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Editorial 23.05.

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Pero qué si...

1Jn 1:6-10

Vivimos en un mundo de aparentes opciones ilimitadas. Podemos pedir nuestra comida en


todos los sabores que queramos. Podemos ver la televisión y escuchar el tipo de música que
queramos. ¡Es nuestra decisión! Pero en la vida espiritual las cosas no están “a la carta”, sino que
Dios estableció causa y efecto. En un mundo que pregunta por el término medio en la religión
tenemos afirmaciones clara y contundentes a muchas de sus preguntas.

Me tomé la libertad de acomodar un poco el pasaje indicado para acomodarlo a la famosa


pregunta “y qué si..?”. Así que veamos.

Pero, ¿y qué si...

“...decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas?


Mentimos, y no practicamos la verdad.” (6)
La Biblia no da rodeos al declarar nuestro estado. Al pan, pan; y al vino, vino. Como hijos
de Dios no podemos tener vidas dobles.

“...decimos que no tenemos pecado?


Nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” (8)
Nunca olvidemos esta tremenda verdad. Aun la persona más buena, amable y correcta, tiene
pecado. Ante un Dios tres veces Santo, nuestras mejores obras son como trapos de inmundicia (Is.
64:6). ¡Qué sería de nosotros si no fuese por Su gracia!

“...decimos que no hemos pecado?


Le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.” (10)
La Biblia afirma que “todos (toda la humanidad) se desviaron, a una se han corrompido; No hay
quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” (Sal 14:3)

“...confesamos nuestros pecados? Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,


y limpiarnos de toda maldad.” (9)

¡Maravillosa noticia! A pesar de toda nuestra bajeza y pecado Dios sigue amándonos. Él está
ansioso por perdonar al hombre, mujer, niño, joven, anciano, sea quien sea, que se presente en su
presencia arrepentido, para poder librarlo de la muerte y darle vida eterna.

No perdamos la oportunidad de dejar todas nuestras cargas ante el trono de gracia de nuestro
buen Dios. No perdamos años de nuestras vidas sufriendo con la culpa y el temor. Hagamos lo que
Dios nos pide en su Palabra:

“El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”
Apocalipsis 22:17c

Raúl Salazar

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