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AMÉRICA SIGLO XX

UNIDAD II

SUA/FFyL –UNAM

Dra. Patricia Pensado Leglise

Leticia Torres Gutiérrez

7-octubre-2010

POPULISMO

Del latín populus "pueblo". Es un término político usado para designar corrientes
heterogéneas pero caracterizadas por su aversión discursiva o real a las élites
económicas e intelectuales, su rechazo de los partidos tradicionales (institucionales
e ideológicas), su denuncia de la corrupción política por parte de las clases
privilegiadas y su constante apelación al "pueblo" como fuente del poder1.

Se puede concebir como el régimen que aspira a representar a todas las clases,
tratando de conciliar los diferentes intereses. El gobierno busca interlocutores
(líderes) que concilien, que busquen la concertación social. En medio el gobierno, a
un lado el sector industrial, en el otro lado la clase privilegiada. Es un proyecto de
tipo nacionalista. Alude gran cantidad de casos que presentan características
comunes, que lo convierte en un término multifuncional. Asignado a casos que son,
entre sí, muy desiguales. Se usa para calificar movimientos sociales, políticos
económicos, estructuras discursivas, modos de gestión, ideologías, etc. Incluso,
existen combinaciones o adiciones como “neopopulismo/populismo
progresista/socialista/conservador”, etc. Es también asociado con la demagogia,
igualmente utilizado al mencionar las políticas económicas, para señalar el
“clientelismo” político, tanto de izquierda o derecha. Ambos han utilizado el
calificativo para sus contrarios: los conservadores le achacan ser el causante de los
brotes inflacionarios, la hostilidad para con la inversión extranjera directa, etc. La
izquierda, por su parte, lo acusa de embaucar a las masas, distrayéndolas con
medidas que les hacen creer en una “mejora” que es sólo aparente ante una
realidad que sólo perpetúa en el poder a sus líderes, quienes son los realmente
privilegiados. Es utilizado para explicar la multiplicidad de gobiernos que
presentaron visos de corte populista en América Latina. En fin, las definiciones son
tan diversas, como los diferentes autores que lo han analizado.
Orígenes
En Europa el populismo surge en el período de entreguerras del siglo XX, con un
fascismo en ascenso y la revolución rusa ya constituida. Se crea un movimiento
socialista utópico de intelectuales rusos –llamado narodnik (nardo=‘pueblo’,
‘nación’). El narodnichestvo, un socialismo agrario que pretendía que Rusia evitara
su etapa capitalista y llegara posteriormente al comunismo.

En Estados Unidos, surge con el grupo de los Agricultores del Middle West, los
farmers quienes protestaban contra los políticos y los banqueros (clientes cautivos
de las corporaciones ferroviarias), reclamando socializaciones para enfrentar los
1
Wikipedia.
precios monopólicos. Usando el capital que les adelantaban para comprar
máquinas, sufrían muchas veces la saturación de productos, la reducción del precio
y, los tiempos de sequía, la desestabilización de la base monetaria y reducción del
dólar. Hacia 1880 intentaron crear cooperativas para defenderse de los acreedores
sin éxito, como el gobierno no atendía sus reclamos, ingresan a la política.
Oscilando entre la moderación o radicalización de la acción, con los problemas
raciales, las divisiones entre farmers y trabajadores, entre monopolistas y
productores; entre financistas del Este y productores, estas diferencias dificultaban
una alianza. En 1892 logran constituirse como un partido nacional, el People’s
Party (Partido del Pueblo). En 1896 se unen al partido Demócrata, cuya plataforma
para la elección incluía varias demandas como la exposición de sus condiciones
miserables, denuncia del predominio de los que poseían la riqueza. Querían una
ampliación de los poderes del gobierno para evitar lo que estaban padeciendo. Los
intereses de los trabajadores rurales eran idénticos a los de los urbanos, así que
tenían enemigos comunes.

Podemos observar que los orígenes de ambos países tenían similitudes: eran de
extracción agraria; se opusieron a la opresión capitalista, que impedía la pequeña
propiedad; eran opositores a sus respectivos gobiernos; reclamaron una
redistribución del poder; los dos creyeron que el pueblo era un ideal, en función de
su poder de ejercer un concreto dominio ‘desde abajo’. Asimismo presentaron
diferencias: los populistas rusos no abogaban por una reforma constitucional, los
norteamericanos buscaban una solución dentro de los procesos políticos
conformados por las instituciones establecidas. Discrepan en la base ideológica: los
rusos eran sostenidos por la intelectualidad y los estadounidenses era un ‘pueblo
agricultor’. En su postura en cuanto a la propiedad: los rusos pretendían
comunizarla, los americanos la concebían como un bien privado. Esto repercute en
su ideología: para los rusos, las ideas eran el centro donde encontraban asiento
para actuar. Para los estadounidenses, las ideas eran producto de lo que
reclamaban al gobierno.

A partir de la crisis del 29 se origina en América Latina un prolongado proceso de


convulsiones sociales, en su mayoría revolucionarias, que al no contar con
direcciones proletarias, terminaron en las manos de distintos caudillos burgueses
ante el impasse del capitalismo a nivel mundial, contaron con un cierto margen de
maniobra para intentar equilibrar las clases por parte de los gobiernos, en muchos
de los casos vinculados directa o indirectamente con el ejército, la única fuerza del
Estado capaz de jugar el papel de "arbitro entre las clases". La burguesía nacional
jugó un papel progresista, pero en cuanto tuvo las condiciones, se vuelve a
entregar al capital trasnacional y somete al nuevo proletariado. El populismo es
para la burguesía un mal necesario, una vez que juega su papel, se deshace de él,
con múltiples conflictos de clase.

En América Latina los populismos poseen una idiosincrasia propia que los distingue
de los antecedentes rusos y norteamericanos, se caracterizan por la diversidad de
sus experiencias, por sus imprecisiones ideológicas y por su dependencia de
liderazgos, que los complementa y a veces repitiendo el modelo del caudillismo, la
relación líder-masa adquirió un valor fundamental. En ausencia de una línea
política clara, precisan del líder, llevando al movimiento por la cambiante política,
acercándose a veces a la derecha otras a la izquierda según las circunstancias,
canalizando éste dirigente las demandas del pueblo. Convirtiéndose en la principal
forma de control, producto de una cultura política patrimonialista, heredera de un
pasado colonial, semi-feudal y con un fuerte catolicismo.
Para este trabajo vamos a comparar los textos de Alistair Hennessy, Lucía Sala de
Touron y Anibal Viguera.

HENNESSY ALISTAIR, inicia el texto señalando que en todo análisis general del
populismo, América Latina es la “mosca blanca”. Su significado se refiere
predominantemente a movimientos de tipo urbano “en su sentido más amplio, el
populismo latinoamericano puede definirse como una arma organizacional para
sincronizar grupos de intereses divergentes, y se aplica a cualquier movimiento no
basado en una clase social específica”.2 El autor trabaja con la metodología de la
ciencia política, se apoya en autores como Gino Germani y Torcuato di Tella.
Menciona dos tipos de populismo rural: el antiguo y el nuevo. El texto es más
interpretativo que crítico. Destaca la característica de los líderes, cada caso va a
ser distinto, trabaja diferentes ramas de la producción, señala que las ciudades
latinoamericanas se caracterizan por el desempleo crónico. Había estado vetado el
derecho a formar sindicatos. Una vez creados, tienen que establecer una central
donde participan las diferentes agrupaciones sindicales. Coptaban al dirigente, si
éste no se dejaba entonces lo acusaban de que atentaba contra el nacionalismo,
etc. Señala que es un proyecto transclasista. No consiguen una reforma de
estructuras. Se hizo muy común que se nacionalizaran empresas privadas. Uno de
los motivos por los que fracasa el populismo es porque cada vez demandan más
reivindicaciones y un lugar más importante en la sociedad.

El populismo lejos de ser una respuesta a la industrialización, es una respuesta a su


ausencia, que se concretó con una urbanización, moviliza a las masas quienes no
encuentran los canales institucionales para sus demandas. Esas masas logran un
acceso precipitado a la participación nacional popular, guiado por la espontaneidad
y la búsqueda de concreciones inmediatas. Este escenario se delimita en un sistema
demasiado rígido, las demandas de esas masas —sin cultura política que les permita
administrar su poder mientras luchan por las vías institucionales que posibiliten su
participación— y el líder carismático que los guía y manipula completa la
combinación. Con la existencia de una élite –de poder medio o alto- comprometida
y el aumento de movilización popular, combinado con la decadencia del
liberalismo, da curso a la ‘revolución de aspiraciones’.

Entre las primeras manifestaciones del populismo latinoamericano menciona las de


Brasil y Argentina, de Getulio Vargas y el Gral. Juan Domingo Perón. El mensaje de
estos y otros líderes, era confuso y a veces contradictorio, se distinguió por una
vocación de cambio que respondía al momento que se vivía en cada país. En un
contexto en el que capitalismo y socialismo se enfrentaban en un combate
ideológico, el mensaje populista trató de navegar entre las aguas de los sistemas
contrapuestos, elaborando fórmulas que, casi siempre carecían de contenido o
viabilidad, eran capaces de movilizar amplios sectores de la población. Menciona
otros países que enfrentaban un proceso de disolución, como el APRA peruano, AD
en Venezuela y el PRI en México, que se opusieron abiertamente al status quo y
fueron abanderados del cambio y hasta de la "revolución", aunque nunca
entendiendo a ésta según las coordenadas propuestas por el comunismo. La
oposición a la política tradicional, a "la oligarquía y el imperialismo", se engarzó
entonces con un mensaje nacionalista, en el que era fundamental el discurso por la
"justicia social" y la apertura de espacios de poder para los marginados.
2
Hennessy, Alistair. “América Latina”, en Ionescu, Ghuita y Ernest Gellner comp., Populismo. Sus significados
y características nacionales. Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1969. p.40
La presencia de la élite dentro del proceso, permite una democratización que
promueve cambios económicos, aunque rechaza transformaciones a nivel social, lo
cual obstaculiza el cambio entre sociedades tradicionales a sociedades modernas.
El proceso de movilización (la incorporación de masas populares rurales a la vida
urbana), se daba a través de canales políticos e instituciones no siempre
acompañadas del proceso de integración.

LUCIA SALA DE TOURON

Analiza a dos autores Ernesto Laclau y Octavio Ianni. Señala sus concepciones de
populismo, su metodología, los puntos de convergencia y divergencia, realiza
algunas observaciones a los trabajos. El texto es más interpretativo y crítico. El
tema lo empiezan a trabajar los cientistas sociales y el inconveniente es que lo
desvinculan del proceso histórico general. Para Lucía Sala de Touron, la
construcción analítica del conjunto de características generales típicas presentes
en el fenómeno del populismo, implica una visión no totalizadora del sistema
político (o sociedad, o gobierno), los autores lo reducen a un modo de hacer
política económica, pero lo ‘rodea’ la ideología, el estilo de gestión, programas
políticos, acciones de gobierno en las demás esferas, etc. A pesar que los autores
piensen que es sólo ‘un modo de hacer política económica’, cualquier
implementación de política pública –sea o no económica-, precisa de otros
componentes para llevarse a cabo: una ideología que la sustente, un programa que
la avale, una opinión pública que la apoye directamente –o lo haya hecho ya por
medio del voto-, legisladores que la promuevan y la voten, etc. Este tipo de
parcialización de los autores, reduce la idea de populismo, sin precisarla.
En el caso de Ianni, su análisis está enmarcado en el enfoque marxista, no da
cuenta de las especificidades, no separa la producción capitalista de una posición
nacionalista y convierte la lucha de clases en una política de masas, distingue los
diferentes casos de populismo pero no apunta las similitudes. De manera muy
sintética unifica el momento histórico en que los ‘populismos’ irrumpen en la
escena latinoamericana: al quedar superadas las contradicciones de las relaciones
estamentales de la época colonial, junto con la fase crítica de la lucha política de
las clases sociales surgidas de la urbanización. Para este autor la implantación de
gobiernos populares juega un papel muy importante en las “rupturas
estructurales”. El populismo latinoamericano corresponde a una etapa determinada
de la evolución de las contradicciones de la sociedad nacional y la dependencia
económica. Se formalizan las relaciones de producción de tipo capitalista y
adoptan valores del ambiente urbano industrial, lo que permite la constitución de
dos tipos de populismos: el de las elites burguesas y de la clase media, que usan
estratégicamente a la masa para manipular sus manifestaciones y sus posibilidades
de conciencia; y el populismo propio de las masas. Aunque parece existir una
armonía entre ambos, en momentos críticos, el populismo de las masas asume una
forma revolucionaria, y para Ianni ocurre la metamorfosis del movimiento en la
lucha de clases.

Laclau hace su interpretación desde el discurso ideológico pero le falta análisis


histórico, se dedica más a la disertación política. El orador populista articula las
interpretaciones popular democráticas, antagónicas respecto a la ideología
dominante. Asegura que existe una solución de continuidad entre el populismo y el
socialismo, considera que el carácter de clase de una ideología es la composición
de sus demandas constitutivas, y el carácter de clase de un discurso ideológico es
su principio articulatorio específico. De este modo, los discursos de las diferentes
clases son esfuerzos coyunturales opuestos que intentan ser el auténtico
representante del pueblo, del interés nacional, de la justicia, etc. Así, la clase
hegemónica será la que consiga reunir las diferentes visiones para neutralizar el
antagonismo. El discurso político de la clase trabajadora y el de la burguesía
pueden reclamar una legislación justa, pero los diferenciará el principio que los
unifica, y esto es lo que da lugar a una ideología particular. Al sobrevenir la crisis
del ’29, el discurso hegemónico queda en entredicho y el populismo será el camino
para reunir las exigencias que expresaba la oposición al bloque de poder
oligárquico, para aglomerar al pueblo y desarrollar su antagonismo con la
oligarquía.

Las modalidades y ‘medidas’ en que tales características se presentaron en las


diferentes experiencias políticas, fueron complicadas. Esa diversidad no es más que
el reflejo de la configuración social y política diversa entre los diferentes países
latinoamericanos, donde el desarrollo capitalista preponderó a la propiedad
pequeña rural, y el rumbo llevó al crecimiento paralelo de la propiedad para
consumo personal –y luego para mayor escala- mientras el populismo ruso y
americano sirvió para atacar al capitalismo en expansión, en Latinoamérica impulsó
su desarrollo, similar al nacionalismo que sirvió al fascismo en la Europa capitalista
avanzada, nada más que aquí sirvió a la lucha anticolonialista y antiimperialista.

Para ANIBAL VIGUERA, la sociedad no dispone de instrumentos políticos adecuados


para incorporar a las masas movilizadas, que son reclutadas y manipuladas por las
distintas elites. Hace una disertación para dar un uso más productivo del concepto
populismo, elaborando una visión global y comparada de la historia de
Latinoamérica, no pretende una definición superadora, más bien sugiere algunas
líneas para continuar con el análisis. “El problema central es la categoría en
cuestión que ha sido utilizada con la pretensión de señalar características que se
presentaban de manera unívoca en distintos países latinoamericanos” De esta
manera “esto genera la emergencia, por un lado, de “masas disponibles”,
movilizadas tempranamente y sin experiencia de organización autónoma; y por el
otro, de grupos de sectores medios o altos desplazados con “incongruencia de
status” dispuestos a liderar a aquellas masas con las que comparten un fuerte
sentimiento anti status quo. La ideología populista es, entonces, un instrumento
empleado por estos grupos para integrar a las masas en una coalición policlasista”3.

Viguera recopila las ideas fundamentales, plantea la utilidad científica para


interpretar categorías generales de un fenómeno político, económico y social,
intentando recuperar la imagen del populismo como un ideal, desglosando los
elementos que lo distinguen, que en casos concretos se presentan en diferentes
combinaciones y cantidades. Él señala que Laclau lo acota a algo tan formal como
un tipo de ideología, lo que hace que el concepto pierda utilidad, debido a su
alcance infinito.

Una vez expuestos las teorías, podemos encontrar similitudes o bien, puntos
en común, múltiples componentes como por ejemplo:
 Masas movilizadas.
 Líderes dispuestos a movilizarlas con autoridad carismática e identidad gremial.
Un discurso político anti-oligárquico, nacionalista, anti-imperialista.
Ampliación de servicios públicos estatales (sobre todo educación, salud,

3
Viguera, Aníbal: “Populismo y Neopopulismo en América Latina”, Revista Mexicana de Sociología, México, año
LV, número 3, 1993. p. 51
seguridad social) y estatización de la gestión de recursos de producción.
Redistribución de ingresos (vía salarios y servicios públicos, principalmente), del
control de recursos de producción=tierra.
Ampliación de las bases sociales de la ciudadanía, así como del sufragio.
Legalización e intentos de control estatal de partidos políticos y sindicatos.
Corporativismo.
Legislación arbitral entre capital y salario –en algunos casos, protección del
trabajo.
Empleo de símbolos y técnicas de movilización y control de las masas populares.

Así como los factores que lo distinguen:

 La condición de país subdesarrollado o dependiente,


 La crisis económica de los ‘30
 El estado de transición de una sociedad tradicional a una de masas,
 La institucionalidad debilitada del sistema político,
 La incorporación social y
 El modelo de desarrollo.
CONCLUSION

Es posible que el narodnichestvo ruso y los farmers del Middle West no


tengan similitud con las definiciones y consideraciones acerca del populismo en
América Latina. Ambos procesos aunque son distintos quieren corporativizar a las
masas. En EU por la vía farmer alrededor de la industria alimentaria, en América
Latina se va a desarrollar en la urbe, generando demanda de mano de obra,
concentrando las actividades más pujantes. El desarrollo de las ciudades va a crear
una ciudadanía distinta. Al campo siempre se le va a ver como un rezago.

Entre las similitudes observamos: que se inicia con movimientos económicos


y socio-políticos en fases históricas caracterizadas por una transición de sociedades
agrarias a sociedades industriales; de un sistema político con participación
restringida a un sistema político con participación amplia, y de un sistema
económico exportador e importador a un sistema económico de sustitución de
importaciones, dentro del contexto de una época de transición. Buscan la
concertación, conciliación con las distintas clases sociales. En unos países se tiene
que crear el mercado interno, en otros recrear.

El despertar de las masas hacia una vida política participativa en la


comunidad, (movilización) hace de ellas un movimiento donde puede ser integrado
en el aparato político nacional, es decir, puede integrarse a este aparato. El
fenómeno populista surge como resultado de la condición de subdesarrollo en el
continente, a diferencia de los procesos de transformación en EU y Europa.

En América Latina había una fuerte coincidencia respecto a la incorporación de


las masas en el juego político, la presencia dual de líderes de corte caudillista era
un componente esencial e importante. La causa principalmente económica, efecto
de la crisis del ‘29 fue un fuerte componente causal. Otro patrón común es el
carácter de privación de los sectores más desposeídos. El populismo, en síntesis,
fue más nacionalista que clasista, con vacíos de programas claros de gestión
económica. Todo lo que han conseguido los gobiernos populistas, en coyunturas
propicias del desarrollo del capitalismo, es redistribuir la riqueza, no la han
creado.

Podríamos decir que el populismo es un concepto difícil de abordar, depende


de la realidad histórico-social y de la interpretación de cada autor. En los autores
estudiados, el razonamiento va más de lo general a lo particular.
BIBLIOGRAFIA:

Hennessy, Alistair. “América Latina”, en Ionescu, Ghuita y Ernest Gellner comp.,


Populismo. Sus significados y características nacionales. Ed. Amorrortu, Buenos
Aires, 1969. pp.39-80.

Sala de Touron, Lucía. “Algunas reflexiones sobre el populismo en América Latina”,


en Altman, Werner y otros. El Populismo en América Latina. Coordinación de
Humanidades. Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos. UNAM.
1985

Viguera, Aníbal: “Populismo y Neopopulismo en América Latina”, Revista Mexicana


de Sociología, año
LV, número 3, 1993.

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