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Introducción: Desde el neolítico, la península griega está culturalmente ligada

a las islas del Egeo y las costas occidentales de Asia Menor. Sus numerosos
puertos naturales a lo largo de las costas y la gran cantidad de islas cercanas
han contribuido al desarrollo de una civilización marítima homogénea. Pero
su homogeneidad cultural no implicaba la política.

Los sistemas montañosos y los profundos valles dividieron la península en


pequeñas unidades políticas y económicas, ligeramente mayores en
extensión que una ciudad y su territorio circundante. Para una información
más detallada sobre estas ciudades-estado, Atenas; Corinto; Esparta; Tebas.

Prehistoria : Las planicies fértiles y lo valles regados por el Tigris y el Eúfrates


(la media luna fértil) constituían en la antigüedad la región con el mayor
potencial agrícola junto con los del Indo y los del Nilo.

Los restos arqueológicos indican que algunos primitivos pueblos del


Mediterráneo, estrechamente ligados a las culturas del norte de África,
habitaron las regiones meridionales del Egeo hasta bien entrado el periodo
neolítico, antes del 4000 a. C. Estas pruebas muestran la evolución cultural
desde la edad de piedra hasta la edad del bronce, que en Grecia empezó en
el 3000 a. C.

Las primeras comunidades agrícolas del mundo se desarrollaron ahí: En Jericó


se cultivaron cereales desde el 8000 a. C. Sin embargo, era una tierra que
mantenía un delicado y frágil equilibrio necesitando una defensa constante,
tanto de la naturaleza como de los predadores humanos del desierto por el
Oeste y de las montañas a Norte y al Este. A diferencia de las crecidas
regulares y benévolas del Nilo, el flujo de estos ríos gemelos al subir por los
montes Tauro al Este era irregular he imprescindible, con lo cual se producían
casi condiciones de sequía un año y al otro violentas y destructivas
inundaciones. Para tener algún tipo de control se necesitan diques, canales y
una organización más compleja. Fue enfrentando estos desafíos como
evolucionaron muchos de los logros más significativos de los inicios de la
civilización.

A principios del III milenio a. C., la denominada civilización del Egeo


evolucionó hasta niveles extremadamente altos. La civilización de la edad del
bronce en el Egeo se dividía en dos culturas, cada una de ellas con sus
propias etapas y subdivisiones cronológicas. Una, la civilización de Creta o
minoica, ubicada en el centro de la isla de Creta, a sólo 660 Km al noroeste
de Egipto y directamente relacionada con las rutas marinas hacia los
antiguos países del Oriente Próximo. La otra civilización, la Heládica
(micénica, en su periodo más reciente), florecía al mismo tiempo en la
porción continental de Grecia, concretamente en el Peloponeso. Sus grandes
centros estaban en Micenas, Tirinto (cerca del actual Návplion) y Pilos. La
cultura y el comercio cretense dominaron el Mediterráneo hasta después del
año 1500 a. C., cuando Micenas tomó el relevo.

La cultura griega tiene sus orígenes en la civilización cretense, cuyos


principios se remontan al tercer milenio a. C. los cretenses fueron los
primeros en recorrer el Mediterráneo y llegaron a tener una flota poderosa,
comerciaron con otros pueblos ubicados en tierras de los actuales países de
Italia y España, produjeron vino, aceite, artículos de cerámica, etc. Que
vendían al extranjero; la intensidad de su comercio le hizo adquirir la
hegemonía en todo el Mediterráneo Oriental. Esta hegemonía fue marítima
por esto se llama talstocracia (gobierno de mar).

Este poderío marítimo se extendió desde Roda y Chipre hasta los puertos
fenicios de Biblos y Gadir hacia el 2000 a. C.C.

Los habitantes de la isla de Creta copiaron de los fenicios su escritura lineal,


imitaron de los arquitectos babilonicos la construcción de sus palacios de
Cnosos, Festos, Mallia, Faistos y Hagia Triada. Estas ciudades fueron erigidas
durante la ultima época de Creta también denominada el apogeo de la
civilización de Creta. En esta civilización la mujer jugo un papel muy
importante pues adoraban a una diosa madre, a un dios de la luz y parece
que también veneraban a sus reyes.

Cultivaron los deportes iniciando los grandes juegos que después se llamaron
las olimpiadas en Grecia Continental. Se dedicaron especialmente al box, las
carreras y las corridas de toros, que eran demostraciones de acrobacia donde
estaba prohibido matar al toro. Estos pobladores adoraban a sus dioses en
cavernas o pequeñas capillas no tenían el culto a los muertos pero creían en
un más halla semejante al mundo.
Los habitantes de Creta provenían de la tribu de los Egeos quienes
subsistieron en le continente europeo en Micenas y Tirinto y en el Asia Menor
en Troya.

Troya estaba edificada casi en la entrada del estrecho de los Dardanedos en


una colina que domina la llanura inferior del río Escandro denominada la roca
de Pérgamo.

A finales del III milenio a. C.C. comenzaron una serie de invasiones de tribus
del norte que hablaban una lengua indoeuropea. Existen pruebas de que
estos pueblos del norte vivieron en la cuenca del río Danubio, al sudeste de
Europa. De los primeros pueblos invasores, los más destacados, los aqueos,
se habían visto con toda probabilidad obligados a emigrar presionados a su
vez por otros invasores. Los aqueos invadieron el sur de Grecia y se
establecieron en el Peloponeso. Según algunos especialistas, un segundo
pueblo, los jonios, se asentó principalmente en Ática, la zona central del este
de Grecia y en las islas Cícladas, donde asimilaron la cultura de los pueblos
heládicos. Los eolios, un tercer pueblo de características poco definidas, se
asentaron en principio en Tesalia.

Grecia antigua: Los griegos daban el nombre de pelasgos a los primeros


habitantes de su país. Estos labraban la tierra y se les atribuyo la fundación
de las más antiguas poblaciones.

A fines del siglo XV se produce una civilización de pueblos más civilizados


que hablan un dialecto indoeuropeo, es decir emparentado con los idiomas
que hoy se hablan en Europa. Las inscripciones egipcias y los poemas
homéricos llaman a estos pueblos aqueos y son antecesores de los Helenos.

En el último periodo de la edad del bronce en Grecia (1500-1200 a. C.C.), el


continente fue absorbiendo paulatinamente la civilización cretense. Hacia el
1400 a. C.C., los aqueos conquistaron y controlaron las islas y poco después
también dominaron el continente, en especial la región de Micenas. Debido a
las exhaustivas investigaciones de sus ruinas, la ciudad da su nombre a los
antecesores aqueos, aunque también destacaron en importancia otras
ciudades-estado. La guerra de Troya, descrita por Homero en la Iliada,
comenzó alrededor del 1200 a. C.C. y probablemente fue uno de los
conflictos bélicos que tuvieron lugar entre los siglos XIII y XII a. C.C. cuando la
civilización micénica estaba en su apogeo. Puede que tuviera relación con la
última y más importante invasión del norte, que ocurrió en aquel tiempo e
introdujo la edad del hierro en Grecia.

La guerra de Troya fue generada por los pueblos de Asia quienes cometieron
actos de piratería, entonces los griegos formaron una coalición para tomar
venganza.

Antecedentes de la guerra de Troya: París hijo de Príamo rey de Troya robo


Elena mujer de Menelao rey de Esparta y hermano de Agamenón rey de
Micenas. Agamenón, para vengar el ultraje hecho a su hermano convoca a
los príncipes griegos y fue elegido jefe de una flota confederada, que
destruyo a Troya al cabo de diez años de sitio.

Después llegaron otros pueblos del norte que más tarde se llamaron los
Helenos y conquistaron Grecia, luego se dividieron en otros cuatro grupos
que son: Aqueos, Eolios, Dorios y Jonios. Con la invasión de los helenos
termina la prehistoria griega y comienza su verdadera historia de este hecho
el pueblo griego es denominado helénico.

Los dorios abandonaron las montañas del Epiro y descendieron al Peloponeso


y a Creta, utilizando armas de hierro para conquistar y expulsar a los
anteriores habitantes de estas regiones. Los dorios derrocaron a los
monarcas aqueos y se asentaron sobre todo en las regiones meridionales y
orientales de la península. Esparta y Corinto se transformaron en las
principales ciudades dóricas. Muchos aqueos buscaron refugio al norte del
Peloponeso, zona que más tarde se llamó Aquea. Otros resistieron duramente
a los dorios, y tras ser sometidos, fueron reducidos a servidumbre y
denominados ‘ilotas’. Los que lograron huir se refugiaron en el Peloponeso,
se reunieron con sus parientes en Ática y en la isla de Eubea, pero después
emigraron al igual que los eolios a las costas de Asia Menor.

En los siglos posteriores al 1200 a. C.C. la progresiva colonización de las


costas de Asia Menor, primero por los refugiados procedentes de zonas
ocupadas por los dorios y más tarde por los mismos dorios, convirtió la región
en parte política y cultural de Grecia. Por cada una de las tres divisiones
étnicas griegas se creó una gran confederación. La parte norte de la costa de
Asia Menor y la isla de Lesbos formaban la Confederación Eólica. La
Confederación Jónica ocupaba el distrito medio, llamado Jonia, y las islas de
Quíos y Samos. Al sur de las islas de Rodas y Cos se estableció una
Confederación Dórica. Varios siglos después (750-550 a. C.), el rápido
aumento de la población, la escasez de alimentos, el florecimiento de la
artesanía y el comercio y otros factores conllevaron una nueva oleada
colonizadora. Se fundaron colonias en lugares tan lejanos como la costa
oriental del mar Negro y Massilia (actual Marsella, Francia), y tuvieron lugar
asentimientos en Sicilia y la parte meridional de la península Itálica. Esta
última tenía tal densidad de población griega que se la conocía como la
Magna Grecia.

A lo largo de al formación de Grecia se distinguen una Continental y otra


Marítima.

Grecia Continental : También denominada Hélade, comprendía la parte


inferior de la península de los Balcanes región caracterizada por ser la más
montañosa de las tres penínsulas mediterráneas de Europa esta se unía con
la península del Peloponeso (hoy Morea) por el istmo de Corinto. El territorio
griego se hallaba entre los mares Egeo y Jonico, hacia el norte no se conocía
una frontera natural pero según Estrabon (geógrafo griego), esta podía
marcarse con una línea que iba desde el golfo de Arta hasta el golfo de
Salónica.

El territorio de Grecia se caracterizo por presentar un conglomerado de


montañas de rocas calcáreas y frecuentemente desnudas, las cuales se
hallan separadas por valles estrechos y profundos o por llanuras, verdaderas
cuencas de antiguos lagos donde abundan los olivares; entre tales llanuras
podemos nombrar las de Tesalia, Tebas, Atenas, Argos y la Esparta.

Entre las montañas más celebres podemos nombrar el Pindo, el Olimpo, el


Osa, el Pelión, el Parnasó, el Helicón, el Himeto y el Pentélico.

En Peloponeso se alza la alta planicie de Arcadio terminada hacia el sur por la


poderosa cadena del Taigeto.
Grecia marítima: Grecia tenia una posición marítima privilegiada pues
presentaba posibilidades de comunicación marítima a lo largo de todo el
territorio gracias a sus golfos, entre los cuales los más relevantes son de
Corinto y de Egina, que apenas estaban separados por una lengua de tierra
de 5 Km. Grecia poseía mas de 2000 Km de costa, de manera que no existía
cantón o república que no tuviese bahías y promontorios bañados por el
mediterráneo.

Grecia estaba envuelta por las islas algunas tan próximas del continente que
parecen su prolongación, lo cual sucede con la Eubea, y las Cícladas
esparcidas por el mar Egeo lasque señalaban el paso entre Europa y la Costa
de Asia, donde otros griegos poblaban las grandes islas de Lesbos, Quío,
Samos, y Rodas.

El mar formo marinos y comerciantes poniendo a los griegos en contacto con


todos los pueblos de oriente de quienes tomo los primeros elementos de
civilización. El mar fue el que les dio riquezas e hizo que estados de muy
corta extensión, reducidos casi a una ciudad, fueran el centro de verdaderos
imperios mediterráneos.

La época arcaica: Hacia el año 1100 a. C.C. penetraron en el territorio Griego


los Dorio llegando a constituir la cultura centromiceníca. . es en esta época
cuando empieza la llamada "edad media griega" y fue una larga etapa de
formación que se prolongo hasta el siglo VIII.

Uno de los procesos más importantes que se dieron fue el de la formación de


los estados griegos, surgidos de la fusión entre la población indígena y los
invasores.

Abarcaban pequeñas comarcas con una ciudad como centro, la Polis. En


general, todos ellos pasaron por etapas parecidas en cuanto a la evolución de
su forma de gobierno. Al comienzo de esta época eran monarquías, a las que
sucedió un gobierno aristocrático que en buen parte de ellos derivo hacia la
democracia.
La expansión comercial, el crecimiento demográfico y el endeudamiento del
campesinado, entre otros motivos, obligaron a los griegos a abandonar sus
lugares de origen, se instalaron tanto en Oriente como en Occidente y
fundaron colonias; hubo dos clases de colonias: las plazas comerciales y las
agrarias, mantenían fuertes lazos culturales con la metrópoli, pero
disfrutaban de una total independencia político administrativa.

La expansión por Oriente la realizaron en dos etapas. En la primera


colonizaron las islas del Egeo y las costas del Asia menor. En la segunda, tras
conquistar el norte del Egeo y el Helesponto, llegaron hasta Crimea y el mar
de Asov. Los griegos llegaron incluso hasta el país del Nilo, en cuyo delta
instalaron también una factoría. Seguidamente se dirigieron hasta Occidente.
Fundaron colonias en Sicilia y en el sur de Italia, en un área que fue conocida
con el nombre de Magna Grecia. Llegaron hasta las costas del Mediterráneo
español donde entraron en contacto con Tartesos, y las del sur de Francia.

Estas colonias en parte de poblamiento y en parte puramente comerciales,


difundieron la tecnica y el arte Helénicos

Periodo helénico: Una vez finalizadas las grandes migraciones al Egeo, los
griegos desarrollaron una orgullosa conciencia racial. Se llamaban a sí
mismos ‘helenos’, nombre derivado, según Homero, de una pequeña tribu del
sur de Tesalia. El término griegos, empleado por posteriores pueblos
extranjeros, provenía nominalmente de Grecia, nombre en latín de una
pequeña tribu helénica del Epiro con la que los romanos tuvieron contactos.
Al margen de la mitología, que era la base de una compleja religión, los
helenos desarrollaron una genealogía que remontaba sus orígenes a héroes
con carácter semidivino.

A pesar de que los pequeños estados helénicos mantenían su autonomía,


seguían un desarrollo similar en su evolución política. En el periodo pre-
helénico los jefes de las tribus invasoras se proclamaron monarcas de los
territorios conquistados. Entre el 800 y el 650 a. C.C. estas monarquías se
fueron sustituyendo por oligarquías de aristócratas, ya que las familias nobles
compraban las tierras y éstas eran la base de todo su poder y riqueza. Cerca
del año 650 a. C.C., muchas de estas oligarquías helénicas fueron sustituidas
por plebeyos enriquecidos o aristócratas desafectos, llamados tiranos. La
aparición de las tiranías se debió sobre todo a un factor económico. El
descontento popular surgido frente a las aristocracias se había convertido en
un importante factor político a causa del aumento de la esclavitud de los
campesinos sin tierras; la colonización y comercio en los siglos VIII y VII a.
C.C. aceleró el desarrollo de una próspera clase de comerciantes, que
supieron aprovecharse del gran descontento para reclamar el reparto del
poder con los aristócratas de las ciudades-estado.

Estructura Económica: Se constata una clara especialización del trabajo


que favorece la acumulación de excedentes y el intercambio. La base
económica era la agricultura siendo la propiedad de la tierra la base del
poder. Cultivaban la trilogía mediterránea (cereales, olivo, vid). Con arados y
utensilios similares a los actuales. Poseían huertas y plantas industriales
(lino, esparto).

La agricultura se completaba con la ganadería: ovejas, cabras, cerdos,


bueyes, de los que obtenían carne, leche, lana, fuerza de trabajo. A destacar
los caballos símbolo de prestigio para la aristocracia y de cara a la guerra.
Las actividades depredatorias (caza, recolección, pesca) continuaron. La
arqueología y restos cerámicas dan también importancia a la pesca.
Conocían la metalurgia y las minas proporcionaron las materias primas con
las que comercian con los colonizadores. Eran excelentes orfebres y
fabricantes de armas, entre los que destaca la Farcata (espada corta).

La cerámica era muy importante para el transporte y el almacenamiento


siendo decorado con motivos geométricos o figuras.

Los objetos de alfarería comunes que en enorme cantidad salieron de las


necrópolis griegas así como las pinturas de los vasos provenientes de Troya,
Micenas, Tirinto y Creta así como de las necrópolis de Atica, Beosia, Tesalia y
las de las Ciclades, construidos con materias muy distintas como los vasos
barnizados y esmaltados, los vasos de cristal, los vasos de mármol y los
grandes vasos decorativos así como los de oro y plata sirvieron para
comerciar con los pueblos bárbaros que rodeaban esta civilización. A parte
de las demás industrias griegas como ser la agricultura, el tejido, y otras la
alfarería era la más importante de la época.

Durante la época de Solón este tuvo la idea de suplir la insuficiencia de los


recursos agrícolas favoreciendo el desarrollo de los oficios. Por eso la ciudad,
primero pequeña y pobre, llega alcanzar una gran prosperidad. Sus
habitantes sacaron del Laurium, montaña inmediata ha Atenas grandes
cantidades de plata esa pequeña riqueza les permitió crear industria,
comercio y marina. La población buscó en estas vías nuevas la fortuna que la
esterilidad del suelo les negaba. Los extranjeros llegaron a ser ciudadanos a
condición de llevar al Atica una industria que fuese desconocida allí. En todas
partes se fundaron fábricas de muebles, armas, tejidos, y sobre todo
alfarería. Atenas llegó hacer desde entonces una población marítima
manufacturera renombrada por el buen gusto y la elegancia de sus
productos.

Los griegos para mejorar su comercio marítimo mejoraron


extraordinariamente los antiguos y lentos barcos que iban a través del Egeo
fondeando en cada isla, se construyeron mejores puertos, se los protegió con
diques, se construyo el Diolcos, cuyos restos todavía existen, este permitía
cruzar el istmo de Corinto, rodando los barcos sobre cilindros de manera, etc.
En el siglo octavo los puertos griegos están en todo el mediterráneo. Allí
acuden los colonos a comprar y vender. Compran lo que después revenderán
a los bárbaros de alrededor y venden lo que les han comprado así se
completo la obra de la moneda.

Acuñación de moneda: Del latín moneta, apodo de la diosa Juno, cuyo


templo en Roma se utilizaba para acuñar monedas.

La idea de moneda pertenecía a los babilonios y a los hititas, pero éstos no


dividían el metal en secciones de valor determinado ni pensaron en controlar
el valor intrínseco del metal.

Los griegos son los primeros que reemplazan las marcas groseras que
certifican el valor con sellos de valor artístico. Como vimos, la moneda facilito
los cambios y los prestamos. Convertida pronto en otra mercancía, sufre
todas las alternativas de una mercancía. Termina por ser la mercancía por
excelencia: ya la posesión de la tierra no es el signo de la riqueza lo es la
posesión de metal amonedado.

Entonces los nobles abandonan el campo para especular, como vimos, con la
moneda, para formar capitales que realizan empresas antes imposibles: crear
talleres explotar minas, equipa flotas. El campo

Abandonado por el capital es abandonado por sus victimas, obligadas a serlo


ahora en la ciudad.

Las ciudades crecen en especial las que tienen las condiciones que exige la
nueva economía: posibilidades industriales y comerciales. Por esto progresan
los puertos. Ya las ciudades son mucho más que los caseríos mas o menos
pobres. Los nobles que gobiernan ahora las ciudades quieren tener seguridad
y vivir con gusto: construyen monumentos y murallas de defensa. Pero las
calles se llenan de una multitud de desheredados, obreros o que esperan
serlo, que miran con creciente rencor lo que para ellos es injusta diferencia.

Entre tanto en los campos aparece una nueva clase la de los labradores
enriquecidos. Estos aplicaran casi toda la tecnica de los que tenían tierras
heredadas: compraran otras y buscaran todos los modos acrecer su capital.

La Casa de la Moneda es el lugar donde se diseñan, graban y fabrican las


monedas, que son medios de pago de curso legal, es decir, dinero. Antes de
la aparición de las monedas, el comercio se llevaba a cabo mediante el
intercambio de bienes (trueque) o utilizando lingotes de oro y plata. Este
sistema resultaba poco práctico porque era necesario pesar y evaluar la
calidad del metal, en cada intercambio se establecía el valor de los lingotes,
por lo que se dificultaba el crecimiento del comercio y la industria. La
invención del sistema de acuñación de monedas, cuyo valor era siempre el
mismo, resolvió los inconvenientes anteriores.

Historia de la acuñación: Se cree que las primeras monedas acuñadas con


carácter oficial aparecieron durante el siglo VI a. C.C. en la zona de Lidia (en
Asia Menor) y en China. A partir de entonces empezaron a surgir monedas en
Grecia y en otras ciudades-estado. Sin embargo, con el Imperio romano se
empezó a acuñar una única moneda, homogeneizando los tamaños, pesos y
valores de todas las monedas existentes, y prohibiendo la acuñación de
monedas por parte de individuos particulares, pues era monopolio del
Estado. China conservó su sistema de acuñación homogénea centralizada
durante su época imperial, pero con la desintegración del imperio empezaron
a surgir distintas monedas en los diferentes principados.

Los genos u oikos: Más parecidos a la familia eran verdaderos clanes. Era un
grupo formados por todos los familiares del basileus (jefe de la familia).
También incluía a las personas libres y esclavas que dependían de el. Estos
servidores eran necesarios porque de ellos dependía el sustento de todo el
grupo. Estos esclavos producían todo lo necesario para vivir, y habían
algunos jefes importantes como Ulises (en la obra de Homero), que dirigía la
producción y la distribuía según su propio criterio. Dentro de ellos, en
efecto, el padre tenia autoridad absoluta puesto que era el interprete de los
dioses; la propiedad, por otra parte, era colectiva. La unidad del clan
conducía a curiosas consecuencias: la ofensa hecha a un individuo se
consideraba hecha al clan.

Las polis griegas o ciudades-estado: Poco a poco comienzan sin embargo a


agruparse las chozas de los genos; los caseríos aumentan, pero, sobre ser
poco importantes no están suficientemente adheridos al suelo.

Grecia estaba formada por una serie de ciudades estado independientes,


gobernadas por oligarquías aristocráticas, el aislamiento geográfico impuesto
por el territorio que ocupaban y la necesidad de agruparse para defenderse
de las invasiones explicaba la formación por los griegos de estas polis o
ciudades estado. Aunque eran independientes, a menudo se unían en una
liga dentro de la cual la más importante acababa por imponerse. Las dos
polis más importantes fueron Atenas y Esparta. Esparta cuido por encima de
todo su poderío militar descuidando el arte y las actividades económicas,
redujeron a los vencidos a la esclavitud (ilotas) la población se componía de
Dorios, Periecos e Ilotas; los primeros conservaron supremacía mediante las
armas.

Esparta contó con dos reyes de poder ilimitado y veintiocho ancianos guiados
por cinco Eforos, que formaban el senado, el cual monopolizaba todo el poder
volviéndose verdaderos amos del estado.

La guerra era el único móvil de la educación, Esparta quiso imponer su fuerza


desde un principio, Mesenia le resistió heroicamente, pero fue vencida,
después organizó una liga en Peloponeso, de la cual fue jefe.
Los ciudadanos espartanos gozaban de enormes privilegios sobre los
indígenas sometidos (iliotas y periecos). Estaban gobernados por reyes de
familias diferentes, que se transmitían el cargo por herencia, la monarquía se
mantuvo en Esparta hasta la total decadencia de la polis.

Atenas la capital del Atica careciendo de militarismo se convirtió en el motor


del mundo Griego. Desarrolló el modelo más perfeccionado democracia
limitada y puso las bases de la sociedad Occidental. Sus habitantes
proclamaron la independencia, la libertad y la igualdad.

El gobierno comprendió: los Arcontes, el Areopago y el consejo de los


cuatrocientos, dividió el pueblo en cuatro clases según su fortuna. Las leyes
de Solón suavizaron las costumbres i aseguraron la libertad

En los primeros siglos del primer milenio, Atenas tuvo un papel secundario
con una economía basada en la agricultura y el pastoreo. A partir del siglo VI
el desarrollo del comercio hizo posible su futura importancia. Cuando Atenas
inicio su decadencia, Esparta no pudo sustituirla.

Junto a estas dos grandes ciudades destacaron también Samos, Mileto, Delos,
Argos Epiduro, Corinto, Egina, Calcis, Eritrea y Tebas.

ESPARTA: Entre todas las ciudades griegas, Atenas y Esparta han


representado un papel preponderante. De aquí que los latinos las llamasen
los dos ojos de Grecia, y nos interesen, porque la rivalidad de entre ambas es
el fundamento de la historia griega. En Atenas, el hombre fue principalmente
un ciudadano apasionado de la libertad política, de la actividad comercial, del
arte y de la literatura. En Esparta, fue únicamente un soldado que se ejercité
sin descanso en las virtudes militares y estuvo siempre dispuesto a dar su
vida por la patria.

Esparta o Lacedemonia, capital de la Laconia, fue una a modo de ciudad


cuartel. Más bien que una ciudad, era un grupo de cinco aldeas situadas en
las orillas pantanosas del Eurotas, que baja torrentoso de la meseta de
Arcadia y atraviesa mansamente a Laconia. Esparta no estuvo nunca cercada
de murallas, porque no tuvo necesidad de ellas. Laconia, cuyo centro lo
&upaba Esparta, está, en efecto, rodeada de montañas; éstas son bastante
altas y permiten que la nieve permanezca ah casi todo el año; además, las
sen das transitables son muy raras y es muy fácil defender’ los desfiladeros.
Ahora, si se añade que el valle del Eurotas es fértil y pueda alimentar la
población, se comprenderá que Esparta fuera un campo atrincherado natural,
en e que vivió un pueblo de soldados.

LOS ESPARTANOS: Los espartanos formaron parte de una invasión de dorios


griegos del norte que, echados de su país por los tesalios, acometieron las
penínsulas del Peloponeso y conquistaron las ciudades de los aqueos. Los
dorios de Esparta tomaron el nombre de espartanos. Menos numerosos que
los vencidos, hubieron que estar constantemente sobre las armas en medio
de aquellas poblaciones sojuzgadas, a fin de conservar lo que habían
conquistado.

Por consiguiente no les fue posible labrar la tierra no dedicarse al comercio.


Fueron un ejercito invasor que vivía de lo que le daba el suelo gracias al
trabajo de los vencidos y cuyo exclusivo oficio era la guerra. Todo en ellos
era preparación militar. Fueron los guerreros mejor adiestrados y más
heroicos de Grecia; pero desdeñaron el bienestar y la cultura intelectual
porque, según ellos, corrompían las virtudes marciales. Su ideal consistió en
formar una comunidad militar en la que cada cual, por disciplina, tuviera
orgullo en sacrificar su libertad y su vida por el interés superior del estado.

LACONIOS PERIECOS E ILOTAS: El territorio de Laconia, dividido en lotes que


no podían venderse ni cederse, fue propiedad de los vencedores. Los
habitantes de la llanura continuaron viviendo en su antiguo suelo en
condición muy parecida a la esclavitud. Los de las montañas y del litoral,
sometidos posteriormente, fueron tratados con menos dureza. En la
población de Laconia hubo, pues, tres clases los espartanos (9,000
aproximadamente), los periecos (30,000) y los ilotas (unos 200,000). Sólo el
espartano tenía derecho de ciudadanía; los periecos y los ilotas no eran sino
súbditos.

Los periecos, es decir, la gente de alrededor, habitabais la frontera


montañosa y marítima de Laconia, y parecen haber sido descendientes de los
antiguos señores del país. Estaban repartidos en unos cien pueblos que se
administraban por sí mismos. Podían poseer libremente sus tierras y gozar
del fruto de su trabajo. Se dedicaban a la agricultura al comercio, a la
industria, a la navegación y a todas las ocupacio9es prohibidas a los
espartanos. Pagaban los impuestos y tenían obligación de servir en el
ejército; no por ello les concedían el menor derecho político.

Los ilotas eran los antiguos laconios del valle. Los espartanos hicieron de
ellos siervos, es decir, mitad libres y mitad esclavos. No vivían agrupados en
pueblos, sino que habitaban en cabañas aisladas que podían edificar en las
tierras que labraban, tierras que no les pertenecían, antes bien, eran ellos
quienes pertenecían a la tierra y formaban parte de la propiedad. Cada año
debían dar una parte de la cosecha a los dueños del fundo, pudiendo
reservarse la otra parte. El único derecho que tenían era el de no poder ser
vendidos.

Los espartanos trataban mal a esos infelices; en la guerra, empleándolos


como sirvientes del ejército; en la paz, obligándolos a lleva vestidos
especiales, y hasta prohibiéndoles cantar ninguna canción guerrera.
Frecuentemente los forzaban a beber hasta la embriaguez para que el
espectáculo de su degradación repugnase a sus propios hijos. A pesar de los
malos tratos, los señores consideraban que era un peligro el hecho de que
fueran tan numerosos, y les daban muerte valiéndose del menor pretexto. Se
condenaba a muerte al ilota que poseía un arma o que se encontraba fuera
de su casa después de la puesta del sol.

Su suerte era la misma que hoy cabe al labriego cristiano en Turquía


europea. Todos los años y cada vez que los nuevos magistrados tomaban
posesión de sus cargos, la gente joven tenía derecho de cazar ilotas,
procedimiento que llamaban criptia, es decir, matanza secreta. El régimen de
terror aplicado al ilota daba terror en esta clase social a sentimientos de odio
y de vengaza. « Inmediatamente que se les hablaba de los espartanos, dice
el historiador griego Jenofonte, no había uno que supiese ocultar el gusto que
tendrían en comérselos vivos. »

FORMACION DEL PODER DE ESPARTA: Un estado militar como era éste, no


podía soportar ni vecinos poderosos ni súbditos rebeldes. Las dos penínsulas
de Laconia, Argólide y Mesenia, habitadas por otros conquistadores dorios,
eran una amenaza para Esparta, y de aquí la serie de guerras contra Argos y
Mesena, que sólo se terminó cuando los espartanos poseyeron todo el sur y
el este del Peloponeso.

Las guerras más rudas fueron las de Mesenia en el siglo VII, que duraron
cerca de veinticuatro años. Ciertos episodios eran célebres en la antigüedad,
tal como el de Aristómenes, héroe mesenio que, cogido por los espartanos y
arrojado a un precipicio, se salvó asiéndose a la cola de un zorro que le
condujo en medio de las tinieblas a la boca de su guarida.

EL EJERCITO ESPARTANO: El instrumento de aquellas conquistas fue el


ejército espartano, el primero de Grecia por su organización y disciplina. En
efecto, en los otros pueblos no se era soldado sino en caso de necesidad en
tiempo de guerra se armaba al ciudadano, y el ejército era tan solo una
guardia nacional, mientras que los espartanos eran soldados de profesión.
Acostumbrados desde su más tierna edad a la caza y a los ejercicios
violentos, permanecían después en filas hasta los sesenta años. Dos veces al
día tenían ejercicio o maniobras, y la paz la consideraban únicamente como
una preparación para la guerra.

Los espartanos combatían a pie y formaban el cuerpo de los hoplitas. estos


usaban casaca roja, coraza de bronce, casco que les protegía la cabeza y la
cara, escudo de cuero cubierto también de bronce, y canilleras o botas de
metal llamadas cnémidas, que les cubrían desde la rodilla ha la el tobillo.
Tenían por armas, espada corta, como un ‘cuchillo de caza, y la lanza que
medía más de dos metros de largo. En formación de combate se presentaban
en línea de ocho en fondo; unidos los escudos unos contra Otros, formaban
delante de los hombres una verdadera muralla. Dispuestos así en falange, y
coronados de flores, acometían al enemigo al son de las flautas y cantando
un canto de guerra llamado pean. Pero no empezaban el ataque sino después
de haber sacrificado una cabra M buscado presagios en las entrañas de la
víctima. Pasaban por invencibles a causa de su reputada fuerza y de su gran
bravura.

La falange se dividía en batallones y en escuadras. Estas división era útil en


las expediciones poco importantes y en los ejercicios, en los cuales
desplegaban tal precisión que los otros griegos estaban maravillados. En
realidad, los espartanos no tenían igual para las instrucciones de soldados y
de compañía. En cuanto al arte de combatir, este se resumía en ir a la carga.
La fuerza de las falanges espartanas residía principalmente en la costumbre
de obediencia, de honor y de sacrificio que inspiraban a los espartanos las
leyes, que llamaban leyes de Licurgo.

LICURGO: Licurgo vivió,, según se dice, en el siglo IX. Era un hombre


honrado, puesto que, siendo de familia: real, había rehusado aceptar el titulo
de rey en beneficio de un sobrino suyo del cual era tutor. Era un sabio, es
decir un hombre instruido, porque había viajado por Creta, Egipto y Asia. Los
espartanos, que se deshacían en guerras civiles, le pidieron leyes. Licurgo
consultó en primer lugar el oráculo de Delfos que le animé llamándole amigo
de los dioses. Redactó entonces la constitución que lleva su nombre y,
después de haber hecho que los espartanos juraran respetarla hasta que él
regresara, partió para no volver más. Esto es, sin duda, una leyenda, y hasta
es posible que el mismo Licurgo no existiera; pero las leyes llamadas de
Licurgo no dejaron por eso de ser la constitución de Esparta.

HOPLITAS EN MARCHA. Las leyes de Licurgo eran un conjuntoo de


prescripciones minuciosas relativas no solamente al gobierno y a la
administración del estado, sino también a la vida de los particulares y a la
educación de los niños. Tuvieron por objeto:

1-Establecer en Esparta la autoridad de la aristocracia

2-Asegurar a los espartanos las tierras conquistadas a través de una


excelente formación militar.

EL GOBIERNO: Antes de Licurgo, Esparta estaba gobernada por das reyes


omnipotentes. Licurgo hizo de ellos personajes representativos, sin autoridad
real. Los dos reyes fueron jefes de la religión y del ejército. Celebraban
sacrificios y mandaban los ejércitos; en realidad, eran como los modernos
reyes de Bélgica o de Inglaterra reinaban pero no gobernaban. El gobierno
estaba en manos del Senado, consejo de 28 miembros, todos nobles y de
sesenta años de edad. El Senado proponía y redactaba las leyes y después
las sometía a la Asamblea del Pueblo, que se reunía una vez por mes. No
habla allí discusiones y el pueblo manifestaba su acuerdo por medio de
aclamaciones. Más tarde, el pueblo nombró cada año cinco Éforos o
vigilantes, cuya función consistía en intervenir en los actos de los reyes y de
los demás magistrados, que podían suspender o condenar; a además,
acompañaban al ejército en campaña. De aquí que en Esparta el poder no
perteneciese al pueblo ni a los reyes, sino a la aristocracia.

LEYES CIVILES: En teoría, los ciudadanos eran todos iguales, como los
soldados de un regimiento. Licurgo quiso que no hubiese en Esparta ni ricos
ni pobres, y distribuyó las tierras por lotes entre los ciudadanos, con
prohibición expresa de venderlas. Los productos del suelo cultivado por los
ilotas debían bastar a sus necesidades, y todo oficio les estaba vedado. De
esta manera, desembarazados los espartanos del cuidado de ganarse el
sustento, podían consagrarse enteramente a los deberes militares. Para
evitar que se enriquecieran, estaban obligados a servirse’ exclusivamente de
la moneda de bronce, que era pesada en extremo y tenía poco valor. A pesar
de todo, hubo desigualdad en las fortunas y se formó en Esparta una
aristocracia rica, cuyos miembros, y sólo ellos, se llamaban iguales.

EDUCACION DE LOS NIÑOS: El niño, destinado a ser un soldado, pertenecía


más al estado que a su familia, al nacer era examinado por los ancianos de la
tribu, que lo devolvían a la madre si estaba bien constituido; en caso
contrario lo hacían arrojar aun abismo del Taigeto. Todas las madres
educaban a sus hijos de la misma manera; no los envolvían y los
acostumbraban a comer de todo y a no tener miedo de nada. Al cumplir el
niño los siete años se entregaba al estado; el niño era entonces como un hijo
de regimiento, que desde’ luego formaba parte de una clase mandada por el
que se habla mostrado superior a los Otros alumnos por su inteligencia y su
fuerza.

El estudio se tenía en poco en este género de educación. Se limitaba a


enseñar a los niños a cantar y a explicarse con precisión; tratábase sobre
todo de dar fortaleza y flexibilidad al cuerpo. Gracias a un’a serie de
ejercicios graduados, los niños aprendían a correr, saltar y lanzar el disco o la
jabalina. Después se ejercitaban en el manejo de las armas y en la danza
guerrera llamada pirrica. Así se les acostumbraba a soportar’ sin quejarse el
dolor, el frío y el calor, el hambre y la sed, la fatiga y Llevaban el mismo
vestido en todas las estaciones, se acostarían sobre cañas que ellos mismos
cortaban en el Eurotas, y no se lavaban ni perfumaban sino en los días de
grandes fiestas. Se les alimentaba mal y les era permitido robar para aplacar
el hambre; pero, silos encontraban robando, eran castigados severamente.
Uno de ellos, que habla ocultado un zorro vivo bajo su túnica, se dejó morder
el vientre antes que confesar el robo. Había también concursos de resistencia
a los porrazo. Cada año recibían una vuelta de azotes delante del altar de
Artemisa, y el vencedor era quien tardaba más en quejarse; sucedió que
murieron algunos niños sin prorrumpir un quejido.

Estos niños tenían aspecto grave y ademanes mesurados. ‘Caminaban con


los ojos bajos, y no tomaban la palabra sino cuando eran interrogados. Esta
educación de hierro los preparaba a la disciplina militar.

VIDA DE LOS HOMBRES: Los jóvenes formaban parte del ejército a los diez y
siete años; a los treinta eran considerados como ciudadanos y debían
contraer matrimonio, sin dejar por ello de pertenecer al estado. El empleo del
tiempo estaba fijado por los reglamentos. Llevaban uniforme y debían asistir
todos los días a los ejercicios, consistentes en carreras, saltos y manejo de
las armas. A este respecto, la institución más curiosa era la de las comidas
publicas, que eran obligatorias para todos los espartanos, aun para los reyes;
sin embargo, no se celebraban diariamente.

En esas comidas, los hombres se agrupaban por escuadras de a 15, y los que
las componían eran en la guerra compañeros de tienda de campaña. Esas
escuadras eran circulos a los que era muy difícil entrar y en los que se
procedía a votación para aceptar un nuevo miembro, como sucede en los
cuerpos de oficiales en Alemania. En las comidas públicas se comía la sopa
negra, guisado célebre en toda Grecia, hecho con pedacitos de carne, grasa
de cerdo, vinagre y sal. Pero la minuta podía aumentarse con productos de
caza o con carne de las victimas, cuando había habido un sacrificio.

A esa vida austera debían los espartanos el carácter grave y digno -que
tenían. Diriase que los envaraba su compostura heroica de viejos veteranos
que afectan despreciar todo lo que los demás hombres aprendan o temen. No
se inclinaban sino delante de los ancianos, que respetaban como a sus
padres. Su lenguaje era voluntariamente rudo y sencillo, y su manera de
responder, a la vez corta y mordaz, ha llegado hasta nosotros con el nombre
de laconismo. Un argivo decía un día « Existen entre nosotros muchas
sepulturas de espartanos », y un espartano le respondió "Entre nosotros no
existe ni una sola de argivo" Filipo de Macedonia escribió a los espartanos : «
Si entro en Laconia, destruiré vuestra ciudad. » — "Si... " respondieron los
espartanos.
LAS MUJERES: Las jóvenes no eran educadas en Esparta menos severamente
que los jóvenes. Estaban sometidas a los mismos ejercicios de los varones y
asistían a sus concursos. Su vestido, que bajaba apenas hasta la rodilla, les
permitía libertad en los movimientos. Su vida de ejercicios era motivo de
burlas entre los demás griegos, que tenían a sus hijas cuidadosamente
encerradas. Una vez casadas, resultaban esposas y madres de soldados. Eran
muy reputadas por su energía y su abnegación. El amor maternal, en
aquellas mujeres estaba supeditado por el amor a la patria; hubo alguna q’ue
al saber al mismo tiempo la muerte de sus cinco hijos y la victoria de Esparta,
exclamó « Tanto mejor: demos gracias a los dioses! », y otra que mató a su
Hijo porque huyó del campo de batalla.

Lo que más caracteriza la condición de la mujer en la antigua Grecia es su


constante estado de menor edad. En su existencia no había un solo momento
en que gozara de los derechos civiles del ciudadano, pues siempre tenía un
dueño que la gobernara. Cuando joven, dependía de su padre; casada
pertenecía a su marido; viuda, estaba sometida a sus parientes o a sus hijos.
Pero si hemos de juzgar por las pinturas de los poetas y por algunas
anécdotas publicadas por los historiadores, diremos que la mujer tenía
frecuentemente en la casa una autoridad considerable; tanto es así, que
algunos personajes de comedia se quejan una vez casados, de tener no una
mujer, sino una dueña imperiosa.

Jenofonte, en su tratado de Economía, nos describe un matrimonio ateniense


tal como él lo concibe. Quiere que la mujer sea soberana en su casa, que
tenga la dirección ae los esclavos y arregle a su antojo los gastos de la
familia. Mas, a pesar de su empeño, no consigue presentar a la mujer griega
sino como una buena gobernante. Salvo quizá en Esparta, donde la mujer,
como hemos visto antes, era la primera en hacer que sus hijos fueran buenos
soldados y buenos ciudadanos, las mujeres griegas representaron en la
sociedad un papel harto secundario, su vida transcurría sosegada, monótona
y obscuramente; las futilezas ocupaban para ellas un puesto más preferente
que las ocupaciones más serias e importantes.

Mientras duró Esparta, la mujer permaneció fiel a la educación y a las


costumbres particulares del estado. Muchas modificaciones se introdujeron
en las leyes políticas o civiles de Licurgo; pero la regla de vida que él había
impuesto a los espartanos se mantuvo e hizo de ellos los primeros soldados
de Grecia y los verdaderos maestros de heroísmo de la humanidad.

Aristocracia: El gobierno de los mejores: Los reyes perdieron el poder a favor


de la aristocracia que eran los más capacitados para dirigir, poseían tierras y
podían adquirir las armas imprescindibles para defender la ciudad, los que
ostentaban el poder se llamaban Arcontes, al principio el cargo era vitalicio,
hasta que en el siglo VIII a. C.C. su gobierno se limitó a una década. Antiguos
Arcontes de conducta irreprochable formaban el Areópago, un tribunal que
juzgaba causas civiles y militares; las otras dos instituciones eran la Bulé, de
carácter legislativo formada por 400 ciudadanos elegidos anual mente, y la
ecclesia constituida por todos los ciudadanos y que votaba las leyes
presentadas por la Bulé.

A finales del siglo sexto se promulgó la primera legislación de la ciudad de


Atenas, el código de Dracón. Solón realizó una serie de reformas que podían
considerarse como un intento de organizar una democracia, suprimió la
esclavitud por deudas y terminó la lucha entre los grandes propietarios y la
burguesía. Estas reformas no fueron duraderas.

Atenas, al igual que otras muchas ciudades griegas, vivió bajo el gobierno de
un tirano que por el empuje de las clases populares facilitó su ascensión al
gobierno; paradójicamente estos abrieron el paso hacia la democracia, el
tirano más importante fue Pisístrato (560-527 a. C.C.) quien hizo posible el
poderío posterior de esta polis

Democracia ateniense: La reforma de Clistenes (510) fue un paso decisivo


para la democratización, distribuyó los demos del Ática en diez tribus
eliminando la división anterior entre el campo, la costa y la montaña; creo el
consejo de los 500 que proponían las leyes y era la suprema autoridad
administrativa, la democracia griega llego a su máxima expresión con
Pericles (443-430)

Pero la democracia griega era restringida de los 400000 habitantes que tenia
Atenas en el siglo V a. C.C. solo la décima parte gozaba de los derechos
civiles y políticos, los organismos de la democracia Ateniense era la ecclesia
y el Bulé, Pericles logro que las decisiones políticas y las concesiones de
derechos pasaran por estas instituciones y por el tribunal popular de los
heliastas. Por primera vez los miembros de setos dos tribunales cobraron
dietas, que eran pagadas con los tributos federales; la evolución democrática
concluyó con la admisión de los miembros de la tercera clase, los zeugitas
entre los Arcontes. La responsabilidad política había pasado de la aristocracia
a los ciudadanos.

Las tiranías: La era de los tiranos griegos (650-500 a. C.) destaca por los
avances logrados en la civilización helénica. El título de tirano implicaba el
acceso ilegal al poder, no el abuso del mismo. En general, tiranos como
Periandro de Corinto, Gelón de Siracusa y Polícrates de Samos (reinó entre
535 a. C.-522 a. C.) fueron gobernantes sabios y populares. El comercio y la
artesanía prosperaron. Con el nacimiento de la fuerza política y económica
llegó el florecimiento de la cultura helénica, de un modo especial en Jonia,
donde empezaba a surgir la filosofía griega con Tales de Mileto, Anaximandro
y Anaxímenes.

El desarrollo de objetivos culturales comunes a todas las ciudades helénicas


fue uno de los factores que dieron cierta cohesión a la antigua Grecia a pesar
de la división política existente. En este sentido contribuyó la lengua griega,
cuyos muchos dialectos se entendían en cualquier parte del país o en
cualquier colonia. El tercer aspecto a tener en cuenta fue la religión griega
que todos los helenos compartían: el santuario de Delfos fue el mayor y más
respetado. En torno a la religión, los griegos también tenían cuatro festivales
nacionales, llamados juegos (los olímpicos, los ístmicos, los pitios y nemeos).

Los Juegos Olímpicos eran tan importantes que muchos griegos remontan sus
cálculos históricos a la Primera Olimpiada (el periodo de cuatro años entre la
celebración de los Juegos Olímpicos) celebrada en el año 776 a. C.
Relacionada con la religión, en origen al menos, estaba la Liga de Anfictionía,
organización de tribus helenas que se creó para la protección y
administración de los santuarios.

De la democracia a la monarquía: Las ciudades-estado se unificaron en cierta


medida. Entre los siglos VIII y VI a. C., Atenas y Esparta se habían convertido
en las dos ciudades hegemónicas de Grecia. Cada uno de estos grandes
estados absorbió a sus débiles vecinos en una liga o confederación dirigida
bajo su control. Esparta, estado militarizado y aristocrático, estableció su
poder a base de conquistas y gobernó sus estados súbditos con un control
muy estricto. La unificación del Ática, por el contrario, se realizó de forma
pacífica y de mutuo acuerdo bajo la dirección de Atenas; se otorgó la
ciudadanía ateniense a los habitantes de las pequeñas ciudades. Los nobles,
o eupátridas, abolieron en el 638 a. C. la monarquía hereditaria y gobernaron
Atenas hasta mediados del siglo VI a. C.

Los eupátridas retuvieron autoridad plena gracias a su poder supremo para


disponer de la justicia, a menudo de forma arbitraria. En el 621 a. C. el
político Dracón (finales del siglo VII a. C.) codificó la ley ateniense, por la que
el poder judicial de los nobles quedaba limitado. Un segundo revés para el
poder hereditario de los eupátridas fue el código del político y legislador
ateniense Solón de 594 a. C., que no era sino una reforma del código
draconiano y que otorgaba la ciudadanía a las clases bajas. Durante el
brillante y prudente mando del tirano Pisístrato, las formas de gobierno
empezaron a adoptar elementos democráticos. Hipias e Hiparco, hijos de
Pisístrato, heredaron el poder de su padre pero fueron más déspotas. Hipias,
que murió después que su hermano, fue expulsado por una insurrección
popular en el 510 a. C. Durante el consiguiente conflicto político, los
partidarios de la democracia obtuvieron, bajo el mando del político Clístenes
de Sición, la victoria total y, alrededor del 502 a. C., comenzaba una nueva
etapa política, basada en principios democráticos.

El comienzo del gobierno democrático supuso el más brillante periodo de la


historia de Atenas. Florecieron el comercio y la agricultura. Más aún, el centro
de las artes y la cultura intelectual, que entonces estaba en las ciudades de
la costa de Asia Menor, pronto se trasladó a Atenas. (Ver: Origen del
Ostracismo)

Estados en guerra: Hacia el siglo V los políticos de las ciudades estado se


habían polarizado hasta llegar a la confrontación entre Esparta y Atenas a
comienzos de este siglo, Atenas y Esparta dejaron de lado sus diferencias
para enfrentar la invasión de la Persia Aqueménida. Una fuerza
expedicionaria Persa fue derrotada por Atenas en Maratón en el año 490 a. C.

Diez años después, una confederación encabezada por Atenas y Esparta


derrotó a una invasión mucho mayor en la batalla naval de Salamina y en la
batalla terrestre de Platea, al año siguiente las décadas posteriores a esta
espectacular victoria fueron testigo del poder económico y naval de Atenas
para edificar una supremacía sobre algunos de sus antiguos aliados
marítimos, esto llevo inevitablemente, a una ultima prueba de fuerza con
Esparta y sus aliados.

La encarecida guerra del Peloponeso, que duró 27 años (431 – 404 a. C.) es
relatada con suma maestría por el historiador Tucídides, esta guerra finalizó
con la derrota de Atenas sí bien esta fue la época de oro para Atenas (siglo
XV a. C.) las tragedias de Esquilo, Sófocles, la arquitectura del Partenón, etc.
Que florecieron en este siglo, es por estas extraordinarias obras que la
civilización griega a trascendido en el tiempo.

El siglo IV se inició con intrigas entre las ciudades estado griegas, Tebas
arrebató la supremacía a Esparta en la batalla de Leuctra 371 a. C.; sin
embargo a pesar del surgimiento y caída de estados individuales no existía
una hegemonía duradera, la cual fue impuesta por el poder de Macedonia, su
poder aumentó progresivamente durante el siglo IV hasta que el año 338 a.
C. en la batalla de Queronea Filipo de Macedonia puso fin a la libertad griega.

Las Guerras Médicas: Creso, rey de Lidia, conquistó las colonias griegas de
Asia Menor en el 560 a. C., en la primera parte de su reinado (560 a. C.- 546
a. C.). Creso fue un gobernador moderado, respetuoso con los helenos y
aliado de Esparta; el gobierno lidio estimuló la vida económica, política e
intelectual de las colonias. En el 546 a. C., Creso fue expulsado del trono por
Ciro II el Grande, rey de Persia. A excepción de la isla de Samos, que se
defendió con tenacidad, las ciudades griegas de Asia y las islas costeras
pasaron a formar parte del Imperio persa.

En el 499 a. C., Jonia, ayudada por Atenas y Eretria, se volvió contra Persia.
Los rebeldes tuvieron éxito, en principio, y el rey Darío I el Grande de Persia
juró vengarse. Sofocó la revuelta en el 493 a. C. y, tras saquear Mileto,
restableció su control absoluto sobre Jonia. Un año después, Mardonio, yerno
del rey, condujo una gran flota persa para conquistar Grecia, pero casi todas
sus naves fueron hundidas en el cabo de Athos. Al mismo tiempo, Darío envió
emisarios a Grecia para pedir muestras de sumisión a todas las ciudades-
estado.

Aunque la mayoría de los pequeños reinos consintieron, Esparta y Atenas se


negaron y mataron a los emisarios persas en señal de desafío. Darío,
encolerizado por tal ofensa, así como por la pérdida de su flota, preparó una
segunda expedición que partió en el 490 a. C. Después de destruir Eretria, el
ejército persa avanzó hacia la llanura de Maratón, cerca de Atenas. Los
dirigentes atenienses pidieron ayuda a Esparta, pero el mensaje llegó
durante la celebración de un festival religioso que prohibía a los espartanos
abandonar la ciudad. Sin embargo, el ejército ateniense, bajo el mando de
Milcíades el Joven, obtuvo una increíble victoria sobre una fuerza persa tres
veces mayor que la suya.

Inmediatamente Darío dispuso una tercera expedición; su hijo, Jerjes I, quien


le sucedió en el 486 a. C., reunió uno de los mayores ejércitos de toda la
época antigua. En el 481 a. C., los persas cruzaron sobre un puente de naves
el estrecho del Helesponto y marcharon en dirección al sur. La primera
batalla tuvo lugar en el paso de las Termópilas, en el 480 a. C., donde el rey
espartano Leónidas I y varios miles de soldados defendieron heroicamente el
estrecho paso. Un traidor griego condujo a los persas a otro paso que
permitía a los invasores acceder al primero por la retaguardia espartana.

Leónidas permitió a la mayoría de sus hombres retirarse, pero él y una fuerza


de 300 espartanos y 700 téspidas resistieron hasta el final y fueron
aniquilados. Los persas marcharon entonces sobre Atenas e incendiaron la
ciudad abandonada. Mientras, la flota persa persiguió a la griega hasta
Salamina, isla situada en el golfo de Egina (hoy, golfo Sarónico), cerca de
Atenas. En la contienda naval que siguió, menos de 400 barcos griegos, al
mando del político y general ateniense Temístocles, derrotaron a 1.200
embarcaciones persas. Jerjes I, que había presenciado la batalla desde su
trono de oro en una colina sobre el puerto de Salamina, huyó a Asia. Al año
siguiente, 479 a. C., el resto de las fuerzas persas fueron destruidas en Platea
y los invasores fueron expulsados definitivamente.

Hegemonía de Atenas: Como resultado de su brillante liderazgo durante las


guerras médicas, Atenas se convirtió en el estado más influyente de Grecia.
Más aún, las guerras demostraron la creciente importancia de su poder
naval, especialmente tras la batalla de Salamina. Esparta, hasta entonces el
mayor poder militar de Grecia, perdió su prestigio en favor de la flota
ateniense.

En el 478 a. C., un gran número de estados griegos formaron una alianza


voluntaria, la Liga de Delos, para expulsar a los persas de las ciudades
griegas de Asia Menor. Atenas encabezó la alianza. Las victorias de la Liga, al
mando del general Cimón, liberaron las costas de Asia Menor del dominio
persa. No obstante, Atenas extendió su poder sobre otros miembros de la
Liga de tal manera que, más que en sus aliados, se convirtieron en sus
súbditos. Los atenienses exigieron un tributo a sus antiguos confederados y
cuando Naxos intentó retirarse de la Liga, las fuerzas atenienses arrasaron la
ciudad.

El periodo de hegemonía ateniense durante el siglo V a. C. es denominado


como la ‘Edad de Oro de Atenas’. Bajo el mando de Pericles, la ciudad
alcanzó su máximo esplendor. La Constitución, reformada hacia una
democracia interna, contenía cláusulas tales como el pago por los servicios
del jurado, lo que permitía a los ciudadanos más pobres ser parte de tal
institución. Pericles se propuso hacer de Atenas la ciudad más bella del
mundo.

Se construyeron el Partenón, el Erecteion y otros grandes edificios. El teatro


griego alcanzó su máxima expresión con las obras trágicas de hombres como
Esquilo, Sófocles y Eurípides, y el autor de comedias Aristófanes. Tucídides y
Heródoto fueron famosos historiadores, y el filósofo Sócrates fue otra figura
de la Atenas de Pericles quien hizo de la ciudad un centro artístico y cultural
sin rival.

La edad de oro de Grecia: Grecia, pese a sus continuas guerras, fue la cuna
de una extraordinaria cultura. Los escultores griegos Fidias y Praxiteles
nunca fueron superados. El que sube a la Acropolis ciudad alta descubre la
armonía perfecta de las líneas puras en la esbeltez de las columnas que, a
pesar de estar semiderruidas aun ofrecen un espectáculo de maravilla

Las letras y las artes brillaron durante el siglo de Pericles, Esquilo primer gran
poeta dramático de Atenas dio a conocer sus ultimas producciones en el
preciso instante en que Pericles empezaba a imponerce; se destacaron
también Sófocle, Aristófanes, Herodoto (padre de la historia).

Hipócritas fundó la ciencia medica basada en principios que aun hoy


permanecen en vigor
Las artes del siglo de Pericles fue labrada más que por una simple
administración, por el resplandor de las letras y las artes, cuyas ruinas aun
dan la impresión de que jamas mortal alguno estuvo tan próximo a la
perfección de la belleza, con la ayuda de Fidias ilustre artista elevó
magníficos templos como el Partenón, los Propíleos y el Odeón. En ciertos
pórticos de Atenas y de Delfos, podían contemplarse maravillosas pinturas de
Polignoto, Zeuxis y Apeles considerados como los pintores más celebres de
Grecia.

Guerra del Peloponeso: A pesar de la excelente situación interna de la


ciudad, la política exterior de Atenas no era buena. Surgieron fricciones entre
los descontentos miembros de la Liga de Delos, supervisada por Atenas;
Esparta además envidiaba tal esplendor. Desde el 550 a. C. se había fundado
otra liga entre las ciudades del Peloponeso dominada por Esparta. Esta Liga
del Peloponeso empezó a oponerse a Atenas activamente. En el 431 a. C., se
produjo el enfrentamiento entre Atenas y Esparta con motivo de la ayuda
ateniense a Corcyra (hoy Corfú) durante la disputa que ésta mantenía con
Corinto, aliado de Esparta.

La Guerra del Peloponeso, sostenida entre las dos grandes confederaciones,


duró hasta el 404 a. C. y concluyó con el establecimiento de la hegemonía
espartana sobre Grecia. Al final de la guerra, Esparta promovió la oligarquía
llamada de los Treinta Tiranos para gobernar Atenas. Se crearon similares
cuerpos regentes en las ciudades e islas de Asia Menor. Pronto el dominio
espartano se mostró más duro y opresivo que el de Atenas. En el 403 a. C.,
los atenienses, bajo Trasíbulo, se sublevaron y expulsaron a la guarnición
espartana que había apoyado a los oligarcas, y restauraron la democracia y
la independencia. Otras ciudades griegas también se rebelaron contra la
hegemonía espartana.

Predominio de Esparta y Tebas: Esparta : Logrado el triunfo, Lisandro


apareció como todo poderoso y estableció por doquier gobiernos
aristocráticos iguales a los de Esparta entregó el poder en Atenas a los
treinta tiranos. Los proyectos revolucionarios internos causaron la ruina de
Lisandro que fue destituido por los Éforos y luego los treinta tiranos no
tardaron en volverse odiosos por sus crueldades y proscripciones. Trasíbulo
desterrado ateniense recuperó la ciudad y restableció la democracia.
Tebas : Esparta no disfrutó mucho de su predominio; Tebas ciudad que hasta
entonces desempeñaba un papel secundario en Grecia se levantó contra
Esparta.

Dos hombres de talento Pelópidas y Epaminondas se encargaron de esta


lucha desigual y le dieron a su patria un momento de inmortal grandeza. En
el año 371 Esparta fue vencida en Leuctra y mientras Pelópidas invadía tres
veces consecutivas el Peloponeso, Epaminondas hacia sentir su potencia en
Tesalia y Macedonia.

Pelopidas fue muerto el 364 y Epaminondas que había invadido por cuarta
ves el Peloponeso logrando otra resonante victoria en Mantinea encontró
también la muerte en el escenario del triunfo. Con la desaparición de estos
ilustres jefes Tebas perdió su grandeza luego sobrevino una especie de
acuerdo entre Esparta, Tebas y Atenas que les permitió disfrutar de la paz.

LA GUERRA DEL PELOPONESO

GUERRA DEL PELOPONESO: ESPARTA Y ATENAS ENFRENTADAS

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Guerra del Peloponeso: A pesar de la excelente situación interna de la


ciudad, la política exterior de Atenas no era buena. Surgieron fricciones entre
los descontentos miembros de la Liga de Delos, supervisada por Atenas;
Esparta además envidiaba tal esplendor. Desde el 550 a. C. se había fundado
otra liga entre las ciudades del Peloponeso dominada por Esparta. Esta Liga
del Peloponeso empezó a oponerse a Atenas activamente. En el 431 a. C., se
produjo el enfrentamiento entre Atenas y Esparta con motivo de la ayuda
ateniense a Corcyra (hoy Corfú) durante la disputa que ésta mantenía con
Corinto, aliado de Esparta.

La Guerra del Peloponeso, sostenida entre las dos grandes confederaciones,


duró hasta el 404 a. C. y concluyó con el establecimiento de la hegemonía
espartana sobre Grecia. Al final de la guerra, Esparta promovió la oligarquía
llamada de los Treinta Tiranos para gobernar Atenas. Se crearon similares
cuerpos regentes en las ciudades e islas de Asia Menor. Pronto el dominio
espartano se mostró más duro y opresivo que el de Atenas. En el 403 a. C.,
los atenienses, bajo Trasíbulo, se sublevaron y expulsaron a la guarnición
espartana que había apoyado a los oligarcas, y restauraron la democracia y
la independencia. Otras ciudades griegas también se rebelaron contra la
hegemonía espartana.

Predominio de Esparta y Tebas: Esparta : Logrado el triunfo, Lisandro


apareció como todo poderoso y estableció por doquier gobiernos
aristocráticos iguales a los de Esparta entregó el poder en Atenas a los
treinta tiranos. Los proyectos revolucionarios internos causaron la ruina de
Lisandro que fue destituido por los Éforos y luego los treinta tiranos no
tardaron en volverse odiosos por sus crueldades y proscripciones. Trasíbulo
desterrado ateniense recuperó la ciudad y restableció la democracia.

Tebas : Esparta no disfrutó mucho de su predominio; Tebas ciudad que hasta


entonces desempeñaba un papel secundario en Grecia se levantó contra
Esparta.

Dos hombres de talento Pelópidas y Epaminondas se encargaron de esta


lucha desigual y le dieron a su patria un momento de inmortal grandeza. En
el año 371 Esparta fue vencida en Leuctra y mientras Pelópidas invadía tres
veces consecutivas el Peloponeso, Epaminondas hacia sentir su potencia en
Tesalia y Macedonia.

Pelopidas fue muerto el 364 y Epaminondas que había invadido por cuarta
ves el Peloponeso logrando otra resonante victoria en Mantinea encontró
también la muerte en el escenario del triunfo. Con la desaparición de estos
ilustres jefes Tebas perdió su grandeza luego sobrevino una especie de
acuerdo entre Esparta, Tebas y Atenas que les permitió disfrutar de la paz.

Ampliar Guerra del Peloponeso

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Nuevas alianzas: Los estados griegos empezaron a buscar por


separado la ayuda de su tradicional enemigo, Persia. En el 399 a. C., los
ejércitos

persas saquearon la costa de Asia Menor, provocando que Esparta enviara


un ejército. Aunque éste tuvo cierto éxito, se vio obligado a regresar en el
395 a. C. para hacer frente a la coalición de Argos, Atenas, Corinto y Tebas.

El conflicto que siguió, las Guerras Corintias, continuó por medio de pequeñas
contiendas y escaramuzas hasta el 387 a. C., cuando Esparta, aliada de
Persia, impuso la Paz de Antálcidas sobre sus discrepantes estados súbditos.
Según las condiciones del asentamiento persa-lacedemonio, se cedía toda la
costa oeste de Asia Menor a Persia y se otorgaba la autonomía a las
ciudades-estado de Grecia. A pesar del acuerdo, Esparta invadió Tebas en el
382 a. C. y tomó la ciudad de Olinto, al norte.

El general de Tebas Pelópidas, respaldado por Atenas, dirigió tres años


después un levantamiento que expulsó a las fuerzas de ocupación
espartanas. La guerra entre Esparta y Atenas, aliada con Tebas, continuó y
llegó a su fin con la batalla de Leuctra, en el 371 a. C., en la que los tebanos,
al mando de Epaminondas, derrotaron por completo a sus enemigos y
pusieron fin definitivamente a la dominación espartana.

Tebas, en virtud de su victoria, se convirtió en el primer estado de Grecia, e


inauguró un periodo de malestar civil y miseria económica resultado de las
luchas previas. Atenas, en concreto, se negó a someterse a la supremacía de
Tebas y, en el 369 a. C., se alió con Esparta. Para mayor inseguridad, la
hegemonía de Tebas dependía principalmente de la brillante regencia de
Epaminondas y cuando éste murió, en la batalla de Mantinea (362 a. C.),
Tebas se vio privada de su breve hegemonía.

Tradicionalmente existe una división social característica en el mundo griego


entre las dos polis principales y rivales entre sí: Atenas y Esparta.

SOCIEDAD ESPARTANA: La sociedad espartana está caracterizada por su


rigidez. En todo el territorio espartano la sociedad estaba dividida en tres
categorías:

Los iguales: Los ciudadanos, llamados los iguales, tenían plenos derechos y
siempre constituyeron una minoría privilegiada dentro de la población. Eran
los propietarios de las tierras. Participaban de los órganos de gobierno e
integraban el ejército. Aunque teóricamente todos tenían los mismos bienes y
derechos, en la realidad una minoría poseía las mayores riquezas y ejercía el
poder político.

Los periecos: Eran una parte de la antigua población conquistada por los
espartanos, y los llamaban así porque vivían, en general, fuera de la ciudad,
en los alrededores (peri, en griego, significa alrededor). Conservaban su
libertad personal y su propia organización comunitaria, pero no podían
participar del ejército (salvo excepciones). Realizaban las actividades
comerciales y las producciones artesanales y proveían a todas las
necesidades de los espartanos. También debían pagar impuestos al Estado.

Los ilotas: Estaban reducidos a un estado de semiesclavitud. Eran asig1


nados a las tierras de los espartanos, trabajaban en ellas y recibían una
pequeña parte del producto. En la antigüedad, cuando se esclavizaba a los
habitantes de una región, en general se los vendía o se los dispersaba. Los
espartanos, en cambio, habían decidido conservarlos, dominados pero en sus
tierras de origen. Las consecuencias de esta decisión fueron las constantes
revueltas de ilotas que los espartanos tuvieron que sofocar. Esta situación de
constante amenaza explica por qué los ciudadanos de Esparta recibían
entrenamiento militar desde la infancia.

Los espartanos eran educados para formar parte del ejército. Los niños con
buena salud eran entregados a la madre, pero discapacitados eran arrojados
al barranco del Taigeto. A los siete años, niños y niñas iniciaban su
adiestramiento físico a cargo del Estado mediante carreras, saltos, manejo de
las armas o lanzamiento de jabalina.

La música formaba parte del adiestramiento ya que consideraban que los


ejércitos entonando una canción marcial asustaban al enemigo. Las
adolescentes abandonaban el adiestramiento para ser educadas como
madres de soldados. Durante trece años los muchachos se preparaban,
teniendo que vivir una temporada en solitario en el campo y matar al menos
a un ilota. Entre los 20 y 30 años se integraban en el ejército donde
continuaban su perfeccionamiento militar. A los 30 años alcanzaban la edad
adulta y pasaban a desempeñar cargos públicos hasta los 60. Los ciudadanos
espartanos se regían por una constitución en la que se reflejan las
instituciones que forman el poder en la polis.

De Fuente de la Epoca:

La Educación en Esparta:

“Quiero mostrar cómo se practica la educación en Esparto y en otros


lugares." Los griegos que pretenden educar mejor a sus hijos, tan pronto
como los niños comprenden el sentido de las palabras, los colocan al cuidado
de pedagogos que son esclavos y bien pronto los envían a las escuelas para
aprender las letras y fa música. Pero Licurgo, en lugar de dejar que cada uno
dé a sus hijos esclavos como pedagogos, encargó la educación de los hijos de
todos a uno de los ciudadanos, al que se lo reviste de la más alta
magistratura: se llama el pedonomo. Le ha dado todo el poder para reunir a
los niños, vigilarlos y, si el caso lo exige, castigar severamente sus
negligencias. Al pedonomo lo acompañan jóvenes portadores de látigos, para
aplicar los castigos necesarios. Así se ve en Esparto mucho respeto unido a
mucha obediencia. A fin de que aun en ausencia del pedonomo los niños no
permanezcan sin dirección, Licurgo ha dado a cualquier ciudadano que se
encontrara presente, pleno poder para indicarles lo que considere bueno y
para castigarlos en caso de falta. Ha conseguido, as,, volver a los niñas más
respetuosos. En Esparto, en efecto, no hay nada que respeten tanto los niños
y los hombres como a sus jefes.”

Licurgo: Fue un personaje de la época que vivió en el siglo IX a.C. y obtuvo la


promesa de su pueblo que sus leyes servirían para siempre

SOCIEDAD ATENIENSE: La sociedad ateniense de la época clásica viene


determinada por la división entre hombres libres y esclavos, a pesar del
sistema democrático vigente. La población de Atenas estaba compuesta por
hombres que tenían tres diferentes condiciones legales.

Los ciudadanos: En una población de alrededor de 250.000 habitantes,


algunos historiadores han calculado en 40.000 el número de ciudadanos,
incluidos las esposas y los hijos, que no tenían representación política. Los
ciudadanos eran los únicos habitantes que tenían derecho a adquirir una
finca y poseer tierras en el Ática. Aunque entre ellos había un grupo
importante de hombres ricos, la mayoría eran pequeños y medianos
propietarios de tierras.

Los metecos: Era un grupo muy activo constituido por hombres libres,
extranjeros, griegos nacidos en otras polis y no griegos. Se dedicaban al
comercio y a las artesanías. Era muy difícil que pudieran acceder a la
propiedad de la tierra, y vivían sobre todo cerca de los puertos y en Atenas.
Durante el siglo V a.C. su número fue superior a los 70.000, incluidas sus
familias. Eran los grandes importadores de alimentos y productos
manufacturados y los dueños de los principales talleres. También había
metecos dedicados a las profesiones liberales o a actividades intelectuales.
Tenían que pagar impuestos, que aunque no eran muy elevados, marcaban
su condición de inferioridad respecto de los ciudadanos. No podían votar ni
participar en ninguna de las instituciones del Estado.

Los esclavos: El grupo más numeroso era el de los esclavos. Se cree que su
número superaba los 140.000 en este período. Carecían de todos los
derechos políticos: eran propiedad de sus amos. Tampoco participaban de las
guerras. Podían comprar su libertad con su trabajo y pasar a la categoría de
metecos, aunque esta situación no era común. La mayoría de los esclavos no
eran griegos, y habían sido comprados por los ciudadanos.

La educación ateniense era diferente a la espartana. Los niños acudían a la


escuela a los siete años, iniciándose en primer lugar en las humanidades y
después en los deportes, entre los 12 y los 14 años. A los 18 eran declarados
efebos, siendo desde ese momento el Estado quien se ocupaba de su
educación militar, política y administrativa durante tres años. A los 21 eran
declarados ciudadanos de pleno derecho. La democracia ateniense sólo
implicaba a los ciudadanos en las tareas de gobierno y en la elaboración de
las leyes. Todos los ciudadanos eran iguales ante la ley, sólo existía
diferenciación económica entre ellos. La elección de cargos públicos se
realizaba por sorteo, remunerando a aquellos ciudadanos que no tenían
posibles suficientes para dedicarse en exclusiva a la política. De esta manera
se impedía que los poderosos coparan los cargos más importantes.

ESPARTA: Entre todas las ciudades griegas, Atenas y Esparta han


representado un papel preponderante. De aquí que los latinos las llamasen
los dos ojos de Grecia, y nos interesen, porque la rivalidad de entre ambas es
el fundamento de la historia griega. En Atenas, el hombre fue principalmente
un ciudadano apasionado de la libertad política, de la actividad comercial, del
arte y de la literatura. En Esparta, fue únicamente un soldado que se ejercité
sin descanso en las virtudes militares y estuvo siempre dispuesto a dar su
vida por la patria.

Esparta o Lacedemonia, capital de la Laconia, fue una a modo de ciudad


cuartel. Más bien que una ciudad, era un grupo de cinco aldeas situadas en
las orillas pantanosas del Eurotas, que baja torrentoso de la meseta de
Arcadia y atraviesa mansamente a Laconia. Esparta no estuvo nunca cercada
de murallas, porque no tuvo necesidad de ellas. Laconia, cuyo centro lo
&upaba Esparta, está, en efecto, rodeada de montañas; éstas son bastante
altas y permiten que la nieve permanezca ah casi todo el año; además, las
sen das transitables son muy raras y es muy fácil defender’ los desfiladeros.
Ahora, si se añade que el valle del Eurotas es fértil y pueda alimentar la
población, se comprenderá que Esparta fuera un campo atrincherado natural,
en e que vivió un pueblo de soldados.

LOS ESPARTANOS: Los espartanos formaron parte de una invasión de dorios


griegos del norte que, echados de su país por los tesalios, acometieron las
penínsulas del Peloponeso y conquistaron las ciudades de los aqueos. Los
dorios de Esparta tomaron el nombre de espartanos. Menos numerosos que
los vencidos, hubieron que estar constantemente sobre las armas en medio
de aquellas poblaciones sojuzgadas, a fin de conservar lo que habían
conquistado.

Por consiguiente no les fue posible labrar la tierra no dedicarse al comercio.


Fueron un ejercito invasor que vivía de lo que le daba el suelo gracias al
trabajo de los vencidos y cuyo exclusivo oficio era la guerra. Todo en ellos
era preparación militar. Fueron los guerreros mejor adiestrados y más
heroicos de Grecia; pero desdeñaron el bienestar y la cultura intelectual
porque, según ellos, corrompían las virtudes marciales. Su ideal consistió en
formar una comunidad militar en la que cada cual, por disciplina, tuviera
orgullo en sacrificar su libertad y su vida por el interés superior del estado.

LACONIOS PERIECOS E ILOTAS: El territorio de Laconia, dividido en lotes que


no podían venderse ni cederse, fue propiedad de los vencedores. Los
habitantes de la llanura continuaron viviendo en su antiguo suelo en
condición muy parecida a la esclavitud. Los de las montañas y del litoral,
sometidos posteriormente, fueron tratados con menos dureza. En la
población de Laconia hubo, pues, tres clases los espartanos (9,000
aproximadamente), los periecos (30,000) y los ilotas (unos 200,000). Sólo el
espartano tenía derecho de ciudadanía; los periecos y los ilotas no eran sino
súbditos.

Los periecos, es decir, la gente de alrededor, habitabais la frontera


montañosa y marítima de Laconia, y parecen haber sido descendientes de los
antiguos señores del país. Estaban repartidos en unos cien pueblos que se
administraban por sí mismos. Podían poseer libremente sus tierras y gozar
del fruto de su trabajo. Se dedicaban a la agricultura al comercio, a la
industria, a la navegación y a todas las ocupacio9es prohibidas a los
espartanos. Pagaban los impuestos y tenían obligación de servir en el
ejército; no por ello les concedían el menor derecho político.

Los ilotas eran los antiguos laconios del valle. Los espartanos hicieron de
ellos siervos, es decir, mitad libres y mitad esclavos. No vivían agrupados en
pueblos, sino que habitaban en cabañas aisladas que podían edificar en las
tierras que labraban, tierras que no les pertenecían, antes bien, eran ellos
quienes pertenecían a la tierra y formaban parte de la propiedad. Cada año
debían dar una parte de la cosecha a los dueños del fundo, pudiendo
reservarse la otra parte. El único derecho que tenían era el de no poder ser
vendidos.

Los espartanos trataban mal a esos infelices; en la guerra, empleándolos


como sirvientes del ejército; en la paz, obligándolos a lleva vestidos
especiales, y hasta prohibiéndoles cantar ninguna canción guerrera.
Frecuentemente los forzaban a beber hasta la embriaguez para que el
espectáculo de su degradación repugnase a sus propios hijos. A pesar de los
malos tratos, los señores consideraban que era un peligro el hecho de que
fueran tan numerosos, y les daban muerte valiéndose del menor pretexto. Se
condenaba a muerte al ilota que poseía un arma o que se encontraba fuera
de su casa después de la puesta del sol.

Su suerte era la misma que hoy cabe al labriego cristiano en Turquía


europea. Todos los años y cada vez que los nuevos magistrados tomaban
posesión de sus cargos, la gente joven tenía derecho de cazar ilotas,
procedimiento que llamaban criptia, es decir, matanza secreta. El régimen de
terror aplicado al ilota daba terror en esta clase social a sentimientos de odio
y de vengaza. « Inmediatamente que se les hablaba de los espartanos, dice
el historiador griego Jenofonte, no había uno que supiese ocultar el gusto que
tendrían en comérselos vivos. »

FORMACION DEL PODER DE ESPARTA: Un estado militar como era éste, no


podía soportar ni vecinos poderosos ni súbditos rebeldes. Las dos penínsulas
de Laconia, Argólide y Mesenia, habitadas por otros conquistadores dorios,
eran una amenaza para Esparta, y de aquí la serie de guerras contra Argos y
Mesena, que sólo se terminó cuando los espartanos poseyeron todo el sur y
el este del Peloponeso.

Las guerras más rudas fueron las de Mesenia en el siglo VII, que duraron
cerca de veinticuatro años. Ciertos episodios eran célebres en la antigüedad,
tal como el de Aristómenes, héroe mesenio que, cogido por los espartanos y
arrojado a un precipicio, se salvó asiéndose a la cola de un zorro que le
condujo en medio de las tinieblas a la boca de su guarida.

EL EJERCITO ESPARTANO: El instrumento de aquellas conquistas fue el


ejército espartano, el primero de Grecia por su organización y disciplina. En
efecto, en los otros pueblos no se era soldado sino en caso de necesidad en
tiempo de guerra se armaba al ciudadano, y el ejército era tan solo una
guardia nacional, mientras que los espartanos eran soldados de profesión.
Acostumbrados desde su más tierna edad a la caza y a los ejercicios
violentos, permanecían después en filas hasta los sesenta años. Dos veces al
día tenían ejercicio o maniobras, y la paz la consideraban únicamente como
una preparación para la guerra.

Los espartanos combatían a pie y formaban el cuerpo de los hoplitas. estos


usaban casaca roja, coraza de bronce, casco que les protegía la cabeza y la
cara, escudo de cuero cubierto también de bronce, y canilleras o botas de
metal llamadas cnémidas, que les cubrían desde la rodilla ha la el tobillo.
Tenían por armas, espada corta, como un ‘cuchillo de caza, y la lanza que
medía más de dos metros de largo. En formación de combate se presentaban
en línea de ocho en fondo; unidos los escudos unos contra Otros, formaban
delante de los hombres una verdadera muralla. Dispuestos así en falange, y
coronados de flores, acometían al enemigo al son de las flautas y cantando
un canto de guerra llamado pean. Pero no empezaban el ataque sino después
de haber sacrificado una cabra M buscado presagios en las entrañas de la
víctima. Pasaban por invencibles a causa de su reputada fuerza y de su gran
bravura.

La falange se dividía en batallones y en escuadras. Estas división era útil en


las expediciones poco importantes y en los ejercicios, en los cuales
desplegaban tal precisión que los otros griegos estaban maravillados. En
realidad, los espartanos no tenían igual para las instrucciones de soldados y
de compañía. En cuanto al arte de combatir, este se resumía en ir a la carga.
La fuerza de las falanges espartanas residía principalmente en la costumbre
de obediencia, de honor y de sacrificio que inspiraban a los espartanos las
leyes, que llamaban leyes de Licurgo.

LICURGO: Licurgo vivió,, según se dice, en el siglo IX. Era un hombre


honrado, puesto que, siendo de familia: real, había rehusado aceptar el titulo
de rey en beneficio de un sobrino suyo del cual era tutor. Era un sabio, es
decir un hombre instruido, porque había viajado por Creta, Egipto y Asia. Los
espartanos, que se deshacían en guerras civiles, le pidieron leyes. Licurgo
consultó en primer lugar el oráculo de Delfos que le animé llamándole amigo
de los dioses. Redactó entonces la constitución que lleva su nombre y,
después de haber hecho que los espartanos juraran respetarla hasta que él
regresara, partió para no volver más. Esto es, sin duda, una leyenda, y hasta
es posible que el mismo Licurgo no existiera; pero las leyes llamadas de
Licurgo no dejaron por eso de ser la constitución de Esparta.

HOPLITAS EN MARCHA. Las leyes de Licurgo eran un conjuntoo de


prescripciones minuciosas relativas no solamente al gobierno y a la
administración del estado, sino también a la vida de los particulares y a la
educación de los niños. Tuvieron por objeto:

1-Establecer en Esparta la autoridad de la aristocracia

2-Asegurar a los espartanos las tierras conquistadas a través de una


excelente formación militar.

EL GOBIERNO: Antes de Licurgo, Esparta estaba gobernada por das reyes


omnipotentes. Licurgo hizo de ellos personajes representativos, sin autoridad
real. Los dos reyes fueron jefes de la religión y del ejército. Celebraban
sacrificios y mandaban los ejércitos; en realidad, eran como los modernos
reyes de Bélgica o de Inglaterra reinaban pero no gobernaban. El gobierno
estaba en manos del Senado, consejo de 28 miembros, todos nobles y de
sesenta años de edad. El Senado proponía y redactaba las leyes y después
las sometía a la Asamblea del Pueblo, que se reunía una vez por mes. No
habla allí discusiones y el pueblo manifestaba su acuerdo por medio de
aclamaciones. Más tarde, el pueblo nombró cada año cinco Éforos o
vigilantes, cuya función consistía en intervenir en los actos de los reyes y de
los demás magistrados, que podían suspender o condenar; a además,
acompañaban al ejército en campaña. De aquí que en Esparta el poder no
perteneciese al pueblo ni a los reyes, sino a la aristocracia.

LEYES CIVILES: En teoría, los ciudadanos eran todos iguales, como los
soldados de un regimiento. Licurgo quiso que no hubiese en Esparta ni ricos
ni pobres, y distribuyó las tierras por lotes entre los ciudadanos, con
prohibición expresa de venderlas. Los productos del suelo cultivado por los
ilotas debían bastar a sus necesidades, y todo oficio les estaba vedado. De
esta manera, desembarazados los espartanos del cuidado de ganarse el
sustento, podían consagrarse enteramente a los deberes militares. Para
evitar que se enriquecieran, estaban obligados a servirse’ exclusivamente de
la moneda de bronce, que era pesada en extremo y tenía poco valor. A pesar
de todo, hubo desigualdad en las fortunas y se formó en Esparta una
aristocracia rica, cuyos miembros, y sólo ellos, se llamaban iguales.

EDUCACION DE LOS NIÑOS: El niño, destinado a ser un soldado, pertenecía


más al estado que a su familia, al nacer era examinado por los ancianos de la
tribu, que lo devolvían a la madre si estaba bien constituido; en caso
contrario lo hacían arrojar aun abismo del Taigeto. Todas las madres
educaban a sus hijos de la misma manera; no los envolvían y los
acostumbraban a comer de todo y a no tener miedo de nada. Al cumplir el
niño los siete años se entregaba al estado; el niño era entonces como un hijo
de regimiento, que desde’ luego formaba parte de una clase mandada por el
que se habla mostrado superior a los Otros alumnos por su inteligencia y su
fuerza.

El estudio se tenía en poco en este género de educación. Se limitaba a


enseñar a los niños a cantar y a explicarse con precisión; tratábase sobre
todo de dar fortaleza y flexibilidad al cuerpo. Gracias a un’a serie de
ejercicios graduados, los niños aprendían a correr, saltar y lanzar el disco o la
jabalina. Después se ejercitaban en el manejo de las armas y en la danza
guerrera llamada pirrica. Así se les acostumbraba a soportar’ sin quejarse el
dolor, el frío y el calor, el hambre y la sed, la fatiga y Llevaban el mismo
vestido en todas las estaciones, se acostarían sobre cañas que ellos mismos
cortaban en el Eurotas, y no se lavaban ni perfumaban sino en los días de
grandes fiestas. Se les alimentaba mal y les era permitido robar para aplacar
el hambre; pero, silos encontraban robando, eran castigados severamente.
Uno de ellos, que habla ocultado un zorro vivo bajo su túnica, se dejó morder
el vientre antes que confesar el robo. Había también concursos de resistencia
a los porrazo. Cada año recibían una vuelta de azotes delante del altar de
Artemisa, y el vencedor era quien tardaba más en quejarse; sucedió que
murieron algunos niños sin prorrumpir un quejido.

Estos niños tenían aspecto grave y ademanes mesurados. ‘Caminaban con


los ojos bajos, y no tomaban la palabra sino cuando eran interrogados. Esta
educación de hierro los preparaba a la disciplina militar.

VIDA DE LOS HOMBRES: Los jóvenes formaban parte del ejército a los diez y
siete años; a los treinta eran considerados como ciudadanos y debían
contraer matrimonio, sin dejar por ello de pertenecer al estado. El empleo del
tiempo estaba fijado por los reglamentos. Llevaban uniforme y debían asistir
todos los días a los ejercicios, consistentes en carreras, saltos y manejo de
las armas. A este respecto, la institución más curiosa era la de las comidas
publicas, que eran obligatorias para todos los espartanos, aun para los reyes;
sin embargo, no se celebraban diariamente.

En esas comidas, los hombres se agrupaban por escuadras de a 15, y los que
las componían eran en la guerra compañeros de tienda de campaña. Esas
escuadras eran circulos a los que era muy difícil entrar y en los que se
procedía a votación para aceptar un nuevo miembro, como sucede en los
cuerpos de oficiales en Alemania. En las comidas públicas se comía la sopa
negra, guisado célebre en toda Grecia, hecho con pedacitos de carne, grasa
de cerdo, vinagre y sal. Pero la minuta podía aumentarse con productos de
caza o con carne de las victimas, cuando había habido un sacrificio.

A esa vida austera debían los espartanos el carácter grave y digno -que
tenían. Diriase que los envaraba su compostura heroica de viejos veteranos
que afectan despreciar todo lo que los demás hombres aprendan o temen. No
se inclinaban sino delante de los ancianos, que respetaban como a sus
padres. Su lenguaje era voluntariamente rudo y sencillo, y su manera de
responder, a la vez corta y mordaz, ha llegado hasta nosotros con el nombre
de laconismo. Un argivo decía un día « Existen entre nosotros muchas
sepulturas de espartanos », y un espartano le respondió "Entre nosotros no
existe ni una sola de argivo" Filipo de Macedonia escribió a los espartanos : «
Si entro en Laconia, destruiré vuestra ciudad. » — "Si... " respondieron los
espartanos.
LAS MUJERES: Las jóvenes no eran educadas en Esparta menos severamente
que los jóvenes. Estaban sometidas a los mismos ejercicios de los varones y
asistían a sus concursos. Su vestido, que bajaba apenas hasta la rodilla, les
permitía libertad en los movimientos. Su vida de ejercicios era motivo de
burlas entre los demás griegos, que tenían a sus hijas cuidadosamente
encerradas. Una vez casadas, resultaban esposas y madres de soldados. Eran
muy reputadas por su energía y su abnegación. El amor maternal, en
aquellas mujeres estaba supeditado por el amor a la patria; hubo alguna q’ue
al saber al mismo tiempo la muerte de sus cinco hijos y la victoria de Esparta,
exclamó « Tanto mejor: demos gracias a los dioses! », y otra que mató a su
Hijo porque huyó del campo de batalla.

Lo que más caracteriza la condición de la mujer en la antigua Grecia es su


constante estado de menor edad. En su existencia no había un solo momento
en que gozara de los derechos civiles del ciudadano, pues siempre tenía un
dueño que la gobernara. Cuando joven, dependía de su padre; casada
pertenecía a su marido; viuda, estaba sometida a sus parientes o a sus hijos.
Pero si hemos de juzgar por las pinturas de los poetas y por algunas
anécdotas publicadas por los historiadores, diremos que la mujer tenía
frecuentemente en la casa una autoridad considerable; tanto es así, que
algunos personajes de comedia se quejan una vez casados, de tener no una
mujer, sino una dueña imperiosa.

Jenofonte, en su tratado de Economía, nos describe un matrimonio ateniense


tal como él lo concibe. Quiere que la mujer sea soberana en su casa, que
tenga la dirección ae los esclavos y arregle a su antojo los gastos de la
familia. Mas, a pesar de su empeño, no consigue presentar a la mujer griega
sino como una buena gobernante. Salvo quizá en Esparta, donde la mujer,
como hemos visto antes, era la primera en hacer que sus hijos fueran buenos
soldados y buenos ciudadanos, las mujeres griegas representaron en la
sociedad un papel harto secundario, su vida transcurría sosegada, monótona
y obscuramente; las futilezas ocupaban para ellas un puesto más preferente
que las ocupaciones más serias e importantes.

Mientras duró Esparta, la mujer permaneció fiel a la educación y a las


costumbres particulares del estado. Muchas modificaciones se introdujeron
en las leyes políticas o civiles de Licurgo; pero la regla de vida que él había
impuesto a los espartanos se mantuvo e hizo de ellos los primeros soldados
de Grecia y los verdaderos maestros de heroísmo de la humanidad.

unto a los grandes imperios del Cercano Oriente, ha existido siempre un


verdadero mosaico de pueblos menores, de historia difícil de precisar.
Aunque la mayoría de ellos han estado siempre sometidos a las grandes
potencias, no dejan, con todo, de tener su importancia, ya que puede decirse
que ellos han sido los débiles hilos con que se fue tejiendo la historia de los
grandes países. Por otra parte, han contribuido grandemente a la formación
del común patrimonio humano, pues han servido de verdadero puente entre
las viejas civilizaciones orientales y la naciente cultura griega.

De entre todos estos pueblos, vamos a referirnos, someramente, a los tres


que más han sobresalido por su importancia.

I) Los H¡titas: Fueron ellos probablemente las primeras oleadas de los


pueblos arios que a partir del año — 2000 comenzaron a desplazarse hacia la
Media luna desde el Cáucaso y el Turkestán.

Sus belicosas tribus atravesaron, como un torbellino, la Mesopotamia y se


establecieron finalmente en el Asia Menor. Allí se convirtieron en sedentarios,
y a orillas del río Halys fundaron su capital Khati o Hatusas y de la cual
derivan los nombres con que hoy se los conoce: katitas o hititas.

En pocos siglos estos pueblos lograron alcanzar un gran poderío. Hacia el año
-1600, su rey Mursil I conquistó Siria y parte de la Mesopotamia, realizando,
incluso la hazaña de apoderarse de la ciudad de Babilonia, a la que
saquearon duramente. Luego sobrevienen varios siglos de oscuridad.

Hacia -1300 los hititas conocieron un nuevo período de esplendor: sus


fronteras se extendieron hacia el sur alcanzando los limites del poderoso
Egipto. Sus más grandes reyes, Shubiluliuma, y sobre todo Katusil III someten
a su dominio a Fenicia y Canaán, llevando a su apogeo el poderío hitita.

Entonces sobreviene el final. Empeñados en guerra contra Egipto, se entabla


la gran batalla de Kadesh, cuyo resultado indeciso hace que Katusil firme un
tratado de paz desventajoso con Ramsés II. Así detenidos, los hititas ceden
nuevamente en importancia; y poco después, de su brillante imperio sólo
queda el recuerdo. La hegemonía del Asia Menor pasa a otro pequeño
pueblo.

Su Cultura: Los hititas fueron sin duda alguna los más poderosos y civilizados
de todos los pueblos del Asia Menor. Las modernas excavaciones efectuadas
en su antigua capital descubren los restos de su cultura brillantísima y
revelan que existieron estrechísimas relaciones entre los hititas y un pueblo
del Mar Egeo, los cretenses, maestros de los futuros griegos...

Se han encontrado, al mismo tiempo, más de 10.000 tablillas de arcilla,


referentes a relaciones diplomáticas, asuntos comerciales, y demás,
constituyendo un valioso archivo de documentos sobre la vida de los hititas.

Su escritura era de tipo cuneiforme, como la de los sumerios de la


Mesopotamia, y su lengua —una variante del idioma ario o indoeuropeo—
poseía muchas raíces similares a las de nuestro actual alemán o inglés.

La gran influencia ejercida en toda la antigüedad por este pueblo tiene un


origen religioso. En efecto, su máxima divinidad era la “Gran Madre”, la Luna,
encamación de todas las fuerzas germinativas y reproductoras de la tierra y
su culto daba lugar a prácticas violentas y licenciosas. Estas creencias
sirvieron de base a numerosos ritos supersticiosos que se extendieron por
todo el Oriente. Incluso, fueron asimilados por los etruscos, pueblo costero
del Asia Menor, que posteriormente emigrarán a Italia y serán los
antecesores directos de los romanos.

II) Frigia: Fueron los sucesores de los hititas en el dominio del Asia Menor.
Hacia el año -900, su capital Ancira, edificada en el lugar actualmente
ocupado por Angora (Ankara), capital de Turquía, se convirtió en el centro
político más importante del Asia Menor.

Los orígenes del poderío de Frigia están enlazados a extrañas leyendas:


Gordio, un simple campesino, se convirtió en su primer rey, por haber sido el
primer hombre llegado al templo, cierto día, de acuerdo a lo determinado por
su dios. El carro del nuevo monarca quedó consagrado a la divinidad, y un
oráculo predijo que quien lograra desatar su complicado nudo sería dueño del
mundo. Alejandro Magno lo cortó de un golpe con su espada.

El rey siguiente Midas, fue un monarca muy codicioso, llegando a pedir a los
dioses fue todo cuanto el tocara se convirtiera en oro. Para castigarlo, los
dioses le concedieron la gracia: todo cuanto tocaban sus manos se• convertía
en oro, incluso la 2omida. A punto de morir de hambre, sólo pudo librarse de
su poder bañándose en el río Pactolo, que desde entonces arrastra arenas
auríferas..

Leyendas aparte, la gran importancia de este reino consistió en que su


religión influyó notablemente en las costumbres de todos los países
orientales y además, sobre toma y Grecia.

En Frigia, la “Gran Madre” —divinidad recibida de los hititas— se denominaba


Abeles a causa de la montaña donde se hallaba su célebre santuario, y era
igualmente a encarnación de todas las fuerzas fecundantes de la naturaleza.
Los ritos sanguinarios escandalosos en honor de esta diosa y de su esposo
Atis, fueron muy populares en todo el Mediterráneo, y se puede afirmar que
en ciertas épocas, en Roma, la diosa Cibeles llegó a tener más adeptos que
los mismos dioses romanos.

III) LIdia: Hacia el año — 600 surgió este pequeño reino que pronto lograría el
dominio de toda el Asia Menor. Su primer rey Giges, tras vencer y someter a
los frigios, estableció su capital en Sardes, convirtiéndola en uno de los
mayores centros culturales del Oriente. Su sucesor Aliates, durante 40 años
engrandeció el pequeño reino llevándolo al apogeo y dejando a su hijo Creso
la fama de gobernar el estado más rico del mundo.

Muy buen administrador de su colosal fortuna, Creso fue uno de los primeros
monarcas que acuñó monedas con la garantía del gobierno. Así extendió
muchísimo el comercio por todo el Oriente, facilitando el nacimiento de las
civilizaciones mercantiles del Mediterráneo.
La caída de Creso significó el sometimiento de su patria: Atacado por Ciro,
rey del Irán, la ciudad de Sardes cayó en — 545 en manos del enemigo.
Creso se trepó sobre una pira para perecer con toda su familia, pero Ciro
ordenó apagar las llamas, le perdonó sus agravios y le nombró su tesorero,
aunque anexó todo el país a su imperio.

La cultura de Lidia nos es bien conocida: son muy numerosos los vasos,
joyas, y demás objetos artísticos que nos quedan, y todos manifiestan
claramente que ya se había producido la declinación de la influencia egipcia
y mesopotámica, para dar paso al temprano influjo de los primeros pueblos
griegos. Las viejas civilizaciones orientales estaban en decadencia, y se
asistía al nacimiento de una nueva era.

Así, los reinos del Asia Menor fueron como las avanzadas de la cultura
helena, que ya se insinuaba en el horizonte. Entonces, se hizo realidad la
amalgama del nuevo espíritu griego con las viejas civilizaciones orientales.

DOCUMENTOS: LEYENDAS

El anillo de Giges: Giges, rey de Lidia, fue un humilde pastor que alcanzó el
poder real y poseía un anillo que lo tornaba invisible.

Las orejas de Midas: En una competencia musical entre los dioses Apolo y
Pan, Midas, a quien nadie había pedido opinión, declaró que el canto de Pan
era superior al del dios del sol. Irritado Apolo por su intromisión,
considerando que sólo un asno podía opinar así, le condenó a llevar orejas de
burro eternamente. Al principio, Midas, de vuelta en su reino, pudo ocultarlas
con un amplio gorro, pero cuando tuvo que cortarse el cabello, pese que
eligió para ello a su esclavo de mayor confianza, tuvo que pedirle el más
riguroso secreto y no pudo vivir tranquilo, temiendo que el siervo lo
traicionara. El esclavo, desesperado por no poder confiar a nadie la
vergüenza de su orgulloso rey, hizo un pozo y, metiendo la cabeza adentro,
le conté a la tierra el secreto de Midas, quedando aliviado. Pero en el lugar
crecieron unas cañas y cuando el viento las agitaba, susurraban bien
claramente: “~El rey Midas tiene orejas de burro!”...
El nudo gordiano: Este nudo, imposible de deshacer, ataba al yugo, la lanza
del carro de Gordio, antiguo rey de Frigia. El oráculo pronosticó el Imperio de
Asia a quien lograra desatarlo. Como ‘no se veían los cabos, nadie conseguía
separarlo. Alejandro, rey de Macedonia, solucioné el problema, cortando el
nudo con un solo tajo de su espada.

Leyenda de Esopo: Esopo, esclavo frigio de Janto, encargado por su amo de


procurar para un banquete lo más exquisito y mejer que hubiere en el
mercado, compré sólo lenguas, que hizo aderezar de varios modos.
Disgustado el amo por, lo que creía torpeza de su esclavo, iba a castigarlo,
pero los amigos, que conocían la agudeza de Esopo, solicitaron su perdón, a
condición de que se explicara. Esopo hizo el elogio de la lengua, como el más
noble instrumento que posee el hombre. Ordenado otro día que adquiriese lo
peor del mercado, volviò a servir diversos platos de lengua. Janto, irritado, lo
reprendió, pero Esopo se disculpé graciosamente, presentando a la lengua
como el peor de los males, cuando está al servicio de la torpeza, la falsedad y
la maledicencia. Los convidados alabaron la sagacidad del esclavo frigio.

odisea iliada

La Ilíada y La Odisea, poemas épicos que se transmitieron desde la época del


antiguo cantor griego Homero, cuentan historias fantásticas sobre una guerra
entre griegos y troyanos, y sobre el regreso a casa después de terminada la
contienda. Son tan fantásticos, con sus vengativos dioses y peligros
sobrenaturales, que resulta difícil para la gente de hoy considerar real
cualquiera de sus episodios.

HOMERO:

Nombre tradicionalmente asignado al autor de las dos más grandes obras


épicas de la antigua Grecia: la ILIADA y la ODISEA. Aunque nada se conoce
de Homero, se estima que vivió entre 1159 y 865 a. de C. Muchas ciuda des
reclaman haber sido su cuna: Argos, Atenas, Rodas, Salamis, Chipre y Smirna
y algunos suponen imposible que un solo autor haya podido con se mejantes
obras.
Desde el punto de vista lingüístico e histórico, los relatos pue den situarse en
las ocupaciones griegas en Asia Menor en el siglo IX a. de C. La Ilíada cuenta
la guerra de Troya, el rapto de Elena por Paris y las hazañas de Héctor y
Aquiles.

La Odisea es el relato de los viajes de ULISES y los argonautas, la superación


del incesante e irrechazable canto de las sirenas y las ten taciones de la ninfa
Calipso, hija de Atlas, que retuvo a ULISES (también conocido como ODISEO)
durante siete años hasta que él rechazó su oferta de inmortalidad y retornó a
su fiel esposa PENÉLOPE. Considerado el más grande poeta del pasado,
según la tra dición, Homero era ciego. Su nombre ha sido usado para
calificar a otros gran des como, por ejemplo, Platón, el Homero de los
filósofos; Shakespeare, el Homero de los poetas dramáticos.

LA ILÍADA: Poema épico sobre la guerra de TROYA atribuido a HOMERO. La


obra se divide en 24 libros y sus acciones se desarrollan durante la contienda
y relata las hazañas del héroe AQUILES, el Más grande guerrero griego. La
historia co mienza sorpresivamente con las disputas entre Aquiles y el rey
Agamenón. (Los críticos latinos llaman a esta forma de iniciar los relatos in
media res, en el medio de las cosas, por oposición a ab ovo, desde el huevo o
comienzo). Como conse cuencia de aquellas desavenencias, Aquiles y su
amigo Patroclo desertan de las fuerzas griegas. Sin Aquiles, los griegos
sufren muchas pérdidas. Incapaz de se guir manteniéndose luego de que los
troyanos incendian la flota griega, Patroclo pide permiso a Aquiles para
reunirse con sus antiguas fuerzas. Aquiles acepta y le presta su escudo.
Patroclo es muerto por el héroe troyano Héctor. Aquiles, en revancha, mata
a Héctor. Después que Patroclo es enterrado, el padre de Héctor, el rey
Príamo, le pide a Aquiles el cuerpo de su hijo para darle apropiada sepul tura.
Aquiles acepta. La obra termina con los funerales de Héctor.

AQUILES:

Cuenta la mitología griega que su madre Tetis lo tomó de los talones cuando
era un bebé y lo introdujo en las aguas del río Éstige para convertir a Aquiles
en invulnerable. Lo logró. Pero Tetis olvidó que tenía a su niño tomado del
talón, punto que permaneció humanamente frágil. Adulto ya y héroe de
TROYA (véase HOMERO y LA ILÍADA) allí fue precisamente donde Aquiles
recibiría su herida fatal. Así nació la expresión "el talón de Aquiles" para
definir lugar, situación o momento de debilidad insuperable.

ODISEO: En latín, Ulises. Fue el rey de ltaca, una de las islas Jónicas (hoy
Thea k¡) y uno de los héroes de la guerra de TROYA. La Odisea de Homero
relata sus aventuras y regreso a casa con su esposa PENÉLOPE, luego de diez
años. AL principio, Odlseo/Ullses rehusó participar del ejército que atacaría
Troya, pe ro los griegos usaron a su único hijo, Telémaco, para influir en su
decisión fi nal. En la Ilíada de Homero es pintado como un héroe sagaz,
valiente y deci dido y se le adjudica la idea del caballo de Troya.

Su mujer, Penélope, es el símbolo de la fidelidad. Presionada para que


volviera a casarse porque Odiseo no retornaba de su largo viaje, ella
prometió que lo ha ría al terminar la mortaja que estaba tejiendo para
envolver el cadáver de su sue gro. Pero todas las noches subrepticiamente
destejía la labor del día y volvía a empezar a la mañana siguiente.
Finalmente, Odiseo volvió disfrazado de men digo, pero ella lo reconoció.
Penélope lo supo no sólo por intuición femenina sino porque él era el único
que podía disparar su flecha a través de 12 aros. Su perro Argus también lo
reconoció pero, conmovido, murió en el acto.

PENÉLOPE:

Esposa de ODISEO o Ulises. HOMERO en su Odisea cuenta que lleva ba sólo


un año de casada cuando su marido se marchó a la guerra a vivir dece nas
de aventuras en una ausencia que duraría diez años. Ella permaneció fiel,
rechazando a sus muchos pretendientes con la promesa de que elegiría a
uno de ellos cuando terminara de tejer la mortaja de su suegro. Penélope
tejía de día y destejía de noche. Su tela nunca terminaba de hacerse,
Abrumada por las presiones, prometió que se casaría con el hombre que
fuese capaz de doblar el arco de Odlseo. Ninguno pudo. Ulises finalmente
regresó, dobló su propio arco y mató a los pretendientes.

TELÉMACO:

Según los poemas homéricos, el verdadero y único hijo de ULISES y


PENÉLOPE. Había nacido poco antes de empezar la GUERRA DE TROYA Hay
va rios relatos populares de sus aventuras, uno de los cuales cuenta que
siendo muy niño aún, Ulises quiso evitar marchar a la guerra y se hacía pasar
por loco. Ata ba un asno y un buey al arado y sembraba sal. Un día, uno de
sus enemigos arro jó a Telémaco delante del arado pero Ulises prontamente
detuvo la marcha, de mostrando que tan loco no estaba. Otra aventura lo
muestra a Telémaco cayen do al mar siendo un niño, donde es rescatado por
los delfines, razón por la cual Ulises siempre usó dibujos de delfines en sus
escudos. En la ODISEA también se informa que creció en ltaca bajo los
cuidados del gran amigo de Ulises, Mentor, cuyo nombre se ha convertido en
sinónimo de maestro protector o consejero prudente. Cuando Ulises regresa
a su hogar después de diez años, con la ayuda de Telémaco matan a todos
los pesados pretendientes de Penélope.

LA GUERRA DE TROYA:

Una de las más fascinantes historias de todos los tiempos perteneciente a la


mitología griega. Relata la guerra entre griegos y troyanos. Todo comenzó
cuando Paris raptó a la bellísima Elena, esposa de Menelao, rey de Esparta.
Bajo las órdenes de Agamenón, los griegos pusieron sitio a la ciudad de
¡roya. Durante nueve años los griegos mantuvieron el sitio imponiendo a
Troya dramática y angustiosa situación.

La última parte de la guerra dio origen a la ILIADA de HOMERO. Entre los grie
gos aparecen AQUILES, ODISEO y Néstor. Los dioses mitológicos se interesa
ron por estos acontecimientos y dividieron sus preferencias: Hera, Poseldón y
Atenca por los griegos. Afrodita y Ares por los troyanos.

La historia toma un vuelo espectacular y relata, entre otras aventuras fabulo


sas, la victoria de Aquiles sobre la reina de las AMAZONAS y su muerte por el
terrible talón vulnerable, a manos de Paris. Finalmente la ciudad fue captura
da cuando los griegos usaron la estratagema de construir un gigantesco
caballo hueco de madera y presentarlo a los troyanos como regalo, mientras
simulaban su retiro del sitio. Pese a las advertencias de Casandra, que tenía
el don de la profecía, los troyanos aceptaron el obsequio, abrieron las puertas
de la ciudad y dejaron entrar al monumental caballo de Troya. Una vez
dentro de la ciudad, el caballo hueco dejó salir de su interior a los soldados
griegos que lograron así abrir los portones, y con todas sus fuerzas reunidas,
destruir y saquear la ciudad. Sólo unos pocos troyanos lograron escapar
hacia lo que es hoy Italia comandados por Eneas, cuyas andanzas son
después relatadas por VIRGILIO en la Eneida.

Según los historiadores, es probable que la Guerra de Troya haya sido una
guerra real disputada por los años 1200 a. de C. por el control del Estrecho
de los Dardanelos que une el Mar Egeo y el Mármara en la actual Turquía.
(ver La Odisea)

AMAZONAS:

En la mitología griega, una nación de mujeres guerreras con quienes los


griegos combatieron a menudo. La historia de las Amazonas probablemente
se originó en una variante reiterada en muchas culturas, respecto de una
tierra tan remota que superaba los conocimientos geográficos griegos. Los
cuentos comenzaron a acumularse. Popularmente, vivían al sur de Rusia. La
palabra estaría formada por el prefijo negativo am", falta de y "seno". La
historia cuenta que o bien les amputaban un seno o se las ataba con cueros
muy tensos para impedir el desarrollo de uno de los senos, facilitando así el
uso del arco y la flecha. Muchos estudiosos niegan esta idea.

En 1540, los españoles, comandados por Francisco de Orellana (1490-1546),


encontraron en las selvas tribus de mujeres guerreras que combatían con fie
reza al lado de los hombres al norte del Brasil y dieron su nombre al río Ama
zonas. El infortunado Orellana habría de morir, precisamente, más tarde
cuan do su barco zozobró y él se ahogó en el río Amazonas.

La leyenda de las Amazonas mezcla mitología, tradición e historias muy


antiguas. Según los investigadores, estas tribus capturaban hombres para
forzarlos a convivir con ellas hasta que quedaban embarazadas. Luego los
mataban o expulsaban de sus tierras. Los hijos varones eran muertos o devu
eltos a sus padres y las mujeres conservadas para mantener la cohesión del
conjunto.

La novena tarea de HÉRCULES fue quitarle el cinturón a Hlpólita, reina de las


Amazonas. Tuvo éxito, pero Hipólita murió. En otro relato, es Teseo quien
las ataca y en algún momento se casa con Antíope, la hermana de Hlpóllta.
Como aliadas de los troyanos, tomaron parte en la defensa de TROYA, donde
su reina de entonces, Pentesilea, fue muerta por AQUILES luego de que la
aguerrida muchacha matara a varios guerreros griegos.

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