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11.17-34 La cena del Señor (11.

20) es una representación visible de la muerte de Cristo por


nuestros pecados. Nos recuerda la muerte de Cristo y la esperanza gloriosa de su regreso.
Nuestra participación fortalece nuestra fe a través de la comunión con Cristo y el
compañerismo con otros creyentes.

11.19 Pablo reconoce que pudieran existir diferencias entre los miembros de la iglesia.
Cuando se transforman en divisiones resultan destructivos a la congregación. Aquellos que
causan división sólo sirven para destacar a los creyentes genuinos.

11.21, 22 Cuando se celebraba la cena del Señor en la iglesia primitiva, esta incluía una
fiesta o una cena de compañerismo seguida por la celebración de la comunión. En la iglesia
de Corinto llegó a convertirse en un tiempo de glotonería y de beber en exceso mientras
otros estaban hambrientos. Incluía muy poco la caridad y el compañerismo. Ciertamente
no era una demostración de la unidad y el amor que debe caracterizar a la iglesia, no era
tampoco una preparación para la comunión. Pablo condenó estas acciones y recordó a la
iglesia el verdadero propósito de la cena del Señor.

11.24, 25 ¿Qué significa la cena del Señor? La iglesia primitiva recordó que Jesús la
instituyó en la noche de la Pascua (Luk_22:13-20). Así como en la Pascua se celebraba la
liberación de la esclavitud en Egipto, en la cena del Señor se recuerda la liberación de
nuestros pecados por la muerte de Cristo.
Los cristianos tienen varias opciones en cuanto a lo que Cristo quiso decir con las palabras
"Este es mi cuerpo": (1) Algunos creen que el vino y el pan, realmente, vienen a ser el
cuerpo y la sangre de Cristo. (2) Otros creen que el pan y el vino permanecen invariables,
pero que Cristo está espiritualmente presente en el pan y el vino. (3) Aun otros creen que el
pan y el vino simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo. Los cristianos están de acuerdo,
sin embargo, que la participación en la cena del Señor es un elemento importante en la fe
cristiana y en aquella presencia de Cristo, sin embargo, entendemos que nos fortalece
espiritualmente.

11.25 ¿Qué es el nuevo pacto? Con el acuerdo antiguo, la gente podía acercarse a Dios sólo
por medio de los sacerdotes y el sistema de sacrificios. La muerte de Cristo en la cruz trajo
consigo un nuevo pacto entre Dios y nosotros. Ahora todos sin excepción podemos
acercarnos a Dios y comunicarnos con El. El pueblo de Israel entró primero en este
acuerdo después de su éxodo de Egipto (Exodo 24) y esto fue designado para señalar el día
cuando Jesucristo volvería. El nuevo pacto completa, más que reemplazar, el pacto
antiguo, cumpliendo todo lo que el acuerdo anterior señaló (véase Jer_31:31-34). Comer el
pan y beber la copa muestra que estamos recordando la muerte de Cristo por nosotros y
renovando nuestro pacto de servirle.

11.25 Jesús dijo: "Haced esto todas las veces que la bebiereis en memoria de mí". ¿Cómo
debemos recordar a Cristo en la cena del Señor? Pensando en lo que hizo y por qué lo hizo.
Si la cena del Señor sólo se convierte en un ritual nada más o en un hábito piadoso, ha
dejado de recordarnos a Cristo y perdió su significado.

11.27ss Pablo da instrucciones específicas relacionadas con la forma en que debiera


celebrarse la cena del Señor. (1) Deberíamos participar en la cena del Señor con una
actitud de arrepentimiento porque recordamos que Cristo murió por nuestros pecados
(11.26). (2) Deberíamos tomarlo dignamente, con reverencia y respeto (11.27). (3)
Deberíamos examinarnos a nosotros mismos para ver si tenemos algún pecado sin
confesar o alguna actitud de resentimiento (11.28). Estamos preparados y listos solo

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cuando creemos en El y lo amamos. (4) Deberíamos considerar a otros (11.33), esperando
hasta que todos estén presentes y participando en ella en orden y en unidad.

11.27-34 Cuando Pablo dice que nadie debe tomar indignamente la cena del Señor, estaba
dirigiéndose a los miembros de la iglesia que estaban participando de ella sin pensar en lo
que realmente significaba. Todo aquel que actúa así "será culpado del cuerpo y de la sangre
del Señor". En lugar de honrar su sacrificio estaban participando de la culpa de los que
habían crucificado a Cristo. En realidad, nadie es digno de participar de la cena del Señor.
Todos somos pecadores salvados por gracia. Esta es la razón por la que deberíamos
prepararnos para la comunión por medio de una introspección saludable, confesión de
pecado y el arreglo de diferencias con otros. Estas acciones removerán las barreras que
afectan nuestra relación con Cristo y con otros creyentes. No permita que el
reconocimiento de su pecado lo aleje de la comunión, busque ser dirigido a participar en
ella.

11.29 "Sin discernir el cuerpo del Señor" significa no entender lo que la cena del Señor
representa y no distinguirla de una comida normal. Los que hacen esto se condenan a sí
mismos (véase 11.27).

11.30 "Muchos duermen" es otra forma de describir la muerte. Que alguno de ellos
muriera puede ser un juicio sobrenatural sobre la iglesia en Corinto. Este tipo de disciplina
resalta la seriedad del servicio de comunión. La cena del Señor no debe tomarse con
ligereza, este nuevo pacto le costó a Jesús su vida. No es un ritual sin significado, sino un
sacramento dado por Cristo para ayudarnos a fortalecer nuestra fe.

11.34 Las personas deben venir a la santa cena deseando la comunión con otros creyentes
y preparados, no para saciarse con una gran cena. "Si alguno tuviere hambre, coma en su
casa" significa que podían cenar de antemano y venir a la comunión con sus mentes
puestas en el marco adecuado.

esto no es comer la cena del Señor—Más bien: “no hay tal cosa como comer la
cena del Señor.” No es posible que ésta se celebre donde cada uno ávidamente se pone a
comer “su propia cena,” y algunos quedan excluídos del todo al no habérseles esperado;
donde algunos están “embriagados,” y otros están con “hambre” (v. 21). El ágape
comúnmente precedía a la cena del Señor (como la Pascua fué seguida por la cena del
Señor la primera vez que fué celebrada). Era una fiesta social, donde cada uno llevaba su
porción, y los ricos llevaban porciones adicionales para los pobres. De esta fiesta se sacaba
el pan y el vino para la cena conmemorativa; y era en ésta donde tuvieron lugar los excesos
que hacían imposible la verdadera celebración de la cena del Señor, con el verdadero
discernimiento de su solemnidad.
21. cada uno toma antes—Los ricos “antes que” los pobres, que no tenían nada de
suyo, en lugar de “esperarse” unos a otros (v. 33); de ahí el precepto del cap. 12:21, 25. su
propia cena—“Su propio vientre es su dios” (Phi_3:19); “la cena del Señor,” la fiesta
espiritual, nunca ocupa su mente. el uno tiene hambre, y el otro está embriagado—
El uno tiene más de lo que le conviene; el otro carece de medios. [Bengel.]
22. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis?—(Comp. v. 34)”. Allí es
donde se debe saciar el hambre, no en la asamblea de los hermanos. [Alford.] ¿o
menospreciáis la iglesia de Dios?—Es decir, despreciáis la congregación que está
compuesta mayormente de pobres, “elegidos por Dios” (Jam_2:5). Compárese la frase “de
Dios” aquí, que señala el verdadero honor de la iglesia. avergonzáis a los que no

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tienen—casas en donde comer y beber, los que debían, pues, recibir su porción en los
ágapes de parte de sus hermanos pudientes. En esto no os alabo—Reasumiendo las
palabras del v. 17.
23. El propósito del apóstol es enseñar lo indigna que era tal conducta en vista de la
dignidad de la santa cena. yo—Enfáticamente en el griego. Queriendo decir que no era una
invención suya. sino una institución del Señor. Recibí del Señor—por revelación
inmediata (Gal_1:12; comp. Act_22:17-18; 2Co_12:1-4). El haber sido reprobada la
institución de la cena del Señor, mediante una revelación especial hecha a Pablo, encarece
su solemnidad. La similitud entre el relato de San Lucas y el de San Pablo de dicha
institución, favorece la suposición de que el primero recibió su información del apóstol, de
quien era compañero de viaje. Así, esta coincidencia impensada es una prueba de la
autenticidad de esta ordenanza. Que el Señor Jesús, la noche—La hora fijada para la
pascua (Exo_12:6): aunque el tiempo para la cena del Señor no está fijo. que fué
entregado—Estando el traidor a la mesa, y su muerte tan cercana, Jesús dejó este
mandamiento como su último don a nosotros para conmemorar su muerte. Aunque estaba
a punto de recibir tan grande daño de parte del hombre, no obstante le dió una prenda de
su admirable amor hacia él.
24. tomó pan … lo partió y dijo—El partimiento del pan envuelve la repartición del
mismo, y reprueba la práctica de los corintios, en la fiesta de amor, de “tomar cada uno,
antes que los demás, su propia cena.” esto es mi cuerpo que por vosotros es partido
—“Dado” (Luk_22:19) por vosotros (griego: en vuestro favor) y “partido” para ser
distribuído entre vosotros. Los manuscritos más antiguos omiten “partido,” dejando que
sea suplido por el término “partió”. Dos versiones antiguas, copiando a Lucas, leen “dado.”
El cuerpo literal no podía ser el sentido de esta frase, pues Cristo estaba presente
palpablemente entre sus discípulos cuando dijo: “Esto es mi cuerpo.” Ellos solamente
podían entenderle en sentido simbólico y analógico: Como este pan es para el bien de
vuestra salud física, así es mi cuerpo para la salud espiritual de cada creyente que participa.
Las palabras, “tomad, comed,” no están en los manuscritos más antiguos.
25. tomó también la copa después de haber cenado—El griego: “después de
comida la cena”, es decir, la cena pascual que había precedido a la cena del Señor, así como
el ágape, o fiesta de amor, más tarde. Por tanto, vosotros corintios, debiérais hacer una
separación entre las comidas ordinarias y la cena del Señor. [Bengel.] diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto—o “convenio.” La copa viene a ser, simbólicamente, el
pergamino donde está escrito mi nuevo convenio, o testamento, firmado y sellado, que os
traspasa a vosotros toda bendición ahora y para siempre. en mi sangre—Es decir,
ratificado por mi sangre, mi muerte: “no por la sangre de machos cabríos ni de becerros”
(Heb_9:12). haced esto todas las veces que bebiereis—Lo que insinúa que se había
de celebrar a menudo. en memoria de mí—Esto lo expresa Lucas, lo cual es entendido
por Mateo y Marcos. Pablo lo repite la segunda vez, por cuanto convenía a sus propósitos.
Los antiguos sacrificios continuamente traían los pecados a la memoria (Heb_10:1,
Heb_10:3). La cena del Señor conmemora a Cristo y su sacrificio hecho una vez por todas
para la plena y final remisión de pecados.
26. Porque—Como una prueba de que la cena del Señor es “en conmemoración de él.”
la muerte del Señor anunciáis—públicamente. El griego no significa representar
dramáticamente, sino “profesar públicamente que el Señor ha muerto por mí.” [Wahl.] La
palabra “anunciáis”, así como el “es”, en el acto de instituir la cena (vv. 24, 25), denota no
la presencia literal, sino una realización vívida de Cristo en la cena del Señor, como
persona viviente, no un mero dogma abstracto, sino “hueso de nuestro hueso, y carne de
nuestra carne” (Eph_5:30; véase Gen_2:23), y de nosotros mismos como “miembros de su
cuerpo, de su carne, y de sus huesos,” “nuestros cuerpos pecaminosos hechos limpios por
su cuerpo (una vez por todas ofrecido), y nuestras almas lavadas por su preciosísima
sangre.” [Libro de Oración de la Iglesia Anglicana.] “Anunciar” es una expresión aplicable

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a cosas nuevas; véase en cuanto a la pascua, Exo_13:8. Así pues, la muerte del Señor debe
siempre estar fresca en nuestra memoria. Compárese Rev_5:6. El que la cena del Señor se
celebre en conmemoracíón de él, da a entender que él está corporalmente ausente, aunque
presente espiritualmente, porque no se puede decir que conmemoremos a uno que esté
ausente. El hecho de que no solamente anunciamos la muerte del Señor en la cena, sino
que también comemos y bebemos los símbolos de ella, sólo podían entenderlo los judíos,
acostumbrados a tales fiestas después de los sacrificios expiatorios, como significando la
apropiación personal de los beneficios de aquella muerte. hasta que venga—Cuando ya
no haya más necesidad de símbolos que representen su cuerpo, estando manifiesto el
cuerpo mismo. El griego expresa la certeza de su venida. Roma enseña que comemos a
Cristo que está presente corporalmente, “hasta que él venga” corporalmente; una
contradicción de términos. Los panes de la proposición (lit., de la presencia) quedaban en
el santuario, mas no en el lugar santísimo (Heb_9:1-8); así la cena del Señor en el cielo,
que está representado por el lugar santísimo, será sustituída por la misma presencia
corporal de Crísto; entonces el vino será bebido “nuevo” en el reino del Padre, por Cristo y
su pueblo juntos, banquete celestial, del cual la cena del Señor es una gozosa anticipación
espiritual (Mat_26:29). Entre tanto que él viene, pues, así como los panes de la
proposición eran colocados nuevos cada sábado sobre la mesa delante del Señor
(Lev_24:5-8), así la muerte del Señor era anunciada de nuevo, en la mesa del Señor, el
primer día de cada semana en la iglesia primitiva. Somos ahora “sacerdotes para Dios” en
la dispensación de la presencia espiritual de Cristo, que era representada por el Lugar
Santo. La dispensación perfecta y eterna, que será hasta que Cristo venga, era representada
por el Lugar Santísimo. y a esta dispensación sólo Cristo, nuestro Sumo sacerdote, ha
entrado en carne hasta ahora (Heb_9:6-7); en la cual empero. en su venida, nosotros los
creyentes también entraremos (Rev_7:15; Rev_21:22). La cena enlaza los dos períodos
concluyentes de las dispensaciones antigua y nueva. Las venidas primera y segunda se
consideran como una venida; de ahí la expresión “venida” y no “retorno” (véase con todo,
Joh_14:3).
27. cualquiera que comiere … o bebiere indignamente, etc.—Así leen tres de
los cuatro manuscritos más antiguos, la Vulgata y Cipriano (Sólo un manuscrito lee:
“comiere y bebiere”). Los romanistas citan esta lección para favorecer la comunión usando
un solo elemento. Este no es el significado. El apóstol dice que: Quienquiera que es
culpable de conducta indigna al comer el pan o al beber la copa, es culpable del cuerpo y de
la sangre de Cristo. La impropiedad en uno de los dos elementos corrompe la comunión en
los dos. Por tanto, enseguida el apóstol no dice que será “culpado del cuerpo o de la
sangre,” sino “del cuerpo y de la sangre.” Todo el que toma el pan sin el vino, o el vino sin
el pan, “indignamente” participa, y así “es culpado” del cuerpo y de la sangre de Cristo:
porque desobedece al mandamiento expreso de Cristo de participar de ambos. Si no
participamos del símbolo de la muerte del Señor dignamente, participamos de la culpa de
aquella muerte. (Véase “crucificar de nuevo para sí al Hijo de Dios,” Heb_6:6.) La
indignidad en la persona no es lo que debiera excluir a nadie, sino la participación
indigna. Por indignos que fuésemos, si nos examinamos de modo de comprobar que aun
siendo penitentes creemos en el Evangelio de Cristo, podemos participar dignamente.
28. pruébese cada uno—Examine su propio estado mental respecto a la muerte de
Cristo, y a su capacidad para “discernir el cuerpo del Señor” (vv. 29, 31). No es necesaria la
confesión auricular ante un sacerdote, sino la autoexaminación. y coma así—Esto es,
después del debido examen de sí mismo. de aquel pan, y beba de aquella copa—En el
v. 27, donde el recibir fué indignamente, la expresión fué “comiere este pan … bebiere esta
copa” sin la preposición “de.” Aquí el “de” sugiere la debida circunspección al participar en
la santa cena. [Bengel.] el que come y bebe—Su autoexamen no es con el fin de poder
ausentarse de la mesa, sino con el fin de poder participar.

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29. juicio come y bebe—Un juicio temporal (vv. 30-32). no discerniendo el
cuerpo del Señor—No juzgando debidamente, no distinguiendo en juicio (así el griego):
el pecado y su castigo señalados como correspondiendo el uno al otro entre la comida
común y los elementos que simbolizan el cuerpo del Señor. La mayoría de los manuscritos
más antiguos omiten “del Señor.” Omitiendo también “indignamente,” como lo omite la
mayor parte de los manuscritos más antiguos, debemos traducir: “El que come y bebe,
juicio come y bebe para sí, si no discierne el cuerpo” (Heb_10:29). La iglesia es “el cuerpo
de Cristo” (cap. 12:27): el cuerpo del Señor es su cuerpo literal apreciado y discernido por
el alma en la recepción fiel del mismo, pero no está presente en los elementos mismos.
30. hay muchos enfermos y debilitados entre nosotros—Los primeros que
naturalmente están sin fuerzas, y los segundos, que han perdido las fuerzas por la
enfermedad. [Titm. Sinónimos.] y muchos duermen—Están adormecidos al acercarse la
muerte: no una muerte violenta, sino una a consecuenia de la enfermedad enviada como
castigo del Señor, para que el individuo obtenga la salvación al enderezar su actitud mental
en su lecho de enfermo (v. 31).
31. Que si nos examinásemos … no seríamos juzgados—“Si nos juzgáramos
debidamente, no seríamos (o hubiéramos sido) juzgados,” esto es, evitaríamos (o
hubiéramos evitado) nuestros castigos actuales. A fin de poder juzgar debidamente o
“discernir (apreciar) el cuerpo del Señor,” debemos “juzgarnos debidamente a nosotros
mismos.” Esta es una advertencia presciente en contra del dogma de la absolución
sacerdotal, después de haberse confesado plenamente ante el sacerdote, como una práctica
necesaria antes de recibir la cena del Señor.
32. somos castigados—(Rev_3:19.) para que no seamos condenados con el
mundo—Los que, siendo bastardos y no hijos, no reciben el castigo (purificador)
(Heb_12:8).
33. cuando os juntáis a comer, esperaos—En contraste con el v. 21. La expresión
no significa que “se den una porción los unos a los otros,” porque todas las viandas eran
propiedad común, y por tanto, debían de “esperarse” mutuamente hasta que todos
estuviesen reunidos para participar juntos de la común fiesta de confraternidad.
[Teofilacto.] (v. 22).
34. Si alguno tuviere hambre, coma en su casa—El que no pueda “esperar a
otros,” que satisfaga su hambre en casa [Alford.] (v. 22). Las demás cosas ordenaré
cuando llegare—Es decir, “las demás cuestiones de vuestra carta con respecto a la
celebración debida de la cena del Señor.” No otras cuestiones en general, porque en efecto
“ordena” otras cuestiones generales después en esta epístola.

1Co 11:1-34
11 . 2 Los caps. 11-14 abordan tres problemas relacionados con el culto público: el llevar el
velo, la Cena del Señor y los dones del Espíritu. Pablo no inventó las verdades que aquí se
enuncian, sino que se apoyó en las enseñanzas cristianas (instrucciones ) impartidas por
los apóstoles.

11 . 17 - 34 La profanación de la Cena del Señor atrajo la censura de Pablo. Su


negligencia o abuso se tradujo en castigo autoinducido bajo la forma de enfermedad y aun
muerte física (v. 30). La propia justicia retributiva de Dios puede manifestarse cuando
prevalecen estas prácticas. Estos serios problemas estuvieron causados por su falsa
comprensión del significado de la Cena del Señor, y de cómo observarla ordenada y

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generosamente. La iglesia se nutría fundamentalmente de la clase más pobre, incluyendo
los esclavos (1.26-28; 7.21); y aparentemente, los miembros más ricos, no dispuestos a
compartir su comida, se adelantaban a tomar su propia cena , y avergonzaban a los
que no tenían nada (vv. 21, 22). Después de aclarar el problema (vv. 17-22), Pablo lo
corrige (vv. 23-34); manifiesta el desagrado divino por las repudiables prácticas que allí se
han entronizado (vv. 27-32); y recomienda un curso de acción apropiado (vv. 33, 34).

11 . 18 , 19 A Pablo le cuesta trabajo creer que entre los creyentes de Corinto existan tan
odiosas divisiones , pero ve un propósito divino tras ellas cuando dice que gracias a su
existencia se sabrá quien es cismático y quien es fiel en espíritu (véase Deu_13:3;
1Jo_2:19).

11 . 19 manifiestos, phaneros Strong #5318: Compare «phantom», «fenómeno»,


«fantasma», «fantasía». Conspicuo, aparente, manifiesto, visible, evidente, plano, claro,
abierto a la vista. La naturaleza misma de la palabra sugiere una visibilidad que le permite
al observador distinguir inmediatamente lo que captan sus ojos. Aquí Pablo afirma que lo
único bueno que puede venir de los falsos hermanos es la evidente bondad de los
verdaderos hermanos. En Mat_6:4, Mat_6:6 y 18, Jesús nos asegura que el Padre, quien
nos observa en secreto, nos recompensará en público (phaneros).

11 . 24 Por vosotros es partido se refiere tanto al papel de Jesús como víctima


propiciatoria por nuestros pecados, como a aquel que desempeñó al tomar sobre sí
nuestras penas y enfermedades (Isa_53:4-6). En memoria de mí , es un llamado a
conservar vivos los propósitos y la victoria de la cruz. No es una reactualización mórbida
del Calvario, sino una forma de celebrar el triunfo de Cristo en la cruz.

11 . 23 - 26 Fe en la mesa del Señor, CONFESIóN DE FE. Así como el acto del


bautismo en agua declara o confiesa exteriormente una experiencia interior de salvación
por medio de la sangre del Señor Jesús, cada vez que se celebra la Cena del Señor es una
poderosa ocasión para confesar la fe. En esta ordenanza, el cristiano confiesa ante todos
que no solamente ha creído, sino que no ha olvidado. «En memoria» abarca más que
simplemente un recuerdo; la palabra sugiere un «recuerdo activo» (Wycliffe).
La palabra «porque» introduce la razón del por qué la Cena del Señor se repite
continuamente. Se trata de un sermón representado, en el que se «proclama» la muerte del
Señor. Se nos dice explícitamente que el acto externo, al tomar el pan y la copa, constituye
una confesión activa de fe; que significa literalmente, «anunciáis» (v. 26). Cada ocasión de
participar es una oportunidad de decir, de proclamar, o de confesar : «Por este medio
acepto todos los beneficios de la plena redención de Cristo Jesús: perdón, recuperación,
fuerza, salud, suficiencia». La Cena del Señor no ha de ser simplemente un recordatorio
ritual, sino una confesión activa, mediante la cual activamos la memoria, y nos apropiamos
ahora de todo lo que Jesús ha provisto y prometido por medio de su cruz. (Rom_10:9-
10/Phi_2:9-11) R.H.

11 . 25 El nuevo pacto , sellado por la sangre de Jesús, fue profetizado en Jer_31:31-34.


Ese pacto tenía un carácter y un contenido únicos, al asegurar el perdón de los pecados y
escribir la ley de Dios en el corazón de los creyentes. El viejo sistema ritualista era
reemplazado por el evangelio de Cristo, confirmado por su muerte (véase Heb_8:7-13).

11 . 27 El contexto indica alguna práctica indigna que profana el significado de la Cena del
Señor. No se refiere al examen del diario andar con Cristo por parte de la gente para
determinar si son dignos o no de participar en la comunión. Participar en ella de manera

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digna es atribuir a la acción de Cristo todo su valor, acudir confiando plenamente en su
perdón, misericordia y poder para restaurar, fortalecer y sanar al pecador.

11 . 29 El cuerpo del Señor se refiere tanto al cuerpo físico de


Jesús (véase el v. 27) como al cuerpo espiritual de Cristo, la iglesia.

11 . 30 Algunos creyentes de Corinto, al no acercarse dignamente para recibir el poder


regenerador de la Cena del Señor, o al haber desconocido su significación, estaban
afligidos, o habían sufrido una muerte prematura.

11 . 31 , 32 Reflexionar seriamente sobre nuestras vidas nos ayudará a evitar el castigo de


Dios, y participar sinceramente en la Cena del Señor puede prevenir las enfermedades o la
muerte prematura (véase Sal 81; 1Jo_1:9). Nota: Este pasaje advierte contra una
participación poco reflexiva en la Cena del Señor, pero no presenta a Dios vigilando
inclemente al participante. El mensaje indica: «Recuerda, ¡Jesús ha cargado tus culpas! Así
que, «Ven humildemente, confiesa, adora y fortalécete en él».

Institución de la Cena del Señor


(Mr. 14.12-25; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)

Mat 26:17 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a
Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua?
Mat 26:18 Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo
está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos.
Mat 26:19 Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua.
Mat 26:20 Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce.
Mat 26:21 Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a
entregar.
Mat 26:22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo,
Señor?
Mat 26:23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése
me va a entregar.
Mat 26:24 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él,(D) mas ¡ay de aquel
hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no
haber nacido.
Mat 26:25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le
dijo: Tú lo has dicho.
Mat 26:26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus
discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Mat 26:27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella
todos;
Mat 26:28 porque esto es mi sangre(E) del nuevo pacto,(F) que por muchos es derramada
para remisión de los pecados.
Mat 26:29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día
en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

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Institución de la Cena del Señor
(Mt. 26.17-29; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)

Mar 14:12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el
cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar
para que comas la pascua?
Mar 14:13 Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro
un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle,
Mar 14:14 y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el
aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Mar 14:15 Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros
allí.
Mar 14:16 Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho;
y prepararon la pascua.
Mar 14:17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce.
Mar 14:18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo
que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar.
Mar 14:19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y
el otro: ¿Seré yo?
Mar 14:20 El, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato.
Mar 14:21 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él,(D) mas ¡ay de aquel
hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no
haber nacido.
Mar 14:22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo:
Tomad, esto es mi cuerpo.
Mar 14:23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos.
Mar 14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre(E) del nuevo pacto,(F) que por muchos es derramada.
Mar 14:25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo
beba nuevo en el reino de Dios.

Institución de la Cena del Señor


(Mt. 26.17-29; Mr. 14.12-25; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)

Luc 22:7 Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el
cordero de la pascua.
Luc 22:8 Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la
comamos.
Luc 22:9 Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos?
Luc 22:10 El les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que
lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,
Luc 22:11 y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el
aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Luc 22:12 Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí.
Luc 22:13 Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.
Luc 22:14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.
Luc 22:15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que
padezca!
Luc 22:16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
Luc 22:17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre
vosotros;

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Luc 22:18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios
venga.
Luc 22:19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo,
que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
Luc 22:20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa
es el nuevo pacto(B) en mi sangre,(C) que por vosotros se derrama.
Luc 22:21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.
Luc 22:22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado;(D) pero ¡ay de
aquel hombre por quien es entregado!
Luc 22:23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había
de hacer esto.

26.26 Cada nombre que damos a este sacramento expresa una dimensión
diferente. Es la cena del Señor porque conmemora la cena que tuvo Jesús con sus
discípulos; es la eucaristía (acción de gracias) porque en ella agradecemos a Dios
por la obra de Cristo realizada a nuestro favor; es Comunión porque por medio de
ella comulgamos con Dios y con otros creyentes. Al comer el pan y beber el vino,
con toda seriedad recordamos la muerte de Jesús y su promesa de regresar; damos
gracias por el maravilloso regalo de Dios, y nos regocijamos al reunirnos con Cristo
y su cuerpo de creyentes.

26.28 ¿Cómo sella la sangre de Cristo el nuevo pacto? Las personas que estaban
bajo el viejo pacto (los que vivieron antes de Jesús) podían acercarse a Dios sólo a
través del sacerdote y un sacrificio animal. Ahora todos pueden venir directamente
a Dios por medio de la fe porque la muerte de Jesús nos ha hecho aceptos ante sus
ojos (Rom_3:21-24).
El viejo pacto fue una figura del nuevo (Jer_31:31; Heb_8:11ss), y apuntaba al día
en que Jesús sería el último y final sacrificio por el pecado. En lugar de un cordero
sin mancha sobre el altar, el Cordero perfecto fue levantado en la cruz. Como era un
sacrificio sin pecado, todos nuestros pecados pueden ser perdonados una vez y para
siempre. Todos los que creen en El reciben ese perdón.

26.29 Una vez más Jesús hablaba a sus discípulos de su victoria sobre la muerte y
del futuro de ellos con El. Las siguientes horas traerían una aparente derrota, pero
pronto experimentarían el poder del Espíritu Santo y serían testigos del fantástico
esparcimiento del mensaje del evangelio. Y un día, todos estarían juntos otra vez en
el nuevo Reino de Dios.

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