Propiedad Intelectual como Patrimonio, Caso del Yagé.
Juliana Caycedo Gómez Cód. 09213001
E
n los años 80, Loren
Miller, pide la patente
ante la PTO –oficina de
patentes y marcas
registradas de los
Estados Unidos- la patente del
Yagé, con el argumento de haber
encontrado un nuevo espécimen de
la planta. En 1986 la PTO le otorga
al Sr. Miller la patente del Yagé
5752, a la que llamó Da Vine. Al
cabo de 10 años, aproximadamente,
luego de haber hecho la resolución
de dicha patente, las comunidades
indígenas Yageceras del Putumayo,
representadas por el Taita Querubí
y la institución COICA1, sacan a la
luz el hecho de que la planta y el
brebaje que se prepara con ella,
habían sido registradas bajo una
organización <<internacional>>. El
discurso por parte de las
comunidades Yageceras, en
especial las comunidades del
Cofán2, acerca de la planta y sus
usos –que habían pertenecido a sus
ancestros- era que no podía se
patentada, que era un acto
simplemente que atentaba contra la
integridad de las comunidades
indígenas[ CITATION Gru07 \l 3082 ]. En
1
La COICA es la Coordinadora de las
Organizaciones Indígenas de la
Cuenca Amazónica. Es una
organización regional que representa
alrededor de 400 pueblos indígenas
amazónicos cuya población
aproximada es de un millón y medio de
personas distribuidos en los países de
Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador,
Guyana, Guyana Francesa, Perú,
Surinam y Venezuela[ CITATION Ant00 \l
3082 ].
2
Comunidad Yagecera de Ecuador de
donde al parecer el Sr. Miller había
obtenido la muestra que patentó
1999 el Taita Querubí,
representando la asociación de los
mayores –Taitas- y las
comunidades indígenas Yageceras,
junto con representante de COICA ,
viajan a Estados Unidos y apelan a
la PTO para revocar la patente; y es
ese mismo año con un hecho sin
precedente, que consiguen ganar la
pelea contra lo que hoy se conoce
como Biopiratería3.
Las relaciones trasnacionales, el
viejo y nuevo consumo; y la
biopiratería son algunos de los
causantes de que la tradición del
Yagé sea percibida ya no de forma
prístina, como aún lo hacemos con
el imaginario indigenista4, sino que
empieza a ser pensada –debido al
traslado de escenarios, de la selva a
la ciudad- como un saber
perteneciente a todos.
Como respuesta ante la apropiación
de estos conocimientos y la
reproducción de los mismos, las
comunidades indígenas –entre ellas
las Yageceras- luchan por el
reconocimiento de la propiedad
intelectual como patrimonio –
teniendo en cuenta que patrimonio
es un término occidental, no
perteneciente a sus tradiciones. El
3
La biopiratería es el acceso, uso y/o
aprovechamiento ilegal, irregular y/o
inequitativo de recursos biológicos y
sus derivados, así como de los
conocimientos tradicionales de los
pueblos indígenas asociados a ellos,
en especial mediante el uso de la
propiedad intelectual, con la finalidad
de irrogarse derechos exclusivos sobre
ellos”[ CITATION Ini04 \l 3082 ].
4
como actor ecológico que vive en un
circuito cerrado[ CITATION Cai10 \l 3082 ]
problema ahora gira entorno al
propietario del Yagé ¿la tradición
del Yagé propiedad de quién? Las
relaciones trasnacionales han
visibilizado el ritual, sus usos y
prácticas, hasta tal punto en que a
nivel nacional el producto es
relacionado con las comunidades
indígenas del Putumayo, en donde
el dilema se muestra evidente a la
hora de la explotación de dicho
material.
Muchos de mis colegas
reconocerán que el tiempo es un
gran limitante a la hora de realizar
una investigación, por lo tanto el
presente ensayo esta abierto a
posibles criticas. Para la resolución
del problema, y teniendo en cuenta
mis limitaciones, pretendo abordar
dos de los posibles espacios que se
puedan presentar en la
investigación. El primero de los
espacios corresponde a la
perspectiva de los Taitas Rurales
contraponiéndolo a la perspectiva
de los Taitas urbanos, respecto al
problema del patrimonio y la
concepción de éste; y el segundo, lo
patrimonio, enfatizaré en los relatos
que se enmarcan en lo que Escobar
llamaría Eco-política[ CITATION Esc99 \l
3082 ]
Lo que me propongo con este
ensayo es identificar cuáles son los
discursos que manejan cada actor
respecto al patrimonio como
propiedad intelectual, teniendo en
cuenta el caso del Yagé y las
comunidades Yageceras del
Putumayo. El artículo estará
conformado cuatro temas y partes
-no en el orden nombrado
respectivamente- respecto al caso
del Yagé: en primer lugar están las
representaciones5 que se tienen
acerca del Yagé; en segundo, el
debate que se discute acera de la
propiedad intelectual[ CITATION Eme03
\l 3082 ] como patrimonio [ CITATION
Cai10 \l 3082 ]; tercero, las diferentes
perspectivas de los diferentes
agentes y finalmente los resultados
y comentarios acerca de la
investigación.
Marco teórico

enfocaré en el consumidor que
como agente mediático –practican
el Yagé pero a la vez no hacen
parte de la comunidad indígena-
perciben de un modo distinto la
situación del patrimonio. El trabajo
referirá a la perspectivas de los
actores mencionados y sus relatos,
sin embargo advierto que ninguna
aproximación será integra
profundizada aquí; puede que
algunos de los lectores se sentirán
identificados con algún actor
especifico, pero cabe anotar como
diría B. Orthner “lo más posible es
que los relatos se encuentren
simplificados, sino es que se
encuentren rotundamente
distorsionados”. Para
problemática acerca de
concepción de la idea de
L
a responsabilidad que
tenemos los investigadores en
el campo de acción, con el
poder que nos otorgan los discursos
que creamos, nos hacen a la vez
tan lejanos como cercanos de la
problemática que investigamos. La
responsabilidad ya no es sólo el
informar del hecho social como lo
o hacia el Sr. Malinowski en las islas
de los Trobriand, sino también la
responsabilidad recae en el poder
hacer algo para transformarlo.
Vivimos en mundos híbridos, donde
las naturalezas sistémicas –
políticas, religiosas, científicas,
económicas […]- se corrompen
entre sí y forman nuevas formas de
la
la 5
Qué significa el Yagé para cada
agente.
hacer las cosas -como dice muy
bien por ahí “la energía ni se crea,
ni se destruye, se transforma”- caer
en el error de analizar la situación
desde una sola naturaleza, una sola
perspectiva, haría de la reflexión
algo pobre, algo vaga, un tanto sin
vida.
Para pensar el caso del Yagé y
analizar la propuesta acerca del
ritual como patrimonio inmaterial,
hay que proyectar el análisis
teniendo en cuenta la propuesta que
lanza Arturo Escobar con el tema de
Ecología Política[ CITATION Esc991 \l
3082 ], el cual se tiene en cuenta que
para estudiar un caso en una
sociedad cambiante y conflictiva –
los cambios que se producen,
hacen de la sociedad un tanto
conflictiva- hay que darle
importancia al estudio de las
naturalezas hibridas. Las nuevas
formas en cómo se relaciona el
hombre con/y la naturaleza, están
relacionadas con las dimensiones
tanto políticas como religiosas;
económicas como culturales;
materiales como sociales;
naturalezas –hechos- que se
complementan entre sí.
El concepto de patrimonio es un
termino nuevo para muchos del
común, y mucho más para aquellos
que no conciben la idea de tener
algo propio/privado –que algo le
pertenece a alguien- sino un algo
común, en donde no hay diferencia
entre las naturalezas, sino que
éstas son un continuo del ser, como
dice una frase muy conocida “todo
es de todos y todos somos todo”.
Imagínese si el hecho de pensar la
idea del patrimonio se le hace difícil,
qué pensaría si le hablara de
Patrimonio inmaterial. El Hablar del
ritual del Yagé como un patrimonio
inmaterial es una idea que da a
pensar y maquinar muchas
preguntas, muchas de ellas dirigidas
a aquellos que practican el ritual por
ser parte de su ser, de su vida;
como para aquellos que en un
momento dado empezaron a
practicarlo. El articulo de Alhena
acerca del ritual del Yagé y la idea
de patrimonalización[ CITATION
Cai10 \l 3082 ]me ayudará a percibir
los debates que se han generado en
torno a ambos temas y a la
representación de la indianidad6.
“el patrimonio inmaterial se relaciona
con los sistemas de conocimiento y de
transmisión que las sociedades ponen
en funcionamiento a partir de
expresiones específicas, de tal forma
que constituye una de las maneras
como la gente se vincula con su
historia. En ese sentido, lo importante
son las relaciones, significados y usos
que las personas hacen de estas
expresiones más que ellas
mismas”[ CITATION Cai10 \l 3082 ]
Muchos se preguntarán el por qué
abrí la introducción con una noticia,
a demás de ser una táctica de
enganche para que el lector sea
atraído y consumido entre paginas,
el propósito era suministrar un
hecho que uniera tanto el problema
que se viendo con el caso de Yagé,
con la hibridación de las naturalezas
puestas en conflictos para
transformar una realidad. La idea
del desarrollo, las libertades puestas
en pos de éste [ CITATION Sen01 \l 3082
] y la concepción de la idea de unos
limites que se han vuelto
trasnacionales, me ayudaran a
6
“En Colombia, el uso urbano de Yagé
es una práctica ligada aún al imaginario
sobre lo indígena. En esa medida, para
entender las dinámicas de esos usos
urbanos hay que tener en cuenta la
forma en que como nación hemos
construido una idea de
indianidad”[ CITATION Cai10 \l 3082 ]
pensar cómo fue la participación y
qué instituciones ayudaron a la
constitución o por lo menos a la idea
del ritual visto como un patrimonio
inmaterial. Sen explica que el
desarrollo se da en cuanto hay una
expansión de las libertades, y que
estas libertades implican capacidad
de acción de los agentes para
concretar aquello que se quiera
desarrollar. Diría que no es una
extracción muy fiel de la teoría de
Sen, pero esto me ayudará a
considerar todos los posibles
elementos y sujetos/instituciones
que ayudaron a la concepción del
ritual como patrimonio simbólico.
El Caso del Yagé
E
l ritual sagrado del Yagé es
una ceremonia no religiosa,
el cual se practica hace más
de 4000 o 7000 años en el pie de
monte amazónico [ CITATION van10 \l
3082 ] y sus usos, practicas y
consumos, son conocidos en la
parte urbana de Colombia, no hace
más de unas décadas. Para la
práctica del ritual hay una autoridad
mayor conocida como Taita –en
caso de que sea hombre- o abuela
–en caso de que sea mujer- que
oficia la ceremonia. Al iniciar la
toma7 el que oficia, coge una copa
de té amargo conocido como Yagé
y lo distribuye entre los
participantes.
El brebaje también conocido como
Ayahuasca, consiste en la mezcla
de dos plantas: la Banisteropsis
Caapi y la Psychotria viridis, que en
el lenguaje común seria el Yagé
-que es el bejuco- y la pinta o
también Yagé hembra -que son las
hojas. Sin olvidarnos de las
naturalezas hibridas, el sistema
7
El consumo del Yagé se conoce
popularmente como “tomas del Yagé”
científico con sus ánimos de
sistematizar el ritual, ha clasificado
el brebaje como un sicotrópico, es
decir, una bebida con la capacidad
de estimular el sistema nervioso
provocando alucinaciones, debido a
los efectos –visiones- que tiene en
las personas que lo toman.
El caso que expongo al principio del
trabajo, cobra sentido en los años
80. El Sr. Miller, que por cierto es
norteamericano, trae consigo –
después de haber estado con una
familia yagecera en Cofán, Ecuador-
una planta del yagé y la patenta
ante la PTO como una nueva
variedad de la misma. Acerca de la
historia se manejan dos versiones;
la primera la conocen ustedes por el
encabezado, el cual anuncia que
después de haber obtenido la
patente del Yagé, el Taita Querubí
acompañado por representantes de
COICA, tumban la patente y ellos se
quedan con la patente (la ponen a
nombre de todas las comunidades
indígenas yageceras); y la otra
versión, cuenta que el Taita Querubí
junto con COICA hacen que
revoque la patente cuando a penas
se encontraba en tramites de
investigación. En cualquiera de los
dos casos hay una visible
trasgresión del Patrimonio
inmaterial.
Representaciones y
perspectivas.
E
n la actualidad debido a las
libertades8 que se promueven
mediante el desarrollo
[ CITATION Sen01 \l 3082 ] y la
globalización, han llevado a la
diseminación de las prácticas del
Yagé[ CITATION Cai101 \l 3082 ]. Los
límites fronterizos se transgreden 9,
vemos entonces un traslado de
8
Libertades de derecho
escenario de las prácticas culturales
populares –propias de la vida rural-
que poco a poco se van
sumergiendo y adaptando a las
exigencias de un nuevo público en
las grandes ciudades-zona urbana.
Los rituales que antes eran
concebidos como folclórico, del
común, son apropiados por las
elites de la sociedad, llevando a una
transformación e hibridación del
imaginario que se tiene acerca de
Yagé y la indianidad. La idea de lo
prístino empieza a jugar un papel
importante para las
representaciones de los nuevos
espacios dados; lo indígena, lo
natural, lo espiritual y la medicina,
se empiezan a juntar en una línea
fina y delgada, en donde lo
“primitivo”, “el volver a los orígenes”,
“lo puro” son ideas que retumban en
la cabeza de aquellos que acuden al
ritual. Otro modo de decirlo seria
expresándolo como lo dijo una de
mis entrevistadas Margarita Iza “se
nos es difícil separar al indio del
ritual, de las montañas, las plumas y
el tabaco10”[ CITATION Cay111 \l 3082 ]
Viéndolo desde otra perspectiva el
imaginario de la indianidad
contraponiéndolo con el imaginario
del ritual, trae a colación el viejo y el
nuevo consumo; los espacios rural y
urbano, respectivamente, se
enfrentan con dos contrincantes
para decidir cual de los dos es el
más apropiado –y creíble- a la hora
9
Transgredir, no como acto violento,
sino como acción de traspasar.
10
Frase que salió en una entrevista que
realicé a una persona que iba
frecuentemente a las tomas del Yagé.
Se discutieron temas como cual era el
ideal de la imagen de Yagecero, si era
más “creíble” un ritual realizado por un
Taita que vistiera con vestimentas de
plumas, collares y otros símbolos ó una
persona que vistiera como una persona
del común.
de realizar la toma; la imagen y
legitimidad del Taita se reafirma con
indumentarias y accesorio[ CITATION
Cai101 \l 3082 ]
La legitimidad de un taita
yajecero frente a los yajeceros
urbanos tiene que ver con
ciertos marcadores de
autenticidad indígena que se
manifiestan en diferentes
órdenes (prácticas, símbolos,
imágenes) y pasan por diversos
registros (regionales,
nacionales, transnacionales).
Un marcador importante tiene
que ver con la apariencia: la
corona de plumas, la
indumentaria, los collares, etc.,
elementos que garantizan la
verdadera alteridad del taita. Un
taita sin toda la parafernalia
ritual característica no tiene
acogida […] [ CITATION Cai101 \l
3082 ]
La representación de la alteridad del
ritual debe ser concebida como algo
exótica, una imagen que raye con la
imagen del ciudadano común y se
aleje rotundamente del ideal urbano
es aquel vencedor.
“Lo exótico no está en casa.
Necesariamente implica
desplazamiento y despegue”,
nos recuerda A. R. Ramos
(2005). A los indios hay que
ubicarlos bien lejos para
garantizar su poder [ CITATION
Cai101 \l 3082 ].
Biopiratería y Propiedad
Intelectual
L
a biopiratería es un término
reciente y dando su novedad
muy pocos lo conoce, y pese
a esto el tema en los medios causa
mucha polémica. El concepto nace
en 1992 a través de el Convenio de
Diversidad Biológica, de éste
podemos discernir que es tanto el
acceso, la apropiación y la
reproducción de forma ilegal de los
recursos biológicos y su derivados,
con la finalidad de obtener los
derechos exclusivos sobre ellos y
así mismo de los conocimientos
relacionados de los pueblos
campesinos e indígenas con
sustraídos de ellos.
Los casos más conocidos acerca de
la Biopiratería son los concernientes
a los de las farmacéuticas y
empresas que buscan innovar en el
mercado, en donde extraen del
conocimiento tradicional los
recursos genéticos para la
explotación y elaboración de nuevos
productos; de estos nuevos
productos viene un proceso de
patente que a nivel legal exige un
estudio para corroborar fuentes para
evitar fraudes. Ahora cabe hacerse
la pregunta acerca de ¿qué pasa
con el conocimiento de los pueblos
de los cuales fue extraído el
producto? ¿Se puede hablar de este
conocimiento como una propiedad
intelectual? Y si es así ¿propiedad
de quién es? si finalmente es un
conocimiento compartido que ha
trascendido fronteras y se encuentra
en su forma básica como un
multitutifruti11de saberes, debido a
los diferentes discursos que la
compone.
Los recursos adquiridos mediante
esta forma, pueden llegar a ser
protegidos haciendo valer derechos
de propiedad intelectual. Los
estudios realizados en el procedo
de patente para la protección de
propiedad intelectual, dan como
resultado el otorgamiento de una
patente parcial, debido el registro de
11
Palabra utilizada mucho por la
profesora Inge Valencia, Icesi al
referirse a una condición Hibrida, mixta,
mezclada.
“material inmaterial” es difícil de
rastrear sus fuentes iniciales.
El caso expuesto en la introducción,
ilustra claramente dos puntos de la
Biopiratería: El acceso ilegal de los
recursos biológicos en donde
extraen la planta; y el uso de los
conocimientos tradicionales de los
pueblos yageceros de Cofán, donde
extraen los usos de ésta, , sin
previo aviso.
El Ritual del Yagé como
patrimonio inmaterial
H
acer de algo un patrimonio
implica hacer de eso mismo
una expresión cultural
[ CITATION Cai101 \l 3082 ] . En
Colombia no es sino hasta
mediados del siglo XX que se
empieza a concebir la idea del
patrimonio de dos formas: la
primera de ellas, es la concepción
de Patrimonio Material, que
compete a muebles e inmuebles; y
por el otro lado esta el Patrimonio
Inmaterial, que alude a un capital
simbólico, es decir un material
inmaterial.
Para pensar el Ritual del Yagé
como un patrimonio inmaterial, hay
que tener en cuenta tantos sus
relaciones como sus significados,
puesto que como de ellos se
compone, en cuanto ello cambie, el
valor del patrimonio inmaterial
también cambiará.
Las relaciones que ahora se tornan
trasnacionales, son las que
impulsan el deseo de legitimar el
estado del Yagé. Como respuesta
ante la apropiación de estos
conocimientos y la reproducción de
los mismos, por agentes externos y
ajenos, las comunidades indígenas
–yageceras- luchan por el
reconocimiento de la propiedad
inmaterial. Dado el caso de
Colombia y el proyecto de Estado-
Nación que maneja, para hacer de
algo un patrimonio cultural, se debe
pensar en un proceso casi de
esencialización de la materia prima,
que para el caso del Yagé seria
remontarnos al imaginario que se
tiene en relación a lo indigenista.
Naturalezas conflictivas dan a
conocer la forma en que se percibe
el ritual del Yagé. La hibridación de
los nuevos espacios [ CITATION
Esc99 \l 3082 ] abiertos para el ritual –
traslocación urbana- ha llevado a
visibilizarlo tanto como una
mercancía, como un patrimonio.
Existen muchas –o pocas12-
políticas que se encargan del
reconocimiento y protección de
estos nuevos-viejos saberes que
ahora son percibidos como
patrimonio inmaterial cultural. Sin
embargo debido a la flexibilidad de
las normas, éstas también permiten
el fácil acceso a éste tipo de
patrimonio.
Para ser más clara, aquí va un
ejemplo. Cuando los indígenas
dicen que “eso” le pertenece a su
patrimonio, quiere decir que le
pertenece a su cultura, a su
tradición. Ahora ellos están dentro
del mismo territorio que el nuestro,
Colombia, eso quiere decir que
usted y yo somos herederos de ese
patrimonio, pero como no es
nuestra cultura y no la conocemos,
entonces ¿cómo vamos a reclamar
un patrimonio del cual no fuimos
partícipes, ni tampoco somos
usuarios? Al formular este ejemplo
se ven contradicciones a nivel de
las naturalezas intrínsecas, en
donde somos pero no somos; es
nuestro pero al mismo tiempo no es
12
Relacionado con otro tipo de
derechos.
nuestro. Ahora, para reclamar dicho
derecho, la ley nos permite
demostrar que somos legítimamente
herederos de dicha tradición, a lo
cual con tan solo participar una sola
vez puedo decir que éste ritual
también es nuestro.
Las leyes no son exactas, y dado a
que son muy recientes, aún se
permiten muchas trasgresiones. El
ideal prístino de los capitales
simbólicos, conllevarán en algún
momento a que las leyes cambien,
debido que lo menos prístino que
existe es el conocimiento y menos
las representaciones que se tiene
acerca de algo.
Otras Reflexiones
E
l efecto de la Globalización lo
que permite son abusos,
muchos de ellos absurdos,
pero al fin y al cabo abusos. En
Colombia gozamos de ciertas
libertades que nos permiten elegir
qué queremos ser, entre ellas está
la libertad religiosa, la libertad de
culto, y el yagé siendo una actividad
espiritual, se puede asimilar en
cierta manera a las actividades
religiosas; La diferencia en que en
vez de comer ostia y beber vino13,
uno es partícipe de un ritual y toma
un brebaje; y también hay una
autoridad que reparte como lo hace
el que reparte las ostias –porque no
reparte el vino. Entonces, un
problema que se puede generar en
cuanto a la práctica y que es algo
que no normatiza el Estado, es que,
por ejemplo, si yo quiero ir a una
misa, y yo voy a cualquier sitio, y no
me averiguo si el sacerdote fue
consagrado o si fue reconocido por
la iglesia católico-romana o si es un
13
Haciendo una comparación entre la
religión católica y la ceremonia del
yagé.
charlatán, pero el hecho de que yo
vaya a su iglesia, no hace que él
realice un delito. Si yo digo “yo soy
el mensajero de Dios” y pongo una
iglesia y alguien quiere asistir a ella,
si yo estoy engañando acerca de
tener la autoridad de Dios y me
quieren creer, yo no estoy
cometiendo delito.
Ahora respecto al Yagé, si alguien
quiere ir y mezclar unas hojas,
sacar un brebaje, repartirlo y la
gente esta dispuesta a tomarlo, ya
es responsabilidad tanto del que lo
hace como del que lo recibe. No se
ve a nivel jurídico una trasgresión;
Ahora, que se este trasgrediendo
unas leyes espirituales graves del
Yagé, si; pero leyes colombianas
no. Es como si dijera que estoy
haciendo cada fin de semana un té
en mi casa y le hecho flor de
Jamaica y 4 especies más y la
gente viene a adorarme, pues yo no
estoy irrumpiendo ninguna ley. No
hay ningún problema legal, salvo
que los indígenas digan que para
entregar Yagé se debe requerir de
ciertos requisitos y lo vuelvan ley,
porque ellos pueden legislar dentro
de su territorios, pero no por fuera
de ellos; Las comunidades y lideres
indígenas son ley dentro de su
territorio debido a la constitución del
91, pero ya a las afueras de su
territorios es como dice el nombre
de la película “lo que el viento se
llevó”
Hay que pensar nuevas formas de
representaciones de la idea del
patrimonio inmaterial, debido a que
rituales como el yagé que vienen
siendo pensados de forma casi
intocable, prístina, no se le dan los
medios suficientes para la
conservación de tales derechos. Las
fronteras trasnacionales, la
deslocalización, la elitización 14 y
otros fenómenos que hacen de las
naturalezas intrínsecas, un tanto
hibridas, darán paso de una u otra
manera a moldeamiento de nuevas
formas de concebir la idea del
patrimonio y la concepción de qué le
pertenece a quién.
Reflexiones Finales.
L
as representaciones creadas
por el imaginario de la gente
ayudan a disuadir acerca de
las nuevas formas de cómo se
están percibiendo los fenómenos
sociales y quienes son los
responsables de tales hechos, tan
cual es la Biopiratería con el caso
del Yagé. La globalización y los
medios de comunicación difunden
rápidamente los fetiches e ideales
de tales representaciones.
La estructura social en la cual se
mueve el ritual, ha dado pasos
agigantados. La traslocalización de
estas esferas ha llevado al ritual a
un punto de elitización y
urbanización, creando así modos
imaginarios híbridos acerca de las
prácticas realizadas.
Los trabajos por la conservación y
patrimonialización de las tradiciones
indígenas han dado paso a la
esencialización del yagé, que puede
ser utilizado de forma casi
estratégico, pero a la vez lanza
señales de alarmas, para persuadir
acerca de que se deben dar nuevas
formas de repersentaciones.
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