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de Mauricio Beuchot, el Martes, 30 de marzo de 2010 a las 5:42

Por Jesús M. Herrera A. 


  
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fundamental para entender el desarrollo de la cultura griega es el impacto del mito en la filosofía (que era toda
la ciencia en aquel tiempo); pero también es importante ver a la filosofía de cara al mito; y es tan importante
Grecia que sin el conocimiento de su cultura religiosa y de su filosofía, nos quedan mutilados muchos aspectos
substanciales y hasta propios del conocimiento de lo occidental.En ƠEl origen del mundo en la Grecia clásicaơ
(texto obtenido de Internet) el mito manifestado en creencias religiosas es fundamental para dar cuenta del
mundo. Más, se trata de una mitología que no se quedó como un gran tejido de fábulas, diríamos nosotros,
folklóricas; sino que tales mitos orientan el pensamiento hasta que pueden ir alcanzando, no sólo
sistematización, sino que llegan a dejar principios de vida, de la realidad o del ser, como los ya conocidos de los
presocráticos: agua, aire, tierra y fuego.Es pues el mito o religión (que prácticamente no se distinguen en la
Grecia que comentamos) los que tratan de dar cuenta de un origen, y que los primeros resultados han llevado a
pensar (a los de este tiempo como a los de aquél) que es posible ir de lo inmanente a lo trascendente: ƠLa
religión griega se basó sencillamente en la mitología, que se caracterizó por su talante sincrético, ya que
incorporaba en sus relatos elementos de diversas culturas. En esta religión politeísta, cualquier fenómeno y
elemento de la naturaleza, así como las principales actividades económicas, quedaron representados por
divinidades con apariencia humana. Así, en los mitos griegos podemos encontrar un gran número de dioses
pertenecientes a épocas y lugares distintos. Por este motivo resulta complicado reconstruir el panteón completo,
de hecho en algunas ocasiones, los dioses se confunden y un mismo suceso presenta varias versiones,
llegándose a dar importantes confusiones. Entre estas divinidades, que moraban en el monte Olimpo, se
formaron complejas relaciones y vínculos que son la base de la mitología griegaơ.Y es importante decir que del
sincretismo mítico se pasó al eclecticismo filosófico, como el de Empédocles, quien ve en el amor y el odio la
unión y la separación; no es unión o separación ya de un elemento (presocrático) como causa, sino de los cuatro
elementos mencionados y, con Empédocles, vistos en cierta interdependencia. El sincretismo mítico-religioso es
una mezcla que se ve en la relación entre dioses y, con ello, de axiomas o verdades, sin una distinción y por
tanto sin una diferenciación; y el eclecticismo ya de tipo filosófico, por su parte, es ya una conciliación de
enseñanzas, que no sería posible precisamente sin la distinción necesaria de subjetividades o particularidades.De
las teogonías griegas, que nos refieren al origen de los dioses, se nos ofrece la siguiente síntesis: ƠLa literatura
griega proporcionó diversos textos cosmogónicos, sin embargo la mayoría se conservan bastante mal. Entre ellos
conocemos la teogonía de Hesíodo, la teogonía de Eudemo, la de Jerónimo y Helanico, la cosmogonía de las
Rapsodias y la recogida en el Papiro de Derveni, las cuatro últimas son conocidas como «Teogonías Órficas», ya
que son atribuidas a Orfeo. Hay una serie de rasgos generales compartidos por estas cosmogonías griegas. En
primer lugar, el origen del Mundo parte de la organización de una materia primitiva, que a veces se organiza
sola. El segundo concepto fundamental es el de los pares de contrarios; esta idea recuerda a la explicación
dualista de los filósofos pitagóricos que consideraban que los números procedían de dos elementos opuestos: el
par y el impar. Este planteamiento permitía concebir un gran número de oposiciones: el bien y el mal, frío y
calor, día y noche... Otro elemento característico de las cosmogonías griegas es que la ordenación del Mundo no
se produce instantáneamente, sino que pasa por fases intermedias en las que aparecen criaturas monstruosas y
míticas hasta que el desorden es definitivamente desplazado y desapareceơ.Y es de los pitagóricos de quienes
aquí deseo decir algo más. Como se ve en la cita, ellos observaban los números pares e impares, y algo que ya
no dice este artículo (y que es sumamente importante) es que a los números que no son pares ni impares fueron
concebidos y acuñados como analógicos por los pitagóricos, es en estos términos (analógicos) en donde estará
inscrito tanto el antes como el después de lo que hizo tan fuerte culturalmente a Grecia; pues la analogía
alcanza a ser un modo de pensar que se hizo presente tanto en el mito como en la filosofía y todo lo
culturalmente helénico.Y muy trascendente y exacta es la precisión y valoración que hace Octavio Paz en cuanto
a la analogía se refiere, el poeta mexicano dice ƛen Los hijos del Limoƛ que Ơla analogía nos vuelve habitable el
mundoơ, porque fue la analogía quien hizo habitable a la misma polis griega: posibilitando el paso del mito al
logos.En cuanto a la religión se refiere, es la analogía metafórica: en formas de mitos y alegorías la que hacía
pensar en una relación entre lo trascendente y lo inmanente, son los dioses que se presentan
antropomórficamente para obtener una explicación mítica del acontecer: por ejemplo r ,  es el dios que
traduce el leguaje humano y el divino.Ahora nos detenemos en Hermes para ver, de acuerdo con Mauricio
Beuchot ƛen su obra ƠLas Caras del Símbolo: el ícono y el ídoloơ ƛ, en este dios pagano una metáfora del
hombre que tiende a querer ser dios y la hipótesis de un dios que sea humano, ya que Hermes: Ơes el dios
intérprete, tanto mensajero como traductor de los dioses. Es hábil con la palabra, buen orador y buen
entendedor. Tal vez lo más importante es que es un dios doble, dual, ambiguo, o, si se requiere, mestizo. En
efecto, es hijo del dios Zeus y de una mujer terrenal, la ninfa Maya, fruto de amores prohibidos, de bastardía; en
todo caso, en parte humano y en parte divino en su origen, lo que hace conocer ambas dimensionesơ.Es la
analogía, como algo propio y característico de los griegos, la que permite dar el paso del mito a la ciencia; la
analogía es un elemento que en muchos ha sido tan bien considerado para poder ahondar en aquello que hizo
de Grecia una potencia cultural.En conclusión podemos advertir el ejemplo de una cultura que ha sabido dar ese
paso del mito/religión al de la ciencia como lo vemos en Grecia; falta que aprovechemos esa cátedra para no
seguir escindiendo la cosmovisión mítica de la científico positivista, pues lo griego en su intervención por
Occidente, puede seguir iluminando el ser y quehacer de un mundo que en Grecia sabe ver gran parte de su
maternidad.Es que el recurso del mito, en la medida en que tiene fuerza analógica: por el uso de símbolos y
alegorías (y por el uso de otros hijos de la analogía, como el mestizaje o la condición fronteriza, etc), viene a ser
ese recurso casi perenne por el cual explicamos una realidad a la que es difícil de acceder por la inteligencia y
aún más difícil por el lenguaje; no se trata del mito como sinónimo de mentira, ni tampoco del mito como si
fuera un recurso irracional que, renunciando a todo orden lógico, nunca podría dialogar con la ciencia, y ni
mucho menos la ciencia podrá aprovechar (de un mito mal comprendido por irracionalista) nada para descubrir
el rostro humano del mundo, y recuperar el rostro humano del sujeto que lo ha extraviado.


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