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I. E. P.

“Nuestra Señora del Carmen” -


Lambayeque
Ciencia Virtud Acción
ENFERMEDADES DEL APARATO URINARIO – 3er año
Problemas congénitos del aparato urinario. Conforme el feto se va desarrollando en el vientre materno, cualquier parte del
aparato urinario puede desarrollarse hasta alcanzar un tamaño o forma anormales. Una de las anomalías o malformaciones
congénitas (por congénito, se entiende que existe en el momento del nacimiento) es la duplicación de los uréteres, consistente
en que cada riñón tiene dos uréteres en vez de uno. Este defecto ocurre aproximadamente en uno de cada 125 nacimientos y
provoca que, con el paso del tiempo, el riñón afectado presente problemas, como infecciones recurrentes y formación de tejido
cicatrizal.

Otro problema congénito es el riñón en herradura, donde los dos riñones están unidos (conectados) en un solo riñón en forma
de arco. Aunque generalmente funcionan con normalidad, los riñones en herradura son más proclives a desarrollar problemas en
momentos posteriores de la vida. Este trastorno afecta a uno de cada 500 nacimientos.

La glomerulonefritis es una inflamación de los glomérulos, las partes de las unidades de filtración (nefronas) de los riñones
que contienen una red de capilares (vasos sanguíneos diminutos). El tipo más frecuente de este trastorno es la glomerulonefritis
postestreptocócica en niños pequeños, que generalmente es consecuente a una faringoamigdalitis estreptocócica no tratada.
Más del 95% de los niños con este tipo de nefritis se recuperan completamente, pero unos pocos pueden sufrir lesiones renales
permanentes que, a la larga, requerirán diálisis o trasplante de riñón.

La hipertensión (tensión arterial alta) puede ser la consecuencia de unos riñones deteriorados por alguna enfermedad. Los
riñones controlan la tensión arterial regulando la cantidad de sal que hay en el organismo y fabricando una enzima denominada
renina que, junto con otras sustancias, controla el estrechamiento o dilatación de las células musculares de las paredes de los
vasos sanguíneos.

La insuficiencia renal puede ser aguda (repentina) o crónica (con un desarrollo a lo largo del tiempo y generalmente de larga
duración o permanente). En ambos tipos de insuficiencia, los riñones reducen el ritmo de filtración o dejan de filtrar sangre
eficazmente, lo que provoca la acumulación de productos de deshecho y sustancias tóxicas en la sangre.

Orinar mucho o poco puede ser indicador de alguna alteración renal. En condiciones normales, la cantidad de orina depende de
la cantidad de agua que ingerimos, de nuestro metabolismo, actividad fisica y masa corporal. Las infecciones urinarias son
procesos infecciosos de las vías urinarias que producen inflamaciones de la uretra (uretritis), la vejiga (cistitis) o los riñones
(pielonefritis).

Uretritis
Consiste en la inflamación de las paredes de la uretra debido a una infección bacteriana o a sustancias químicas que ocasionan
un estrechamiento del conducto uretral. La dieta con poca ingesta de liquidos y la deshidratacion en días calurosos, que produce
una orina concentrada, favorecen esta inflamación.

Cistitis
Es la inflamación aguda o crónica de la vejiga urinaria, con infección o sin ella. Puede tener distintas causas. Los síntomas más
frecuentes son: aumento de la frecuencia de las micciones, presencia de turbidez de la orina. La causa más frecuente de cistitis
es la infección por bacterias gram negativas. Para que un germen produzca cistitis, primero debe de colonizar la orina de la
vejiga (bacteriuria) y posteriormente producir una respuesta inflamatoria en la mucosa vesical. A esta forma de cistitis se le
denomina cistitis bacteriana aguda. Afecta a personas de todas las edades, aunque sobre todo a mujeres en edad fértil o a
ancianos de ambos sexos. Otras formas de cistitis son la cistitis tuberculosa (producida en el contexto de una infección
tuberculosa del aparato urinario), la cistitis química (causada por efectos tóxicos directos de algunas sustancias sobre la mucosa
vesical, por ejemplo la ciclofosfamida), la cistitis glandular (una metaplasia epitelial con potencialidad premaligna) o la cistitis
intersticial (una enfermedad funcional crónica que cursa con dolor pélvico, urgencia y frecuencia miccional).

Pielonefritis
Consiste en la inflamación del cuerpo del riñón y la pelvis renal. Se detecta por dolor abdominal, fiebre alta y orina escasa, con
frecuencia acompañada de sangre.

Cálculos renales
Son más conocidos como piedras en el riñón. Se pueden formar en el riñón o en la pelvis renal por depósitos de cristales
presentes en la orina. Los cálculos pueden producir hemorragia, infección secundaria u obstrucción. Cuando su tamaño es
pequeño, tienden a descender por el uréter hacia la vejiga asociados con un dolor muy intenso. El dolor cólico producido por los
cálculos requiere tratamiento con analgésicos potentes, y puede aparecer de forma súbita tras el ejercicio muscular. Una vez
que el cálculo alcanza la vejiga, es posible que sea expulsado por la orina de forma inadvertida, desapareciendo el dolor. Si el
cálculo es demasiado grande para ser expulsado, es necesario recurrir a la cirugía o a la litotricia, procedimiento que utiliza
ondas de choque generadas por un aparato localizado fuera del organismo, para desintegrar los cálculos.

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