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El gozo del creyente.

Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para
siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu
nombre. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo
rodearás de tu favor.

Salmos 5:11-12

Javier llegaba a casa de un amigo luego de un día de arduo trabajo.


Durante ese día la temperatura promedio fue de 37º C. Traía la camisa
mojada en la espalda y lo único que quería era refrescarse un poco. Cuando
su amigo, dueño de casa, lo invita a sentarse, Javier se fija que en la mesa
está preparado un equipo de tereré. Sin dudarlo ni por un segundo, Javier
toma la guampa y el termo y empieza a tomar el tereré, intentando apagar
el fuego que traía por dentro. Acto seguido, Javier escupe por toda la sala lo
que había tomado ante la cara de sorpresa de su amigo, quien le dice con
voz de admiración: “¡Ese tereré es de ayer!”

¿Alguna vez acudió a alguna persona en busca de alivio y se encontró


con la sorpresa que solo brotaban de él aguas amargas? ¿No es verdad que
existen creyentes, redimidos por la sangre de Cristo y con el Espíritu Santo
morando en su interior, que no reflejan la vida abundante y el gozo cristiano
que Jesús nos da?

Al igual que el salmista, nosotros hoy día tenemos dificultades y


preocupaciones constantemente. Pero tenemos su ejemplo escrito en
nuestras Biblias: hasta en las más difíciles pruebas debemos recordar que
Dios es nuestro escudo y Él bendice a los que le pertenecen.

Que este día sea uno en que la gente pueda ver el gozo de la
salvación en tu vida. Que tu gozo nunca sea destruido por las
preocupaciones de la vida, y hagamos lo que dice el salmista: “Den voces
de júbilo para siempre, porque tú los defiendes”

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