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INTRODUCCIÓN
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Trasladémonos una vez más hacia la pequeña pero turbulenta historia de América
Latina, nacida desde el “descubrimiento y conquista” por parte del continente europeo,
pues la implantación de su desatinadamente llamada riqueza cultural y desarrollista,
permitió el acabose paulatino de la identidad latina. Desde entonces hasta nuestros
días: “el genocidio que puntualizó tantas veces la expansión europea, fue también un
epistemicidio: se eliminaron pueblos extraños por que tenían formas de conocimiento
extraño y se eliminaron formas de conocimiento extrañas por que se basaban en
prácticas sociales y en pueblos extraños”1. América Latina se ha convertido en el
prostíbulo donde confluyen todo tipo de economías capitalistas, proxenetas buscando
que lo poco o mucho dejado por la “intervención” generada por los españoles, pase a
sus manos en cualquier forma.
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De Sousa Santos Boaventura. De la mano de Alicia. Lo social y lo político en la postmodernidad. Bogota :
Ediciones Uniandes, 1998 ; Siglo del Hombre. Pag. 431.
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Los métodos de explotación más rutinarios e irracionales se ven remplazados por la aplicación consciente y
tecnológica de la ciencia. El modo de producción capitalista consuma el desgarramiento del lazo familiar originario
entre la agricultura y la manufactura, el cual envolvía la figura infantilmente rudimentaria de ambas. Pero, al propio
tiempo, crea los supuestos materiales de una síntesis nueva, superior, esto es, de la unión entre la agricultura y la
industria…al igual que en la industria urbana, la fuerza productiva acrecentada y la mayor movilización del trabajo
en la agricultura moderna se obtienen devastando y extenuando la fuerza de trabajo misma. Y todo progreso de la
agricultura capitalista no es solo un progreso en el arte de esquilmar al obrero, sino también en el arte de de
esquilmar el suelo; todo avance en el acrecentamiento de la fertilidad de éste durante un lapso dado es un avance en
el agotamiento de las fuentes duraderas de esa fertilidad…La producción capitalista, por consiguiente, no desarrolla
la técnica y la combinación del proceso social de la producción sino socavando, al mismo tiempo, los dos
manantiales de toda riqueza: la tierra y el trabajador. MARX, Karl. El Capital: crítica de la economía política.
Editorial Fondo de Cultura Económica, traducción de Wenceslao Roces, décima cuarta reimpresión, Tomo I. Bogotá
– Colombia, 1981.
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desde tiempos inmemorables no se ha hecho otras cosa que procurar el desarraigo de
las culturas latinoamericanas y más aun del sector campesino?
La filosofía era que las actividades debían encaminarse al apoyo del desarrollo de la
economía de acuerdo al modelo “hacia adentro”; la industrialización y desarrollo de las
naciones, así como las venideras presiones políticas hacen que los factores culturales
desaparezcan de a poco. Desplazamientos masivos hacia las ciudades sin posibilidad
de mecanismos de retorno y de similar condición la poca atención del gobierno frente a
las modernas formas de producción y distribución, dieron pie a que se comenzaran
reivindicaciones y especialmente hacia la Reforma Agraria, entre los años 1950 y 1960.
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Sostener una posición constructiva (y constructivista) acerca del desarrollo no convierte a nadie en un “iluso” o en
un “utópico” en el sentido vulgar, porque no se trata de desconocer la tozuda realidad; sólo que no hay que olvidar
que la realidad es construida por los hombres y por tanto no existe una única e inmutable realidad “…o
desenvolvimiento e viable e resulta, principalmente, do comportamiento e da organizaçao da sociedad” sostiene
Reboucas et. alli. (1995) al describir la exitosa experiencia de desarrollo del estado de Ceará, en el Nordeste del
Brasil, una experiencia que prueba que la pobreza colectiva no es una lápida, es sólo un peñasco en el camino.
Boisier Sergio. El Vuelo de una cometa. Una metáfora para una teoría del desarrollo territorial. Universidad Santiago
de Chile. 1997.
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presencia de mejores condiciones de capital y tecnología, no sería acaso mejor hablar
primero del estado en que se encuentra el ser humano?; quien es en últimas el que le
da la tan mencionada sinergia al tejido productivo?.
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Unidad de Desarrollo Agrícola CEPAL. Transformación productiva y relaciones agroindustriales. El caso de Chile.
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Con frecuencia un agricultor puede relacionarse contractualm ente al mismo tiempo con
una exportadora de fruta fresca, una exportadora de semillas y una agroindustria
productora de pastas.
Debido a la sobre explotación de las tierras fértiles existentes en el pulmón del mundo,
Suramérica, la contaminación ha ganado terreno y muchos de los alimentos y las
materias primas se están importando de otras regiones, pues se ha dado mayor interés
por su rentabilidad a otras actividades cómo el turismo en áreas urbanas o rurales antes
dedicadas a la agricultura. En resumen, se ve la necesidad de evitar la caída de la
rentabilidad de las agroindustrias que es uno de los factores económicos importantes en
el cono sur.
En la misma forma se sabe, que son las empresas capitalistas agroindustriales las que
han menoscabado los pocos recursos obtenidos a través de los años por parte de los
campesinos, aun más, la expropiación de tierras ya sea de una forma violenta o con
artificios gubernamentales o privados ocasiona el incremento del fenómeno migratorio
de ese conocimiento ancestral agrícola y pecuario.
Por muy buena que parezca la incorporación de gran número de agricultores pequeños,
al ámbito agroindustrial por medio de contratos de producción, esto sólo conlleva al
favorecimiento tanto del capital privado en sus diferentes formas: Nacional y
Transnacional, y que ocurre y ocurrirá con el verdadero productor? que en la única
forma que es tenido en cuenta es a la hora de pasarle la cuenta de cobro por los
buenos oficios prestados por el capitalista?, él siempre estará allá esperando ser
escogido entre miles de manos caídas por las empresas agroburguesas para engrosar
las filas de las 18 o 20 horas de trabajo forzado.
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moderno del comercio; cada país latinoamericano sufrió su propio revés puesto que la
modernización agraria fue diferente para cada nación; es así como m uy pocos
campesinos, en los años 90’s, pudieron incorporarse a los mercados.
Muchos son los desafíos que enfrentaron y enfrentan los productores rurales, algunos,
por no decir todos confluyen del aparato capitalista mundial, la UNESCO, llamó a estas
“Cinco Revoluciones en una”: La Revolución Científica, La Revolución Económica, La
Revolución Política, La Crisis de Estado y la Revolución Decisiva: la transición hacía un
sistema tecnológico. Paradójicamente las revoluciones que debían ser el soporte del
crecimiento; la económica y la tecnológica, se convirtieron en los principales
amenazadores del desarrollo industrial puesto que con ellos disminuía la mano de obra.
Como se ve, los cambios paradigmáticos, dieron cuenta de toda una gama cultural
latinoamericana; las transiciones de modelos de industrialización poco a poco minaron
las microeconomías de los campos y entregaron más poder al dueño del capital.
América Latina en los años de 1950 al 1980 buscó una mayor oferta de productos
tradicionales con una estrategia de explotación extensiva de recursos naturales, bajos
salarios para las actividades agrarias y menoscabo de ingresos del sector rural. El
sector agroindustrial imponía entonces, precios y condiciones de comercialización a
campesinos e intermediarios ; en la misma forma el comercio internacional operaba con
otras condiciones de vasallaje; estrategias competitivas de volúmenes y precios y con
una estrategia de competitividad basada en economías de escalas: “grandes y
medianas haciendas ganaderas y cerealeras en vías de modernización, y diversas
formas de contrato entre agricultura, agroindustria, supermercados y productores
agrarios”5.
Con todos estos argumentos se denota que el campo no puede estar inmerso
únicamente en la producción, la tecnología coadyuvará para que se tenga mejor calidad
de productos y nivel de vida para el sector, aunque disminuya el número de empleos
rurales, las actividades variarán en compensación o alternativa, al igual que debe servir
para que con la misma tierra se mantenga o produzca aun más, evitando la ampliación
de la frontera agrícola; en la misma forma las estrategias agroindustriales sirven de
apoyo en cuanto a las “invenciones” industriales, dado que, cooperarán en la
reestructuración de estrategias de productividad y por ende de competitividad en un
mundo que se está globalizando a mil por segundo. El gran problema es la inserción de
grandes empresas transnacionales que llegan con toda una serie de innovaciones
tecnológicas, abaratando el precio de productos, fácilmente anquilosando la producción
nacional en Latinoamérica, lo que confirma Boaventura de Souza “El otro rasgo de la
globalización de la economía, fuertemente vinculado con la preeminencia de las
multinacionales es el avance tecnológico de las últimas décadas bien sea en la
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Competitividad e Integración Económica y Social de la Agroindustria en América Latina y El Caribe. Geraldo
Müller
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agricultura con la biotecnología, bien sea en la industria con la robótica, la
automatización y también la biotecnología. Los aumentos de productividad, con que se
pregonan las nuevas tecnologías, frecuentemente esconden el hecho de que ellas
contribuyen a la polarización…”6. El principal financiador y marcador de los derroteros
económicos, el Banco Mundial, no ha tenido en cuenta la evolución histórica en cada
país, sólo su deducción se encamina hacia la eficiencia, olvidando muchos aspectos de
la atrasada economía de las naciones en desarrollo. El enfoque del Banco Mundial
debe estar encaminado hacia la eficiencia, pero debe también haber voluntad de
equilibrio para el sostenimiento de toda la sociedad.
Lograr la integración de los pequeños productores, quienes en últimas han sido, son y
serán el bastión de producción para el progreso de la economía latinoamericana, debe
hacerse de manera urgente, fortaleciendo los que ya están integrados e insertando
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De Sousa Santos Boaventura. De la mano de Alicia. Lo social y lo político en la postmodernidad. Bogota :
Ediciones Uniandes, 1998 ; Siglo del Hombre
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Para las trasnacionales la tierra es una mercancía incorporaba a sus inversiones, para las comunidades la tierra es
su vida. Son dos enfoques. Las comunidades deberían tener toda la opción para hacer valer el suyo, pero
generalmente van a la saga, limitándose a resistir a posteriori cuando los hechos se abalanzan sobre ellas. Colombia
está en el nudo de los megaproyectos e inversiones continentales integrantes de Plan Puebla-Panamá PPP, el Canal
Atrato-Truandó (y/o Atrato - San Miguel) y la Iniciativa de Integración de la infraestructura Regional de Sur
América IIRSA. Estos complejos que unirán América Latina con Estados Unidos, interconectarán desde las
carreteras y vías fluviales hasta las redes eléctricas. Si las mercancías norteamericanas se derramaran por Suramérica,
el petróleo, el gas, la electricidad, los recursos genéticos y especies tropicales fluirán en sentido inverso. El sector
agropecuario es condenando a muerte mediante la libertad de importaciones con excepción de algunas plantaciones
como las de palma africana cuya extensión interesa a las trasnacionales para saturar el mercado mundial de aceite
como antes lo hicieron con el de café, o de los monocultivos de especies introducidas de árboles para explotaciones
madereras o producción de papel o cartón, o por supuesto, de los cultivos transgénicos controlados por la respectiva
transnacional. La concentración de la propiedad de la tierra en las manos de 5 mil latifundistas ya no tiene como fin
la producción agropecuaria, sino la mera especulación con el precio de la tierra, que se espera vaya al alza gracias a
los proyectos de inversión trasnacional o estatal. MONDRAGÓN, Héctor. Quién quiere dominar los territorios?. Pág.
WEB América Latina en Movimiento. Noviembre de 2002.
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otros mediante políticas y recursos proteccionistas y de incentivos públicos que
convergerán en una verdadera competitividad.
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Ídem. Pág. 2
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Difícilmente el pequeño productor pudo hacer parte de la integración del “nuevo agro”, prácticamente los medianos
y grandes empresarios por tener acceso a todos y cada uno de los medios de producción, socavaron la pequeña
economía en la que estaban inmersos los primeros. Muy pocos de estos lograrían crecer al nivel exigido en los
mercados reinantes, los que no, hicieron parte de las grandes migraciones, la proletarización y otros que hacían
mayoría se sumieron en la más profunda pauperización rural. Pudo haber sido diferente esta suerte sí, en primer lugar
se hubiese protegido al sector antes que al capitalismo salvaje, como ocurrió en gran parte de Asia.
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Con esta sencilla división del trabajo ya puede apreciarse una cuestión de coordinación, por el momento sólo entre
dos entidades: El Estado y la Región. Ya se verá más adelante que el desarrollo regional presupone una complejísima
tarea de coordinación entre muchos elementos. Si tal coordinación no es adecuadamente realizada, el resultado será
un aumento de la entropía en vez de un incremento de la sinergia. Ídem Pág. 3
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Existen diversos estudios acerca del comportamiento frente a estas situaciones por
parte del campesinado, pero siendo este el principal actor de ésta novela, hasta ahora
el estado ha permanecido indiferente, en lugar de ello ha descargado toda una
maquinaria arrasadora hasta del más mínimo derecho otorgado por siglos de luchas y
muertes campesinas.
A pesar de esta situación, muchos de ellos mantienen su cultura intacta, saben cual es
su posición en la región, tienen sentido de pertenencia con su condición, otras sin
embargo por el precario estado de pobreza11 deben emigrar y alimentar los cordones de
indigencia en las metrópolis; otro gran impedimento para que esa relación estado –
Sector Rural perdure.
En varios países de Suramérica por ejemplo, estas situaciones han dado para que el
campesino sustituya sus productos primarios y comience a cultivar otros de uso ilícito
con el objeto de mantener a sus familias y procurar subsistir con muy poco; para el caso
Colombia hay una investigación acerca de esta problemática; un análisis objetivo de las
repercusiones y los mal llamados beneficios económicos, resultantes de las producción
y comercialización de la pasta base de coca en el Caquetá o en cualquier región del
país, productora de este flagelo; es bastante dispendioso y a la vez complejo, pues las
condiciones de trabajo para llevar a cabo investigaciones de este tipo son difíciles, por
no decir precarias. Es bien sabido que quien la produzca siempre tendrá temor y
reticencia frente a las personas desconocidas y más aun cuando las condiciones de
competencia se hacen cada día mas evidentes.
Para la investigadora Luz Elba Torres 12, el primer paso a dar en la identificación de los
costos de producción de la pasta base de coca fue la de saber a ciencia cierta cuales
son las características de la hoja de coca, su cultivo, tiempos de producción, tecnología
utilizada en el sembrado, cosecha y poscosecha13.
Tal vez, iniciar con este estudio fue un poco discreto, puesto que, sociológicamente
hablando habían otras características más profundas que debían ser tomadas en
cuenta frente a esta problemática, que impidieron el desarrollo de esta región con frutos
11
Hasta el momento ningún modelo de desarrollo económico ha sido capaz de resolver el problema de la pobreza, el
cual, implica entre otras cosas mejorar las condiciones de vida de la población, al ofrecer más y mejores empleos,
educación, salud, vivienda, alimentación, buenos salarios y un ambiente de progreso que tan solo se consigue con el
desarrollo de las fuerzas productivas en coordinación con el buen manejo de las relaciones de producción. El
capitalismo desde su origen en Inglaterra, a partir de la llamada acumulación originaria, se ha caracterizado por ser el
depredador más salvaje de la clase trabajadora y el principal guardián de los empresarios, terratenientes e industriales
existentes desde entonces sobre la faz de la tierra; en la medida en que el capital se reproduce y acumula gracias a la
explotación de trabajo ajeno. VELÁSQUEZ, Forero, Augusto. Neoliberalismo y desorden global. Diseño grafico e
Impresiones. Primera Edición. Popayán, Cauca – Colombia . 1995. Pp. 50
12
Torres, Guevara, Luz Elba, Costos de la producción de coca a nivel campesino en la Región del Caguán, Caquetá –
Colombia. Un análisis comparativo. Seminario Internacional “La Nueva Ruralidad en América Latina, Maestría en
Desarrollo Rural 20 años” . Pontificia Universidad Javeriana – Facultad de Estudios Ambientales y Rurales –
Maestría en Desarrollo Rural.
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Esta información la obtuvo en estadísticas del PLANTE.
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de cultivos lícitos o con actividades diferentes, que no sólo convergían en esta parte del
país, sino en gran parte de la geografía colombiana, se supone entonces que en algún
otro escrito anterior a este, debe haberse realizado.
Se tomaron entonces cifras de estimación de precios al productor de pasta base de
cocaína entre los años 1996 y 1999, en la misma forma se hizo el intento de establecer
el precio de los productos de la canasta familiar dadas las condiciones de violencia al
interior pues esta es una zona de influencia de la guerrilla y del aparato para estatal.
Asimismo, distintos trabajos comparativos de otros autores que evidenciaban los costos
en que incurrían los campesinos en la producción de la pasta. Se hizo necesario
también obtener conocimiento de los excedentes de producción que resultaban de la
diferencia entre los ingresos agropecuarios brutos y los costos y gastos; la “utilidad” de
los miembros del grupo familiar y el valor de los jornales de las familias que se
convertían en parte de la unidad productiva.
Una de las formas con las cuales se quiso acabar con esta actividad fue la creación en
conjunto los gobiernos de Colombia y Estados Unidos del denominado Plan Colombia,
que explica de una manera escolástica el investigador Héctor Mondragón 14: “Este plan
se presentó inicialmente como una guerra contra las drogas, porque en Colombia hay
cultivos de marihuana, coca y amapola que son el resultado de que el libre comercio
contra el cual lucharon los artesanos y Melo está liquidando la agricultura colombiana.
Colombia importa hoy 5 veces más alimentos que los que importaba hace 11 años,
Colombia ha perdido por los acuerdos de libre comercio de la OMC, ha perdido el precio
del café, porque estaba a dos años de firmar los acuerdos de la OMC y EUA destruyó el
pacto mundial del café que trataba de regular los precios del café en el mercado y como
resultado de esto, el precio del café es hoy el 20% de esa época y la cosecha de café
en Colombia en el último año fue menos de la mitad de lo que era anteriormente y eso
significa que los campesinos no pueden cultivar ni los alimentos que se come, ni el café
que antes se exportaba sino que el refugio que le queda es el cultivo de los
narcocultivos, y por eso los cultivos de coca existen en Colombia. Y por eso no se van a
acabar con las fumigaciones que están haciendo, a pesar de que todos los días se oyen
las noticias de que ya se están acabando. Realmente no se están acabando, se están
14
Héctor Mondragón es asesor del Consejo Nacional Campesino de Colombia, y anteriormente lo fue de la
Organización Nacional Indígena de Colombia Ha sido profesor de la Universidad Cooperativa y de la Escuela
Superior de Administración Pública. Como investigador ha trabajado con LRAN (Red de Investigación y Acción sobre la Tierra),
OIT, ILSA, CEIS, CINEP. Es autor de los libros "Ciclo, Crisis y Reactivación Económica en Colombia", "Oro Negro para las
Tres Grandes" y "Otra vez el Socialismo" y coautor de "Desarrollo y Equidad con Campesinos", "Colonización y Estrategias de
Desarrollo", "Paro y Política" y "Cuadernos de la tierra y la paz".
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desplazando en Colombia . los cultivos que estaban en la zona del putumayo, van hacia
el sur, y a la costa pacifica los que estaban en la zona del guaviare, esto significa que
los cultivos de droga no se están acabando sino que se están trasladando a la frontera
contra el Brasil y esto justificara un futura intervención en Brasil.
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b. Los medianos productores: fincas hasta de 80 hectáreas; 5 dedicadas a
la coca en similares características a los pequeños productores
2. los empresarios cocaleros: no viven en sus fincas, contratan administrador;
fincas entre las 80 y 2500 hectáreas. Acostumbran tener dos fincas una para
coca, y otra para ganadería extensiva; para la coca utilizan entre 10 y 100
hectáreas. Se subdividen en Gran productor, productor industrial y gran
industrial.
Las relaciones de producción están dadas por el jornal, se paga a destajo para la
cosecha de hoja o por un precio determinado para las labores culturales del cultivo y
para el proceso de transformación. El pago es en dinero o pasta básica y se efectúa
una vez el dueño del cultivo venda la mercancía a los “intermediarios o chichipatosos”.
La mano de obra es proveniente del ámbito veredal o local; el regional y el nacional.
Varias generaciones nacieron y crecieron en medio de los cultivos de coca, que cambió
radicalmente la tradicional estructura familiar.
En a productividad de la coca se confrontan dos aspectos fundamentales: el trabajo que
realiza el químico en el momento del corte o rinde y la persecución a los cultivos de uso
ilícito que obligan a la sustitución de los insumos básicos para la producción. Los costos
de producción totales de un cocalero son los mismos, tenga o no producción.
Para los ingresos del productor cocalero campesino confluyen dos puntos de vista:
precio pagado al productor por gramo de pasta base de coca y la diferencia de precios
del IPC en Caquetá y Bogotá; para este último se da una gran contradicción pues sus
resultados no arrojaron diferencias mayores, el costo de la alimentación no difiere para
las 2 regiones como siempre se ha querido suponer. Resulta difícil realizar programas
de sustitución cuando el campesino encuentra que en la coca los porcentajes oscilan
entre el 60 y el 130 por ciento para medianos y pequeños productores, frente a los
cultivos tradicionales; aunque la verdad el poco funcionamiento de los programas de
sustitución, se ha dado por la burocratización y politización de estos que impiden su
llegada a los que verdaderamente los necesitan, o en su defecto se desvían los
recursos para financiar otro tipo de actividades encaminadas al proselitismo.
Finalmente, al realizar el estudio comparativo entre los ingresos de los campesi nos de
regiones diferentes que cultivan productos lícitos, se encuentra que los de los ilícitos no
suelen sobrepasarlos, la diferencia radica en que muchos de los productos lícitos con
buen rendimiento económico no se dan en las regiones cocaleras y más aun, si se
dieran no es conveniente para el capitalista, puesto que transportar esta clase de
productos de regiones apartadas disminuyen los dividendos.
En fin, con un oscuro panorama como el que se vive en América Latina no hay muchas
opciones para que el desarrollo rural de los pueblos se encamine a buen punto; está
confirmado que convergen otros grandes intereses que pedregrarán cualquier
horizonte, más aun con la situación de dependencia hacia las potencias
industrializadas; la proximidad en las firmas de “tratados de libre comercio” con los que
no sólo se venderán las regiones a bajo precio, sino que terminarán hundiendo al
13
productor rural. Tomando solo un punto de ellos se sabe que los países desarrollados
tomarán para sí el invento de que las semillas17 (principal materia prima del campesino)
las podrán producir con exclusividad; entonces y de acuerdo a esta perspectiva cual vía
debe escoger el sector rural?
CONCLUSIÓN
Muy a pesar de todo y muy seguramente este escrito como muchos otros no
responderán, ni darán solución tanto al conflicto por las tierras como al clamor del
campesino por ayuda “divina” de los gobiernos para el desarrollo del campo, pero
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El mayor problema social planteado por el advenimiento de las semillas OGM es el menos destacado por la prensa
capitalista o por la mayor parte de los que se oponen a la modificación genética. Esta innovación la usan los grandes
monopolios capitalistas tales como Monsanto, Pioneer, Dow y otros para intensificar la explotación de los pequeños
agricultores
Frente a la competencia con los agricultores capitalistas, los pequeños productores no pueden prescindir de nuevos
métodos y tecnologías que reduzcan sus horas (y cargas) de trabajo y costos materiales. Un pequeño agricultor que
quiera seguir trabajando la tierra o criando ganado no tiene la opción de usar caballos en lugar de tractores, de no
usar una cosechadora o combinada moderna, de no usar fertilizantes y pesticidas o de sembrar semillas de bajo
rendimiento. Por eso más y más agricultores en Estados Unidos están usando semillas transgénicas. Pero al hacerlo
pagan un precio social considerable. Para comprar la semilla tienen que firmar convenios legalmente obligatorios
con Monsanto, Pioneer y otros monopolios según los cuales no usaran la semilla que resulte de la cosecha para su
próxima siembra y que no venderán esa semilla a otros agricultores. Así el agricultor está obligado por contrato a
regresar a la misma compañía al año siguiente para comprar más semilla patentada si quieren sembrar el mismo
cultivo…En 1998 la Monsanto anunció que ya había entablado 475 demandas por “piratería de semillas” a nivel
nacional y estaba investigando otros 250 casos….La compañía había ganado demandas judiciales en Estados Unidos
con indemnizaciones que oscilaban entre 10 mil y 35 mil dólares, llevando a agricultores ya muy endeudados al
borde de la insolvencia y a la venta hipotecaria de sus fincas…Los monopolios agropecuarios también están
patentando plantas cuyas semillas no pueden germinar: ¡una cosecha de mulas¡. Clark, Steve. La agricultura, la
ciencia y las clases trabajadoras en la Revista Nueva Internacional No. 7 año 2005. Págs. 169-170
14
por lo menos ya hay conocimiento dialéctico todo el proceso de arrebatamiento y
aniquilamiento por parte del estado, del principal productor y coadyuvador del
engranaje económico de las naciones: El campesino.
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BIBLIOGRAFÍA
Boisier Sergio. El vuelo de una cometa. Una metáfora para una teoría de desarrollo
territorial. Dirección de Políticas y Planificación Regional ILPES, 31 de enero de 1997.
Universidad Santiago de Chile. 1997.
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