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Índice
Recomendaciones………………………………………………………… 1
El kosmocismo ………………………………………………………… 2
El salto hacia el futuro…………………………………………………… ...9
Quiénes son nuestros enemigos……………………………………………16
Reflexión kosmocista………………………………………………………16
Qué es el creyentismo…………………………………………………… 17
La meta del kosmocismo…………………………………………………. 24
La religión y la política…………………………………………………….36
El corazón del kosmocismo………………………………………………..36
La “filosofía” kosmocista………………………………………………….37
El terrorismo……………………………………………………………….40
El universo…………………………………………………………………44
Creo en la libertad………………………………………………………… 45
El creyente militante……………………………………………………… 46
El Homo Economicus……………….......................................................... 48
Sobre la libertad……………………………………………………………61
Sobre el neo-liberalismo………………………………………………… 61
El individuo y el Estado…………………………………………………...62
Sobre la votación…………………………………………………………..64
Qué significa ser kosmocista………………………………………………65
Moratoria demográfica…………………………………………………….67
Definiciones……………………………………………………………….68
La filosofía al servicio de la libertad………………………………………69
La humanidad……………………………………………………………...69
La sociedad civil…………………………………………………………..70
La voluntad de libertad……………………………………………………71
Democracia o anarquía……………………………………………………72
El universo es inteligible………………………………………………….72
La transición a la libertad…………………………………………………73
La libertad intelectual del no-creyente y del creyente……………………74
Las palabras mágicas o palabras trampas……………………………… 74
El fundamentalismo neo-liberal…………………………………………..75
La creencia al servicio de la esclavitud…………………………………...75
El creacionismo…………………………………………………………...78
El kosmocismo y la “espiritualidad”……………………………………...76
La “fe”…………………………………………………………………….79
La moral kosmocista………………………………………………………82
Los motores de la discordia……………………………………………….84
El racismo y las barreras sociales…………………………………………86
La insurrección mundial…………………………………………………..89
El hedonismo…………………………………………………………… 90
Deseos que matan…………………………………………………………92
Epílogo……………………………………………………………………94
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Recomendaciones
Este panfleto está especialmente dirigido a todas las personas que están hartas
de los ricos, de los conservadores y de todos los ultras, extremistas, halcones,
patrioteros e integristas. A todos los que están descorazonados e insatisfechos de
los sistemas actuales. A los que están cansados de la mediocridad que prevalece a
nivel planetario en casi todos los renglones de las actividades humanas. A los que
están enfadados, aburridos y muy desilusionados de los astutos y ladinos
políticos, y de los perversos y fastidiosos religiosos.
Este folleto está dedicado a los que desean escapar de esta cloaca nauseabunda
que nos asfixia desde hace milenios. Está dedicado a los que tienen la capacidad
intelectual para renunciar a las supersticiones, a los misticismos y a los embrujos
de índole mágica. A los que rechazan categóricamente los artificios de corte
espiritualista, a los que renuncian a los estúpidos y grotescos rituales que limitan
mentalmente. A los que condenan a esos desafiantes y arrogantes iluminados que
se dedican a la “brujería” y a la extorsión de los incautos limitados como ellos.
No; definitivamente, este opúsculo no está dirigido a los limitados, ni a los
merolicos, ni a los depredadores, o a los cazadores y consumadores científicos de
ballenas y, menos aún a los asesinos de bebés foca o a los violadores de infantes.
Este folleto está dedicado a los que tienen las neuronas funcionando
adecuadamente y que tienen la intrepidez y la valentía de desistir de los “valores”
implantados por la elitocracia, enemiga eterna de los que no comparten sus
valores y su enfermiza visión unilateral del mundo. A los pensantes y creadores.
A los que aman a la vida y la a libertad.
No está dirigido a la clase media arribista, ni a los que usan anteojeras
ideológicas para ver la realidad. Está dedicado a los que estén fastidiados de vivir
en un mundo a la deriva, sin justicia ni seguridad, repleto de delincuentes, seres
vulgares patológicamente violentos, increíblemente agresivos, sanguinarios y
mentalmente trastornados. Sus cerebros debiluchos están gangrenados al
máximo, horripilantes monstruos, permanentemente al acecho de sus próximas
victimas, gracias a la complicidad de los jueces y policías corruptos.
Está dedicado a los que se encuentran desanimados y desmoralizados de seguir
un camino que conduce irremediable y fatalmente a la más horrenda
desesperación y a la completa desdicha. Está dedicado a los que tienen la
voluntad y la fuerza para inventar y renovarse, a los que están cansados de fingir
vivir, a los que su único consuelo en el mundo es el llanto. A los que sufren una
gran soledad interior. A los que rechazan las elucubraciones y las charlatanerías
teístas. A los que tienen todavía el arrojo para existir y vivir libremente en una
sociedad liberada de sus tabúes, de sus imaginarios dioses y demonios. A los que
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El kosmocismo:
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Respetamos todas las creencias, las creencias positivas, en especial las que
liberan. Desgraciadamente, las creencias religiosas encadenan y son más que
nada una lastimosa evidencia de la enfermedad mortal del espíritu, una simple e
ilusoria máscara para que el creyente aferrado al mundo mágico se ilusione
egoístamente para escapar de su certero destino final, sueñe el paraíso y un cielo
olímpico sin nubes, que, desde las afables fantasías teológicas, reduce y
comprime la realidad a grado tal que se fusiona y se confunde con la ilusión que
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resisten a ser asimilados, doblegados e integrados a las formas, los valores y las
rutinas del mundo actual, logre modificar con nuevas perspectivas e
interpretaciones el mortífero fatalismo que existe dentro del espíritu de todas las
sociedades de hoy. La catapulta para el cambio de este mundo, artificialmente
estructurado y revelado como único, verdadero y conducido por un dios, se ubica
en la conciencia del individuo que se transfigura en energía liberadora para
destapar el chorro de la libertad, ahí radica el verdadero comienzo de la historia
de los individuos o ciudadanos libres para crear un mundo libre para seres libres,
pero en pro de liberar a la sociedad, primero hay que liberarse uno mismo, de lo
contrario caemos en el tétrico campo político y en la malévola manipulación
ideológica. El teísmo, por fortuna, nunca pudo anular la razón, tan odiada y
temida por el clero, pero gracias a ella los individuos pueden crecer libremente y
escapar de las mortíferas garras del dogmatismo clerical.
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Todos los intelectuales, los pensadores, los filósofos y toda la gente sensible,
sensata e inteligente, deben comprender, asimilar y concientizar el hecho de que
el teísmo hace imposible la formación de una sociedad libre, armónica,
equilibrada, progresista, ecológica, humanista, científica y social. El teísmo es un
edificio construido sobre quimeras, desaciertos y desencantos, su meta
fundamental es obligar a todos a una obediencia ciega y absoluta. Sin embargo,
se tambalea al encontrar en su camino la Libertad. El teísta, animado de un
rencor implacable y de un odio inextinguible, ha dado hace mucho tiempo
pruebas concluyentes de sus extraordinarios y repugnantes dotes para el error, el
horror y el terror.
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Combatir el poder con las armas mismas del poder de la oligarquía es un error,
en el nombre de la emancipación no impongamos otra tiranía. La lucha política
por el poder, independientemente de su signo ideológico, encadena al ser
humano a lo que lo oprime, lo aliena y lo nulifica. La libertad (cuya esencia es su
fuerza emancipadora), en su impulso permanente, es la única que sin matar ni
oprimir ofrece al ser humano una oportunidad de inclinar la vida en su favor. La
libertad, como la conciben los kosmocistas, se opone al espejismo del libre
albedrío teológico teísta y a la libertad ideológica de explotación, tan valorada
por los poderosos y amos de este mundo. La libertad kosmocista es sinónimo de
libertad que libera. (Libertad-interna-externa), la que no esté coartada por ningún
dios, ninguna ideología, teología, economía o sistema de poder.
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El tiempo presente nos proyecta siempre hacia al futuro, pero nosotros, como
individuos, nunca veremos este futuro, nunca podremos alcanzarlo, vivimos en el
presente no para el pasado, sino para el futuro, es decir para el devenir.
No se puede regresar al pasado, porque el pasado deja de existir cuando
empieza el presente, el tiempo imperturbable separa el pasado del presente. El
tiempo no es eterno en el sentido sempiterno: el mundo no siempre ha existido y
nosotros tampoco. La idea general del comienzo del tiempo y de su continuidad
lineal es incompatible con las observaciones científicas modernas. No queremos
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Propuesta kosmocista
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Nos inclinamos por las artes y las culturas que estén al servicio de la libertad y
del ser humano, no las que están al servicio de la ideología o de la economía
monopolística, el arte y la cultura que se desdoblan en mercancía, dinero y poder,
no son lo que nosotros entendemos por arte y cultura. Creemos que el arte y la
cultura deben ser unas de las fuerzas motoras que catapulten la posibilidad de
realizar el ideal de emancipación universal. Se necesita algo más que unos
eventos regionalistas de danzas folklóricas, presentaciones teatrales y muchos
festivales veraniegos o unas exposiciones en los museos de Nueva York, Londres
o París, para que el arte y la cultura participen activa y eficazmente en la
construcción de los caminos que llevan a la libertad.
La libertad religiosa bajo el dominio teísta no existe. Sólo más allá del teísmo
empieza el verdadero reino de la libertad intelectual. Radica en la libertad el
futuro advenimiento del kosmocismo (liberación del ser humano de todas las
religiones), es decir, es la legítima reivindicación práctica del ejercicio pleno de
la libertad intelectual del individuo como única propiedad de sí para sí.
Desenvolviéndose libremente el intelecto indica a nuestra conciencia la manera
de obrar y de vivir sin intermediaciones clericales; así mismo, permite descifrar
la realidad y los imperativos morales en sus exactas dimensiones.
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Cuando nos referimos a lo que denominamos nosotros “conciencia
kosmocista”, no nos referimos, por supuesto, a la conciencia desgarrada producto
de la barbarie de las civilizaciones dominantes. La “conciencia kosmocista” es la
que aspira racional y libremente a un universalismo globalizante libertario,
solidarizante y trascendental, que abarca en su totalidad el ser humano, la tierra y
el universo; propone nuevas posibilidades de un futuro y de una vida diferente;
es una nueva y hacendosa actitud frente a las repercusiones de las enormes y
grotescas barbaridades que padece nuestro mundo por culpa de la elitocracia; es
una nueva y dinámica condición intelectual que anima a los individuos a vivir
armoniosamente entre sí. La vida humana y su futuro dependen del desarrollo de
dicha conciencia en la mente de cada uno de nosotros. Seremos todos
responsables, ya sea de la extinción del Homo Sapiens, o bien los catalizadores
del nacimiento de un nuevo ser pensante-y-actuante libre, dotado de nuevos
conocimientos, tecnologías, conceptos y proyectos, que lo habilitarán para su
extraordinaria misión, agrandar al infinito las perspectivas y las posibilidades
humanas acá en nuestro mundo y allá en el inconmensurable y misterioso
universo.
Debemos recordar a nuestros lectores que todas las desgracias del mundo se
deben en parte a la ignorancia y al conformismo de los dominados y a la
perversión y corrupción de los dominantes. Sin embargo nadie es inocente;
todos, absolutamente todos, somos relativa y proporcionalmente responsables y
culpables de la insoportable situación que, directa o indirectamente, hemos
creado o propiciado. Es una suerte de conspiración contra la naturaleza y contra
nosotros mismos a la que nos hemos adherido sin medir ni concientizar sus
catastróficas y deplorables consecuencias. Nos encontramos en el torbellino de
un consumismo irresponsable, en un terrible ideologísmo fratricida, en un
nefando totalitarismo teológico, estamos sumidos en los vicios de un mundo a la
deriva donde nadie tiene la audacia de protestar contra los cantos de sirena que
aún nos siguen obsesionando y engañando.
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¿Por qué estos sectores son los que alimentan y mantienen a los que los
explotan vilmente sin la más mínima consideración? (amos y sindicatos), ¿por
qué no repudian las charlatanerías teístas y las recetas engolosinadoras de los
conspiradores políticos?, ¿por qué no rechazan de una vez por todas a todos los
timadores partidos políticos? Muchos “por qués” seguramente quedarán sin
respuesta, el mutismo al cual están condicionados paraliza sus instintos y su
capacidad de pensar racionalmente. Ningún rastro de intelectualidad, ni
concepto definido, sólo una aversión al conocimiento, al cambio y la libertad,
además de un estúpido afán de precipitarse sin interrogantes, pero con
certidumbres, en el abismo de la mundialización fomentada y encabezada por el
imperialismo internacional, apoyado, incondicional y servilmente, por todas las
elitocracias internacionales (Sectores financieros, tecnológicos, bancarios y
patronales).
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admira y envidia a los que más tienen. Es el poder económico monopolista el que
divide a la sociedad en clases.
La sociedad está dividida entre los muy ricos, ricos, medianamente ricos y los
medianamente pobres, pobres y muy pobres. La calidad de vida y las
expectativas de cada sector es significantemente diferente y antagónica, existe
una marcada discrepancia social entre los que poseen y los que no. Este
divisionismo económico es el crisol de la injusticia social, de la libre explotación
y de la dominación de los más poderosos sobre los demás. Nuestro enemigo
natural es aquel que nos explota, sea política, cultural, emocional, social,
religiosa o económicamente. Debemos conocer las debilidades, las fortalezas, las
intenciones, los vicios y las virtudes de nuestros enemigos y especialmente
estudiar y conocer muy a fondo los mecanismos que les permiten mantenerse
arriba de la pirámide. Se trata de ir a las fuentes responsables del malestar
mundial.
Reflexión kosmocista:
¿Qué es el creyentismo?
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Para el creyente no hay otro mundo posible; para él sólo es válido el mundo de
la irrealidad, de la ficción mitológica, de las supersticiones, del utilitarismo a
ultranza, de la tan anhelada felicidad y del bienestar post-mortem. Para el rico el
único mundo posible es el de la libertad de explotación y el de las ganancias
ilícitas y fraudulentas en la gran mayoría de los casos. Los centuriones bajo el
mando del millonario y pinocho Bush invadieron Irak para “democratizar” al
pueblo, no para “robarle” el petróleo… pero no contaron con el
antiamericanismo y con el fanatismo religioso de la gran mayoría de los
iraquíes; este maldito petróleo ha costado ya miles de vidas de indefensos civiles
y la de muchísimos jóvenes norteamericanos y latinos, pobres mayormente y con
escasa escolaridad, que ni siquiera gozaban de la democracia y de la justicia
social en sus respectivos países.
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masacrar sin cuestionar el por qué a dicho pueblo cuando sus amos lo ordenan.
El pueblo no es una entidad autónoma, es un ente sin forma, manipulable, sin
conciencia ni amor propio que se deja seducir y comprar con gran facilidad por
las ideas dominantes del poder, es un idólatra servil del Poder. Hay que
desconfiar del “pueblo” manipulado al servicio de la demagogia tanto como de la
élite. Lo único rescatable del pueblo, es el individuo.
El 90% del parlamento francés votó si, más del 60% de la sociedad civil votó no,
lo mismo sucedió en Holanda, 63% votaron no, en Francia más de la mitad de los
socialistas votaron sí, la mayoría de los socialistas españoles votaron sí a la
eliminación de lo social y del contrato laboral, en contra de la laicidad, en contra
de la solidaridad, al paro, al sindicalismo charro, a la eliminación de las leyes y
de los leoninos contratos laborales, sí al neocapitalismo, sí al continuismo de la
elitocracia, sí a la inmigración masiva e ilegal, sí al atlantismo, sí al despido
masivo, sí a las privatizaciones de todos los servicios públicos, sí a las
deslocalizaciones, sí a la crisis y a la injusticia social, sí al malestar europeo, sí a
la inseguridad social, a la explotación, a la represión del Estado, al militarismo,
a la globalización impuesta por los Estados Unidos. ¿Serán los “socialistas-
caviar” izquierdistas o derechistas? Creo que ni lo uno ni lo otro, son finos y
astutos zorros, son unos oportunistas camaleonescos muy atrevidos. Las
campañas de los “socialistas” a favor del sí en España y en Francia demuestran
que, en la práctica, son unos nefandos oportunistas.
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La aberración del creyentismo es algo que poca gente puede ignorar, es decir la
vivimos a diario y la hemos padecido durante milenios. La trayectoria histórica
del teísmo demuestra que la “voluntad divina”, léase la voluntad del clero, es, en
la mayoría de los casos, antagónica siempre a lo que predican los abnegados e
hipo-inteligentes servidores y adoradores del susodicho “Señor”. La libertad, el
amor, la paz, la felicidad, la armonía social, la solidaridad, el equilibrio
económico y ecológico, no se manifiestan en ningún país de la Tierra y menos
aún en la fortaleza teocrática y ultra conservadora del Vaticano, ni siquiera en los
países “muy creyentes”, donde la perversión de los gobernantes y la de los Goliat
del gran capital no tiene límite.
A diferencia del teísta, del ateo y del creyente, el kosmocista anti-teísta no cree
en ninguna deidad, no cree en la magia, ni en los mitos, no cree en las religiones,
no cree en la política ni en las ideologías y menos aún en la validez y la “virtud”
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Liberarse, emanciparse, ser libre, es la primera meta del individuo que desee
desarrollarse y crecer intelectualmente. A los apasionados verborréicos de los
cafés, a los soñadores, a los idólatras y a los ilusos que viven aisladamente en su
torre de marfil, les diré que nada hay que esperar de ningún sistema actual. Ni la
izquierda ni la derecha o el centro ofrecen una alternativa real para la
colectividad. La humanidad que vive debajo de las estructuras actuales de los
gobiernos está condenada a la vil servidumbre, para ella la esperanza es sólo un
ambiguo e inalcanzable sueño, y observando imparcialmente la marcha del
mundo vemos que su futuro es más que gris. Lo único que garantizan los
sistemas actuales es la continuación a escala planetaria de la mediocridad en toda
su magnificencia. Las élites de los países ricos, pobres, desarrollados,
subdesarrollados, en vías de desarrollo, etc, etc, tienen todos las mismas
problemáticas, las mismas carencias, las mismas ambiciones, los mismos retos,
las mismas políticas y sus metas generalmente convergen; la principal es
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Los Papas, la curia y todos los que conforman la Iglesia Católica y las otras son
responsables legal y penalmente. No más impunidad ni tolerancia para el clero
pecador y pederasta. Aquí estamos refiriéndonos a la responsabilidad civil de
todas las jerarquías religiosas sin excepciones. Muchos miembros “distinguidos y
honorables” de la Iglesia promueven encubierta y clandestinamente en los
seminarios la pedofilia y otras aberraciones sexuales cuya futuras víctimas serán
las hijas o los hijos de los muy, pero muy inocentes, (para no decir estúpidos)
creyentes que confían todavía en el sano equilibrio psicológico y emocional de
los representantes de un supuesto dios de amor… ¿Será que los seminaristas y
los curas neuróticos y pederastas confunden amor con perversión sexual? ¿Qué
opinan de los sacerdotes pederastas que todavía no han sido denunciados y andan
impunemente y sin conflictos morales ni culpabilidad entre nosotros? Más de
1000 acusaciones de abusos sexuales de menores por parte de 800 sacerdotes
católicos en el año 2004. Kentucky, 120 millones de dólares que debe pagar la
Iglesia católica por indemnización a las victimas de agresión sexual de parte de
los sacerdotes, 100 millones de dólares (Orange Conty, Cal), 85 millones de
dólares (Boston, Massachussets), etc. etc. Centenares de curas encarcelados por
abuso sexual contra adolescentes y niños de baja edad. Ochocientos mil
encarcelados en los Estados Unidos por pedofilia, el país más “creyente” del
mundo. ¿Qué les parece? La tolerancia tiene límites, la impunidad no puede ser
infinita, los delitos que se cometen en el mundo del César deben ser juzgados
aquí; terrenalmente. Aquí en la Tierra, si comenten algún delito, (y vaya que los
cometen), deben ser juzgados y castigados si es preciso, como cualquier infractor
a la ley. La impunidad “celestial” no tiene jurisdicción en el mundo del César.
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La religión y la política:
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liberación individual voluntaria, sino que es necesario que los demás también se
liberen y que desarrollen juntos un fenómeno autónomo y colectivo de
liberación.
Verán ustedes que no hay razones para ser optimistas en cuanto al terrorífico
futuro que ya nos alcanzó y que año con año extiende sus tentáculos en todos los
países de la ya agotada y moribunda Tierra. Dejad crecer a la población y a la
pobreza, porque en ellas está nuestra riqueza. Sin embargo, a pesar de las
evidencias y de la irrefutable obviedad de manipulación y explotación, la
mayoría de los humanos haremos como si nada pasara, escucharemos con
lágrimas en los ojos los bellos y poéticos discursos del Papa, las letanías
repetitivas de los gobernantes, seguiremos indiferentes, insensibles, consumiendo
con la misma avidez, la misma arrogancia y con la misma inconciencia,
anhelaremos comprar inocentemente un 4x4 del año sólo para presumir al
vecino, etc. Seguiremos creyendo en las fábulas religiosas, en los cuentos de los
libros “sagrados”, en las eternas mentiras del clero, en las malévolas y
embusteras farsas políticas. Seguiremos votando estúpidamente como ignorantes
y conformistas por los eternos sedientos de poder que siempre se han empeñado
en destruir a la naturaleza; y manipular y engañar a los más débiles.
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Las “oposiciones” son más artificiales que verdaderas, son las locomotoras de
los sistemas, ellas garantizan la continuidad de la gran maquinaria institucional y
burocrática que protege y fortalece al Estado y a sus instituciones, no al
ciudadano ni a la sociedad. El Estado y los sistemas están al servicio de los
poderosos y ellos no están dispuestos a cambiar nada. Voten como voten;
derecha, centro, izquierda, nada cambiará. Que los demás cambien a nuestro
modo de vivir, pensar y actuar. Globalícense con nosotros, consuman
frenéticamente, sin límites y sean felices, los ricos y los “honorables”
gobernantes, incluyendo a los corruptos y conspiradores senadores y a los vivales
y traidores diputados, les estarán muy agradecidos. Hagamos todos como si
viviésemos en el país de Oz. En la tormenta cerremos los ojos y dejemos
complacientemente que el Poder proteja y favorezca a quien menos lo merece.
Seamos partícipes felices y voluntaristas de la increíble, grotesca y pérfida
conjura.
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Según el concepto kosmocista, se trata de vivir sin creencias, sin dioses, sin
doctrinas, sin ideologías sin burocracias ni Estados-autoritarios, que atan a los
seres humanos con cadenas inquebrantables. Liberarse es el reto que cada uno de
nosotros debemos afrontar; si no tenemos las ganas ni las facultades, los medios
o la inteligencia para empezar el proceso individual de liberación, entonces
dejémonos de filosofar, votar, opinar, divagar o especular sobre los asuntos del
mundo y mejor dediquémonos a ver el fútbol, a las truculentas telenovelas, a las
películas pornográficas, jugar al dominó o a la baraja, etc. (Panem et circenses).
No hay mejores remedios para aliviar nuestros males que la resignación, el
conformismo y la ceguera mental. La indiferencia y la conformidad son los
mejores cómplices de los responsables que hacen que la Tierra se vuelva
gradualmente un verdadero desierto. Esos enemigos de la vida son responsables
del quebranto de la sociedad, de la escalonada des-solidarización y de la des-
socialización entre los seres humanos. El individualismo radical es exacerbado
por el liberalismo. Tener mucho y comprar siempre es la llave de la felicidad, no
importa el costo, no importa si implica la extinción del género humano. Si no hay
un drástico cambio de dirección en la conducta humana, es evidente, según el
diagnostico de muchos científicos, ecologistas e intelectuales, que pronto
llegaremos al final de nuestra hasta ahora infortunada aventura.
Son los grandes patrones expansionistas del capitalismo mutante, (léase los
ricos) quienes modelan el mundo según sus intereses. ¿Cómo vivir el capitalismo
sin trabas y en toda libertad?, globalizando el capitalismo universalmente. La
brutalidad ideológica, la intolerancia intelectual, el chantaje económico, la
explotación, el desprecio hacia los demás, son las armas favoritas de los dueños
del mundo para someter a la humanidad a sus reglas implantadas según los
valores de la gran familia capitalista mundial. Meta colectiva inculcada; el
consumismo masivo (el consumo-masivo-popular), que alimenta vitalmente todo
el sistema financiero internacional. Son los consumidores los que alimentan y
fortalecen las estructuras financieras que, por lo general benefician mayormente
y directamente a los patrones, a los inversionistas y a los dueños anónimos de
capitales. ¿Estaría usted dispuesto a reducir su consumo en un cincuenta por
ciento? Los histéricos, neuróticos y obsesivos del consumo son los que
contribuyen directa y principalmente a la decadencia moral, a la injusticia, a la
discriminación social y a la destrucción de nuestro planeta. Cuidado, no
perdamos nuestro tiempo en echar la culpa a los ricos; los ricos hacen lo suyo y
desgraciadamente lo hacen muy bien. Ahora la pregunta es: ¿hasta cuándo
decidiremos hacer lo nuestro? Los ricos defienden esmeradamente sus intereses,
¿el pueblo qué defiende?, ¿tú qué defiendes?
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La nueva estrategia de los amos del mundo, apoyado por los amos de las
religiones, por los políticos y por los traidores dirigentes sindicales, aliados
incondicionales de la clase patronal (co-gestionarios), que renunciaron
complacientemente a cambio de dinero y prebendas a las verdaderas
reivindicaciones de la clase trabajadora (diálogo y consenso), radica en aniquilar
gradualmente a la clase obrera, privatizar todos los servicios públicos, eliminar
totalmente lo social y las jubilaciones, quitarles su trabajo y sus raquíticos
salarios. Reemplazar al obrero por máquinas, la completa automatización es el
sueño dorado del industrial. Bajo el régimen de la globalización el destino de la
gran mayoría de los trabajadores es la calle, las ciudades perdidas, penurias,
hambre, mendicidad, prostitución, insurrección, marginación o el suicidio
colectivo. Los poderosos anhelan la nulificación y la marginalización total de la
clase trabajadora. ¿Qué harán los obreros? ¿Qué harán los miles de millones de
desempleados, de marginados, de sin techo, de sin salario y de hambrientos,
cuando las legitimas reivindicaciones sociales ya no tengan eco? Lógicamente, se
presenta la oportunidad para los individuos y para los grupos organizados, de
realizar venganzas anónimas y terrorismo espontáneo, salvaje y clandestino
(despojado de ideología y sin afán de poder), dirigido contra la casta dorada y
contra sus bienes que, histórica y tradicionalmente durante siglos, han
arrinconado, manipulado y odiosamente abusado de las clases menos
favorecidas. Sí el hambre es mala consejera, la desesperación de los marginados,
los excluidos y de todos los que nunca llegarán a satisfacer sus necesidades
primarias, abre las puertas a acciones impredecibles, insospechables y
extremadamente peligrosas. A pesar del empalagoso canto de sirena del pulpo
planetario neoliberal, a pesar de sus “revoluciones” industriales, tecnológicas,
cibernéticas y energéticas.
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súbitamente a toda la raza humana o bien podemos empezar desde ahora a pensar
en cómo invertir la pirámide y cambiar las reglas del juego, quizás podríamos
comenzar por quitarnos la venda de los ojos y preguntarnos muy seriamente ¿Por
qué el mundo es así y quiénes son los culpables? Una vez bien identificados, la
segunda pregunta gira imperativamente alrededor: ¿qué debo hacer al respecto?
No basta concientizar y diagnosticar la condición general del mundo, y haber
descubierto a los culpables, cruzarse de brazos y cerrar los ojos no sirve para
nada. ¿De qué sirve “filosofar” teóricamente sobre la miseria humana o sobre la
situación caótica del mundo sin compromiso ni militancia, sea individual o
colectiva? Lógicamente, nada es posible sin compromiso; garantizamos y
sostenemos la continuidad del modelo que animaliza sórdidamente al ser
humano. Recuerden que la visión del mundo está hecha convenientemente a la
medida de la elitocracia y que ésta moldea el mundo según sus propios intereses
y, ciertamente, jamás a los del pueblo. Bien, los ciudadanos tienen varias
opciones; hacer como si nada pasara, es decir como lo hacemos actualmente,
condenados a la postura “avestruziana”, no vemos ni oímos nada. Podemos
seguir idolatrando estúpidamente a nuestros enemigos naturales o podemos, para
empezar, abstenernos de votar para manifestar nuestra inconformidad y nuestra
desconfianza hacia los gobernantes y los sistemas. No solamente el hombre vive
de pan sino también de ilusión. Sin embargo, sabemos perfectamente bien que la
ilusión no llena el estómago, el pan sí, aquel que se nutre de ilusión vive en un
mundo totalmente diferente al que se nutre de pan, casualmente los ricos se
nutren de pan; los pobres de ilusión. Mientras que las sociedades conformes y
pasivas continúen comiendo ilusiones, los ricos seguirán placidamente
consumiendo pan y el clero, feliz, seguirá bendiciéndolos por los siglos de los
siglos.
Los kosmocistas somos realistas, más que idealistas, somos pragmáticos, más
que utópicos, la “filosofía” kosmocista no es nihilista, ni ácrata (creemos en las
instituciones, pero sólo en las que liberan, creemos en la libertad, la que libera,
creemos en la democracia, la de la ciudadanía). El kosmocista dista mucho de ser
idealista, o utópico. Declarase enemigo del elitista hegemonismo ideológico y
económico de la derecha o de la izquierda, es rechazar la castrante dominación
teísta, es evidenciar la chauvinistica tecnocracia supranacional, es denunciar el
consumismo bulímico y salvaje, es rechazar la absurda nigromancia. Evidenciar
la corrupción institucional, condenar el modelo neo-liberal del imperialismo-
capitalista-internacional, criticar a las cabezas sindicales que venden a los
patrones la “paz laboral” es ser realista.
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Un pueblo sin Estado es un pueblo libre; el Estado (al servicio del poder), tal
como lo conocemos, usa la coerción y la fuerza como medio de dominio, frena y
controla a los ciudadanos con el objetivo de limitar su libertad y de reglamentar
sus actividades; usa el terror para controlar a la sociedad. Este Estado-capitalista
(defensor de la autonomía del poder económico y garante de la dominación), es
producto de la mundialización del capital y de la supremacía de las
multinacionales, debe ser substituido por un nuevo modelo de Estado, un Estado-
administrativo, más que ejecutivo, donde el parlamentarismo y los centralismos
institucionales no tienen cabida. La sociedad debe neutralizar a los halcones, a
los dictadores en potencia, y al despotismo “caciquil-sherifiano,”
La libertad-que-libera:
El camino hacia la libertad-que-libera es arduo, difícil y requiere de muchos
sacrificios, está sembrado de desafíos, de dificultades y de muchos peligros.
Requiere de madurez emocional, ciertas aptitudes intelectuales y de un sano
equilibrio psicológico. Es un paso de lo ilusorio a la realidad, del egoísmo a la
generosidad, del narcisismo a la empatía, de la maleficencia a la beneficencia, de
la ceguera terrestre a la visión kosmica, del integrismo religioso al neo-
universalismo laico, de la oligarquía a la democracia, de la parálisis al vigor, del
conformismo a la disidencia, de la rivalidad a la cooperación, de la dominación a
la autonomía, de las deidades al hombre, de los tiempos míticos a los tiempos
históricos, de la ignorancia a la sabiduría, de la inconciencia a la conciencia y
hablando en términos cosmológicos, del caos al kosmos.
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desesperación que todavía no está muy evidente para la gran mayoría de los
miembros de la actual sociedad moderna confundida y cegada por el
consumismo salvaje e intoxicante. ¿Cómo contraatacar este imperio?, con la
libertad-que-libera, libertad creadora por excelencia, la que confiere plena
autonomía intelectual a todos los individuos sinceros y coherentes con ellos
mismos, capaces de encarar un kosmos de libertad desde perspectivas y ángulos
radicalmente nuevos. Cada uno de nosotros debemos perfectamente
concientizarnos de que el ser humano está acercándose peligrosamente al borde
del precipicio, y que poco le falta para caer en él. Debemos comprender de una
vez por todas, que con los modelos actuales que gerencian nuestras vidas no hay
escapatorias ni salvación. Creo que la aventura humana despojada del instinto de
lo esencial y que chapucea inocente y alegremente en la fuente de los ideales-
espejismos (religiosos o de otra clase), está llegando a su fin; debido
principalmente al colosal cúmulo de naderías, futilidades, engaños,
charlatanismo que prevalecen en nuestras sociedades. Que la agonizante
humanidad está llamada a desaparecer, es más que probable; inmersa en lo
ficticio, sustituyendo constantemente una ilusión por otra que consigue que las
mentiras se transformen en “verdades” universales, que no son más que falsas
“verdades,” que llevan inexorablemente a la nada.
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Una vez más, hay que destruir los ídolos y quemar los dioses de madera, de piedra y
de ilusión, hechos por los hombres. Una nueva página de la historia de la humanidad
está por escribirse, depende de la voluntad de cada uno de nosotros para escribir en ella
un nuevo capítulo donde el realismo prevalezca sobre la fantasía mágica. El mundo del
mañana es el mundo de la verdadera libertad, (libertad-total). El mundo de hoy es el de
las calamidades, del oscurantismo, la corrupción y el engaño. Es el mundo de los teístas
y de los parásitos que viven a expensa de los demás, de los que tienen miedo a la
realidad, de los que no quieren abrir los ojos, de los necrófilos y de los avorazados. De
los iluminados, de los enfermos mentales que oyen voces que les ordenan invadir Irak,
Afganistán, etc.
Quiero aclarar ante ustedes que no me considero un espadachín quijotesco que lucha
contra inexistentes fantasmas, duendes y gnomos. Me complace informarles que no
vivo en el reino de Narnia fundado por el sabio león parlante, Aslan (C.S. Lewis). No
pretendo proporcionarles armas y municiones para destruir el modelo dominante y sus
instituciones. Tendrán que ingeniar sus propios métodos y medios para conquistar su
libertad. Mi principio es el del no sometimiento ante los poderosos ni traicionar a los
débiles, pero como mi compromiso es con la libertad, quiero sugerirles algunas
alternativas para que los desfavorecidos conquisten su autonomía y logren su liberación.
No soy creyente o político, porque no soy adherente a ninguna ideología o teología, soy
amante de la libertad. Soy anti-teísta porque nada está en su lugar y porque el teísmo es
una basura. No voto porque soy un abstencionista convencido que ningún político es
merecedor de mí voto.
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La “filosofía” kosmocista:
A).-En el ser humano, su yo interno y su actitud ante la vida, los otros, la libertad, la
ecología, el universo, el presente y el futuro.
D).-En el rechazo de la cultura dominante que impone ideas fijas y estándares de vida
patológica, que ofrece sólo horizontes cerrados y establece dictatoriales modelos de
consumos a escala planetaria.
H.-) Denunciar los dictados del sindicalismo bobo cuyo único papel debe limitarse a
defender al trabajador y no mezclarse con asuntos políticos ajenos a la defensa
específica de los trabajadores sindicalizados. Los obreros ya no pueden continuar
creyendo que los sindicatos son para defender sus intereses, los sindicatos de hoy están
del lado de los explotadores, no del de los trabajadores.
Desde el mundo real, conozco muy bien a mis verdaderos enemigos y a los
depredadores del planeta Tierra, conozco a los políticos, que con sus interminables e
hipócritas discursos “legitiman” sus devastadoras acciones. (Guerras, golpes de Estado,
invasiones, fraudes electorales, genocidios, etc). Sé que lo políticamente correcto es
incorrecto; sé que las Iglesias pretenden hacerse pasar por castas y santas, pero no son
más que ninfómanas desatadas que hacen empalidecer de envidia a las sexos servidoras
profesionales. Creédme; estos siniestros personajes y las funestas instituciones
vendedoras de sueños y de “esperanzas”, son reales y muy activas. Por medio de un
gigantesco y perverso método (teológico-teísta), casi infalible, envenenan
constantemente y al por mayor nuestras existencias. Juntos, forman un repugnante
revoltijo de injusticias condimentado de odio social y racial. ¡Cuidado! nuestros
enemigos son reales y están dispuestos a dar la batalla y a golpear salvajemente al
menor pretexto. Evitemos inteligentemente la confrontación. No queremos servirles de
pretexto para que se desate la furia de esos bárbaros contra nosotros.
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Como dice el viejo refrán, “sobre aviso no hay engaño”. La propuesta kosmocista
debe comprenderse intelectualmente de un modo diáfano y captarse y codificarse de una
manera clara y eficaz. Leer maquinalmente un texto no es muy serio y generalmente no
deja nada positivo en la mente del lector, lo importante de la lectura de un determinado
texto es la captación del mensaje, es el acontecer, la reacción, el impacto que provoca en
la mente del lector. Si después de leer este trabajo sigue las mismas rutinas y normas en
la conducción de su vida, si piensa y actúa de la misma manera, entonces su mente no
asimiló, ni reaccionó acerca del mensaje contenido en el texto y habría sido mejor
dedicar su tiempo a leer la popular y populista revista “Memin Pingüín”.
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trasladar al futuro el gran basurero mundial generado por los valores de los modelos
actuales instituidos por los poderosos.
Lo siento por los optimistas, pero todo indica que el destino de la humanidad es su
irremediable autodestrucción. Seamos realistas, debemos entender que si siguen los
mismos valores y los mismos modos de vida, si no hay un drástico cambio de rumbo de
las sociedades, entonces lo inevitable ocurrirá. No nos hacemos ilusiones, ni soñamos
en un irrealizable neo-arca de Noé. El presente se acabará y no habrá futuro para nadie.
No soy catastrófico, soy realista; la situación mundial ecológica es francamente
desastrosa (es mi opinión y la de muchos científicos) y, a medida que crece
indiscriminadamente la población mundial, la mancha urbana y la alocada carrera
consumista, crece proporcionalmente la contaminación (ambiental y mental), que
finalmente acabará con la vida humana en el planeta.
Debemos tomar conciencia de que los recursos terrestres no van a continuar para
siempre. El agua, en un futuro próximo, será más cara que el petróleo y mucho más
difícil de conseguir. La contaminación, poco a poco, afectará mortalmente a toda la
humanidad y sus efectos tóxicos se verificarán cuando China, India y Brasil consuman
la misma cantidad de energía que los Estados Unidos, Europa y Japón. No hay por ahora
ningún modelo de desarrollo que apunte hacia un crecimiento saludable y armónico, la
carrera utilitarista entre las naciones está en su apogeo y parece que nada podrá frenarla
hasta que se estrelle contra lo inevitable, a menos que se apliquen correctores desde
ahora.
El terrorismo:
El uso “legal” del terror de las potencias occidentales, no ha sido escatimado con tal
de cumplir sus proyectos colonialistas, expansionistas, políticos y económicos. La
ideología terrorista-islámica va directamente dirigida contra la civilización occidental y
sus “valores”. La guerra “santa” ha empezado y nadie sabe cuando terminará,
probablemente nunca. Los terroristas espontáneos, independientes, si bien simpatizan
ideológicamente con la hidra djihadista, no necesitan de Bin Laden ni el Al-Qaeda para
fabricar poderosos explosivos químicos caseros tipo triacetona-triperoxido (agua
oxigenada-acetona-ácido sulfúrico), cuya fórmula está al alcance de cualquier estudiante
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Les puedo asegurar que si los seis mil millones de seres humanos del planeta amaran
real y sinceramente a lo que llaman ellos dios, el mundo entero viviría en paz y en
completa armonía. Podríamos, con toda tranquilidad, prescindir de policías, militares,
armas nucleares, cámaras de vídeo en el Metro y en las calles, de los radares en las
autopistas y de las bardas entre vecinos y países. Pero, desgraciadamente, la verdad es
otra, pocos son los que aman y muchos los que odian. ¿Cuántos de ustedes tendrían el
valor de aceptar y respetar el mandamiento que ordena amar a “Yo soy el que soy”?
(Deut. 6:5; 10:12; 11:1;) Creo que el disimulado y fingido amor hacia “Yo soy el que
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soy” y el miedo real del infierno, están motivados principalmente por el terror a la
muerte. El odio es más fuerte entre los humanos que el amor y por eso precisamente
vivimos en un mundo basura. El vecino es una basura, el profesor es una basura, el
médico es una basura, el mecánico es una basura, el carpintero, el albañil, el carnicero,
el policía, el abogado, el vendedor de autos, de bienes raíces, de seguros, el banquero, el
juez, todos sin excepción queremos aprovecharnos del otro. Hay poca gente honrada,
porque, según las nuevas normas del mercado, ser honrado es ser estúpido y perdedor.
La moda actual es de aplastar sin piedad a quien sea con tal de entrar en el selecto club
de los “exquisitos ganadores”, la generación bobo, y la de los sedientos ejecutivos es un
demostrativo ejemplo de la mentalidad-basura de nuestra “gloriosa y admirada”, pero
depravada civilización moderna.
“Yo soy el que soy”, es un mito, una fábula, una idealización mágica, una sublimación
humana. “Dios ha muerto” grita Nietzsche como afirmación válida de un hecho
consumado. Creo que nuestro filósofo se equivocó; para morir hay que existir
previamente, y es evidente que para nosotros tal entidad nunca existió, excepto en el
patológico imaginario colectivo. La mente de los primitivos albergaba a muchos dioses
y muchos demonios, ahora un sólo dios y un sólo demonio habita en la mente del
creyente. Hay que admitir que así es mucho más cómodo. Por fortuna, en la mente del
kosmocista no hay ni dioses ni demonios que puedan entorpecer su libre evolución. El
kosmocista opina que el individuo debe armarse de valor y luchar para recuperar su
libertad y autonomía espiritual, que se habían perdido por culpa del teísmo y de su
inventado dios producto de la subjetividad humana.
Todas las religiones y todas las sectas necesitan de una divinidad “sagrada”, o de un
personaje mítico para amontonar a sus adoradores y a sus discípulos a fin de que
mantengan económicamente a las instituciones religiosas o a los líderes de las sectas.
Matemática elemental, no divinidad, no santos, no maestro, igual a cero ingresos, fin del
negocio y de la manipulación. Amén de las conveniencias políticas que benefician a los
Estados, que interesadamente mantienen relaciones muy estrechas con los líderes
religiosos, con el fin que mantengan al rebaño en su corral, quieto y sumiso.
Se requiere de mucha audacia y lucidez mental para mirarse en el espejo sin temor,
tirar los amuletos, reliquias, talismanes, medallas, crucifijos y rosarios; romper las
muletas y caminar con la frente alta y sin miedo hacia la libertad. Escapar del callejón
sin salida del teísmo, que, por boca de sus teólogos, plantea preguntas que ni siquiera
ellos mismos pueden contestar. Preguntas tan estúpidas como: si las mujeres, los indios
o los negros tenían “alma” o si la Tierra era plana o redonda. Actitudes doctrinarias
como: Que no se debe usar el condón cuando uno padece de SIDA, prohibir la píldora
del día-después y otras barbaridades, que deberían dar vergüenza a la cúpula católica al
hacerlas públicas.
Que el clero se limite a dar sus lecciones de falsa moral únicamente a sus abnegados y
ciegos seguidores, las impertinentes y necias declaraciones políticas, a través de los
medios de comunicación, dirigidas al público por el clero deberían ser categóricamente
prohibidas. El clero debe limitarse estrictamente a sus funciones religiosas y solamente
en el ámbito que le corresponde y nada más. Durante dos mil años la geometría teísta ha
permanecido inconmovible, estática como su anquilosado y patético clero. Gracias a
ellos, el mundo está como está hecho un auténtico y tétrico basurero. ¿Podemos
continuar viviendo “cómodamente” en el basurero o bien podemos liberarnos e inspirar
una nueva y diferente vida? la opción está delante de nosotros. ¿O soy demasiado
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Los teístas con todo su dios, su teología y su teonomía, han fracasado, aunque ellos no
se han percatado del hecho. Siguen creyendo que después de la muerte hay esperanza de
vida eterna, reencarnación, resurrección, inmortalidad, eternidad, goce y felicidad.
Siguen soñando ingenuamente en obtener dos o tres metros cuadrados en el paraíso (con
palmeras y ríos, acompañados, naturalmente, por algunas preciosas y ninfómanas
vírgenes), para descansar despreocupadamente y gozar de su nueva vida libre de
preocupaciones para toda la eternidad. “No entrarán en el Reino-de-Dios, los inmorales,
los injustos, los idólatras, los adúlteros, los impuros de corazón, los avaros, los
inmorales, los borrachines, los ladrones, los que eligen el camino de la injusticia y los
que murmuran”. Juan Pablo II. 7-dic-2000. Pese a que en su lista faltaron los zurdos, es
sabido que durante la edad media aquellos calificaban para la hoguera del Santo Oficio.
Es decir, según el Papa, absolutamente ningún creyente del planeta Tierra podrá entrar
en el Tercer-Cielo… Miren directamente a los ojos de un creyente y pregúntele a
quemarropa qué espera después de su muerte, sus respuestas seguramente lo harán
vomitar o bien carcajearse un buen rato.
El universo:
La vida en la Tierra, según los científicos, empezó hace cuatro mil millones de años
bajo la forma elemental de un monto de auto-reproductivas macromoleculares (RNA).
A 25,000 años luz se encuentra el centro de nuestra galaxia. La Vía Láctea es una
galaxia espiral, contiene 100.000 millones de estrellas, entre ellas, el Sol. Tiene 100.000
años luz de extensión, una masa de dos billones de veces la del Sol. Cada 225 millones
de años, el Sistema Solar completa un giro alrededor del centro de la galaxia. Se mueve
a unos 270 Km., por segundo. Periodo de rotación de la galaxia, algo más de 200
millones de años luz. Medite un instante sobre la escala cósmica en comparación con la
duración de nuestra extremadamente corta vida.
¿Qué es el Universo?
Debo decirles que no me interesa el por qué, sino el cómo funciona el universo. No
hay “intelligent-design”, ni finalidades y menos aún, intenciones del Universo para el
humano pero esta claro que el humano, si tiene intenciones y finalidades especificas con
el Universo.
El Universo es todo, sin excepciones. El 90% del Universo es una masa oscura, que no
podemos observar (todavía). Los elementos más abundantes son: Hidrógeno-helio-
oxígeno-carbono-nitrógeno-silicio-magnesio-neón-hierro-azufre. En el Universo hay
centenares de miles de millones de galaxias, cada galaxia está formada por centenares de
miles de millones de estrellas y otros astros. Hay galaxias enormes como Andrómeda
(M31). Está a unos 2,200.000 años luz de nosotros, es el doble de grande que la Vía
Láctea. Las primeras galaxias empezaron a formarse hace 1.000 millones de años
después del Big-Bang (15.000 millones de años) ¡Perdón! Amigo mío ¿qué decías?,
¿que vas ir a misa a pedir a tu dios, que tu hija encuentre un marido rico? He ahí el
drama, el colmo de la imbecilidad humana frente a la inconmensurable, trascendental y
potencial grandeza del Universo.
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Los humanos no sabemos más que lloriquear estúpidamente por asuntillos realmente
mezquinos, triviales y sin valor ni importancia alguna. Frente a nosotros tenemos todo,
absolutamente todo, ilimitada e infinitamente. Pero no; tenemos que mordernos las uñas
porque el vecino acaba de comprarse un coche nuevo. Si señores, tenemos que poner
bombas en el Metro o en los trenes simplemente porque Alá no es lo mismo que Jehová,
porque un islámico y un budista no respiran el mismo aire, porque el sistema digestivo
del cristiano es diferente al del judío. Qué pérdida de tiempo, de energías y de recursos,
qué lástima que los humanos actuemos todavía como grotescos cavernícolas. Pero,
ánimo amigos míos, lo peor está por llegar; lo que ha acaecido en el pasado a la
humanidad no es nada en comparación con lo que se avecina, la civilización venidera
está condenada a un destino aún más fatal y más problemático. ¿Por qué? Bueno, porque
el ideal dominante de la humanidad contemporánea se convirtió, gracias al
imperialismo-capitalista, en el llamado: Ideal-Monetario. El dinero, tirano implacable
del mundo moderno, es definitivamente la medida de todo valor y miel para atrapar y
esclavizar a miles de millones de moscas humanas. He llegado a la conclusión, sin
necesidad de hacer un sesudo estudio, de que el ídolo más entrañable, venerado y amado
de los humanos, sigue siendo el magnifico y glorioso becerro de oro. Si ustedes creen
que la globalización, (Global-Free-Market), eliminará las rivalidades entre naciones,
que no habrá guerras, injusticias, tiranías y pobreza, permítanme decirles que ustedes
continúan creyendo que la tierra es plana.
No soy idólatra, los lugares “sagrados,” sean celtas, galos, aztecas o budistas, no me
interesan. No venero a ningún dios ni a ningún diablo, las procesiones, sean
protestantes o católicas, me tienen sin cuidado y los desfiles militares no me conciernen.
Sé cuando el cielo está oscuro y cuando está despejado, no necesito de ningún brujo, ni
de una bola de cristal o de un embustero guía espiritual para establecer una distinción
entre el mundo real y el mundo mágico. El árbol ante mi ventana me basta para
recordarme que vivo en el mundo real donde no hay la más remota posibilidad de un
dios. Creo en las coincidencias, no en los milagros, creo en mí, no en los ídolos. Creo en
un nuevo génesis libre de espejismos y fetichismos.
En toda mi vida he votado sólo una vez, y estoy arrepentido. Mi gallo favorito era un
triste payaso. De veras se veía infeliz con su larga cara que parecía una máscara de
madera recubierta de una piel de mapache curtido y muy arrugado. Serio y siempre
afligido, nunca se reía, ni siquiera de sus propios chistes. En plena campaña electoral, de
repente, se quedó mudo, sólo hacía horripilantes muecas sin decir ni una sola palabra, su
actitud era demasiado pantomimica para mi gusto. Perdió las elecciones a pesar de que
regalaba delantales, tortas, cachuchas, píldoras del día siguiente, condones,
bronceadores y lentes oscuros para el sol. Otro hazmerreír, un caballerango chaparro de
alta alcurnia con derecho de sangre, a mí parecer tenía un extraño e insólito parecido con
el pequeño elefante volador Dumbo, pero probablemente son mis nervios, porque no
pudo haber sido un ataque de delírium trémens, puesto que soy abstemio, en fin. Más
parlanchín, aguerrido, astuto, alegre y extravagante que mi favorito candidato, ganó de
mala ley la elección. Como comprenderán, desde esta dolorosa y bochornosa derrota
juré que nunca jamás volvería a votar por gente chistosa, aunque esté bien pintarrajeada,
con trajes muy coloreados, con una narizota roja en el centro de la cara y con una chusca
peluca verde al estilo Brozo. Todos sabemos que los políticos son unos magníficos y
auténticos bufones, pero sin talento ni aptitud. Por lo mismo, me abstengo de votar y les
encomiendo fraternalmente a todos ustedes hacer lo mismo, a menos que les gusten las
payasadas de todo tipo. Entonces comprenderé por qué se precipitan jubilosamente y sin
pensar a depositar cándidamente sus votos en las urnas, fecundas progenitoras de
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Creo en la libertad:
Creo en la libertad por encima de todas las cosas. Sé también el daño que causó y que
causa el teísmo y sé quiénes son los responsables. Sé que no todos los caminos llevan a
Roma o a la Meca. Sé que la Ley de Yahvé es la ley de los hombres. Tengo demasiado
respeto por la libertad como para ajustarla a la imagen de un ideal religioso, político o
económico Lo mío es la realidad del mundo despojada de las extravagantes
alucinaciones e inmundas políticas eclesiásticas, y ¡créanme! mi intención no es
colocarme en el lugar del crucificado, porque eso de inmolarse por amor o por los
“pecados” de los demás me es inadmisible. Que cada quien cargue su propia cruz, que
se responsabilice de sus actos y que asuma con valor las consecuencias de los mismos.
Yo combato y critico a los insensatos arquitectos maquiavélicos, responsables de la
edificación de este mundo basura en donde la mayoría de los seres humanos padecen
infortunio y graves penalidades. La tarea que tenemos delante de nosotros es colosal, se
trata nada menos que de liberar al individuo de sus más férreos enemigos: la Religión, la
Economía y la Política.
Fe-creencia-creer:
Lat. Fides-fidelis-fidelitas-credere. Dar por cierta una cosa que no está comprobada o
demostrada, creencia en una cosa no basada en evidencia. Según los teístas, la fe es una
“virtud sobrenatural”, un don del imaginario dios-teísta… ¿Qué respeto nos merece la fe
y las creencias teístas? ninguno. Las creencias que perjudican la integridad intelectual y
que mandan inocentes a la hoguera, no merecen nuestra atención, sino nuestra más
severa crítica y censura. La fe teísta exige la sumisión total del creyente a las exigencias
de su dios (del clero). No hay concesiones ni tolerancias, la autoridad del dios-teísta es
absoluta (el poder eclesiástico). La fe y la creencia teísta son la certeza absoluta de cosas
no evidentes (argumentum non apprentium), representan un grave problema desde el
punto de vista de la libre expresión de la inteligencia humana en relación con el mundo
real. Las creencias teístas son castradoras del intelecto y esterilizadoras de los gérmenes
de los impulsos creativos del ser humano. Muchos de nosotros hemos constatado en más
de mil y una ocasión que la gran tragedia del ser humano es la creencia, el credulísimo,
el creyentismo y el fideísmo. Las creencias desgracian a la gente porque nulifican su
libertad. Los nazis creían que echando a los judíos en los hornos crematorios o en las
cámaras de gas hacían un bien, los skin-head siguen creyendo de la misma manera. Los
inquisidores también creían que echar en la hoguera a los inocentes era un acto de
caridad. Pol Pot creía que el asesinato de tres millones de camboyanos era un acto de
justicia. La creencia es peligrosa y ha provocado y provoca todavía muchas calamidades
e injusticias en el mundo. La diferencia entre el no-creyente y los creyentes consiste en
que los no creyentes han comprendido que la libertad es la solución más viable para
romper las cadenas impuestas por las creencias-religiosas, y que los creyentes no han
evidenciado todavía nada y dudo mucho que lo logren.
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El creyente-militante:
El creyente anda por la vida preso de sus creencias y de los prejuicios que se han
desarrollado en su mente sin el consentimiento de su razón. “Yo seré vuestro dios y
vosotros seréis mi pueblo, tengan fe, porque si no tienen fe, no puedo ser su dios, ni
ustedes mi pueblo.” La “existencia” de dicho dios depende de la fe de los creyentes. La
primera puerta de la fe es la creencia, la segunda, es la fascinación y la inclinación hacia
lo mágico, la tercera es la ignorancia y la cuarta es el miedo. La “existencia” del dios-
bíblico sólo está en la mente del creyente por medio de sus creencias y según la
densidad de sus miedos hacia la muerte y su destino final. El papel fundamental del
clero y de los teólogos consiste en mantener viva la fábula teísta con el único propósito
de que los creyentes continúen manteniendo económicamente a todos aquellos que
viven de la Religión (fábrica de conformistas). En síntesis, la Religión es un muy
lucrativo negocio, así como una excelente y experta momificadora, creedlo o no...
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En las ciudades, las actividades humanas han aumentado hasta el punto de que sus
habitantes viven bajo una nube constante de monóxido de carbono, de gases, de tóxicos,
de insalubres partículas y polvos dañinos de desecho. La responsabilidad de la
contaminación del planeta evidentemente recae en los gobiernos, pero en general, en
cuanto a ecología se trata, ellos demuestran ser bastante evasivos y muy pasivos, puesto
que anteponen los intereses económicos a los de la salud pública. Creo que corresponde
a la sociedad civil organizada obligar a los gobiernos a tomar decisiones adecuadas y
eficaces para neutralizar y eliminar la contaminación. Los electores deben tomar
conciencia de que los gobiernos son los fieles defensores de la clase dominante, de las
grandes transnacionales y de los grandes capitales, la sociedad civil pasa a un segundo
plano.
El Homo Economicus:
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La ideología neo-liberal nació entre las décadas de los 60’s y 70’s, fue puesta en
marcha a partir de los 80’s, triunfó en los 90’s y continúa imponiéndose en el presente,
se concentra en los centros de poder capitalistas norteamericanos y sirve principalmente
a la expansión de los intereses estratégicos y financieros de la élite de los USA.
La sociedad no debe existir sólo para mantener y satisfacer las necesidades de la clase
dominante (los ricos nacionales e internacionales), sino para proporcionar un mínimo de
bienestar (económico-social-cultural), a cada uno de los individuos que la compone.
Creer lo contrario es un error que probablemente conducirá tarde o temprano
directamente a la confrontación y a las guerras civiles.
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Desgraciadamente, los gobiernos están más dispuestos a someterse a las “leyes” del
comercio transnacional, que al Derecho de las Relaciones Internacionales. El “derecho-
liberalista”, (la ley del más rico), que defiende a ultranza la primacía del libre comercio
(utilitarismo), no debería, según la óptica kosmocista, prevalecer sobre los derechos
fundamentales de los ciudadanos, pero observamos que el bienestar y los derechos de la
sociedad pasan primero por los filtros y las codificaciones del Estado, que defiende más
a los intereses de la clase dominante que a los de la ciudadanía, que está sujeta a las
exigencias políticas, económicas y sociales, impuestas por el sector dominante. Hoy en
día esta exigencia se llama: neo-liberalismo o globalización del capitalismo (Coca-cola-
ismo o Mac-donal-ismo), etc. Creo que exigir responsabilidad social-humanitaria al
Estado y a las transnacionales, no es una intempestiva y visceral compulsión política,
sino una justificada necesidad, un legítimo y racional reclamo estimulado por el
humanismo-solidario que habita todavía en nuestra conciencia.
Como siempre, son los dirigentes de los países mal llamados “pobres”, porque sólo un
porcentaje de la población es verdadera y auténticamente pobre, los que más recurren a
los préstamos del extranjero, sabiendo que los préstamos están condicionados a la
aplicación de las políticas establecidas por el Fondo Monetario Internacional, controlado
a su vez por los Estados Unidos. ¡Creédme!, las élites de los países “pobres” viven
mejor y con mayores lujos que las de los países ricos. El tercer lugar de los ex-
presidentes más pagados en el mundo, lo ocupa precisamente un país “pobre”. Si
equiparamos los salarios de los diputados y senadores de los países pobres con los de los
países ricos notarán que son equivalentes, con la excepción de las prebendas, bonos,
gratificaciones, obsequios, aguinaldos, partidas, sobornos, comisiones y pensiones
extraordinarias, que reciben, sin ningún remordimiento, los “pobres” y codiciosos
diputados y senadores, muchos de ellos sin carrera, sin experiencia política, ni títulos
académicos y en la mayoría de los casos, improvisados e ignaros. Son ellos los que
viven abusando de la pobreza del pueblo; no hay países pobres, sólo hay “pobres”
gobernantes (muy nacionalistas, bien trajeados y perfumados, eso sí), que viven como
ricos a expensas de los pobres (y por supuesto, de los convenientes y bienvenidos
préstamos del extranjero). Estos vivales no se tientan el corazón, opinan que sean los
pobres quienes paguen la deuda externa y carguen sin remilgar todo el peso de la
injusticia que la elitocracia nacional les impone.
“Nosotros los legisladores, tenemos la sagrada misión de hacer felices a los ricos,
manteniendo al pueblo en el infortunio y en la pobreza; nos encargamos de la riqueza
interna, custodiándola recelosamente para que no vaya malgastándose en vulgares y
triviales asuntos sociales que reclama el pueblo, después de todo somos fieles,
obedientes e incondicionales servidores del FMI, que, por extrañas razones, declaró
solemnemente la guerra a la pobreza. Nosotros (legisladores y políticos), de los pobres
países, hemos descubierto el hilo negro para ganarle la partida; la única e insuperable
solución que hemos encontrado es la de enriquecernos (robar), lo más posible, por
medio de sofisticados e intrigantes chanchullos cuando ocupamos puestos directivos en
los múltiples órganos estatales, sea a la brava o fraudulentamente, antes de que se acabe
la fuente de la riqueza, mal llamada pobreza”. ¿Por qué cree usted que estos vivales
ambicionan vehementemente un puesto de ejecutivo en el gobierno? Y no vayan a creer
que estos señores se dan por servidos con las migajas y con los sobrantes del banquete,
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nada de eso, ellos se sirven como altaneros y arrogantes señores con la cuchara grande
(esto es para mí y lo que queda también, porque me lo merezco; lo demás me vale.) La
corrupción y el instinto de rapiña tienen un lugar especial en la mente y en el corazón
deshonesto de los servidores públicos. Es muy arriesgado y peligroso confiar en ellos,
más vale mantenerlos a una sana distancia de nosotros. La corrupción, que es lacra
general en todos los países, excepto, quizás, en Finlandia, es como la delincuencia;
ambas son generados por el mismo sistema y no hay que ser adivino para saber que si no
se cambia a fondo el sistema, seguirá obviamente creciendo la corrupción, la
delincuencia, las transgresiones a las leyes y la impunidad.
Algunos funcionarios, preocupados por la injusticia social, van a Las Vegas a gastar el
dinero del pueblo en las casas de juegos que pertenecen a la mafia norteamericana.
Otros, menos ambiciosos, pero más libidinosos y romanticones, lo gastan con algunas
elegantes, selectas y eróticas damas de noche, (rubias, altas, blancas de ojos azules y de
muy voluptuosas formas). Algunos, más soñadores y con dones poéticos, mandan
construir palacetes o algún pequeño Partenón y otros que dilapidan su dinero…
francamente... pensándolo bien, no me atrevo a decírselo, pero presumo que algunos de
ustedes lo adivinaron (Por fortuna, siempre hay lectores atentos que saben leer entre
líneas).
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Opinamos que se debe democratizar la economía y que sus frutos deben repartirse de
una manera justa y solidaria, deben materializarse en modernas escuelas y
universidades, en hospitales y clínicas con tecnología de punta y con un personal
altamente calificado y especializado, en ciudades y pueblos limpios, ordenados y
seguros, en la preservación y el mejoramiento de los bosques y de los parques
nacionales, en unos programas televisivos y radiofónicos real y verdaderamente
educativos para elevar el nivel cultural de la población, y para no cansarlos más
agregaré sólo un largo, pero muy largo etcétera, porque tengo la impresión de que la
lista sería seguramente interminable y probablemente a los ojos de los capitalistas
reaccionarios, demasiado utópica y hasta ridícula.
Somos unos seres lanzados al mundo sin haberlo pedido y nuestro único destino es la
muerte porque somos sólo momentos fugaces de una realidad absoluta; conciencias que
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realidad son harinas del mismo costal. El uno está hecho por el otro. Si bien es cierto
que la globalización beneficia económicamente a los globalistas y a los dueños de
capitales, también beneficia jugosamente al clero, pero lo cierto es que lesiona
principalmente a las mayorías.
Constaté que los tres dioses de las Escrituras, son unos ídolos con pies de barro y que
su “omnipotencia” no es más poderosa que la de un común y corriente terrorista que
coloca bombas en el metro de Londres. ¿Quién podrá contradecirme? los ilusos, los
crédulos, los beatos, los iluminados, los teístas grandilocuentes, cuando son ellos
mismos la muestra, la prueba viviente y fehaciente de la decadencia y del fracaso de la
civilización occidental. Tendrá aquélla que esforzarse muchísimo para no ser sepultada
en el cementerio de las civilizaciones muertas, pero debemos admitir que su final es
indispensable para dar a luz a un mundo nuevo que no tolerará la formación de una
nueva y déspota clase mandataria, un egoísta monopolismo económico y menos aún de
una nefanda y déspota teocracia. Está por empezar una nueva etapa histórica, todo
depende de nosotros, el futuro está frente a nosotros, demos el paso adelante con
audacia y sin miedo sigamos la ruta que nos hará llegar a la meta.
La dinámica de los capitalistas relega el imperativo del interés colectivo para dar
prioridad a la acumulación de riquezas y de poderes para ellos mismos. Queda claro que
la posesión desmesurada de bienes es un premio que se convierte en el acicate más
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ingrato de todos, trastorna y enloquece la mente. ¿Qué induce al pueblo a trabajar? Creo
que la principal motivación radica en la necesidad imprescindible de comer, después
vienen las otras necesidades menos apremiantes y quizás más triviales. Ahora bien, ¿qué
induce a la elitocracia a explotar al pueblo? ¿Por qué el ideal de la clase dominante es
acumular riquezas incansablemente y hasta el fin de los tiempos? ¿En dónde queda la
libertad en todo eso? ¿En dónde está la armonía, la justicia social, el equilibrio
económico y la libertad espiritual?
En una sociedad de explotación, de crímenes, de prostitución, de pornografía, de trafico
y explotación sexual infantil, de robos, de fraudes, de drogadicciones, de alcoholismo,
de atropellos, de graves anomalías burocráticas, de centenares de miles de homicidios,
de masacres, de espantosos actos de corrupción, de torturas, de violencia al por mayor,
de secuestros, de terrorismos, de mentiras tras mentiras, de peligrosas contaminaciones,
de desigualdad de género ¿Dónde encuentra la felicidad el ser humano?
Por favor, que alguien me diga ¿dónde está la felicidad? Hace años que busco un ser
humano feliz, ¿será que mi linterna no da de sí? Sin embargo, conozco algunos
miserables y roñosos que se dicen felices, ¿por qué son felices? porque van a misa cada
mañana, se flagelan y oran por nuestros “pecados”. Caminan en un mar de sangre y no
se manchan, viven en el infierno y no se queman, llueve y no se mojan. Para ellos todo
es color de rosa, viven cándidamente en el mundo fantástico y protector de los cielos y
lo que pasa aquí en la Tierra no les atañe (Todo está escrito). Pero eso sí, se persignan
siempre con un diente de ajo en la mano, checan antes de la oración matinal su
horóscopo y acuden a las urnas para votar; son los que, impasibles y serenos, prendían
inocentemente, por amor a Jehová, las hogueras para “purificar” a los malvados herejes.
También en el nombre de Alá colocan bombas para castigar a los obscenos infieles.
Diferentes épocas, diferentes métodos, pero el fanatismo, disfrazado de misticismo a
olor de vudú sigue igual o peor y la esquizofrenia parece ganar más y más espacio en la
mente trastornada de estos míseros e infelices iluminados.
La sociedad es lo que somos. ¿Se ha preguntado por qué las cárceles están
atiborradas? ¿Sabe usted que sus inquilinos son fervientes creyentes y creen a pie
juntillas en los santos, en los dioses de la Escrituras, en el Cielo y en el Infierno? Es
obvio que las religiones y sus instituciones han fracasado en su misión. Han fracasado
porque son parte integral de la gran maquinaria que fomenta sistemáticamente el caos en
el mundo entero. El clero no quiere liberar al ser humano, sabe muy bien que su
perdición, su caída, su muerte está precisamente en la liberación espiritual de los
individuos. La Institución Religiosa nunca jamás liberará al hombre, es el individuo
quien debe recobrar por sus propios esfuerzos su libertad espiritual.
Los creyentes deben de saber que creer en los dioses de las Escrituras, no es
suficiente para que la sociedad pueda madurar, vivir en paz y crecer solidariamente, El
creyente es un impotente, su impotencia radica en que no puede aplicar o transponer
concretamente sus creencias en hechos reales en su vida cotidiana. Esta impotencia es la
fuente de las anomalías y de los graves acontecimientos que perjudican y afectan a
todos, creyentes y no creyentes (No matarás, no robarás…) etc.
¿Se ha preguntado usted por qué 2.000 mil millones de seres humanos del planeta son
extremadamente pobres y por qué 4.000 mil millones son pobres? Es obvio que los
modelos económicos han fracasado en la administración y gerencia de los recursos y de
la riqueza mundial. ¿Por qué seguir con esos modelos cuando han comprobado mil y
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una vez su incapacidad para mejorar las condiciones desesperantes que sufre la mayoría
de los seres humanos? Con la mentalidad de esos guerreros necios de las finanzas, las
únicas posibilidades, son el caos y el naufragio. El economista-utilitarista-globalista está
en constante oposición contra la exigencia de las realidades sociales de la sociedad, se
erige como el supremo defensor de los ideales del modelo neo-liberal, creyente
dogmático de los valores y del poder de las clases privilegiadas, no comparte la idea de
un equilibrio económico y social que beneficie a toda la sociedad y no exclusivamente a
los privilegiados. Se creen de la élite y por tanto luchan a brazo partido para defender a
la elitocracia.
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El corazón del kosmocismo es la libertad, pero no cualquier libertad. Sabemos que hay
muchas y sofisticadas definiciones que se le otorgan a la palabra “libertad”; nosotros nos
referimos explícitamente a la libertad que libera al individuo de las cadenas religiosas,
políticas y económicas, gerenciadas por la elitocracia internacional.
El teismo con un hierro al rojo marcó en lo más profundo de la conciencia humana sus
leyes. El mundo se ha vuelto una jauría de lobos debido a los dictámenes prostituidos de
las grandes religiones monoteístas. Esta cruenta masacre entre humanos cesará cuando
los líderes religiosos tengan el valor de confesar que todas las religiones fueron
fundadas sobre una siniestra y desastrosa fábula y, por último, cuando el ser humano se
libere de los mitos y de sus creencias fantasiosas.
No seamos ignorantes, es obvio que los mercaderes religiosos nunca van a tolerar ni
permitir que se sepa la verdad sobre el teje y maneje de la institución que los mantiene
económicamente. Pero no hace falta, nosotros, con la ayuda de la luz natural de la razón,
sabemos que las religiones son unas herramientas muy eficaces de manipulación. Sus
condicionantes y argumentos básicos son: El credo; la creencia es indispensable para
aceptar los demás argumentos, la creación, el alma, el paraíso, el infierno, la
resurrección, la vida eterna, la confesión, el perdón, excomunión, exorcismo, el “Rituale
Romanum”, el diezmo, etc. Exige del catecúmeno aceptación incondicional y ciega de
las Escrituras como revelación del Espíritu Santo (dios-bíblico) y demanda su fidelidad
hasta la parusía.
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¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Cuál es mi nivel mental, emocional, mi nivel de desarrollo
psicológico, mi inteligencia abstracta, práctica, la incidencia de mi carga hereditaria, mi
historia familiar, personal y mi medio sociocultural? ¿Cuáles fueron las circunstancias
de mi concepción, del embarazo de mi madre, del periodo de gestación, del parto, de los
cuidados de la primera y segunda infancia? ¿Cuál es mi historial, y el de mis padres y de
mi familia? ¿Cuáles son mis raíces? ¿Seré extrovertido, introvertido, me dejo guiar por
los pensamientos, los sentimientos, las sensaciones o bien por intuición? ¿Soy cerebral o
emocional? ¿Cuál es mi cociente intelectual? ¿Soy colérico, impulsivo, agresivo,
amorfo, apático, bilioso, caracterial, emotivo, egoísta, activo, apasionado, obsesivo,
compulsivo, pasivo, inconformista, conformista, depresivo, eficiente, racional, analítico,
metódico, reflexivo? ¿Cuál es el estado de mi constitución congénita, morfológica y
psicofisiológica? ¿Tomo los hechos imaginarios por reales? ¿Cuáles son las cargas
genéticas de mis abuelos, de mis padres, qué enfermedades hereditarias padecían?
¿Cuáles son mis padecimientos? ¿Social y económicamente cómo me desempeño? ¿Qué
posición ocupo en la categoría de las profesiones u oficios? ¿He sido obligado a
ganarme la vida en empleos estúpidos, inhumanos y además innecesarios? ¿He cursado
estudios superiores, segundarios, elementales o ninguno? ¿Cuántos idiomas leo, escribo
y hablo? ¿Tendré alguna adicción; seré alcohólico, toxicómano, jugador o comedor
compulsivo? ¿Seré pederasta, homosexual, bisexual, impotente, voyeur, exhibicionista o
perverso sexual? ¿Cuáles son mis talentos artísticos, qué clase de música me agrada,
me gusta la poesía, la literatura, la historia, la ciencia, la escultura, la filosofía, la
pintura, el teatro, el ballet, la ópera? ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Y tú quién eres? ¿Y qué
haces para ti y para los demás, estás satisfecho con tu vida? ¿Cuál es tu posición y
participación en la sociedad? ¿Qué barrera has construido contra la ignorancia, la
crueldad, la brutalidad, la barbarie, la violencia y la represión, contra el monopolismo y
despotismo ideológico de la derecha y el de la izquierda? ¿Contra el despilfarro de los
gobiernos y contra la farsa electoral? ¿Has hecho valer tus derechos a la resistencia, a la
disidencia, a la crítica y a la libertad de expresión? ¿A qué clan perteneces, a los
explotados o a los explotadores?
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¿Ahora qué; qué estamos haciendo, qué debemos hacer, qué haremos, qué hacemos?
Con la exacta visión de nuestras capacidades podemos realmente existir un instante sin
engañarnos y sin destruirnos los unos a los otros. Creo que no hay más que una salida:
Extirpar de nuestra condicionada mente todas las creencias que lesionan nuestra libertad.
No hay que olvidar que somos el producto de catorce siglos de dominación y control
teísta, catorce siglo bajo el control del poder terrenal y espiritual del clero, catorce siglos
de cultura teísta.
Es tiempo de quitarse las máscaras que esconden nuestro verdadero yo. ¿Qué
queremos y qué pretendemos realmente de la vida, cuáles son nuestras metas, nuestras
funciones, nuestro papel en el seno de la sociedad? ¿En qué contribuimos y qué
favorecemos mayormente? Los lamentables y siniestros eventos que suceden en el
mundo de los creyentes indican a los no-teístas que debemos empezar la reconstrucción
de uno mismo sobre bases nuevas, repensar nuestro modo de vivir y reexaminar nuestras
relaciones con los demás, con la naturaleza y con las cosas. Observamos que el teísta es
un fracaso, un vulgar fiasco, un derrotado, una miserable caricatura, se auto aniquila a
fuerza de creer en una divinidad que roe la espiritualidad del ser humano desde hace
milenios...
Nunca se te ha dicho que es imposible tocar una melodía con un violín sin cuerdas o
con un piano sin teclas. Es obvio que sin los elementos necesarios seremos incapaces los
humanos de construir un mundo nuevo (libre de intoxicaciones eclesiales). Sincera y
honestamente, creo que los seres humanos de hoy no estamos preparados ni calificados
todavía para tocar a la puerta del mundo del mañana, un mundo muy diferente al de hoy.
Para ello se necesita de seres libres, creativos, inventivos, ingeniosos y dinámicos,
motivados por unas irresistibles ganas de conquistar el futuro, inmune al virus capitalista
y socialista. ¿Cuántos de nosotros, anhelamos recobrar la libertad interior, cuántos de
nosotros estamos dispuestos a renunciar al mistificador mundo surrealista y utilitarista
de hoy?
Ahora bien, según mi realidad ¿cuáles son mis capacidades y limitaciones? Y según
ellas a qué puedo pretender. Esa es la cuestión que cada ser humano debe preguntarse
antes de dejar volar su inquieta y calenturienta imaginación. Las enfermedades
delirantes fantasmagóricas tienen por costumbre ocupar un lugar privilegiado en la
mente humana, los Napoleón, los Hitler, los Mussolini, los Franco, los Pinochet, los
Videla, los Somoza, etc. etc. son un triste ejemplo de la peligrosidad de aquellos
trastornos mentales que provoca la delirante imaginación y desencadenan una voluntad
de poder depravada y extremadamente peligrosa.
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las primeras piedras e iniciar la construcción del nuevo mundo? ¿O somos también
nosotros mismos víctimas de nuestra delirante y exaltada imaginación? Entonces, si es
así, nada se logrará, todas las empresas serán nulas y seguiremos viviendo o fingiendo
vivir en este infame mundo-cárcel, donde el bienestar social y económico se comparte
sólo entre unos cuantos ¿Seremos como los creyentes, impotentes y pasivos frente al
antagonismo y a las problemáticas relaciones entre los humanos? ¿Asistiremos apáticos
e indiferentes al espantoso naufragio de la sociedad, sin hacer el menor esfuerzo para
arrojarle unos cuantos salvavidas?
Las sociedades se merecen otra vía, no la vía política, sino un vía verdaderamente
democrática que preconice la liberación, la civilidad, la justicia y la gratuidad, no la que
favorece los monopolismos ideológicos, religiosos y económicos, sino una nueva vía
articulada a partir del potencial, del talento y de la sensibilidad del individuo liberado,
cuyas preocupaciones no apuntan hacia el utilitarismo ni hacia la mercantilización
fetichista del mundo, sino hacia su liberación y hacia la armonización de las exigencias
individuales con las colectivas.
Ya no podemos confiar en las ideologías y menos aún en los líderes de nuestras
sociedades, basta de ser manipulados y engañados; debemos ir al encuentro de nuevas
posibilidades y tener una visión objetiva de las finalidades humanas. Se trata de eliminar
las impregnaciones religiosas incrustadas dentro de los sectores de la vida pública y
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privada. Sabemos que los creyentes prefieren lanzar estoicamente al basurero mítico su
existencia, pero, por fortuna, los no-teístas optan por arrojar su conciencia a la libertad y
opinamos que si el creyente no logra escapar de la nigromancia religiosa nunca logrará
verse en el espejo totalmente humano y siempre arrastrará consigo las tradiciones del
pasado moldeadas por el teismo acarreador del caos.
El individuo y el Estado:
Si el individuo como sujeto pasivo o activo valora más los valores materiales que la
libertad misma, entonces difícilmente podrá concientizar que él mismo es su propio e
implacable verdugo. El individuo sin libertad es incompleto, sin embargo continúa
siendo miembro de la especie Homo Sapiens y su vida social no está exenta de
experimentar eventos exteriores determinados, provocados por la voluntad y el poder de
otros individuos. El individuo sin libertad generalmente termina, voluntariamente o no,
incorporándose o simpatizando con las ideologías y teologías totalitarias. El paso del
individuo-esclavo al individuo-libre no se ha dado todavía, sin embargo esa transición es
inevitable.
Es preciso inventar una nueva estrategia, lejos de los sistemas arcaicos y de las
pociones mágicas, capaz de refutar y de rechazar racionalmente la voluntad de poder,
pero en la total realidad de una pulsión genuina hacia una democracia racional y
razonada. Proponer una acción no conceptualizada a partir no del neolítico bíblico ni del
imperialismo teológico, o a partir de los postulados de la funesta trinidad: Economía-
ideología-teología sino a partir de una teoría universal de liberación, insubordinada a
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Sobre la libertad:
Sobre el neoliberalismo:
Antes de seguir debo decirles que no creo en la política de los alter socialistas ni de los
altermundialistas que se declaran anti-liberales y “enemigos” del capitalismo. Creo que
es una broma de mal gusto o un chiste cruel. Combatir con las mismas herramientas al
capitalismo, es un gravísimo error y una pérdida de tiempo y energías. Se trata de
romper las reglas del juego impuesto por la clase dominante, se trata de remontar a los
orígenes del motor generador del neo-liberalismo, lanzar piedras o golpear a los policías
antimotines, pintarrajear las fachadas de los bancos o incendiar coches, no son medios
que eliminarán los antagonismos y la verdadera realidad social y económica que existe
entre pobres y ricos. Creo que estos grupúsculos, presos de su dogmatismo y de su
ceguera ideológica, carecen de inventiva y de capacidad analítica. Las nuevas
perspectivas se encuentran, en la metamorfosis, en la liberación del individuo para
escapar de los totalitarismos y de las erróneas creencias colectivas. Existe un grave
peligro cuando la convicción se convierte en religión. El maniqueísmo derecha-
izquierda debe ser superado, el mundo de hoy debe liberarse de los valores del ayer.
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Los retos que tocan ahora a nuestra puerta son los de salir de este círculo infernal e
inventar nuevas finalidades que garanticen nuestra sobrevivencia. Quizás la salida radica
en un metódico y escrupuloso análisis de todos los valores del mundo occidental liberal.
Lo cierto es que todos nosotros hemos sido las víctimas de una infame y milenaria
impostura que hasta el día de hoy nos persigue. ¿Hasta cuándo podremos librarnos de
ella? Es difícil de contestar, depende de nuestra voluntad de libertad, de nuestro grado de
conciencia, de sensibilidad humanística y de los conocimientos que vamos recolectando
a lo largo de la vida. Pero el reto radica en la pregunta: ¿Qué vamos a sembrar hoy para
cosechar mañana?
Poca gente hoy concientiza que los mecanismos ideológicos, sean de la derecha o de la
izquierda, han desencadenado una crisis mundial que continuamente aumenta a medida
que crece la ambición y el afán de poder de las élites. Pocos captan que el neo-
liberalismo es tan negativo como el neo-izquierdismo. Sin bandera ideológica; nuestra
lucha no es política y no está enfocada en razón del poder, sino en razón de la libertad.
El kosmocista no cree en los determinismos derechistas o izquierdistas, es
liberacionario, no es portador de distintivos de carácter político. Su “política”,
apartidista, es la libertad. Repudiamos a todos los minis-movimientos pseudo-
izquierdistas (racistas, discriminatorios y comunitaristas, atrincherados en sus
aislacionistas ideologías caseras), que han escogido la lucha política para llenar sus
expectativas y mal disimuladas ambiciones políticas. Nuestra lucha no es ideológica ni
sectaria, no queremos dominar ni dictar una línea política unilateral a nadie, porque
valoramos más la libertad que la política, que ha sido el instrumento tradicional de los
ambiciosos y explotadores.
Hemos observado que la función de la política radica en la obtención del poder y que
su ejercicio conlleva la corrupción y ésta a la crisis mundial actual, que va a acentuarse a
medida que se enfatiza la lucha política (carrera del botín). No hay necesidad de ser
político ni hacer política para comprender que para arrinconar el modelo “siempre más”,
basta reducir nuestro consumo y basta abstenerse de votar (como acciones preliminares
ciudadanas). Podemos criticar y denunciar al neo-liberalismo, pero si seguimos pensado
que somos los únicos portadores de la verdad, si seguimos consumiendo y actuando
como lo hemos hecho hasta ahora, entonces lo ridículo se acopla con lo absurdo. Basta
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¿De qué sirve criticar a los dirigentes políticos si seguimos votando? Debemos
comprender que ningún gobierno, ningún sistema, independientemente de su ideología,
estará al lado de la democracia directa del pueblo. Todos esos oportunistas lideretes de
pacotilla quieren ser el capitán del buque y ordenar con un autoritarismo delirante a los
demás lo que se debe hacer y pensar. El número fenomenal de estos micro-movimientos
dogmáticos son una prueba irrefutable de carencia de solidaridad y confianza entre ellos,
no aportan nada a la causa de la libertad o de la democracia participativa y están muy
lejos de formalizar un frente coherente, una convergencia consensual y colectiva que
unifique en una sola todas las legítimas resistencias al supuesto enemigo común, el
neoliberalismo. Es un grave error combatir políticamente al neoliberalismo, se trata de
articular un programa conexo, formal, novedoso, universal y bien estructurado con la
ayuda y el compromiso directo de los miembros de la sociedad civil, (formación de
pequeños comités ciudadanos apolíticos). Un programa capaz de liberar al ser humano
de sus ancestrales y modernas ataduras, que podría darse a conocer por medio de
pequeños centros de difusión de ideas libres y de todos los saberes (asambleas vecinales
de temática libre).
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Sobre la votación:
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Los ricos piensan que el trabajador, el (homo-sklábos), nace para obedecer y ellos para
mandar. Consideran la explotación como un hecho natural e inherente a su status social.
La élite sin consideraciones de carácter humanista, ni objeciones morales o éticas de
ningún tipo, siempre ha considerado normal la servidumbre. El explotado merece su
destino y debe aceptar su situación con estoicismo y resignación y jamás rebelarse por
su condición de esclavo. El “derecho-divino” o de casta, fue otorgado precisamente por
la elitocracia clerical a los reyes y a los príncipes de la Europa medieval occidental, el
mismo fenómeno sucedió en otros continentes, donde prevalecieron imperios-
teocráticos-esclavistas, y gracias al esclavismo lograron construir grandes fortunas,
grandes potencias y asimismo consiguieron implantar una incalificable injusticia que
perjudicó enorme y preferentemente a los sumisos. El rico no es amigo de los
trabajadores, ve en ellos sólo un medio para ser usado indiscriminadamente y obtener
amplios beneficios y jugosas ganancias. Los amos han cambiado el látigo y el yugo por
el despido masivo y por distractores como: televisores, radios, crédito, coche, fútbol,
democracia, elecciones, telenovelas, festivales, fiestas populares y grandes eventos,
dicen que culturales, que no tienen otro papel que el de aturdir a las masas.
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La previa liberación individual de los asalariados constituye el eje central del proceso
universal libertario de la colectividad, que se encuentra hasta hoy sumergida en un mar
de necesidades creadas, precisamente, para impedirle cualquier tentativa de liberación.
Un mundo bien definido y dividido entre amos y esclavos es la suprema garantía del
continuismo de la infame injusticia social. El mundo obrero no puede seguir soñando en
el paraíso, porque el paraíso terrenal pertenece a los ricos y el infierno corresponde a los
pobres. Debemos ser realistas y entender que anhelar y luchar desesperadamente para
poseer cosas y más cosas no llevan a la plenitud emocional ni a la felicidad, sino al caos
y a más desgracia. Bajo esas condiciones, el trabajo no libera, envilece y pervierte.
Por el momento, las reivindicaciones obreras sólo aspiran a más salarios, por lo
general el asalariado no aspira específicamente a la libertad como prioridad, sino a la
servidumbre obligada, a cambio de un mísero salario que a duras penas logra garantizar
su sobreviviencia. La irreflexiva carrera salarial opaca las verdaderas necesidades
existenciales en un mundo donde los valores humanos dejan de existir frente al
espejismo y las exigencias monetarias. El mundo obrero tiene frente a él una larga
andanza antes de tomar conciencia de su auténtica condición en respecto al mundo real
de sus amos.
Es obvio que el mundo de los ricos debe cambiar y modificar su manera de pensar y
actuar, está claro también que el mundo de los pobres debe reinventarse y tomar un
camino totalmente diferente al que le fue histórica y despóticamente asignado.
Obviamente, no es en la confrontación directa o indirecta de estos dos mundos como
antagónicos donde se producirá una concordancia armónica entre los dos, sino en la
cabal y recta comprensión de la grave y peligrosa realidad que caracteriza
incuestionablemente las infamantes diferencias y las extraordinarias anomalías que
existen entre el mundo de los ricos y el de los pobres. Precisamente, es en esta división
donde se encuentran ocultas todas las incitaciones y motivos para desencadenar una
guerra civil mundial. Esta milenaria, pérfida y alevosa parcelación, debe desaparecer y
esta tarea corresponde a todos nosotros, pobres y ricos. Porque si, por desgracia, se
desencadena una confrontación violenta entre pobres y ricos, es evidente que no habrá
vencedores; todos los sobrevivientes, si los hay, estarán irremediablemente condenados
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Moratoria demográfica:
No agreguemos más incautos al gran y dócil rebaño que mantiene al parásito clero, no
añadamos más consumidores cautivos cuya única misión es la de alimentar al Moloch
industrial. No agrandemos las filas de los millones de desempleados y de los millones de
hambrientos. Hay demasiados pobres en el mundo condenados a vivir una vida
infrahumana, demasiados que nunca podrán salir de la exclusión, demasiados sin futuro.
La idea de la familia, cuando se carece de los recursos suficientes para mantenerla, es
absurda, y si uno es pobre no debería condescenderse a formar una familia. No
solamente la realidad económica, cultural y educacional de uno mismo debe ser
seriamente tomada en cuenta, sino también el factor salud, primordialmente el genético,
antes de procrear.
Es tiempo de sacudirnos de los valores del ayer y del presente para preparar los del
futuro. Hoy más que nunca es una gran responsabilidad traer una criatura al mundo.
Muchos de nosotros no estamos calificados psicológicamente y menos aún
económicamente para educar y mantener a una inocente e indefensa criatura. El
kosmocista recomienda la moratoria demográfica y la abolición del matrimonio
institucional. Se trata de bajar el índice de natalidad al máximo como respuesta a la
mundialización, hasta que haya cambios radicales que modifiquen significadamente los
modelos sociales, políticos y, muy especialmente, la arcaica mentalidad de la clase
política y religiosa.
Definiciones:
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En nuestro intelecto no hay lugar para ningún dios con extraños y ridículos rasgos
antropomórficos adornados con fábulas acomodaticias. La pléyade de dioses inventados
por el ser humano a través de la historia ha demostrado que todos los dioses, incluyendo
a los tres “dioses-teístas”, entre las manos de los humanos sólo llevan a la desolación y
al estancamiento espiritual.
La humanidad:
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Creo que los seres humanos, encadenados a este equivocado modo de vida,
deberíamos empezar a concientizar si vale la pena continuar viviendo así o intentar
existir y pensar de otra manera, a fin de encontrar un verdadero sentido a nuestra
existencia sobre la Tierra. Una gran parte de la humanidad, debido al modernismo mal
entendido y a la cultura masificadora hollywoodense, se encuentra peligrosamente
enferma y desorientada y, a medida que crece la población bajo los dictámenes y los
valores de los poderosos, se acentúa irremediablemente su deterioro psicológico; sólo en
Holanda, el 36% de sus habitantes padecen de trastornos mentales, 20% de escolares
norteamericanos sufren de perturbaciones cerebrales. Miles de millones de seres
humanos en el planeta Tierra padecen de trastornos de índole emocional, el estrés y la
angustia no perdonan a nadie; quinientos millones de personas en el mundo padecen de
obesidad, el 90% de ellos viven en los países desarrollados. ¿Por qué? Principalmente
por la represión y por la castración espiritual a la cual la humanidad fue sometida
durante casi dos mil años de parte del clero teísta, fue maliciosamente desviada de su
camino original y ladinamente utilizada para obtener ventajas y beneficios ajenos. Su
destino era la conquista de la libertad, de las estrellas y del universo, sin embargo ha
sido obligada a desviarse, a seguir un camino que la condujo a la desesperación y,
finalmente, a la nada. Una cosa está clara, la humanidad no podrá continuar vegetando
en el lodazal teísta para siempre; tarde o temprano tendrá que liberarse o morir.
La sociedad civil:
No hay una entidad visible y concreta de algo que muchos denominan “sociedad-
civil.” La “sociedad civil” es una falacia, se le atribuye facultades y potestades que no
posee. Como cuerpo social coherente, integral, compacto con una ideología ad hoc y una
autonomía propia, la dicha “sociedad-civil” brilla por su ausencia. La sociedad como tal
está dividida, fragmentada, atomizada y fraccionada, y la mayoría de los sectores que la
compone son antagónicamente opuestos, ideológica, económica y socialmente, los unos
a los otros.
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¿Pueden los ciudadanos formar entre sí una nueva “sociedad civil” autónoma en su
ejercicio y como órgano de oposición real a la clase política? Claro que no; el ciudadano
moldeado por los sistemas existentes es incapaz de proponer o inventar una nueva
atribución para el conjunto de los ciudadanos de un país. Antes de aspirar a ser
ciudadano libre, hay que romper previamente las cadenas y los moldes que obligan
precisamente a uno a no ser ciudadano, su papel se reduce a ser el aceite para el
sofisticado y complejo engranaje de la maquina trituradora del Estado. La razón de
Estado, enloquecida por la embriaguez de tanto poder, siempre es más fuerte que la
razón de la población en su conjunto. Recordamos a los utópicos trasnochados que es la
élite dueña del Estado la que gobierna, no es el pueblo. Los gobiernos y los partidos, que
excluyen la participación ciudadana real y verdaderamente participativa, no pueden
hablar de democracia ni de “sociedad civil,” y menos aún de representatividad
parlamentaria.
No hay que cumplir con formalidades inútiles, ni buscar alivio en la inventiva verbal
que nos consuela engañosamente. La “sociedad-civil” no tiene sentido en un universo
no-válido. La descomposición social de la sociedad está a la vista, pero no hay que
asombrarse ante la injusticia del orden social que de ella emana, su fin es arrastrarnos
mejor en el lodazal de la mediocridad y de la discriminación. ¿Será que el destino
común del individuo y de la sociedad sea delirar e inspirar a una multitud de falsos y
vandálicos éxtasis? Argumentar hipotéticamente sobre el fantasma de la “sociedad-civil”
no lleva a ninguna parte, para nosotros la “sociedad-civil” no puede realizarse más que
en la individuación del ciudadano, fundamento último de la sociedad, a condición de
romper con el dogma de: Cada uno para sí mismo.
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La voluntad de libertad:
La voluntad “de” libertad es la necesidad de ser libre que cada uno puede experimentar
en su interior, es la inspiración de algo que no se posee todavía, es la sensación de una
falta de. Está claro que la voluntad de libertad se basa en la formulación de una
instauración de nuevos valores y del desencadenamiento de un proceso mental de
desvalorización de todos los valores que aprisionan al ser humano. La voluntad, como
creadora de posibilidades, debe aspirar a ir más allá de ella misma y a liberarse de las
certidumbres y determinismos que le impiden desarrollarse dentro de una prospectiva
perspicaz perteneciendo a la esencia de la voluntad de libertad.
¿Democracia o anarquía?
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criterio liberal muy amplio, de un nivel intelectual bastante desarrollado y de una tabla
de valores diferentes a los que prevalecen en la clase dominante y en la del rebaño.
El universo es inteligible:
Creo que lo que más espanta e incomoda al ciudadano común es la libertad. Ahora
bien, la función del kosmocismo radica en la erradicación del miedo que nos paraliza; un
ser humano paralizado por el miedo nunca podrá liberarse de los sistemas, de las
creencias y menos aún de sí mismo y de sus fantasmas. Liberarnos es el gran desafío que
nos espera. Esta perspectiva no es un imposible, si logramos superar a las cosmogonías
mitológicas producto del imaginario humano. Podemos, si queremos, lograr escalar un
peldaño más hacia nuestra verdadera finalidad; abrir de par en par la gran puerta del
universo para las nuevas conquistas humanas en sus próximos y extraordinarios viajes
hacia nuevos planetas. A partir del descubrimiento del Big Bang (Jorge Gamow-1948),
comenzó el pensamiento kosmocista, la historia del kosmos está en marcha y podría
alterar para siempre la visión y las perspectivas que el ser humano tiene del mundo, no
tan sólo del universo, sino también de su propio lugar y de su papel en el kosmos.
Nuestro kosmos tiene una historia y está intrínsecamente atada a todos nosotros. Los
kosmocistas sabemos que el destino humano, está ligado íntimamente al destino último
del Universo y, si no sucede un cataclismo mundial natural o provocado que borre de la
faz de la tierra al último humano, entonces el camino hacia las estrellas estará accesible
y al alcance de las generaciones liberadas y autónomas del mañana.
La transición a la libertad
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En vista de todo ello, creo que es mejor desterrar de nuestro léxico los vocablos
“dios, divinidad, espíritu, espiritual, espiritualidad, alma, resurrección, vida
eterna, santidad, sagrado etc. etc. descalificarlas constituye un deber.
Confiaremos sólo en términos, conceptos, palabras y vocablos que tengan un
sentido preciso y un verdadero significado adecuado al tiempo y a la realidad.
Desconfiaremos de todas las palabras con connotaciones mitológicas, en especial
las que usan los teólogos, el clero y los catequistas. Invito al lector a definir el
término “espiritual” o “espiritualidad” sin recurrir a metáforas, a fábulas
poéticas, a relatos mitológicos, o argumentos infantiles.
El fundamentalismo neo-liberal:
No cabe duda de que las religiones son fábricas de cretinos, basta escuchar los
discursos del clero teísta, de los fundamentalistas protestantes africanos,
europeos, latinoamericanos y norteamericanos y comprenderán. Esos iluminados
pretenden establecer una teocracia cristiana internacional para dirigir el mundo
según sus mandatos. La mentalidad ultra-conservadora del fundamentalismo
protestante norteamericano y sus cómplices, considera que lo social es
irrelevante y debe ser abolido. Es decir, que el neoliberalismo, impregnado de
fundamentalismo religioso, rechaza las necesidades sociales de los pueblos. Su
sueño es establecer un sistema capaz de deshacerse de todos los pobres del
planeta y eliminar radicalmente lo social. Ambicionan un mundo de excelencia
que privilegie exclusivamente a los ricos y a sus secuaces. Todos los demás, es
decir los “inútiles”, los “left-behind,” ya no tienen lugar en el nuevo modelo que
maquinan los ricos y sus socios.
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Por lo general, los pobres son más creyentes que los ricos, los ignorantes son
más creyentes que los doctos y muy pocos científicos lo son. Salta a la vista que
más evolucionado es el individuo, menos es creyente. Parece que la facultad
intelectual tiene un papel primordial en la correcta interpretación de las
informaciones de carácter religioso. Por factores de índole neurobiológicas y
químicas, es obvio que existe en la red cerebral del creyente una suerte de
disfunción o una malformación neuronal que le impide interpretar racionalmente
las fábulas teístas, es incapaz de deslindar mentalmente lo mágico de lo real. Su
patológica adicción a los relatos de carácter sobrenatural, no le permite
concientizar congruentemente las consecuencias que provocan su adictiva
creencia, que lo transforma en un poderoso enemigo de la libertad y en un fiel y
dócil sirviente de la esclavitud.
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no significa nada. Nosotros los anti-teístas sabemos que este mundo es el único
que tenemos y que los “paraísos-prometidos” en un lugar indeterminado en el
“cielo”, son productos de la enfermiza, ególatra y distorsionada imaginación de
los iluminados y estancados creyentes. Todos los teístas deben saber que la
libertad acabará con el teísmo tarde o temprano; dos, cinco, diez siglos no
importan, esta evolución es inevitable y el llamado del Kosmos será la bandera
en los próximos siglos de todos los seres humanos liberados que, sin miedos ni
prejuicios o teologías, se dedicarán a descubrir nuevos mundos y nuevos modelos
de vida.
El kosmocismo y la “espiritualidad”:
El universo mental del ser humano está constituido por varios conjuntos de
manifestaciones intelectivas e intuitivas. Facultades intelectuales y mecanismos
psíquicos estimulados por el mundo exterior y por actividades reflexivas de la
inteligencia para entender, interpretar, memorizar, conocer a partir del mundo
interno y manifestarse externamente (pensamientos y sentimientos expresados
por medio del lenguaje y otros medios).
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El intelecto, por medio del dinamismo químico de las sinápsis neuronales del
cortex prefrontal, no se adecuó como por arte de magia a las necesidades
“religiosas-espirituales” del individuo, no está comprobado que haya una
naturalidad en ello. El ser humano no nace religioso, se hace religioso por el
medio intelectivo (aprendizaje-educación-adoctrinamiento-disciplina), etc. La
“espiritualidad-religiosa” es adquirida, no nata. Rechazamos el determinismo
genético en lo referente al campo de la “espiritualidad-religiosa”.
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preguntado alguna vez a un teísta qué es lo que él llama “dios” o “alma”? Verán
que sus respuestas no son más que un cúmulo de ambigüedades ininteligibles,
metáforas, fábulas y comparaciones infantiles. Científicamente, es imposible e
insostenible demostrar algo que no existe. La lujuriante y calenturienta
imaginación teísta choca contra los anhelos del intelecto fuerte y valeroso, que
busca un provecho superior fuera de la jaula dogmática de los teístas.
El creacionismo:
La “fe”:
“Yo seré vuestro dios y vosotros seréis mi pueblo”. Tengan “fe” porque si no
tienen “fe” no puedo ser su dios ni ustedes mi pueblo. La existencia de dicha
entidad depende de la fe de los creyentes. La primera puerta de la fe, es la
creencia, la segunda es la imaginación y la tercera es la inteligencia. La fe es una
disposición mental que preconiza en el creyente la vida eterna, haciendo que la
deficiencia intelectual se adhiera a lo que no es evidente. La “fe” se sitúa
primeramente en el orden del desconocimiento. La “fe” es el soporte ciego de las
irrealidades que se esperan y de las que no se ven. Para nosotros la “fe” es el
comienzo de la perdición del ser humano, ella es obra de la desgracia que
oscurece la inteligencia y la conciencia.
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integral de este mundo visible y palpable (La ciencia suscita una concepción de
la realidad que pertenece al orden del saber verificable y lo que se verifica
científicamente es real). El daño que causó y que continúa causando el teísmo
con su lenguaje ficticio, su doctrina totalitaria y su fideísmo fundamentalista, en
la mente humana, es el más desastroso que jamás haya existido en todo el
transcurso de la historia de la humanidad.
El feminismo y el lesbianismo:
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La moral kosmocista:
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Los seres humanos por naturaleza no son muy solidarios entre sí, todo lo
contrario. Socialmente hemos visto que los individuos son ciertamente
antagónicos y agresivos los unos con los otros. Las envidias y los celos no están
ausentes en las relaciones humanas. El primer motor que impulsa la discordia
entre los miembros de las familias, es el motor de la dominación, del celo y de la
envidia que deteriora las relaciones familiares. El segundo es el social, lo social
divide y atomiza la sociedad en clases y múltiples categorías. El tercer es el
económico, que desarrolla y acrecienta el egoísmo, la discriminación, la envidia,
la agresividad, la rivalidad y la desconfianza entre individuos, grupos y
sociedades. El cuarto, es el racismo y la discriminación, el quinto, el
nacionalismo y el chauvinismo. El sexto, las religiones y las supersticiones. Y el
motor definitivo de la discordia universal entre humanos, es la formidable
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Las motivaciones humanas están originadas por intereses, cuando hay unos
intereses que conciernen específicamente a un grupo de individuos, entonces se
forma una suerte de entendimiento consensual, que moviliza directamente a los
interesados para realizar momentáneamente una meta común. Pero, como existen
siempre conflictos personales entre humanos, lógicamente suceden como
consecuencia de estos trances, grandes y peligrosos conflictos entre naciones; las
crisis inherentes a tales fenómenos acompañan permanentemente a todas las
civilizaciones a lo largo de su permanencia. La vida humana ha estado
constantemente bajo el imperio de la guerra, de la violencia y de la agresividad.
El ser humano ideal no existe y me temo que nunca existirá, porque ha sido
moldeado e inducido intencionalmente para no ser ideal. ¿Por qué? Porque, el
idealismo humanitario y la solidaridad social son los enemigos definitivos de los
depredadores, y por desgracia, los únicos amos del mundo y del poder real son
los depredadores. Para salir de esta mortífera trampa, sería imprescindible e
imperioso inventar nuevos valores que motiven genuinamente a las nuevas
generaciones para que cambien su forma de vivir y de pensar. ¿Pero seremos
capaces de superar la conformidad, la mediocridad, la indolencia, la ceguera y la
pereza mental que invalida cualquier tentativa de liberación?
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Todos somos seres del Universo y todos deberíamos saber que el fin de la
humanidad ha empezado, porque absolutamente nada de trascendental ha
ocurrido. El Hombre sigue siendo esclavo de sí mismo y no ha logrado romper la
muralla de la mediocridad que permanentemente lo aprisiona.
El individuo que ha superado al teísmo, es el Homo de la libertad y del porvenir,
a condición de que el mundo, tal como lo conocemos, abandone el deplorable
papel que desempeñan sus fuerzas destructivas responsables de la decadencia
universal.
El enemigo más férreo para los seres humanos, es, sin lugar a duda, la
Ideología, definitivamente más peligrosa que el aberrante absolutismo religioso.
Declararse izquierdista, derechista, centrista, ultra, etc, implica serias
consecuencias no solamente por los mismos fanáticos de dichas corrientes, sino
que también afecta directamente a la sociedad entera. Querer derechizar o
izquierdizar el mundo, es erigir un muro fronterizo que aísla a los humanos entre
sí. Este divisionismo creado sólo beneficia a unos cuantos, y perjudica
terriblemente a la mayoría. Por su apatía y complacencia, la “mayoría” sufre las
peores calamidades. ¿Hasta cuándo va a darse cuenta ustedes de que ya ha
llegado el tiempo de romper sus cadenas? La “mayoría”, para ser libre, tiene que
repudiar a la Ideología y a los valores que de ella emanan.
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En Europa existe un racismo muy exacerbado contra los africanos, los árabes y
los gitanos, y ellos, a su vez son también racistas con los europeos.
Evidentemente, yo no comparto ese “racismo” basado en la xenofobia, la
intolerancia y en la superioridad de las razas, no participo de este “racismo”
hostil contra los grupos étnicos, considerados hipotéticamente peligrosos o
inferiores. Cierto que hay una innegable predisposición biológica natural en los
humanos que permite discernir las diferencias entre tal o cual grupo humano,
acentuada por los contrastes y las barreras culturales, pero no podemos cegarnos
por el odio ni permitir la xenofobia sólo por el diferencial racial observado.
Nuestro “racismo” debe situarse hacia una evolución socio-cultural monitoreada
y arbitrada por una tabla de valores universales.
Soy “racista”, pero no soy xenófobo, soy “racista”, porque observo que hay
razas y que esas razas tienen rasgos diferenciales y singulares particularidades.
No pienso que hubo un tronco común en el principio de la formación de la
humanidad, opino que hubo múltiples troncos con sus propias características
raciales cada uno y que ocurrió en distintos lugares del planeta. No creo en el
cuento del color de la piel por la exposición excesiva y prolongada a los rayos
solares, sino en su determinación genética. Para mí, la peculiar diversidad racial
entre humanos, es evidente, indudable y comprobable científicamente. A pesar
de la evidente variedad racial, aquello no justifica que deben existir
obligatoriamente discriminaciones raciales. Claro, muchos científicos creyentes
y sus cómplices creacionistas teístas tendrán obviamente diferente opinión, la
cual respeto, pero no comparto. Como kosmocista, no me creo el cuentito de Eva
y Adán. Comparen un maya guatemalteco con un nórdico de Finlandia o con un
africano de Ruanda, Miren los ojos de las japonesas y los de las españolas,
observen los bushmen de Australia y a los alemanes, noten la diferencia entre los
pigmeos mbuji, towa y binga de la selva ecuatorial y los masai de Kenia o de
Tanzania y verán que si existen diferencias morfológicas notables entre las razas.
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Las raíces del racismo-racista, encuentran terreno fértil para crecer tanto en la
conciencia de los ilegales, de los marginalizados, como en la de los nacionales de
los países receptores. Excelente humus para producir conflictos sociales, así
como barreras culturales, religiosas y comunitaristas. El temible racismo-racista
es un medio muy efectivo que colocado, entre las manos de los ultras, los
radicales, los extremistas, los desesperados, los movimientos estudiantiles, los
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neonazi, el crimen organizado, las maras y los excluidos, puede provocar una
situación social capaz de fraguar, a la larga, grandes insurrecciones y
devastadores disturbios y severas sublevaciones civiles.
La insurrección mundial:
El peor colapso social y económico mundial está por comenzar, todos los
habitantes del planeta Tierra vamos a sufrir en carne propia los devastadores
efectos de un inimaginable cataclismo que ninguna civilización ha
experimentado previamente. Tantos años marcados por incesantes crisis,
innumerables y deplorables conflictos y por una palpable y continúa
descomposición social, así como una creciente pauperización de las poblaciones,
nos llevan irremediablemente al colapso social, a la decadencia, a la
desestabilización generalizada de todos los países, a la marginación social, al
comunitarismo racista violento, al terrorismo religioso y a la confrontación
armada clandestina.
Las razones:
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la refundación del Estado, han sido excluidas de la agenda del mundo político en
el que el ciudadano no tiene ni voz ni voto.
Tarde o temprano, la humanidad que ha sido obligada a pasar por todas las
corrupciones, podreduras y abusos imaginables, se despertará e inevitablemente
su instinto vengador se avivara contra sus milenarios enemigos. Resumiendo: el
problema, radica en que el mundo de los ricos ignora desdeñosamente al otro
mundo que existe alrededor del suyo. Sin embargo, nosotros sabemos que si
existe el mundo de la pobreza y que este mundo mayoritariamente inconforme y
descorazonado, que hasta ahora ha sido silencioso e invisible, está por
despertarse.
El hedonismo.
No creo que la felicidad sea, la única meta de los seres humanos, me inclinaría
por creer que es la libertad la meta suprema, porque sin libertad no hay manera
de ser verdaderamente feliz. Al ser humano normalmente le gusta el placer y
rechaza instintivamente el dolor. Hay muchas formas de hedonismo, pero hay
sólo uno que determina esencialmente la conducta humana, el goce, lo
placentero, lo agradable. Hoy día este hedonismo específico se ha transformado
exclusivamente en el placer de tener, de consumir y en la obtención de
satisfactores inmediatos y de fuertes y sofisticadas sensaciones. El ser humano
quiere, desea y aspira de manera natural a un mayor bienestar y a menos
sufrimientos. Ahora bien, sería ridículo, absurdo y totalmente incoherente de
creer que el placer debe conseguirse a cualquier precio. El mismo hedonismo
tiene sus propias limitaciones.
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Las civilizaciones fueron y son lo que son debido principalmente a los deseos,
los pueblos antiguos fueron sometidos a los deseos de sus gobernantes, por ellos
transitaron de una manera y no de otra por el camino que les indicaban sus
mentores, aunque que los de abajo deseaban probablemente la paz, sus amos
deseaban la guerra y como manda el amo y no el esclavo, no tenían otra
alternativa que obedecer o morir. Los amos deseaban las riquezas, los territorios,
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el poder y los bienes de los otros. Los deseos de conquista y de dominio fueron y
son los grandes artilugios de las guerras y de las brutales y sanguinarias
invasiones.
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Epílogo.
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intelectual y de la limitada visión del mundo del 90% de los seres humanos.
Partiendo del supuesto de que algunos lectores han tomado conciencia del
verdadero sentido de las propuestas Kosmocistas y suponiendo que compartan lo
esencial de este enunciado, entonces deducirán que este epílogo está
especialmente dedicado a ellos.
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