Professional Documents
Culture Documents
Gustavo Abad
1
El proyecto de Ley de Comunicación se debate desde diciembre de 2009 en la
Asamblea Nacional. Esta es una aspiración histórica del país, que alcanzó estatus
de Mandato Constitucional en la Asamblea Constituyente de 2008 y consta en la
nueva Constitución (artículo 19 y transitoria primera)
2
A partir del fraude bancario de 1999, cuando el gobierno de Jamil Mahuad ordenó
el congelamiento de los depósitos, en el habla cotidiana de los ecuatorianos
quedaron asociadas las palabras banquero y corrupto como un solo concepto.
1
En ese contexto, la mayoría de dueños de empresas mediáticas, casi todos
los directivos, y un alto número de periodistas han terminado alineados con
las directrices empresariales y no tanto con las demandas sociales respecto
de un periodismo de mejor calidad y de respeto a los derechos a la
comunicación y la información. La excesiva confianza en su posición como
formadores de la llamada opinión pública los llevó a cometer un acto de
poca modestia. Aceptaron pelear en el campo de la política en lugar de
hacerlo desde el campo del periodismo. Hasta ahora no se recuperan de su
error.
3
cláusula de conciencia y las condiciones laborales de los trabajadores de
prensa; el derecho a la réplica y la rectificación; el acceso a las nuevas
tecnologías; los derechos de los niños; la producción nacional; el control de
la publicidad estatal; los organismos reguladores; la Defensoría del Público;
las veedurías ciudadanas, entre otros aspectos.
Las noticias de los medios muchas veces son refutadas por el mandatario
durante los llamados enlaces nacionales de los sábados, que son espacios
de rendición de cuentas en directo por radio y televisión, sin que las
emisoras y canales privados estén obligados a transmitirlos. Sí lo hacen la
radio y la televisión públicas. No obstante, la mayoría de medios elabora
noticias a partir de esos enlaces. Otro espacio donde el gobierno genera su
discurso son las cadenas nacionales a las que tiene derecho por ley para dar
a conocer sus obras. También está la publicidad oficial contratada en
diversos medios, que colocan al gobierno como el mayor anunciante en el
país. Los medios privados son los mayores beneficiarios de esta inversión
publicitaria a la que nunca han cuestionado en términos de rentabilidad sino
políticos.
4
Entre informar y convencer hay una distancia enorme, la misma que separa
el periodismo de la propaganda. Los medios de la AEDEP han hecho durante
todo este tiempo lo que algunos de ellos han censurado durante más de un
siglo o se lo ha endilgado a otros, al menos en la retórica hueca de la
objetividad: convertir al periodismo en propaganda. Dicho de otra manera,
ha dado un gran paso a favor de esa corriente que arrastra a los medios
hace varios años y los ha llevado a perder demasiado terreno y legitimidad
como voz pública, por obra de sus prácticas informativas y empresariales.
De modo que la cadena no sólo fue legal sino necesaria. En otras palabras,
no fue sólo una decisión informativa, sino política. Ahí está la relación que
tanto les cuesta ver a los dueños de periódicos, radios y canales privados.
Rebelarse contra un Estado de excepción en dictadura es heroísmo, pero
hacerlo en democracia es golpismo.
Sin embargo fue lamentable el manejo periodístico que hicieron los medios
estatales en esta cadena. Una cosa es que la televisión y la radio públicas
hagan de matrices en una situación crítica y otra es que algunos de sus
periodistas se dediquen a arengar a la población con un discurso partidista.
Una cosa es que refuercen el pedido generalizado de garantizar la
integridad del primer mandatario y otra es que sometan a la audiencia a
varias horas de apología de un líder político y alienten a la población a
exponerse a las balas, como lo hizo una locutora de la radio pública.
Sin embargo, lo más grave de todo esto es que el juicio entablado por el
mandatario contra los periodistas transforma el escenario inicial, de una
necesaria lucha política por la transformación de las estructuras del campo
mediático en el Ecuador, a una querella entre una autoridad ofendida y dos
trabajadores de prensa sobrecargados con una responsabilidad que, para
6
ser justos, nos corresponde a todos. El juicio contra los autores de “El Gran
Hermano” reduce la compleja relación histórica entre comunicación y
política al litigio coyuntural entre periodistas y autoridades. El presidente
Correa, como acusador, convierte la historia en casuística.
Estamos ante una posición que desvirtúa la legítima la lucha política por la
reconfiguración del espacio mediático. Quizá eso explique en gran parte el
fracaso en el debate de la Ley de Comunicación; la tardanza de la sanción a
los responsables de la asignación fraudulenta de frecuencias; la ilusoria
desvinculación entre los poderes económicos y los medios; la ausencia de
un órgano de regulación legítimo. El mejor argumento que puede dar el
Presidente a la oposición es enjuiciar a todos los periodistas que pueda.
4
El 1 de marzo de 2008, el ejército colombiano bombardeó un campamento de la
guerrilla de las FARC, ubicado en territorio ecuatoriano. Murieron 26 personas, entre
ellas, el entonces jefe guerrillero conocido como Raúl Reyes, cuyas computadoras,
supuestamente, tenían información comprometedora para el gobierno ecuatoriano.
9
El Ecuador tuvo, a partir de 2008, la oportunidad histórica de comprobarlo
mediante la creación de tres medios públicos5: El Telégrafo, Ecuador TV y
Radio Pública, cuya aparición causó expectativa y preocupación al mismo
tiempo. Los medios privados se ocuparon de evaluarlos mediante
parámetros comerciales y los ubicaron como su competencia directa, sin
considerar que el valor de estos medios había que buscarlo en los nuevos
enfoques y narrativas de lo social o las nuevas voces y rostros que estaban
llamados a hacer visibles.
En ese sentido, los medios públicos solo pueden ser evaluados en función
de sus rendimientos sociales. Aquí proponemos siete preguntas a las que
los medios públicos deberían responder en función de varios conceptos
5
Diario El Telégrafo fue fundado en 1884 y en su última etapa fue propiedad del
banquero Fernando Aspiazu. En 2002 pasó a manos del Estado mediante una
incautación realizada por la Agencia de Garantía de Depósitos y el 17 de marzo de
2008 se reinauguró como medio público. Por su parte, Radio Pública del Ecuador,
inaugurada el 27 de agosto de 2008, tiene como antecedente la desaparecida Radio
Nacional del Ecuador, de escasa trascendencia en la historia del periodismo público
en este país. El único medio que se inicia desde cero es Ecuador TV, inaugurado el
17 de abril de 2008.
6
Ver: Moreano, Alejandro, “Las calles, la política y las leyes” (opinión), El Telégrafo,
4 de enero de 2010
10
articulados al concepto mayor de responsabilidad social: 1. Concepto de
independencia: ¿Defienden el interés público antes que el gubernamental?;
2. Concepto de formación de públicos: ¿Ejercen pedagogía ciudadana en
deberes y en derechos?; 3. Concepto de diversidad: ¿Hacen visibles otras
formas de vida?; 4. Concepto de inclusión: ¿Facilitan la participación política
de los sectores sociales?; 5. Concepto de servicios: ¿Nos ayudan a tomar
decisiones en nuestra cotidianidad?; 6. Concepto de ética periodística:
¿Observan las prácticas del buen oficio?; y 7. Concepto de formación y
capacitación: ¿Crean las condiciones para un pensamiento crítico?.
“Con fecha 5 de febrero del 2010, el directorio del Telégrafo C.A. registró en
acta 001-2010 la disposición 003-2010 mediante la cual se establece la
necesidad de que no se emitan comentarios, informaciones estratégicas y
otras estrictamente internas en las páginas editoriales por parte de nuestros
editorialistas y columnistas. Estas disposiciones fueron dadas a conocer
personalmente al ex director Ruben Montoya, quien asistió a dicha reunión,
pero al parecer no fueron informadas a ustedes. En fecha posterior, el lunes
29 de marzo, el directorio en pleno comunicó este particular a la
subdirectora Carol Murillo, y dado que nos están llegando materiales que de
alguna manera contravienen esta resolución que todos debemos respetar en
virtud a lo que mandan los estatutos de la empresa, lamentablemente no
podemos publicar en consideraciones a las decisiones del directorio antes
mencionado.”7
8
Parte de la carta firmada por 26 columnistas, que nunca fue publicada por el
diario.
12
Quito, 4 de abril de 2011
13