Professional Documents
Culture Documents
--------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------
Clásicamente, se ha pensado que los pichones nacidos de un nido eran siempre macho y
hembra. Incluso en nuestros días, en la zona de Jaén se conserva el dicho «Este palomo venía
de hembra» o «Esta hembra venía de macho», y se dice esto cuando han nacido dos hermanos
del mismo sexo, para justificar la diferencia de tamaños, presencia, etc., entre ellos. De
alguna manera, el palomero piensa que en algún momento el sexo que le estaba destinado a
uno de ellos se torció, volviéndose del sexo opuesto, pero conservando características del
sexo que debía haber tenido.
Esto, evidentemente, es una superstición, pero todavía hay gente que cree en ello. Como entre
dos hermanos de nido del mismo sexo, siempre habrá uno más grande o más vigoroso que el
otro; ya sabemos cual viene de macho, en el caso que sean dos hembras, y cual de hembra, en
el caso que sean dos machos.
Sin embargo, también se ha comprobado que hay parejas que dan preferentemente machos o
hembras, apartándose de la regla general indicada. Levi presenta cuadros de estadísticas del
sexo de los pichones de determinadas parejas en los que se ve claramente la tendencia a dar
machos o hembras de una determinada pareja.
Parece, en principio, que la responsable de dar mas machos que hembras, o viceversa, es la
hembra, que es la que tiene el cromosoma sexual Y que adjudica el sexo. Es como si su
cromosoma X, prevaleciera sobre el Y, dando machos, o por el contrario, el Y sobre el X,
dando hembras. Por lo que es probable, que cambiando de hembra, pueda cambiarse la
tendencia a dar machos o hembras, en determinada pareja.
La mitad de los machos serán bayos (XbXb) y la otra mitad azules transmisores (XbX). De
las hembras, la mitad serán bayas (XbY) y la otra mitad azules (XY).
Según que los genes ligados al sexo sean dominantes o recesivos, nos encontraremos con
distintas formas de transmitirse, que estudiaremos a continuación, examinando la herencia del
color bayo y del rojo ceniza.
había hecho alguien antes. Siempre hay un americano que se te adelanta. Me pasó como al
que descubrió la penicilina veinte años después que Fleming. En inglés, el color bayo se
denomina brown (moreno).
El color bayo depende de un gen recesivo, al que llamaremos b (con letra minúscula). Dicho
gen se localiza en el cromosoma sexual X. Al ser recesivo, para que un macho sea bayo. el
gen b deberá aparecer en los dos cromosomas X del macho, es decir, el macho en cuestión
deberá ser XbXb. Si el macho tiene un solo cromosoma sexual con el gen b, es decir, si es
XbX, no será bayo, pero sí será transmisor de este color. Las hembras, como sólo tienen un
cromosoma sexual X, sólo necesitan llevar el gen b en dosis única, es decir, una hembra baya
tendrá los cromosomas sexuales XbY. Esto explica que las hembras bayas sean relativamente
frecuentes, siendo tan raros los machos de este color.
Explicaremos ahora cómo pueden conseguirse machos bayos. Partiremos de un macho, por
ejemplo azul no transmisor de bayo. Su clave cromosómica será pues, XX. Lo cruzamos con
una hembra baya, de clave XbY, como hemos visto. Los productos de este cruce se pueden
observar en la Fig. 2.
Cruzaremos entonces uno de los machos obtenidos con una hembra baya. Los productos
serán los indicados en la Fig. 3.
Del esquema anterior se desprende que la mitad de los machos obtenidos serán bayos (XbXb)
y la otra mitad azules transmisores (XbX). De las hembras, la mitad serán bayas (XbY) y la
otra mitad azules (XY).
Parejas autosexables
Trabajando con los dos colores estudiados, podemos conseguir parejas autosexables, es decir,
aquellas en que podamos averiguar el sexo de sus pichones cuando están aún en el nido.
Dichas parejas son las de macho bayo y hembra no baya (azul, como venimos simplificando),
y las de macho azul y hembra tobi. En el primer caso, todos los machos obtenidos serán
azules y las hembras bayas. Y en el segundo, todos los machos tobis y las hembras azules.
Obviamente, y dada la mayor afición a los machos azules que a los tobis, el primer cruce
resulta mas interesante que el segundo.
Las combinaciones que se producen en los dos casos los podemos ver representados en la
Fig. 6 y la Fig. 7.
En el primer caso los machos serán azules, aunque transmisores de bayo (XbX), y las
hembras bayas (XbY).
En el segundo cruce autosexable los machos producidos serán todos tobis (XXR) y las
hembras, todas azules (XY).