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Pobres en la abundancia

Por: Daniela Mejía Ruíz

Desde que tengo uso de razón me he visto rodeada del mismo contraste que
exponen los locutores de esta nota. Me dicen que vivo en un país rico y
privilegiado, bañado por dos mares, cruzado por enormes y frondosas
montañas que albergan una de las faunas más exóticas del mundo y cantidad
más variada de flora de todo el globo; que la gente es más amable aquí que en
cualquier parte, son felices sin motivos y tan pujantes que han aguantado
durante más de 200 años una serie de males que los aquejan pero que aun no
se pueden resolver.

La nota periodística habla de un informe de la ONU en la que posiciona a


Colombia como el país más pobre de Latinoamérica, dato que es totalmente
falso pues el último informe de la ONU acerca de este tema coloca a Haití en
este deshonroso primer puesto seguido por Honduras y Guyana basando este
escalafón en el PID de cada país. Aunque la información de la que parten los
periodista no es tan acertada tienen razón en argumentar que a diario los
medios tradicionales nos transmiten información que indica que cada vez el
país va mejor en materia económica, que la inversión extranjera esto, que la
bolsa de valores de Colombia lo otro y que nuestro país se proyecta como una
de las economías más solidas de la región con un nivel de crecimiento increíble
y hasta se toman el atrevimiento de compararnos con Chile, el que es sin duda
al país con la economía más solida y creciente de este lado del planeta.

Que irónico resulta, tienen toda la razón, como en un mismo espacio noticioso
se contrastan noticias sobre el acenso económico y la vez la de cientos de
familias pobres que acaban de perder lo poco que tenían y que llamaban
hogar, lo peor de todo es que es tan cierto lo primero como lo segundo y que
aunque parezca ilógico, al país si le está yendo mejor en materia económica
pero eso no significa que a sus habitantes también. Esto tiene varias
explicaciones.

Cuando se habla de que a Colombia tiene un buen panorama económico es


debido a lo que las grandes empresas del país y el estado reporten como
ganancias, inversiones, créditos, etcétera, ante entes económicos
internacionales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo
y el Fondo Monetario Internacional, estos grandes movimientos monetarios
entre las empresas y el estado y estas entidades generan un ambiente
favorable en términos macroeconómicos que lastimosamente no se ve reflejado
directamente en el Colombiano de a píe.

El capital en Colombia se ha concentrado históricamente en 2 grandes sectores


el capital público y el privado, hasta ahí todo normal, el problema es que el
capital privado se encuentra en las manos de unos pocos grupos empresariales
poderosos y el público es un botín de políticos y funcionarios inescrupulosos
que hacen de los recursos públicos su fortuna personal para gastar a su gusto.
Sin embargo un nuevo actor llega tomar parte de la torta de la economía criolla
y es la inversión extranjera, grandes multinacionales que llegan a nuestro país
con la excusas de generar desarrollo y empleo, generan grandes ganancias
que aumentan la cifra del PIB de nuestro país pero que después son llevadas
al país al que pertenece la multinacional.

Eso explica él porque cada vez percibimos más pobreza aunque las cifras nos
demuestren lo contrario, la plata está en manos de los mismo, así funciona el
sistema capitalista que adopto nuestra nación hace ya cientos de años, en los
cuales sean demostrado fehacientemente que cada vez los ricos se hacen más
ricos y los pobre se hacen más pobres basados en una sola frase "Dale dinero
a un rico y producirá más dinero, dale dinero a un pobre y será dinero perdido"

El estado Colombiano se ha convertido en un Estado asistencialista que solo


procura curar las heridas de la sociedad pobres a corto plazo y sin darle las
herramientas necesarias para que pueda superar ese momento por el que
pasan. Un pueblo con hambre no crece, pero un pueblo ignorante esta
condenado a padecer, lastimosamente las políticas sociales en nuestro país
pasaron a un segundo plano hace mucho tiempo y se convirtieron en
programas cocina, que se dedican a dar comida y auxilio a personas que
deberían de dejar de esperar que el estado los alimentos y más bien que los
eduque para ser capaz de desempañar una labor que les genere ingresos
económicos.

No es en vano que los últimos ocho años hayan sido los de más grande
crecimiento económico en el país pero a la vez los de la más grande injusticia
social, los dos periodos de gobierno del señor Álvaro Uribe Vélez y su política
de seguridad democrática en la cual la mayor parte de los recursos del estado
fueron dedicados a la guerra internet en contra del terrorismo, permitieron
generar un ambiente de seguridad en el país que atrajo a su vez grandes
inversionistas extranjeros que dinamizaron la economía local, por otra parte el
descuido del sector social se ha visto reflejado en el empeoramiento de los
servicios públicos de salud, educación y vivienda, fallas que se vieron
reflejadas en la pasada ola de invierno.

Finalmente solo queda reitera que definitivamente si somos un país rico y que
indiscutiblemente nos encontramos en un buen momento económico,
lamentablemente el mal que nos ha perturbado sigue presente en cada
momento y la corrupción de nuestros líderes y mandatarios en los que prima su
bien particular sobre el bien común y solo nosotros somos responsables pues
somos quién periodo tras periodo votamos por los mismos, nos dejamos
comprar con promesas e ilusiones y no votamos a conciencia, pues por comer
el día de las elecciones arriesgamos la comida de los próximos cuatro años.

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