Professional Documents
Culture Documents
Antecedentes
En los últimos años se incluyen distintas conductas bajo la denominación genérica de
adicciones o conductas adictivas. Basadas inicialmente en el concepto de dependencia
(física y psíquica), y evolucionando a partir del mismo, se aplicaban inicialmente a sustancias
psicoactivas que ingeridas por un individuo tenían la potencialidad de producir dependencia.
Con el transcurrir de los años se observó que también existían conductas, que sin haber
sustancia de por medio, tenían la capacidad de producir dependencia. Una característica
central a la conducta adictiva, es la perdida de “control”, a parte de que la misma le
produce dependencia, tolerancia, síndrome de abstinencia y una incidencia negativa muy
importante en su vida. Gossop, definió como elementos característicos de una adicción: un
fuerte deseo o un sentimiento de compulsión para llevar a cabo la conducta particular: la
capacidad deteriorada para controlar la conducta; malestar y estado de ánimo alterado
cuando la conducta es impedida o la deja de hacer; y persistir en la conducta a pesar de la
clara evidencia de que le está produciendo graves consecuencias. Echeburúa, considera
como característica principal de la conducta adictiva la perdida de control, la fuerte
dependencia psicológica, la perdida de interés por otras actividades gratificantes y la
interferencia grave en la vida cotidiana.
Si se tuviese que hablar de las adicciones del pasado y las actuales, se pueden considerar
tres diferencias fundamentales: 1) la disponibilidad y comercialización; 2) la perdida del
sentido simbólico y del valor cultural que tenían en el pasado muchas de las adicciones
actuales; 3) y el cambio social que facilita el individualismo, la búsqueda de placer inmediato
y la satisfacción de todas las necesidades.
Estado actual
Hoy el primer elemento relevante en las adicciones es delimitar qué entendemos que es una
adicción. A pesar de que hay criterios específicos para los distintos trastornos, todos
parten de los criterios de dependencia de sustancias psicoactivas, dado que además, sean
con o sin sustancia, se dan los fenómenos de pérdida de control, tolerancia, síndrome de
abstinencia. Para el DSM-IV la dependencia de sustancias psicoactivas se caracteriza por
un patrón desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva un deterioro o malestar
clínicamente significativos, expresado por tres o más de los síntomas, y durante un período
De al menos 12 meses. Los síntomas son:
1. Demanda de tratamiento
Objetivo básico: analizar la demanda y retener al paciente en tratamiento.
Elementos a considerar: motivación para el cambio, estadios de cambio, recursos
disponibles, apoyo, tratamientos previos, tratamientos disponibles, analizar quién está
implicado en la demanda, por qué.
Procedimientos técnicos: entrevista motivacional, evaluar aspectos motivacionales y
estadios de cambio.
3. Tratamiento
Fase I. “Desintoxicación o mantenimiento”
Objetivo básico: desintoxicación física de la sustancia.
Elementos a considerar: tipo de desintoxicación, recursos, etc.
Procedimientos técnicos: intervención médica para la consecución de la desintoxicación sin
sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia.
Fase III. “Normalización, cambio del estilo de vida anterior y búsqueda de nuevas metas”.
Objetivo básico: normalización en el sentido de ir adquiriendo más responsabilidades.
Elementos a considerar: grado de deterioro, si trabaja o no, si está o no separado, si
padece enfermedades físicas.
Procedimientos técnicos: planificación de metas y objetivos, entrenarlo en adquirir nuevas
habilidades, programa psicoeducativo, entrenamiento en solución de problemas, etc.
Queda claro, que lo que se pretende es que la persona consiga la abstinencia. Este sigue
siendo hoy el objetivo básico, aunque no se debe descartar una mejora en las condiciones
de vida del individuo manteniendo la realización de la conducta a niveles bajos, pudiendo ser
una meta desde el principio del tratamiento. Técnicas para los objetivos descritos:
Terapia cognitiva
Parte de la premisa de que los trastornos se producen y mantienen debido a una serie de
cogniciones subyacentes distorsionadas y a distintos errores en el procesamiento de la
información. El tratamiento se orienta a corregir tanto esas premisas distorsionadas como
los errores cognitivos (Beck, Wright, Newman). Para Beck, a partir del patrón cognitivo
desadaptativo, ocurre la conducta (el consumo) y lo biológico (síndrome de abstinencia). Lo
que la terapia cognitiva va a hacer es modificar los pensamientos y creencias erróneas del
individuo y enseñarle técnicas de autocontrol. El tratamiento se va a centrar en varios de
los aspectos que se relacionan con el problema. Gran relevancia a la relación terapéutica en
el tratamiento y utiliza técnicas cognitivas como el diálogo socrático, la reatribución, las
tareas para casa, identificar y modificar las creencias relacionadas con las drogas, etc.
Manejo de contingencias
El consumo de drogas se mantiene por el reforzamiento positivo que la sustancia produce
(euforia, placer) y por el reforzamiento negativo (consumo para evitar las consecuencias
negativas del síndrome de abstinencia). El consumo de drogas está influenciado por el
aprendizaje y por el condicionamiento. También, mediante los principios del aprendizaje y
del condicionamiento podemos cambiar esta conducta desadaptada por otra adaptada sin
consumo de drogas. Esto se hace mediante los principios básicos del manejo de
contingencias, el reforzamiento positivo y negativo, el castigo positivo y negativo y las
distintas técnicas derivadas de los mismos (Graña).
Desde la perspectiva operante el desarrollo de un trastorno por abuso o dependencia de
sustancias se debe tanto al poder reforzante de la droga como de otros factores, como los
biológicos, ambientales y variables conductuales (Becoña). Técnicas como la aplicación de
estímulos aversivos, reforzar conductas alternativas incompatibles con consumir drogas,
facilitan el cambio de la conducta de consumo.
Técnicas de autocontrol
Esto puede hacerse una vez que la persona ha aceptado participar en un tratamiento
orientado a la abstinencia. En ocasiones el autocontrol se pone en marcha en la parte media
del tratamiento cuando ya se han conseguido los objetivos mínimos para que mantenga la
adherencia al tratamiento. Las técnicas de autocontrol se orientan a que la persona conozca
su conducta problema y sea capaz de afrontar la misma mediante técnicas que ha aprendido
sin llevarla a la práctica, se enseña a la persona estrategias para controlar su propia
conducta, con el propósito de alcanzar metas a largo plazo.
El terapeuta le ayuda a establecer condiciones favorables para el cambio, le entrena en
técnicas para conseguirlo y le refuerza por los avances conseguidos. Para el buen diseño del
mismo hay que hacer una evaluación conductual adecuada del problema que tiene y adaptar
el tratamiento a los avances que se van produciendo a lo largo del mismo y a la consecución
de los objetivos iniciales e intermedios.
Terapia de grupo
Modalidad terapéutica que se utiliza con frecuencia para el tratamiento de las personas
con distintas adicciones. El objetivo que se pretende es el mismo que el que se pretende
con la terapia individual pero en un formato de grupo y con las dinámicas propias que se van
desarrollando dentro de cada grupo. Le permite al paciente compararse con otros, tener
apoyo, aprender estrategias y técnicas de control, adquirir habilidades y asumir normas de
funcionamiento del grupo. Los objetivos centrales del mismo son solucionar problemas y
realizar tareas que le lleven a la abstinencia.
Prevención de la recaída
El primer consumo de la sustancia no tiene porque representar una recaída, puede ser sólo
una caída o un desliz puntual. Para Marlatt y Gordon la recaída se define como cualquier
retorno al comportamiento adictivo o al estilo de vida anterior, después de un período
inicial de abstinencia. Una caída es un retorno breve a la conducta adictiva en un momento
concreto del tiempo, es decir, una pérdida de control puntual sobre la conducta.
Un concepto fundamental para comprender el proceso de recaída es el llamado efecto de
violación de la abstinencia, este se compone de dos elementos cognitivos clave: la
disonancia cognitiva (conflicto y culpa) y un efecto de atribución personal (culparse a uno
mismo como causa de la recaída). La combinación de estos predispone al paciente a una
recaída total. El modelo de prevención de la recaída considera a las adicciones como un
hábito adquirido que puede cambiarse aplicando los principios del condicionamiento clásico,
operante y vicario y da gran importancia a los factores cognitivos implicados en la recaída.
Las estrategias de prevención de la recaída es un programa de autocontrol donde se enseña
a los pacientes a anticipar y a afrontar eficazmente los problemas que aparezcan después
del tratamiento.
Las causas principales de la recaída en las adicciones son los estados emocionales negativos
(situaciones en las que los sujetos experimentan un estado emocional, como frustración, ira,
ansiedad, depresión o aburrimiento), conflicto interpersonal (situaciones que incluyen un
conflicto actual o relativamente reciente, asociado con cualquier relación interpersonal,
como el matrimonio, los miembros de la familia, relaciones en el trabajo), y presión social
(situaciones en las que el paciente responde a la influencia de otra u otras personas que
ejercen presión para involucrarlo de nuevo en el consumo) (Marlatt y Gordon)
Hay tres principales estrategias para utilizar en los procesos de prevención de la recaída:
la aproximación de apoyo social; la aproximación de cambio de estilo de vida y la
aproximación cognitiva conductual. Las técnicas cognitivo-conductuales para la prevención
de la recaída son las más eficaces. Se orientan a aumentar la autoeficacia, mejorar el
control de impulsos, favorecer la reestructuración cognitiva y mejorar las estrategias de
toma de decisiones. Las estrategias dirigidas al cambio en el estilo de vida están dirigidas a
fortalecer la capacidad global de afrontamiento del paciente y a reducir la frecuencia e
intensidad de los impulsos que a menudo son el producto de un estilo de vida desequilibrado.
Dentro de las técnicas de prevención de la recaída que se aplican están los programas de
reestructuración cognitiva, el entrenamiento en identificación y control de estímulos,
exposición a estímulos en vivo o a nivel imaginado, condicionamiento encubierto, programas
de refuerzo externo, etc.
Perspectivas
El éxito del abordaje psicológico de las adicciones ha estado en que el mecanismo
explicativo es primeramente social, en segundo lugar psicológico y en menor grado biológico
(Becoña). Esto no significa que unos elementos sean menos relevantes que otros, pero sí que
esta es su graduación. Como el elemento social es difícil intervenir, porque corresponde al
desarrollo natural de las sociedades; la intervención sobre la conducta del individuo en su
contexto más cercano, se ha convertido en el campo de trabajo más relevante para ayudar
a las personas que tienen problemas de adicción a sustancias.
Dentro de los tratamientos psicológicos han destacado los tratamientos cognitivo-
conductuales, que son el tratamiento de elección para las distintas conductas adictivas,
bien en exclusiva, o como una parte básica del mismo.