You are on page 1of 58

ESTADO SOCIAL DE DERECHO Y DERECHOS

HUMANOS

I. MARCO GENERAL

1. Fortalecimiento del Estado Social de Derecho

El fortalecimiento del Estado Social de Derecho es fundamental para la plena


inserción de Colombia en la comunidad de naciones del mundo, como para
alcanzar la paz, proteger a la población, reforzar la legitimidad del Estado,
alcanzar un desarrollo humano sostenible, y asegurar la eficacia de las
políticas públicas en general.

Colombia, como Estado de Derecho, cuenta con una larga tradición


democrática y una autoridades percibidas como legítimas por su población. Su
vida política es continua y plural, propia de una democracia abierta que ha
evolucionado para superar fenómenos de exclusión política registrados en las
décadas anteriores. Desde hace unos lustros, la violencia se revela como la
mayor amenaza de la democracia colombiana. La concurrencia de
organizaciones armadas al margen de la ley y del negocio de las drogas
ilícitas, ha impulsado esta violencia a niveles anteriormente impensables, por
la capacidad bélica que las organizaciones guerrilleras y de autodefensa han
alcanzado desde que cuentan con fuentes estables y cuantiosísimas de
financiación. El impacto sobre la población y las instituciones de la
conjunción de la riqueza ilegal y las organizaciones armadas ilegales, es muy
fuerte. No obstante carecer del poder de comprometer la existencia misma de
la democracia y el estado de derecho, sí han mostrado capacidad para alterar
en ocasiones el funcionamiento de las instituciones, deteriorar
significativamente el bienestar de la población, afectar el crecimiento de la
economía nacional, y perturbar el desarrollo de la vida política nacional.

Así, el Estado colombiano muestra fortalezas, representadas en una larga


estabilidad democrática, en una legitimidad institucional reforzada en estos
tiempos de dificultades, un aparato económico que ha resistido el embate del
terrorismo y la violencia, y una cultura política pluralista que se afirma día a
día. Sus debilidades guardan relación con los problemas estructurales de
violencia y pobreza -agudizada ésta por aquella-, frente a los cuales algunas
instituciones se han visto insuficientes para enfrentar el desafío que surgió
desde la ilegalidad y la antidemocracia. La política de Defensa y Seguridad
Democrática propuesta e institucionalizada en el Plan Nacional de Desarrollo
por iniciativa del Presidente de la República, busca la construcción de un
orden que fortalezca el Estado de Derecho en los diversos territorios del país,
proteja a la población de todos los sectores sociales, y asegure la viabilidad de
la democracia y afiance la legitimidad del Estado.

En suma, Colombia necesita reforzar su capacidad para enfrentar los


fenómenos de la violencia y el narcotráfico y para proteger a la población de
sus efectos. Así como fortalecer sus posibilidades para el cumplimiento de los
deberes sociales a su cargo, frente a los derechos sociales, económicos y
culturales de la población. En suma, para la realización integral del Estado
Social de Derecho. Por ello, el Gobierno Nacional plantea a la comunidad
internacional un conjunto de iniciativas, entre otras, en las áreas de los
derechos humanos, el sistema de justicia y la probidad, integridad y
transparencia de lo público.

2. Derechos Humanos y DIH

La situación de derechos humanos en Colombia se ha visto considerablemente


afectada en los últimos años por la persistencia y gravedad de las acciones
cometidas por grupos armados al margen de la ley. El auge militar y
económico de estas organizaciones, en gran medida proveniente de recursos
del narcotráfico y la degradación en sus métodos de lucha ha trascendido los
ámbitos rurales y locales, desbordándose en dinámicas regionales con
repercusiones violentas en centros urbanos. Esta situación se expresa en
fenómenos como los ataques contra la población civil, el homicidio selectivo y
múltiple, el secuestro, el reclutamiento de menores, el desplazamiento
forzado, la utilización de minas antipersonales, los actos de terrorismo, en fin,
prácticas todas ellas inaceptables que afectan el goce de los DH de la
población y disminuyen la capacidad del Estado para cumplir su obligación de
protegerlos y garantizarlos. De ahí que el Gobierno Nacional y las autoridades
públicas en su conjunto se sumen a la condena de estas prácticas inaceptables
contenidas en el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos.

Algunos de estos fenómenos han presentado signos de mejoría en el último


año. Lo cual indica que es preciso persistir en la consolidación de esta
tendencia y fortalecer la acción del Estado y el apoyo de la población, en
procura de confrontar los fenómenos y factores que afectan la situación de
derechos humanos de los habitantes del país.

Homicidios de Maestros
Enero a julio de 2002 y 2003
18
16
14
12
10 2002
8 2003
6
4
2
0
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul

Con todo, el Estado no rehuye sus responsabilidades frente a la situación de


derechos humanos que vive Colombia. Es por eso que, dentro de las
propuestas de fortalecimiento institucional y promoción de una cultura de los
DH y el DIH, se plantean líneas de acción para mejorar constantemente el
desempeño de sus agentes frente a los derechos humanos de la sociedad y la
población en general, entendido como el deber del poder público en todas sus
actuaciones y la clave para la legitimación diaria del Estado Social de
Derecho.

En tal sentido, es necesario avanzar en la sensibilización de las autoridades


regionales y locales sobre la importancia del impulso de los derechos humanos
y el derecho internacional humanitario como un asunto propio. En este campo,
es posible constatar el desbordamiento de las instancias nacionales ante la
multiplicación de demandas de los entes territoriales. Frente a dicha situación,
es preciso trabajar por la asunción de responsabilidades por parte de los entes
territoriales, al punto que se constituyan en multiplicadores de los esfuerzos
nacionales y asuman las competencias que les corresponde en su condición de
responsables constitucionales y legales del orden público en su respectivo
territorio.

Para el Estado colombiano es estratégico el apoyo y acompañamiento de la


comunidad internacional para superar las amenazas contra la plena vigencia y
efectividad de los derechos humanos en el país, mediante el incremento de la
confianza pública en las instituciones, el aumento de la gobernabilidad a nivel
central y regional, y en suma, el fortalecimiento del Estado Social de Derecho.
3. Sistema de Justicia

La administración de justicia es una función pública consustancial al Estado


moderno, en cualquiera de sus concepciones ideológicas. Suele señalarse que
buena parte de los problemas de orden público, criminalidad y cumplimiento
de la ley que viene padeciendo Colombia desde las últimas décadas, se
explican por deficiencias en la prestación del servicio de justicia; así mismo,
se asocia la debilidad relativa del Estado con los problemas de nuestro sistema
de justicia. La lucha contra la impunidad, en todas sus manifestaciones, está
en el primer orden de la agenda nacional e internacional para Colombia.

La justicia fue primera víctima de la emergencia del narcotráfico y el


terrorismo en los años ochentas. El aparato judicial necesitó de refuerzos que
se adoptaron como medidas extraordinarias en aquella década y por la
Constitución de 1991. La creación de la Fiscalía General de la Nación y de
una jurisdicción especializada para enfrentar las grandes organizaciones
criminales y narcotraficantes, fueron instrumentos claves de lucha contra la
impunidad. Y pese a los avances innegables, frente a delitos de gran lesividad
e impacto social la capacidad de investigación y juzgamiento del Estado
registra debilidades.

Adicionalmente, las estructuras judiciales tradicionales no tienen la capacidad


necesaria para atender la creciente conflictividad, afectando con ello el acceso
a una justicia oportuna y eficaz, especialmente de las poblaciones más débiles
de la sociedad. Da muestra de ello, la acumulación de procesos en los
despachos judiciales, unos tiempos procesales elevados y la atención relativa
de las pequeñas causas. Esta conflictividad irresuelta tiende a generar
desconfianzas de la población hacia sus instituciones de justicia y puede
derivar hacia formas ilegales de autoresolución de los mismos con incremento
de los niveles de violencia y delictividad.

El acceso a la justicia es un derecho constitucional básico que debe ser


garantizado para su realización efectiva: es el poder de demandar del Estado
su intervención para la defensa de derechos subjetivos y la resolución de
conflictos jurídicos. Es entregado por los ciudadanos al Estado a cambio de
deponer su poder inconveniente de autodefensa y de autojusticia, en aras de la
convivencia pacífica. El primer requisito para la realización del derecho de
acceso a la justicia es la existencia de condiciones de orden público que
permitan a los ciudadanos acercarse libremente a la autoridad judicial y a los
funcionarios judiciales impartir justicia libres de coacción. Por eso, el
fortalecimiento de la administración de justicia está estrechamente vinculada a
la política de seguridad democrática. Adicionalmente, desde una perspectiva
funcional, se han identificado empíricamente obstáculos específicos de acceso
a la justicia, principalmente de carácter institucional, cultural, legal y
geográfico, cuya superación exige un esfuerzo constante.

El fortalecimiento de la justicia es, además, una necesidad correlativa con la


dimensión de la amenaza social representada en las organizaciones armadas
ilegales y los fenómenos del narcotráfico y la gran delincuencia, y de ahí, la
prioridad que se le otorga a la lucha contra la impunidad. También surge
como un imperativo de las aceleradas dinámicas de globalización económica
que requiere de instituciones fuertes y ágiles para la debida y oportuna
resolución de conflictos. Por ello, el Gobierno Nacional y los partidos
políticos han propuesto al país emprender una reforma judicial, que abarque la
modificación de la Constitución Política y los estatutos legales de
organización del servicio de justicia. Será tema prioritario de la agenda
legislativa de 2004 y 2005.

4. Lucha contra la Corrupción

El incremento de la transparencia y eficiencia del Estado es uno de los pilares


de la actual estrategia de gobierno. El Plan Nacional de Desarrollo expresa
que “una de las consecuencias más serias de la corrupción es la pérdida de
confianza en el gobierno y el surgimiento de un apreciable grado de apatía y
disociación en la ciudadanía. También erosiona la legitimidad del Estado,
limita el proceso de desarrollo nacional y pervierte el ahorro público”.

La corrupción tiene consecuencias perversas no sólo sobre la eficiencia del


Estado sino sobre la competitividad de la economía: reduce la inversión por
altos costos de transacción debido a pagos o medidas arbitrarias; restringe la
libre competencia en contra del más eficiente; genera pérdidas en el ámbito
fiscal, ya que las ganancias de operaciones corruptas no pagan impuestos e
implican menores ingresos para el erario público; empeora la distribución del
ingreso al dejar estas rentas en mano de unos pocos, en perjuicio del
cubrimiento de deficiencias sociales; genera sobrecostos para el sector
productivo y no permite garantizar la eficiente prestación de los servicios
públicos y demás servicios propios del Estado.
La captura de rentas del Estado -entendida como “la capacidad de grupos de
interés para influir a través de prácticas corruptas en los altos procesos de
decisión estatal”- es una de las formas más contundentes de corrupción. El
desvío presupuestal en las compras y contrataciones estatales, es otra de
las modalidades más recurrentes, unido al desempeño institucional en
ocasiones deficiente en materias de transparencia, control interno y
autonomía. La fiscalización del ejercicio del poder, la democratización del
sistema político, el desmonte de la impunidad por parte del aparato de la
justicia, el fortalecimiento de medios de comunicación libres y
responsables, la apropiación de la sociedad de su derecho por ejercer el
control social y la revaloración de la ética, la instauración de una
institucionalidad que promueva la transparencia y excelencia de la gestión
pública, son algunas de las condiciones que pueden generar cambios
sociales determinantes en aquellas prácticas y costumbres permeadas por
la corrupción.

La legitimidad y gobernabilidad del régimen político e institucional no solo


atiende al ejercicio del poder sino a la capacidad de satisfacer las
expectativas de los ciudadanos en cuanto empleo, seguridad, justicia,
prestación de servicios públicos básicos, a la eficiencia, buen uso y
transparencia de los recursos públicos y de su administración, y no menos
importante de la efectiva intervención del sistema político en la defensa de
los intereses de la sociedad y del bien común. La política pública
anticorrupción busca responder a las mayores preocupaciones de la
sociedad colombiana, quien considera el fenómeno de la corrupción como
uno de los principales problemas más graves del país. Esta Política se ha
formalizado en el Programa Presidencial de Lucha contra La Corrupción,
y en las bases por la transparencia consolidadas en el Plan Nacional de
Desarrollo 2003 – 2006.

II. MARCO DE LA COOPERACIÓN

1. PND y Estrategia de Cooperación Internacional

El Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006, presentado al país por el Gobierno


Nacional y aprobado por el Congreso de la República, es el marco
institucional de la “Estrategia de Cooperación Internacional” presentado por la
Presidencia de la República, El Ministerio de Relaciones Exteriores y la
ACCI. La política pública expresada por el Presidente de la República, el
Vicepresidente de la República, los cuerpos legislativos, los órganos de la
Rama Judicial, los órganos constitucionales de control, y las autoridades
sectoriales y territoriales, complementan esta perspectiva.

2. Construcción participativa

Tras la reunión de Londres, del 10 de julio de 2003, el Gobierno Nacional y la


comunidad internacional acordaron revisar y reorientar sus programas de
cooperación, con la participación de las diversas entidades nacionales y del
orden territorial, generando espacios de diálogo y concertación con la
sociedad civil y las representaciones diplomáticas acreditadas.

Con tal carácter, se realizaron nueves Mesas de Trabajo, tres para cada una de
las áreas del bloque “Estado Social de Derecho y DH”, a saber: “Derechos
Humanos y DIH”, “Justicia y organismos de Control” y “Anticorrupción y
Transparencia”. Adicionalmente, se adelantaron seis Mesas Regionales para el
área específica de “Derechos Humanos y DIH”. Este documento busca
recoger iniciativas y propuestas deliberadas en tales escenarios, para la
cooperación internacional. De otra parte, se elaboraron memorias de las
reuniones, en las que se deja constancia de los consensos, críticas y disensos
de los participantes.

La construcción participativa es el preámbulo de la ejecución y evaluación


conjunta de la estrategia para los DH y el DIH, la administración de justicia y
la lucha contra la corrupción, por parte del Estado colombiano, la comunidad
internacional y la sociedad civil expresada en la diversidad de organizaciones
sociales y no gubernamentales.

3. Presencia integral de los derechos humanos en los bloques de la


estrategia

Un primer consenso parte de considerar que los derechos humanos permean


todas las actividades materia de cooperación internacional, no solo en relación
con las otras áreas de este bloque (Justicia y Anticorrupción) sino de los
restantes bloques que conforman la Estrategia (Bosques, Paz y
Reincorporación, Desarrollo Productivo y Alternativo, Programas Regionales
de Desarrollo y Paz, Desplazamiento Forzoso y Asistencia Humanitaria). En
consecuencia, debe procurarse la mayor coherencia en su tratamiento al través
de los componentes de la Estrategia de Cooperación Internacional de
Colombia.
4. Conceptualización de los DH (integralidad, universalidad, igualdad e
interdependencia) , y del acceso a la justicia y la política contra la
corrupción.

Un segundo consenso, enfatizado insistentemente desde las regiones, precisa


la universalidad, integralidad, igualdad e interdependencia de los derechos
humanos. Los derechos humanos son inherentes al ser humano, sin que sus
situaciones de género o de personalidad o sus relaciones sociales o de poder
generen privilegios o discriminaciones (Constitución Política, artículos 2 y
13). E incluyen sus enunciados, los denominados derechos civiles y políticos,
los derechos económicos y sociales y los derechos culturales (DESC). Así, se
tienen por organizaciones de derechos humanos, aquellas que los promueven y
desarrollan.

La Administración de Justicia, como función pública, parte del derecho


humano fundamental de acceso a la justicia, como elemento esencial para la
paz y la convivencia (Constitución Política, artículo 229). A su vez, la
estrategia de Lucha contra la Corrupción, se funda en el reconocimiento de los
derechos e intereses colectivos relacionados con la moral administrativa y el
patrimonio público (Constitución Política, artículo 88).

En suma, este enfoque parte de una visión humanista de los fines del Estado,
los deberes de los particulares y la sociedad civil, y el concurso y
corresponsabilidad de la cooperación internacional. Y en la búsqueda del
desarrollo humano sostenible de los colombianos y los residentes en nuestro
país, en el marco de Estado Social de Derecho.

5. Políticas públicas en DH, justicia y anticorrupción y líneas de


cooperación internacional

Las líneas programáticas propuestas por el Gobierno Nacional son desarrollos


de las políticas para los derechos humanos, la función de justicia y la lucha
contra la corrupción, pero no pretenden agotarlas: son, ante todo, definiciones
de líneas de cooperación, coherentes con los objetivos de las políticas
públicas, que han sido discutidas y consultadas con los intereses y
percepciones de la comunidad de países cooperantes y las visiones de la
sociedad civil.
En tal sentido, el objetivo de este ejercicio participativo ha sido la búsqueda de
una agenda común para trabajar valores compartidos con la comunidad
internacional, sin perjuicio de las diferencias de opinión política y política
pública de los sectores representados, y con respeto a la diferencias y roles
propios de las organizaciones presentes.

6. Recomendaciones para Colombia del informe del Alto Comisionado de


las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

No obstante el entendido de que este ejercicio participativo de cooperación


internacional no es el escenario de seguimiento de las recomendaciones para
Colombia contenidas en el informe del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos, el Gobierno Nacional ha reiterado su
determinación para el desarrollo de las recomendaciones, en lo que le es
pertinente y de acuerdo con sus definiciones de política pública. Para la
cooperación internacional y para las organizaciones sociales, como para el
Gobierno Nacional, la Procuraduría General, la Defensoría del Pueblo y las
restantes instituciones y autoridades públicas, las recomendaciones son
referencia central en la elaboración y puesta en práctica de la estrategia de
cooperación.

Específicamente, las líneas programáticas relativas a los derechos humanos


expuestas en esta área específica como en los bloques en su conjunto, se
tienen por marco suficiente para el desarrollo de las recomendaciones, algunas
de ellas previstas explícitamente como líneas programáticas. Adicionalmente,
existen recomendaciones o aspectos de ellas cuya realización depende
principalmente de decisiones políticas y no precisan inversiones financieras o
técnicas, por lo cual no son materia de cooperación y sí pautas de
cumplimiento y atención. Finalmente, las líneas incluyen otros aspectos de la
política de gobierno que no están expresadas como recomendaciones y que
son objeto de presentación a la cooperación internacional y a las
organizaciones sociales.

7. Enfoque de género, perspectiva regional y étnica

La perspectiva de género reafirma la necesidad de incorporar sus contenidos


en las líneas específicas que se desarrollan. Mencionada en el Plan Nacional
de Acción de los DH-DIH y dispuesta en una línea específica, la visión de
género reafirma los derechos de mujeres y niñas en ámbitos adicionales de
acción, saber: la cultura de DH y DIH; el fortalecimiento institucional y de
OSC; la protección especial de personas, sectores y grupos; la lucha contra la
impunidad; actividades de DIH y atención a víctimas; y derechos de grupos
étnicos. En análogo sentido, el enfoque étnico, principalmente alrededor de los
derechos, necesidades y expectativas específicos de la población indígena y
afrocolombiana. Así mismo, en las líneas relativas a la administración de
justicia, en lo pertinente.

El enfoque regional, del mismo modo, está implícito en la totalidad de los


componentes, destacando la importancia de la mirada regional a la
problemática de los derechos humanos como la corresponsabilidad del nivel
departamental y municipal en la tarea de promoción y protección de los DH.

8. Criterios para la cooperación

Se parte de que los posibles programas objeto de cooperación correspondan a


temas de interés común del Estado, la comunidad internacional y la sociedad,
surgidos en procesos participativos de carácter institucional, territorial o
social. Deben tener la virtud de generar impacto con su ejecución, esto es, de
ser transformadores de realidades hacia el fortalecimiento del Estado de
Derecho, la democracia y la situación de los DDHH en Colombia, la
reducción de la pobreza, la protección de poblaciones vulnerables, el acceso a
la justicia, la disminución de la impunidad, la transparencia y la probidad.
Adicionalmente se desea impartir continuidad a programas actuales de
cooperación que han demostrado ser pertinentes y eficaces. Con todo, es
necesario discutir y establecer prioridades, para lo cual debe contarse con una
metodología de definición de las áreas relevantes de cooperación.

III. LÍNEAS DE COOPERACIÓN EN MATERIA DE


DERECHOS HUMANOS Y DIH

1. PLAN NACIONAL DE ACCIÓN EN DH-DIH -PNA-. (LÍNEA 1)

En desarrollo de la Conferencia Mundial de Viena, en 1993, Colombia y la


comunidad internacional en general asumieron el compromiso de avanzar
hacia la formulación y ejecución de un Plan de Acción en DH y DIH. El
Gobierno Nacional ha iniciado el proceso participativo de definición
metodológica del PNA y manifestado su disposición para concluirlo en
diciembre de 2004. El PNA, así mismo, es una de las recomendaciones sobre
DH y DIH contenidas en el inform de la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

1.1. Finalidad

La formulación de una política de pública en materia de DDHH y DIH,


explícita, articulada, participativa, evaluable y de largo plazo, busca la
consolidación de una cultura institucional y ciudadana de los derechos
humanos, y en suma, el fortalecimiento de la política pública en materia de
DDHH y DIH.

El Plan Nacional de Acción es una expresión concreta de esa política. Las


actividades que desarrollan diversas dependencias oficiales en materia de
DDHH, deben corresponder a una política de Estado, en el que las iniciativas
del Legislador, los planes gubernamentales, la jurisprudencia de las cortes
jurisdiccionales se integren en ella, ofreciendo un marco de acción a las
instituciones públicas, a la población en general y a los organismos y agencias
internacionales de cooperación.

1.2. Objetivo

El Plan se diseñará teniendo en cuenta la participación de las instituciones


nacionales, de las autoridades territoriales y de organizaciones de la sociedad
civil en su conjunto. El Plan Nacional de Acción entraña un proceso de
participación, cuyas conclusiones deben basarse en un consenso con los
diversos actores de su formulación.

Se basa en la noción de integralidad de los derechos, tal como se expresó en el


punto 1.4 de este documento. Y parte de seleccionar cuatro rutas de trabajo:
cultura; derecho a la vida e integridad personal; acciones contra las formas de
discriminación; y derechos económicos, sociales y culturales. Los temas del
DIH quedan implícitos en estas rutas.

1.3. Objetivos específicos:

- Contenidos básicos

Los contenidos del PNA se precisarán en el curso del proceso de elaboración


participativa. Con todo, metodológicamente, se prevén los enfoques
dominantes ya referidos. El enfoque integral de género estará incorporado en
sus contenidos, los derechos de niñas y niños, al igual que la perspectiva
étnica y los DESC.

- Evaluación

El PNA tiene un cometido participativo, tanto en su elaboración como en su


evaluación.
Para ello es importante contar con sistemas de información sobre la situación
de derechos humanos y precisar líneas de base que admitan mediciones de
avance o retroceso. Es preciso fortalecer dichos sistemas con el fin de contar
con información confiable y oportuna que permita la toma de decisiones de
política pública en estas materias y la evaluación de las mismas,
particularmente en materia de los DESC.

- Prioridad como línea en DH

En relación con líneas programáticas, se llegó a un consenso sobre la prioridad


que debe asignársele al Plan Nacional de Acción en DDHH. En este sentido,
concuerdan el Gobierno, los delegados de los países y organismos
multilaterales, y los voceros de las ONG y OSC. Así, el Plan Nacional de
Acción en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, deberá
ser cifra del contenido de las restantes líneas programáticas, especialmente
para sus componentes de corto plazo. En este orden, el Plan de Acción
Humanitaria se contempla como un bloque de la estrategia general contenida
en el PNA, en lo correspondiente.

2. CULTURA DE LOS DH y el DIH. (LÍNEA 2)

2.1. Finalidad

La situación que vive Colombia hace indispensable intensificar esfuerzos para


consolidar un esquema formativo y valorativo en los derechos, tanto de
garantías y libertades civiles y políticas de que goza toda persona, como de los
derechos económicos, sociales y culturales.

2.2. Objeto

Busca esta línea contribuciones al desarrollo y a la consolidación de una


cultura general de DDHH, tanto en la sociedad civil como en las instituciones
públicas. El mensaje de los DDHH y el DIH debe tratar de extenderse a toda
la población, para que las relaciones sociales, en lo posible, estén presididas
del respeto al prójimo y a la diferencia e inspiradas en los valores de la
convivencia y la solidaridad. La brecha que existe entre el desarrollo
normativo y la cultura, respecto de los temas de derechos humanos, debe ser
cerrada. En ello, el Estado tiene comprometida su responsabilidad de garante,
en los niveles locales, seccionales y nacional. La concepción de los derechos
humanos ha de considerarse como factor de convivencia y de democracia,
superando las consideraciones de los derechos humanos como una dimensión
ideológica-instrumental al servicio de la polarización de cualquier sector
social.

La extensión de la cultura de DH en todo el territorio supone la


descentralización de la política de DH, lo cual habrá de estar reflejado en el
PNA. Así mismo, el involucramiento de ONG y OSC es decisivo para la
eficacia de estos programas: de una parte, por su papel de corresponsabilidad
en el desarrollo social; de otra parte, por cuanto su fortalecimiento en sí
mismo es parte de programas de cultura de DH y modalidad de construcción
de comunidad.

2.3. Objetivos específicos:

- Sistema educativo y medios de comunicación

La utilización del sistema educativo, es una de las clave del proceso de


formación de una cultura de DH-DIH. Comienza con la enseñanza integral en
los niveles de educación primaria y secundaria, para lo cual se resalta la
recomendación del informe del ACNUDH; y prosigue con las prácticas y
saberes de formación permanente en todos lo niveles educativos.

A través de los medios masivos de comunicación, de las emisoras


comunitarias, de los periódicos regionales, se pueden trasmitir los contenidos
y generar dinámicas sociales alrededor de los mensajes culturales. Es
importante, en consecuencia, el fortalecimiento de mecanismos comunitarios y
locales de información.

- Formación de formadores

La formación de formadores a través del sector educativo es básico para el


fortalecimiento de cultura ciudadana. Los programas de formación de
maestros y profesores en cultura de DH tiene la virtud de multiplicar los
esfuerzos de cooperación.

La formación de personas que ayuden a la educación de otros no se limita al


sector docente. También abarca la formación de líderes locales y sociales.
Entre ellos, la de autoridades locales y líderes comunitarios, mayoritariamente
con mayor o menor nivel de formación escolar, quienes en su condición de
concejales, diputados, líderes sociales están en capacidad de realizar aportes a
la cultura de DH como a la gobernabilidad local.

- Cultura, ética y justicia

La cultura de DH, en un contexto de violencia como el nuestro, debe tener por


norte la formación de una cultura civilista, democrática, conviviente y
pacífica. Parte del conocimiento ciudadano de los derechos, de la Constitución
Política y sus mecanismos de protección y tutela. Y de la comprobación de
que en la educación está la base tanto para la prevención como la resolución
de conflictos.

Merecen apoyo las estrategias para visibilizar y cotidianizar los derechos


humanos. Por ejemplo, las formas de justicia alternativa y comunitaria deben
promoverse desde esta perspectiva. La justicia comunitaria se hace desde la
cultura.

2.4. Objeto específico: énfasis en segmentos poblacionales e institucionales

- Poblacional

Los programas de promoción permanente de una cultura de los derechos


humanos pueden hacer énfasis en algunos segmentos de la población y de las
instituciones. En cuanto a población, en niños, niñas y jóvenes de ambos
sexos, como sectores particularmente vulnerables, y al tiempo, permeables a
los mensajes formativos; ello, teniendo en cuenta las especificidades propias
de género.

- Institucional

En cuanto a las instituciones, hacia funcionarios que por la naturaleza de sus


competencias se hallan en posición de afectar los derechos humanos de la
población con que se relaciona, como los miembros de la Rama Judicial, la
Fuerza Pública, organismos de inteligencia del Estado, del sistema
penitenciario y carcelario, entre otros. Ello, sin desconocimiento de programas
de cobertura general.

- Género:

Las situaciones de discriminación, las reivindicaciones de igualdad de


derechos de género, las necesidades específicas de las mujeres y niñas en el
marco de la conflictividad que vive el país, son materia de los programas y
acciones de la cultura de los DH.

3. FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL Y DE OSC. (LÍNEA 3)

El fortalecimiento de las instituciones democráticas, entendido como la


presencia del Estado Social de Derecho en todo el territorio colombiano en
defensa de la vida, la libertad, seguridad y dignidad de sus habitantes, la
prevalencia de lo público y la vigencia del orden constitucional y legal, en el
marco de una cultura de los DH. Así como la promoción, protección y
fortalecimiento de organizaciones sociales y comunitarias, que impulsan los
ideales de convivencia pacífica y democrática. Debe comprender tanto el
fortalecimiento de las organizaciones públicas y social en sí mismas, como el
desarrollo humano y organizacional, a nivel central y descentralizado.

3.1. Fortalecimiento institucional

- Finalidad

Las instituciones públicas deben ser garantes de los DH, especialmente las que
tienen como atribución central y expresa la misión de protegerlos o aquellas
sin cuyo concurso se deteriora la situación de DH. Así mismo, las entidades
responsables de formular, coordinar y ejecutar políticas publicas que afectan
los derechos humanos de las personas, en sus derechos sociales, económicos y
culturales (DESC), y en una perspectiva de los derechos de género y de los
derechos de niñas y niños.

- Objeto

Se plantea el incremento de la presencia de la Defensoría del Pueblo y la


Procuraduría General, particularmente en regiones donde aún no hacen
presencia, especialmente en zonas de conflicto, o de desplazamiento, o alto
índice de población indígena o afrocolombiana. Así mismo, la incorporación
de personeros municipales en sus labores de veeduría de derechos y ministerio
público a los programas de protección o promoción de los DH a cargo de PGN
y la Defensoría del Pueblo.

También se plantea el fortalecimiento de las instituciones y programas de


DH-DIH al interior de la fuerza pública, para continuar la formación de sus
miembros. A este respecto, se han registrado progresos importantes en
instrucción general en materia de derechos. Se trata de intensificar esta línea, e
incorporar el tópico DH-DIH en las áreas de conducción operacional y
reforzar el apoyo al trabajo de oficiales en DH e investigadores en el marco de
la justicia penal militar. Este apoyo es un mensaje inequívoco de la voluntad y
decisión del Estado colombiano respecto de la protección de los derechos de la
población civil afectada por el conflicto y del adelantamiento de la lucha
contra las organizaciones armadas ilegales en el marco del Estado de Derecho.

Igualmente, y con carácter especialmente preventivo, es importante el


fortalecimiento de entidades responsables de diseñar e implementar las
políticas publicas sociales, particularmente los Ministerios de Protección
Social (responsable de formular la política pública de las poblaciones
vulnerables: mujeres, infancia, adulto mayor, discapacidad, desplazados,
grupos étnicos, etc., así como la políticas en salud, empleo y seguridad social),
el Ministerio de Educación Nacional, el ICBF, entre otros.

3.2. Fortalecimiento de la descentralización

- Finalidad

En cuanto fortalecimiento institucional, esta línea hace referencia al aumento


de la capacidad de los entes territoriales de prevenir las violaciones de los
derechos humanos y de promover su respeto y garantía, de manera articulada
con la sociedad civil.

- Objeto

El impulso a la descentralización de la política pública en DDHH y DIH, a


efectos de involucrar crecientemente a las autoridades territoriales en la
promoción y protección de los DDHH y en la prevención de sus violaciones.
Así mismo, el avance en la sensibilización de las autoridades regionales y
locales sobre la importancia de los derechos humanos y el derecho
internacional humanitario como un asunto propio.

- Objeto específico: planes de acción territoriales

En consecuencia, las entidades territoriales deben contar con su propio Plan de


Acción: los temas de DDHH en los planes de desarrollo municipal y
departamental, y el monitoreo de instituciones locales en las tareas de DDHH,
los programas de prevención, promoción, protección y atención a víctimas,
deben incorporarse al ordenamiento territorial. También el enfoque de género
y los derechos de mujeres; la perspectiva étnica, con las particularidadesEn
suma, es preciso apoyar la asunción de responsabilidades por parte de los
entes territoriales, al punto que se constituyan en cogestores y multiplicadores
de los esfuerzos nacionales y asuman las responsabilidades que les compete en
su condición de titulares constitucionales y legales de atribuciones de
preservación del orden público en su respectivo territorio.

La descentralización debe organizarse y ordenarse desde el propio nivel


nacional, de modo que los los ministerios y demás dependencias del orden
nacional fortalecerse esos niveles de descentralización.

- Objeto específico: personerías

Las personerías municipales son objeto especial de atención, por su


responsabilidad frente a la promoción y protección de los DH.
Adicionalmente, las instancias públicas que forman parte de un sistema local
de DH, como las secretarías de gobierno, de planeación, y similares.

Los Comités regionales y locales de DDHH, ameritan impulso y promoción,


con el concurso de las OSC y autoridades civiles, militares de las entidades
territoriales, gremios y organizaciones de trabajadores.

3.3. Fortalecimiento de sociedad civil

- Finalidad

La construcción de comunidad democrática es tarea conjunta de Estado y


sociedad civil. Así como es inconcebible la estructuración de una organización
social sin Estado, es imposible ella sin sociedad civil.
- Objeto

Así, la solidificación de las necesarias confianzas entre Estado y la sociedad


civil debe proseguir y enriquecerse con los diálogos democráticos entre el
sector gubernamental y los sectores sociales y comunitarios, mediante la
interlocución al más alto nivel de las organizaciones sociales y no
gubernamentales de derechos humanos y el Gobierno Nacional; en esta
dirección se han realizado reuniones tanto con el Presidente como con el
Vicepresidente de la República. Además de la validación del papel que en la
sociedad desempeñan ONGs y OSC, se busca dirigir un mensaje inequívoco
acerca de la protección que las instituciones públicas prestan a sus activistas y
miembros.

El fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil debe verse,


también, desde la perspectiva del desarrollo de la democracia participativa
para la protección de los DH. Así, las ONGs, las juntas de acción comunal, las
oficinas de desarrollo social, de liderazgo juvenil y similares, contribuyen
desde lo regional y desde lo no gubernamental a la construcción de lo público.

- Objeto específico: en relación con los DH

Las organizaciones sociales han sido invitadas a participar en la elaboración


de las líneas de cooperación internacional, no solo en el área de los DH sino
en todos lo bloques temáticos. Así mismo, en cuanto a los DH, la metodología
de elaboración del Plan Nacional de Acción en DH-DIH prevé un componente
participativo esencial, del mismo modo que en la elaboración de programas
específicos en el marco de estas líneas generales de cooperación.

La pertinencia de esta participación de las OSC se extiende a la coadyuvancia


en la ejecución de los programas inscritos en la estrategia general de
cooperación. Y en el monitoreo y evaluación del avance de la situación de los
DH-DIH en Colombia y la efectividad de la cooperación. Materia de apoyo
son la veedurías sociales que la comunidad organizada estructura para las
diferentes áreas de los DH.

También es fundamental la participación de los representantes de los


diferentes grupos sociales en los espacios de concertación de las políticas
públicas, particularmente en los consejos de política social y los escenarios
donde se definen los planes de desarrollo nacional y territoriales.
- Objetivo específico: fortalecimiento ‘institucional’ de las OSC

El fortalecimiento de las OSC es parte de la política de construcción


participativa de lo público y el fortalecimiento de los DH. No basta el
desarrollo creciente de programas a cargo de estas organizaciones, pues en
ocasiones las metas sobrepasan sus capacidades técnicas y financieras y se
alcanzan a costa de la viabilidad misma de las organizaciones. Por eso, es
procedente el llamado a la cooperación internacional para idear líneas de
cooperación de fomento de organizaciones de sociedad civil, sobre la base de
que la organización de la sociedad es instrumento idóneo de protección de los
DH.

4. LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD EN INFRACCIONES A LOS


DH Y DIH. (LÍNEA 4)

4.1. Finalidad (Ver componente de “Justicia”)

Reforzar los mecanismos de protección y defensa judicial contra las


violaciones de los DH y el DIH, para la reducción significativa de los niveles
de impunidad y garantizar la efectividad de los derecho a la vida, libertad,
seguridad y dignidad de las personas.

4.2. Objeto

La protección judicial de los derechos humanos parte del reconocimiento de


los mecanismos de protección de derechos fundamentales como base para la
estructuración de un sistema de justicia dirigido a su protección. Los temas de
administración de justicia y protección de los DH son indivisibles. La acción
de tutela es instrumento idóneo y eficaz para la defensa de los derechos
fundamentales y de otros cuyo desconocimiento, por vía de conexidad,
comporta lesión o amenaza de derechos fundamentales; del mismo modo, el
ejercicio de facultades sancionatorias disciplinarias es instrumento eficaz de
protección de los DH. La lucha contra la impunidad es la lucha contra la
ineficacia del sistema de justicia en la tutela efectiva de los derechos humanos.

4.3. Objetivos específicos:

- Fortalecimiento de la justicia en territorios


Las zonas de conflicto, por obra de las características propias de la
degradación de la ofensiva armada desde la ilegalidad, tienen mayores
probabilidades de que se presenten situaciones que comprometan los derechos
humanos. Por eso, se busca intensificar la presencia de órganos de promoción
y de control y vigilancia de los DDHH en ellas, así como la de autoridades de
persecución y juzgamiento de delitos y de resolución de conflictos.

El compromiso del Estado por los DH comprende la respuesta institucional de


la justicia ante violaciones más o menos graves de los DH. Máxime cuando se
tiene establecida una correlación entre aquellas, de modo que la irresolución
de conflictos menos críticos genera un clima de impunidad propiciatorio del
escalamiento hacia graves crímenes de alta lesividad social.

- Graves violaciones de DH

Ante la amenaza desestabilizante de poderosas organizaciones criminales que


operan desde la ilegalidad, urge continuar el esfuerzo de potenciar la
capacidad del sistema judicial para la sanción de los crímenes más lesivos de
los DH y el DIH.

Esta línea tiene un componente dirigido a la administración de justicia frente a


infracciones en DH y DIH. Procura el fortaleciendo el Comité Especial de
Impulso a Investigaciones, integrado por el Vicepresidente de la República,
quien lo preside, el Ministro del Interior, el Fiscal General de la Nación y el
Procurador General de la Nación. La Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos tiene calidad de invitado de
carácter permanente al Comité Especial. Es importante que se hagan informes
y presentaciones periódicas de avances y resultados en la materia.

- Política pública contra la impunidad

En desarrollo de la línea anterior, se plantea la elaboración de una política


pública de lucha contra la impunidad por violaciones de DDHH. Esta
iniciativa partirá de una línea de base, una conceptualización del fenómeno y
una serie de indicadores para la medición de avances en la materia. Las
conclusiones de este trabajo han de formar parte del Plan Nacional de Acción,
no obstante su proceso de construcción no coincida con aquel.

Un punto fundamental es la protección a testigos y víctimas, extendida a


jueces y fiscales por las correspondientes autoridades competentes, sin lo cual
es imposible atacar estas modalidades de impunidad. La protección eficaz a
testigos y víctimas refuerza la confianza ciudadana en la justicia. Asimismo,
es parte de esta política contra la impunidad el continuo fortalecimiento de la
Unidad de DH y DIH de la Fiscalía y el establecimiento de un estatuto de
carrera para los funcionarios y empleados de esta institución; y la vigilancia
especial de la conducta de las autoridades estatales en relación con posibles
vínculos con grupos armados al margen de la ley.

La política contra la impunidad, como línea de política pública, incorpora los


mandatos constitucionales, legales y gubernamentales sobre el adelantamiento
de esta lucha con pleno respeto al debido proceso, con reconocimiento de las
garantías procesales de las personas privadas de libertad sin definición
jurídica, y en protección a los derechos de libertad, la intimidad y propiedad
en el adelantamiento de actuaciones legales restrictivas de los mismos. Así
mismo, incluye la previsión de estrategias para sancionar la violencia en razón
del género que sufren mujeres y niñas, y de que es víctima la población
infantil en general.

- Evaluación y medición

Como en la generalidad de los aspectos de estas líneas de cooperación, urge


perfeccionar los instrumentos de conceptualización del fenómeno de
impunidad, de bservación del mismo y de medición de avances en la materia.

5. PROTECCIÓN DE PERSONAS, SECTORES Y GRUPOS. (LÍNEA 5)

5.1. Protección preventiva: alertas tempranas

- Finalidad

Respuesta ágil y oportuna a las alertas tempranas sobre riesgos de violaciones


masivas de derechos humanos y derecho internacional humanitario, en
especial aquellas que implican riesgo inminente contra las comunidades.

- Objeto

A través del Comité Interinstitucional de Alertas Tempranas (CIAT),


integrado por la Vicepresidencia de la República, el Ministerio de Defensa y
el Ministerio del Interior, se busca la prevención del grave riesgo para las
comunidades que significa la actividad de organizaciones armadas al margen
de la ley.

Se presenta como espacio de cooperación la mayor articulación entre el


Sistema de Alertas Tempranas (SAT) y el Comité Interinstitucional de Alerta
Temprana. Así mismo, la participación de la Defensoría del Pueblo, la Red de
Solidaridad Social y el Ministerio del Interior y de Justicia en el CIAT; y la
organización de instancias en el nivel regional que colaboren en la agilización
de las respuestas del Sistema.

5.2. Protección específica

- Finalidad

Es absolutamente prioritaria la protección de la vida e integridad de personas


que por causas relacionadas con violencia política o ideológica o con el
conflicto armado interno, se encuentran en situación de riesgo de su vida,
integridad, seguridad o libertad.

- Objeto

La línea de protección se dirige a personas, organizaciones y sectores


especialmente vulnerables y grupos específicos, previa consulta del riesgo
particular de mujeres y población infantil y de sus necesidades específicas de
protección. Son objeto de esta protección: dirigentes o activistas de
organizaciones sociales, cívicas o campesinas y de grupos étnicos; dirigentes y
activistas de organizaciones sindicales; dirigentes y activistas de
organizaciones no gubernamentales de derechos humanos; líderes y testigos
de casos de violación de los derechos humanos y de infracciones al derecho
internacional humanitario. Dirigentes y miembros de la Unión Patriótica y el
Partido Comunista Colombiano, y dirigentes o activistas de grupos políticos y
especialmente de grupos de oposición. Periodistas y comunicadores sociales;
alcaldes, concejales, diputados, personeros y autoridades locales; miembros de
la Misión Médica y de la comunidad de educadores. Y de aquellos sectores y
personas que por razón de su actividad sean sujetos de alto riesgo.

De acuerdo con las recomendaciones del informe del ACNUDH, las tareas
preventivas sobre los factores de riesgo son cometido principal de las
instituciones estatales, en procura de mayor cobertura y efectividad.
5.3. Protección en comunidades de alto riesgo

- Finalidad

Protección de comunidades de alto riesgo, acreedoras de derechos a la defensa


y a la asistencia por parte del Estado, sino a la reparación, en cuanto sea del
caso.

- Objeto

Consiste en la presencia permanente y acompañamiento a comunidades en alto


riesgo, así como en la atención integral a la población desplazada. Bajo la
coordinación de la Red de Solidaridad Social, ha venido consolidándose el
Sistema Nacional de Atención Integral a la Población Desplazada, con líneas
prioritarias de intervención en este campo.

5.4. Protección de comunidades por razón del nivel crítico de acceso a los
DESC

Trata de la atención especial a las poblaciones con niveles críticos de acceso a


los derechos sociales, económicos y culturales, y que en consecuencia ven
reducidas sus posibilidades acceso a las oportunidades de desarrollo humano y
la convivencia pacifica.

6. ACTIVIDADES DE DIH Y ATENCIÓN A VÍCTIMAS. (LÍNEA 6)

6.1. Desplazamiento (Ver bloque “Desplazamiento Forzoso y Asistencia


Humanitaria”): finalidad y objeto

Los programas de atención a víctimas tienen en la población sometida a


desplazamiento, un sujeto especial de atención. Bajo la coordinación de la Red
de Solidaridad Social, ha venido consolidándose el Sistema Nacional de
Atención Integral a la Población Desplazada. Las líneas prioritarias de
intervención en este campo, así como sus avances, son las siguientes:

- Registro Nacional de Población Desplazada por la Violencia:


- Atención humanitaria de emergencia.
- Retorno de familias desplazadas.
- Desarrollo de temas sectoriales: vivienda, estabilización socioeconómica,
salud y atención sicosocial.
- Prevención y protección a comunidades en riesgo.

La concertación de las acciones y programas de prevención y cooperación con


las comunidades en riesgo y los principios rectores de las Naciones Unidas,
son parámetros de acción para las instancias gubernamentales y estatales en
general, en concordancia con la recomendación del informe del ACNUDH y
consultando las líneas de jurisprudencia de la Corte Constitucional en la
materia.

6.2. Minas antipersonales:

- Finalidad

Desplegar programas de desarrollo del DIH. Los programas de atención a


víctimas, aluden principalmente a quienes padecen violaciones a sus DDHH
como, en este caso, la población sometida a los efectos de minas
antipersonales.

- Objeto

El cumplimiento de la Convención de Ottawa “sobre la prohibición, empleo,


almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonal y sobre su
destrucción, es una prioridad del Programa de DDHH y DIH del Estado
colombiano. Por eso, las acciones para la erradicación de minas antipersonales
y prevenir sus efectos, se presentan como línea propia. Al respecto, es claro
que el Estado colombiano tiene asumido el compromiso de no utilizar, bajo
ninguna circunstancia, las minas antipersonales como arma de combate. No
obstante, por la acción de los grupos ilegales armados, el incremento del
minado en Colombia es alarmante.

Una tarea principal es la prevención del riesgo por el minado de zonas del
país. Campañas y actividades pedagógicas y culturales de conocimiento y
manejo del riesgo por minas, basadas en el más completo y minucioso mapa
de minado en las regiones, es programa fundamental de esta estrategia. Se
recomienda, adicionalmente, incrementar los esfuerzos de cooperación, no
solo en la prevención de accidentes sino en la atención y ayuda económica a
las víctimas y el desarrollo y asimilación de tecnologías para discapacitados.

6.3. Desvinculación de menores del conflicto armado:


- Finalidad

En cuanto medidas de impulso al DIH, es objetivo de esta línea programática


la desvinculación de menores al conflicto armado y la prevención de su
vinculación. Parte de la consideración de que el menor, y especialmente el
niño y la niña, es víctima del reclutamiento forzado y no necesariamente
infractor.

- Objeto

Alude, en primer término, a la prevención de la vinculación de menores a las


organizaciones armadas ilegales que operan en Colombia. A partir de la geo-
referenciación por municipios, es posible actuar sobre la población infantil y
menor adulta que con mayor recurrencia se alista en los grupos violentos.

Adicionalmente, hace referencia a los programas de desvinculación que el


Estado ofrece a los menores ya involucrados, con una cobertura de beneficios
jurídicos, laborales y asistenciales. En esto, el concurso de la sociedad civil en
programas de post-vinculación y la posibilidad de ofrecer oportunidades de
trabajo y reincorporación social es clave para la sostenibilidad de estos
programas. Los programas de desvinculación y post-desvinculación han de
atender las especificidades de la mujer menor y de las niñas involucradas.

7. DERECHOS DE LAS MUJERES Y EQUIDAD DE GÉNERO.


(LÍNEA 7ª)

7.1. Finalidad

La promoción de programas que desarrollen la equidad de género y los


derechos de las mujeres, considerados elementos fundamentales para el
desarrollo social sostenible, desde un enfoque de derechos humanos.

Numerosas convenciones internacionales impulsan la igualdad de derechos


entre hombres y mujeres en todos diferentes ámbitos de la vida, como
educación, empleo, salud, participación política, nacionalidad, matrimonio,
etc. Los derechos humanos de mujeres y niñas son parte sustantiva de los
derechos humanos universales.

7.2. Objeto
Se busca atacar las diferentes formas de discriminación que persisten contra la
mujer en Colombia. Incluye aquellas actividades dirigidas a afirmar la
igualdad de oportunidades o de trato, en todos los órdenes, incluidas las áreas
del empleo y la ocupación.

Contiene iniciativas para evitar la violencia de género contra la mujer, como


un objetivo específico, y para la sanción eficaz de la trata de personas. La
violencia contra las mujeres tiende a ser generalizada en todas las sociedades y
sectores de ellas, en diferentes grados, y constituye una violación de los
principios fundamentales de los DDHH universales y de las leyes
humanitarias. Incluye esta línea programática el deber de asistencia contra la
mujer víctima de violencia y abusos sexuales; la denuncia de invisibilidad de
la violencia intrafamiliar, subsumida en la generalización de la conflictividad;
y la conceptualización de violencia contra la mujer, que excede la noción
primaria de agresión física. Cabe destacar el impacto diferencial que tiene la
confrontación armada en niñas y mujeres, a quienes afecta no solo en manera
distinta sino desigual.

El Plan de Acción habrá de incluir en una línea específica la perspectiva de


género y desarrollar en forma transversal el enfoque de género en las
restantes, como un componente de unidad del Plan, tal como se desprende de
las manifestaciones gubernamentales y de las recomendaciones del informe
del ACNUDH. En consecuencia, los derechos de las mujeres y enfoques de
género han de estar presente en toda la política de DH.

7.3. Objetivos específicos

- Equidad de género y paz

La promoción de la equidad de género es una forma de construcción de paz:


reafirma el papel fundamental que desempeñan las mujeres en la prevención y
resolución de conflictos y en la construcción de la paz. La promoción de la
equidad de género y los derechos humanos de las mujeres incorpora líneas
programáticas para afirmar la participación de las mujeres en los esfuerzos
orientados al mantenimiento de la paz y la seguridad y en la prevención y
superación de conflictos.

- Derechos de niñas y niños


Adicionalmente, los derechos de niños y niñas requieren de apoyo por parte de
la cooperación internacional, partiendo de la ampliación de la protección
garantizada a los adultos en diferentes instrumentos internacionales.

- Mujer cabeza de familia

La mujer cabeza de familia, en las condiciones socioeconómicas actuales,


continúa siendo
sujeto de un principio de discriminación favorable o positiva. Con fundamento
en tal concepto desarrollado legal y jurisprudencialmente, se presenta como un
objetivo específico de cooperación.

7.4. Derechos sexuales y reproductivos de la mujer

Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, así como el respeto a la


opción sexual en general, forman parte de la formulación de esta línea
programática. Su promoción y atención son claves para la salud física y
emocional de la población, y los trabajos de prevención tienen fuerte impacto
en el estado del sistema general de salud.

8. DERECHOS DE MINORÍAS ÉTNICAS. (LÍNEA 8)

8.1. Finalidad

La perspectiva étnica es también objeto de numerosas convenciones


internacionales que promueven impulsan la igualdad real de derechos, de una
parte, y el respecto a la diferencia cultural y la diversidad étnica. Del mismo
modo, la Constitución de 1991 consagra derechos especiales para la
protección y desarrollo de las comunidades indígenas y afrocolombianas (Ley
70/93).

8.2. Objeto

Esta línea tiene por objeto servir de marco a los programas específicos y
proyectos actuales o futuros en relación, principalmente, con las comunidades
indígenas y afrocolombianas que habitan el país.

Tiene un enfoque transversal, considerando que en las restantes líneas se hace


imperioso un enfoque étnico. En cuanto a “cultura de los DDHH y el DIH”, en
el contexto del multiculturalismo y el pluralismo étnico. En lo referente al
“fortalecimiento institucional y de OSC”, la prevención y control institucional
a cargo de organismos administrativos y de control debe dirigirse también a
los poblados indígenas y afrocolombianos. La descentralización, los territorios
indígenas en cuanto entidades territoriales, son objeto de esta política, y los
asentamientos predominantes de comunidades afrocolombianas.

Igualmente la “protección de personas, sectores y grupos”, está dirigida a los


grupos étnicos, tanto en funciones de prevención de violaciones masivas de
DDHH como en protección específica de sus dirigentes y activistas. En cuanto
a “actividades de DIH y DDHH”, la atención al desplazamiento, los
programas contra las minas antipersonales y similares, se focalizan en la
población indígena y afrocolombiana en alto grado. Y los derechos de género,
requieren de una atención especial tratándose de la mujer indígena o negra.

El Plan Nacional de Acción en DH habrá de contener la perspectiva étnica,


como instrumento globalizador de los compromisos sociales en DDHH y DIH
para con esta población, a partir del reconocimiento y respeto a los Planes de
Vida y a las tradiciones propias.

8.3. Objetivos específicos

- Jurisdicción especial indígena

De conformidad con el mandato de la Constitución Política de 1991, el


desarrollo de la jurisdicción especial indígena es punto de atención como
objeto de cooperación. En tal dirección, se recomienda la sistematización de la
jurisprudencia de la Corte Constitucional y el desarrollo de la legislación
correspondiente.

- Ampliación de la perspectiva étnica

Desde diferentes organizaciones sociales y étnicas se plantea la ampliación de


la perspectiva étnica y el reconocimiento de la diversidad al interior de las
mismas.

Se ha propuesto, adicionalmente, la incorporación de minoría étnica a la


población gitana en Colombia.

9. DERECHOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES.


(LÍNEA 9)
(Ver bloques: “Bosques”, “Desarrollo Productivo y Alternativo” y
“Programas de Desarrollo y Paz”, principalmente).

9.1. Finalidad

Esta línea afirma la integralidad de los derechos humanos. Como se expresó


en las consideraciones generales de este documento, por derechos humanos
han de entenderse tanto los civiles y políticos como los económicos, sociales y
culturales. Y en consecuencia, por organizaciones de DH, tanto las que
promueven los unos como los otros.

9.2. Objetivo

Los DESC ameritan un enfoque universal desde la perspectiva garantista: la


violación de los derechos humanos es de todos los derechos humanos. Y la
vocación de protección de los mismos ha de dirigirse a cada una de las
expresiones de derechos.

La línea programática de los DESC plantea, en el Plan Nacional de Acción, el


reto de su articulación con el Plan Nacional de Desarrollo. Así mismo, desde
la perspectiva de su realización, el desarrollo de principios de progresividad
que se plasmen en las instituciones de planeación y presupuesto, para cerrar
gradualmente la brecha de desigualdad material y reducir los niveles de
extrema pobreza que se registran en el país.

9.3. Objetivos específicos

- Salud, educación, vivienda

Los derechos de educación, salud y vivienda son objeto de tratamiento


específico, en los términos expresados tanto en el Plan Nacional de Desarrollo
como en la recomendaciones del informe del ACNUDH: alcance del objetivo
de gratuidad en la educación primaria; y asistencia subsidiada en salud y
vivienda para la población más vulnerable y menos favorecida.

El derecho a la seguridad alimentaria -y la noción de mínimo vital-, no


obstante no estar incluído entre los cuatro derechos socioeconómicos materia
de atención prioritaria, debe entenderse formando parte de ese núcleo de
derechos de contenido prestacional. Así mismo, los programas de prevención
y atención a la población con VIH.

- Empleo

El apoyo a micro y mediana empresa y a los esfuerzos productivos con mayor


capacidad de generación de empleo e ingreso para los sectores sociales más
débiles, son programas respecto de los cuales el Gobierno y las organizaciones
sociales hacen un llamado especial de cooperación. Así mismo, un llamado al
sector productivo del país y a su vinculación a programas como el Global
Compact de Naciones Unidas y a otros multiplicadores de acciones de
responsabilidad social corporativa.

Para la efectiva construcción de un Estado Social de Derecho es necesario


garantizar crecientemente la igualdad material de las poblaciones en debilidad
o vulnerabilidad manifiesta. Por ello es preciso apoyar la creación y desarrollo
de políticas publicas que reconozcan y respeten la diferencia y busquen la
igualdad de oportunidades e inclusión de estos sectores, para garantizar su
acceso efectivo a los bienes y servicios sociales.

- Objetivo específico: personas con discapacidad

Las personas con discapacidad, población en alto riesgo de exclusión o


discriminación, requieren de acciones afirmativas por parte del Estado para
equiparar sus oportunidades frente a los demás ciudadanos, y particularmente
para garantizar el ejercicio de sus derechos sociales, económicos y culturales.
La política pública frente a la discapacidad debe integrarse desde un enfoque
de derechos y deberes, entendiendo la noción de discapacidad como una
situación del individuo y del entorno conjuntamente, hacia el desarrollo de la
máxima autonomía y potencialidades de la persona con discapacidad, con la
corresponsabilidad del Estado, la comunidad y la familia.

9.4. Evaluación y medición

Como parte de una cultura de DH, específicamente de los Desc, es necesario


construir y/o reformular indicadores de avance o cumplimiento de metas
sociales y económicas, superando indicadores tradicionales, en ocasiones
infamantes, de bienestar.
IV. LÍNEAS DE COOPERACIÓN EN MATERIA DE
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

1. PLAN NACIONAL DE JUSTICIA E INSTITUCIONALZACIÓN DE


LA POLÍTICA PÚBLICA DE JUSTICIA. (LÍNEA 1)

1.1. Finalidad

Dotar al país de una política pública en materia de justicia: de largo plazo, que
trascienda un cuatrenio y se proyecte como una política de Estado; integral, de
modo que abarque los diversos subsistemas jurisdiccionales y no
jurisdiccionales, de justicia formal y alterna, del nivel nacional y local, en
suma, que responsa a la existencia de un sistema nacional de justicia.

1.2. Objeto

El instrumento de materialización de dicha política ha de ser un plan nacional


de justicia que el Gobierno Nacional presente al Congreso de la República
como el derrotero a seguir en la materia. Plan, además, coordinado con la
Rama Judicial y los demás actores institucionales de la política pública.

En la definición de la política criminal y de la política de justicia en general se


presentan falencias. En primer término, es evidente la poca continuidad de las
mismas, lo que conduce a cambios normativos frecuentes y a
redireccionamientos administrativos y operativos que impiden el logro de los
objetivos previstos en tales políticas.

Además, la ausencia de un plan nacional, priva a los órganos autónomos de la


Rama Judicial y a los organismos de control, de un marco de acción que
realice el principio de colaboración armónica entre las ramas del poder para la
realización de un fin esencial del Estado como es la justicia. De igual manera,
los países cooperantes y las agencias internacionales encontrarían en un
sistema planificado de justicia, un escenario claro para la orientación de sus
recursos y programas de cooperación.

El Plan Nacional de Justicia debe ser el marco de las iniciativas públicas y de


la cooperación internacional. De ahí la importancia de situarlo como una línea
programática específica principal. Las funciones de control público, a cargo de
los organismos de control, deben integrar un Plan Nacional de Justicia, como
que hacen parte de las políticas públicas del sector y del propio sistema
nacional de justicia. Los DH deben ser tema central en las políticas públicas
de justicia y en la formulación de un Plan Nacional de Justicia.

2. FORTALECIMIENTO DEL SUBSISTEMA DE JUSTICIA PENAL Y


LA DEFENSA PÚBLICA PENAL. (LÍNEA 2)

2.1. Finalidad

Esta línea o programa del eje temático ‘Justicia’ tiene un aspecto


organizacional y otro funcional: de una parte, la implementación de la reforma
penal de 2002; de otra parte, el fortalecimiento de la capacidad de
investigación y juzgamiento del terrorismo, el narcotráfico y la gran
criminalidad. Todo lo cual se resume en la puesta en marcha de un sistema
penal acusatorio que, en un marco reforzado de garantías, consolide la
respuesta del Estado contra la impunidad.

2.2. Objeto: lucha contra la impunidad

La reforma penal acusatoria es una estrategia de lucha contra la impunidad, al


buscar el mejoramiento de la potestad punitiva del Estado mediante,
principalmente: el fortalecimiento de la capacidad de investigación y
acusación, principal debilidad del sistema penal; la agilización y mayor
cualificación de las sentencias judiciales; y la eficacia del sector penitenciario.

Consiste en la puesta en marcha del acto legislativo 003 de 2002, por medio
del cual se adoptó para Colombia un sistema de procesamiento penal
acusatorio. En virtud de esta enmienda, se modificaron los roles de las
entidades públicas en la investigación, acusación y juzgamiento de delitos, así
como los principios y estructura del proceso penal. La Fiscalía General ve
concentrada su actuación hacia de la investigación delitos y a la acusación de
transgresores ante los jueces, desprovistos de funciones judiciales que
distraían su cometido natural. El programa de protección de testigos de la
FGN debe brindar suficiente garantía a quienes han de colaborar con la
investigación.

Los jueces, a su vez, agregan a su función de impartir decisión judicial


respecto de las personas imputadas de la comisión de delitos, la de ejercer
control de garantías -previo o posterior- sobre medidas y actuaciones de los
fiscales restrictivas de derechos como la privación preventiva de la libertad,
las medidas de allanamientos, interceptaciones, registros, etc; también se
adiciona la competencia para resolver solicitudes de preclusión de las
investigaciones de los fiscales. En la regulación y aplicación de principio de
oportunidad habrá de tenerse cautela ante los riesgos de impunidad y
corrupción que podrían generarse.

La policía judicial refuerza su condición de pieza clave en la investigación, al


ser la autoridad encargada de la producción de evidencia, bajo la dirección de
los fiscales. Así mismo, la actuación de autoridades y particulares cambia de
modo dramático, al consagrarse la oralidad plenamente. Para todo lo cual, se
hizo necesario la expedición de un nuevo Código de Procedimiento Penal y de
legislación complementaria, en armonía con la reforma constitucional aludida.

2.3. Objetivo específico: defensa pública y marco reforzado de derechos y


garantías del procesado y de la víctima

La Defensa Pública para personas incapaces de costear una defensa de


confianza se hace más necesaria y exigente, en vista de que desaparece el
principio de investigación integral que permitía a fiscales investigar lo
favorable y desfavorable para el acusado, y se asume un proceso plenamente
adversarial; de su capacidad depende el equilibrio del proceso acusatorio.
Deberá la defensa pública tener acceso a la prueba tecnico-científica forense,
sin que la capacidad del Estado en la materia se recargue en la parte
acusadora. El modelo actual de organización de la función de defensa pública
debe revisarse. Y propender por la sostenibilidad de programas de apoyo a las
personerías municipales.

La reforma de la justicia penal refuerza los derechos de procesados y víctimas:


se establecen controles judiciales a las medidas restrictivas de los derechos y
se prevé la procedencia de la medida provisional privativa de la libertad por
orden judicial.

Este elemento de las líneas programáticas es un llamado a las autoridades de


hacienda nacional y a la cooperación internacional para contribuir a la
financiación de las necesidades del sistema nacional de defensa pública, en el
marco del nuevo modelo acusatorio. Y la recomendación a las autoridades
competentes para la adopción de modelos administrativos eficientes de
organización de defensores públicos. El solo modelo de contratación
individual de defensores puede estar agregando problemas administrativos a
los problemas de justicia. Las personerías, fundamentales para la defensa de
los DDHH, deben fortalecerse en la función de defensa pública municipal.
Debe imprimirse sostenibilidad a programas como apoyo a personerías, que
han sido bandera de la cooperación internacional.

2.4. Objetivo específico: implementación

La reforma es su implementación. La pertinencia de su implementación es


obvia. Tradicionalmente hemos diseñado reformas normativas que fracasan
por sus deficiencias de aplicación práctica. A partir de la expedición de nueva
legislación, se hace indispensable adelantar programas dotación de
infraestructura de salas de audiencia para hacer posible la realización de
verdaderos juicios orales y públicos; también la capitación de los actores del
proceso penal en las técnicas del nuevo sistema; la expansión de la defensoría
pública y al fortalecimiento de la capacidad investigativa de la policía judicial.

Deberá reforzarse la posibilidad de acceso al apoyo técnico-científico en la


investigación para el defensor o el imputado, tal como lo expresa el nuevo
Código de Procedimiento Penal.

Se recomienda, además, revisar el programa de protección de testigos y evitar


el riesgo de que los protegidos pasen a ser víctimas. No basta el
fortalecimiento del mismo sino su reestructuración.

2.5. Objetivo específico: evaluación del impacto del subsistema de justicia


penal acusatorio

La reforma penal debe cumplir en la práctica con los objetivos de política


pública que inspiraron su diseño y adopción. La reducción de la impunidad,
las garantías procesales, la agilización y celeridad de los procesos, la
cualificación del fallo judicial, entre otros, son objetivos de política criminal
que deben ser mensurados.

Con ocasión de la entrada en vigencia de la reforma penal, de manera gradual,


a partir del 1 de enero de 2005, deben establecerse mecanismos cuantitativos
e indicadores que muestren en impacto real de la reforma en la calidad de
justicia que recibe el ciudadano y la eficacia de la persecución criminal del
Estado. Hacia esta línea programática deben dirigirse esfuerzos nacionales e
internacionales.
3. EXPANSIÓN Y MODERNIZACIÓN DEL SECTOR
PENITENCIARIO.
(LÍNEA 3)

3.1. Finalidad

La política de seguridad democrática, que busca contribuir a la reducción


significativa de los índices de impunidad y a proteger a la toda población de la
amenaza de la criminalidad, ha generado un incremento de personal interno en
los establecimientos de reclusión. Esta demanda de cupos carcelarios debe ser
atendida por el sistema penitenciario.

Así mismo, la situación humanitaria de los internos es fundamental para


alcanzar los objetivos de política penitenciaria de resocialización del recluso.

3.2. Objeto

El Gobierno nacional se propone adelantar una estrategia de construcción de


nuevas cárceles y penitenciarías y generar 24.000 cupos, para los próximos
años. Para lograr este propósito se optará por el modelo de concesión de la
construcción de los establecimientos de reclusión, que permita contar pronto
con los recursos para adelantar simultáneamente estas obras, respaldadas con
vigencias futuras. Para contribuir al mismo propósito, el Ministerio del
Interior de Justicia y el Consejo Nacional de Estupefacientes impartieron
instrucciones para destinar prioritariamente los recursos de extinción de
dominio a la financiación de la nueva infraestructura carcelaria.

El llamado a la cooperación internacional se dirige, principalmente, a


programas de tratamiento penitenciario, el apoyo a procesos de
resocialización, rehabilitación y DDHH en los reclusorios, así como de
capacitación al personal de custodia y vigilancia. La atención al tratamiento
penitenciario el apoyo a programas de resocialización, rehabilitación y DDHH
en los reclusorios, es prioritario.

3.3. Objetivo específico

La política criminal debe racionalizar el uso de la función preventiva de


detención. Los fines de la detención cautelar, establecidos en el nuevo Código
de Procedimiento Penal, deben observarse estrictamente. Así mismo, deben
preverse mecanismos alternativos a la pena de prisión, en aquellos delitos de
menor lesividad. Se considera que la política penitenciaria no debe agotarse en
la oferta de cupos para internos y construcción de establecimientos. Hay que
enfocar las políticas de detenciones exceso de reclusos en cárceles: en suma,
racionalizar el uso de la función preventiva de detención.

4. FORTALECIMIENTO DE LA CAPACIDAD DE LUCHA CONTRA


LAS DROGAS ILÍCITAS. (LÍNEA 4)

4.1. Finalidad

Consiste en el fortalecimiento institucional del sistema de administración,


judicial y policial para prevenir, enfrentar y superar integralmente el capítulo
colombiano del problema mundial de las drogas. La lucha contra las drogas es
un eje estratégico de las políticas públicas en Colombia. No solo responde a
los compromisos internacionales multilaterales suscritos por Colombia sino a
la urgencia de desactivar los mecanismos que alimentan el conflicto armado
en Colombia. La violencia que padece Colombia se alimenta en buena parte
de los recursos ilícitos del narcotráfico y se beneficia de los fenómenos de
desinstitucionalización que su actividad genera.

4.2. Objeto

El fortalecimiento de la capacidad institucional nacional para enfrentar y


superar el capítulo colombiano del problema mundial de las drogas ilícitas y el
narcotráfico se enfoca en los diferentes eslabones de la cadena de producción,
comercialización y consumo de drogas.

La necesidad de prevenir, erradicar y desestimular los cultivos ilícitos, de


adelantar medidas de interdicción del tráfico de drogas ilícitas y de las
sustancias químicas para su producción, tránsito y comercialización, de
perseguir los patrimonios formados a partir de esta actividad, y de sancionar el
delito mismo y los delitos asociados a las actividades de la criminalidad
organizada, y de adelantar actividades de investigación y reducción de la
demanda, forman parte de una estrategia integral, en la que el fortalecimiento
del sistema judicial, junto con el administrativo y policial, son herramientas
claves.

El sistema judicial es responsable de la persecución y sanción del delito del


narcotráfico y de los delitos imputables a la gran delincuencia.
Particularmente, en la persecución de los patrimonios ilícitos, a través de la
detección del lavado de activos y la extinción del dominio ilícito y
juzgamiento de los traficantes. El sistema policial es responsable de la
erradicación forzosa, la interdicción, que incluye la incautación de las drogas
ilícitas como de las sustancias químicas utilizadas para su producción,
desmantelamiento de los laboratorios, control aduanero y vigilancia de los
usos lícitos de las sustancias químicas. El sistema administrativo, además de
coadyuvar e incentivar políticas que refuercen al sistema policial y judicial, es
responsable en la implementación de medidas que prevengan y desestimulen
las acciones ilícitas a través de políticas públicas de bienestar y desarrollo.

El fortalecimiento institucional integral en la lucha contra las drogas es un eje


estratégico de las políticas públicas en Colombia. También responde a la
estrategia integral global que Colombia ha construido en el diseño de una
política internacional común y concertada, para superar un problema mundial
de extrema gravedad. Es imperativo y de gran urgencia para el país, que esta
estrategia mundial se implemente y se vuelque hacia Colombia con todo su
vigor, como un mecanismo indispensable para desactivar los vínculos viciosos
que alimentan el conflicto armado en el país.

5. MEJORAMIENTO DEL ACCESO A LA JUSTICIA FORMAL.


(LÍNEA 5)

5.1. Finalidad

El establecimiento de una justicia oral, pronta y eficaz, que democratice el


acceso a la administración de justicia y provea una justicia oportuna y de
mayor calidad.

El desarrollo de esta línea hace indispensable optimizar los mecanismos de


concertación y cooperación de las autoridades legislativas, administrativas y
de control con la Rama Judicial, como titular del ejercicio de la jurisdicción y
actor decisivo en la implementación los procesos de oralidad, la reducción de
tiempos procesales y la adopción de mecanismos de descongestión.

5.2. Objeto

- Democratización del acceso a la justicia

Más de la mitad de los procesos penales que se adelantan en Colombia en las


jurisdicciones ordinarias corresponden a pequeñas causas o conflictos, cuyo
trámite escriturado, lento y complejo, constituye un obstáculo para el acceso
efectivo a la justicia de las mayorías nacionales, especialmente las más
desvalidas.

En materia penal, específicamente, casi la tercera parte de los procesos


corresponden a delitos de menor, los que, sin embargo, están sujetos al
proceso común de los grandes delitos; en ellos, la función de investigación
estaría a cargo de la policía y la acusación correría por cuenta del querellante,
con el apoyo de la Fiscalía. Se trata entonces, principalmente, de democratizar
el acceso a la justicia para los sectores más vulnerables de la población; de
acercar y simplificar la justicia para el ciudadano común, y de propender por
una justicia pronta y efectiva.

- Descongestión de juzgados y fiscalías

No se trataría de una simple redistribución de procesos. Del procedimiento


brevísimo y de la posibilidad de fallos integrados sobre asuntos de diferentes
jurisdicciones, se esperaría una reducción drástica de los tiempos de duración
de estos procesos, lo cual contribuiría a la reducción de la carga procesal
actual de los despachos judiciales. Por su parte, la Fiscalía General, al estar
relevada de la persecución y acusación de estas infracciones penales, podría
concentrar su actividad en el delito de mayor entidad y lesividad social.

- Justicia pronta y de mayor calidad

La crisis de la justicia en Colombia se explica, no exclusivamente pero sí en


buena parte, por la variable procesal. Los procesos escriturales contribuyen a
la mora procesal, la congestión judicial y a una defiente calidad material de la
justicia. Los engorrosos procedimientos escritos, la falta de inmediación
efectiva del juez, la falta de transparencia en la actuación ocasionan estos
males. Un proceso fundado en la oralidad, que transcurra en audiencia pública
-por regla-, con práctica de pruebas y declaración del fallo allí mismo,
liberado del ritualismo escritural, contribuiría a mejorar la calidad de la
justicia, la confianza pública en los procesos, la oportunidad de los fallos y la
reducción de la carga procesal media.

5.3. Objetivos específicos:

- Jurisdicción de pequeñas causas


Estudios empíricos demuestran que los colombianos percibimos obstáculos
para el acceso a la justicia como la morosidad del sistema, su complejidad, el
excesivo formalismo, costos y razones geográficas. La respuesta que viene
dándose se ha dirigido principalmente a la promoción de los mecanismos
alternos de solución de conflictos. Con todo y las virtudes de la
autocomposición (conciliación) y de las jurisdicciones voluntarias
(jurisdicción de paz y arbitramento), es indispensable mejorar la capacidad de
los jueces para resolver pronta y eficazmente los conflictos que cualquier
ciudadano les presente.

Consiste en establecer juzgados para la atención de controversia predefinidas


como pequeños conflictos de carácter civil, comercial, penal, laboral, agrario o
de familia, a cargo de jueces de competencia múltiple habilitados legalmente
para decidir sobre todos estos asuntos en una sola decisión judicial. La
actuación se surtiría a través de un proceso breve, informatizado y plenamente
oral, de audiencia única en lo posible, y de única instancia, excepto para
causas penales o sancionatorias en que se impone constitucionalmente el
derecho a la impugnación de las sentencias. La sede de estos juzgados sería
local, al interior de los distritos y municipios, para descentralizar la oferta
judicial institucional. Los servidores judiciales de esta jurisdicción
provendrían de la planta de jueces, especialmente municipales cuya carga de
trabajo se vería reducida en altísima proporción, a fin de de haya un impacto
fiscal cero. Y para la provisión de sedes en las localidades o comunas se
buscaría el aporte de las municipalidades.

- Unificación y simplificación procesal

Se avanzaría hacia la adopción de la oralidad en los procesos judiciales de


carácter civil, comercial, agrario, disciplinario y contencioso administrativo, y
fortalecer la oralidad en la justicia laboral (la reforma penal, por su parte, hace
lo propio en la jurisdicción respectiva; y la legislación de pequeños conflictos
haría su parte). Entraña la abolición del proceso escritural.

Tal medida exigiría la adopción un nuevo estatuto procesal que establezca el


proceso oral y por audiencias para causas de las diversas jurisdicciones, en
suma, nuevo código general de los procesos judiciales.

- Descongestión
Inicialmente, se trata de establecer un programa anticongestión, para superar
el atraso de más de un millón de procesos judiciales. A través de medidas
administrativas y reglamentarias del poder judicial, de proyectos de ley y aún
de reformas constitucionales, se pretende brindar herramientas que permitan
resolver procesos judiciales en mora y lograr que los juzgados y tribunales
impartan justicia dentro de los términos previstos en las leyes. Estudios
auspiciados por entidades de cooperación internacional indican, por vía de
ejemplo, que la eliminación del recurso de súplica pueden contribuir a la
descongestión de los despachos en la jurisdicción contencioso-administrativo.
Y respecto de la congestión generada por la tutela, se podría obrar sobre las
causas del uso excesivo de la tutela, cuando es originada en fallas de la
administración en materia de pensiones, salud, etc.

En relación con la acción de tutela, debe precisarse el carácter vinculante de


sus decisiones; también el cumplimiento imperioso de las tutelas, no
excusable por razones económicas. Se recomienda revisar causas del uso
excesivo de la tutela, originada, en buena parte, en fallas de la administración
en materia de pensiones, salud, etc. Adicionalmente, debe resolverse el
desorden de las instancias competentes para su conocimiento, por estar
generando incertidumbre jurídica y congestión judicial. Resolver los
conflictos entre las altas cortes, respecto de la decisión final en los fallos de
tutela. Y contar con la experiencia y cooperación técnica que, en esta materia,
pueden prestar países como Francia, Alemania, entre otros.

5.4. Objetivo específico: capacitación judicial

Es fundamental la capacitación a funcionarios para aplicación de las leyes y el


ejercicio de las funciones judiciales, a través de los institutos de públicos de
capacitación, y en especial, de la Escuela Rodrigo Lara Bonilla, a cargo del
Consejo Superior de la Judicatura.

6. SISTEMA LOCAL DE JUSTICIA Y ORGANIZACIÓN,


FORTALECIMIENTO Y DIFUSIÓN DE LOS MECANISMOS
ALTERNOS DE SOLUCIÓN DE CONFLICTOS -MASC-. (LÍNEA 6)

6.1. Finalidad

Coordinación de los mecanismos alternos entre sí y articulación con la justicia


formal, la oferta nacional y local, desde las entidades territoriales. Se busca la
eliminación del paralelismo entre algunas funciones alternas de solución de
conflictos (caso jueces de paz y conciliadores en equidad) y la coordinación de
estos servicios entre sí y en las Casas de Justicia. También la coordinación de
éstos y la justicia formal.

6.2. Objeto

El tema del sistema de justicia local (SJL) se convierte en un tema principal.


Es prioritaria la definición y formación de un sistema de justicia local: con
presencia judicial, de los mecanismos alternativos, de órganos de control, de
servicios departamentales y municipales; incluso como prerrequisito para la
promoción de los MASC. Es además necesario inscribir las iniciativas de
casas de justicia, centros de convivencia y centros de conciliación en estos
sistemas locales de justicia.

Se propone que el modelo o sistema de justicia local (SJL) se adelante, como


programa piloto, en el marco de programas de desarrollo y paz en curso.

6.3. Objetivos específicos

- Casas de justicia

Se procura dar continuidad a varios programas que, como las Casas de Justicia
y los centros de convivencia, han sido objeto de importante cooperación hasta
el momento, pero en el marco del sistema de justicia local que le asegure
sostenibilidad y coherencia. Es imperativo acompañar la creación de nuevas
casas de justicia, de nuevos centros de conciliación y la promoción de los
mecanismos alternos de solución de conflictos, con la generación de
herramientas, a disposición de los gobiernos locales, que permitan un avance
en el uso de estos servicios de justicia. En suma, se trata de ordenar la oferta
de servicios de justicia a través de centros multiagenciales, ubicados en áreas
de mayor conflictividad o marginalidad, en un número creciente de
municipios. Y preparar a las autoridades locales para asegurar la continuidad y
sostenibilidad del modelo de justicia local.

- Ordenación y fortalecimiento de los Masc y justicia comunitaria

La morosidad, la complejidad, el excesivo formalismo, los costos y las


distancias geográficas, son factores que la ciudadanía percibe como obstáculos
para el acceso a la justicia. Como complemento al fortalecimiento de la
justicia formal, se plantea la promoción de los mecanismos alternos de
solución de conflictos, un instrumento de cultura ciudadana de
autocomposición para la resolución pacífica de controversias.

Busca este programa la racionalización del servicio de justicia a través de un


desarrollo estructurado y articulado de los distintos operadores en la función
judicial y en los mecanismos alternativos de solución de conflictos. El reto
consiste en ordenar para el ciudadano la oferta de justicia alterna del Estado
colombiano, desde el ámbito territorial, y articularla con la justicia
institucional, y establecer de qué manera puede acceder a ella de la forma más
eficiente y económica. También lograr impulsar el desarrollo de la
jurisdicción especial indígena y la jurisdicción de paz.

Existen obstáculos para el acceso a la justicia, especialmente para las personas


socieoeconómicamente más débiles, de carácter cultural, institucional y hasta
geográfico. De ese modo, un modelo de justicia local debe brindar asesoría al
ciudadano sobre sus derechos y los mecanismos para la resolución de su
conflicto; prestar servicios administrativos o de justicia alternativa; y
convertirse en un polo de cultura cívica y educación legal, como externalidad
positiva, sobre su entorno.

- Justicia próxima

El sistema de justicia local es también una estrategia para acercar la justicia al


ciudadano e introducir en el seno de las comunidades instituciones amigas
para el fortalecimiento de procesos de formación de cultura ciudadana y
convivencia.

7. SEGURIDAD JURÍDICA. (LÍNEA 7)

7.1. Finalidad

Remover del sistema judicial y jurídico los factores que generan incertidumbre
institucional en la administración de justicia y en la expedición de leyes.

7.2. Objeto

Apunta a una mayor racionalización en la expedición de leyes; a que se genere


una mayor estabilidad y tiempo de vigencia de las mismas, y se supere la
técnica de las derogatorias tácitas.
En cuanto al poder judicial, se busca dar mayor estabilidad a las decisiones de
los juzgados y tribunales mediante la implementación de un modelo de
precedentes judiciales.

Así mismo, de cara al advenimiento de escenarios de integración económica


con países y unidades supranacionales del mundo, la adecuación del sistema
de justicia a los requerimientos de un escenario internacional complejo y
competitivo, y la previsión de mecanismos de resolución de controversias que
surjan de tales acuerdos. A este respecto se destaca la justicia arbitral, como
mecanismo apto y usual para la resolución de controversias propias de los
negocios jurídicos tanto internacionales como internos.

7.3. Objetivos específicos

- Racionalización de producción normativa

Para alcanzar niveles adecuados de seguridad jurídica, entendido como un


conjunto de reglas de juego que sean claras y que generen , entre otras
consecuencias, incentivos para su cumplimiento por parte de los asociados, el
ordenamiento jurídico debe ser un promotor –no un obstáculo– para el
crecimiento económico. Una forma de lograrlo consiste en moderar la
producción normativa, de modo que la abundancia generalizada de normas
(inflación legislativa) ceda paso a la expedición de normas realmente
necesarias.

- Simplificación de los estatutos legales y normas vigentes

La profusión de códigos, leyes, decretos y normas e general, que produce una


normatividad voluminosa y cambiante, genera incertidumbre y crea un clima
de inestabilidad en las instituciones y reglas que ofrece un Estado a los
agentes económicos y sociales. Es importante retirar del ordenamiento jurídico
las normas derogadas, repetitivas o inútiles, y aquellas que producen más
costos de transacción que los beneficios reales en la solución de conflictos
específicos. Además, la mayor complejidad de la legislación estimula el
número de litigios, dificulta el acceso a la justicia del ciudadano corriente que
puede carecer de recursos para acceder a los expertos que pueden dictaminar
sobre sus derechos, hace más difícil y costosa la actualización de los
funcionarios de la rama judicial y de los órganos de control y, por esta vía,
deriva en la lenta resolución de los conflictos.
- Estabilidad jurisprudencial razonable

En la jurisdicción, se encuentran problemas debido al poco valor que se le


atribuye al precedente jurisprudencial, y a los constantes cambios en la misma
que, en consecuencia se producen. Conlleva a que los ciudadanos no saben a
ciencia cierta cuales son las normas que les son aplicables y a que idénticas
situaciones de hecho sean resueltas de manera diferente, en detrimento de
principios de igualdad. Con el sistema de precedentes judiciales, la
jurisprudencia de las altas cortes tiene un poder vinculante en el magistrado
inferior o juez, quien para apartarse de ella deberá argumentar expresamente
las razones relativas a los hechos o de constitucionalidad para apartarse del
precedente.

8. DEFENSA Y GESTIÓN JURÍDICA DE LA NACIÓN. (LÍNEA 8)

8.1. Finalidad

Fortalecer la capacidad de defensa judicial del Estado frente a las demandas


contractuales o no contractuales de responsabilidad. Y establecer reglas para
la reparación del derecho a cargo del Estado, cuando a ello obliga. Por tal
razón no es defensa judicial, necesariamente, sino, en todo caso, defensa
jurídica de la Nación jurídica.

8.2. Objeto

Organizar una estrategia integral para la defensa patrimonial del Estado, ya


que el Estado registra pérdidas patrimoniales continuadas por problemas de
idoneidad, coordinación y fortaleza institucional en la defensa de sus
derechos. Y en términos más generales, de la realización de los principios de
justicia en los procesos en que el Estado es parte.

Se adelantará una política única de defensa jurídica de la Nación dentro del


marco del Programa de Renovación de la Administración Pública. Con este
fin, se llevarán a cabo estudios para evaluar el origen de los procesos
judiciales en contra de la Nación, las fallas comunes en los diferentes procesos
y en su atención y de los procedimientos para adelantar procesos de
repetición. Adicionalmente se diseñarán medidas para evitar la judicialización
de los conflictos que se generen entre órganos públicos. En suma, integrar y
fortalecer la gestión jurídica de la Administración Pública Nacional (APN),
organizando una estrategia integral en la materia que contribuya a prevenir el
daño patrimonial derivado de las actuaciones antijurídicas y a determinar
líneas de acción para optimizar la defensa de los intereses litigiosos del
Estado, y específicamente para desarrollar el programa contemplado en el
documento CONPES 3250 de octubre de 2003 “Líneas de acción para el
Fortalecimiento de la Defensa Legal de la Nación y para la Valoración de
Pasivos Contingentes”

Comprende la optimización de los procesos precontractuales; la remoción de


patrones irregulares de comportamiento de los agentes públicos que provocan
condenas reiteradas o en seria contra el Estado; la posibilidad de diseñar
líneas generales de defensa o arreglo; el fortalecimiento institucional de la
oficina de defensa judicial de la Nación del Ministerio del Interior y de
Justicia. Es decir, se parte de los mecanismos preventivos de defensa judicial,
específicamente, de prevención del daño antijurídico: la defensa judicial de la
Nación, enfocada a las causas del daño, afirma el Gobierno (MIJ). Y se
considera la acción de repetición, como un instrumento de vinculación de la
responsabilidad del funcionario en el daño.

Se exhorta a que los programas de fortalecimiento de la defensa judicial de la


Nación no conlleven instrumentos para burlar los derechos y reclamaciones
legítimas de los particulares frente al Estado. Por el contrario, deben incluir
pautas para el reconocimiento por el Estado de los derechos de aquellos, por
vías extrajudiciales.

V. LÍNEAS DE COOPERACIÓN EN MATERIA DE


LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN

El Estado colombiano y Gobierno Nacional están comprometidos con el


diseño de una Política Estatal en Materia de Lucha contra la Corrupción que
obedezca a un propósito de la sociedad colombiana. Para el efecto se ha
obtenido el concurso de los órganos de control, de la Defensoría del Pueblo, la
Fiscalía General de la Nación y de los distintos gremios económicos y
organizaciones de la sociedad civil para hacer la formulación de la política.
Esta política busca involucrar y comprometer las acciones y resultados de
todos los estamentos de la sociedad colombiana, en un esfuerzo que trascienda
gobiernos y administraciones. Partimos del supuesto de que la corrupción es
un fenómeno social que no es exclusivo del gobierno o de las instituciones
públicas, es un fenómeno estatal, entendido el Estado como las instituciones
públicas, el sector privado, la sociedad civil y sus organizaciones.
El diseño de la política está orientado, por una parte, a fortalecer la capacidad
del Estado de diseñar acciones preventivas y promover un cambio cultural, y
por otra parte, a fortalecer el sistema judicial de tal manera que pueda
reaccionar adecuadamente hacia la investigación, acusación, juzgamiento y
sanción de los responsables de la corrupción. Esta política busca prevenir,
combatir y contribuir a erradicar la corrupción, en el marco del Estado Social
de Derecho, a través del mejoramiento y desarrollo de los medios
institucionales, normativos, judiciales, culturales y sociales, para el logro de
una administración eficiente, eficaz y transparente de los recursos público.
Para ello, se debe tener en cuenta entre otras, las recomendaciones dadas a
Colombia, en el informe de la OEA, sobre la implementación en el país de las
disposiciones de la Convención seleccionadas para ser analizadas en el marco
de la primera ronda.

Las siguientes son algunas de las recomendaciones principales:

- Fortalecer las medidas preventivas y los sistemas de control para asegurar la


efectividad en la preservación y el uso adecuado de los recursos públicos en el
desempeño de sus funciones, previa evaluación de las causas objetivas que
originan las investigaciones sobre los delitos contra la administración pública
y la administración de justicia, y de la determinación de las causas objetivas
que están impidiendo o limitando la efectividad de los sistemas de control
interno, control disciplinario y control fiscal.

- Fortalecer los órganos de control superior, en lo concerniente a las funciones


que desarrollan en relación con el control efectivo y cumplimiento de las
disposiciones previstas en los párrafos 1, 2, 4 y 11 del art. III12 y optimizar su
coordinación tal como lo establece el ordenamiento jurídico colombiano con
el objeto de asegurar la eficacia en dicho control, dotándolas de recursos
necesarios para el cabal desarrollo de sus funciones; procurando que cuenten
para ello con un mayor apoyo político y social; y estableciendo mecanismos
que permitan una continua evaluación y seguimiento de sus acciones.

- En referencia a la asistencia y cooperación se recomendó, determinar


aquellas áreas específicas en las cuales la República de Colombia podría
1
Comité de expertos del mecanismo de seguimiento de la implementación de la convención interamericana
contra la corrupción. Informe sobre la implementación en Colombia de las disposiciones de la Convención
seleccionadas para ser analizadas en el marco de la primera ronda, documento aprobado el 18 de julio de
2003. p 33-34
2
necesitar o podría útilmente recibir cooperación técnica mutual para prevenir,
detectar, investigar, y sancionar actos de corrupción, y con base en dicho
análisis diseñar una estrategia integral que permita acudir a otros estados parte
y no parte de la Convención y a las instituciones o agencias financieras
comprometidas en la cooperación internacional en procura de cooperación
técnica para lo que se haya determinado.

El Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006, presentado al país por el Gobierno


Nacional y aprobado por el Congreso de la República, es el marco
institucional de la "Estrategia de Cooperación Internacional". La política
pública expresada por el Presidente de la República, el Vicepresidente de la
República, la Dirección del Programa Presidencial de Lucha Contra la
Corrupción, las recomendaciones de la OEA en el seguimiento a la
Convención Interamericana contra la corrupción, las políticas de los órganos
de control e investigación las autoridades de justicia y las autoridades
sectoriales y territoriales, complementan esta perspectiva.

Las instituciones públicas que tienen funciones constitucionales y legales


relativas a la lucha contra la corrupción son los organismos de control de
primero y segundo nivel, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General de la
Nación, la Rama Judicial y el Gobierno Nacional.

Adicionalmente, en el marco de un estado moderno debemos tener en cuenta


las obligaciones del sector privado como parte activa del Estado, como
integrante del mismo, en relación con sus responsabilidades democráticas y el
respeto y defensa del Estado Social de Derecho; en consecuencia, actores
fundamentales de la política de Estado en materia de lucha contra la
corrupción son también el sector privado, la comunidad y los medios de
comunicación.

Las líneas de cooperación del componente “Lucha Contra la Corrupción” se


han agrupado en tres subcomponentes, a saber:

- Prevención de la corrupción.
- Investigación, juzgamiento y sanción.
- Control social y disciplinario.

SUBCOMPONENTE 1: PREVENCIÓN DE LA CORRUPCIÓN


La corrupción es un fenómeno que repercute en el aspecto político, económico
y social, ya que la desviación de fondos destinados al desarrollo y a la
prestación de servicios esenciales deslegitima la eficacia del Estado,
disminuye la inclusión social, desequilibra las finanzas públicas y desacelera
el crecimiento económico. El Estado busca sumar los esfuerzos del gobierno,
los organismos de control, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y la Rama
Judicial, la sociedad civil y la comunidad en la generación de estrategias para
prevenir la corrupción.

1. CONSOLIDACIÓN DE UNA ÉTICA PÚBLICA Y UNA CULTURA


DE LA LEGALIDAD. (LÍNEA 1)

1.1. Finalidad

La promoción de la cultura de la legalidad consiste en difundir en la población


colombiana la reflexión y el entendimiento de las siguientes preguntas: por
qué y para qué hay reglas y por qué son importantes. La cultura de la legalidad
es la aceptación de las reglas por parte de todos los ciudadanos. Aceptar las
normas debe ser un acto conciente para lo cual es necesario conocer estos
aspectos.

La prevención de la corrupción debe integrar la promoción de la cultura de la


legalidad, la formación en valores, la educación, la ética y la cultura como
elementos centrales de un Estado Social de Derecho que permite diseñar y
ejecutar políticas públicas que generen condiciones de equidad.

La convivencia pacífica, la seguridad, el buen funcionamiento de la economía


y de las instituciones, dependen de la aceptación de las normas por parte de
todos los ciudadanos en el marco del Estado Social de Derecho. De tal manera
que es válido afirmar que el único antídoto contra la inseguridad, la violencia
y la corrupción es la Cultura de la Legalidad.
Colombia ha expedido multiplicidad de normas en materia de fortalecimiento
institucional, defensa del Estado Social de Derecho y lucha contra la
corrupción; adicionalmente, Colombia ha cumplido a cabalidad con las
recomendaciones efectuadas por las organizaciones internacionales y por las
convenciones internacionales en materia de lucha contra la corrupción. Por lo
anterior, consideramos que Colombia cuenta con el marco regulatorio
necesario y el problema es de cultura y de ahí la importancia de promover la
cultura de la legalidad en servidores públicos, sociedad civil, medios de
comunicación y estudiantes.
1.2. Objeto

El Programa Cultura de la Legalidad tiene dos grandes objetivos: el primero,


consiste en lograr la comprensión de la importancia de la cultura de la
legalidad para la sociedad, teniendo en cuenta que esta basa sus relaciones en
acuerdos; el segundo, busca promover en los ciudadanos, estudiantes y
servidores públicos la comprensión del Estado Social de Derecho, el cual
requiere para su legitimidad que todos los ciudadanos, y no solamente los
juristas, comprendan su significado. En suma, formar ciudadanos que
comprendan que si actúan de la mano de la ley, ganan ellos y gana la
sociedad.

Tres ejes orientan la promoción de la Cultura de la Legalidad:

- La cultura y el respeto a las leyes en un Estado Social de Derecho-. En qué


consiste, cómo se reconoce y por qué es importante proteger el Estado Social
de Derecho. Entendimiento de que frente a normas y leyes injustas, disponen
de mecanismos democráticos para el cambio. El enfoque principal está en
cómo construir y mantener una cultura de la legalidad. Se busca formar
ciudadanos para una vida pública democrática marcada por el cumplimiento
de la ley y por la preferencia de una vida pacífica. La armonía social se
consigue dentro de los procesos legales del Estado Social de Derecho, por
fuera de estos procesos legales no hay armonía social. La vida pública es el
gobierno de la legalidad, sólo así hay libertades públicas y democracia
participativa.

- La delincuencia y la corrupción-. Este eje se concentra en los efectos dañinos


de la delincuencia y el crimen organizado. Aprendizaje de por qué la
delincuencia es una amenaza al Estado Social de Derecho. Entendimiento de
con qué medios institucionales y ciudadanos se puede vencer la delincuencia.

- Promoción de una cultura de la legalidad-. Permite discernir qué papel


juegan los ciudadanos en general en la promoción y apoyo del Estado Social
de Derecho. El ciudadano es agraviado cuando se tolera el crimen organizado
y sus actividades.

El programa está diseñado para formar buenos ciudadanos, con capacidad para
resistir la ilegalidad, trabajar solidariamente en grupos, analizar y plantear
soluciones a los problemas que plantea la ilegalidad en la construcción de una
sociedad democrática participativa, dentro del Estado Social de Derecho.

La formación en ética ciudadana y cultura de la legalidad requiere interacción


de la experiencia y la investigación para generar nuevas aptitudes y prácticas
permanentes de autoaprendizaje que nutran la labor de aquellos que cumplen
la misión de ser servidores públicos en calidad de dirigentes, candidatos a
cargos y corporaciones públicas y aquellos que tienen una doble
responsabilidad en tanto formadores de opinión publica, como los medios de
comunicación, los educadores y los movimientos políticos y sociales.

1.3. Objetivos Específicos

- Formación de servidores públicos.

- Formación de estudiantes.

- Formación dirigida a poblaciones vulnerables.

- Campañas masivas de concientización.

2. FORTALECIMIENTO DE LOS SISTEMAS DE CONTROL


INTERNO – AUDITORÍA – PPLCC. (LÍNEA II)

2.1. Finalidad

Construir un Modelo de Control Interno para las instituciones públicas del


Estado colombiano.

En materia de prevención, las entidades públicas deben fortalecer su Sistema


de Control Interno, como un mecanismo garante para el cumplimiento
misional y buen uso de recursos públicos. Adicionalmente, debe conformarse
un Sistema de Control Interno articulado que se alimente de la información de
control interno de las diferentes entidades de nivel municipal, departamental y
nacional. El Control Interno debe combinar un seguimiento a la gestión, un
control interno contable y el control interno fiscal, siempre en el marco del
respeto por la ley y los procedimientos que esta establece.

2.2. Objeto
Mejorar la información y los tiempos de la información de las instituciones
públicas, utilizando estándares únicos para su presentación, para permitir un
control de gestión, un control contable y control social de la gestión pública, a
través de jun sistema integrado.

Desarrollar una cultura de autocontrol, mediante la estandarización de método


de evaluación y calificación del sistema y establecer acciones de
mejoramiento continuo que lleven a la obtención de más y mejores resultados,
generando un ambiente de probidad, transparencia y responsabilidad. Las
entidades del Estado deben aplicar sistemas de autocontrol en el desempeño
de las labores misionales y realizar evaluación periódica de dicho control con
el objeto de determinar los avances, las fallas y las posibles irregularidades
que repercuten en el bienestar de la misma entidad, de acuerdo al desarrolla de
la Ley

El sistema de control interno es la herramienta por excelencia de las


instituciones para luchar contra la corrupción, pues un buen sistema acoraza
contra las contingencias, la improvisación y facilita la toma de decisiones en
cuanto garantiza el control y la circulación de la información. Es por ello que
en la política de prevención el fortalecimiento de éste es una herramienta
fundamental y básica. Dentro de este sistema, una medida fundamental son
los Mapas de Riesgo que permiten hacer la medición de corrupción. El
funcionamiento de un Sistema de Control Interno permite identificar y
proponer fallas que ameriten ajustes e innovaciones normativas, reformas
institucionales y administrativas.

2.3. Objetivos Específicos

- Formulación de Metodología

- Implementación de la Metodología en Entidades del Orden Nacional.


Proyecto piloto.

- Implementación de la Metodología en Entidades del Departamental.


Proyecto piloto.

- Implementación de la Metodología en Entidades del Orden Municipal.


Proyecto piloto.
- Implementación de la Metodología en Organismos de Control. Proyecto
piloto.

- Creación y regulación del Sistema de Control Interno

3. FORTALECIMIENTO DEL CONTROL DISCIPLINARIO. (LÍNEAS


3)

3.1. Finalidad

Fortalecer el control interno disciplinario en las instituciones públicas.

3.2. Objeto

Mejorar el control disciplinario en las instituciones públicas y dotarlo de


herramientas de trabajo para mejorar su eficiencia.

En materia de investigación, juzgamiento y sanción es necesario tener en


cuenta el Control Interno Disciplinario. La investigación disciplinaria la debe
adelantar el organismo de control interno disciplinario o el funcionario que
señale el jefe de la entidad. La investigación debe realizarse de acuerdo con lo
establecido en el Código Disciplinario Único.

3.3. Objetivos Específicos

- Capacitación de los funcionarios encargados del control interno disciplinario.

4. MEJORAMIENTO DE LOS SISTEMA DE INFORMACIÓN


OFICIAL. (LÍNEA 4)

4.1. Finalidad

Fortalecer los sistemas de información de las instituciones públicas que


permita entregar información a la comunidad en tiempo real, formular
políticas públicas con base en información confiable y hacer mediciones con
base en datos duros,

Conforme a lo estipulado por el Plan Nacional de Desarrollo "Hacia un


Estado Comunitario" y la Directiva Presidencial Nº 10 de 2002, el gobierno
adelanta acciones tendientes a orientar la gestión pública hacia el logro de
resultados a través del fortalecimiento e institucionalización de la evaluación,
el seguimiento y la rendición de cuentas de las políticas y planes del gobierno
como una practica del Estado. De esta manera, se busca mejorar la eficiencia
y el impacto de las políticas, programas e instituciones públicas; contribuir a
mejorar la eficiencia y transparencia en la programación y asignación de los
recursos; y estimular la transparencia en la gestión pública, incorporando de
manera activa el control de la ciudadanía.

4.2. Objeto

Generar información periódica, disponible para la comunidad con base en


datos públicos verificables tales como (i) registros de contratación, (ii)
penetración de trámites en línea (gobierno electrónico), (iii) recurso humano,
numero de servidores a cargo, tipo de servidor (carrera, libre nombramiento,
trabajador oficial, empleado público), (iv) sentencias y conciliaciones, (iv)
indicadores duros de gestión de acuerdo con la entidad de que se trata.

4.3. Objetivos Específicos

- Disponibilidad de la Información Pública Básica y de la información que


permita hacer seguimiento de la gestión pública.

- Indicadores de gestión comparables, arrojados periódicamente.

- Evaluaciones Institucionales Periódicas de las Entidades de Nivel, Nacional,


Departamental y Municipal.

- Evaluaciones Institucionales Periódicas de los Organismos de Control


Primarios y Secundarios.

- Evaluaciones Institucionales Periódicas de la Rama Judicial, Fiscalía General


de la Nación y la Defensoría del Pueblo.

- Planes de mejoramiento.

SUBCOMPONENTE 2: INVESTIGACIÓN, JUZGAMIENTO Y


SANCIÓN
La investigación, el juzgamiento y la sanción son el complemento de la
política preventiva, implica una disposición jurídica y logística que permita
adelantar las investigaciones y sancionar a quien haya que hacerlo.

5. FORTALECER LOS ÓRGANOS DE CONTROL E


INVESTIGACIÓN.
(LÍNEA 5)

5.1. Finalidad

Fortalecimiento de la capacidad de los órganos especializados para investigar,


juzgar y sancionar la corrupción

La capacidad de los organismos de control y de investigación para adelantar


las pesquisas y sancionar a los culpables es una fuente de legitimidad, de
credibilidad y de disuasión, para ello se requiere que las instituciones tengan
un recurso humano y técnico que le permitan el cumplimiento de su misión y
resolver los asuntos en tiempo límite.

5.2. Objeto

Potenciar la capacidad investigativa y de sanción de las conductas que atenten


contra le buen uso de los recursos públicos, bien sea por mala gestión o por
apropiación para si o para terceros de éstos recursos.

La normatividad es un instrumento necesario pero no suficiente para frenar los


abusos de corrupción y sancionar a los infractores. Precisamente, la
credibilidad en el sistema de la justicia y del sistema disciplinario, están
relacionados con sus resultados frente a la impunidad. Así, debe prestarse
atención a los obstáculos normativos y administrativos, que impiden la
disminución de los niveles de impunidad relacionados con la corrupción.

5.3. Objetivos específicos

- Se requiere hacer una revisión del acervo jurídico que oriente la adopción de
nuevas leyes y los cambios legislativos que se requieran para hacer más
eficiente la lucha contra la corrupción
- Dotar a los organismos de control e investigación de herramientas que
faciliten el análisis de pruebas y fortalezcan la capacidad de investigación de
los servidores públicos.

- Incrementar el saber y el dominio de los servidores públicos de las


instituciones de control, juzgamiento e investigación en los avances
relacionados de investigación sobre hechos de corrupción, así como en la
legislación nacional e internacional en la materia.

- Intercambiar experiencias sobre la materia entre Estados u organizaciones


pares de otros Estados.

6. FORTALECER LA COORDINACIÓN ENTRE LOS ORGANISMOS


DE CONTROL E INVESTIGACIÓN (LÍNEA 6)

6.1. Finalidad

Esta estrategia tiene como fundamento principal la coordinación entre los


organismos de control y el organismo investigador para aunar esfuerzos en la
lucha contra la corrupción.

En este eje se presentan líneas para el fortalecimiento de los organismos de


control e investigación y para el desarrollo de las acciones conjuntas

6.2. Objeto

Incrementar la capacidad disuasiva, preventiva y sancionatoria del Estado


frente a conductas irregulares o corruptas, a través de acciones de
coordinación entre los órganos de control y el sistema judicial.

A nivel nacional, los organismos involucrados son fundamentalmente la


Contraloría General de la República, la Procuraduría General de la Nación, la
Fiscalía General de la Nación, la Auditoría General de la República, las
autoridades administrativas y jurisdiccionales de la Rama Judicial. En el nivel
territorial, las contralorías y personerías, las agencias y dependencias
nacionales y demás entidades de control.

La coordinación interinstitucional es una herramienta que permite agilizar


procesos que tiene conductas disciplinarias, fiscales y penales. La recolección
de prueba conjunta y la valoración por competencias permiten agilidad sin
violar el respeto por el debido proceso.

6.3. Objetivos específicos

- Robustecer los Sistemas de Información probatorio entre organismos de


control e investigaciones existentes y el diseño de un protocolo que permita el
intercambio de información, con las garantías de la reserva legal y acorde con
las competencias de cada institución.

- Constituir y dar sostenibilidad a los grupos especializados


interinstitucionales (Task Force) orientados a la investigación de los casos de
corrupción cuya investigación genere un mayor impacto nacional.

- Desarrollo del sistema e implementación de un SOFTWARE que permita


organizar, coordinar y hacer seguimiento interinstitucional al estado de las
denuncias y quejas que se han recibido de la ciudadanía, con el propósito de
garantizar la oportunidad, confiabilidad y agilidad en el trámite de las mismas
y aumentar así la capacidad de respuesta de los organismos de control.

- Incrementar el saber y capacitación específica de los grupos especiales


interinstitucionales con énfasis sobre el acervo jurídico internacional en
materia de corrupción, y los conocimientos sobre prácticas de pruebas,
recaudo y análisis probatorio.

SUBCOMPONENTE 3: CONTROL SOCIAL Y CIUDADANO

En una democracia participativa como es la colombiana las obligaciones y


responsabilidades de los ciudadanos no se agotan con el pago de impuestos.
Entre estas responsabilidades vale la pena destacar el acatamiento y respeto a
los derechos, la solidaridad social, tema en el cual vale la pena revisar el
cumplimiento de las obligaciones tributarias, el respeto y apoyo a las
autoridades democráticas legítimamente constituidas, el respeto a la ley, los
pactos sociales, la administración de justicia, la identidad y a la pluralidad.
Vale la pena hacer énfasis en al responsabilidad de participar en la vida
política, cívica y comunitaria del país. En consecuencia, el acompañamiento a
la gestión pública, a través del control social y ciudadano no es simplemente
una afición o la manifestación de un interés particular, es un deber de los
ciudadanos, una obligación correlativa al derecho que tiene un ciudadano en el
marco de una democracia participativa.
7. FORTALECER EL CONTROL SOCIAL Y CIUDADANO (LÍNEA 7)

7.1. Finalidad

Fortalecer la capacidad de diversos actores sociales e institucionales y


proporcionar herramientas de concertación, negociación, seguimiento y
evaluación para que realicen procesos organizados y eficaces de control social
a la gestión pública

7.2. Objetivo

Fortalecer la capacidad de la ciudadanía para hacer el control social desde el


punto de vista de los mecanismos de participación y desde los contenidos de la
misma.

El acompañamiento a la gestión pública debe hacerse con base en la


información que producen las entidades públicas y sobre la base de las normas
propias del sector al cual se le hace el acompañamiento. Para este propósito la
formación en las formas y métodos del control social es indispensable, así
como la formación en las áreas en las cuales el ciudadano quiere concentrar su
control social y ciudadano.

7.3. Objetivos Específicos

- Plan Nacional de Formación para el control social y ciudadano.

- Fortalecimiento de la capacidad ciudadana.

7.4. Objetivos específicos: ejes para el desarrollo de la línea de


cooperación

- Impulso de la subcomisión ciudadana-. A partir del fortalecimiento de la


subcomisión Institucional y de la creación de las Comisiones Regionales
Moralización y de la puesta en marcha de los pactos de transparencia y sus
comités de seguimiento, es conveniente impulsar el funcionamiento de la
Subcomisión Ciudadana. Esto es necesario para el desarrollo de las
actividades propias de estas comisiones en cumplimiento del objeto por el
cual han sido creadas.
- Auditorías articuladas-. Sin que se quiebren las competencias, ni se altere la
naturaleza del control fiscal desarrollado por la Contraloría General de la
República, es importante vincular a la ciudadanía en auditorias articuladas lo
cual genera un valor agregado al proceso y al buen uso de los recursos
públicos, toda vez que permite desde una óptica diferente a la punitiva ubicar
las fallas administrativas en la gestiones fiscales.

- Capacitación-. Es indispensable capacitar a los ciudadanos sobre los


mecanismos y competencias en el control social y ciudadano, a través de
seminarios y talleres que formen a los veedores y a los ciudadanos en general
interesados en el control de la gestión pública y de resultados, en la
participación de la definición de los presupuestos en departamentos y
municipios, siendo estas actividades imperativas para el desarrollo de la
estrategia de prevención que se ejerce mediante las comisiones de
moralización y las agendas ciudadanas.

- Construcción de Agendas Ciudadanas-. A través de agendas ejercicios de


deliberación, se vincula a la comunidad en espacios de información y
formación que permiten la formulación de estrategias que van más allá de la
queja, la petición o la denuncia. Espacios que permiten la construcción de
agendas para la realización de un control fiscal participativo, argumentativo y
cooperante en la lucha contra la corrupción.

- Planes y presupuestos participativos-. El fortalecimiento tanto de la


participación ciudadana en el marco de los consejos de desarrollo y
planificación regional, impulsando los Planes y Presupuestos Participativos en
departamentos y municipios, el acompañamiento y vigilancia de los procesos
de contratación estatal, con apoyo de las veedurías comunitarias,
organizaciones comunales y ciudadanos en general. Los programas de
desarrollo y paz, son marco de acción y experiencia útil para los de procesos
participativos anticorrupción.

- Fortalecer las veedurías ciudadanas y el control social y ciudadano-. En


términos generales se trata de apoyar los mecanismos e instancias de
coordinación y apoyo consagradas en la ley para el control social en todas sus
expresiones.

You might also like