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Hacer escuela en 1920: el sueño visionario de Manuel

Solares
En una zona de vegetación enmarañada -como lo indicaba su nombre original en
quechua-, rodeada de sierras bajas en forma de herradura, se encuentra la ciudad de Alta
Gracia, que el 23 de agosto festejó el aniversario de su escuela, la más antigua de la
provincia de Córdoba. Este año se cumplió el 140 aniversario, desde que se estatizó,
aunque en realidad su historia comenzó en 1820, cuando todavía no había derecho a la
educación, ni Estado, ni escuelas públicas.

Su fundador, José Manuel Solares, es considerado el patrono de Alta Gracia, y despierta


mucha curiosidad no sólo en los estudiantes y pobladores locales, sino también en los
turistas nacionales y extranjeros que llegan a la ciudad -entre otras cosas, porque
también Ernesto Che Guevara visitó la escuela-. Nilda Beatriz Moreschi, su vice-
directora, quien además es especialista en museología, nos cuenta cómo fue esta historia
pionera, hecha a poncho y espada.

Actualmente, la escuela está ubicada en un viejo edificio de la calle España –que, dicho
sea de paso, no fue el que visitó el Che, ya que, en ese entonces, la escuela compartía su
sede con otra institución-; está frente a la plaza principal, lindante con la manzana que
fue declarada Patrimonio de la Humanidad, en el año 2000. El edificio de la escuela
también fue declarado de interés histórico- patrimonial, por la Municipalidad local. En
la foto puede verse el edificio, pintado por Luis Hourgrás, un paisajista radicado desde
hace mucho tiempo en la ciudad.

Moreschi cuenta que, en 1820, José Manuel Solares compró la estancia de Alta Gracia a
los herederos de Santiago de Liniers, y que, anticipándose a los que serían los
postulados de la generación del ‘80, acondicionó allí un aula pequeña. “En su seno
cobijaba a ocho pequeños carecientes de recursos, que muy pronto llegarían a veintiún
almas gozando de los beneficios de la formación integral”, explica Moreschi.

Solares había asumido el compromiso de establecer por lo menos un establecimiento


primario en cada departamento o curato de campaña, al ser designado como encargado
de la construcción. Por eso, en 1823 construye una escuela para el departamento de
Anejos, en Alta Gracia, que estaba ubicada en el fondo del terreno que hoy ocupa el
establecimiento que lleva su nombre. Para 1825, el mismo departamento ya contaba con
cinco establecimientos más.

Una escuela para los hijos de los colonos y quinteros del lugar

Si bien la escuela de la pujante estancia comenzó a funcionar con 90 alumnos, y luego


se fueron agregando otros establecimientos, para 1837 Solares logró que funcionaran ya
10 escuelas, con 150 inscriptos, de las cuales la que tenía mayor matrícula era la de Ata
Gracia -53 alumnos-.

La vida de la escuela, sin embargo, tenía que hacerse un lugar contra la indiferencia y
la despreocupación de los padres por la formación de sus hijos, por un lado, y los
vaivenes del devenir político nacional y provincial, por otro, cuenta Moreschi.
La historia de estos acontecimientos puede encontrarse en el archivo histórico que la
escuela organizó este año, y que reúne libros históricos, material sobre Alta Gracia, el
Che, Manuel Solares; de interés de los investigadores y visitantes. "Este año, por
ejemplo -recuerda Moreschi- vinieron Benicio del Toro, y Camilo, el hijo del Che".

Allí se documenta que, en 1842, el gobernador López ordenó a José Manuel Solares
cerrar todas las escuelas, algo que este último obedeció a medias, ya que dejó abierta la
de Alta Gracia, pagando con su propio dinero el preceptor y los útiles para los alumnos.
A decir verdad, Solares había hecho esto durante más de 30 años, con las 10 escuelas
del departamento, debido al escasísimo apoyo del Estado.

Durante estos años, hasta que finalizó la presidencia de Rosas -en1852/53-, signados
por la decadencia educacional, los esfuerzos incansables de Manuel Solares fueron una
pieza clave para mantener en pie esta experiencia pionera, donde se defendió una
educación inclusora, integral y en valores.

Solares fundó también una escuela para mujeres, preocupado por el papel relegado de
la mujer en la sociedad de su época. En 1865, el gobernador Ferreira la declaró como
escuela del Estado, agradeciéndole a Solares el desinteresado y patriótico acto que había
hecho a favor de la educación de los más necesitados.

Memorias escolares

La historia de la escuela Manuel Solares constituye algo más que una historia con valor
documental. Habla de un mundo en el que había mucho por hacer en cuanto a
educación, pero donde se necesitaban también esfuerzos incansables para forjar
proyectos colectivos y ponerlos en práctica. Juan Manuel Solares fue un visionario para
su época, y la escuela que fundó continúa su misión, centrada en los ideales de
inclusión, democracia y libertad.

Allí llegan estudiosos e investigadores por doquier, interesados por la historia de la


escuela que es también la historia de la ciudad cordobesa de Alta Gracia. En esta
historia, unido al hacer escuela hay un hacer patria, fuente de sentidos, ideales y
acciones, que no nos vendría nada mal revisitar.

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