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ANÁLISIS JURÍDICO SOBRE LA PROCEDENCIA DEL

SOBRESEIMIENTO DEL PROCEDIMIENTO PENAL INSTAURADO


EN CONTRA DE FRANCISCO JIMÉNEZ PABLO, POR EL DELITO
DE PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD.

El 14 de junio de 2010 el Juez Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales en el


Estado de Nayarit, con sede en el Rincón, Municipio de Tepic, en el exhorto 113/2010-
VI, de su índice, derivado del diverso 111/2010, relativo a la causa penal 24/2010, del
índice del Juzgado Segundo de Distrito en el Estado de Chiapas dictó AUTO DE
FORMAL PRISIÓN en contra de FRANCISCO JIMÉNEZ PABLO como probable
responsable en la comisión del delito de PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD,
previsto y sancionado por el artículo 366, fracción I, inciso b) y fracción II, incisos c) y d),
agravado por el numeral 189, en relación con los diversos 7°, 8°, 9°, párrafo primero y 13,
fracción III, todos del CÓDIGO PENAL FEDERAL.

El 4 de agosto de 2010 el Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito (Chiapas)


en el toca penal 199/2010 resolvió el recurso de apelación interpuesto contra dicho
AUTO DE FORMAL PRISIÓN, y determinó MODIFICARLO, en el sentido de que
“no se considera acreditada la violencia a que hace referencia el inciso d) de la
fracción II del artículo 366 del CÓDIGO PENAL FEDERAL.”

El 27 de octubre de 2010 el Primer Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito (Chiapas)


en el Juicio de Amparo 30/2010 interpuesto contra la sentencia de apelación resolvió
AMPARAR y PROTEGER a FRANCISCO JIMÉNEZ PABLO para el efecto de
motivar debidamente el AUTO DE FORMAL PRISIÓN, conforme a los lineamientos
que le dicta.

El 18 de marzo de 2011 el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito (Chiapas)


en el Recurso de Revisión 1679/2010 interpuesto por el Ministerio Público Federal, contra
dicha sentencia de Amparo resolvió CONFIRMAR y AMPARAR en los mismos términos
del Juicio de Amparo 30/2010 a favor de FRANCISCO JIMÉNEZ PABLO.
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El 31 de marzo de 2011 el Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito (Chiapas)


en el toca penal 199/2010, en acatamiento a la ejecutoria de amparo, dejó insubsistente la
resolución de 4 de agosto de 2010 y dicta un nuevo AUTO DE FORMAL PRISIÓN en
contra de FRANCISCO JIMÉNEZ PABLO como probable responsable en la comisión
del delito de PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD, previsto y sancionado por el
artículo 366, fracción I, inciso b) y fracción II, inciso c) agravado por el numeral 189, en
relación con los diversos 7°, 8°, 9°, párrafo primero y 13, fracción III, todos del CÓDIGO
PENAL FEDERAL.

Ahora bien, consideremos el primer AUTO DE FORMAL PRISIÓN de 14 de junio de


2010 en contra de FRANCISCO JIMÉNEZ por el delito de PRIVACIÓN DE LA
LIBERTAD, previsto y sancionado por el artículo 366, fracción I, inciso b) y fracción II,
incisos c) y d), agravado por el numeral 189, en relación con los diversos 7°, 8°, 9°, párrafo
primero y 13, fracción III, todos del CÓDIGO PENAL FEDERAL. En aquel entonces
dicho Código sustantivo, en cuanto al fundamento legal del tipo, establecía lo siguiente:

Artículo 366.- Al que prive de la libertad a otro se le aplicará:

I. De quince a cuarenta años de prisión y de quinientos a dos mil días multa, si la privación de
la libertad se efectúa con el propósito de:

[…]

b) Detener en calidad de rehén a una persona y amenazar con privarla de la vida o con causarle
daño, para que la autoridad o un particular realice o deje de realizar un acto cualquiera, o

[…]

II. De veinte a cuarenta años de prisión y de dos mil a cuatro mil días multa, si en la privación
de la libertad a que se hace referencia en la fracción anterior concurre alguna o algunas de las
circunstancias siguientes:

[…]

c) Que quienes lo lleven a cabo obren en grupo de dos o más personas;

d) Que se realice con violencia, o

[…]

Sin embargo, el día 30 de noviembre de 2010 se publicó en el Diario Oficial de la


Federación la LEY GENERAL PARA PREVENIR Y SANCIONAR LOS DELITOS EN
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MATERIA DE SECUESTRO, REGLAMENTARIA DE LA FRACCIÓN XXI DEL


ARTÍCULO 73 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, la cual entró en vigor el 28 de febrero de 2011, entre sus efectos fue la
derogación del artículo 366 del Código Penal Federal.

La finalidad de que se derogara el referido precepto 366 del Código Penal Federal fue que
la recién creada Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro
previene el tipo penal que anteriormente preveía dicho Código Sustantivo en su artículo
366 (pues al ser una Ley especial prevalece sobre la ley general). En ese sentido, la Ley
especial aludida establece en su artículo 9 lo siguiente:

Artículo 9. Al que prive de la libertad a otro se le aplicarán:

I. De veinte a cuarenta años de prisión y de quinientos a dos mil días multa, si la privación de
la libertad se efectúa con el propósito de:

a) Obtener, para sí o para un tercero, rescate o cualquier beneficio;

b) Detener en calidad de rehén a una persona y amenazar con privarla de la vida o con causarle
daño, para obligar a sus familiares o a un particular a que realice o deje de realizar un acto
cualquiera;

c) Causar daño o perjuicio a la persona privada de la libertad o a terceros; o

d) Cometer secuestro exprés, desde el momento mismo de su realización, entendiéndose por


éste, el que, para ejecutar los delitos de robo o extorsión, prive de la libertad a otro. Lo anterior,
con independencia de las demás sanciones que conforme a esta Ley le correspondan por otros
delitos que de su conducta resulten.

Una comparación, del tipo penal previsto en el anterior artículo (derogado) 366 fracción I,
inciso b) del Código Penal Federal y el, ahora, establecido en el precepto 9 fracción I,
inciso b) de la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro
son CASI idénticos, sin embargo hay una diferencia ESENCIAL. Véase que la finalidad
requerida en el caso del Código Penal Federal era para obligar a la “autoridad o a un
particular…”, y en el caso de la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en
Materia de Secuestro la finalidad es para “obligar a sus familiares o a un particular…”;
es decir, se deja de prever la hipótesis de que la finalidad sea la de obligar a la
“autoridad”.
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Código Penal Federal (artículo derogado) Ley General para Prevenir y Sancionar los
Delitos en Materia de Secuestro
Artículo 366.- Al que prive de la Artículo 9. Al que prive de la libertad
libertad a otro se le aplicará: a otro se le aplicarán:

I. De quince a cuarenta años de I. De veinte a cuarenta años de prisión


prisión y de quinientos a dos mil días y de quinientos a dos mil días multa,
multa, si la privación de la libertad se si la privación de la libertad se efectúa
efectúa con el propósito de: con el propósito de:

[…] […]

b) Detener en calidad de rehén a una b) Detener en calidad de rehén a una


persona y amenazar con privarla de la persona y amenazar con privarla de la
vida o con causarle daño, para que la vida o con causarle daño, para obligar
autoridad o un particular realice o a sus familiares o a un particular a
deje de realizar un acto cualquiera, o que realice o deje de realizar un acto
cualquiera;
[…]
[…]

En ese sentido el nuevo AUTO DE FORMAL PRISIÓN emitido el 31 de marzo de 2011


por el Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito (Chiapas) en el toca penal
199/2010, en acatamiento a la ejecutoria de amparo, dejando insubsistente la resolución de
4 de agosto de 2010, en contra de FRANCISCO JIMÉNEZ PABLO como probable
responsable en la comisión del delito de PRIVACIÓN ILEGAL DE LA LIBERTAD,
vuelve a fundamentarlo en el artículo 366, fracción I, inciso b) y fracción II, inciso c) del
CÓDIGO PENAL FEDERAL. Cabe decir que tanto el Auto de Formal Prisión de 4 de
agosto de 2010 como el de 31 de marzo de 2011 se motivan en la hipótesis de: “para que
la autoridad realice un acto cualquiera.”

Lo antes dicho transgrede el PRINCIPIO DE LA LEY MÁS FAVORABLE, que


conforme al Código Penal Federal en sus preceptos 56 y 117, así como el Código de
Procedimientos Penales Federales en su artículo 533 se prevé lo siguiente:

Artículo 56.- Cuando entre la comisión de un delito y la extinción de la pena o medida


de seguridad entrare en vigor una nueva ley, se estará a lo dispuesto en la más
favorable al inculpado o sentenciado.

La autoridad que esté conociendo del asunto o ejecutando la sanción aplicará de oficio
la ley más favorable. Cuando el reo hubiese sido sentenciado al término mínimo o al
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término máximo de la pena prevista y la reforma disminuya dicho término, se estará a la ley
más favorable. Cuando el sujeto hubiese sido sentenciado a una pena entre el término
mínimo y el término máximo, se estará a la reducción que resulte en el término medio
aritmético conforme a la nueva norma.
Artículo 117.- La ley que suprime el tipo penal o lo modifique, extingue en su caso, la
acción penal o la sanción correspondiente, conforme a lo dispuesto en el artículo 56.

Artículo 553.- El que hubiese sido condenado por sentencia irrevocable y en los casos de
conmutación de sanciones o de aplicación de ley más favorable a que se refiere el Código
Penal, podrá solicitar de la autoridad jurisdiccional o del Poder Ejecutivo, en su caso,
la conmutación, la reducción de pena o el sobreseimiento que procedan, sin perjuicio
de que dichas autoridades actúen de oficio y sin detrimento de la obligación de reparar
los daños y perjuicios legalmente exigibles.

Por lo anterior, se concluye que al haberse derogado el tipo previsto en el artículo 366
del Código Penal Federal, y al ya no contemplar el precepto 9 de Ley General para
Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro la hipótesis de que la
finalidad de la privación de la libertad sea para obligar a la “autoridad” sino solo a los
“familiares o a un particular”, es incuestionable que el Juez debe sobreseer la Causa
Penal, ya que la nueva ley especial al modificar el tipo penal favorece al procesado
extinguiendo la acción penal.

Sirven de apoyo a lo anterior, las siguientes tesis de jurisprudencia:

TESIS JURISPRUDENCIAL 120/2008

PENAS PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD. SI LA LEY PENAL POSTERIOR


AL DICTADO DE UNA SENTENCIA DEFINITIVA DISMINUYE EL RANGO
MÍNIMO DE LA PENALIDAD APLICABLE A DETERMINADO DELITO,
DEBE REDUCIRSE LA PENA IMPUESTA ORIGINALMENTE
(INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 2o. DEL CÓDIGO PENAL DEL
ESTADO DE MÉXICO). De la interpretación histórica, sistemática y teleológica del
artículo 2o., tercer párrafo, del Código Penal del Estado de México, se advierte que la
aplicación del nuevo ordenamiento, emitido después del dictado de una sentencia
irrevocable, se surte siempre que la nueva penalidad se haya disminuido, en el rango
máximo, en el mínimo o en ambos, pues en cualquier extremo la pena impuesta en la
sentencia debe disminuirse con motivo de la reducción que resulte de comparar los
términos máximos de las dos leyes (lo cual origina que el término medio también se
disminuya). En efecto, conforme al principio de aplicación de la ley más favorable, si
el legislador disminuye el rango mínimo de duración de la pena de prisión aplicable
para cierto delito (y con mayor razón si lo hace también en el máximo), la pena
resultante debe reputarse menor y, por ende, reducirse la impuesta originalmente en la
sentencia definitiva dictada con antelación a la nueva ley.
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Contradicción de tesis 102/2008-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales


Colegiados Tercero y Cuarto, ambos en Materia Penal del Segundo Circuito. 29 de
octubre de 2008. Cinco votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario:
Miguel Bonilla López.

TESIS JURISPRUDENCIAL 100/2007.

PENAS PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD. CORRESPONDE A LA


AUTORIDAD JURISDICCIONAL LA APLICACIÓN RETROACTIVA EN
BENEFICIO DEL REO DE LOS ARTÍCULOS 25, PÁRRAFO SEGUNDO Y 64,
PÁRRAFO SEGUNDO, DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL, PARA
MODIFICAR EL QUÁNTUM DE AQUÉLLAS, AUN CUANDO ESTÉ EN
EJECUCIÓN LA SENTENCIA. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en la tesis 1a./J. 174/2005, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, febrero de 2006, página 455,
con el rubro: “REDUCCIÓN DE LA PENA. LA APLICACIÓN DE LA LEY MÁS
FAVORABLE AL REO, AUN CUANDO YA ESTÉ EN EJECUCIÓN LA
SENTENCIA, CORRESPONDE A LA AUTORIDAD JUDICIAL (LEGISLACIÓN
FEDERAL).”, sostuvo que para definir qué autoridad debe aplicar la ley más benéfica
al inculpado o al sentenciado, ha de atenderse a las características materiales del
beneficio que concede la nueva norma y, por otro lado, al resolver la contradicción de
tesis 38/2006-PS estableció que de la interpretación sistemática de los artículos 25,
párrafo segundo y 64, párrafo segundo, del Código Penal Federal, reformados
mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de mayo de
2004, se advierte que cuando se impongan penas privativas de la libertad por diversos
delitos en diferentes causas penales en las cuales los hechos no son conexos, similares
o derivados unos de otros, aquéllas deben compurgarse sucesivamente, mientras que la
prisión preventiva debe tenerse por cumplida en forma simultánea en todas las causas
penales, lo cual equivale a descontar el quántum de la prisión preventiva en todas las
penas impuestas al mismo sujeto. En ese sentido, se concluye que cuando se está
ejecutando una sentencia penal y el reo solicita que se le apliquen retroactivamente los
citados artículos para que se le reduzca la pena, tal aplicación corresponde a la
autoridad jurisdiccional, pues debe determinar aspectos que requieren un análisis
especializado de peritos en derecho, como si se está ante un concurso real de delitos y
si los hechos ilícitos son conexos, similares o derivados unos de otros, además de que
tales aspectos inciden en la disminución de la pena que ya había impuesto el juzgador,
lo cual se relaciona directamente con la facultad para aplicar sanciones y fijar penas
que compete exclusivamente a la autoridad judicial, conforme al principio
constitucional de reserva judicial, aun cuando ya esté en ejecución la sentencia porque
si bien al dictarla cesa la jurisdicción del Juez, ésta no se agota sino que se retoma
cuando en virtud de la entrada en vigor de la mencionada reforma debe adecuarse la
pena impuesta al reo.

Contradicción de tesis 2/2007-PS. Entre las sustentadas por el


Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y de Trabajo del Décimo Noveno
Circuito y el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito. 30 de
mayo de 2007. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo.
Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo en su ausencia hizo suyo el asunto José Ramón
Cossío Díaz. Secretaria: Nínive Ileana Penagos Robles.
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Novena Época
Registro: 184778
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XVII, Febrero de 2003
Materia(s): Penal
Tesis: VI.1o.P. J/39
Página: 917

RETENCIÓN, IMPOSICIÓN DE LAS SANCIONES PRIVATIVAS DE


LIBERTAD EN CALIDAD DE. SU APLICACIÓN RESULTA VIOLATORIA
DE GARANTÍAS A PARTIR DE SU DEROGACIÓN (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE PUEBLA). Las sentencias que impongan como condena la retención, a
la luz del artículo 110 del Código de Defensa Social, que fue derogada por decreto de
dieciséis de julio de mil novecientos noventa y ocho, resultan violatorias de garantías,
toda vez que se debe observar lo dispuesto por el artículo 9o. del mismo ordenamiento
legal, que prevé aplicar la nueva ley que disminuya la sanción o sanciones establecidas
en la otra ley vigente al cometerse el delito o las sustituya con otra menor, ya que
siempre se deberá aplicar lo más favorable al reo.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEXTO


CIRCUITO.

Amparo directo 233/2001. 21 de junio de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Rafael


Remes Ojeda. Secretario: Gerardo Domínguez Romo.

Amparo directo 258/2001. 5 de julio de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: José


Manuel Vélez Barajas. Secretario: Víctor Vicente Martínez Sánchez.

Amparo directo 491/2001. 6 de diciembre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente:


José Manuel Vélez Barajas. Secretario: Jorge Patlán Origel.

Amparo directo 356/2002. 14 de noviembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente:


José Manuel Vélez Barajas. Secretaria: Alicia Guadalupe Díaz y Rea.

Amparo directo 372/2002. 22 de noviembre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente:


Enrique Zayas Roldán. Secretaria: María Cristina Bretón Estrada.

Véase: Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo I, Primera Parte-1,


enero a junio de 1988, página 199, tesis de rubro: "RETENCIÓN, IMPOSICIÓN DE
LAS SANCIONES PRIVATIVAS DE LIBERTAD EN CALIDAD DE.
APLICACIÓN ULTRACTIVA DEL ARTÍCULO 88 DEL CÓDIGO PENAL
FEDERAL. CONCULCA LAS GARANTÍAS DEL SENTENCIADO.".
Novena Época
Registro: 200487
Instancia: Primera Sala
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Página |8

I, Mayo de 1995
Materia(s): Penal, Común
Tesis: 1a./J. 7/95
Página: 124

RETROACTIVIDAD. APLICACIÓN DE LA LEY PENAL MÁS FAVORABLE.


DEBE HACERSE EN EL PROCESO PENAL POR LA AUTORIDAD
JURISDICCIONAL ORDINARIA COMPETENTE Y NO EN EL JUICIO DE
GARANTÍAS. El juicio de amparo es un medio de protección del orden
constitucional contra todo acto de autoridad que agravie a cualquier gobernado; la
teleología que persigue es la de proteger y preservar el régimen constitucional.
Jurídicamente la acción constitucional de amparo no es un derecho de acción procesal
ordinaria penal, civil, laboral o administrativa, sino que es puramente constitucional,
nace directamente de la Constitución (artículos 103 y 107); va encaminada a controlar
el acto de autoridad que se estima violatorio de garantías y no la ley común; no tutela
los intereses que en el acto jurisdiccional ordinario se han dejado a los tribunales
comunes, sino que va dirigida a hacer respetar la Ley Suprema cuando la autoridad ha
rebasado sus límites. Con el amparo judicial los tribunales de la Federación, al conocer
de los respectivos juicios, amplían su esfera de competencia hasta el grado de
convertirse en revisores de los actos de todas las autoridades ordinarias judiciales, sin
que ello implique que pueden sustituirse en funciones propias de estas últimas sino
sólo hasta el límite de analizar las violaciones de procedimiento o de fondo que en su
caso ellas hubieran cometido, por lo que propiamente deben estudiar el problema
jurídico planteado ante este tipo de autoridades de acuerdo con las normas que rijan la
materia y resulten ser las aplicables en el tiempo y en el espacio, estableciendo así el
consiguiente control constitucional previsto en los artículos 14 y 16 constitucionales;
por ende, el juicio de amparo, además de ser un medio de impugnación constitucional
(lato sensu), es también un medio de control de legalidad. Así las cosas, atendiendo a
su naturaleza, las sentencias de amparo sólo deben decidir sobre la constitucionalidad
del acto que se reclama y nunca sobre cuestiones cuya decisión compete a los
tribunales ordinarios, sean del fuero común o del fuero federal. Así, cuando un órgano
jurisdiccional de amparo conoce de un acto reclamado que proviene de un proceso
penal, no puede sustituirse en funciones propias de la autoridad responsable, a saber:
en determinar de manera directa si una conducta es constitutiva de delito o no, declarar
sobre la responsabilidad o irresponsabilidad del acusado o imponer las penas y
medidas de seguridad establecidas en las leyes respectivas, pues lo único que debe de
analizar es la legalidad y consecuente constitucionalidad del acto reclamado en cuanto
a la aplicación exacta y puntual de las leyes adjetiva y sustantiva correspondientes por
razones de materia, ámbito territorial y tiempo, en relación con las garantías de
seguridad jurídica y legalidad previstas en los artículos 14, 16, 19 y 20 de la Carta
Magna. Luego, como el juicio de garantías no es una instancia más en el proceso penal
y como al juzgador constitucional de amparo no corresponde calificar ni sancionar en
su caso la conducta del acusado, procesado o sentenciado, él no debe, al estudiar la
constitucionalidad del acto reclamado, aplicar una ley diferente a la que estuvo en
vigor al emitir dicho acto, pues de esta manera ya no estaría juzgando la conducta de
la autoridad responsable, que se estima violatoria de garantías, sino sustituyéndose en
funciones específicas de ésta y, por ende, creando una instancia más dentro del
proceso penal, con el consecuente quebrantamiento del orden jurídico y la
tergiversación de la esencia y los fines del juicio de amparo. No obsta a lo anterior, el
que, en términos del artículo 14 constitucional y de diversas leyes sustantivas, esté
permitida la aplicación retroactiva de la ley penal cuando ésta beneficie al quejoso y
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no se lesionen derechos de tercero, pues la aplicación de tal ley debe hacerse siempre
por autoridad competente y dentro del proceso penal, o el procedimiento de ejecución,
según corresponda, pero nunca en el juicio de garantías; lo cual no implica dejar en
estado de indefensión al interesado, porque en caso de que hubiera concluido la
segunda instancia, la autoridad competente de la ejecución de las penas y medidas de
seguridad, aun de oficio, deberá aplicar la ley más favorable al sentenciado.

Contradicción de tesis 13/94. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados
Primero y Segundo del Noveno Circuito. 28 de abril de 1995. Unanimidad de cinco
votos. Ponente: Humberto Román Palacios. Secretario: Manuel Rojas Fonseca.

Tesis de Jurisprudencia 7/95. Aprobada por la Primera Sala de este alto Tribunal, en
sesión privada celebrada el doce de mayo de mil novecientos noventa y cinco, por
unanimidad de votos de los señores Ministros: Presidente Juventino V. Castro y
Castro, Humberto Román Palacios, José de Jesús Gudiño Pelayo, Juan N. Silva Meza
y Olga María del Carmen Sánchez Cordero.

No sobra decir que, en el caso concreto, NO opera la traslación del tipo penal, pues la
norma derogada del Código Penal Federal y sustituida por la Ley General para Prevenir y
Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro ya NO considera como delito la misma
conducta (en su hipótesis: “para que la autoridad realice un acto cualquiera”). Es decir,
ya no subsiste la pretensión punitiva del legislador en la tipificación de la conducta
imputada al procesado; por lo tanto, no se justifica un retipificación. De lo contrario se
violaría el principio de EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY O PRINCIPIO DE
LEGALIDAD previsto en el artículo 14 constitucional y que constituye un derecho
fundamental. Sirve de apoyo a lo anterior en sentido contario las siguientes tesis de
jurisprudencia:

Novena Época
Registro: 182915
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XVIII, Octubre de 2003
Materia(s): Penal
Tesis: I.6o.P. J/4
Página: 864
TRASLACIÓN DEL TIPO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 4o. TRANSITORIO
DEL NUEVO CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL. ESTUDIO
PREVIO A LA ACREDITACIÓN DEL CUERPO DEL DELITO Y LA PLENA
RESPONSABILIDAD. El artículo 4o. transitorio del decreto que promulgó el Nuevo
Código Penal para el Distrito Federal, vigente a partir del doce de noviembre de dos
mil dos establece: "... II. En los procesos pendientes de dictarse sentencia en primera y
segunda instancia, el Juez o el tribunal, respectivamente podrán efectuar la traslación
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del tipo de conformidad con la conducta que se haya probado y sus modalidades...".
De lo dispuesto en el precepto transcrito se desprende que éste tiene como finalidad
primordial garantizar el principio de exacta aplicación de la ley, que constituye un
derecho fundamental para todo gobernado en los juicios del orden criminal
garantizado en el artículo 14, párrafo tercero, de la Constitución Federal, esto es, para
determinar que la conducta ilícita por la cual se dictará sentencia continúa teniendo el
carácter delictivo, ya que la norma penal sustantiva derogada o abrogada es sustituida
por otra que considere como delito la misma conducta, en cuyo caso no es dable
concluir que la misma ha dejado de tener el carácter delictivo, pues hubo sucesión de
normas equivalentes en el tiempo. En este sentido, tratándose de derogación o
abrogación de leyes penales sustantivas, bien pueden presentarse dos situaciones, a
saber, que la conducta tipificada como delictuosa deja de serlo por ser derogada la
norma o la ley que la establecía y, caso contrario, cuando la conducta de referencia
continúa teniendo carácter delictivo porque la norma derogada ha sido sustituida por
otra que considere como delito la misma conducta. En el primer supuesto opera a
favor del indiciado, procesado o sentenciado el principio de retroactividad en su
beneficio, establecido en el párrafo inicial del artículo 14 constitucional. Así en cuanto
al ámbito de validez temporal de una ley penal de carácter sustantivo, ésta sólo resulta
aplicable para aquellos actos que se hubieren efectuado durante su vigencia, es decir,
no tiene efecto retroactivo, ya que sólo rige en el presente y hacia el futuro, y la no
retroactividad tiene como excepción el principio de aplicación de la ley posterior más
benigna, entendiéndose por tal aquella que resulte más favorable en sus efectos. Por lo
anterior, lo que dispone el artículo transitorio mencionado al señalar que el juzgador
podrá realizar la traslación del tipo, es que éste necesariamente debe verificar que la
conducta o los hechos que anteriormente se contemplaban como delictivos, en el
Nuevo Código Penal continúan teniendo tal carácter, de manera tal que del resultado
que arroje su análisis en la traslación esté en aptitud de pronunciarse en el sentido que
corresponda según el supuesto que se actualice, por ello la traslación del tipo y la
aplicación del principio de aplicación de la ley más benigna no debe realizarse hasta el
capítulo de la individualización judicial de la pena, sino que debe ser un estudio previo
a la acreditación del cuerpo del delito y la plena responsabilidad.
SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER
CIRCUITO.

Amparo directo 606/2003. 30 de abril de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Roberto Lara Hernández. Secretaria: Sonia Hernández Orozco.

Amparo directo 856/2003. 13 de junio de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Guillermo Velasco Félix. Secretaria: Paula María Luisa Cortés López.

Amparo directo 956/2003. 30 de junio de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Humberto Manuel Román Franco. Secretario: José Manuel Yee Cupido.

Amparo directo 1346/2003. 28 de agosto de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Humberto Manuel Román Franco. Secretario: José Manuel Yee Cupido.

Amparo directo 1486/2003. 28 de agosto de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Humberto Manuel Román Franco. Secretario: José Manuel Yee Cupido.

Novena Época
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Registro: 184474
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XVII, Abril de 2003
Materia(s): Penal
Tesis: I.9o.P. J/3
Página: 940

INTERPRETACIÓN Y ALCANCE LEGAL DEL ARTÍCULO CUARTO


TRANSITORIO, FRACCIÓN II, DEL NUEVO CÓDIGO PENAL PARA EL
DISTRITO FEDERAL. A la entrada en vigor del Nuevo Código Penal para el
Distrito Federal, el trece de noviembre de dos mil dos, merced a la necesidad de
adecuar el ámbito material de validez de ese ordenamiento, con respecto al anterior ya
abrogado, en la fracción II de su artículo cuarto transitorio instaura la figura nominada
"traslación del tipo", cuya aplicación en la hipótesis correspondiente entraña la
necesaria referencia a los principios de irretroactividad en perjuicio de la ley penal y
de aplicación de la ley más favorable al inculpado, al caso dispuestos como derecho
positivo en los artículos 14, párrafo primero, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y 10 del novísimo ordenamiento punitivo del Distrito Federal, en el
sentido de que en los procesos penales pendientes de resolverse, la autoridad judicial
debe atender a lo siguiente: a) Realizar un acto de homologación tendente a constatar
que la conducta del sujeto activo originalmente estimada delictiva, conforme a la
codificación punitiva vigente en la fecha de su comisión, en efecto prosigue siéndolo
en términos del nuevo ordenamiento, ello para determinar si subsiste la pretensión
punitiva del legislador en la tipificación de la conducta imputada al sujeto activo; b)
De estimar la subsistencia delictual, debe efectuar propiamente la traslación del tipo,
lo cual implica el análisis pormenorizado de los elementos que determinan la
configuración del ilícito conforme a su tipificación abrogada frente a la nueva
legislación que permitirá establecer la certeza de su reubicación; examen que dará
pauta a la exposición de razones o motivos para justificar la retipificación conforme a
la conducta y modalidades respectivas, cuya validez dependerá de que se mantengan
en sustancia los elementos de la descripción típica; y, c) Conforme al análisis de lo
anterior, aplicar la ley más favorable al inculpado, tanto en los elementos requeridos
para la configuración del ilícito y sus modalidades, como en las sanciones previstas
por su comisión.

NOVENO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER


CIRCUITO.

Amparo directo 449/2003. 14 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Humberto Venancio Pineda. Secretario: Fernando Córdova del Valle.

Amparo directo 339/2003. 14 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Humberto Venancio Pineda. Secretaria: Rosa María Cervantes Mejía.

Amparo directo 379/2003. 14 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Emma Meza Fonseca. Secretario: Gustavo Felipe González Córdova.

Amparo directo 399/2003. 14 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Humberto Manuel Román Franco. Secretario: José Manuel Yee Cupido.
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Amparo directo 369/2003. 14 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente:


Humberto Manuel Román Franco. Secretario: Daniel Guzmán Aguado.

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