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Enero 2007

Lesión de derechos
Verano del 2006 ¿Verano Solidario?

El corso debe continuar (no saben cómo pararlo).


Un ejemplo clásico de demagogia populista ideado por los tecnócratas del
gobierno de Lacalle, otra vez en marcha.

-¿Soluciona (o contribuye, al menos a solucionar) los problemas de la pobreza,


de la marginación, de la exclusión?
-Y no.
-Pero decora, viste, “hace como qué…”.

Recordemos algo de lo que sucede en los Veranos Solidarios (Veranos Solitarios


como le dicen los maestros, quizá aludiendo a la orfandad en que realizan su trabajo).

 Vidrios rotos, mobiliario deteriorado, hojas, cuadernos,


lápices, crayolas, etc., consumidos y no repuestos.
 Poco o nulo apoyo en la mayoría de los casos: los “útiles”
de deportes no llegan o llegan tarde (el año pasado las
pelotas llegaron dos días antes que finalizara el Verano
Solidario), el ómnibus de Primaria para los paseos
“programados” no llega, está roto o se utiliza en otros
menesteres, faltan los profesores de educación física, los
“animadores”, los plásticos, etc. Lápices, crayolas, lápices
de colores, cola vinílica, no están previstos en este
Programa.
 Poca o nula asistencia en dinero a las Escuelas. Los
directores se ven en figurillas para conseguir que los
proveedores traigan los alimentos para proporcionar los
almuerzos y los desayunos (“y…no sabemos cuándo
vendrá la plata”). No se pueden enfrentar los gastos de
reparaciones menores (cerraduras, canillas, cisternas,
etc.). Muchas veces el aporte monetario llega después de
terminado el Verano: los Libros de Caja no pueden
entregarse en marzo a los directores efectivos de esas
escuelas.
 Poco o nulo apoyo pedagógico a los docentes que asumen
el trabajo en estos Veranos Solidarios, que coincide con
los períodos de licencia de los Inspectores (salvo los de
guardia), de los funcionarios de Primaria y de toda la
estructura de la Anep.

Directores e inspectores no quieren otro Verano Solidario en estas condiciones.


Se “consultó” a los inspectores. Estos señalaron que debía evaluarse este Programa
antes de implementarlo. No se los tuvo en cuenta. El Codicen (“no vamos a
descontinuar algo que comenzó en el gobierno blanco y que resulta tan simpático”
deben haber “razonado”) resuelve, nuevamente, implementarlo con la misma
improvisación de años anteriores (“-Van a ser un director, dos maestros, un profesor de
educación física y un animador.”, dijeron primero; luego: “-Serán un director, un
maestro y un profesor de educación física o un plástico.”; después: “-Habrá un director,
dos maestros, un profesor de educación física y un plástico.”; “-Veremos”, dijimos
todos.).

Los inspectores señalaron que los maestros que trabajan en el Verano Solidario
y suspenden la licencia por unos pocos pesos (a veces imprescindibles para los docentes
dada la miseria salarial que padecemos), canjean salud física y mental por ese plus de
dinero. La gran mayoría de los docentes que trabajan en el verano solicitan licencias
médicas (a veces muy extensas, durante el período lectivo siguiente); todos comienzan
el año lectivo cansados, estresados, decepcionados.

Las Escuelas con Verano Solidario (este año se le agregó “y Feliz”) muestran un
pálido reflejo de la acción educativa (salvo excepciones): niños jugando a la pelota,
otros jugando a las cartas, maestros bajo los árboles o en las galerías, a la sombra. Muy
poco trabajo de enseñanza-aprendizaje (una tarea de plástica, un juego compartido, poco
más, con lo poco que tienen). Pero claro: maestros y autoridades lo saben: así como está
planteado no sirve. Los maestros hacen acto de presencia porque están obligados
económicamente, ninguno (habrá alguna excepción) “siente” este trabajo ni cree que
sirva para algo (parece –sólo parece pues no hay evaluación- que ha funcionado mejor
en el Interior que en Montevideo).

Pero al menos, los niños almuerzan. Sí. Claro. Es el “argumento” esencial que
esgrimen las autoridades para continuar el Programa “y están atendidos por maestros”,
agregan (quizá algún “desprevenido” del Banco Mundial o del FMI otorgue otro
préstamo más para la continuación de esta triste parodia. Asistencialismo puro, a bajo
costo.

Como en tantas oportunidades, con otras autoridades, esto “camina” sin


consulta real con los interesados, sin aportes de quienes van a “hacer andar” estos
Programas. Así están saliendo las cosas.
“-¡Cómo se parecen las nuevas autoridades de la enseñanza a las viejas!
-Como dos gotas de agua.”, responden los “críticos”.

¿A quién sirve este Verano, improvisado como los anteriores, sin objetivos y sin
planificación.
• En primer lugar, al Gobierno de turno: puede decir que “los niños de las
zonas pobres (muy pocos) van a ser atendidos, alimentados y cuidados”
(como vimos esto es falso en su mayor parte).
• A los maestros y auxiliares que trabajan durante el verano: cambian las
vacaciones por unos pocos pesos, necesarios para su economía familiar,
a costa de su salud física y mental, como vimos.
• ¿A los niños que asisten (muy pocos)? Quizá sólo en el aspecto
alimenticio, poco más.

Una pregunta: ¿esto es la solidaridad a que alude el titulo del Programa? ¿Feliz?
¿Quién?

Ruben Puyol

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