partir de la lectura del documento.
Es necesario reconocer, en la dinámica de los agrocombustibles, un conflicto generado
por los sectores que facilitan y protagonizan estos procesos productivos. Como en todo
conflicto, es necesario reconocer que existen dos partes de la lógica de fuerza. Así, además
de reconocer el poder que ejercen quienes financian y protegen las plantaciones, es nece-
sario también identificar el otro poder que se enfrenta a esta imposición, a lo cual surge un
interrogante valioso: ¿cuáles son las otras partes de la lógica de fuerza y cómo se afectan y
comportan?
En buena medida, el documento muestra las dinámicas de resistencia y construcción de
alternatividad de estas otras partes, que se manifiestan en las organizaciones rurales de cam-
pesinas y étnico – territoriales. Sin embargo, el análisis deja abierta la posibilidad de indagar
sobre múltiples impactos en las diversas dimensiones de la vida de estas organizaciones.
En este sentido, si tenemos la capacidad de analizar las ventajas económicas en términos
macro que permiten la justificación e implementación de este tipo de proyectos, sería im-
portante también introducir los efectos y consecuencias para la otra parte del eslabón, o de
otra fuerza en conflicto, que comprenden la microeconomía.
Sin lugar a dudas nos encontramos ante un conflicto asimétrico, en la medida en que
quienes participan del mismo se encuentran en posiciones de poder muy distanciadas entre
sí. El fortalecimiento de los actores que se encuentran en el lado débil de la relación debe
incluir una seria reflexión sobre este asunto.
En muchas oportunidades el fortalecimiento de la parte débil del conflicto se genera a
partir de las relaciones de solidaridad que se construyen entre los diversos grupos que la
compone. Así, aunque la producción de los AGC atente contra la seguridad alimentaria
de poblaciones que han visto invadidos sus territorios de este tipo de monocultivos, en
muchas oportunidades esta situación se logra enfrentar gracias a las relaciones y lazos que
estas comunidades afectadas construyen con otras semejantes. Así, en la práctica se puede
observar cómo las tierras de los pueblos indígenas se han convertido en algunos casos en
las despensas alimentarias de las comunidades negras y los mestizos, generando múltiples
relaciones de apoyo y solidaridad que permiten fortalecer a los ‘débiles’.
Otra lectura del conflicto que permite realizar el documento, es aquella derivada de las
herramientas a las cuales recurren las organizaciones para enfrentar esta situación. Muchas
organizaciones, especialmente las étnico-territoriales, se han valido del lenguaje y el dis-
curso de los derechos para defender su posición. Si bien es cierto que los derechos son
herramientas que les permiten a los débiles enfrentarse a los poderosos, y que cumplen una
función de límite al poder del Estado, esta es una situación paradójica, porque tal como se
ha constatado en una buena parte de las intervenciones contenidas en el documento, las

82
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES
instituciones administrativas y judiciales encargadas de aplicar el contenido de los derechos
hacen parte también del conflicto en mención, poniendo en tela de juicio así su supuesta
imparcialidad.
Una reflexión especial merece la efectividad e imparcialidad de los procesos judiciales y
administrativos que las organizaciones adelantan para exigir su derecho al territorio. Si bien
es cierto que la consulta previa ha sido una herramienta valiosa para la protección de los
derechos de las organizaciones étnico territoriales, su efectividad se limita por el contexto
institucional en el cual esta se desarrolla en la práctica.
Una alternativa ante esta situación es la identificación de herramientas jurídicas que les
permitan a las organizaciones reivindicar su posición con mayor fuerza. En el contexto ac-
tual la reflexión acerca del derecho a la consulta previa se está ajustando hacia la discusión
sobre el derecho al consentimiento, libre, previo e informado. Este nuevo lenguaje es in-
corporado por la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas, que fue
aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2007 y que significa un
avance frente a las disposiciones contenidas en el Convenio 169 de la Organización Inter-
nacional del Trabajo.
Es necesario realizar análisis que permitan articular la dinámica de los AGC con otras
dinámicas que se encuentran interviniendo y transformando los territorios rurales. Como
se puede observar en el análisis de los contextos regionales, estos monocultivos de alguna u
otra forma tienen que ver con la explotación de los recursos minerales de los territorios, o
de proyectos estratégicos de transporte como hidrovías y carreteras.
Igualmente, la reflexión sobre los impactos de los AGC frente al derecho al territorio
no debe alejarse de la histórica reflexión sobre la estructura agraria, la concentración de la
tenencia de la tierra y los usos del suelo. Los procesos de expansión de los monocultivos
(necesarios en la consolidación de la dinámica productiva de los AGC) se han fundamen-
tado en nuevas formas de acceso a la tierra, que refuerzan una estructura agraria excluyente
sustentada en un ejercicio sistemático de la violencia contra la población rural. Por ejemplo,
en el caso del Magdalena Medio es necesario observar cómo se construye una estrategia de
expropiación de la tierra, a partir del endeudamiento que realiza el campesino por el afán
de sostener el cultivo de palma aceitera; situación que se refuerza con las acciones violentas
cometidas contra la población campesina.
Frente a este último punto, la situación de las comunidades afrocolombianas merece
un análisis especial, ya que la expansión de los monocultivos no siempre ha significado la
transformación de las formas bajo los cuales estas comunidades acceden a las tierras. En
algunos casos las empresas palmeras no han presionado a las comunidades para que cedan
o vendan sus derechos sobre las tierras, sino que han incidido en el cambio de los usos del
suelo. En este sentido no se disputa la posesión sino el uso del suelo. Poco importa quién
tenga la titularidad; lo que se busca imponer es el uso de esos territorios, a sabiendas de que
quien ejerza el control sobre el uso de los suelos, detentará el poder económico, social y

83
Memorias del Seminario Nacional y Seminarios Regionales
político en la región. Estas transformaciones de los usos del suelo se han realizado también
con el ejercicio de formas, directas o indirectas, de violencia contra las poblaciones quienes,
ante las amenazas y en algunas oportunidades cooptaciones de sus líderes, han cedido el
derecho de uso, manteniendo una propiedad formal sobre sus tierras.
El conjunto de estas reflexiones finales nos permite identificar un difícil panorama de
acción de las organizaciones rurales, étnico-territoriales y sociales frente al avance de la di-
námica de los AGC en nuestro país. Sin embargo, las posiciones y argumentos expuestos a
lo largo de este documento son útiles para participar en posibles escenarios de incidencia,
que les permita a las comunidades proponer alternativas y fortalecer sus procesos de exigi-
bilidad del derecho al territorio. Este documento pretende ser un insumo más para cumplir
este propósito.

84
DERECHO AL TERRITORIO Y AGROCOMBUSTIBLES

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