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Resumen
1. Introducción
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Dooyeweerd, H., A New Critique of Theoretical Thought, Edwin Mellen Press, EE UU, 1997.
90
2.1 La doctrina en general
55
De Raadt, J.R., Redesign and Management of Communities in Crisis, Universal Publishers, New York,
2000.
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Dooyeweerd, ob. cit., ciertamente contiene mayores precisiones sobre cada campo metodológico que de
Raadt (ob. cit), pero el tratamiento de este último autor es más metodológico que el del primero y destaca la
primacía de las relaciones.
91
Figura 1. Relación entre modalidades en la metadoctrina multimodal.
2.1.1 La modalidad
57
Casiello, F. A., Pensamiento Sistémico Multimodal, Bases Teóricas y Aplicaciones, Anuario de la Facultad
de Ciencias Económicas del Rosario, Universidad Católica Argentina, Dic. 2005, p. 9.
92
2.1.2 La relación de determinación
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2.2 La selección del número, el tipo y el orden de modalidades.
58
Casiello, F. A., Diseño Sistémico de Políticas de Alcance Social, resúmenes de la JAIIO 33, Córdoba, Sep.
2004.
59
Casiello, F. A., Pensamiento Sistémico Multimodal, Bases Teóricas y Aplicaciones, ob. cit., p. 16 y ss.
60
Casiello, F. A., Pensamiento Sistémico Multimodal Bases Teóricas y Aplicaciones, ob. cit.
61
Ibídem.
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Tómese por caso la noción clásica de “desarrollo sustentable” en términos del
“interjuego” de la ecología, la economía y la equidad. Desde el punto de vista multimodal
ha de reconocerse primero la presencia de las modalidades económicas, ecológicas y de
equidad, como tres modos diferentes de ser/conocer. Para esta doctrina la modalidad
ecológica que comprende los fenómenos bióticos y abióticos, será determinante de las
modalidades económicas y de equidad. Por su parte la modalidad ética será la más
inspiradora o sobredeterminante, ya que en ella se da en mayor medida el campo de la
libertad. De tal manera el orden de modalidades elegido deberá ser, en un arreglo jerárquico
desde las modalidades superiores a las inferiores: ética – economía – ecología. Esto muestra
cuál sería en un caso elemental las modalidades en juego. Debe destacarse que
generalmente hacen falta considerar más modalidades para una descripción efectiva del
problema.
Aunque se ha ilustrado de una manera intuitiva la selección del orden de las
modalidades para el caso del “interjuego” de la ecología, la economía y la equidad, cada
arreglo específico de un orden de modalidades constituye a su vez una doctrina particular y,
como tal, debería estar suficientemente justificada (más allá de que en la práctica del
pensamiento multimodal, tales justificaciones generalmente se dejan de lado).
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Se elige el pensamiento de Edgar Morin como un ejemplo de doctrina filosófica que
puede tomarse como material para su articulación con la metametodología multimodal. No
es la intención principal de este trabajo revisar in extenso la doctrina de Morin, sino mostrar
las capacidades metametodológicas del pensamiento sistémico multimodal.
Para poder mostrar cómo el pensamiento de Edgar Morin puede ser el contenido de
un arreglo multimodal, se hace menester recorrer la difícil tarea de intentar sintetizar su
doctrina. Edgar Morin ha logrado establecerse como el pensador contemporáneo de la
complejidad. Y su nombre se destaca por haber realizado el intento de establecer una
concepción de la misma diferente de la que proviene del campo de las ciencias naturales,
principalmente a partir del pensamiento de Ilya Prigogine. Y con ello logra parcialmente
apartarse de una concepción positivista que adopta como método universal una teoría de las
ciencias naturales y formales.
La tarea de dar una introducción al pensamiento de Edgar Morin que rescate los
puntos principales de su doctrina, todo en unas breves páginas, es una labor que importa la
seguridad de ser excesivamente simplista. A los efectos de esta introducción, son
referencias obligadas los textos más clásicos de Morin, en especial El Método I: La
naturaleza de la naturaleza [ 62], El Método II: Vida de la vida [ 63], El Método III:
Conocimiento del conocimiento [ 64], El Método IV: Las Ideas [ 65], El cine o el hombre
imaginario [ 66] y Ciencia con conciencia [ 67] y Sociología [ 68] como lista mínima. Como
una lectura excelente para introducirse al pensamiento de Edgar Morin puede tomarse la
tesis doctoral de Soto González [ 69]. También se puede consultar, para una introducción
general, Introducción al Pensamiento Complejo [ 70].
En una excesiva síntesis que no puede reemplazar la lectura indicada, puede decirse
que Morin tiene una particular noción de sistemas que comprende toda la realidad en sus
diferentes determinaciones, desde el mundo abiótico, pasando por el biótico hasta todo el
campo de la libertad. Una peculiaridad significativa en la concepción sistémica moriniana
es la convivencia de los estados de equilibrio y de desequilibrio sistémicos, situación que
permite la movilidad y la reorganización. De esta manera en la sistémica moriniana el
equilibrio no es un momento de la dinámica, sino más bien un polo aparente y emergente
que oculta un desequilibrio siempre presente y constitutivo del mismo. Su noción de
complejidad, que comprende conceptos tales como los anteriores, no es de naturaleza
cuantitativa sino cualitativa.
Morin recurre a una serie de categorías propias para explicitar su doctrina, palabra
ésta a la que él mismo proporciona un significado específico: sistemas de ideas
predominantemente cerrados, como los sistemas filosóficos. Entre ellas, por ejemplo, se
destacan las nociones de genos y fenon, dos polos en tensión entre lo genérico y lo
62
Morin, E., El Método I. La naturaleza de la naturaleza, Ed. Cátedra, 1981.
63
Morin, E., El Método II. Vida de la vida, Madrid, Cátedra, 1983.
64
Morin, E., El Método III. Conocimiento del conocimiento, Madrid, Cátedra, 1988.
65
Morin, E., El Método IV. Las Ideas, Madrid, Cátedra, 1992.
66
Morin, E., El cine o el hombre imaginario, Ed. Paidos.
67
Morin, E., Ciencia con conciencia, Barcelona, Anthropos, 1984.
68
Morin, E., Sociología, Ed. Tecnos, Madrid, 1999.
69
Soto González, M., Edgar Morin. Complejidad y Sujeto Humano, Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofía
y Letras, Universidad de Valladolid, Valladolid, España, 1999.
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Morin, E., Introducción al Pensamiento Complejo, Ed. Gedisa, Barcelona, 2005.
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específico o propio de cada individuo, y representantes de la misma tensión que encontrará
en toda su interpretación de la realidad. Genos remite a la noción de origen o nacimiento y
se refiere a todo lo relacionado con el género al que pertenece una especie: todo el campo
de sus atributos y determinaciones genéricas. Por su parte fenon, que etimológicamente está
relacionada con el fenómeno, o “lo que aparece”, en términos de la caracterización
moriniana, hace referencia a la influencia del medio. Así la dialéctica del genos-fenon
mienta la oposición entre lo genético o propio de la especie genérica, y lo social o
construido en función de la experiencia de vida.
La actividad intelectual y el mismo dominio de la libertad serán, para Morin,
resultados emergentes [ 71], categoría también de raigambre sistémica que emplea para
intentar evitar el problema del cuerpo y del espíritu, al que no logra desprender de un
arraigo biológico y, en ese sentido, materialista. Igualmente la conciencia será un resultado
emergente, aunque propicia la existencia independiente de un campo de libertad. En este
ámbito debe diseñarse la acción humana, pero teniendo siempre en cuenta que no es posible
deducir una ética o una política de las ciencias naturales, pero que, sin embargo, ellas deben
ser tenidas en cuenta a la hora de encontrar el curso de acción. Nociones como estas
anteriores serán tratadas en lo que sigue para mostrar cómo pueden combinarse la forma
multimodal con la materia de la doctrina de Morin.
La metodología sistémica multimodal ofrece entonces la posibilidad de articular los
conocimientos de las diferentes dimensiones de la realidad social, a los efectos de recorrer
la intención moriniana de mantener la autonomía del pensamiento en su dimensión ética,
mientras se consideran las determinaciones naturales. Por ello para Morin la libertad está
determinada por las condiciones de su emergencia desde el campo de la naturaleza, lo cuál,
sin embargo, no debe ser interpretado como una reducción de su autonomía. Tal manera de
pensar es particularmente adecuada para su representación multimodal.
71
La noción de emergencia, desde el punto de vista sistémico, remite a propiedades del todo que, estando
claramente manifiestas, no pueden deducirse de las propiedades de las partes. Correlativamente éstas últimas
tampoco pueden obtenerse de las emergentes.
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Así como la complejidad es insimplificable, la MSMM la toma en cuenta y trata de abordar
el problema desde la representación multimodal de la realidad compleja.
Esta modalidad determina las modalidades físicas, biológicas y, desde ya, todas las
superiores también, y contiene muchas singularidades propias del pensamiento moriniano.
Morin ha destacado claramente la concepción del mundo de la naturaleza en términos de
máquinas complejas, es decir de la presencia de una modalidad regulativa que determina
incluso el mundo abiótico, de allí la ubicación por debajo de dicha modalidad.
Para la modalidad regulativa Morin adopta una doctrina propia. Concibe la
capacidad de autoorganización por medio de la categoría de autos, que incluye las nociones
de autoorganización, auto-reorganización, auto-producción y auto-reproducción, de modo
que estas nociones y su articulación deberán estar entonces asociadas a los contenidos que
se dan en la presente modalidad.
Tal vez el punto de mayor trabajo se encuentra en el tratamiento de las nociones de
constreñimiento, sojuzgamiento, represión y lucha entre partes, que están presentes como
dos caras en cualquier sistema, de tal modo que una cara resulta emergente pero sólo sobre
la base de ocultar su pareja opuesta obligada que, sin embargo, es parte constituyente del
sistema. El tratamiento formal de esas nociones es el contenido de la modalidad regulativa,
que debe abordarse en el marco de la dinámica de los sistemas complejos.
Recuérdese que Morin propicia un modelo claramente relacionado con el mundo de
los sistemas de información, según el cual los seres vivos disponen, al menos, de un
protoaparato con memoria principal, centro de comunicaciones e instrucciones que hace
que la nota más distintiva de ellos sea el computar. En determinados casos la doctrina de
los sistemas viables de Beer [ 72] puede resultar adecuada para modelar esta modalidad,
como una manera de representar dicha categoría.
72
Beer, S., The viable system model: its provenance, development, methodology and pathology, en Espejo, R.,
Harnden, R. (Eds), The Viable System Model – Interpretations and applications of Stafford Beer's VSM,
Wiley, Chichester, 1989.
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modalidad física [ 73], la esfera de la physis, obra como determinante del mundo biótico.
Morin recuerda que ya en la physis se da la dialéctica del orden y del desorden, de la
organización, de la desorganización y de la reorganización En las ciencias correspondientes
a la modalidad física no hay tantas posibilidades de adscripciones doctrinarias, al menos
comparativamente con las modalidades de la libertad, como quiera que dentro de las
ciencias naturales los paradigmas presentes llegan a serlo por su carácter superador de
cualquier paradigma anterior, de modo que la metodología de tratamiento de las cuestiones
que les competen son las propias del dominio corriente de conocimiento. Sin embargo, en
el empleo del pensamiento de Morin dentro de esta modalidad, debe aplicarse un manifiesto
énfasis en el estudio de los ciclos (del agua, del carbono, etcétera), acorde con las
posibilidades sistémicas de modelización y de interpretación. Además, el correlato de la
noción de complejidad en el sentido fisicoquímico según el pensamiento de Prigogine [ 74],
cuyos elementos formales han debido ser tratados en la modalidad regulativa, debe ser
tomado especialmente en cuenta en este aspecto modal para la descripción de esos
fenómenos.
73
En la modalidad física se comprenden todas las ciencias de la naturaleza muerta, como la química abiótica,
la mecánica, la dinámica, etcétera.
74
ver, por ejemplo, Prigogine, I., Las Leyes del Caos, Ed. Biblioteca de Bolsillo, Barcelona, 1999.
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ilustran las relaciones de antagonismo y de complementariedad que no sólo no se excluyen
sino que son necesarias una para la otra.
75
Morin, E., El Método V: Las ideas, ob. cit.
76
Ibídem.
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palabra como dato para la conformación de los factores y los ítems que descansarán en cada
modalidad, un cuidadoso análisis de los aspectos psicológicos de la palabra que devele
estos roles correlativos es de radical importancia.
77
Morin, E., Sociología, Ed. Tecnos, Madrid, 1995.
78
Ibídem.
79
Ibídem.
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que las doctrinas son sistemas predominantemente cerrados de ideas, como los sistemas
filosóficos. De allí la importancia de ellas en esta modalidad epistémica.
Las facultades superiores de la mente humana: la inteligencia, el pensamiento y la
conciencia, son estudiadas en El Método III. Ellas son, para Morin, emergencias surgidas
de miríadas de interacciones cerebrales. Pero la inteligencia, no es exclusividad del ser
humano, mientras que, en la visión de Morin, el pensamiento y la conciencia sí lo son. En
particular el pensamiento tiene la peculiaridad de autogenerarse, de producir pensamientos
sobre los pensamientos.
Al igual que en el caso del lenguaje, en el pensamiento se da la dialéctica del mitos
y del logos. No considera Morin que el mito haya sido superado ni dejado de lado por el
hombre contemporáneo, sino que el aspecto mitológico es necesario para la comprensión de
cualquier realidad, en conjunto con los aspectos más racionales del pensar.
Para esta modalidad epistémica es relevante la noción de comprensión, dividida ésta
en tres niveles: la concepción en el seno de una teoría; la que permite construir una teoría
nueva; y la concepción de la concepción, por la cuál se ponen de relieve los principios
organizadores de una teoría (nivel en el que se encuentra el presente trabajo). Morin
prefiere el método de la comprensión para la sociología, dejando de lado los modelos
explicativos deterministas, superados, indica, incluso dentro de la misma física. La
sociología de Morin apuesta a lo singular teniendo en cuenta que, sin embargo, ello no es
sino un modelo hologramático del todo y recordando que la ocurrencia de cualquier evento
individual debe interpretarse en clave de conexión, apertura y relación con la totalidad.
Aunque el desarrollo de los detalles de la comprensión como método sociológico desborda
el objetivo de este trabajo, puede decirse que la MSMM se adapta muy adecuadamente a
los objetivos de comprender, en el sentido específico indicado.
En sus textos más metodológicos [ 80] Morin afirma la relevancia de la observación,
de la entrevista, y de la participación en actividades de grupos de acción. Como parte
recurrente en su pensamiento siempre en tensión polar, reconoce la importancia de la
dialéctica entre el sistema conceptual y el fenómeno, es decir, intenta evitar una decisión
polar entre lo empírico, por un lado, y lo conceptual y lo teórico por otro, reconociendo que
se requieren ambos momentos, aspectos éstos que deberán tenerse en cuenta en esta
modalidad.
80
Ibídem.
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4.1.9 Modalidad económica
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de Raadt, J.D.R., Redesign and Management of Communities in Crisis, Universal Publishers, EE UU,
2000.
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Dooyeweerd, H., A New Critique of Theoretical Thought, Edwin Mellen Press, EE UU, 1997.
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4.1.11 Modalidad política
Morin dará privilegio a la noción de vida, entendida ella como un valor que debe
resultar organizativo de toda la complejidad. En su visión biológica de la estructura de la
vida, Morin indica que si bien la física ha logrado desprenderse de la teleología, no
obstante, la biología la recupera: en efecto, no es posible conocer el funcionamiento celular
sin considerar a la célula como una máquina viva que persigue metas u objetivos. De allí
que se introduzcan en la biología conceptos tales como código, programas, comunicación,
traducción, control, inhibición y realimentación. Encaminándose hacia la realización de la
vida como valor, la noción biológica debe ser desdoblada en el vivir para sí y el vivir para
la especie, y ha de tenerse en cuenta la incertidumbre; de allí que Morin haga uso bastante
intenso de los “bucles” realimentados para representar estas situaciones de desdoblamiento:
querer, vivir, sobrevivir, dar vida, ayudar a los demás, gozar, querer, están todos en mutua
relación. Esta estructura biológica se traslada al plano axiológico como un marco de
relación entre el autos, categoría con la que representa la autonomía humana y el oikos que
encarna el medio social. Por ello la acción que tienda a privilegiar el valor vida se funda en
un cuádruple ethos: uno egocéntrico, uno genocéntrico y uno sociocéntrico al que se añade
uno antropocéntrico, en el que ha de haber un reconocimiento mutuo de uno en el otro y del
otro en uno, una conciencia de humanidad más allá de lo individual.
Morin se anima a enunciar una serie de principios éticos acordes con las
determinaciones indicadas anteriormente: mantener la autonomía del espíritu, ser justos y
veraces, salvaguardar la integridad, corregir las derivas, no ser poseídos por lo que
poseemos, capitalizar nuestras experiencias, tratar de ser cada vez mejor [ 83]. Morin acepta
la noción de una conciencia moral de la cual ha de provenir la protección contra la
manipulación y el sojuzgamiento.
Su ética está centrada en la preservación de la vida, en la pervivencia, preferencia en
virtud de la cual se ve compelido a intentar recuperar una identidad fraterna para la
humanidad. En la prosecución de ese camino ilustra lo que entiende como limitaciones de
los pensamientos marxista, freudiano, totalitarista y otros, exhibiendo cómo responden a
pensamientos simples, no complejos.
83
Morin, E., El Método II, La Vida de la Vida, ob. cit.
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El problema ético, como no podría ser de otra manera, está planteado desde la
temática de la acción, que para Morin, tiene que ver con apostar, es decir a obrar en
presencia de incertidumbre. Considera, en El Método II: La vida de la vida, que sólo se
pueden encontrar las respuestas en conjunto con la ciencia, ya que, a su juicio, no puede
desgajarse el pensamiento antropológico de las determinaciones de vida, es decir no puede
llevarse al margen del homo bios. Pero esto no significa que pueda deducirse una ética a
partir de la ciencia, ni tampoco una política a partir de la ética, sino que la modalidad ética
guarda su autonomía. La metodología multimodal colabora en la representación de esa
independencia, sometida a las determinaciones de las demás esferas modales.
La adopción de una ética cristina resulta compatible con las ideas de Morin, más
allá de tener que dejar de lado ciertas concepciones materiales propias de su pensamiento.
4.2 La viabilidad
5. Conclusiones
84
Morin. E., Tierra Patria, Ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 2004.
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posibilidad de una exégesis que colabore con la puesta en relación de la multiplicidad de
categorías que obran en la descripción del mundo de Morin.
El pensamiento sistémico multimodal ofrece la ayuda necesaria en proveer una
metametodología que puede adaptarse a diversas doctrinas específicas. No podría realizar
esto sin tener sus propias concepciones de base, que se destacan en este trabajo desde el
punto de vista formal, dejando el punto de vista material para ser completado con doctrinas
específicas.
Desde el punto de vista de la aplicación, la misma puede llevarse a cabo según los
lineamientos generales establecidos en otros trabajos anteriores [ 85].na comprensión cabal
de lo expuesto en este trabajo requiere familiaridad con los trabajos [2] a [5] de la
bibliografía, donde quedan expuestos los aspectos más prácticos de la aplicación de la
MSMM.
Se espera que esta contribución pueda colaborar con la aplicación de la doctrina de
Morin para la solución de problemas específicos en el campo de la gestión de sistemas
complejos y plurales.
6. Bibliografía
1- Beer, S., The viable system model: its provenance, development, methodology and
pathology, en Espejo, R., Harnden, R. (Eds), The Viable System Model – Interpretations and
applications of Stafford Beer's VSM, Wiley, Chichester, 1989.
5- Dooyeweerd, H., A New Critique of Theoretical Thought, Edwin Mellen Press, EE UU,
1997.
10- Morin, E., El Método III. Conocimiento del conocimiento, Madrid, Cátedra, 1988.
85
Casiello, F. A., Pensamiento Sistémico Multimodal, Bases Teóricas y Aplicaciones ob. cit.
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