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Nietzsche, Friedrich, Más allá del bien y del mal, ed. Folio, trad. Andrés Sánchez Pascual, España, 1999,
Prólogo, p. 18. (subrayado en el original).
2
error ha sido el platonismo, es decir, “la invención del espíritu puro y del bien en
sí, la escisión de la realidad”.2
No obstante, hoy afortunadamente, la delineación del nuevo género de
filósofos, ha despertado a aquellos necios de su letargo, debiendo, por ello,
considerar como tarea persistente de todo nuevo filósofo el estar despiertos3. Pues
el agonismo en el hombre ha creado una maravillosa tensión del espíritu el cual lo
ha tornado cual arco de tiro que anhela metas más lejanas. Pues, nosotros
tenemos la penosidad y la entera tensión del arco...y, “(...)¿quién sabe? Incluso el
blanco...”4
En evidencia de lo dicho, considero al dogmatismo como una puerilidad y cosa
de principiantes caracterizada por poseer medios inhábiles e ineptos para
cuestionar a la verdad, lo cual nos señala cierta tensión en el espíritu y engloba
toda una época que es muestra de cierta decadencia y de yacer en un profundo
sueño.
2
Ídem p18.
3
Ídem p 18.
4
Ibídem p. 19.
3
¿Qué es el dogmatismo?
4
¿Quiénes son dogmáticos?
La obra Más allá del bien y del mal de Friedrich Nietzsche redactada en la
primavera de 1886, nos dice que Descartes, Spinoza, Kant, Schopenhauer fueron
dogmáticos. Todos ellos creyeron en la verdad, todos ellos fingieron que habían
alcanzado sus convicciones más queridas en virtud de una dialéctica fría, cuando
en realidad se trataba siempre de proposiciones no examinadas buscadas a
posteriori; pues imaginaron que habían logrado des-cubrir al Ser y a la verdad en
su sentido absoluto eterno e inmutable.
5
Nietzsche, Friedrich, Op. cit, Aforismo 2, p. 24.
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También existe la perspectiva de pájaro caracterizada por ser la visión de un objeto que se sitúa por debajo
del ojo. De acuerdo a ello, es altamente factible, en mi apreciación personal, que nuestro pensador optara por
la perspectiva de pájaro, ya que se comporta como la ideal visualización del blanco para atacar. Es un ojo
que ya no está malenseñado ni forcejado, parafraseando a Andrés Sánchez Pascual.
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es unívoca y absoluta. En consecuencia, ya no podemos dejar de lado a nuestro
instinto biológico y subjetivo, pues:
“(...) la mayor parte del pensar consciente de un filósofo está guiada de modo
secreto por sus instintos y es forzada por éstos a discurrir por determinados
carriles.”7
Por lo tanto, cuando Nietzsche nos habla del perspectivismo debemos interpretarlo
como todo conocimiento que ha sido alcanzado desde un punto de vista del cual
es imposible prescindir. Esto quiere significar, que cuando el sujeto conoce posee
ciertas características, ya sean psicológicas, sociales, físicas; que hacen imposible
superar la propia perspectiva, es decir, no podemos desprendernos de nuestra
subjetividad cuando intentamos conocer la realidad.
Si se tiene presente que la filosofía ha ido creciendo mediante los conceptos
que reflejan perfectamente a la realidad, y también, por las relaciones que los
conceptos son capaces de representar entre las cosas, comprenderemos por qué
en la tradición se ha necesitado de la definición precisa de cada término y el rigor
en el uso de las palabras, como también la necesidad de su aplicación unívoca y
no metafórica. Pues para los dogmáticos la realidad, la filosofía, es tan sólo un
negar este mundo terrenal y tener por cierto un mundo alejado de los sentidos del
hombre el cual tiene por rasgo de ser lo Absoluto.
No obstante, la idea nietzscheana de la realidad resulta más adecuada para
crear conceptos o bien para entender la realidad, ya que afirma, que no podemos
utilizar a las palabras de modo unívoco, sino que nos señala que el mejor modo de
captar a la realidad es utilizando a la metáfora8, pues ella resalta la desigualdad
entre los objetos, no presenta los significados sino que más bien los sugiere y nos
confiere la posibilidad de completarlo a partir de nuestra experiencia.
Con esto, visualizamos que Nietzsche concibe al perspectivismo como al ojo
del hombre que ya no es forzado a mirar lejos, sino que más bien debe aprender a
mirar microscópicamente. No obstante en la filosofía tradicional se consideró como
7
Ibídem, Aforismo 3, p. 24.
8
Nietzsche, Friedrich, Aurora, ed Gradfico, sin trad. Bs. As, 2005, Aforismo 43, p. 48.
6
posible a la objetividad del conocimiento, esto significa que los filósofos
dogmáticos creyeron poder utilizar a la razón desprendida de cualquier elemento
subjetivo que pudiera afectarla, demostrando así que lo único que les parecía
esencial era el conocimiento objetivo e inmutable. Por lo cual, Nietzsche sugiere
que esta confianza en las posibilidades de la razón descansa en la creencia de la
realidad absoluta: el mundo de las Ideas de Platón o el Dios cristiano.
No obstante, hay que tener presente que esta realidad no deja de ser una
construcción de la fantasía humana. Podemos hablar de conocimiento concluye
Nietzsche pero aceptando su carácter relativo, subjetivo.9
La época de la decadencia.
Historia de la decadencia:
9
Ibídem, Aforismo 44, p. 49.
7
Estos pensadores dan lugar a la ciencia y a la metafísica en condiciones que
permiten la aparición de la religión y la moral.
Presencia del cristianismo: se extiende a todos los hombres las ideas exclusivas
de unos pocos como ser: el dualismo ontológico y antropológico; el mundo
inteligible de Platón es el mundo divino, el mundo sensible es lo terrenal; el alma
está en oposición al cuerpo.
Edad moderna: es la crisis del platonismo y del cristianismo; el empirismo, la
Ilustración y el materialismo señalan el carácter ilusorio de las creencias
anteriores.
En el presente: estamos en una época de crisis, “la muerte de Dios” que ha sido
el eje de orientación en toda cultura ha desaparecido y ello provoca que el hombre
se sienta desorientado y ya no pueda creer en la Verdad Absoluta. Sin embargo,
esta crisis es necesaria ya que ella llama a una nueva forma de estar en el mundo,
a la aparición de un nuevo hombre, una nueva concepción de la vida.
10
Nietzsche, Friedrich, La voluntad de poder, citado en Savater, Fernando, Idea de Nietzsche, ed. Ariel, 5ta.
Ed. Barcelona, Apéndices, p119.
8
asimismo niega el perspectivismo y asume verdades ubicadas en un mundo
alejado del real.
Noción de verdad.
De acuerdo a Nietzsche.
En la búsqueda de la verdad no hay sólo pasiones sino que también hay valores
decadentes -o no – que actúan en ella; es decir, el hombre buscará la verdad de
acuerdo a lugares previamente fijados; esta situación se la puede denominar como
Überzeugung (convicción).
La convicción significará el estar por encima de las pruebas, el aceptar el hecho
de que en cada persona funciona un conjunto de preguntas establecidas de
antemano, a las que la multiplicidad que somos responde con ciertas afirmaciones
también fijadas de antemano.
La noción de verdad en Nietzsche es concebida como metáforas que se han
convertido en monedas manoseadas y gastadas que han perdido su valor 12. En
otras palabras la sagacidad de este pensador estuvo en quitarle toda mítica
concepción y en despojarla de sus adornos y artificios. Asimismo, sostuvo que los
dogmáticos le construyeron sólidos edificios a la verdad (geométricos-
matemáticos, sistemas morales, históricos), en los cuales ella jamás se sintió
cómoda, sino que se resintió de que la separaran del mundo de la experiencia y la
restringieran a lo suprasensible.
11
Nietzsche, Friedrich, Más allá del bien y del mal, Op. cit. Aforismo 1, p. 21.
12
Nietzsche, Friedrich, “Verdad y mentira en sentido extramoral”, trad. Editorial Tecnos, Madrid. p. 6.
9
Pensadores tradicionales.
“(...) los juicios más falsos (de ellos forman parte los juicios sintéticos a priori) son
los más imprescindibles para nosotros, que el hombre no podría vivir si no
admitiese las ficciones lógicas, si no midiese la realidad con la medida del mundo
puramente inventado de lo incondicionado, idéntico-a-sí-mismo.”13
13
Nietzsche, Friederich, Op. cit, Aforismo 4. p.24.
14
Ídem, Aforismo 1. p.21.
10
negativa; por otro lado “no hay verdad” puede implicar otra frase, es decir, que ello
que se dice es verdad.
Consecuentemente, la negación de la verdad en la primera no invalida la
afirmación de la verdad en la segunda, porque se trata de verdades diferentes.
Esto nos deja como reseña que la verdad no es algo que esté allí para ser
descubierto, sino que es algo que se produce, que se construye por relación a
problemas culturales concretos. El hombre creador le llena de contenido, le manda
a hacer ser algo y ella obedece cuando el mandante tiene poder, cuando sabe
mandarla. En consonancia, la verdad es esa clase de error, sin el que un
determinado tipo de seres vivientes no puede vivir, pues, los filósofos auténticos,
son los que les ponen nombres a las cosas y las re-bautizan de acuerdo a la
realidad contingente que están viviendo.
En efecto, lo que importa no es la verdad de la verdad, sino su utilidad, es decir,
las ventajas que derivan de tenerla por verdad.
15
Ídem, Aforismo 2, p. 22.
11
esencialmente idénticas a ellas; lo cual demuestra que se deberá comenzar a
aceptar como condición de vida a la no-verdad.16
En relación a Platón.
16
Ídem, Aforismo 3, p. 24.
17
Ésta concepción es consensuada asimismo por el cristianismo.
18
Platón, República L. VI, Instituto de Estudios Políticos, trad. José Manuel Pabón y Manuel Fernández
Galiano, Madrid, 1969. p. 213, 507 c.
12
Por consiguiente, para Platón la educación será importante para el ojo de la
filosofía ya que, por ella, se pueden introducir confusiones si no se realiza
previamente la diferenciación esencial entre lo que es bueno en sí y lo que es
bueno relativamente.
En base a esto, el que posee una naturaleza no filosófica llamará bueno a todo
aquello que le cause placer y mal a todo lo que lo irrite, siendo, por el contrario,
que la idea del bien es el objeto del más sublime conocimiento, donde la justicia y
las demás virtudes deben a ésta su utilidad y todas sus ventajas, porque es ella, la
que nos proporciona el objeto de conocimiento y sus facultades, pero también, es
la idea del bien, causa de la ciencia y de la verdad.
“(...) el bien no es esencia, sino algo que está todavía por encima de aquélla en
cuanto a dignidad y poder.”20
13
En relación a Kant.
14
formular a la noción de los conceptos para que no sean rocas o representaciones
que han olvidado su carácter de representación y que sólo se toman por la verdad
de la cosa; pues nacieron de una experiencia original y única, pero ahora deben
servir para experiencias innumerables, forzadamente análogas, en todo caso para
sustituir lo diverso por lo uno, lo cambiante por lo estable.
“Ahora para conseguir el conocimiento, hay que tropezar constantemente con las
palabras que se han hecho eternas y duras como la piedra, tanto que es más fácil
romperse una pierna que romper una palabra.”24
24
Nietzsche, Friedrich, Aurora, Op. cit. Aforismo 47. p. 50.
25
Nietzsche, Friedrich, Más allá del bien y del mal, Op. cit. Aforismo 2, p. 23.
15
CONCLUSIÓN.
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obras hay que estar atento a sus estados anímicos, la época en la cual escribe o
sus influencias externas.
En consecuencia, he descubierto que el vocabulario utilizado no resulta de fácil
comprensión, pues cada palabra capital empleada para aludir a algo, aparece
hilvanada con mitología, burlas, críticas, desprestigio, las cuales me han llevado a
que me arme de cierta paciencia a la hora de desarrollar este trabajo, ya que es
inevitable que caiga en ciertas telas de araña a la hora de comprender a
Nietzsche.
Ha resultado que el título de mi trabajo se inició con una de las pretensiones
que puede captar de este autor: la importancia del estar despiertos. Con lo que a
mí respecta, estoy de acuerdo en su labor para la producción de pensamientos
que carezcan del eje orientador tradicional ya que la postulación del
perspectivismo y de la subjetividad son claves para comprender ésta época actual
y para asimismo salirse del eterno sueño de creer en una irrealidad alejada de
este mundo.
En efecto se puede comprender que la crisis que experimentamos hoy en día se
torna necesaria para el alumbramiento del nuevo filósofo....el cual quizás con sólo
anhelar una realidad subjetiva o más bien creadora ya se está colocando con ello
más allá del bien y del mal.
En resumen, considero a este trabajo, como una leve génesis del nuevo
género de filósofos. Esto resulta así por las paradas que tuve que realizar a la
hora de comenzar a pensar en un nuevo hombre, por ello estarán embarcados a
circular por el dogmatismo, Platón, Kant, la decadencia y demás significaciones
que Nietzsche ha elaborado en sus obras para obtener el nacimiento de un posible
superhombre, o tan sólo en esta instancia un filósofo del porvenir.
BIBLIOGRAFÍA:
Bibliografía primaria:
17
Nietzsche, Friedrich, Más allá del bien y del mal, ed. Folio, trad. Andrés
Sánchez Pascual, España, 1999.
Bibliografía secundaria:
Savater, Fernando, Idea de Nietzsche, ed. Ariel, 5ta. ed. Barcelona 2003.
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