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Zwinglio creía que la Iglesia debía ser completamente independiente del «Estado»; y al mismo tiempo pedía que las
autoridades seculares sentenciasen leyes conformes con las leyes de Dios.
Trabajaba arduamente para divulgar las ideas de la Reforma en tierras helvéticas y para remodelar la constitución de la
Confederación bajo el patrocinio del Protestantismo. Murió en la batalla de Kappel en 1531 contra tropas católicas de la
Suiza central.
Ulrico Zuinglio, en alemán: Ulrich Zwinglio, vivió entre el año 1484 y 1531, fue el líder de la reforma protestante en
Suiza.
Zuinglio se convirtió en sacerdote en Glarus, tras graduarse como doctor en teología (1506). Allí estudió griego y
hebreo, llegó a la conclusión de que muchas de las doctrinas de la Iglesia Católica estaban en contradicción con las
enseñanzas de las Sagradas Escrituras.
Comienza así su predicación contra prácticas como peregrinación y contra el negocio de indulgencias. El 1 de enero de
1519 comienza su actividad en Zúrich, donde con su discurso claro y directo va explicando a los feligreses los
evangelios. El gobierno de la ciudad decide apoyar las nuevas enseñanzas y dispone en 1520 que todos los
predicadores actúen siguiendo las pautas de Zuinglio.
En 1522 Zuinglio publica su primera obra reformadora, en la que afirmaba su disposición a seguir predicando según los
Evangelios y pedían la supresión del celibato. El Papa Adriano VI intenta convencerle de que no emprenda nuevas
acciones que atenten contra la sustancia de la teología romana. Al no acatar esta advertencia los dominicos acusan a
Zuinglio de propagar la herejía, el Gran Consejo de la ciudad de Zúrich convocó para el 29 de enero de 1523 a un
elevado número de teólogos a un debate público (1ª Disputación de Zúrich), en la que se debía discutir sobre las tesis
defendidas por Zuinglio. A ella acudieron 600 personas entre clérigos y laicos y, puesto que los enviados del Papa sólo
pudieron hacer valer en su favor la tradición y las disposiciones de los concilios , el Consejo decidió adjudicar a Zuinglio
la victoria dialéctica.
No sería esa, sin embargo, la única disputa oficial y pública que se celebró en Zúrich. Entre el 26 y 29 de octubre de
1523 se dirime, en presencia de 900 asistentes, la necesidad de suprimir las imágenes de las iglesias. Ese mismo año
Zuinglio se casa con la viuda Anna Meyer. La Reforma en Zúrich no afectó, sin embargo, solamente a la religión , sino
que, al igual que en otros movimientos reformistas de la época, se trató de una serie de medidas de regulación social
con las que el Consejo pretendía organizar el sistema escolar, el matrimonio, las costumbres, etc. El papel de Zuinglio
es capital en este proceso, pues si bien no asume ningún cargo orgánico, su carisma y su predicamiento entre el pueblo
le convierten en una figura determinante del proceso.
Zuinglio publica en 1525 su confesión de fe (De la verdadera y la falsa religión). Importante en la teología de Zuinglio es
también su concepción de las relaciones entre el poder laico y el religioso, pues mientras, por un lado, considera que es
derecho y obligación del poder terrenal organizar la Iglesia y la sociedad, admite por otro lado la posibilidad de derrocar
al grupo gobernante si éste no se comporta de manera apropiada a las enseñanzas del Evangelio.
El 11 de octubre de 1531 cayó Zuinglio en el campo de batalla, cerca de Cappel. Como traductor de la Biblia, Ulrico
Zuinglio el grande trabajó en estrecha colaboración con Leo Jud. La traducción se conoce hoy en día como "La Biblia de
Zürich".
En Suiza también se van a separar algunos territorios de la Iglesia Católica; las ideas de Lutero llegaron muy pronto a
Suiza y aparecieron una serie de predicadores que criticaban la corrupción de la Iglesia Católica y defendían la creación
de una "iglesia" distinta. Uno de los primeros fue Zwinglio. Aunque compartía muchas de las ideas de Lutero, Zwinglio
quería dar una mayor libertad a su nueva "iglesia" cristiana y rechazaba el sometimiento de los cristianos a la nobleza
como defendía Lutero. Al final el mismo Lutero criticó a Zwinglio y se alegró públicamente de su muerte cuando Zwinglio
muere en un combate contra los suizos católicos. Pero el principal foco de la Reforma Protestante en Suiza va a ser la
ciudad de Ginebra, gracias a la actuación de Juan Calvino que con Lutero es la mayor figura de la Reforma Protestante.
En Ginebra una serie de reformadores habían asaltado las iglesias y conventos expulsando a los sacerdotes católicos,
pero estos reformadores no sabían cómo organizar la nueva "iglesia" que pretendían crear ni tampoco tenían claro qué
nueva doctrina querían establecer, por lo que llamaron a una figura de prestigio dentro del campo protestante, que
supiera cómo organizar la nueva iglesia y diera un contenido religioso claro, y llamaron a la ciudad a Juan Calvino. Este
era un francés que había estudiado teología en varias universidades, entre ellas la de París; aunque al principio acepta
algunas de las ideas luteranas, muy pronto piensa que Lutero ha ...
Calvino se relaciona estrechamente con la ciudad de Ginebra por haberla transformada en la «Roma protestante»; fue
un reformador francés que, tras darse a la fuga de la Iglesia católico-romana en 1532, buscaba asilo primero en Basilea
y luego en Ginebra.
Ginebra no era todavía un miembro de la Confederación suiza, pero mantenía una alianza con Berna y Zúrich.
Calvino llegó a Ginebra en el año 1536, pero tuvo que abandonar la ciudad al cabo de dos años porque la comunidad
se rebeló contra su austeridad moral. No obstante, sus partidarios lo invitaron a volver en 1541. Su gobierno no fue
menos austero en su segunda estancia, pero mucho más efectivo. La iglesia obtuvo la preeminencia frente a las
autoridades seglares y proporcionó consejos espirituales al gobierno local.
La doctrina teológica de Calvino, que propagaba el trabajo duro y la idea de que la riqueza era una recompensa divina
de ésta última, tuvo una repercusión inmensa en el desenvolvimiento del capitalismo moderno. Calvino favorecía la
erudición, tanto en las artes como en las ciencias, y promovía, asimismo, la industria manufacturera y el comercio, de lo
cual resultó en definitivo la prosperidad económica de Ginebra
Juan Calvino
Juan Calvino, nacido Jean Cauvin en Noyon (Picardía) a unos 100 km al norte de París, Francia, era hijo de
Gérard Cauvin y Jeanne Lefranc. Fue excelente en sus estudios y profundamente religioso desde su
juventud.1
Sus primeros estudios estuvieron destinados a la carrera eclesiástica. Su formación inicial la recibió en el
College de la Marche y en el College de Montaigne (allí estudiaron Erasmo e Ignacio de Loyola). El padre de
Calvino era abogado y en 1523 envió a su hijo, que por entonces tenía 14 años, a la Universidad de París a
estudiar Humanidades y Derecho. A instancias de su padre, que pretendía que Juan Calvino siguiera el
camino de las leyes, se matriculó en las universidades de Orleáns y Bourgues. En 1532, se doctoró en
Derecho en Orléans. Durante su paso por los claustros universitarios tomó contacto con las ideas
humanistas y reformadas. En abril de 1532, cuando contaba 22 años de edad, publicó un comentario sobre
el De Clementia de Séneca, trabajo que puso en evidencia sus dotes como pensador. No está del todo claro
el momento en que Calvino se convierte al protestantismo.
Su conversión
No se sabe con certeza cuándo ni cómo fue su conversión, pero sí sabemos que el uno de noviembre de
1533 ocurrió un accidente que muestra que se había operado un cambio drástico en sus convicciones
religiosas. El rector de la Universidad de la Sorbona en París, Nicolás Cop el amigo de Calvino, pronunció un
discurso en ocasión de la apertura del año académico; pero más que un discurso, fue un sermón que
mostraba una clara influencia tanto de Erasmo como Lutero. En este sermón, Nicolás Cop defendió la
doctrina de la justificación por los méritos de Cristo, a la vez que protestó contra los ataques y persecuciones
de que eran objeto los que disentían de la Iglesia de Roma: "Herejes, seductores, impostores malditos, así
tienen la costumbre el mundo y los malvados de llamar a aquellos que pura y simplemente se esfuerzan en
insinuar el evangelio en el alma de los fieles". Y luego añadió: "Ojalá podáis, en ese periodo infeliz, traer la
paz a la Iglesia más bien con la palabra que con la espada".
El discurso cayó como una bomba en la universidad y en otros sectores, a tal punto que el Parlamento inició
un proceso contra él. Por otra parte, comenzó a correr el rumor de que la mano de Calvino estaba detrás de
la redacción del discurso,. "Si Calvino no escribió el discurso, por lo menos lo influyó en tono y contenido,
que era profundamente protestante". Un mes más tarde, cuando Nicolás Cop se dirigía al Parlamento para
responder el sumario que se había preparado en su amigo diputado le envió una nota advirtiéndole que
debía escapar por su vida, pues el Parlamento estaba siendo presionado por la corona para que fuese
condenado. Es así como Calvino y Nicolás Cop deciden escapar de París. Con poco más de 20 años adoptó
los puntos de vista de Lutero: negación de la autoridad de la iglesia de Roma por derecho divino, negando la
sucesión apostólica desde el apóstol Pedro, y dando primordial importancia de la Biblia como única regla de
fe y conducta ("Sola fides, sola Scriptura"), destacando la doctrina de la justificación del hombre por medio
de la gracia.
Jean Cauvin o Calvin) Teólogo y reformador protestante (Noyon, Francia, 1509 - Ginebra, 1564). Fue educado
en el catolicismo, realizando estudios de Teología, Humanidades y Derecho. Con poco más de veinte años se
convirtió al protestantismo, al adoptar los puntos de vista de Lutero: negación de la autoridad de la Iglesia de
Roma, importancia primordial de la Biblia y doctrina de la salvación a través de la fe y no de las obras.
Juan Calvino
Tales convicciones le obligaron a abandonar París en 1534 y buscar refugio en Basilea (Suiza). 1536 fue un
año decisivo en su vida: por un lado, publicó un libro en el cual sistematizaba la doctrina protestante -Las
instituciones de la religión cristiana-, que alcanzaría enseguida una gran difusión; y por otro, llegó a Ginebra,
en donde la creciente comunidad protestante le pidió que se quedara para ser su guía espiritual. Calvino se
instaló en Ginebra, pero sus autoridades le expulsaron de la ciudad en 1538 por el excesivo rigor moral que
había tratado de imponer a sus habitantes.
En 1541 los ginebrinos volvieron a llamarle y, esta vez, Calvino no se limitó a predicar y a tratar de influir en
las costumbres, sino que asumió un verdadero poder político, que ejercería hasta su muerte. Aunque mantuvo
formalmente las instituciones representativas tradicionales, estableció un control de hecho sobre la vida
pública, basado en la asimilación de comunidad religiosa y comunidad civil.
Un Consistorio de ancianos y de pastores -dotado de amplios poderes para castigar- vigilaba y reprimía las
conductas para adaptarlas estrictamente a la que suponían voluntad divina: fueron prohibidos y perseguidos el
adulterio, la fornicación, el juego, la bebida, el baile y las canciones obscenas; hizo obligatoria la asistencia
regular a los servicios religiosos; y fue intolerante con los que consideraba herejes (como Miguel Servet, al
que hizo quemar en la hoguera en 1553). El culto se simplificó, reduciéndolo a la oración y la recitación de
salmos, en templos extremadamente austeros de donde habían sido eliminados los altares, santos, velas y
órganos.
La lucha por imponer todas estas innovaciones se prolongó hasta 1555, con persecuciones sangrientas,
destierros y ejecuciones; después, Calvino reinó como un dictador incontestado. Ginebra se convirtió así en
uno de los más importantes focos protestantes de Europa, desde donde irradiaba la Reforma. El propio Calvino
se esforzó hasta el final de su vida por hacer proselitismo, extendiendo su influencia religiosa, especialmente
hacia Francia.
Muerto Zuinglio en 1531, Calvino se había erigido en el principal dirigente del protestantismo europeo, capaz
de hacer frente a la Contrarreforma católica. El calvinismo superó pronto en influencia al luteranismo
(limitado al norte de Alemania y los países escandinavos): calvinista fue el protestantismo dominante en Suiza
y en Holanda, así como el de los hugonotes franceses, los presbiterianos escoceses o los puritanos ingleses
(que después emigraron a Norteamérica), y otras comunidades importantes de tendencia calvinista surgieron
en países como Hungría, Polonia y Alemania.
Calvino se opuso siempre a la fusión de las iglesias reformadas inspiradas por él con las de inspiración
luterana, alegando irreductibles diferencias teológicas. Entre éstas destaca la doctrina de la predestinación:
según Calvino, Dios ha decidido de antemano quiénes se salvaran y quiénes no, con independencia de su
comportamiento en la vida; el hombre se salva si ha sido elegido para ese destino por Dios; y las buenas obras
no constituyen méritos relevantes a ese respecto, sino una conducta también prevista por el Creador.
Quienes han sido destinados a la salvación han sido también destinados a llevar una vida recta; curiosamente,
esta doctrina produjo entre los creyentes calvinistas un efecto moralizante, caracterizándose dichas
comunidades por un extremado rigor moral y una dedicación sistemática al trabajo, como Calvino prescribió.
Otras peculiaridades de su doctrina, como la de admitir el préstamo con interés (en contraste con los católicos
y con los luteranos) han permitido que desde Max Weber algunos historiadores vieran en la ética calvinista el
«caldo de cultivo» más propicio para el desarrollo de la moderna economía capitalista.
Jacobo Arminio
Jacobo Arminio Fechas: (1560-1609) Datos Biográphicos: Teólogo reformado, nació en Oudewater (Países
Bajos) y se educó en varias universidades de su propio país y de Suiza (Ginebra y Basilea). Vuelto a Holanda,
fue pastor de una iglesia en Amsterdam (1588-1603) y profesor en Leiden desde 1603 hasta su muerte
prematura.
En esta ciudad, y mientras todavía era estudiante, conoció al pastor Caspar Coolhaes que, en contra de
Calvino, creía que las autoridades civiles tenían ciertos poderes en cuanto a algunos asuntos eclesiásticos y
tenía un espíritu más tolerante e independiente que Calvino. Se cree que ejerció una fuerte influencia sobre
Arminio.
En 1608 Arminio suplicó a los Estados de Holanda convocar un sínodo para calmar la controversia sobre la
predestinación, pero, agotado y enfermo, murió antes de que se celebrara. Sus seguidores explicaron sus
doctrinas en su Protesta a los Estados Generales, pidiendo cambios en el catecismo aceptado entonces. La
resistencia fue tan contundente y acalorada que todos los arminianos hubieran de marchar al exilio.
Los teólogos ingleses fueron receptivos al arminianismo, de forma que pasó a formar parte de la teología
inglesa posterior, tanto del anglicanismo como del metodismo, que le proporcionó un medio eficaz de
diseminación universal.
Arminio no escribió un cuerpo de doctrinas como la Institución de Calvino, pero escribió muchísimo, tanto en
sus años de pastor como en los de profesor de teología. Sus escritos tuvieron, casi todos, carácter polémico.
También escribió para defenderse de lo que él llamaba "incorrectas representaciones de sus puntos de vista".
Especialmente interesante es su libro Setenta y nueve Discusiones Privadas, obra póstuma que recoge sus
notas de clase de cuando era profesor en Leiden. Arminio aseguraba que Dios concede el perdón y la vida
eterna a todos los que se arrepientes de sus pecados y creen en Jesucristo.
Dios quiere que todos se salven, y sólo porque ha previsto desde la eternidad la creencia o increencia delos
individuos, ha determinado desde la eternidad el destino de cada uno.
¿Qué significa ser parte del creciente número de las iglesias de Calvary Chapel? Existen ciertas diferencias que nos
distinguen de otras iglesias evangélicas. La diferencia más importante es nuestro compromiso de enseñar la Biblia en
forma sistemática y expositiva y tener un énfasis en el amor que trasciende toda barrera étnica y cultural. Calvary
Chapel también es conocida por su énfasis en la adoración, impulsando el desarrollo de música contemporánea leal a la
Palabra de Dios y la formación de gente que desee alabar al Señor. Sin excepción las iglesias de Calvary Chapel tienen
una posición pre-tribulacional y pre-milenial de la segunda venida de Cristo.
También hemos expresado amor y apoyo incondicional por la nación de Israel y por el derecho histórico de poseer sus
tierras y su necesidad por el Mesías. Pero sobretodo, Calvary Chapel es reconocida por mantener un balance entre
posturas teológicas extremas y controversiales que ha menudo han causado más división que unidad en el Cuerpo de
Cristo.
Calvary Chapel no tiene ninguna intención de causar división o de ser dogmática en las áreas donde los estudiantes y
maestros de la Biblia tienen diferencias. Sin embargo, es necesario establecer lo más claramente posible nuestras
bases doctrinales en la enseñanza. Mientras recibimos con agrado a creyentes de otros trasfondos doctrinales, los
animamos a ver nuestros puntos de vista a través del estudio de la palabra de Dios que nos enseñan nuestros pastores.
Calvary Chapel trata de evitar argumentos y discusiones que no están claramente presentados en la Biblia. Y en
ninguna área es este principio más aplicable que en la larga discusión entre Calvinistas y Arminianos. El tema es
complicado y enredado y ambos extremos prueban ser puntos con apoyo de versículos bíblicos y no pretendemos
solucionar un conflicto que lleva más de 400 años dentro del seno de la iglesia evangélica. Aun no tenemos la habilidad
de comprender los caminos de Dios (Romanos 11:33-36). Pero lo trágico es cuando sólo nos importa tener la razón a
cualquier precio. Cuando se habla del ministerio del Espíritu Santo, es fácil estar en desacuerdo en temas como
“bautismo” y “llenura”, pudiendo perder la bendición y el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. La forma como
conducimos nuestros debates y expresamos nuestras opiniones pueden apagar y entristecer al Espíritu que mora
dentro del creyente. En medio de toda esta discusión sobre los dones espirituales podemos dejar de lado el amor que
es el mayor de todos ellos (1 Cor. 12:31-14:1). Nuestro deseo es llevar en amor a los creyentes a la unidad en el
Espíritu Santo. Estamos comprometidos a glorificar al Señor en todo lo que decimos y hacemos.
Quizás no existe otro tema tan controversial como el debate surgido alrededor de la “doctrina de la salvación”, entre los
seguidores de Juan Calvino (1509-1564) y los seguidores de Jacob Arminio (1560-1609). Desde la reforma protestante
del siglo XVI, las iglesias cristianas han estado en desacuerdo sobre temas como depravación (rendido completamente
al pecado), la soberanía de Dios, la responsabilidad del hombre, la predestinación, la elección, la certeza de la
salvación y la naturaleza y extensión del sacrificio de Cristo.
Aunque Arminio había sido educado en la tradición de la reforma Calvinista, tenía serias dudas acerca de la doctrina de
la “Gracia Soberana”. Arminio fue pastor de una congregación reformada en Amsterdam, Holanda (1588-1603). Durante
sus quince años de ministerio allí, Arminio comenzó a cuestionar muchas de las doctrinas básicas Calvinistas. Eso lo
llevó a dejar el pastorado y volverse profesor de Teología en la Universidad de Leyden. Pero fueron su serie de
discursos sobre elección y predestinación los que provocaron una violenta y trágica reacción. Después de su muerte en
1609, sus seguidores desarrollaron la presentación de los “Cinco Puntos del Arminianismo” en 1610. Este documento
fue una protesta contra las doctrinas de los calvinistas. En 1618, el Sínodo Nacional de Iglesias de Holanda se reunió
para estudiar las tesis de Arminio. Luego de 154 sesiones, os cinco puntos del arminianismo fueron declarados
heréticos. Años más tarde Juan Wesley recogió algunas de las enseñanzas del arminianismo, y el movimiento comenzó
a crecer, afectando la tradición Metodista y creando la base para la mayoría de las creencias en las iglesias
pentecostales y carismáticas.
LIBRE ALBEDRÍO
Arminio creía que la caída del hombre no fue total, creyendo que existía todavía suficiente bien en el hombre para que
él pudiera aceptar la salvación de Jesucristo.
ELECCIÓN CONDICIONAL
Arminio creía que la elección para la salvación de los creyentes estaba basada en el preconocimiento de Dios, es decir
que Él sabría quienes creerían. Cada hombre en el uso de su libre albedrío aceptaría o rehusaría a Jesús, y Dios sabría
la respuesta de cada individuo.
EXPIACIÓN UNIVERSAL
Arminio sostenía que Dios quiere la salvación de todos, que Cristo murió por cada persona y Dios no desea que nadie
perezca. La muerte de Cristo provee la salvación para todos los hombres, pero al mismo tiempo cada uno debe ejercer
su libre albedrío para obtener así la salvación.
GRACIA OBSTRUCTIBLE
Arminio creía que debido a que Dios quería la salvación de todos los hombres, Él envió al Espíritu Santo para instar a
todos a acercarse a Jesús, pero el hombre en su libre albedrío podía resistirse a la voluntad de Dios para su vida. La
finita voluntad del hombre puede frustrar la voluntad de Dios.
CAYENDO DE LA GRACIA
El hombre no puede ser salvo al menos que él deseé ser salvo y para continuar en la salvación debe seguir
deseándolo.
Juan Calvino, el reformador francés, no formuló lo que hoy se conoce como los cinco puntos del Calvinismo. Estos
puntos fueron el resultado de los Cánones del Concilio de Dort (1618) y lo emitido por las confesiones reformadas sobre
estos asuntos.
El Calvinismo ha sido dado a conocer por destacados teólogos y predicadores como John Owen, George Whitefield,
Charles Hodge, Charles Spurgeon y otros. He aquí un resumen de estos puntos:
DEPRAVACIÓN TOTAL
Los calvinistas afirman que el hombre se encuentra absolutamente entregado al pecado y a Satanás, incapaz de ejercer
su propia voluntad para confiar en Jesucristo sin la ayuda de Dios.
ELECCIÓN INCONDICIONAL
La elección de los que van a ser salvos está basada en el plan y propósitos de Dios y no en la decisión del hombre.
Dios elige a quién Él quiere.
EXPIACIÓN LIMITADA
Jesús murió en la cruz sólo por aquellos elegidos por el Padre, sólo ellos serán salvos y todos aquellos por los cuales Él
no murió, los no elegidos, se perderán.
GRACIA IRRESISTIBLE
Los Calvinistas cren que la voluntad del hombre es incapaz de oponerse a la voluntad de Dios y a impedir su salvación.
El hombre elegido por Dios para salvación así no lo quiera igual será salvo y aquel no elegido que quiera la salvación
nunca la alcanzará. Dios es el que llama y nadie se le puede resistir.
No es nuestro propósito tomar alguna de estas posiciones, ni tampoco causar división en el cuerpo de Cristo. Queremos
dar a conocer lo que en Calvary Chapel entendemos que la Biblia enseña respecto a estos puntos.
DEGENERACIÓN HUMANA
Creemos que todos somos pecadores (Rom. 3:23) e incapaces por medios humanos de alcanzar la salvación (Tito 3:5).
Creemos que la paga del pecado es muerte (Rom.6:23) y que aparte de la gracia de Dios, nadie puede ser salvo
(Ef.2:8-9) y no hay un sólo hombre justo (Rom.3:10-12) y aparte de la convicción y regeneración del Espíritu Santo,
nadie puede ser salvo (Jn.1:12-13, 16:8-11; 1 Pd.1:23-25). La humanidad se encuentra caída y en pecado.
ELECCIÓN
Creemos que Dios escogió al creyente antes de la fundación del mundo (Ef. 1:4-6) y basado en su preconocimiento, ha
predestinado al creyente a ser formado a la imagen de su Hijo (Rom.8:29-30). Creemos que Dios ofrece salvación a
todo aquel que invoca su nombre (Rom.10:13; 1 Cor.1:9). La Biblia nos enseña que ha sido dada una invitación a todos,
pero que sólo algunos la aceptarán. Podemos ver este balance a través de toda la escritura (Ap.22:17; 1 Pd.1:2;
Mt.22:14). Dios claramente elige, pero el hombre debe también aceptar la invitación de Dios.
EXPIACIÓN
Creemos que Jesús murió como propiciación (la justicia de Dios quedó satisfecha con su sacrificio) por los pecados de
todo el mundo (1 Jn.2:2; 4:9-10), y que Él perdona a los que creen en su muerte y resurrección como única esperanza
de salvación (Ef. 1:7; 1Pd.1:18-19). Creemos que la vida eterna es un regalo de Dios (Rom. 6:23) y quien quiera que
crea en Cristo no perecerá (Jn. 3:16-18; Heb. 2:9; 1 Tim. 4:10). El sacrificio expiatorio de Jesucristo fue claramente
suficiente para salvar a toda la raza humana.
GRACIA
Creemos que la gracia de Dios no es el resultado del esfuerzo humano, sino la respuesta de la misericordia de Dios y
de su amor para los que crean en su Hijo (Rom. 3:24-28; 11:16; Ef. 2:4-10). La gracia nos da todo aquello que no
merecemos y que no podíamos alcanzar con nuestras obras (Rom. 11:6). El hombre puede resistir y rechazar esta
gracia (Mt. 23:37), una persona es condenada cuando decide no creer (Jn. 3:18). Jesús reconoce el hecho de la
resistencia y el rechazo humano (Jn. 5:40; 7:37; 11:26; 12:46-48). Esteban concluyó su discurso diciendo “¡Duros de
cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos…” (Hch. 7:51) e Isaías dice “Todo el día extendí mis manos a un pueblo
rebelde y contradictor” (Is. 65:2). Concluimos pues que la gracia de Dios no puede ser ni resistida ni recibida por el libre
albedrío del hombre (Heb. 10:26, 29).
PERSEVERANCIA
Creemos que no hay condenación en Jesucristo, que nada nos puede separar del amor de Dios en Cristo Jesús y que
tenemos seguridad en Jesús (Rom. 8:1,38-39; Jn.6:37; 10:27-28; Fil. 1:6). Creemos que el Espíritu Santo nos ha sellado
hasta el día de la redención. (Ef. 1:13-14; 4:30).
Pero también somos conscientes de las palabras de advertencias de Jesús que dijo, que no todo el que le diga Señor
será salvo (Mt. 7:21-23). Aparentemente hay muchos que dicen ser creyentes cuando en realidad no lo son (Lc. 9:62;
1Cor. 6:9-10; Gal. 5:19-21; Ef. 5:3-5). Los siguientes textos son muy serios al respecto y conviene revisarlos con
cuidado (Gal. 5:4; Col. 1:20-23; 2 Tim. 2:12; Heb. 2:12; 1 Tim. 4:1; 2Pd.2:20-21).
Pero también dice en 2 Pd. 1:10, “Por lo cual hermanos, tanto más procurad hacer firmes vuestra vocación y elección;
porque haciendo estas cosas no caeréis jamás”. Agradecemos a Dios por el ánimo en Judas 24 “Y a aquel que es
poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con alegría; al único Dios”.
Manteniendo un balance bíblico sobre estos difíciles temas de importancia, creemos en la perseverancia de los santos
(verdaderos creyentes), pero también estamos conscientes acerca de vidas pecaminosas entre aquellos que dicen ser
cristianos. Nosotros no tenemos todas las respuestas en estos asuntos, pero deseamos ser fieles al Señor y a su
Palabra. Si basáramos nuestra salvación en las obras y actitudes de la gente nos desanimaríamos. Pero cuando
ponemos nuestros ojos en el Señor estamos confiados (1 Pd. 1:3-9). No es fácil mantener la unidad en estos temas,
pues los caminos de Dios son inescrutables (Rom. 11:33) y la Biblia nos previene a no apoyarnos en nuestra propia
prudencia (Pr. 3:5). No es siempre fácil y entendible decir lo que Dios nos dice, ni más ni menos. Debemos de tratar de
evitar dividirnos y separarnos entre los creyentes.
Que el Señor nos ayude a amarnos el uno al otro, a ser benignos, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como
Dios nos perdona. Cuando nos encontremos con problemas doctrinales difíciles busquemos con humildad agradar a
Dios quien nos ha llamado a servirle en el cuerpo de Cristo. Discusiones, ¡sí! Desacuerdos, ¡sí! Divisiones, ¡no!
Jesús dijo que por los frutos nos reconocerían. Cuando una posición particular de las Escrituras nos lleva a convertirnos
en personas divisivas, argumentativas y legalistas, yo cuestiono la validez de esa posición. Busco aquellas cosas que
tienden a hacerme más benigno y misericordioso, entonces así sé que me estoy volviendo más como mi Señor. Si has
llegado a una fuerte convicción personal sobre un asunto doctrinal, por favor concédenos primero el privilegio de ver
como te ha ayudado a ser más como Cristo y luego juzgaremos si es que necesitamos llegar a la misma conclusión.
Siempre debemos buscar el fruto de toda enseñanza. Preferiría tener un argumento no muy bueno que defender y una
buena actitud que buenos argumentos y una mala actitud. Dios puede cambiar mi opinión y comprensión de los hechos
en un momento, pero a menudo le toma toda la vida producir cambios de actitud.
Suyos en amor,
Chuck Smith
Reforma y contrarreforma
La reforma
La Iglesia de comienzos de la Edad Moderna tiende a hacerse señorial, a acumular
riquezas, y a la ostentación de ellas. El papa tiene ambiciones políticas: se venden bulas para
conseguir dinero y ventajas políticas, y la Iglesia se instala en la corrupción para conseguir dinero,
por más que se condene la simonía, o venta de sacramentos. Se crea una teocracia imperial, que
disputa el poder temporal al emperador. Además, la recaudación del diezmo implica un ingreso de
dinero desde todos los reinos cristianos.
En contra de esta tendencia de ostentación y lujo está el Humanismo, que aboga por una
religión interior y personal, en oposición a la religión pública de los grandes actos. Esta idea hará
que algunos miembros de la Iglesia adopten posturas en contra de la actitud de Roma, e
intenten reformar la vida eclesiástica, para hacer de ella un modelo moral, más acorde con la
predicación y el mensaje de la Biblia, ante la sociedad.
En un principio, se opone a la rebelión contra el príncipe, pero luego justifica la sedición contra la
autoridad; tras la revuelta de los caballeros renanos, entre 1522 y 1523, la revuelta de los
campesinos, entre 1524 y 1525, y la terrible represión que desencadenó por parte de los príncipes
católicos y el emperador.
Juan Calvino (1509-1564) es otro de los reformadores de la Iglesia. Sus tesis están
directamente influidas por las de Lutero, pero las ha adaptado a las necesidades de la
burguesía urbana suiza.
Calvino funda una iglesia con sus seguidores en la que los fieles eligen a sus ministros.
La Iglesia anglicana no es fruto de una reforma sino de un problema político: la cuestión del
divorcio de Enrique VIII. En 1534 Enrique VIII promulga el acta de supremacía, según el cual
el rey tiene poder para intervenir en los asuntos de la Iglesia, y no el papa. Las diferencias entre la
Iglesia católica y la anglicana se producen con el tiempo, por las decisiones de distintos reyes.
La Contrarreforma
También en el seno de la Iglesia católica se hace un intento por moralizar la vida
eclesiástica y tener un espíritu más evangélico. Los jesuitas intentan una conciliación con los
protestantes, para lo que elaboran el mito de la Iglesia primitiva, y defienden el estudio del
Evangelio. Pero los jesuitas tienen un voto de obediencia al papa que será la esencia de la
contrarreforma. Además, los jesuitas negarán la religiosidad íntima, en favor de la de los
grandes ritos.
En el Concilio de Trento se crea el Índex, en 1559, con los libros que estaba prohibido leer a los
cristianos. Este Índex no dejará de crecer a lo largo del tiempo.
La complicación de la liturgia hace necesario que la gente tenga una cierta cultura, y el
Concilio se preocupa mucho por la educación del pueblo. Nacen, así, las órdenes educativas,
como los dominicos o los jesuitas, para enseñar la Doctrina.