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ZÚÑIGA
Al unísono.
Esta obra está bajo una licencia Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5 México
de Creative Commons.
Primer meridiano Balada para espectros
en memoria de Franz Liszt.
Desde aquí
esperaré sentada a que todo empiece; El fantasma solitario sonríe.
hasta que los rascacielos de tramoya se alejen El amante que atraviesa la frontera del espacio
y liberen a esta ciudad mía lo observa desde su tierra febril y verde.
para seguir atormentando al mundo. Al mirarlo busca alguna conexión entre ambos
pero no lo recuerda.
Se puede advertir en la distancia No recuerda a nadie.
la noche brumosa
cargando pestes, Su inmemoriada conciencia
lujurias áridas, los perigrafía a Nonnenwerth.
algarabías de su engaño. La iglesia ensombrecida los abraza,
semeja a un viejo piano asido
Sólo desde aquí al destilo injurioso de un volcán.
puedo escapar
mientras el mal tiempo se acerca El fantasma y el amante se miran de nuevo,
y evitar que su ojo de agua me atrape. y mientras una fragancia con olor a seda verde
los desliza a la profundidad de la iglesia,
Bajo esta pequeña mitad del mundo un sonido muerto explota,
será el alumbramiento de los suelos, apresándolos en las mandíbulas
cuando de sus minerales de aquella disfonía de acompañamientos:
crezcan soles, “Campanas de Nonnenwerth”.
hebras de dios, nombres y oídos.
El fantasma y el amante bailan solos
Justo en la superficie de mi sombra ocultos bajo la máscara diabólica,
comienzan a fundirse los colores encerrados por ellos mimos.
del primer meridiano. El amante es el primero en recordar
el nombre del fantasma,
Tal vez quisiera abarcarlo todo su propio nombre,
con su extensión de tierra desorbitada. el nuestro.
Todo se ha roto. Su maldición
Regresamos a esta pieza oscura, es la cronología
a las tinieblas que esconden una figura delicada perversa,
vestida de seda verde.
Pero está muerta. Nada importa. la arena
y la herrumbre.
El tiempo me convence
es un fantasma. de la extensión de un destino
que en realidad Eco
no conoce.
tolvaneras y remolinos
la confunden. hasta que corrí
al acecho de un sonido trepidante,
¿Qué pasaría si el niño, y escuché el llanto
de pronto, de la puerta abierta de mi oído.
se olvidara de jugar?. La puerta por la que dicen,
el rumor
ha logrado escaparse.
Las lenguas,
desde la aparente humedad
que las adormece,
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movieron su ácido músculo te sonríe en el misterio
y bailaron a través
de incontables pasillos, cuando una tarde la encuentres
para esparcir el rumor viajando a los oídos
dentro de todos los mundos. de una muchacha
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la canción que has perdido a apoderarse del paisaje;
recuerdo mi corazón detenido
el cansancio como veloz locomotora
te habrá tomado por sorpresa salvada de perderse
y dormirás desnudo al borde de un camino muerto.
sin la canción en tu mente Llegó el crepúsculo. Nuestra visión,
frente a una persiana accidental e improbable,
llena de flores nos abandonó absortos ante
que ya nunca más podrás volver a ver. el pastizal desaparecido,
sujetando con fuerza la locomotora herida.
El Sol cerró su enorme y cegador
ojo de cíclope,
Fenómeno natural así, nuestra pesadilla quedó a oscuras.
Intentamos mirarnos de nuevo
entre la noche,
A las seis de la tarde más sin embargo no nos reconocimos.
el Sol se derritió por todo el cielo; Desde aquel día,
las huestes de mi niñez y yo esa plaza grande a las ocho cuarenta
mirábamos sus nubes desde la plaza grande, quedó vacía de amigos,
acostados sobre un marchito porque cada hombre que se levantó
campo de estío. de la superficie asfaltada
Los rayos solares salió a buscar su juventud a otra parte.
fueron haciéndose mudos poco a poco,
parecía que la noche pronto
llegaría hasta nuestros cuerpos
(la misma noche de Morgana Colores primarios
que hace dormir a Europa).
En aquel momento no lo sabíamos, Dime que tú también has visto mucha tele,
pero nuestros vestidos y equipajes que, como yo, crees quedarte poco a poco ciega
iban desangrándose en el lento y tus neuronas están ya casi muertas.
agonizar del cielo. Dime que tú tampoco quieres enfrentar los abismos,
Cuando al fin nos miramos que prefieres pasar un domingo viendo tele
unos a otros, y llevar mi taza de café a la cama
nuestras sienes tenían el color del Sol, mientras abandonamos nuestras mentes
a la suerte de los rayos catódicos.
y las pequeñas manos brillaron como
si desde dentro, “Coffe & TV”
estuvieran ardiendo en llamas. Eliud C. Delgado
El miedo comenzó
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por ti. Pienso.
Sabes que yo también
he visto mucha tele. Bebo de mi café hecho de tierra
en sincronía con la velocidad
Nuestras pupilas se enfrentan de las transformaciones,
en un juego de caleidoscopios.
mientras ellas llueven
Nuestro espacio al interior de esta cama,
se prolonga en el aire y obran a la orden del
discernimiento de audiencias.
como el color por la
carretera prismática. La nitidez,
termina bajo esta taza sin nombre
Desde nuestros ojos, que sostienen mis manos,
somos en la pantalla la sujeto con un hilo de memoria
otros dos espectadores mientras baila a la deriva del vacío.
Mezclaría
figurasycoloresenrarecidos
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Cover/Mío enteramente Océano/Bestiario
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Océano/Punto De Fuga
Extensa es la marea que antecede este abismo; Puede hablarse de hallazgos poéticos en la continuidad de una tradición
marea que funde muelles polo con polo, o bien en el rompimiento de la misma. Aún mayor es el asombro ante
abismo que atormenta la desembocadura una escritura donde ambas fuerzas, con insistencia presentadas como
donde el fluir de gravedades antagónicas, aparecen en equilibrio como sucede en los poemas de
navega derritiéndose. Aurora Zúñiga. Si bien a lo largo de Colores primarios se puede trazar
—como al seguir los pasos de un fantasma— una travesía de lecturas
En la hora del fiel, previas a través de la poesía latinoamericana escrita por mujeres,
el hemisferio aborda una cima de horizonte. también resultan evidentes los rastros de otros periplos y, en especial,
Las bifurcaciones desdoblan su trayecto, una intención por desandar los lugares ya avistados. Así Aurora se
liquidan el ritmo intransigente de la arena aventura a explorar diversas voces sin limitaciones de género. Asume
y la seducen hasta el piélago en su furia pantomímica. con la misma naturalidad un tono etéreo —con el sutil trazo del
pincel retórico más fino— para trazar la silueta del eco o una postal
En los ojos cormoranes, el cielo mira el rumor de la playa sobre versos libres, o elige adentrarse en las profundidades
de la última lejanía vuelta espuma. donde habita un monstruo marino (digno del siglo XIX anglófono que
Emergen los harneros; engendró el Moby Dick de Melville y “The Kraken” de Tennyson) cuyas
corales aerófilos que danzan en el iris, inflexiones llevan el lenguaje a sus límites.
mientras la perspectiva despliega una avalancha.
En esta primera decena de poemas que Aurora Zúñiga deja
escapar a un horizonte incierto de lectores, nos encontramos con una
poeta sin necesidad de legitimar su escritura al enunciar desde dónde
o hacia qué puertos se arrojan estas palabras. En esta indefinición
encontramos una elasticidad de referencias —donde igual caben el
rock, Franz Liszt y Heráclito— y pluralidad de voces cuyo equilibrio
termina por enfatizar una escritura tan característica que, sin duda,
resulta un hallazgo de claroscuros tan imposible de ignorar como no
advertir el amanecer.
E. D.
Ciudad de México,
julio de 2009.
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ÍNDICE
Primer meridiano 6
Balada para espectros 7
Parábola de Heráclito 8
Eco 11
Apuntamientos dos veintiséis 12
Fenómeno natural 14
Colores primarios 15
Cover/Mío enteramente 16
AURORA . ZÚÑIGA
Océano/Bestiario 19 (Ciudad de México 1989)
Océano/Punto De Fuga 20
Desertó a todo
Esta obra se terminó de imprimir
en el año 2009, en México.
Se utilizó tipografía
Garamond 12 y 11
CIUDAD DE MÉXICO
http://reddelospoetassalvajes.blogspot.com