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LA BENDICIÓN DE TORONTO O EL AVIVAMIENTO DE LA RISA

La intención de este escrito es ayudar a proteger al rebaño de Dios de las


falsas doctrinas y prácticas que hoy se presentan en la forma de la “Bendición
de Toronto”. Este movimiento evidencia claramente tres peligrosas
tendencias, cada una de las cuales es tan seria como para que los cristianos
evangélicos se abstengan de abrazar las enseñanzas del mismo y los líderes
de apoyarlo.

A.- LA TENDENCIA A DEVALUAR LAS ESCRITURAS.


I.- Hay una seria y gran preocupación por el lugar que ocupan las
Escrituras en las reuniones “estilo Toronto”.
Las reuniones estilo Toronto no dan un lugar central a la predicación de las
Escrituras. Aunque mucho de este movimiento pretende ser visto como un
avivamiento al estilo de los “grandes avivamientos”, es bastante diferente a
éstos en un buen número de áreas -ninguna más obvia que el lugar que se le
concede a las Escrituras. La razón por la que “el gran avivamiento” fue
grande y causó un poderoso despertar espiritual es que tanto Jonathan
Edwards como George Whitefield dieron un lugar central a la predicación de
las Sagradas Escrituras. Un verdadero avivamiento viene en respuesta a la
predicación de la Palabra.
Una posible razón por la que las Escrituras no tienen un lugar céntrico en las
reuniones estilo Toronto es porque tampoco es más central en “el
pensamiento” de tal movimiento. La Escritura es devaluada en el movimiento
de Toronto en tres maneras, a saber:
a) “El pensamiento de Toronto descontinúa la naturaleza de las
Escrituras como verdad proposicional.
En las reuniones estilo Toronto cualquier cosa que tenga que ver con el
pensamiento racional es puesto bajo sospecha y es fuertemente desanimado.
El pensamiento racional es calificado como algo proveniente de “la carne”.
Las personas espirituales no deben preocuparse por entender lo que está
sucediendo, ellas simplemente aceptarán la bendición. Las siguientes
palabras son inconfundibles”
“No trate de entender esto”
“No trate de analizar esto”
“No trate de representar esto con su mente”
Tales comentarios conllevan un parecido con las filosofías existenciales
contemporáneas, en las cuales no hay lugar para “proposiciones absolutas”.
En esta forma de pensamiento la validez última o final de algo no reside en su
veracidad o legitimidad inherente, sino en la dinámica del propio encuentro
personal y de su experiencia.
En claro contraste, la verdadera naturaleza y valor de las Escrituras recae en
el hecho de que es la verdad de Dios en forma proposicional. Las Escrituras
son un cuerpo de proposiciones verídicas, racionales y entendibles, dadas a
nosotros por Dios para ser cuidadosa y racionalmente entendidas. Solamente
cuando ellas son entendidas, pueden ser obedecidas. No es una real sorpresa,
entonces, que un movimiento que desconfía o sospecha del pensamiento

Pastor: Floriano Ramos Esponda


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racional y devalúa la verdad proposicional, falle al no darle un lugar céntrico a


las Escrituras.
b) El “pensamiento de Toronto” descontinúa la necesidad de las
Escrituras para el crecimiento y desarrollo cristiano.
La Biblia es muy clara al decir que la fe siempre se construye sobre el
conocimiento. El profeta Isaías preguntaba repetidamente: “¿No sabes, no has
oído?” (40:21; 40:28).
Jesús repetidamente preguntó : “¿No has leído?”, y dijo a los fariseos que
estaban en error porque ellos “no conocían las Escrituras ni el poder de Dios”
(Mt. 22:29).
En sus cartas, Pablo constantemente muestra que la fe verdadera y funcional
siempre está construida sobre el conocimiento. Por el contrario, una fe
deficiente inconfundiblemente será causada por un conocimiento deficiente.
Pablo repetidamente hizo la pregunta: “¿No sabéis...?” (Ro. 6:3, 16; 11:2; 1 Co.
3:16; 5:6; 6:2,3,9,15,16,19; 9:13,27). Observe también la misma pregunta
siendo usada por Santiago (4:4). Felipe preguntó al etíope eunuco:
“¿Entiendes lo que lees?” (Hch. 8:10).
En Hechos 18:26 Apolos tenía una experiencia deficiente en materia del
bautismo -él solamente conocía el bautismo de Juan y no había experimentado
el bautismo cristiano. Con el fin de conducir a Apolos a una propia experiencia
del bautismo, Aquila y Priscila le explicaron el camino de Dios más
ampliamente -precisamente porque la fe está construida sobre el
conocimiento.
Dado este principio, el comentario de Pablo en Romanos 10:14 no es
sorprendente: “¿Cómo pueden ellos clamar a alguien en quien no han creído?
y ¿cómo pueden ellos creer en alguien de quien no han oído? y ¿cómo pueden
ellos oír sin haber quien les predique?”
La fe siempre está construida sobre el conocimiento, sea la fe inicial (o
salvífica) o la fe santificadora.
Para todos los autores bíblicos, el conocimiento es el verdadero fundamento
de la experiencia. Un conocimiento inadecuado garantizará una experiencia
inadecuada. Un conocimiento fallido no afectará la “realidad” de una
experiencia, pero ciertamente traerá a cuestión la validez de la experiencia.
Dado el hecho de que la fe siempre está construida sobre el conocimiento,
puede solamente esperarse que Pablo enfatice el lugar de la doctrina en los
ministerios de Timoteo y Tito (1 Ti. 1:10; 4:6,13,13; 5:17; 6:1; 2 Ti. 4:2-3; Tit.
1:9).
c) El pensamiento de Toronto descontinúa la suficiencia de las Escrituras
para la vida y la fe.
En las reuniones tipo Toronto la Biblia es reemplazada por alegadas “palabras
de Dios”, “sueños”, “visiones”, etc., todas las cuales, dice la Biblia, no son
suficientes para la vida cristiana.
2 Timoteo 3:15-16 hace bien claro que las Escrituras tienen un propósito triple
por los cuales es enteramente adecuada para conducirnos a la salvación, a la
santificación y al servicio cristiano.
La pregunta que frecuentemente ha sido hecha es: Pero ¿no añadió Dios
progresivamente la Escritura en el curso de la historia redentora, por lo cual
deberíamos sentirnos libres y cómodos acerca de buscar información para la
vida de fe fuera de la Biblia y añadirle a la misma?
3

La respuesta puede solamente ser “sí”. Dios añadió a las Escrituras -pero con
cada adición, Dios dio suficiente revelación para ese estado particular en la
historia redentora.
La Escritura ahora está completa. ¡El libro de Apocalipsis nos lleva a través de
los estados finales de la historia redentora! Nosotros tenemos ahora todo lo
que necesitamos saber para vivir hasta el fin de la historia. Tenemos todo lo
que necesitamos saber acerca del período de la tribulación, el retorno de
Cristo, el establecimiento de su reino, la destrucción del planeta y el
establecimiento de los nuevos cielos y la nueva tierra. Al final de esta
extraordinaria sección de las Escrituras (Ap. 22:18, 19) hay una advertencia
para cualquiera que añada o quite algo de esa revelación, so pena de caer
bajo juicio de Dios. Las Escrituras entonces, son suficientes para la vida de fe
del cristiano hasta que los nuevos cielos y la nueva tierra sean establecidos.

II.- Existe un grave y serio interés (preocupación) acerca del mal uso de las
Escrituras en las reuniones “estilo Toronto”.
Por ejemplo: El uso de Guy Cheverau’s acerca del Salmo 23:2, “En lugares de
verdes pastos me hace descansar”, para apoyar el fenómeno de
“encantamiento” del movimiento sería divertido si no revelara o demostrara
un trágico mal uso de las Escrituras.
Un mal uso peor de las Escrituras incluye el “pensamiento de Toronto” en la
“Teología de la prosperidad”. Esto viene de una mala apropiación “al por
mayor” del Pacto Deuteronómico por la Iglesia. La insinuación o indirecta de
algunos líderes en el movimiento de Toronto es que la única alternativa a la
“teología de la prosperidad” es la “teología de la pobreza”, y, ésta ¿quién la
quiere? Pero esto, otra vez, es un mal empleo de las Escrituras. La posición
bíblica es mejor descrita como “Teología de la Mayordomía”, en la cual los
creyentes pueden experimentar contentamiento, sea que estén viviendo en la
abundancia o en la escasez (Fil. 4:11, 12).

III.- Existe una seria preocupación acerca de la poca o nula autoridad de las
Escrituras en las reuniones estilo “Toronto”.
La cuestión que necesita ser contestada respecto a las reuniones de Toronto
es ésta, ¿existe un gran descuido o desacato de los lineamientos para las
reuniones de la iglesia dadas en 1 Corintios 14? La enseñanza global de 1
Corintios 14 es que todas las reuniones de la iglesia deben ser con el propósito
de traer edificación. Para que las reuniones alcancen la meta de edificación,
dos cosas son esenciales, a saber:
a) Los componentes del culto deben hacerse en una manera decente y
ordenada (estructurada, planeada). En las reuniones estilo Toronto, es
permitida una risa incontrolable e irrefrenable y animada durante la oración,
durante la lectura de las Escrituras, y durante la predicación de la Palabra.
Con el fin de justificar este obvio desorden se han ofrecido dos líneas de
defensa:
1) La primera es que las manifestaciones bien pueden ser
demoníacas y espontáneas, por lo tanto las directrices para las
contribuciones por “los creyentes” en una reunión de iglesia no aplican.
De hecho, Howard-Browne repetidamente dice: “si el Espíritu Santo no
se está manifestando, entonces, es preferible tener manifestaciones del
4

Diablo antes que no haya manifestaciones en las reuniones de la


iglesia”.1
El problema con esta respuesta es que no hay garantía bíblica (sea por
ejemplo o por instrucción) para permitir a los demonios manifestarse e
interrumpir en una reunión de la iglesia. Por el contrario, vea Mr. 1:25.
2) Un segundo intento por defender tal desorden argumenta que
hubo desorden el día de Pentecostés (porque los apóstoles fueron
acusados de estar ebrios). Pero esto es olvidar la naturaleza de la
acusación de embriaguez. Pedro dijo que la acusación no tenía
sustancia -no fue una acusación fiel, precisa, ni aún razonable. Lejos de
ser una observación razonable, el comentario fue uno de injustificable
sarcasmo burlón. Esta, pues, no puede ser una defensa para el
desorden en las reuniones de la iglesia.2
b) El segundo ingrediente para la edificación es “el entendimiento”
(14:6-12). En un videocasete de una reunión “estilo Toronto”, los líderes
Rodney Howard-Browne y Kenneth Copeland animan y estimulan a tener un
extenso intercambio en pronunciamientos o elocuciones extáticos no
entendibles, sin que haya el menor intento de interpretación. Esta es una
actividad típica de las actividades “estilo Toronto” donde las experiencias
toman precedencia sobre el entendimiento.
De mayor interés o preocupación es la enseñanza de que Dios está haciendo
una “obra profunda” en las vidas de los creyentes mientras que ellos están
“encantados” en el Espíritu en un estado de inconsciencia. Si la edificación
requiere entendimiento (y así es, 1 Co. 14); si la transformación toma lugar a
través de la renovación de nuestras mentes (y así sucede, Ro. 12:2); si el
crecimiento en santidad requiere la cooperación humana (y en efecto así debe
ser, 1 Ti. 4:7, 8; 2 P. 1:5-11), y si el desarrollo de la fe personal requiere
conocimiento (y es así, Ro. 10:14; 2 P. 3:18), entonces cualquier intento para
describir tales “encantamientos” como “una obra profunda de Dios” chocan
contra la Biblia y deben ser rechazadas como lo que son: un reclamo espurio e
infundado.

B.- LA TENDENCIA A DISTORSIONAR LA ESPIRITUALIDAD.


Cuando la Escritura nos enseña acerca del crecimiento espiritual, prescribe
cosas para que nosotros hagamos o seamos, en lugar de prescribir
experiencias que deban “sentirse”. En otras palabras, las Escrituras ven la
espiritualidad desde una perspectiva práctica más que de una perspectiva
mística.3
El crecimiento cristiano viene a través de una apropiación de la Palabra de
Dios. Jesús enseñó esto en Juan 17:17 y no sorprende encontrar al apóstol
Pablo enseñando lo mismo en 2 Timoteo 3:16. Las Escrituras claramente
enseñan que el crecimiento cristiano es un esfuerzo deliberado, inteligente y
consciente por parte del creyente (1 Ti. 4:7-10; 2 P. 1:5-11). Que el
crecimiento cristiano en cualquier etapa sea visto como algo involuntario y

1
Howard-Browne, citado por Geoffrey Smith, The Toronto Blessing, Criticism & Questions, Material obtenido vía
Internet.
2
Ver el escrito de Floriano Ramos Esponda, “La verdadera espiritualidad”.
3
Invito al lector a ver mi escrito sobre “la verdadera espiritualidad”, el cual forma parte de esta serie de estudios.
5

realizado bajo “la anestesia divina” es una engañosa y extremadamente


peligrosa distorsión de la espiritualidad cristiana.
Causa asombro el hecho de que los maestros del movimiento de Toronto
aboguen y defiendan que una “profunda obra de Dios” ocurre cuando los
creyentes caen en estos trances, en vez de experimentar la profunda obra del
Espíritu Santo al despojarse del viejo hombre y revestirse del nuevo, tal como
lo enseña Efesios 4 y Colosenses 3. La transformación no ocurre en una
mente pasiva, sino que emplea la mente en el proceso de renovación (Ro.
12:1, 2).
El fenómeno de “caer hacia atrás” conocido entre los líderes de Toronto como
“descansar en el Espíritu,” no tiene precedencia bíblica o garantía de la
misma. Cuando se checa tal asunto, los alegados ejemplos bíblicos del caer
hacia atrás no encuentran sostén o apoyo bíblico. El reporte de la Biblia
siempre indica que la gente caía “con sus rostros hacia adelante” ante el
Señor, y en tal contexto “el caer” es un acto deliberado de humildad. El único
posible ejemplo de personas cayendo hacia atrás involuntariamente es el de
Ananías y Safira (Hch. 5), y ¿quién quiere repetir eso?

C.- LA TENDENCIA A INSENSIBILIZAR A LOS CREYENTES ANTE EL


ENGAÑO.
Un creciente número de líderes cristianos está ansioso y preocupado por
la manera en la que una aceptación acrítica del “movimiento de Toronto”
puede conducir y abrir a los creyentes al engaño.
Un buen número de aspectos o factores causa interés o preocupación,
particularmente el claro paralelismo entre el “fenómeno de Toronto” y el
hipnotismo,4 así como el aceptar y abrazar cualquier tipo de experiencias y
fenómenos como viniendo de Dios sin evaluarlos ni hacerles una crítica.
Especialmente peligroso es el llanto o lloriqueo descarado de los líderes de
Toronto para con sus seguidores a fin de evitar a toda costa que ellos oigan a
quienes quieren advertirlos acerca del posible engaño en que han caído o
pueden caer. Los líderes de tal movimiento tratan de impedir que sus
seguidores escuchen a quienes les dicen que hagan una cuidadosa evaluación
bíblica acerca de tal movimiento. La manera como el “liderazgo de Toronto”
aconseja a sus seguidores respecto a esto es:
I.- Cúltica. Una táctica manipuladora familiar usada en los cultos,
quienes quieren ejercer un inaceptable nivel de control sobre sus oyentes.
II.- Antibíblica. Las Escrituras enseñan que debemos evaluar todas las
cosas (1 Ts. 5:19-21; 1 Jn. 4:1; 1 Co. 14:29).
III.- Irresponsable. No importa cuánto los “líderes de Toronto” nos
adviertan de caer en la paranoia acerca del engaño. El hecho es que Jesús
mismo y los apóstoles advirtieron a los creyentes acerca de la muy real
posibilidad de caer en el engaño y que éste se incrementaría sobre todo en
“los últimos días” (Mt. 24:4, 5, 11, 24; Mc. 13:5; 2 Ti. 3:13; Ap. 13:14).
Es desconcertante escuchar a los líderes de Toronto asustar a sus seguidores y
a sus críticos, alegando que cualquier evaluación negativa de su movimiento
puede hacer a uno en culpable del “pecado imperdonable”, y, ¿quién va a
querer cometerlo? Sin embargo, dos cosas deben quedar bien entendidas por
los creyentes que tienen discernimiento:
4
Igualmente parecidos son los cultos de ciertos grupos “novaeristas”, en los cuales los asistentes caen, se sacuden y
gritan ruidosamente. Remito al lector al video “Dioses de la Nueva Era”.
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a)- El rechazo del movimiento de Toronto no significa


necesariamente que estemos de acuerdo con el diablo.
b) El Espíritu que trabajó en el ministerio de Jesús es el mismo que
nos advierte y anima a evaluar y examinar todas las cosas (1 Ts. 5:19-
21; 1 Jn. 4:1; 1 Co. 14:29) ¡sin ningún temor de cometer el pecado
imperdonable! El Espíritu conoce demasiado bien que el trágico engaño
reportado en Marcos 7:21-23 es capaz de ser reproducido otra vez.
IV.- La cuestión que debe ser respondida es ésta. Si el movimiento no
debería ser abrazado como un nuevo movimiento de Dios, ¿por qué muchos
cristianos sinceros se están alineando en el movimiento de la “bendición de
Toronto”?
a) Algunos, obviamente, están esperando que suceda un verdadero
avivamiento. Ya que los “líderes cristianos” lo han identificado como un
avivamiento, la gente automáticamente quiere estar involucrada. La
cuestión es, sin embargo, ¿es éste un verdadero avivamiento? ¿Dónde
están las masas de arrepentidos y de conversiones que han sido las
marcas de los genuinos avivamientos del pasado? ¿Las personas que
asisten a estas reuniones se han convertido genuinamente a Cristo aquí
o han venido de otras iglesias para experimentar el “avivamiento de la
risa”? Ante la ausencia de esos verdaderos signos de avivamiento,
algunos líderes prefieren llamarlo un “refrescamiento” o “renovación”.
b) Algunos pueden estar “cansados de la fe” y estar buscando una
incontrovertible demostración del poder de Dios.
c) Algunos pueden estar espantados, pensando que si no abrazan el
movimiento de Toronto, perderán el llamado de Dios para sus vidas y
pueden terminar lamentándose, o peor aún, blasfemando la obra del
Espíritu Santo.
d) Algunos pueden haber tendido a entrar por estar ya
insensibilizados al engaño por una sobre exposición a, y una aceptación
acrítica de, la “trivia carismática”. Si uno puede aceptar profecías
incorrectas, pronunciamientos triviales, sanidades inefectivas como que
forman parte del “mover de Dios”, entonces obviamente no será difícil
aceptar que el “movimiento de Toronto” es un “simple movimiento de
Dios”.
e) Otros pueden haberse inclinado hacia la “bendición de Toronto
porque ya han caído, aunque probablemente inconscientemente, en la
filosofía existencial de nuestros días, la cual ha derrumbado toda verdad
proposicional y ha erigido un relativismo experiencial.... “Si funciona y
te sientes bien, pues adelante, está bien”. Algunos se “sienten mejor”
después de una reunión “estilo Toronto”, de tal manera que dicen que
esto debe ser de Dios y lo siguen con más ahínco.
f) Algunos pueden haber “saltado” a este movimiento pensando que
es un nuevo movimiento de Dios, la “nueva ola” para usar palabras de
ellos mismos. Pero la idea de la “nueva ola” debe ser cuestionada.
i) Primeramente, ¿enseñan las Escrituras que debemos estar
buscando “nuevas olas” del Espíritu?
ii) ¿Qué si nuestra preocupación con las expectaciones de la
“nueva ola” evitan que veamos y experimentemos la
significante obra del Espíritu Santo que ya está teniendo
lugar alrededor de nosotros en muchas maneras? Es
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posible, a manera de presentimiento, que cuando estemos


en el cielo, mirando hacia atrás, encontraremos grandes
sorpresas. Donde se aceptaba el ruido, la excitación y los
fenómenos como indicadores de la presencia y la obra del
Espíritu Santo, podemos llegar a encontrar que Él no estuvo
allí, y que donde se pensaba que no estaba obrando,
encontremos que sí estuvo manifestándose de una manera
profunda y dinámica, aunque quieta y apacible.

Otros peligros existentes en este movimiento son:


1.- El peligro de separarse a sí mismo del cristianismo histórico -el
efecto del péndulo.
2.- La práctica de un cristianismo de mercado, y de consumo a través de
la jerga existencial y la manipulación persuasiva: “Esto es de Dios...”
3.- El hecho de que se reproducirá después en otro movimiento de su
clase. Error engendra más error.
4.- Crea la ilusión de que “ser de Dios” y estar cerca de Él no es a causa
del conocimiento, sino del existencialismo, es decir, sólo los sentimientos.
5.- El peligro de la trivialización del evangelio y de que la iglesia sea
vista como un lugar donde reina solo lo misterioso, lo sobrenatural y lo
extraño.

A manera de conclusión debo decir que la “Bendición de Toronto” falla porque


va más allá de las cosas escritas. Debemos rechazar este movimiento porque
no está basado en los “Sagradas Escrituras”, y por lo tanto, no puede pasar el
examen de la “sana doctrina”.
Sobre la base de la escrita Palabra de Dios, debo llamar a quienes han caído
en este fenómeno a que lean 2 Timoteo 4:4 y rogarles: “que se aparten de las
fábulas y presten oído a la verdad”.

“Las Sagradas Escrituras: la única autoridad


para validar la verdad bíblica y espiritual”

Floriano Ramos Esponda


Pastor

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