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Editorial 04.10.

09

… ¿Y no sabes esto?
Juan 3:1-15
Timidez. Dudas. Anhelos. Hambre espiritual.
“¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?”
“Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?”
Las preguntas que Jesús hizo a este hombre sediento de la verdad son aniquiladoras. ¿Por
qué fue tan duro con este pobre ciego espiritual? ¿Por qué atacó tan duramente su fe y convicción?
Nicodemo era uno de los principales entre los judíos. Era fariseo, una de las líneas del judaísmo
más severas y estrictas en su estilo de vida. Era gran conocedor de las Escrituras. Fue brutalmente
atacado en los puntos que sostenían su orgullo. Jesús no dio rodeos. Solo unos versos antes la Biblia
afirma que Jesús conocía exactamente lo que había en el hombre. ¡Conocía todos sus pensamientos
y deseos! Y le dio la respuesta que necesitaba. Veamos lo que hizo:
1. Derribó todos sus conceptos teológicos: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino
de los cielos”. El fariseo se basaba en las enseñanzas de la Biblia, pero anteponía sus
tradiciones. Jesús dejó en claro que esto no le servía.
2. Atacó su conocimiento inservible: ¿Eres maestro y no sabes cómo nacer de nuevo? ¿Eres
maestro y no puedes creer las cosas celestiales? ¿Eres maestro y no puedes reconocer a Dios
cuando se te presenta cara a cara?
Hermano, hermana, ¿hace cuánto eres miembro de la iglesia? ¿Hace cuánto asistes fielmente
a los cultos? ¿Eres maestro? ¿Eres uno de los que tocan en el culto o ayudan en otros ministerios?
¿Puedes creer en las cosas celestiales?
Las preguntas de Jesús son oportunas en todo tiempo, seas nuevo en la fe o un veterano de
muchos años. ¿Puedes creer que Dios obra? ¿Que es merecedor de toda alabanza? ¿Que merece
toda nuestra gratitud?
Hagamos crecer nuestra fe. Oremos más. Leamos más la Palabra.
¿Puedes creer? Creamos en Dios con una fe integral.

Raúl Salazar

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