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LA DEMOCRACIA EN CUBA

1. LA DEMOCRACIA EN CUBA (Barry Sheppard)

2. LA DEMOCRACIA EN CUBA (Cuba Support Group - ireland)

3. EL MITO DE LA DICTADURA CUBANA (Charles McKelvey)

4. LA DEMOCRACIA REVOLUCIONARIA DE CUBA (Charles McKelvey)

5. DEMOCRACIA Y SINDICATOS EN CUBA (Mike Hemmings)

6. SISTEMA ELECTORAL Y MEDIOS EN CUBA (Adital)

7. IDEAS PRECONCEBIDAS Y VERDADES OCULTAS SOBRE CUBA (Rémy Herrera)

1. LA DEMOCRACIA EN CUBA. [1]

Barry Sheppard

A principios de agosto mi compañera Caroline Lund y yo visitamos Cuba, como parte de los
Octavos Encuentros de Amistad EEUU-Cuba organizados por la asociación evangelista Pastores
por la Paz. Como todos los restantes Encuentros, éste desafiaba abiertamente el bloqueo de
Washington contra la isla revolucionaria. Casi 455 toneladas de medicinas, libros, equipos
informáticos, ambulancias, bibliobuses y diversas ayudas humanitarias fueron recogidos a lo
largo de todos los EEUU, llevados a través de la frontera de México y transportados desde
Tampico hasta Cuba.

A diferencia de los anteriores Encuentros, éste no fue muy obstaculizado por las autoridades
de los EEUU.

Aproximadamente 150 "caravanistas" --así llamados porque el material donado fue recogido
por caravanas de autobuses y coches, que se reunieron en la frontera mexicana para luego
atravesar México hasta llegar a Tampico-- realizaron asimismo una visita guiada de 10 días,
repleta de actividades.
Una de estas actividades fue la primera Conferencia de Amistad EEUU-Cuba, que fue presidida
por los principales líderes del gobierno cubano y del Partido Comunista (PC). Todas las
actividades desarrolladas nos dieron una imagen de la realidad cubana mucho más positiva
que la que teníamos antes.

Una de las personas que presidieron la Conferencia fue Ricardo Alarcón, presidente de la
Asamblea Nacional del Poder Popular, que habló de la democracia en Cuba.

En primer lugar, debo decir que en todo momento tuvimos plena libertad para ir a todas partes
y hablar con quien quisiéramos. La gente crítica con el gobierno no parecía tener ningún temor
a explicarnos sus opiniones.

También pudimos hablar con miembros de base de los Comités de Defensa de la Revolución
(CDRs), de las Asambleas del Poder Popular (APPs) y del PC en varias regiones de La Habana y
en dos ciudades fuera de La Habana, Santa Cruz del Norte y Jaruco.

1.1. Poder Popular

Una de las cosas que los CDRs hacen actualmente es organizar las reservas con el fin de
ayudar a los ciudadanos que tengan cualquier necesidad. Por ejemplo, si alguien se ha herido y
necesita sangre, el CDR organizará a la gente para donar sangre. En Santa Cruz del Norte hay
un hospital local que sólo cuenta con una vieja ambulancia, la cual se utiliza para transportar
los casos más graves al moderno hospital de La Habana. Si la ambulancia se estropea, el
hospital local puede ponerse en contacto con los CDRs para que encuentren un coche que
la pueda sustituir.

Otra función de los CDRs es organizar las postulaciones o nominaciones de candidatos para las
elecciones a las Asambleas Locales del Poder Popular. Las Asambleas son las instituciones de
gobierno, desde el nivel local hasta el nacional.
Tuve la oportunidad de visitar una de las oficinas locales del Poder Popular en una Región de La
Habana (La Habana está dividida en Regiones, cada una de las cuales elige su propia Asamblea
del Poder Popular). Esta Región se hallaba dividida a su vez en 22 Distritos Electorales, cada
uno de los cuales estaba formado a su vez por unas cuatro manzanas de casas y
aproximadamente por ocho CDRs. Cada distrito elige a un representante para el Poder Popular
Regional.

Cada CDR convoca una reunión de los ciudadanos de su manzana, con el fin de discutir y
proponer nominaciones para la elección al Poder Popular Local. Estas nominaciones son
discutidas en los CDRs del distrito, y finalmente se prepara la lista final de candidatos. Debe
haber al menos dos candidatos y menos de ocho nominados o postulados. Las elecciones son
por votación directa y secreta de los ciudadanos del distrito.

El PC no postula a ningún candidato. Los candidatos son postulados y elegidos por sus vecinos.
Cualquiera que tenga más de 16 años puede presentarse a la elección.

El estilo de las elecciones es bastante diferente a las de EEUU o Australia, donde dominan las
grandes sumas de dinero. Una breve biografía de cada candidato es expuesta en diversos
lugares públicos del distrito. Lo anterior, junto con los debates entre los ciudadanos, constituye
el único "acto electoral" que se lleva a cabo, de manera que los candidatos no tienen que
gastar ningún dinero para hacer la campaña.

La Asamblea del Poder Popular elige un pequeño cuerpo formado por un presidente, un
vicepresidente y algunos otros cargos, que no reciben ninguna paga por trabajar diariamente y
a tiempo completo como gobierno de la Región.

Todos ellos siguen recibiendo exclusivamente el salario que percibían por sus anteriores
empleos, y dichos empleos se mantienen para ellos cuando abandonan el Poder Popular. Son
elegidos para un período de mandato de dos años y medio.

1.2. Responsabilidad
Otro rasgo del sistema electoral cubano es que cualquier persona elegida, en cualquier nivel de
gobierno, puede ser destituida en cualquier momento por sus electores. Esto pasa bastante a
menudo, por lo que nos contaron. En una Región de La Habana todos los presidentes fueron
destituidos desde 1976, excepto el presidente actual.

Además de los 22 miembros electos de la Asamblea del Poder Popular que visité, hay otros
nueve miembros postulados por las organizaciones de masas, uno por el PC, otro por la
Federación de Mujeres Cubanas, otro por los CDRs, otro por los sindicatos, etc. La Asamblea
Popular toma todas sus decisiones por consenso.

Fui testigo de cómo trabaja este Poder Popular Regional. Ante todo es la administración local, y
se ocupa de cosas como la mejora del alojamiento y la sustitución del depósito de agua, que
es viejo y se está viniendo abajo. También se ocupa de diversos problemas sociales.

Había un interesante cartel colgado en la pared, que presentaba un catálogo de todas las
clases de cosas que eran competencia del Poder Popular, incluyendo el número de madres
solteras que necesitaban ayuda adicional además del cuidado de sus hijos, una ayuda que el
Poder Popular siempre se las arreglaba para proporcionar.

Los delegados en los Poderes Populares Municipales o Regionales de La Habana deben


presentar un informe a las Asambleas Generales de los Ciudadanos de sus distritos al menos
dos veces al año, aunque pueden ser convocados en cualquier momento por los delegados o
por los electores.

Nominación de candidatos a delegados para las asambleas

Cuba también está dividida en Provincias, y cada una de ellas cuenta con su propio Poder
Popular Provincial. Las nominaciones para los Poderes Populares Provinciales y para la
Asamblea Nacional del Poder Popular, el organismo estatal más elevado, son hechas por
Comisiones Electorales compuestas por los representantes del Consejo Central de Sindicatos
(que preside cada Comisión), los CDRs, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación
Nacional de Pequeños Agricultores, la Federación de Estudiantes Universitarios y la Federación
de Estudiantes de Enseñanza Media.

Las listas con los candidatos se llevan a continuación a los Poderes Populares Municipales para
su consideración y aprobación. Los delegados de los Poderes Populares Provinciales y de la
Asamblea Nacional son elegidos a continuación en votación secreta por toda la población. Para
ser elegido, un candidato debe recibir el 50 % más 1 de los votos.

El recuento de votos para las elecciones en todos los niveles del gobierno se realiza
públicamente en cada distrito, pudiendo actuar como observador todo aquel ciudadano o
ciudadana que lo desee.

Otro aspecto importante de la democracia cubana son los continuos, francos y exhaustivos
debates acerca de muchísimos temas, que tienen lugar en las Asambleas del Poder Popular y
en las organizaciones de masas a lo largo y ancho del país.

1.3. El Partido Comunista

Este sistema cuenta con una democracia mucho más directa y con una participación ciudadana
mucho mayor que el más democrático de los países capitalistas. Es también diferente del
sistema que estuvo vigente en la ex-Unión Soviética y en los demás países estalinistas.

Como ya he mencionado, el PC cubano no es una formación electoral, y cualquier persona


puede ser elegida para el gobierno, tanto si está en el PC como si no. Al mismo tiempo, resulta
claro que el PC detenta el poder por su autoridad moral y política.

A diferencia del PC soviético y de otros, el PC cubano no es una jerarquía caracterizada por la


corrupción y la burocracia, no es una organización en la que se pueda entrar con el fin de
obtener beneficios personales. Aquellos PCs eran "comunistas" sólo de nombre, y hacía mucho
tiempo que habían perdido su perspectiva revolucionaria.

El PC cubano se originó por la fusión de tres grupos que habían apoyado la revolución. El
primero fue el Movimiento 26 de Julio, la principal fuerza que derrocó al dictador títere de los
EEUU en 1959, y que llevó a los trabajadores y campesinos a la toma del poder político. El
segundo grupo fue la Dirección de Estudiantes, que había luchado clandestinamente contra la
dictadura. El tercero fue el viejo Partido Socialista Popular pro-soviético, que apoyó la
revolución después de su triunfo.

Aunque el PC cubano pasara por períodos en los que actuó al estilo estalinista de una manera
más acusada que en otras ocasiones, nunca se ha convertido en el instrumento de una
burocracia dirigente privilegiada.

Por ejemplo, para llegar a ser miembro del PC, un candidato debe ser elegido por sus
compañeros/as de trabajo por voto mayoritario. Estos mismos trabajadores pueden deponer
en cualquier momento a un miembro del PC, si existen pruebas de corrupción o de otros
comportamientos poco éticos.

Actualmente, todas las personas que son luchadores de vanguardia en pro de la revolución
socialista, y en contra de su principal enemigo en Washington, se encuentran en el PC.

Quienes son descritos por el establishment de los EEUU como “luchadores por los derechos
humanos” no son personas que quieran ver desarrollada y profundizada la democracia
socialista en Cuba. Antes bien, lo que quieren es ver derrocada la revolución y el poder político
de los trabajadores y agricultores, y ver reestablecido el control de los capitalistas y del
gobierno estadounidense.

En la situación actual, cualquier partido político formado por tales "disidentes" será
necesariamente un partido contrarrevolucionario, financiado y controlado por los EEUU. Este
tipo de partidos jamás traerá una mayor democracia a Cuba, sino únicamente más dominación
extranjera a manos del gran capital.

*****
2. LA DEMOCRACIA EN CUBA[2]

Cuba Support Group –Ireland (Grupo Irlandés de Apoyo a Cuba)

2.1. El Proceso Electoral Cubano

La Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), el poder legislativo supremo, es elegida
cada cinco años. De entre sus miembros sale elegido a su vez el Consejo de Estado, que entre
sesiones actúa en nombre de la Asamblea Nacional. La Asamblea Nacional también nombra al
Consejo de Ministros. En 1992, el Parlamento aprobó una serie de cambios en el sistema
electoral que reforzaron el control público del gobierno. De ahí en adelante, los diputados de la
Asamblea Nacional y los delegados de la Asamblea Provincial han tenido que ser elegidos por
votación libre y directa.

Los Consejos Populares fueron añadidos a la estructura gubernamental en 1988 y renovados


en 1993. Los delegados son elegidos en el nivel del distrito electoral, representan el área en la
que trabajan y tienen autoridad para desarrollar la producción y las industrias de servicios, así
como para satisfacer las necesidades del pueblo.

Los Consejos Municipales Administrativos (1993) están constituidos por representantes


elegidos que trabajan con los delegados de las organizaciones sociales y económicas. Estos
Consejos pueden exigir que dichas organizaciones lleven a cabo sus deberes para con la
comunidad.

Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional, cree que la naturaleza democrática de la


Asamblea Nacional ha mejorado desde que una persona ha de ser propuesta o postulada por
su comunidad para poder ser elegida. Es inherente al sistema el derecho del votante a destituir
a los delegados que no cumplan satisfactoriamente su mandato. Esto, en conjunción con el
hecho de que el 99 % de los electores votaron el 24 de febrero de 1993, refleja la activa
participación popular en su proceso de elección.

Las Asambleas Nominadoras son convocadas dentro de los distritos electorales para proponer y
elegir a los candidatos. No hay ninguna intervención del Partido Comunista en este proceso. La
Comisión de Candidatura prepara las listas de los candidatos a delegados de las Asambleas
Provinciales y a diputados de la Asamblea Nacional. Estas Comisiones están compuestas por
representantes de los sindicatos, estudiantes, agricultores y asociaciones de mujeres.

Los candidatos a las elecciones de 1993 fueron seleccionados por consulta entre un millón y
medio de personas: de éstas quedó un grupo de 60.000-70.000 candidatos. De entre este
grupo, la Comisión de Candidatura propuso a 1.190 candidatos para la Asamblea Provincial y a
589 para la Asamblea Nacional. La Comisión de Candidatura calculó que la Asamblea Nacional
estaría compuesta por 274 delegados de base, 180 candidatos provinciales y 135 candidatos
nacionales.

Después de las elecciones, la Asamblea nacional quedó conformada de la siguiente manera: un


83 % de nuevos representantes, un 23 % de mujeres, un 75 % de graduados universitarios,
un 6 % de funcionarios del Partido Comunista, un 18 % de científicos, un 24 % de
trabajadores, un 10 % de agricultores y un 6 % de militares.

2.2. ¿Qué es la Democracia?

Irlanda es un país democrático. Cuba no es un país democrático. La mayoría de la población de


Irlanda probablemente estaría de acuerdo con esta afirmación. ¿Por qué es tan frecuente que
la gente esté de acuerdo con esta afirmación y crea que es correcta? La mayoría de la gente
cree en la democracia y está de acuerdo con la democracia, pero el problema es que el propio
concepto de democracia nunca se define con claridad. Y debe definirse en el contexto exacto
en que se utiliza. Por ejemplo, en Irlanda se emplea el sistema de elecciones por
Representación Proporcional (RP), en Gran Bretaña el sistema de votación por Mayoría Relativa
(MR), y existen variaciones infinitas del mismo acorde, todas las cuales se consideran
democráticas. Queda claro que el contenido de la democracia no es tan simple como parece a
primera vista.

Sin embargo, la sabiduría popular sostiene que Irlanda es democrática y que Cuba no lo es. No
hay ninguna duda de que existen diferencias enormes entre el ejercicio de la democracia
'irlandesa' y la democracia 'cubana', pero ¿quién decide qué es democrático y qué no lo es, y
qué criterios se utilizan para determinar la respuesta? En vez de discutir la cuestión de la
forma de democracia existente en Cuba, echemos una mirada crítica a la forma de democracia
existente en Irlanda.

El término 'democracia' es empleado con profusión por todo tipo de personas para dar
legitimidad a sus demandas y para lograr el apoyo público a las mismas. Además de ser una
aspiración de masas de atractivo universal, ¿qué significa exactamente el término
'democracia'? La selección de candidatos, los partidos políticos, las elecciones y los gobiernos
no definen la democracia.

En nuestra sociedad, la democracia significa elecciones libres multipartidistas. Sin embargo,


cuestiones como quiénes controlan los recursos materiales de la sociedad y en interés de quién
se organiza la sociedad se consideran mayormente fuera del alcance de la discusión
democrática.

Los candidatos --en el mejor de los casos-- suelen ser seleccionados por los militantes del
partido que tienen opiniones que desean ver promovidas por el candidato al que eligen. Por
consiguiente, nuestra opción se limita principalmente a elegir entre partidos competidores, y la
mayoría de la gente no hace más que seguir los patrones de voto habituales. Así pues, las
alternativas que se ofrecen estás determinadas por la ideología de los que ya se encuentran en
el poder, y por la agenda política que promueven para perpetuarse.

2.3. Grupos de Presión

Un breve examen de la influencia que pueden ejercer los grupos de presión nos ofrece otro
indicativo de los defectos de nuestro sistema. El papel de los grupos de presión pone de relieve
el hecho de que la democracia no está basada en el acuerdo general, ni siquiera en el gobierno
mayoritario. Los grupos que poseen más habilidad, tiempo, experiencia y dinero pueden
conseguir que un poderoso interés minoritario llegue a hacerse dominante. Los gobiernos
deberían reconocer que no todos los grupos de presión son representativos, antes de darles
una entrada no regulada en el mundo de la política.

En realidad, los grupos de presión declarados tales como sindicatos, asociaciones vecinales,
grupos de solidaridad, etc. son reconocidos claramente como grupos de presión con unos
intereses específicos, y sus actividades pueden ser juzgadas por el público. Pero, ¿qué hay de
los grupos de presión menos obvios tales como las iglesias, los intereses comerciales, etc.? Y
en cuanto a las grandes donaciones monetarias para los partidos políticos, las comidas con los
ministros, etc., ¿se supone que tales actividades deben reforzar nuestra fe en nuestra
democracia? Aún más siniestros son los 'intereses' que nunca se declaran abiertamente pero
que ejercen un enorme poder sobre el gobierno, los ayuntamientos, etc.
2.4. ¿Qué puede ir mal?

Es muy improbable que cualquier gobierno disfrute de un apoyo unánime. En casos extremos,
los que no apoyan al gobierno pueden rechazar el derecho de éste a gobernar, negándose a
reconocer a los tribunales, a la policía o a cualquier otra forma de control coactivo por parte
del gobierno. Aparte del nuestro, ¿en cuántos otros países se da este caso? Si la legitimidad es
rechazada por una minoría sustancial, entonces el gobierno ya no es una fuerza legítima y se
convierte en un agente represivo.

Debemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿por qué en Irlanda un número elevado de


personas con derecho a voto se niega a participar en las elecciones? ¿Es por falta de interés o
de fe? ¿O es que nuestro modelo de democracia simplemente ha fracasado?
Independientemente del motivo, en última instancia un sector importante de la población se
niega a participar de cualquier manera en el sistema político que determina sus vidas. Si
nuestra forma de democracia es tan maravillosa, ¿por qué tantas personas tienen tan poca fe
en los procesos democráticos y hasta dejan de participar en los procesos electorales,
apartándose completamente de la participación en el proceso que conduce hasta las elecciones
y que incluye la selección de candidatos?

Cuando la mayoría de la población no tiene interés ni tampoco recursos para participar


eficazmente en el proceso político, ¿qué diferencia sustancial es la que aportan unas libertades
políticas formales como la de participar en unas elecciones? La democracia sólo puede ser
medida por la profundidad y el nivel de participación de las masas en las decisiones sociales.
En base a estos criterios debemos reexaminar lo que llamamos 'democracia' en este país,
antes de intentar criticar sus diversas manifestaciones en otros países. Sólo entonces
podremos discernir críticamente qué sistema es más, menos o igualmente democrático, y por
qué es así.

En Cuba, casi el 100% del electorado vota en las elecciones. En algunas comunidades de
Irlanda se ha llegado a una fase en la que casi el 100 % del electorado se abstiene de votar.
En Cuba los candidatos son seleccionados generalmente por las masas populares; en Irlanda
generalmente son elegidos en las convenciones de los partidos, formadas por un número muy
pequeño de personas. ¡En los Estados Unidos, si se poseen 50 millones de dólares se tiene una
buena posibilidad de competir en la elección para el cargo de gobernador del estado! ¿Cuánto
dinero debe reunirse para ser el presidente 'democráticamente elegido'? Pues bastante más.
Tenemos mucho que aprender sobre la democracia, pero la primera cosa que debemos
entender es que no es tan perfecta como algunos piensan, y deberíamos recordar este hecho
especialmente cuando tratemos de imponer a otros nuestro modelo de democracia.

El presidente Fidel Castro ejerciendo el derecho al voto

2.5. La ‘Promoción de la Democracia’, alias el Modelo de Nicaragua

Desde los años 1980, los EEUU han argumentado que su conflicto con Cuba se debe a la falta
de 'democracia' de ésta. El tratado Helms-Burton reitera que cualquier normalización de las
relaciones dependerá de la 'democratización' que tenga lugar dentro de Cuba.

Desde 1959 hasta finales de los años 80, Cuba fue presentada como una 'amenaza para la
seguridad', debido a su alianza con el bloque soviético y a su apoyo activo a diversos
movimientos de liberación en todo el mundo. La obsesiva preocupación por el sistema político
de Cuba ha sido identificada como la ‘promoción de la democracia’.

El verdadero objetivo es reafirmar la dominación estadounidense y destruir cualquier ejemplo


que Cuba pueda proporcionar a los países del Tercer Mundo. La ‘promoción de la democracia’
penetra desde dentro en la sociedad civil y en el estado. Transfiriendo las ideas anticastristas
desde Miami a Cuba, se pretende que la oposición se interiorice, lo que facilitaría la afluencia
de recursos desde América. Para presentarse como legítimo, el apoyo estadounidense se
desplaza desde grupos de extrema derecha, como Alpha 66, a grupos en apariencia más
moderados. Entre 1986 y 1993, la Fundación Nacional para la Democracia distribuyó más de
20 millones de dólares en ayuda política a grupos que trabajaban para crear disensiones
internas en Cuba.

Esta infiltración ha creado redes de oposición dentro y fuera de Cuba, incluyendo a grupos de
derechos humanos, partidos políticos, medios de comunicación, etc. El cambio desde la línea
dura de desestabilización a la 'promoción de la democracia’ también condujo a la derrota
electoral de los sandinistas en Nicaragua en 1990. La 'promoción de la democracia’ no será
encubierta ni violenta. No pedirá el derrocamiento del gobierno cubano, sino el diálogo abierto
y el cambio pacífico, lo cual suscitará importantes discusiones entre los cubanos, discusiones
que acentuarán las actuales dificultades económicas y las aspiraciones generacionales desde
1959. Las fuerzas estadounidenses intentarán conseguir apoyo entre los cubanos implicados
en la emergente economía de mercado. Se emplearán todos los medios posibles para explotar
los resentimientos y desacuerdos internos.

Cuba, como último país socialista, tiene que adaptarse a la economía global, que está
controlada por las potencias del Norte y por sus sistemas transnacionales de dominación
política y económica. Los EEUU lideran este bloque económico, facilitando las condiciones para
la destrucción de Cuba. El bloqueo resulta crítico en este proceso. Dicho bloqueo sólo se
levantará a cambio de la libre afluencia de la ayuda estadounidense a los grupos de oposición
internos.

Para que la ‘promoción de la democracia’ tenga éxito, debe impedirse la recuperación


económica. La estrategia consiste en convertir la crisis económica en malestar social, dando a
continuación una voz política a dicho malestar.

Los EEUU insisten en que, una vez que se celebren elecciones multipartidistas libres y limpias,
no tendrán ningún interés posterior en Cuba. Sin embargo, sólo hay que recordar las
elecciones de 1984 celebradas en Nicaragua, que fueron libres y limpias pero fueron
rechazadas por los EEUU debido a su resultado: la victoria sandinista. En 1990, las elecciones
también fueron limpias, pero esta vez fueron aceptadas porque retiraron a los sandinistas del
poder. La reinserción de Nicaragua en la economía global y la reestructuración neoliberal
vinieron a continuación. Así pues, si Cuba celebrara unas elecciones multipartidistas y éstas
reinstauraran en el poder al gobierno actual, ¿cesaría la hostilidad estadounidense?
Definitivamente no. Los EEUU persistirán en su política hasta que puedan subsumir a Cuba
dentro del sistema capitalista dominado por ellos.

En Cuba, la participación de las masas en la toma de decisiones resulta fundamental para la


democracia. Sin la fe de los cubanos y el orgullo que sienten por su sistema, nunca podrían
haber sobrevivido a más de 40 años de hostilidad estadounidense.

2.6. Fidel Castro habla sobre.... DEMOCRACIA


"Para mí la democracia significa la fraternidad y la igualdad auténticas entre hombres y
mujeres, así como iguales oportunidades para todos los hombres y mujeres, para todo ser
humano nacido. La democracia capitalista burguesa no contiene ninguno de tales elementos.
¿Cómo pueden hablar de democracia en un país donde una minoría posee fortunas inmensas y
los demás no tienen nada?"

"La gente suele mencionar la democracia griega como ejemplo, la democracia de la edad
clásica de Grecia. Atenas, que era el prototipo de democracia, tenía 40.000 ciudadanos y
90.000 esclavos. Por cada hombre, mujer y niño libre de Atenas, había más de dos esclavos
--no los estoy criticando, porque ellos eran un producto de su sociedad".

"Más de 100, 200 y 300 millones de dólares se han gastado en publicidad en algunas
campañas electorales de América Latina. ¿Qué clase de democracia es ésa, en la que se
utilizan los mismos métodos para la búsqueda de votos que para conseguir consumidores que
beban Coca-cola, que fumen una determinada marca de cigarrillos, o que usen una cierta clase
de perfume o cualquier otro producto?"

Para nuestros países, y sobre todo para un país como Cuba, una de las cosas más importantes
es la unidad --de nuestras fuerzas y de nuestro país-- que ha hecho posible que nos
mantengamos firmes contra todas las amenazas y los actos de agresión de los Estados Unidos.
¿Cómo podría haberse mantenido firme nuestro país si se hubiera dividido en 10 pedazos?

"¿Qué democracia hay en las Naciones Unidas? Casi 180 países son miembros, pero sólo cinco
países tienen el derecho de veto. Un único país del Consejo de Seguridad puede vetar lo que
quieren todos los demás. ¡Y ellos llaman a eso democracia! ¿Puede defenderse esta situación?
Algunos de esos países, con 50 millones de habitantes, tienen el derecho de vetar lo que
quiere el resto del mundo; sin embargo otros países, como la India, con 800 millones de
habitantes, no tienen derecho de veto".

"En algunos países de América Latina, el 10 % de la población percibe más del 50 % de los
ingresos. ¿Cómo se puede hablar de democracia en tales condiciones?"

"El gobierno cubano es la encarnación del poder popular, y aquí el pueblo tiene poder de
verdad. En nuestro país, el pueblo no sólo tiene derecho a votar, sino que también tiene
derecho a llevar armas. ¿Qué pasaría en Europa si llevaran armas los trabajadores, los
estudiantes y todos los sectores que constantemente son reprimidos cuando exigen algo o se
movilizan para algo? Por eso digo que en ninguna otra parte del mundo la gente y el gobierno
están tan estrechamente identificados como en nuestro país. Pienso que ésta es la prueba
elocuente de la esencia de la democracia y del hecho de que la democracia puede existir sólo
en un sistema social justo".

"Si la falta de democracia hiciera que los gobiernos se derrumbaran, el sistema capitalista se
habría derrumbado hace mucho tiempo".

"Nosotros no damos a la gente partidos políticos, sino el poder de proponer y elegir a los
candidatos. Seguimos mejorando nuestro gobierno, y tenemos el procedimiento más
democrático del mundo".

"Si el pueblo no tomara parte activa en todas las actividades de la Revolución, nosotros no
habríamos sido capaces de mantenernos firmes durante más de 30 años contra el bloqueo y
las amenazas de los EEUU. La esencia de la democracia se expresa en nuestro país a través de
la defensa popular del gobierno".

*****

3. EL MITO DE LA DICTADURA CUBANA[3]

Charles McKelvey [4]

Publicado en Global Times, julio/agosto de 1998

He estado cuatro veces en Cuba desde 1993. El verano pasado estuve allí durante diez
semanas, y mis actividades incluyeron entrevistas en profundidad con profesores universitarios
y con líderes de los Consejos Populares acerca del proceso político cubano. Además, hablé con
muchas personas diferentes a las que conocí de manera informal, a veces por mediación de
familias con las que estaba relacionado, y otras veces con la gente que conocía cuando viajaba
solo a La Habana. No me considero un experto en Cuba. Yo me describiría como alguien que
está bien informado sobre los movimientos nacionales de liberación del Tercer Mundo, y que
actualmente se encuentra en proceso de estudio del caso cubano. Mi impresión general es que
el gobierno revolucionario disfruta de un alto grado de legitimidad entre el pueblo. De vez en
cuando, encontraba por casualidad a alguien que estaba enajenado del sistema. En estos casos
la desafección no tenía su origen en el sistema político, sino en las dificultades económicas
surgidas durante el "período especial". La gran mayoría parecía apoyar el sistema y estaba
muy bien informada sobre las estructuras de la economía mundial y sobre los desafíos que
Cuba debía afrontar. Muchos defendían el sistema con gran entusiasmo y con una fuerte
convicción. Yo no había esperado nada de esto antes de mi primer viaje, recordando mi visita a
Tanzania en 1982, una época en la que muchos consideraban ya al "socialismo ujama" como
un sueño desvanecido, al menos según mis impresiones durante mi breve visita. Pero, para mi
sorpresa, encontré un gran apoyo al proyecto revolucionario entre el pueblo de Cuba. No pude
por menos que contrastar esta realidad con la de los Estados Unidos, donde existe un amplio
cinismo respecto a las instituciones políticas y de otros tipos.

El sistema político cubano se basa en el fundamento de las elecciones municipales. Cada


vecindario urbano y cada pueblo y área rural están organizados en una "circunscripción",
compuesta generalmente por 1.000-1.500 votantes. La circunscripción se reúne con
regularidad para discutir los problemas del pueblo o del vecindario. Cada tres años la
circunscripción convoca elecciones, en las que compiten de dos a ocho candidatos. Los
candidatos no son propuestos por el Partido Comunista ni por ninguna otra organización. Las
propuestas son hechas por cualquiera que asista a las reuniones, que generalmente tienen una
tasa de participación del 85 al 95 %. Las personas propuestas pueden ser candidatos al
gobierno sin necesidad de estar afiliadas al partido. Los candidatos no realizan campañas
electorales propiamente dichas. Una biografía de una página de todos los candidatos se
distribuye ampliamente en el vecindario. Generalmente los candidatos son conocidos por los
votantes, ya que la circunscripción no suele ser superior a los 1.500 votantes. Si ningún
candidato recibe el 50 % de los votos, se celebra una segunda vuelta. Los elegidos actúan
como delegados en los Consejos Populares, que son estructuras intermedias entre la
circunscripción y la Asamblea Municipal. Los elegidos también actúan simultáneamente como
delegados en la Asamblea Municipal. Los delegados trabajan en los Consejos Populares y en
las Asambleas Municipales de manera voluntaria, sin recibir más pago que el correspondiente
al empleo regular que tenían antes.

Las Asambleas Municipales eligen a los presidentes de Municipio, que supervisan varios
ministerios, como los de salud y educación, dentro del Municipio. Las Asambleas Municipales
eligen asimismo una comisión electoral, que desarrolla una lista de candidatos a la Asamblea
Provincial para su ratificación por los votantes de la provincia. Las Asambleas Provinciales
tienen en la Provincia responsabilidades semejantes a las de la Asamblea Municipal en el
Municipio, incluyendo la elección de una comisión electoral que elabora una lista de candidatos
a la Asamblea Nacional para su ratificación por los votantes de la nación. La Asamblea Nacional
es el poder legislativo, y como tal elabora las leyes. También elige al Presidente del Consejo de
Estado, que a su vez nombra a un gabinete y forma un gobierno. El Presidente del Consejo de
Estado es actualmente Fidel Castro, una posición para la que ha sido reelegido desde 1975,
creo, cuando fue aprobada la Constitución.
El papel del Partido Comunista en el proceso político es muy diferente de lo que yo había
pensado antes. El Partido Comunista Cubano no es un partido electoral. No propone ni apoya a
los candidatos al gobierno. Tampoco elabora las leyes ni elige al jefe del estado. Estas
funciones son desempeñadas por la Asamblea Nacional, que es elegida por el pueblo y para la
cual no se requiere la afiliación al Partido Comunista. La mayor parte de los miembros de las
asambleas nacionales, provinciales y municipales son miembros del Partido Comunista, pero
muchos no lo son, y los delegados y diputados que son miembros del partido no son
seleccionados por el partido sino por el pueblo a través del proceso electoral. El partido no está
abierto a cualquiera que desee entrar. Aproximadamente el quince por ciento de los adultos
cubanos son miembros del partido. Los miembros son seleccionados por el partido en un
cuidadoso proceso que incluye entrevistas con vecinos y compañeros de trabajo. Los
seleccionados son considerados ciudadanos ejemplares. Son elegidos porque son vistos como
firmes partidarios de la revolución; como trabajadores duros y productivos; como personas
que son apreciadas y respetadas por sus compañeros de trabajo y sus vecinos; como personas
que han desempeñado puestos de mando en varias organizaciones de masas compuestas por
mujeres, estudiantes, trabajadores y agricultores; como gente que se toma en serio sus
responsabilidades como esposos/as y miembros y padres de familia ; y como gente que lleva
vidas "morales", evitando el consumo excesivo de alcohol y las relaciones extramaritales
consideradas escandalosas. El partido es visto como la vanguardia de la revolución. Ofrece
recomendaciones acerca del futuro desarrollo de la revolución, y critica las tendencias que
considera contrarrevolucionarias. Tiene una enorme influencia en Cuba, pero su autoridad es
moral y no legal. El partido no hace leyes ni elige al presidente. Estas tareas son realizadas por
la Asamblea Nacional, que es elegida por el pueblo.

Antes de viajar a Cuba, yo había oído que el Partido Comunista Cubano es el único partido
político y que, en las elecciones nacionales, a los votantes simplemente se les presenta una
lista de candidatos, en vez de dos o más candidatos y/o partidos políticos entre los que elegir.
Estas dos observaciones son correctas. Pero tomadas de manera descontextualizada dan una
impresión muy engañosa. Dan a entender que el Partido Comunista Cubano es el que elabora
la lista, lo que de hecho no hace. Puesto que los que elaboran la lista son nombrados por los
que resultan elegidos, la ratificación de la lista por parte de los votantes es simplemente el
paso final de un proceso que comienza con los votantes. La razón que se alega para utilizar
una lista en esta fase, en lugar de presentar distintas opciones de candidatos, es que la
elaboración de la lista asegura que todos los sectores sociales (tales como mujeres,
trabajadores, agricultores, estudiantes, representantes de importantes agencias de servicios
sociales de la jurisdicción, etc.) estén representados.

Como he señalado antes, los cubanos tienden a defender su sistema con entusiasmo. Señalan
que los miembros elegidos para las asambleas no son políticos profesionales que deban
apoyarse en la recaudación de fondos para ser elegidos, como ocurre en los Estados Unidos.
Además, lo anterior evita el conflicto excesivo entre los partidos políticos, que se produce a
expensas del bien común. Como ha observado mi buen amigo el profesor Guzmán, "éste es un
sistema que evita los absurdos y las distorsiones de la democracia burguesa". Y la inmensa
mayoría de los cubanos parecen creer en dicho sistema. Pienso que tiene sentido. También
pienso que el sistema político de los Estados Unidos está experimentando una profunda crisis
de legitimación, por lo que no me inclino a recomendárselo a los cubanos. Me parece que los
cubanos han desarrollado un sistema cuidadosamente diseñado para asegurar que los
individuos ricos no tengan mayor voz que los individuos de la clase obrera, y por tanto es un
sistema más avanzado que el de los EEUU en cuanto a la protección de los derechos políticos
de los ciudadanos.

Aunque yo no haya tenido aún la experiencia, supongo que sería posible encontrar a un
cubano que se sienta alienado y que pueda decir que "el Partido Comunista lo controla todo".
Esto es cierto, puesto que una mayoría de los elegidos son miembros del Partido Comunista, y
cuanto más alto se sube más probablemente sea así. Sin embargo, la selección del mando
tiene su base en las elecciones municipales. El Partido Comunista ocupa una posición de
autoridad en las instituciones políticas porque la gente lo apoya. Nuestra hipotética persona
alienada expresa en realidad su frustración por el hecho del amplio apoyo popular al Partido
Comunista. El mecanismo para destituir a los miembros del Partido Comunista de los puestos
de autoridad en el gobierno funciona de manera impecable, y su único fundamento es la
voluntad y el sentimiento popular.

Resulta irónico que, mientras muchos occidentales asumen que Cuba es menos protectora de
los derechos políticos que los países capitalistas, de hecho los cubanos están desarrollando un
sistema deliberadamente diseñado para asegurar que el derecho de la gente a votar no sea
manipulado en un proceso controlado por los ricos, y por lo tanto es un sistema más protector
de los derechos políticos que el sistema occidental. Muchos occidentales aceptan la misma
clase de falsa presuposición respecto a la cuestión de la libertad de la prensa. Veamos el caso
de los periódicos. Muchos occidentales piensan que el Estado cubano controla los periódicos.
De hecho, el Estado prohíbe la propiedad privada de los periódicos. Los diversos periódicos son
controlados por distintas organizaciones: el Partido Comunista, las federaciones de
asociaciones de trabajadores, la federación de asociaciones de agricultores, la federación de
asociaciones de estudiantes, etc. En los Estados Unidos, los periódicos son poseídos por
grandes corporaciones privadas. En Cuba, sin embargo, no se permite que los que tienen
recursos financieros para crear su propio periódico lo puedan hacer. Ésta es una restricción al
derecho de propiedad, una restricción impuesta por el bien común, en particular para asegurar
que el pueblo tenga voz y que los ricos no tengan una voz desproporcionada a su número.
Prohibiendo la propiedad privada de los periódicos, el sistema asegura que los diversos
periódicos estén controlados por las distintas organizaciones de masas. Así pues, el sistema
cubano lleva el principio de la libertad de prensa a un nivel mucho más avanzado de que lo que
ocurre bajo el capitalismo, asegurándose de que todos los ciudadanos ejercen este derecho por
igual, y evitando una situación en la que los ricos ejercen la libertad de prensa pero los
trabajadores la poseen sólo como un derecho abstracto.
Así pues, el proyecto revolucionario cubano presenta numerosos beneficios, no sólo en el área
de los derechos sociales y económicos, sino también en el área de los derechos civiles y
políticos. A causa de estos logros, el sistema disfruta de un amplio apoyo popular, a pesar de
las dificultades causadas por la oposición estadounidense y por el derrumbe de la Unión
Soviética. Analizando las instituciones que los cubanos han estado desarrollando durante los
últimos cuarenta años, podemos decir que responden a los desafíos presentes y sobreviven en
un mundo de posguerra fría. La fuerza y la vitalidad de estas instituciones son dignas de
nuestro estudio, ya que Cuba representa un caso importantísimo para que podamos entender
cómo los estados periféricos y semiperiféricos pueden superar la herencia del subdesarrollo.

Para aquellos de nosotros que estamos situados a la izquierda, los grandes logros de Cuba
representan la plena culminación de nuestras esperanzas. El proyecto revolucionario cubano
merece nuestro apoyo activo y comprometido.

*****

4. LA DEMOCRACIA REVOLUCIONARIA DE CUBA[5]

Charles McKelvey

Desde 1959, Cuba ha intentado desarrollar una alternativa revolucionaria al sistema


multipartidista practicado por las democracias de las naciones líderes de la economía mundial.
El rechazo del sistema multipartidista por parte de la revolución cubana se halla
profundamente arraigado en la historia de Cuba. En el siglo XIX, los revolucionarios cubanos
atribuyeron el fracaso de la Guerra de los Diez Años (1868-78) a los desacuerdos existentes
entre los cubanos, desacuerdos que se intentaron superar durante los años 1880 y 1890
forjando un partido político único, el Partido Revolucionario Cubano. Antes de los años 1890, el
Partido Revolucionario Cubano logró la unidad de conciencia y de objetivos y fue capaz de
alcanzar sus fines militares, forzando la intervención militar de los EEUU con el fin de preservar
el control imperialista. Durante la era de la república neocolonial los cubanos tuvieron un
sistema bipartito, y descubrieron que este sistema promovía los intereses del capital
estadounidense y de la elite nacional y además frustraba los intereses populares. Asimismo,
encontraron que el sistema bipartito impuesto por los EEUU en Cuba tendía a alimentar la
corrupción existente entre los políticos cubanos.

Los que vivimos en las democracias imperialistas tendemos con frecuencia a universalizar el
sistema de partidos múltiples, es decir, tendemos a asumir que éste es un sistema que debería
aplicarse en todas partes, si es que debe haber democracia. En la universalización de nuestra
forma de democracia, pasamos por alto el hecho de que el sistema multipartidista surgió en un
contexto social e histórico muy concreto. Por ejemplo, muchos aspectos de la teoría y la
práctica política de los Estados Unidos surgieron durante los conflictos de clase de los 30
últimos años del siglo XVIII. El reemplazo de los Artículos de la Confederación por la
Constitución de 1789, con su concentración de poderes en manos del gobierno federal y su
sistema de controles y equilibrios, representaba los esfuerzos de los grandes terratenientes y
de la burguesía comercial emergente para dominar a los movimientos populares democráticos
constituidos por pequeños agricultores, artesanos y trabajadores. Y la formación de
asociaciones políticas, con los conceptos de libertad de asociación, reunión, expresión y
prensa, surgió en el contexto de este intenso conflicto social entre la clase dominante y el
movimiento popular.

La temprana historia política de los Estados Unidos ilustra cómo los conceptos y las costumbres
políticas surgen en un contexto histórico y social particular. Los conceptos que aparecen en un
contexto histórico y político no son necesariamente aplicables a otros contextos. A menudo los
agentes políticos toman prestados conceptos que se desarrollaron en otros contextos sociales,
para adaptarlos a su propia realidad social. Ésta es una actividad completamente legítima y
forma parte del desarrollo social humano en el actual mundo multicultural. Pero las naciones
poderosas no tienen ningún derecho a imponer los conceptos de democracia que han
desarrollado en sus contextos socio-históricos concretos a otras naciones, en particular cuando
esta imposición está acompañada por una carencia general de comprensión de esos otros
contextos históricos y sociales. La lucha contra semejante imposición forma parte integrante
de la lucha contra la dominación neocolonial.

Con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, la culminación de la histórica búsqueda


cubana de liberación nacional exigó un examen crítico de todas las instituciones de la república
neocolonial, con el objetivo de discernir cómo podrían reestructurarse dichas instituciones a fin
de facilitar la construcción de una sociedad más justa y democrática. En la agricultura, por
ejemplo, la lógica de la liberación nacional promovió un programa de reforma agraria frente al
modelo sumamente desigual de distribución de la tierra caracterizado por elevados niveles de
propiedad extranjera. Y también requirió transformaciones revolucionarias en otras áreas,
como la educación y la salud. Con respecto a las estructuras políticas, dado que las estructuras
de las democracias principales se desarrollaron en un contexto histórico y social distinto al de
Cuba, y dado que la imposición de estas estructuras políticas fue parte integrante del proceso
neocolonial, sin duda cabría esperar que la lógica de la liberación nacional exigiera de la misma
manera la búsqueda de estructuras políticas alternativas.

Con el triunfo de la revolución en 1959, los partidos políticos tradicionales se encontraron


totalmente desacreditados ante la opinión pública cubana. El período de 1959 a 1961
representó una etapa en la que el gobierno revolucionario intentó actuar con decisión en apoyo
de los intereses de la mayoría en diversas áreas. Con respecto a las estructuras políticas, el
gobierno y el pueblo rechazaron deliberadamente las elecciones bipartitas, e intentaron dar el
poder a la gente y canalizar las expresiones de la voluntad popular a través de mecanismos
tales como las asambleas de masas y las organizaciones de masas de los trabajadores,
pequeños agricultores, mujeres y estudiantes, así como a través de los Comités de Defensa de
la Revolución.

En 1970 se inició un proceso de institucionalización de la revolución. Las estructuras del poder


popular quedaron institucionalizadas en la Constitución de 1976, que estableció una forma de
elecciones alternativa a la que se practica en las democracias capitalistas. Para implementar
estas estructuras alternativas, se prestó gran atención al desarrollo de un sistema de elección
de delegados y diputados realmente representativos de los ciudadanos cubanos, y al desarrollo
de un proceso que no fuera causante de divisiones ni de humillaciones para la nación. El
sistema político desarrollado en Cuba se basa en el fundamento de las elecciones municipales.
Los vecindarios urbanos y las áreas rurales están organizados en distritos electorales, cada uno
de los cuales está constituido generalmente por 1.000-1.500 votantes. El distrito electoral se
reúne con regularidad para discutir los asuntos del pueblo o del vecindario. Cada tres años, el
distrito electoral convoca elecciones en las que compiten de dos a ocho candidatos. Los
candidatos no son propuestos por el Partido Comunista ni por ninguna otra organización. Las
propuestas son hechas por todos los que asisten a las reuniones, las cuales cuentan
generalmente con una tasa de participación del 85 al 95%. Las personas propuestas pueden
ser candidatas al gobierno sin necesidad de estar afiliadas al partido. Una biografía de una
página de todos los candidatos se distribuye de manera amplia. Por lo general los candidatos
son conocidos por los votantes, ya que habitualmente el distrito electoral no es superior a los
1.500 votantes. Si ningún candidato llega a obtener el 50 % de los votos, se celebra una
segunda vuelta. Los elegidos actúan simultáneamente como delegados del Consejo Popular y
de la Asamblea Municipal.

Las fotos y las biografías de los candidatos se distribuyen ampliamente


Los Consejos Populares surgieron a principios de los años 1990. Compuestos por delegados
municipales y por representantes de las organizaciones de masas, los Consejos Populares
funcionan a un nivel intermedio entre el distrito electoral y el municipio. Desempeñan un papel
muy importante a la hora de ayudar a encontrar soluciones a diversos problemas prácticos.

Los delegados elegidos para la Asamblea Municipal participan en el proceso de elaboración de


una lista de candidatos para las asambleas provinciales y nacionales. Éste es un proceso
complejo. Existen Comisiones de Candidatura nacionales y provinciales, compuestas por
representantes de las organizaciones de masas. Las comisiones de candidatura reciben
propuestas para los pre-candidatos a las asambleas nacionales y provinciales de las
organizaciones de masas en los niveles nacional, provincial y municipal. Tras posteriores
consultas con las organizaciones de masas, las comisiones de candidatura presentan una lista
de precandidatos a las asambleas municipales. Si nadie pone ninguna objeción, el pre-
candidato es aceptado como candidato. Si alguien plantea alguna objeción, se lleva a cabo una
votación a mano alzada, y si hay más del 50 % de votos favorables el precandidato es
aceptado como candidato. Una vez que está hecha la lista completa de candidatos, la
Asamblea general emite un voto secreto, en el que cada delegado puede aprobar o rechazar a
cada candidato. Los que obtienen más del 50% de los votos son presentados al pueblo como
candidatos para las elecciones generales. Son candidatos del municipio particular para las
asambleas provinciales y nacionales. No más del 50 % de los candidatos a las asambleas
provinciales y nacionales pueden ser delegados en la asamblea municipal. Esto se hace para
permitir la identificación de las personas que no son muy conocidas, pero que son especialistas
en sus campos y que pueden hacer contribuciones importantes. Los observadores
internacionales han comentado la alta calidad moral e intelectual de los candidatos, así como
los modestos orígenes sociales de muchos de ellos. Las "campañas" ulteriores para las
asambleas provinciales y nacionales son muy diferentes de las campañas políticas
características de las democracias occidentales. Permiten que los candidatos y el pueblo se
conozcan personalmente, y también desempeñan una función educativa respecto al proceso
político cubano. La descripción de estas campañas, expuesta en La Democracia en Cuba y las
Elecciones de 1997-98, de Arnold August, revela a la vez su modestia y su majestuosidad.

Las asambleas nacionales, provinciales y municipales elaboran leyes adecuadas a sus niveles
de jurisdicción. Dichas asambleas constituyen el poder legislativo del gobierno. Las asambleas
legislativas supervisan los diversos ministerios, tales como los de salud y educación, en su
correspondiente nivel de jurisdicción. Las responsabilidades de las asambleas incluyen la
elección de los administradores del estado en el nivel correspondiente. Estos administradores
estatales son profesionales asalariados que trabajan a tiempo completo. Administran los
diversos ministerios del estado bajo su jurisdicción y son responsables ante la asamblea. A
nivel nacional, esta selección de administradores estatales cobra la forma de selección para el
cargo de Presidente del Consejo de Estado y de otros 31 miembros del Consejo de Estado.
Esto último se lleva a cabo mediante un proceso en el que la Comisión de Candidatura Nacional
recibe propuestas para diputados a la Asamblea Nacional, y en base a estas propuestas
presenta una lista a la asamblea, teniendo cada diputado la opción de votar sí o no a cada
candidato. Para ser aceptado en el Consejo de Estado, el candidato debe recibir más del 50 %
de los votos. El Consejo de Estado funciona como el poder ejecutivo del gobierno nacional.
Fidel Castro es el Presidente del Consejo de Estado, una posición para la que ha sido reelegido
varias veces. Fidel también es Secretario del Partido Comunista de Cuba (elegido mediante un
sistema de representación indirecta que es semejante al proceso electoral del estado) y
Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (un cargo que ha detentado
históricamente, aun antes del triunfo de la revolución). Estos cargos se parecen a los que
detenta el Presidente de los Estados Unidos : éste también es Comandante en jefe de las
Fuerzas armadas y es el jefe de facto de su partido político (el Partido Demócrata o el
Republicano) durante el período de su mandato. La longevidad de Fidel en estos cargos es
única, pero ello se explica más por la dinámica nacional e internacional única de la historia
cubana, y por la realidad contemporánea, que por una carencia de procesos democráticos.

Asamblea Nacional

Salvo los elegidos para ser funcionarios de las asambleas, los delegados y diputados trabajan
de manera voluntaria, sin recibir ninguna paga, aparte de la de su empleo regular. Aunque las
asambleas per se se reúnen sólo dos o tres veces al año, el trabajo sigue realizándose en
forma de comités y reuniones con miembros de las mismas. Puesto que estas
responsabilidades, en particular en los niveles inferiores, incluyen la reunión con la gente, los
delegados suelen pasar muchas horas a la semana reuniéndose con grupos e individuos y
tratando de responder a sus necesidades. Muchos delegados no buscan su reelección porque el
trabajo les consume mucho tiempo. Fidel ha dicho de los delegados: "Ellos son prácticamente
los esclavos del pueblo".

El papel del Partido Comunista en el proceso político es muy diferente de lo que generalmente
se piensa en los Estados Unidos. El Partido Comunista Cubano no es un partido electoral. No
postula ni apoya a los candidatos al gobierno. Tampoco elabora las leyes ni elige al jefe del
estado. Estas dos últimas funciones son desempeñadas por las asambleas, que son elegidas
directamente por el pueblo y cuyos miembros no necesitan estar afiliados al Partido
Comunista. La mayor parte de los miembros de las asambleas nacionales, provinciales y
municipales son miembros del Partido Comunista, pero muchos no lo son, y los delegados y
autoridades que son miembros del partido no son elegidos por el partido sino por el pueblo a
través del proceso electoral.
El Partido Comunista Cubano no está abierto a cualquiera que quiera entrar en él.
Aproximadamente el quince por ciento de los adultos cubanos son miembros del partido. Los
miembros son seleccionados por el partido en un proceso cuidadoso que incluye entrevistas
con vecinos y con compañeros de trabajo. Los seleccionados son considerados ciudadanos
ejemplares. Son elegidos porque se les ve como firmes partidarios de la revolución; como
trabajadores duros y productivos; como personas que son apreciadas y respetadas por sus
compañeros de trabajo y sus vecinos; como personas que han desempeñado puestos de
mando en diversas organizaciones de masas de mujeres, estudiantes, trabajadores y
agricultores; como personas que se toman en serio sus responsabilidades como esposos/as y
miembros y padres de familia ; y como personas que llevan vidas "morales", evitando el
consumo excesivo de alcohol y las relaciones extramaritales que se consideran escandalosas.
Como ocurre con los que resultan elegidos para varias asambleas, los miembros del Partido
Comunista consumen una gran parte de su tiempo, y los miembros del partido cumplen con
sus responsabilidades de manera voluntaria, sin paga ni compensación alguna. Cuando a los
miembros del partido se les pregunta si reciben cualquier privilegio especial, a menudo
responden "Sí, el privilegio de horas suplementarias de trabajo al servicio del pueblo". La
mayor parte de los miembros del Partido Comunista Cubano me producen la impresión de una
mezcla de monje/monja católico y líder boy/girl-scout: serios, disciplinados, sumamente
comprometidos con la causa, y activos a la hora de echar una mano a la comunidad en toda
una variedad de pequeñas formas. Pero hacen esto con un estilo que es muy cubano; son
serios pero disfrutan de la vida; son disciplinados pero no rígidos.

El papel fundamental del Partido Comunista de Cuba es actuar como vanguardia de la


revolución. Ofrece recomendaciones acerca del futuro desarrollo de la revolución, y critica las
tendencias que considera contrarrevolucionarias. Tiene una enorme influencia en Cuba, pero su
autoridad es moral y no legal. El partido no elabora leyes ni elige al presidente. Estas tareas
son realizadas por la Asamblea Nacional, que es elegida por el pueblo.

En los Estados Unidos se dice comúnmente que el Partido Comunista Cubano es el único
partido político, y que a los votantes simplemente se les presenta una lista con candidatos en
las elecciones nacionales, en lugar de dos o más candidatos y/o partidos políticos entre los que
escoger. Estas dos observaciones son correctas. Pero tomadas por separado ofrecen una
impresión muy engañosa. Dan a entender que el Partido Comunista cubano es el que elabora
la lista, lo que de hecho no hace. Los que no son cubanos tienden a rechazar el sistema
político cubano alegando que en el mismo no compiten candidatos en los niveles provinciales y
nacionales, pero estos críticos no son conscientes de muchos aspectos importantes del
sistema. A los votantes se les presentan los candidatos después de un proceso riguroso y
cuidadoso de selección realizado por comisiones de candidatura, que están compuestas por
representantes de varias organizaciones de masas, que tienen ellas mismas procesos
democráticos de selección que permiten la participación de la inmensa mayoría del pueblo.
Además, los representantes elegidos para las asambleas municipales participan en el proceso,
y un pre-candidato se convierte en candidato oficial sólo con la aprobación de las asambleas
municipales. Mediante este proceso se eligen delegados y diputados que están muy bien
informados sobre la realidad local, nacional y global, que están comprometidos con la nación, y
que son muy representativos de la sociedad cubana en términos de sus orígenes sociales. Una
observación honesta y abierta de los representantes elegidos en Cuba y en los Estados Unidos,
sin distorsiones ideológicas ni asunciones falsas, revelaría que los representantes cubanos
electos son de una calidad muy superior a la de sus homólogos en los Estados Unidos.

En su libro sobre las elecciones de 1997-98, August describe el elevado nivel de participación
de las masas y el apoyo al proceso revolucionario cubano. Durante las elecciones de 1997-98,
36.343 asambleas de nominación se reunieron a escala nacional, en las que participó el 86.5
% de la población. Las detalladas descripciones que hace August de algunas de estas
asambleas muestran el cuidado que se toma para asegurar que haya una participación plena y
abierta del pueblo. En la votación subsiguiente para elegir a los delegados (entre candidatos
competidores) para las asambleas municipales, votó el 97.59 % de los ciudadanos. Más tarde,
en la votación para las asambleas provinciales y nacionales, ejerció su derecho al voto el
98.3% de los ciudadanos. Ésta es la elección en la que la votación proporciona una opción de
sí o no para cada candidato, y el 94.45 % votó por todos los candidatos.

Los cubanos tienden a defender con entusiasmo su sistema político. Señalan que los miembros
elegidos para las asambleas no son políticos profesionales que deban apoyarse en la
recaudación de fondos para ser elegidos, como ocurre en los Estados Unidos. Además el
sistema cubano, argumentan, evita el conflicto excesivo entre partidos políticos a expensas del
bien común. Muchos cubanos contrastan su sistema electoral con el de los Estados Unidos, que
ellos ven como un proceso que causa demasiadas divisiones y que está manipulado por los
ricos. En la Cuba de hoy, muchas personas se quejan de las dificultades económicas del
"Período Especial", pero es raro encontrar a cubanos que piensen que el proceso político
cubano no es democrático.

En las democracias capitalistas, los lemas vacíos han sustituido al discurso público significativo,
los niveles de participación política son bajos, y la mayoría de la gente no cree que los
representantes elegidos se preocupen por los intereses de la mayoría ni por el bien común. Las
democracias capitalistas están experimentando una crisis de legitimación. Mientras tanto,
enraizada en el contexto de su propia lucha histórica nacional de liberación, Cuba ha intentado
desarrollar estructuras políticas alternativas como parte de su esfuerzo por reestructurar las
instituciones principales de un modo que promueva los intereses y los derechos de las
personas corrientes. Su poderoso vecino del norte rechaza con arrogancia y cinismo este
esfuerzo por construir una democracia alternativa, sin pararse a examinarlo ni un segundo. Ese
cinismo y esa arrogancia pueden oscurecer pero no modificar la realidad fundamental: el
hecho es que mientras las potencias globales están experimentando una crisis de legitimación,
el sistema político cubano disfruta de altos niveles de legitimidad entre su pueblo.
Mientras que el sistema mundial se caracteriza cada vez más por la pobreza de masas, la
desigualdad, el sinsentido, la violencia y el caos, el proceso revolucionario cubano se mantiene
como un símbolo importante de la dignidad del Tercer Mundo y de la dignidad humana. Como
una encarnación viva y una afirmación de los ideales revolucionarios de justicia social y
democracia revolucionaria, la Cuba revolucionaria merece el apoyo activo y comprometido de
los sectores progresistas de las democracias capitalistas.

*****

5. DEMOCRACIA Y SINDICATOS EN CUBA [6]

Mike Hemmings

En julio y agosto del presente año tuve la suerte de visitar Cuba como parte de una brigada de
trabajo internacional, así como de asistir al Festival Internacional de Jóvenes y Estudiantes.
Este evento fue organizado por la Campaña de Solidaridad con Cuba y por el Comité Británico
preparatorio del Festival. Recibí ayuda financiera mediante una subvención concedida por
Unison.

Oyendo a los medios de comunicación, cualquiera creería que Cuba es una dictadura. Se nos
dice que bajo el gobierno de Fidel Castro no se permite ninguna clase de democracia, que se
obliga físicamente a los trabajadores a realizar su trabajo y que no se permite expresar las
propias opiniones. El pueblo cubano, desde luego, necesita que los EEUU entren en su país
para 'democratizarlo', traer la 'libertad' y establecer sindicatos 'independientes'.

Como parte de mi visita me reuní con cientos de trabajadores, hablé con responsables
sindicales y visité numerosas escuelas, hospitales, fábricas y centros de investigación.
Encontré que nada podía hallarse más lejos de la verdad que la visión que nos ofrecen los
medios occidentales.

El sistema básico de democracia existente en Cuba se preocupa por los problemas cotidianos
del pueblo. A su vez, el liderazgo tiene que ser fuerte para poder librar su batalla contra los
EEUU. Pero esta batalla no tiene más finalidad que la de defender lo que el pueblo considera
un sistema preferible al de los estados latinoamericanos corruptos y explotadores, que son
dependientes de los EEUU y que supuestamente son estados 'democráticos'. El pueblo
participa en todos los niveles de la sociedad, pero principalmente en el nivel comunitario a
través de los CDRs (comités de vecindad) y en el puesto de trabajo a través de los sindicatos.
Los ciudadanos cubanos también participan a través del Partido Comunista y de la Federación
de Mujeres Cubanas.

Los sindicatos lucharon durante la Revolución de 1959 para derrocar a Batista y a sus líderes
sindicales títeres. Actualmente cuentan con una estructura sindical consolidada e
independiente bajo el CTC (equivalente a nuestro TUC), con sindicatos que abarcan 18
profesiones o sectores laborales diferentes, tales como la construcción, la agricultura y el
turismo. Estos sectores funcionan a nivel regional y nacional con altos niveles de participación,
si los comparamos con los puestos de trabajo británicos. La mayoría de la gente está afiliada a
los sindicatos (aproximadamente el 97 por ciento, aunque la proporción varía en cada
sindicato).

Los representantes son elegidos regularmente por votación. En el nivel correspondiente al


puesto de trabajo, los gerentes, los sindicatos, el partido comunista y la federación de mujeres
cubanas trabajan juntos para solucionar los problemas dentro de cualquier empresa particular.
Los responsables sindicales señalan que, aunque los niveles de afiliación sean elevados, no
existe ninguna obligación de afiliarse ni de pagar cuotas al sindicato, como era el caso en la
Unión Soviética. La gente se afilia porque así lo decide, las cuotas son bajas y los ciudadanos
ven las ventajas de la participación.

Los sindicatos han estado muy involucrados en los cambios que han ocurrido en la economía
desde el derrumbe de la Unión Soviética.

Fue necesario introducir cambios, ya que para su supervivencia económica Cuba dependía
estrechamente de las condiciones favorables de comercio que mantenía con la Unión Soviética.
Sin este apoyo el país se enfrentaba al colapso económico. Surgieron propuestas para reducir
salarios, cerrar empresas que no fueran comercialmente rentables y crear un desempleo
extendido. Tras un amplio período de consultas en todos los sindicatos y en todas las regiones
del país que duró casi un año, tales propuestas fueron rechazadas por la mayoría de los
trabajadores. En consecuencia, el gobierno no las puso en práctica.

Sin embargo, debido a la dureza de la situación económica se propusieron nuevas medidas


para tratar de mantener el máximo nivel de empleo, asegurando al mismo tiempo la
estabilidad y el crecimiento económicos. Ello implicaba introducir una serie de modificaciones
en lo referente al empleo en las fábricas. Como no había apenas combustible, las fábricas de
tractores se cerraron y sus obreros fueron transferidos a otros empleos, tales como el montaje
de bicicletas chinas, donde se necesitaban trabajadores.

Se aceptó que existiera algún porcentaje de desempleo (que actualmente ronda el 7 por
ciento), pero esta concesión se hizo a cambio del mantenimiento de los salarios al 60 por
ciento. Las horas de trabajo se incrementaron de 40 a 44, y los salarios descendieron en todos
los sectores de la economía. Las granjas colectivas estatales se dividieron en cooperativas más
pequeñas, nuevos sectores como el Turismo se ampliaron rápidamente para dar acceso a
divisas fuertes, y se posibilitó la creación de empresas privadas a pequeña escala . Por primera
vez se permitió que la gente poseyera dólares legalmente, y se abrieron tiendas que utilizaban
dólares casi en exclusividad.

Los cambios en la economía han tenido sus efectos sobre la afiliación sindical. La actual
estructura sindical se estableció con el fin de ayudar a los trabajadores de las empresas
estatales. Mientras que algunos de estos trabajadores han sido fichados por el sector turístico
y por las empresas asociadas a éste, en general no se ha logrado mantener el apoyo sindical
entre los trabajadores 'independientes' o autónomos.

Lo anterior no resulta nada sorprendente, y el señuelo del dinero en efectivo es un problema


creciente dentro de Cuba. La economía dual dólar-peso ha creado una serie de desequilibrios
de riqueza en lo que era un sistema basado en la igualdad y en el pago justo dependiente del
trabajo realizado. Actualmente los trabajadores poco cualificados, e incluso los estafadores,
pueden ganar más dólares al mes en propinas en la industria del turismo de lo que un maestro
de escuela o un científico avanzado pueden ganar con su sueldo anual en pesos. Existe la
necesidad urgente de abordar las desigualdades provocadas por la economía dual y de
recompensar la mano de obra más acorde con la moral socialista.

Lo que más me impresionó fue la forma en que los sindicatos intentan resolver los problemas
en el lugar de trabajo. Esto se hace generalmente de manera informal y colaboradora. No
existen las tensiones ni los conflictos característicos de los países capitalistas, ya que la mayor
parte de los trabajadores confían en su gobierno y en sus gerentes. Trabajan codo con codo
para superar los innumerables problemas ocasionados por el bloqueo de los EEUU, al que se
debe la enorme escasez de casi todas las materias primas necesarias para el proceso de
producción, desde los componentes básicos hasta las sustancias químicas y la electricidad. Lo
anterior requiere una enorme capacidad de resistencia, pero la mayor parte de los
trabajadores que encontré pensaban que la defensa de la revolución cubana era una lucha
común a todos los trabajadores explotados y que tales sacrificios eran una necesidad.
Los sindicatos desempeñan un papel importante en las tareas de informar y consultar a los
trabajadores y de comunicar sus sentimientos al gobierno. Este año ha habido un crecimiento
de la economía y la perspectiva económica ha mejorado. Ello sugiere que la estrategia
funciona, aunque las tensas relaciones existentes entre el estado y el sector parcialmente
privatizado, así como la desigualdad de ingresos, sean reales.

La recuperación económica ha tenido lugar a partir de un nivel muy bajo y es bastante frágil.
Los sindicatos siguen conservando el derecho de huelga y consideran que éste es esencial para
poder tener fuerza y asegurar que el gobierno responda a sus intereses. A pesar de todo, los
sindicatos raramente hacen uso de tal derecho y procuran equilibrar su independencia respecto
al gobierno con su apoyo general a la causa revolucionaria.

Los EEUU apoyan y promueven con sus fondos a los que denominan sindicatos
'independientes', en oposición a los sindicatos oficiales. Tales sindicatos no celebran elecciones,
y parecen una involución a los días de los sindicatos títeres manipulados por y en favor de los
intereses de los empresarios antes que de los trabajadores. Yo pediría a cualquiera que dude
de la independencia y del funcionamiento democrático de los sindicatos oficiales que visite
Cuba como parte de una delegación o un grupo de estudio, y que vea y hable con los
trabajadores cubanos en persona. Cualquier visitante quedará asombrado por la calurosa
bienvenida y por la dedicación y el compromiso que demuestran los trabajadores de este bravo
país.

*****

6. SISTEMA ELECTORAL Y MEDIOS EN CUBA

Adital (Agência de Informação Frei Tito para a América Latina)


[7]

Una de las grandes dudas del mundo con relación a Cuba es si en la Isla hay o no
democracia. El sistema político y electoral cubano es único, por eso de difícil comprensión para
los extranjeros, acostumbrados a un sistema multipartidario y representativo. El gobierno
garantiza que el sistema político de Cuba es democrático, pero con un modelo propio,
autóctono, creado con la Constitución de 1976, que privilegia el voto directo para los
delegados de las circunscripciones y para los diputados que componen, simultáneamente, la
Asamblea Nacional del Poder Popular, que eligen las otras instancias del poder legislativo y del
ejecutivo. En las últimas elecciones el 97% de la población votante participó en los comicios.
Cuba es una república parlamentarista unitaria, donde el Partido Comunista no puede
presentar candidatos en las elecciones de base y, en las elecciones de segunda y tercera
instancias, apenas compone, juntamente con otros segmentos de la sociedad, la Comisión de
Candidaturas, que traza las propuestas a los candidatos. Los delegados de las asambleas del
pueblo son elegidos por voto directo, secreto y por mayoría absoluta (más de 50% de los
votos) los representantes del poder ejecutivo municipal, provincial y del Estado y, en el caso
de la Asamblea Municipal, aún se escogen candidatos y se eligen delegados para la Asamblea
Provincial, que por su lado escogen y eligen el Comité Ejecutivo Provincial. Pueden ser
candidatos personas que no son delegadas, a pesar de que precisen pasar por la indicación de
los delegados o de las comisiones de candidaturas. La Asamblea Nacional, el Parlamento, es el
órgano supremo del Poder del Estado y está subordinada a ella la función legislativa, ejecutiva
y judicial, el jefe de Estado y de Gobierno no puede disolverla. Esta asamblea es electa por
voto directo de la población. Los diputados eligen el Consejo de Estado entre sus miembros,
así como el Presidente de la República. Al Parlamento le cabe elegir el Consejo de Ministros y
los integrantes del Tribunal Supremo, que necesariamente no precisan ser diputados. De esta
forma, el Jefe de Estado cubano tiene que someterse a dos procesos electorales, uno para ser
electo diputado por el voto directo de la población y otro dentro de la Asamblea Nacional para
ser electo por los colegas diputados como presidente del Consejo de Estado. Las asambleas
son instancias del poder legislativo, en consecuencia varios protagonistas pueden legislar
además de los diputados y del Tribunal Supremo y de la Fiscalía. La sociedad civil organizada
puede requerir de la aprobación de una ley con la suscripción de un mínimo de diez mil
ciudadanos electores. La Constitución de 1976 dividió al país en 14 provincias, que están
subdivididas en 169 municipios, y un territorio, la Isla de la Juventud. Cada municipio es
dividido entre 30 y 200 circunscripciones electorales, que son áreas que se asemejan a barrios.
Como cada barrio puede elegir hasta dos delegados para las asambleas municipales, existen
hoy en Cuba casi 15 mil delegados de circunscripción. Son 1.199 delegados provinciales y 609
diputados. Todos estos delegados y diputados fueron candidatos después de la indicación
directa de la población en las circunscripciones, o a través de la comisión de Candidaturas, en
las otras instancias, de la cual hacen parte las organizaciones de la sociedad civil que proponen
directrices a los candidatos. El Partido Comunista Cubano no puede indicar candidatos y
participar de ningún momento del proceso electoral. La ley electoral prohíbe cualquier tipo de
campaña discriminatoria, millonaria, ofensiva, difamatoria o manipulada. El proceso es
fiscalizado por comisiones electorales convocadas por el Consejo de Estado cerca de 120 días
antes del escrutinio, que encaminan las elecciones y elaboran las biografías de los candidatos
que son fijados en locales públicos. En el día de la votación la seguridad de las urnas es hecha
por niños y niñas de la escuela primaria. En el 2003, 300 mil niños estaban vigilando las urnas,
sin necesidad de ninguna fuerza militar. El resultado de este sistema, de varias instancias de
votación, es la presencia en las urnas en los dos últimos procesos electorales --octubre de
2002 y enero de 2003-- de 95,75% y 97,6%, respectivamente, de los ocho millones 115 mil
215 electores cubanos, en un país donde las elecciones no son obligatorias. Para tener una
idea, el presidente estadounidense, George Bush, fue electo presidente en noviembre del 2002
con la participación de un 37% de los votantes. El fenómeno de la abstención se esparce por
varios países latinoamericanos, lo que demuestra el desencanto con los procesos electorales.

Los miembros del Gobierno Cubano han conmemorado bastante el éxito de las elecciones de
enero. Fue la 13ª vez que los cubanos fueron a las urnas en 27 años desde la implantación del
sistema electoral, y muchos avances fueron registrados en la composición de este Parlamento
para el mandato de cinco años. Cerca de 35,9% de los diputados son mujeres, un aumento de
8,34%. Los negros y los mestizos constituyen el 32,8% de los integrantes, un incremento de
4,55%. Casi la totalidad tiene nivel universitario y técnico superior y los delegados de
circunscripción representan el 46,5% de los diputados.

La ausencia de campañas millonarias y el hecho de que cualquier ciudadano pueda elegir y ser
electo posibilita una heterogeneidad del Parlamento. El diputado y pastor luterano Raúl Suárez
Ramos, director del Centro Martin Luther King, se dice contento en participar de la Asamblea
Nacional del Poder Popular : "Me siento un hombre libre". Afirma no ser militante del Partido
Comunista Cubano, "porque en Cuba el Partido no postula a la Asamblea ; en Cuba, el partido
puede asesorar en algunas cosas, pero son las organizaciones populares, de barrio, nacionales,
que hacen las propuestas para los diputados en niveles de Provincia y en el ámbito nacional.
En el ámbito local, de municipio, los vecinos son quienes las hacen. Es un proceso de una
democracia extraordinaria, donde los vecinos son los que dicen : "Yo propongo a fulano... ¿Por
qué lo propones ? Lo propongo por esto, esto...".

Raúl Suárez se siente orgulloso de haber pasado por una campaña electoral sin hacer ningún
gasto. "Solamente se gasta tiempo. Conversar en los centros de trabajos, en los hospitales,
con los vecinos, con las iglesias, con las instituciones. Pero yo no tengo que dar banquetes
para recolectar dinero para lanzar mi candidatura".

6.1. Una periodista defiende que la mayoría de la población está bien informada

Si la democracia es cuestionada en la política cubana, ya en la información la periodista Daysi


Francis, del periódico Juventud Rebelde, garantiza que ella llega para todos. "Cuando se va a
analizar el nivel de información, el nivel de acceso que puede tener el pueblo y la gente a la
información, a lo que sucede en el resto del mundo, podemos ver que Cuba está, aunque lo
nieguen, entre los países que realmente saben qué es lo que está sucediendo a su alrededor",
defiende Daysi.

Según la periodista, existe en cada una de provincias de Cuba un medio de prensa escrita, así
como radio, televisión nacional e provincial. Solo hay censura para la publicidad excesiva y
para la venta de la imagen engañosa de la sociedad. "Nosotros no dedicamos nuestros medios
de prensa a tales cosas. Pero cuando se habla de información si se puede decir que el pueblo
de Cuba está informado."
La defensa de la periodista va también por la calidad de las informaciones que son transmitidas
por la prensa cubana. Para Daysi, Cuba siempre ofrece una cobertura limpia de los hechos más
importantes del mundo, además de tener en las informaciones un carácter educativo. En el
periódico Juventud Rebelde, por ejemplo, se pueden encontrar artículos tanto de hechos que
están ocurriendo como análisis de los mismos.

"En la televisión actualmente existe una programación eminentemente didáctica, que se realiza
a través del Canal Educativo, canal que se inauguró recientemente y que va dirigido a ese
público que busca la información, pero que además de la información busca ampliar su
horizonte cultural", añade Daysi.

6.2. Medios de Cuba

Actualmente Cuba posee medios provinciales y tres medios nacionales. Entre los últimos están
el periódico Trabajadores, que representa a la Central de Trabajadores ; el Granma, órgano
oficial del Partido Comunista de Cuba ; y Juventud Rebelde.

"Las tiradas en el caso de Granma es de un periódico diario, Juventud Rebelde, igualmente, y


Trabajadores es un periódico semanal. En el caso de Juventud Rebelde, que es al que yo
pertenezco, tenemos <http://www.adsrve.com/linkredirect.php?h=86,8596412,eu.org> una
tirada ampliada los domingos de 250 mil ejemplares", informa Daysi. En Cuba, el costo de
todos los periódicos es de 20 centavos, precio que no cubre, según la periodista, los gastos
para hacer un periódico.

En el caso de Juventud Rebelde, se defiende que los lectores lo buscan por presentar la noticia
de nuevas formas. "Nosotros estamos trabajando y pienso que aunque no lo tenemos
<http://www.adsrve.com/linkredirect.php?h=86,8596412,eu.org> todo, algo existe, para que
Juventud Rebelde siga siendo el preferido entre los periódicos cubanos."

En el caso del Granma lo interesante es su amplitud. El periódico esta dirigido al exterior e


incluso se imprime en algunos lugares revistas de Granma Internacional y está en inglés,
francés, portugués, italiano etc.

*****
7. IDEAS PRECONCEBIDAS Y VERDADES OCULTAS SOBRE CUBA
[8]

Por Rémy Herrera


[9]

L'Humanité, 7 de octubre del 2003

No podemos dejar de hablar sobre Cuba, compañeros. Porque se ha dicho mucho, pero creo
que no se ha dicho todo. Lo que no se dicho -lo que no se ha podido decir - es que debemos
apoyar a Cuba. Es nuestro deber, progresistas franceses, hacer sentir hoy más que nunca
nuestro apoyo al pueblo cubano y a su revolución frente al imperialismo.

Es urgente apoyar a Cuba, no sólo porque es el objetivo de una verdadera guerra de


propaganda, de ataques mediáticos compuestos de mentiras y calumnias que apuntan a
conformar un pensamiento único contra Cuba, sino porque la lucha del pueblo cubano no
concierne sólo su propio futuro, ni siquiera sólo el de América Latina, aplastada por un
neoliberalismo belicista rechazado por todos los pueblos, que les es impuesto en todas partes,
menos en Cuba : la lucha del pueblo cubano nos concierne a todas y todos.

En efecto, Cuba nos demuestra que es posible resistir. Nos prueba que un pueblo unido puede
resistir a la mundialización capitalista y a su orden único que impone los contornos de un
apartheid mundial y los rasgos de un imperialismo "fascista sonriente". Ese pueblo consciente,
consecuente, valeroso, que ha resistido durante la gravísima crisis de los años 90, reafirma
cada día más su voluntad de continuar un proceso revolucionario cuya finalidad es un proyecto
de sociedad autónoma, soberana, alternativa. Un proyecto que sigue reivindicando el
socialismo.

Es evidente que una alternativa socialista en América Latina es intolerable para Estados
Unidos. No puede sorprender que la fracción más reaccionaria de su establishment se
encarnice contra Cuba socialista. Lo que sí resulta chocante, es ver a nuestra prensa y a
nuestros dirigentes políticos de izquierda para quienes cualquiera estratagema es
suficientemente buena para condenar a Cuba, rivalizando en bajeza e ignorancia, sin que
consideren necesario ir más allá de lo que dice la máquina de la guerra mediática, impulsada
por la extrema derecho estadounidense. La presión imperialista contra Cuba ha llevado a la
izquierda francesa a auto-desgarrarse y a separarse aún más de sus bases.

Para comprender lo que anima y hace vivir esa revolución, y también por qué, a pesar del
bombardeo mediático, tantos hombres y mujeres se unen para poyar a Cuba en todo el mundo
-incluyendo Estados Unidos, donde numerosos partidos políticos, sindicatos, intelectuales, se
solidarizan con Cuba- hay que medir y comprender la violencia de las relaciones que le impone
Estados Unidos. Por lo tanto, hay que librarse de ese pensamiento único contra Cuba y
desembarazarse de las ideas preconcebidas que se nos imponen sobre Cuba. El bloqueo sería
un "pretexto" para disimular la "pesadilla castrista". El bloqueo no es un pretexto, es, ya que
atenta contra la integridad física de todo un pueblo, un crimen contra la humanidad -y todos
los miembros de la ONU lo rechazan, salvo Estados Unidos, Israel… y las Islas Marshall. No
afecta sólo los ingresos de bienes y de capitales, sino que afecta la alimentación, la salud…
¡hasta los medicamentos para los niños ! ¡ Sufrimientos injustificables ! ¡Debe terminar !

Cuba sería el residuo anacrónico del sovietismo. Es olvidar que la revolución cubana es el
producto de la historia de luchas de su proletariado multirracial (rebeliones esclavas, guerras
de independencia, luchas obreras y de campesinos sin tierras…), que convergieron y
condujeron a la victoria de 1959.

Estados Unidos habría desarrollado la economía. ¡Falso ! El crecimiento resultaba antes de la


revolución de una lógica financiera : los beneficios repatriados (por Morgan, Rockefeller… ) sin
desarrollo local. Estados Unidos poseían la isla. La revolución es antiimperialista.

La URSS la habría mantenido en un estado de "neocolonia". Cuba no era, por cierto, un país
desarrollado en 1990 ; pero ¿podemos olvidar que la ayuda soviética fue determinante para
colocar por vez primera la economía del país al servicio del pueblo ? Nada similar a lo que
sucede con el resto de América Latina, librada al saqueo del mundo financiero.

La miseria reinaría en Cuba. ¿Mencionan que incluso en los peores momentos de la crisis, en
1994, la FAO y la OMS publicaron tasas de carencias nutritivas tres veces más bajas en Cuba
que en Chile (modelo económico neoliberal), dos veces más bajas que en Costa Rica (modelo
social neoliberal) ? En 2003, Cuba es, según el PNUD, el país que presenta la clasificación
según el IDH (indicador de desarrollo humano) más ampliamente superior a la calculada según
el PIB ; lo que significa que obtiene los mejores resultados sociales considerando sus recursos.
No hay niños analfabetos, sin cuidados, sin vivienda, sufriendo hambre, en Cuba, porque los
pilares de su sistema social, estremecidos, siguen en pié. Porque Cuba ha seguido siendo
socialista.
Se restauraría el capitalismo. La prueba : la dolarización. No es sostenible hablar actualmente
de transición al capitalismo en Cuba. Los mecanismos de mercado (turismo… ) han aumentado
las desigualdades, pero éstas son limitadas porque las reformas de la revolución se realizan sin
privatización, ni mercado financiero, ni acumulación de capital privado. La revolución es
anticapitalista.

Los productores de ideas preconcebidas saben mentir, pero de ahí a calumniar… Parece que los
portadores del virus HIV, son encerrados en sidatorios. Los enfermos de sida benefician, en
ambiente abierto, de los cuidados terapéuticos más avanzados, gratuitos. ¿Por qué no dicen
que los investigadores cubanos se presentan de voluntarios para inocularse el virus y ensayar
sobre ellos mismos los tratamientos que han desarrollado?

En «la mayor prisión del mundo», son raros los que pueden salir del país. ¿Y qué hacen los
miles de médicos de las misiones internacionalistas? Ese internacionalismo sería "cínico". ¿La
ayuda al FLN argelino desde 1961, a Vietnam en los años de la guerra? ¿Cínica la lucha (con
las armas en la mano) por el fin del apartheid surafricano ? ¡Me hubiera gustado que nuestro
país hubiera hecho algo semejante!

¿No hay elecciones en Cuba? Falso. ¿Hay que ser del Partido Comunista para ser elegido?
Falso. ¿Y el partido único? El partido único no ha sido impuesto ni importado a Cuba. Apareció
como una necesidad histórica : unificar la resistencia de un pueblo frente a la agresión
imperialista. ¿Preferirían un partido único del capital, bajo la cubierta del multipartidismo?

Dicen que la corrupción se ha generalizado. Existe, la combaten. Pero si hay una cosa que
saben los capitalistas extranjeros es que no pueden actuar allí como lo hacen a veces en el Sur
: en Cuba los altos responsables de la revolución y del ejército no son corruptibles.

¡Y qué no dicen de Castro! Pero Fidel --es obvio, pero más vale decirlo-- es admirado, es
amado por la gran mayoría de su pueblo, y por muchos otros además del suyo. Porque es un
hombre de la categoría de los grandes libertadores : los Bolívar, Martí, Lenin…

Pero después de todo, ¡es una dictadura, todo el mundo lo dice ! Todos los que pueden
expresarse en los medios dominantes. ¿Hay desaparecidos, torturados, asesinatos políticos en
Cuba ? No. ¿Gulags, "purgas estalinianas", terror? Seguro que existen en la imaginación de
nuestros expertos en "barbarie moderna ", pero no en Cuba.

¿Y los 75 periodistas e intelectuales, disidentes "detenidos, lanzados al calabozo "? ¿Tanto


ruido debe tener algún fundamento y las sanciones de la Unión Europea, justificación?
¿Periodistas e intelectuales? 14 son diplomados de la Universidad, 4 en periodismo o
comunicación, y de entre ellos uno ha sido periodista durante un cierto tiempo.
¿Independientes ? Por cierto no de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana y
de su jefe, Cason, enviado por Bush para organizar a fuerza de dólares la "disidencia". Los
testimonios de los miembros de la Seguridad del Estado cubano, infiltrados desde hace 10
años en el Partido de los Derechos Humanos o en la Asociación de Periodistas Independientes,
han desenmascarado cómo trabajaban esos disidentes al servicio de una potencia extranjera.
¿Qué potencia? ¡La misma que impone el bloqueo y acoge a los grupos "anticastristas" ! ¡La
que incita a la emigración ilegal al negarse a otorgar visas y al ofrecer al mismo tiempo la
nacionalidad estadounidense a todo cubano llegado a su suelo (aunque sea por medios
violentos), que considera que los flujos migratorios que vienen de Cuba constituyen un
atentado contra su seguridad y que amenaza por ese motivo a la isla con una guerra ! ¿Quién
aceptaría en Francia la actividad de agentes pagados por el extranjero para desestabilizar el
país?

¿No defendían a la democracia? ¿A cuál? ¿A la del pueblo? ¿O la del país más rico del mundo,
incapaz de alimentar, dar vivienda, educar, dar atención sanitaria, a toda su población, que se
ha dado como presidente, mediante un fraude electoral, a un multimillonario del petróleo, que
pisotea el derecho internacional, a la ONU, a la opinión pública mundial, que hace sufrir como
se sabe al pueblo iraquí, que domina indivisiblemente el sistema mundial capitalista, mientras
todas y todos soñamos con que "otro mundo es posible"?

No se quiere hablar de los cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos por haber tratado de
prevenir las acciones terroristas de los grupos anticubanos de Miami ; de los centenares de
prisioneros de la base de Guantánamo, ocupada por Estados Unidos sobre suelo cubano ; de
los piratas del aire cubanos liberados bajo fianza en Florida. La retórica de los derechos
humanos es utilizada por Estados Unidos contra Cuba como arma ideológica de destrucción
masiva para manipular las conciencias y neutralizar las resistencias. A los que ya no lo saben,
los chilenos se encargan de recordárselo, 30 años después del golpe de estado fascista contra
Allende.

¿Cómo apoyar a un gobierno que recurre a la pena de muerte ? Los recientes acontecimientos,
graves (ejecución de tres secuestradores de rehenes), no constituyen la forma de vida de la
revolución, sino que dan la medida de la terrible amenaza que el actual gobierno de Estados
Unidos hace pesar sobre la isla. El autor de estas líneas, opuesto a la pena de muerte, se sigue
acordando con emoción y orgullo del día, no tan lejano, en el que fue abrogada en el derecho
francés. Pero también comprende que el pueblo cubano tiene derecho a defenderse contra sus
enemigos, contra aquellos que quieren destruir su revolución por el ejemplo y la esperanza
que representa para todos los pueblos del mundo, contra aquellos que la amenazan con una
guerra.

¡No libremos el combate equivocado! ¡Hagamos prueba de discernimiento! ¡Tenía que existir
Cuba, tenía que haber ese pueblo heroico, era necesaria esa revolución, para desencadenar
semejantes calumnias! "¿Cuál es ese poder mágico que convierte la virtud en vicio y el vicio en
virtud?" decía Robespierre ; y agregaba : "hay que pasar la verdad como contrabando". Por lo
tanto, compañeros, ¡seamos los contrabandistas de la verdad! Y esa verdad, podemos decirla
en voz muy alta : ¡Viva Cuba!

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[1] Título original: ‘Democracy in Cuba’.

Traducción: EDML (www.leninismo.org).

Originalmente publicado en 1998 por la Green Left Weekly.


<http://www.greenleft.org.au/back/1998/330/330p19.htm>

[2] Título original: ‘Democracy in Cuba’.

Traducción: EDML (www.leninismo.org)

<http://homepage.eircom.net/~csg/>

[3] Título original: ‘The Myth of Cuban Dictatorship’.

Traducción: EDML (www.leninismo.org)

<http://www.quaylargo.com/Productions/McCelvey.html>

[4] Charles McKelvey es fundador y director del Center for Development Studies [Centro para
Estudios del Desarrollo], una corporación no lucrativa que lleva a cabo programas educativos
que permiten a los no cubanos realizar estudios sobre Cuba y viajar a la isla. También es
Profesor de Sociología en el Presbyterian College de Clinton, Carolina del Sur.

[5] Título original: ‘Revolutionary Democracy in Cuba’.

Traducción: EDML (www.leninismo.org).

<http://pnews.org/art/demcuba.shtml>

[6] Título original: 'Democracy and trade unions in Cuba'.

Traducción: EDML (www.leninismo.org).

http://www.poptel.org.uk/cuba-solidarity/CubaSi-January/TradeUnionsToday.html

[7] http://www.adital.org.br/asp2/index.asp?idioma=ES

[8] Traducido para Rebelión por Germán Leyens.

<http://www.rebelion.org/cuba/031007herrera.htm>

[9] Rémy Herrera es economista, investigador en el CNRS. Es autor de un informe presentado


a la ONU sobre los efectos del bloqueo y ha coordinado el trabajo colectivo Cuba
révolutionnaire (L'Harmattan, 2003)

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