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La respuesta puede solamente ser “sí”. Dios añadió a las Escrituras -pero con
cada adición, Dios dio suficiente revelación para ese estado particular en la
historia redentora.
La Escritura ahora está completa. ¡El libro de Apocalipsis nos lleva a través de
los estados finales de la historia redentora! Nosotros tenemos ahora todo lo
que necesitamos saber para vivir hasta el fin de la historia. Tenemos todo lo
que necesitamos saber acerca del período de la tribulación, el retorno de
Cristo, el establecimiento de su reino, la destrucción del planeta y el
establecimiento de los nuevos cielos y la nueva tierra. Al final de esta
extraordinaria sección de las Escrituras (Ap. 22:18, 19) hay una advertencia
para cualquiera que añada o quite algo de esa revelación, so pena de caer
bajo juicio de Dios. Las Escrituras entonces, son suficientes para la vida de fe
del cristiano hasta que los nuevos cielos y la nueva tierra sean establecidos.
II.- Existe un grave y serio interés (preocupación) acerca del mal uso de las
Escrituras en las reuniones “estilo Toronto”.
Por ejemplo: El uso de Guy Cheverau’s acerca del Salmo 23:2, “En lugares de
verdes pastos me hace descansar”, para apoyar el fenómeno de
“encantamiento” del movimiento sería divertido si no revelara o demostrara
un trágico mal uso de las Escrituras.
Un mal uso peor de las Escrituras incluye el “pensamiento de Toronto” en la
“Teología de la prosperidad”. Esto viene de una mala apropiación “al por
mayor” del Pacto Deuteronómico por la Iglesia. La insinuación o indirecta de
algunos líderes en el movimiento de Toronto es que la única alternativa a la
“teología de la prosperidad” es la “teología de la pobreza”, y, ésta ¿quién la
quiere? Pero esto, otra vez, es un mal empleo de las Escrituras. La posición
bíblica es mejor descrita como “Teología de la Mayordomía”, en la cual los
creyentes pueden experimentar contentamiento, sea que estén viviendo en la
abundancia o en la escasez (Fil. 4:11, 12).
III.- Existe una seria preocupación acerca de la poca o nula autoridad de las
Escrituras en las reuniones estilo “Toronto”.
La cuestión que necesita ser contestada respecto a las reuniones de Toronto
es ésta, ¿existe un gran descuido o desacato de los lineamientos para las
reuniones de la iglesia dadas en 1 Corintios 14? La enseñanza global de 1
Corintios 14 es que todas las reuniones de la iglesia deben ser con el propósito
de traer edificación. Para que las reuniones alcancen la meta de edificación,
dos cosas son esenciales, a saber:
a) Los componentes del culto deben hacerse en una manera decente y
ordenada (estructurada, planeada). En las reuniones estilo Toronto, es
permitida una risa incontrolable e irrefrenable y animada durante la oración,
durante la lectura de las Escrituras, y durante la predicación de la Palabra.
Con el fin de justificar este obvio desorden se han ofrecido dos líneas de
defensa:
1) La primera es que las manifestaciones bien pueden ser
demoníacas y espontáneas, por lo tanto las directrices para las
contribuciones por “los creyentes” en una reunión de iglesia no aplican.
De hecho, Howard-Browne repetidamente dice: “si el Espíritu Santo no
se está manifestando, entonces, es preferible tener manifestaciones del
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1
Howard-Browne, citado por Geoffrey Smith, The Toronto Blessing, Criticism & Questions, Material obtenido vía
Internet.
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Ver el escrito de Floriano Ramos Esponda, “La verdadera espiritualidad”.
3
Invito al lector a ver mi escrito sobre “la verdadera espiritualidad”, el cual forma parte de esta serie de estudios.
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