You are on page 1of 20

Daniel Medvedov

El entrenamiento
Ch'an- Zen
EL METODO DEL RETORNO

ZEN : Un Sistema Espiritual

Viena
2011
Queridos amigos, habéis venido aquí a oír algo
sobre el Zen, supongo, y no a preguntar por mi
instrucción, pues no me conocen, luego yo tampoco
os conozco. Cada día desde la mañana hasta el
anochecer, todos estáis trabajado duro para
buscaros la vida. A pesar de eso, todavía deseáis
ilustraros en esa materia, que ha sido motivo de
sendos estudios en occidente. Yo, Daniel
Medvedov, si tengo algo que decir sobre Zen, es
por haber tratado, antes de hablar, de entender lo
que estoy diciendo, y ese algo es poco, tanto como
una rama de árbol, si lo comparamos al bosque del
Zen. Tampoco tiene mucha importancia, tal vez
tenga poca. Sólo puedo sugerir y evocar ciertas
practicas que he preparado para vosotros, luego de
haber aprendido de mis maestros algo, y luego de
haber comprendido un poco lo que he practicado
mucho, debido ello a mi escasa inteligencia.

2
MÉTODO
Hay muchas clases de métodos, pero este que os
presento es volver el oído para escuchar nuestra
propia-naturaleza, uno de los métodos del
aprendizaje Ch'an, llamado, en chino, FU, El
Retorno. Zen o Ch'an no es necesariamente
sentarse a meditar en un lugar tranquilo.

REQUISITOS: No hay ningún requisito, pero hay


unas DESIDERATA:
1. Debes saber, y si no sabes, al menos debes
creer firmemente en la ley de causalidad. Esa ley
consiste en que todo pensamiento, sentimiento y
movimiento se graba y tendrá su eco en el futuro.
Si deseas saber algo de tu destino, analiza con
atención los eventos que ya han ocurrido en tu
vida. La Bondad y lo “bueno” consisten en una
polaridad de categorías: lo Positivo y lo Negativo.
Lo “malo” no existe, pues tal concepto es
creado por el hombre como un virus para atacar el
principio universal de la Bondad.

3
El Destino consiste en obligaciones, deberes,
compromisos, premios y castigos. Todos estamos
sujetos a ello.
La única diferencia entre un sabio y un necio es
que el sabio no pasa por alto las causas y los
efectos de la ley del destino.
Asimismo, todos debemos estar alerta con lo
que pensamos, decimos y hacemos en cada
momento, para tratar con cautela las graciosas
coincidencias del diario convivir.
 
2. Estricta observación de la regla del Retorno a
Uno Mismo, disciplina diaria aplicada luego de
cada evento y cada acción.
Existe algo llamado “capacidad de asombro”. Cada
quien se asombra de las cosas según su propio
estilo. El termino COSA es muy interesante desde
el punto de vista Zen.
P.: ¿Que hay?
R.: Cosas.
Las cosas son seres, criaturas, hechos y
objetos.

4
¿Qué es una hua t'ou? (lit. “cabeza-de-palabra”).
La palabra es la palabra pronunciada, y la cabeza
es aquello que precede a la palabra. Antes de que
algo sea dicho, eso es el hua t'ou o pre-palabra. En
el Zen, aquello llamado hua t'ou es el momento
anterior a que un pensamiento surja. Tan pronto
como un pensamiento surge, se vuelve un hua wei
(lit. “cola-de-palabra”). Al momento antes de que
un pensamiento surja se le llama “Hsien Tien” o
“Cielo Anterior”, lo “aun no-nacido”. Ese vacío
preter-natural, que no es ni removido, ni atascado,
y tampoco inmóvil, ni limitado, es llamado lo
“indeterminable”, lo “inasible”. El incesante vaivén
de la luz a través del enfocar su brillo hacia el
interior de uno mismo, instante sin duración tras
instante sin duración, y excluyendo todas las demás
cosas, es llamado “mirar dentro del hua t'ou'”o
“estar cuidando el hua t'ou”.

5
He aquí una historia del escultor vasco Oteiza, que
evoca la sensación de la cual estamos hablando:De
muy niño, en Orio, donde he nacido, mi
abuelo solía llevarnos de paseo a la playa. Yo
sentía una enorme atracción por unos grandes
hoyos que había en la parte más interior.
Solía ocultarme en uno de ellos, acostado,
mirando el gran espacio solo del cielo que
quedaba sobre mí, mientras desaparecía todo
lo que había a mi alrededor. Me sentía
profundamente protegido...
Oteiza

Cuando uno mira dentro de un hua t'ou, la cosa


más importante es hacer surgir la capacidad de
asombro, que se parece a una duda. La capacidad
de asombro o la duda sin motivo es el apoyo del
hua t'ou.
Existen muchos hua t'ous, como: “Todas las cosas
tienen un principio, pero antes de ese principio
hubo otro principio, sin principio”.

6
O, “cuando doy vuelta y vuelta y luego me tiro
al suelo y miro el cielo, todo gira y gira, aunque mi
cuerpo esta fijo tirado en la tierra, sin moverse.
Entonces, quien se mueve?”
  Por ejemplo, cuando uno se pregunta: “¿Quién
está rezando?” todo el mundo sabe que es uno
mismo quien pronuncia la oración, pero, ¿es
repetida por la boca o por el intelecto? Si es la boca
la que la repite, ¿porqué entonces no lo hace
cuando uno duerme? Si es el intelecto el que que la
repite, ¿qué es lo que hace que parezca que es el
intelecto? Como el intelecto es inasible e
intangible, uno no entiende nada de todo esto.
Consecuentemente, algún leve sentimiento de duda
surgirá sobre ese “QUIEN”. Esta duda no debe ser
tosca; si es sutil es mejor. En todos los tiempos y
en todos los lugares, esta duda se ha aislado de las
demás modificaciones mentales que llamamos
“pensamientos”.
Ha sido examinada sin cesar, y se ha percibido
como una fuente surgente, como un arroyo
continuo. El que congela el mundo tiene cuidado de
que no surja un segundo pensamiento. Si ésta duda
continua sin respuesta, si persiste en su graciosa
incomodidad, no tratéis de sacárosla de encima, ni
de sacudírsela como un “cardo” que se ha pegado
en la ropa. Si de pronto desaparece, uno debe
volver a hacerla surgir con graciosa cautela y
moderación.

7
Los principiantes van a considerar esa practica
del hua t'ou más efectiva en lugares silenciosos,
mas que en sitio donde hay algarabía y alboroto.
Aunque todos tenemos criterio, analizar eso con
discriminación hace anular un cierto estado de
indiferencia casi olímpica. Hay que permanecer
imperturbable e indiferente tanto a la dinámica
efectividad del evento interno como a su posible
ineficiencia y uno no debe atarse a los estados de
calma y quietud o en el alboroto. De todos modos,
tal estado no se parece en nada a la indiferencia.
Hay algo que hace que todos los sabios se
parezcan: que su pensamiento es uno. Por ello el
sabio es único.
En el hua t'ou: “¿Quién está rezando?” el
énfasis y enfoque interno debe ser dirigido hacia la
palabra “Quién”, pues las otras palabras sólo sirven
como argamasa para el ladrillo principal de la
oración.
Por ejemplo en las preguntas: “¿Quién está
vistiendo ésta camisa y fuma un puro?”, ¿Quién
esta tratando de meditar?”, o “¿Quién conoce, sabe
y siente?”, tan pronto como se dedica uno a enfocar
la palabra “Quién”, digamos que hace eso mientras
está andando o tal vez estando parado, o sentado,
acostado, percibe de pronto como surge una bella
capacidad de asombro infinito sin que ello sea
necesariamente un “pensamiento”.

8
Por tanto, la palabra “Quien” del hua t'ou es
una maravillosa técnica en el entrenamiento Ch'an.
No obstante, no se debe repetir la palabra “Quien”,
o la oración “¿Quién está rezando?' de manera
mecánica, como si fuera una muletilla. Eso tiene un
sentido patente que puede fácilmente esfumarse si
no insistimos aun más en ello, por ejemplo
ampliando la pregunta de modo que de pronto
estamos indagando sobre ¿Quien es ese quien ?
Tampoco se debe investigar racionalmente para
encontrar quién es aquel que esta rezando. Hay
muchos que se demoran inútilmente en la duda de
si aquel que reza es uno mismo, o no se quien más,
y repiten sin cesar la pregunta “¿Quién estará
rezando ahora?“. Seria mucho mejor que repitiesen
el mantra A MI TI FU (Amithaba) pues eso les
llevaría, al menos, a un estado de congelación de
los pensamientos, aunque fuese por unos breves
instantes.
Otros se dejan llevar por un montón de
consideraciones que se traducen en un dialogo
interior, y así pasan rondando por las calles de la
ciudad interior consumiendo un tiempo precioso en
el cual mejor hubiesen estado congelando las cosas
que inevitablemente se abalanzan en nuestra cabeza
cuando nos disponemos a no pensar.

9
La duda no surge, es creada por uno mismo y la
diferencia con el estado de asombro consiste en que
el asombro nace como el sonido AAAAA que
emite el recién nacido al ser dado a luz. Cuanto
más pensamos, más crece la espuma de los
pensamientos, como en la cocina la clara de huevo
que debe llevarse a punto de nieve. Hay que estar
alerta al inútil dialogo interior. Ello desaparece con
la pregunta ¿Quién eres?, dirigida hacia ese dialogo
mismo. El bello maestro ZEN Xun YUN decía que
normalmente, los principiantes se asombran del
surgimiento de una duda, pues tal tipo de duda es
muy tosco. Puede que ésta sea útil para detenerse
un rato, bruscamente, y luego continuar de nuevo.
De pronto tal duda nos parecerá familiar y de
repente ya es desconocida. El proceso descrito es
una trampa y solo representa un columpio de
indagaciones que no tienen fin.
Cuando esa errática divagación de nuestro
intelecto es atada al poste como un caballo
desbocado y el mono del corazón es poco a poco
calmado, el proceso de pensar se congela y el vaho
del espejo desaparece gradualmente. Entonces,
uno esta contemplando y a ello se le llama “mirar
dentro” de un hua t'ou.
Poco a poco, la practica nos llevara a un estado
espontaneo de surgimiento de la capacidad de
asombro. Con ello no es que estamos avanzando en
el camino: se trata simplemente de una calistenia.

10
Cuando siento el asombro interno ocurre una
sonrisa y todos los que practican se reconocen a
través de esta sonrisa, un signo real del avance
hacia si mismo. Hay otras palabras además de
QUIEN. De hecho se puede afirmar que ese
método posee cinco preguntas y cinco respuestas,
agregando a ello una serie de confirmaciones
plenarias:
QUIEN – YO YO SOY YO
CUANDO –YA YA ES YA
QUE – ESO ESO ES ESO
COMO – ASI ASI ES ASI
DONDE – AQUÍ AQUÍ ES AQUI
YO, YA, ESO, ASI, AQUÍ son cinco palabras
trascendentes.
 “Yo” no puedo ser sino YO
 “Ya” no puede ser otro momento sino YA
 “Eso” no puede ser otra cosa que ESO
 “Así” no puede ser de otra manera que ASI
 “Aquí” no puede ser en otra parte que AQUI


11
A Zen glance . . .

12
“Retornar hacia atrás” es “Volver hacia adentro”.
“Aquello que no ha nacido y jamás muere” es mi
propia naturaleza: YO. Cuando el escuchar y el
mirar buscan sonidos y formas del rio mundano de
los eventos, entonces el oír no va más allá del
sonido y el ver no va más allá de la forma y del
aspecto casual de las cosas. Aun así, cuando nos
bañamos en el manantial de lo mundano, la
meditación se vuelca hacia adentro y descubre al
YO, sentado cómodamente en medio de todas las
cosas.
Cuando el “oír” y el “ver” se transforma en
“escuchar” y en “mirar”, ya no siguen, ni
persiguen, al sonido o a las apariencias, y se
transfiguran los dos en una sola cosa: la
contemplación de la naturaleza verdadera de uno
mismo, el YO. Ese YO mira y ve algo único,
luminoso y sonoro al mismo tiempo, un brillo
latente que late con luz y suena con las llamas
solares de los rayos del silencio, quietud motora,
vacío candente, circulo flamígero por donde salto
YO, como un tigre de mi circo, como un león
domado de mi arena particular. El Yo es puro sabio
e iluminado, pero mi persona lo opaca con sus
propias sombras, deseos y juegos mundanos en el
gran mercado de la diversión citadina.

13
En el desafío para desarrollar las propias
intenciones y anhelos, lo primero de todo es
adoptar una disciplina magisterial. De allí el
“discípulo” y el “maestro”. La disciplina produce
imperturbabilidad, y la imperturbabilidad engendra
el saber. Si no hay disciplina no hay iniciación. La
Iniciación quiere decir “comienzo”, “inicio”,
“principio”. No se puede avanzar en un viaje si no
dejamos los muebles en casa. Aunque los cargues
en la espalda, no llegaras lejos. La disciplina es un
piano con ruedas que tu empujas por una autopista
del deseo. He aquí una experiencia personal que
deseo compartir con vosotros: se llama El Sueño
del Piano con Cola que se mordía la Cola como la
Serpiente Ouroboros.

El
Sueño
del
Piano
con
Cola

14
Soñé que empujaba, y a veces
arrastraba, por las calles de una gran
ciudad, un piano con cola. Era un
objeto impecable de madera de
ébano y su brillo atraía a la gente que
luego me ayudaba, a pasar los
huecos y demás incomodidades de la
calle.
Atravesaba los charcos, superaba
los obstáculos de las esquinas donde,
a ratos, encontraba montones de
escombros, pero YO (ese YO del
cual hablaba hace poco, más arriba!)
aguantaba el peso del gran
instrumento cuando la calle tenía una
bajada y ayudado siempre por
muchos amigos, empujaba el negro
cuerpo musical hasta alcanzar otra
vez el trayecto plano de la vía.
El piano tenía marcado en oro el
nombre de la fábrica,

15
OUROBOROS. Era un gran piano
con cola, un instrumento de
concierto, objeto raro y caro.
Detrás de la caja de los teclados,
en una esquina, tenía inscrito lo
siguiente: La profecía estará
realizada cuando el piano se muerda
la cola.

Yo sé que la boca del piano es el


teclado y que las teclas mismas son
los DIENTES, con sus negras caries
y todo. Por ello cerré bien la tapa
de las teclas y seguí empujándolo y
arrastrándolo, pasando por un último
obstáculo de piedras y a través de un
pantano.

Por fin, luego de varias vueltas


salí a la gran avenida que cortaba la

16
ciudad de norte a sur, parecía La
Diagonal de Barcelona y la gente,
muy cariñosa, me hizo entender que
el camino ya está fino, libre y,
finalmente, sin obstáculos.
Ahora sólo tenía que arrastrarlo,
o empujarlo, rodarlo así poco a poco
por sus pequeñas ruedas de los tres
pies. No me gusta llamar "patas" a
las tres columnas del piano.
Le pregunté a mi maestro Zen,
señor NAN, sobre el sentido de este
sueño. Me dijo lo siguiente:
"Llegará un día en el cual tu
trabajo alcanzará un suave rodar, con
la facilidad y soltura del andar por
una gran avenida.

El piano es tu talento y tu labor


extenuante, pero recuerda, Nadiel,

17
todavía no habías tocado nada en el
sueño, ninguna melodía.”
¡El piano de cola, OUROBOROS, se
muerde la cola! ¡Qué imagen más
cómica!
Tenía entendido que
OUROBOROS era la serpiente
alquímica, que cuando se mordía la
cola todo andaba perfectamente.
Pero no se la mordía – afirmó un día
mi maestro – ¡se la chupaba, la
saboreaba!
“Llegará un día en el cual estos
libros que estás escribiendo -el piano
de tu sueño, pues cada uno es una
tecla y son como las constelaciones,
ochenta-y-ocho - alcanzará la gran
VÍA REAL.
Hasta entonces hay mucho
trabajo y muchos desafíos.
“¿Recuerdas que CHOPIN tiene un

18
estudio de las teclas negras? Es la
gama pentatónica. Tócalo cuando
este sueño se cumpla".
El señor Nan me estaba diciendo
eso hace casi cuarenta años y hoy lo
sigo oyendo a mi derecha.
No debo mirar, está allí, en
silencio. Si tratara de verlo,
desaparecería al instante. Así me
enseñó actuar en la vida mi querido
maestro.
En París, cuando dormía en el
Gabinete Fantástico del Doctor M.,
leí un poema sobre un piano, lo
recuerdo íntegro: el número 22 del
libro INTRODUCCIÓN A LA
CIENCIA FEMENINA.
Por tanto, declaro que la disciplina es
importante en toda empresa, aunque mi declaración
no sea muy original. Un hombre que observa una
disciplina férrea es ayudado, guardado y protegido
por las potencias visinvisibles llamadas
FECTORES. Esas fuerzas son las siguientes:

19
 A-FECTORES
 CON-FECTORES
 DE-FECTORES
 CON-FECTORES
 E-FECTORES
 IN-FECTORES
 PER-FECTORES
 PRE-FECTORES
 RE-FECTORES
Ese sujeto es respetado por ellos y a la vez
temido por las potencias negativas que atacan al
mundo entero debido a descuidos, resbalones, y
quien sabe a que razones más.

"No podemos dirigir el viento, pero podemos


ajustar las velas."

Bertha Calloway *

20

You might also like