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Filosofía. Historia y
pensamiento
Autor: Dick Lester Núñez Duarte

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Presentación del curso

Conoce el pensamiento filosófico y adéntrate en la historia de la filosofía. La


intención del curso, presentado como "
El saber filosófico: introducción a la filosofía" por el propio autor, es acercarte,
de manera introductoria, un panorama general de la historia de la filosofía
recorriendo el desarrollo y las variaciones de las ideas que han ido marcando el paso
de la historia del mundo occidental.
Estudiaremos, el tránsito de un pensar pre-filosófico hacia la constitución del
pensar filosófico; los métodos de la filosofía y su relación con otras disciplinas
como la ciencia, la religión, la historia y la ideología; la división de la filosofía:
metafísica, ontología, ética, estética, epistemología, gnoseología, lógica, etc.; la
historia de la filosofía en cuanto a metodología, objeto, importancia y utilidad; y una
visión panorámica desde la filosofía griega hasta la filosofía contemporánea del
siglo XIX y XX.

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1. Filosofía. Antecedentes. Pensamiento


pre-filosófico

INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA

PRESENTACIÓN

Este curso tiene la intención de ofrecer una visión introductoria de la filosofía. En él


se estudiaran los siguientes temas: las características del pensamiento prefilosófico,
la constitución del pensar filosófico, la idea general de la filosofía, los métodos de la
filosofía y la metodología de la historia de la filosofía.

1. ANTECEDENTES DE LA FILOSOFÍA

La filosofía es un quehacer esencialmente humano a través del cual se busca


explicar y transformar la totalidad. No obstante, éste no ha sido el único camino
empleado por el hombre para realizar tal propósito. Junto a la filosofía y aún antes
de su surgimiento, se han desarrollado formas de pensamiento no filosófico que
merecen ser estudiados en toda su complejidad, tanto por su cercanía al actuar
cotidiano de los individuos como por su importancia en las concepciones
sustentadas por éstos dentro de una sociedad determinada.

En este capítulo se presentan los rasgos distintivos de tres formas de pensamiento


no filosófico: el mito, la religión y el sentido común. Se ofrecen también los cambios
operados por el pensamiento filosófico frente a la tradicional manera de pensar
mítica.

I. EL PENSAMIENTO PREFILOSÓFICO

Dentro de las distintas actividades humanas, la constitución del pensamiento


filosófico no ha ocurrido de una manera espontánea.

Esto quiere decir, que su gestación se encuentra precedida por otro tipo de
explicaciones dadas por el hombre en su afán de dar respuesta a diversos
problemas, preocupaciones, interrogantes, intereses, etc., inherentes a su existencia.

Estas soluciones normalmente han estado en correspondencia con las actitudes


(mítica, práctica y otras) que el hombre ha asumido frente al mundo, y su aceptación
o validez ha estado apegada a las circunstancias propias de la realidad.

El pensamiento prefilosófico posee sus propias características, las cuales lo


distinguen del pensamiento filosófico y científico. En tal sentido, es oportuno hablar
separadamente de sus formas, ya sea mítica, religiosa o práctica.

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2. Actitud mítica

1. La actitud mítica

A través del mito, el ser humano ha encontrado respuestas a múltiples inquietudes


que sobre sí mismo y sobre el mundo le han sido planteadas por el solo hecho de
vivir. Esto es, ha encontrado en él las verdades que le ayudan a vivir.

Al mito podemos considerarlo como relato o como sistema de vida. Como relato,
puede hablarnos de los orígenes del universo y del hombre, de la dependencia del
hombre de la naturaleza, de las divinidades, de los héroes, etc.

Como sistema de vida, el mito nos lleva a la valorización de los patrones de


conducta y las respuestas vivenciales que por él son determinadas.

El mito tiene una vigencia social: tiene su origen y su sentido en el marco de un


grupo humano, que es precisamente quien determina sus modalidades, su forma.

Los antiguos, vieron siempre al hombre como parte de la sociedad y a ésta como
inmersa en la naturaleza; dependiendo de las fuerzas cósmicas. Para ellos no había
oposición entre la naturaleza y el hombre y, por tanto, no existía la necesidad de
aprehenderlos siguiendo modos de conocer diferentes.

Los fenómenos eran concebidos, en general, en relación con la experiencia humana,


y ésta a su vez, era referida a los acontecimientos cósmicos.

En el pensamiento antiguo, la especulación tenía posibilidades ilimitadas para su


desarrollo debido a que no tenía las restricciones que implica una indagación
científica de la verdad (metódica) y a que el dominio de la naturaleza no se distingue
del dominio humano.

En la lógica del pensamiento creador de mitos, las ideas no son autónomas, sino
que están inmersas en la peculiar actitud mostrada hacia el mundo de los
fenómenos, y en cuanto a esto, hay que aclarar que cuando los investigadores han
presentado testimonios de que el hombre primitivo tenía un modo prelógico de
pensar, se refieren, probablemente, a las prácticas mágicas y religiosas.

Si tratamos de definir la estructura del pensamiento creador de mitos y de


compararlo con el pensamiento científico moderno tenemos que: este último se
caracteriza por la distinción entre lo subjetivo y lo objetivo, y es precisamente en
esta distinción sobre la que se basa el procedimiento crítico y analítico por medio
del cual el pensamiento científico reduce progresivamente los fenómenos
individuales a acontecimientos típicos sujetos a leyes universales.

En la experiencia primitiva no hay lugar para un análisis crítico semejante, para él


carece de significado la distinción entre el conocimiento subjetivo y el objetivo.

El pensamiento primitivo reconoce naturalmente la relación de causa a efecto, pero


le es imposible concebir la causalidad como una operación impersonal, mecánica y
sujeta a leyes.

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Los dioses, como personificación de las fuerza naturaleza, satisfacen las
necesidades del hombre primitivo de encontrar causas que le expliquen el mundo
de los fenómenos.

Para el pensamiento creador de mitos, la vida del hombre y la función del Estado se
encuentran encajadas en la naturaleza, y los procesos naturales son afectados por
los actos del hombre, del mismo modo que la vida humana depende de su
integración armoniosa con la naturaleza.

Para la conciencia mítica la realidad es todavía homogénea e indiferenciada, por


tanto, no existe ninguna delimitación fija entre lo meramente representado y la
percepción real, entre deseo y cumplimiento, entre imagen y cosa, entre el mundo
del ser inmediato y el mundo de la significación mediata.

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3. Actitud religiosa y práctica

2. La actitud religiosa

A través de la actitud religiosa el creyente fundamenta su existencia en el mundo y


también, por lo menos en muchas de las religiones, vive en función de una
existencia futura, más allá de la muerte.

Su vivir presente o mundano, es generalmente preparación para el vivir futuro, en


donde obtendrá premio o castigo según sea el caso.

La religión es religación, lazo de unión entre el hombre y su Dios. Esta religación


puede enmarcarse dentro del mito, puede ir más allá del mito por medio de la
búsqueda racional de la coherencia del dogma, tal y como lo hace la teología; o por
medios del concepto antideterminista del libre albedrio; o incluso por la toma de
conciencia del campo de vigencia de la religión, comprendiendo que hay otros
campos de acción y de reflexión en que no le corresponde a ella determinar, sino a
otras disciplinas como lo relativo a los astros, los números, las tormentas, etc.

3. La actitud práctica

Es el conjunto no sistemático de "verdades" o conocimiento nacidos de la propia


experiencia y de la ajena que han sido transferidos de generación en generación.
Estos conocimientos nos sirven para subsistir y nos resuelven los problemas más
elementales que van desde la forma de bajar una fruta por medio de una pedrada
lanzada por una honda, hasta la elaboración de utensilios de barro.

A esta actitud la llamamos "práctica" porque no pretende dar respuesta a grandes


problemas inmanentes o trascendentes, sino, más bien, solucionar los problemas
que se van presentando y que requieren soluciones inmediatas.

Entra en juego en ella el llamado "sentido común", esa facultad de resolver


razonablemente las cosas y que todos poseemos.

La actitud práctica puede estar, sin embargo, enriquecida por una actitud mítica,
semi-mítica o por la ciencia.

Así, pues, la realidad no se presenta originalmente al hombre en forma de objeto de


intuición, de análisis y comprensión teórica; se presenta como un campo en que se
ejerce su actitud práctico sensible y sobre cuya base surge la intuición práctica
inmediata de la realidad.

La práctica utilitaria inmediata y el sentido común correspondiente ponen al hombre


en condiciones de orientarse en el mundo, de familiarizarse con las cosas y
manejarlas, pero no les proporciona una comprensión de las cosas y de la realidad.

El conjunto de fenómenos que llenan el ámbito cotidiano y la atmósfera común de la


vida humana, que con su regularidad, inmediatez y evidencia penetra en la
conciencia de los individuos agentes asumiendo un aspecto independiente y natural,
forma el mundo de la pseudoconcreción.

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En el mundo de la pseudoconcreción el lado fenoménico de la cosa, es considerado
como la esencia misma, y la diferencia entre esencia y fenómenos desparece.

El fenómeno es, por tanto, algo que, a diferencia de la esencia oculta, se manifiesta
inmediatamente, primero y con más frecuencia.

Si el hombre busca descubrir la esencia oculta o la estructura de la realidad, debe ya


poseer, antes de iniciar cualquier indagación, cierta conciencia de que existe

una verdad oculta de la cosa. El hombre da un rodeo y se esfuerza en la búsqueda


de la verdad sólo porque presupone de alguna manera su existencia, y en virtud de
que la esencia -- a diferencia de los fenómenos- no se manifiesta directamente, y
por cuanto el fundamento oculto de las cosas debe ser descubierto mediante una
actividad especial, existe la ciencia y la filosofía.

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4. Pensar filosófico. Hacia su constitución

II. HACIA LA CONSTITUCIÓN DEL PENSAR FILOSÓFICO

En el surgimiento de la filosofía no hay causas milagrosas, "no hay -sostiene


Vernant- una inmaculada concepción de la razón. El aparecimiento de la filosofía no
es un milagro, es un hecho de historia, enraizado en el pasado, formándose a partir
de él al mismo tiempo que contra él."

No obstante es importante señalar que hay quienes consideran que la aparición del
pensamiento racional ha significado un corte radical en la historia de la humanidad.
Más aún hay quienes piensa, como Burnet, que los griegos inventaron la filosofía por
ser un pueblo dotado de una inteligencia excepcional, en tal sentido afirma que "los
filósofos jonios han franqueado la vía que la ciencia, a partir de este momento, no
ha tenido más que seguir. Aparece pues el surgimiento de logos como una especie
de milagro".

Indudablemente a nuestro juicio esta interpretación resulta bastante simplista


puesto que nada en la historia surge porque sí. Y es necesario ubicar en su contexto
las causas por las cuales el pensamiento mítico se fue debilitando. Esto significa que
debemos rastrear una serie de condicionamientos que favorecieron la aparición del
pensamiento racional.

En primer lugar hay que tomar en cuenta una serie de transformaciones históricas
que se produjeron a partir del siglo VIII a. C., entre ellas "el tránsito de las
economías agrarias relativamente cerradas hacia la constitución de importantes
centros urbanos y marítimos comerciales tales como Mileto, ciudad que, en el siglo
VI a. de C. se constituyó en uno de los puntos centrales del comercio internacional
de la época, comercio que relacionaba a egipcios, fenicios, etruscos, jonios, aqueos
y carios y que generó una acumulación importante de riquezas en las comunidades
griegas; al mismo tiempo estas ciudades, Éfeso, Samos, Colofón, Mileto, etc.
conocían un intenso proceso de democratización, fenómeno ligado al necesario
desplazamiento político que de las antiguas noblezas y reyes de origen agrario
intentaron realizar los armadores y comerciantes ricos griegos. En Atenas, uno de
los más importantes núcleos culturales griegos, la base de la jerarquía social va a
estar constituida por la riqueza y no por el nacimiento."

En ese periodo están presentes otros acontecimientos que hacen posible el


surgimiento del logos: la aparición de la moneda, la escritura alfabética, el
calendario, la organización política de las ciudades, el mayor progreso técnico, etc.,
pero también el hecho de que en Mileto no existiera una casta sacerdotal poderosa,
hizo más expedito el que el saber se fuese volviendo laico.

Vamos a ver a continuación cuáles fueron los cambios operados por el pensamiento
filosófico frente a la tradicional manera de pensar mítica.

Recordemos que para dicha mentalidad la relación de los hombres con los demás
seres vivos era simpatética debido en gran parte a que el hombre no se consideraba
como el ser más perfecto en la escala animal, sino que un miembro más de la gran
sociedad vital. Es por ello que su trato con las cosas estaba teñido de sentimiento y
utilidad.

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Con la aparición del pensamiento racional, en cambio, se instaura una visión


analítica de modo que se contraponen claramente el yo y las cosas, el hombre toma
distancia de ellas, lo cual supone no verlas en su familiaridad como cosas para o
instrumentos a través de los cuales se realizan determinados fines, sino que se
contraponen como objetivos, como entes independientes, poseedores de un ser fijo,
lo cual quiere decir que ya las cosas no cambian por el capricho de seres
sobrenaturales, como acontecía en la visión mítica del mundo, motivo por el cual
aquellos sólo podían ser objeto de narración. Al adquirir una naturaleza fija, las
cosas podrán llegar a ser objeto de definición, es decir se objetiviza la naturaleza,
se la despeja de la influencia sobrenatural.

Pues bien, conjuntamente con lo cambios operados a nivel del objeto, acaecen
también modificaciones en el sujeto; éste ahora se diferencia radicalmente de los
demás seres vivos y advierte que su diferencia específica, su racionalidad, es la raíz
de tal diferenciación.

Precisamente es por medio de dicha facultad por la que se dispone aceptar la nueva
manera de ser que descubren en las cosas.

Entendemos no obstante que el paso del mito al logos, aunque significa toda una
revolución en la manera de enfocar la realidad, la filosofía naciente no puede
erradicar sino muy gradualmente algunos vestigios del pensamiento mítico, el que
indudablemente siguió teniendo vigencia en grandes sectores de la población.

De todas maneras es bueno recordar con J. Pierre Vernant que "el nacimiento de la
filosofía aparece solidario de dos grandes transformaciones mentales: un
pensamiento positivo, que excluye toda forma sobrenatural y que rechaza la
asimilación implícita establecida por el Mito entre fenómenos físicos y agentes
divinos; un pensamiento abstracto que despoja a la realidad de este poder de
mutación que le prestaba el mito."

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5. Idea general de la filosofía. Actividad


esencialmente humana

2. IDEA GENERAL DE LA FILOSOFÍA

I. LA FILOSOFÍA COMO ACTIVIDAD ESENCIALMENTE HUMANA

Con persistencia frecuente se oye preguntar a doctos e ignorantes: "¿Qué es la


filosofía?" Durante veinticinco siglos no ha dejado de resonar por un instante la
misma pregunta. Desde que los griegos formularon por primera vez, no hubo época
culta o inculta que no se la planteara.

Señalar el sentido que tiene esta pregunta a través de la historia del pensamiento
humano implica nada menos que escribir una historia completa de la filosofía. La
respuesta del filósofo no podría expresarse sin enunciar integralmente el sistema
filosófico de cada pensador; tal es la íntima vinculación existente en la problemática
filosófica.

Cuando pregunta el hombre de la calle "¿qué es la filosofía?", espera como


respuesta: la filosofía es tal cosa. Asigna a esa pregunta el mismo sentido que a
todas las que se formula en la vida diaria.

Cuando se pregunta: ¿qué es París?, se contesta: París es la capital de Francia. Mas


con respecto a la filosofía nadie puede darle una respuesta concreta. Recibe
contestaciones vagas; a veces contradictorias. Y antes la imposibilidad de obtener
una respuesta que diga: "La filosofía es tal cosa", el hombre de la calle -que no tiene
capacidad para las cuestiones teóricas y por lo tanto no puede dar otro sentido a la
pregunta- se decidirá por cambiar los términos de la formulación y se interrogará a
sí mismo, y a los demás, de esta manera: ¿Para qué sirve la filosofía?

En la mayoría de los casos la respuesta a la pregunta "¿para qué sirve la filosofía?"


será negativa: la filosofía no sirve para nada. Quien se pregunta para qué sirve la
filosofía no percibe que esta interpretación sólo tienen sentido si se considera a la
filosofía como un medio para alcanzar un fin. Preguntar para qué sirve una cosa es
asignarle a esa cosa un valor instrumental. A nadie se le ocurriría preguntar para
que sirve algo si no considera ese algo como un medio para alcanzar un fin.

Preguntar para qué sirve algo que es fin en sí mismo no tiene sentido. Tiene, pues,
razón el hombre de la calle al afirmar que la filosofía no sirve para nada, porque por
nada puede servir por lo que por su naturaleza no constituye un medio para lograr
un fin.

Claro está que el hombre de la calle -y con él muchas personas aparentemente


cultas-no ve esta distinción y se felicita de no entender nada de algo que no sirve
para nada. Aquí se ve en forma concreta cómo dentro de una pregunta se encierra
una respuesta. En el planteamiento del problema: "para qué sirve la filosofía", va
implícita la respuesta de que sirve para tal o cual cosa; es decir, que es un medio
para alcanzar un fin que está fuera de ella.

La filosofía no puede ser definida. Definir es reducir a conceptos una realidad


determinada. Y la filosofía se resiste a ser reducida a conceptos; porque la filosofía

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determinada. Y la filosofía se resiste a ser reducida a conceptos; porque la filosofía
no es mero conocimiento racional de algo. Es más bien una actitud espiritual, una
manera de ser, una actitud frente al mundo. Por eso, más que de filosofía debemos
hablar de filosofar. El filósofo es tal en tanto filosofa y no en tanto "sabe" en el
sentido vulgar de la palabra "saber"; la filosofía se "vive".

Por eso es imposible enseñar filosofía. Puede enseñarse una disciplina formada por
proposiciones puramente racionales: pero no la filosofía, que no es un saber
puramente racional y que es por tanto intrasmisible. La filosofía no se enseña, pero
la filosofía sí se aprende.

Lo veremos en el próximo capítulo...

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6. Idea general de la filosofía. Actividad


esencialmente humana. Etimología

Aprender filosofía no es aprender lo que dijo Fulano o Mengano, por más ilustre que
sea. Aprender filosofía es aprender a filosofar; es aprender a estar frente al mundo
en actitud resuelta y valiente, a interrogarle, a tratar de descubrir sus secretos sin
conformarse con las soluciones que ofrecen la ciencia y la religión. No es que la
filosofía sea contraria a la ciencia y a la religión, sino que está en plano distinto. La
ciencia y la religión tienen límites impuestos desde afuera; la filosofía no tiene
límites, porque los que se impone a sí misma son siempre provisorios.

Sorprenderá que un profesor de filosofía afirme que esta disciplina no se enseñe.


Pero así es: la filosofía no se puede enseñar; es decir, no se puede enseñar cómo se
enseña la ciencia y la técnica.

Enseñar filosofía es enseñar a tomar la actitud filosófica; es enseñar a problematizar


las cosas que nos rodean y a nosotros mismos; en una palabra, es enseñar a
filosofar. Para ello es necesario enseñar al discípulo a tomar esa exactitud, sugerirle
una manera de ser, inducirle a ver el mundo despojado de las contingencias
particulares. Pero no se puede enseñar filosofía a quien no es ya filósofo; es decir, a
quien no tenga ya una predisposición especial para mirar las cosas; a quien no
sienta en sí mismo un impulso que lo lleve a preguntarse qué hay más allá de las
cosas que nos rodean.

La filosofía es, pues, ante todo, un "hacer" del hombre. Este "hacer" del hombre, que
se llama filosofía, pone en juego la totalidad de la persona. Mal podría filosofar el
hombre si dispusiera únicamente de la razón o sólo de las formas de la afectividad.
La filosofía en una actividad irracional racionalizada. Su primer momento está
constituido por el asombro. El asombro no lleva a la problematización.
Problematizar las cosas: he aquí la verdadera actitud filosófica. Su último momento
es de carácter más bien racional y podría caracterizarse por el afán o el espíritu de
sistematización. Del asombro a la sistematización se mueve la filosofía; de lo
irracional a lo racional, pero siempre dentro de los estrictamente humano.

La filosofía es, pues, el estudio de la realidad desde el punto de vista de la totalidad.


Ésta no es una definición de la filosofía, sino una caracterización más que debe
agregarse a las ya enunciadas.

II. ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO FILOSOFÍA

Etimológicamente, filosofía procede de los vocablos griegos Phileo (amor) y Sophia


(sabiduría). Significa pues, amor a la sabiduría. El verbo fileo, además de amar, tiene
el significado de tender, aspirar.

Si el término filosofía significa amor a la sabiduría o al saber, filósofo será el amante


de la sabiduría.

Se atribuye a Pitágoras (496-580 a. C.) la precisión del término filósofo cuando


León, rey de los Fliacos, preguntó a Pitágoras cual era su profesión, este contexto
que no era sabio (sofos) sino simplemente un filósofo (amante a la sabiduría,
aspirante a ella).

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aspirante a ella).

El que es sabio, no filosofa. Lo mismo sucede con los ignorantes; ninguno de ellos
filosofa, ni desea hacerse sabio, porque la ignorancia produce el pésimo efecto de
persuadir a los que no son sabios, de que lo son, porque ninguno desea las cosas de
que se cree provisto.

El filósofo, pues, no es ignorante, porque busca la sabiduría, la ama, la desea, tiene


afán de saber, nunca está satisfecho con lo que sabe, dirá con Sócrates: "Solo sé que
no sé nada".

Filosofar es reconocer, la propia ignorancia, la indigencia, y aspirar constantemente


a la sabiduría, a la riqueza. El móvil del filosofar tiene que ser el amor, un amor
fuerte, constante, siempre ávido. No se trata de un quehacer meramente intelectual,
sino que compromete a toda la persona.

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7. Filosofía. Diversas concepciones

III. DIVERSAS CONCEPCIONES DE LA FILOSOFÍA

El concepto de filosofía se ha venido modificando a través de la historia. La filosofía


al igual que todas las creaciones del hombre (arte, ciencia, religión, etc.), es
histórica. No puede comprenderse la filosofía si no se relaciona con el hombre y con
las situaciones concretas en que ésta se da. De hecho, no puede hablarse
llanamente de filosofía ya que esto sería demasiado abstracto.

Sólo puede hablarse de filosofía griega, filosofía cristiana, etc., o sea, de la filosofía
dentro de una circunstancia determinada.

Es conveniente caracterizar -aunque sea de manera general- este concepto en


diversos momentos de la historia y particularmente en los filósofos según la época
que les tocó vivir.

Los primeros filósofos, los presocráticos, aluden primordialmente al logos como


principio o concepto explicativo del universo. La razón sería así un instrumento de
certeza. Son estos filósofos quienes enseñan las primeras respuestas a partir de la
pregunta fundamental que interroga por el origen del cosmos.

Para Sócrates, la tarea de la filosofía consiste en un conocerse a sí mismo. Para los


sofistas Protágoras y Gorgias, contemporáneos de Sócrates, la filosofía tiene por
objeto estudiar al hombre quien por cierto se define como "la medida de todas las
cosas".

Para Platón, la filosofía tiene por objeto la adquisición del conocimiento,


conocimiento que no tienen como base las cosas sensibles porque en estas, dice, no
se encuentra una verdad segura. El verdadero conocimiento, entonces, se encuentra
según Platón, en el mundo de las ideas o lugar celeste, pues las ideas son los
modelos eternos (lo que no cambia) y son las verdaderas esencias de las cosas. En
este sentido, la filosofía será una constante búsqueda de la verdad y de la belleza.

Para Aristóteles, la filosofía es una ciencia que se ocupa de las causas y de los
principios de las cosas. En este sentido, la filosofía para Aristóteles es una ciencia o
conocimiento verdadero de lo universal y no de las cosas meramente particulares.

Con los escépticos, los epicúreos, los estoicos y cínicos, la filosofía cambia de
dirección. La filosofía ahora, busca encaminar las acciones de los hombres hacia una
vida moral o recta. Se puede decir que con estos filósofos, en lugar de tener la
filosofía un saber estrictamente teórico, presenta ahora un interés orientado a los
problemas morales. La filosofía, en este sentido, será maestra de la vida, o bien,
guía de la virtud. Todas estas escuelas se centran en las cuestiones morales.

Por su parte, Santo Tomás de Aquino concibe la filosofía como subordinada a la


teología: La filosofía es sierva de la teología. La relación que guardan es la misma
relación que se establece entre la fe y la razón. Por ejemplo la ciencia caracterizada
fundamentalmente como racional, deberá esclarecer y fundamentar los dogmas
cristianos.

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Para Descartes y los racionalistas, la filosofía es el estudio de la sabiduría tratando
de conocer las primeras causas de las cosas. Ese estudio debe partir de principios
evidentes y, con un método matemático, de construir un sistema de verdades.

Para Hume y los empiristas, la filosofía se ocupa de analizar las condiciones del
conocimiento humano.

Para Kant, la filosofía es una reflexión sobre la cultura humana, es decir: la ciencia,
el arte, la moral, la religión. Kant tiene el mérito de haber criticado y superado a la
metafísica, por lo que se puede señalar: que según este filósofo, la filosofía es una
ciencia crítica que se propone delimitar los alcances del conocimiento humano.

En fin, las definiciones sobre la filosofía se continúan e incluso se multiplican a lo


largo de la historia. Hegel, Marx, B. Russell, Wittgenstein, entre otros, son quienes
también han aportado otras tantas definiciones y concepciones de ésta cada uno
desde su particular perspectiva. Veamos algunos de estos pensamientos en torno a
la filosofía:

* La filosofía es la autorreflexión del espíritu sobre sí mismo, o el conocimiento del


desarrollo del espíritu desde los seres inferiores hasta el Espíritu Absoluto (Hegel).

* La filosofía es una saber crítico de la realidad existente, pero esta crítica no basta,
porque la filosofía debe ser, además, práctica, esto es, práctica revolucionaria que
influya en la transformación de una realidad social (Marx).

* La filosofía surge de la vida, por la necesidad vital que tenemos de unificar los
fenómenos. La filosofía, como la vida, es irracional (Dilthey).

* La meta de la filosofía es el esclarecimiento lógico de los pensamientos. La


filosofía no es una teoría sino una práctica (Wittgenstein).

* Pero la filosofía es un sistema de acciones vivientes, como pueden serlo los


puñetazos, sólo que los puñetazos de la filosofía se llaman ideas (Ortega y Gasset).

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8. Objeto de estudio filosófico

IV. EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA

Con el fin de no sembrar conclusiones gratuitas, nos vemos obligados ahora a


señalar una cuestión que no debe pasar inadvertida: hace referencia a la inquietud
que seguramente han despertado las múltiples definiciones y concepciones
filosóficas presentadas. Seguramente a quien se inicia en la filosofía le habrá
causado sorpresa la gran variedad de definiciones y concepciones filosóficas.

Seguramente el lector se preguntará: ¿cuál es la filosofía correcta entre tantas


definiciones? En contraste con la filosofía, las ciencias naturales parecen estar
fincadas sobre bases firmes: presentan una sistematicidad o unidad teórica estable.
La filosofía comenzó por ser madre de todas las ciencias, pero al paso del tiempo
las filosofías se multiplicaron.

Las ciencias, por el contrario, al desprenderse de la filosofía, observamos que


delimitan su objeto de estudio, es decir, se fijan por así decirlo un campo específico
de análisis sobre el cual recae su investigación. Pero la filosofía, al pluralizarse su
objeto de estudio, se torna más complicada, a punto que ahora nos preguntamos:
¿cuál es el objeto de estudio de la filosofía?, ¿cuál es la filosofía correcta que
debemos adoptar?

Con respecto a la pregunta sobre cuál es la filosofía correcta, señalaremos que no


hay filosofías verdaderas ni filosofía falsas. Son simplemente diversos modos de
hacer filosofía porque los objetos de su análisis o reflexión se han venido
modificando en el desarrollo de la historia.

En este sentido, vemos parecer varios modos de hacer filosofía, o dicho de otro
modo diversas maneras de reflexión filosófica. Y en el mismo sentido te
preguntarás: ¿cuál es ahora la filosofía que debo escoger? Te podríamos contestar:

"La que mejor responda a los intereses y aspiraciones que dan sentido a la vida:
puede, por tanto, ser esta o aquella filosofía, pero siempre evitar el dogmatismo
dejando abierta la posibilidad de contrastarla con otras posiciones filosóficas. Éste
es el antídoto verdadero contra todo dogmatismo que es incompatible con el
verdadero filosofar".

Y si finalmente nos preguntamos: ¿cuál es entonces el objeto de estudio de la


filosofía?, cabría apuntar que, si la filosofía en la antigüedad tenía por objeto de
estudio la totalidad de las cosas (es decir, la realidad o el ser en su totalidad),
actualmente se discute si el ser en general sobre el que recae la reflexión filosófica.
Ciertamente la filosofía no se ha quedado sin objeto de estudio, ni tampoco como
se podría concluir, es una reflexión que borda en el vacío.

La filosofía no es ya un saber de lo absoluto ni sustituye a una ciencia particular, ni


es tampoco una ciencia suprema en relación con las demás.

Así pues, de lo dicho no se concluye que la filosofía haya perdido su campo de


reflexión, aun cuando de ella se hayan desprendido las ciencias particulares o bien
se hayan diversificado en múltiples campos u objetos de reflexión.

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La filosofía continúa esclareciendo la relación que guarda el hombre en el


entramado de las relaciones sociales, políticas, económicas e ideológicas, o bien,
como afirma la filosofía analítica, analiza los métodos y las teorías de las ciencias
particulares. También pueden asignarse como tareas propias de la filosofía los
problemas relativos al arte, la literatura, la política y la moral.

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9. Filosofía y otras disciplinas. Filosofía y ciencia

V. LA FILOSOFÍA Y OTRAS DISCIPLINAS

Tan habituados estamos a la actual tensión de la filosofía y los demás saberes


naturales, que se nos hace sumamente difícil comprender que las cosas hayan
podido ser alguna vez de otra manera. Hubo, no obstante, un tiempo en que la
unidad del conocimiento humano, aunque provista de órganos y establecida como
un cierto conjunto de saberes prevaleció sobre sus divisiones, y toda ella era
designada con un solo vocablo: el de "filosofía".

Esta palabra significaba toda ciencia humana, y no sólo cada una de ellas, sino
también su íntegro conjunto o repertorio. En la Antigüedad, y sobre todo en Grecia,
la división del ámbito total de los conocimientos humanos era, pues, primordial y
esencialmente, a la que distinguía entre el conocimiento vulgar y el conocimiento
filosófico, esto es, la ciencia.

Con la aparición de la teología de la fe el organismo del conocimiento científico se


agrupó de otra manera. El saber filosófico, aun conservando sus internas divisiones,
hubo de ser contrapuesto, no sólo como ciencia, a los conocimientos y opiniones
vulgares, sino, también, en cuanto ciencia meramente natural, a la sabiduría
teológica, fundamentada en datos revelados. La división fundamental consistió, así,
dentro de la ciencia, en distinguir los conocimientos puramente racionales, de los
que connotaban un origen sobrenatural y especialmente divino. Pero también se
llegó a un divorcio entre ambas formas de ciencia.

Frente a esta milenaria tradición de unidad la Edad Moderna ha sido el tiempo de la


radical desmembración y fractura del saber humano. Cada grupo o conjunto de
conocimientos recaba para sí, de una manera exclusiva, el verdadero título de
ciencia, y acontece, por cierto, que las que hasta entonces lo habían sido de una
manera menos rigurosa, comienzan pretendiendo un trato de igualdad con relación
a las más perfectas, y acaban por creerse superiores a ellas. Tal es el caso extremo
del "positivismo", donde la teología y la metafísica se entienden "superadas" por las
nuevas ciencias, que se despreocupan de toda clase de intereses trascendentes.

De esta manera, en su presente estado, el ámbito de los conocimientos científicos


viene a organizarse, en su conjunto, de la siguiente forma: 1 la teología de la fe; 2 la
filosofía, que abarca tanto la que lo es de una manera propia y adecuada -la
metafísica-, analógico (las ciencias filosóficas particulares, pero no autónomas); 3
todas las ciencias estrictamente particulares.

1) Filosofía y ciencia

La investigación de una parte de la realidad por sus causas inmediatas, es el objeto


de la ciencia.

La investigación de toda la realidad como un todo y su explicación por las causas


primeras dentro del orden natural, es el objeto de la filosofía. Decimos dentro del
orden natural para indiciar el uso de la razón y de los sentidos en dicha investigación.

La ciencia, utiliza la inducción, la deducción y la verificación; la filosofía tiene un

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uso restringido de esos métodos. La filosofía busca las esencias, lo inmutable, lo
universal de las cosas, mediante sus causas primeras. La ciencia usa la hipótesis, la
teoría para llegar finalmente a la ley, que puede ser representada matemáticamente.

Hay varias opiniones respecto a la relación entre ciencia y filosofía. Algunos creen
que ambas se oponen en o por lo menos que no hay relación entre una y otra, ya
que se diferencian en sus objetivos y en sus métodos.

Otros, por el contrario, identifican ciencia con filosofía y afirman que la ciencia es
solo una etapa de la investigación filosófica, ya que la filosofía es una entre tantas
ciencias.

Creemos que en realidad, ciencia y filosofía deben distinguirse y complementarse.


Ambas tienen como objetivo descubrir la verdad, cada una en sus campos propios.
Por ejemplo en el estudio del ser, la ciencia estudia los seres existentes (los entes) y
de esos entes indaga los fenómenos, las manifestaciones de dichos entes que
pueden ser captadas por nuestros sentidos. La filosofía trata de indagar el misterio
del ser, que se manifiesta en los entes. "La ciencia tiene como fin escuchar la voz de
los entes, la filosofía, escuchar la voz del ser en los entes..."

Pueden cometerse dos errores: pretender que la única vía para investigar la verdad
es la filosofía y minimizar la investigación por medio de los sentidos y de los
métodos científicos. El otro error sería el cientificismo que pretende que el único
conocimiento válido es el obtenido por los sentidos, cuyos resultados pueden
matematizarse. Un buen ejemplo de la complementación entre filosofía y ciencia, la
encontramos en el pensamiento y proceder de los grandes filósofos y científicos.
Tomemos el ejemplo de Einstein, cuyos escritos acerca de la física moderna se
acercan tanto a la filosofía.

Aristóteles fue un gran filósofo y científico a la vez. Lo mismo podemos afirmar de


Newton, Pascal, Leibniz, Descartes, Husserl.

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10. Filosofía y religión, historia e ideología

2) Filosofía y religión

La religión abarca también un conocimiento total y universal de la realidad, pero en


virtud de la causa primera, más allá del orden natural, por medio de la revelación.
Se basa en la fe, aunque también se vale de la razón para interpretar y explicar la
revelación, papel que desempeña la teología. Religión y filosofía no se oponen, sino
que se ayudan mutuamente, se complementan.

Es interesante advertir que casi todos los filósofos griegos, exentos de prejuicios
posteriores, llegan en su búsqueda filosófica a Dios, como causa suprema de todo
lo que existe, y explicación última a nuestros enigmas. La historia de la cultura y de
la ciencia nos dan muchos ejemplos de grandes científicos y filósofos que fueron al
mismo tiempo hombres sumamente religiosos. Recordemos algunos nombres:
Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, Galileo, Leonardo da Vinci, Descartes, Pascal,
Leibniz.

En otra ocasión el mismo Einstein declaro: "La experiencia religiosa cósmica es el


resorte más fuerte y noble de la investigación científica. Mi religión consiste en una
humilde admiración por el ilimitado Espíritu Superior que se revela así mismo en los
pequeños detalles que podemos percibir con nuestras mentes frágiles y débiles. Esa
profunda convicción emotiva de la presencia de un poder razonador superior, que se
revela en el incomprensible universo, forma mi idea de Dios.

3) Filosofía e historia

En cuanto a la relación que puede guardar la filosofía con la historia y esta última
con la primera, Lucien Goldman señala que el conocimiento concreto no es una
suma, sino una síntesis de abstracciones justificadas. Y tiene razón porque la
filosofía, en cuanto es expresión (racionalidad objetiva) de una determinada realidad
social, tiende a superar el pretendido cientificismo histórico y sociológico que sólo
se ocupa de la descripción de los fenómenos. En este sentido, ninguna encuesta,
ninguna monografía podrá poner en evidencia los factores de transformación y de
renovación de una sociedad, cuando mucho se describirán fenómenos, haciendo un
registro empírico de los mismos. Para Lucien Goldman: "los hechos registrados por
una monografía o una encuesta, sólo adquieren su significado válido dentro de una
visión de conjunto", es decir, una explicación científica de los fenómenos sociales
que no excluya el contenido humano de los mismos.

Interpretando a Lucien Goldman, nos atrevemos a decir que las ciencias humanas, la
historia y la sociología sólo se constituyen como ciencias si no excluyen al hombre
como sujeto que conoce y transforma su mundo. A ese respecto, la defensa que
Sartre hace del hombre y del os humano en su obra Crítica de la razón dialéctica es
digna de tomarse en consideración. Para Sartre, la realidad humana no debe
entenderse como algo pasivo y sin vida; el sujeto debe ser salvado del determinismo
que lo reduce a simple cosa. La historia, en este sentido, no es historia sin sujeto, ya
que este se envuelve en un proceso único, que es al mismo tiempo objetivo humano.

Recapitulemos y regresemos de nueva cuenta a la idea primera. La filosofía es


crítica, porque es dialéctica o porque es ciertamente, acción que niega y supera en el

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terreno del conocimiento un presente histórico y social. Y los supera en su
concepto, si la realidad es accesible y está abierta a su comprensión es decir a su
conceptualización.

4) Filosofía e ideología

Para José Ferrater Mora, filosofía e ideología se relacionan. La ideología, según


apunta Ferrater, es objeto de análisis y crítica de la filosofía. Según Sánchez Vázquez
en sus Ensayos marxistas sobre filosofía e ideología, sostiene que dicha relación
propuesta por Ferrater Mora es de alguna manera externa. La filosofía en dicha
relación parece no contaminarse de la ideología. En este punto dice Sánchez
Vázquez "que la relación entre filosofía e ideología debe ser considerada no sólo
desde su lado exterior, sino también desde su lado interno; o sea, considerando que
la filosofía no sólo se relaciona con la ideología en cuanto convierte a ésta en objeto
de análisis, crítica o revisión; o traza frente a ella una línea de demarcación, sino
también en cuanto que ella misma es ideología".

A juicio de Sánchez Vázquez, la noción de ideología en un sentido amplio se puede


caracterizar en tres aspectos fundamentales: a) su contenido teórico, b) su génesis o
su raíz social, c) su uso o función práctica.

En el primer caso, la ideología es un conjunto de enunciados que apuntan a la


realidad y a problemas reales, y entrañan explícita o implícitamente una valoración
de ese referente real, o dicho de otro modo, que dicho conocimiento que se tenga
de la realidad implica una ideología; esto es, que comprende juicios de valor como
exhortaciones o expresiones de deseo.

En el segundo caso, el contenido teórico se encuentra en una relación estrecha con


los intereses, aspiraciones e ideales de una clase social determinada. Por ejemplo,
en una sociedad dividida en clases encontramos dos ideologías opositoras: una
ideología socialista que vive su peor crisis y una ideología burguesa que detenta el
poder. De este modo, la ideología que detenta el poder político corresponde a la
clase burguesa, la cual justifica y legitima su dominio sobre el conjunto de la
sociedad.

Finalmente en el tercer aspecto -Sánchez Vázquez- continúa apuntando, que la


ideología tiene un sentido práctico cuando aspira a guiar las acciones de los
hombres. En este caso podríamos decir que la ideología no explica, sino justifica
una acción determinada.

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11. Temas y división de la filosofía

VI. TEMAS Y DIVISIÓN DE LA FILOSOFÍA

Existen muchos puntos de vista para hacer una división de la filosofía. La pesquisa
filosófica se orienta hacia tres objetos fundamentales: 1.- El conocimiento del SER
(general y particular); 2.- El conocimiento del YO y sus relaciones con el ser; 3.- El
conocimiento del conocimiento. A cada uno de estos objetos, corresponde un grupo
de disciplinas cuyo objeto constituye la filosofía.

Primer grupo: estudio del ser, objeto de la METAFÍSICA, que se divide en general y
toma el nombre de ONTOLOGÍA, y especial porque estudia algunos seres de suma
importancia: el mundo (la Cosmología) y Dios (teodicea o teología natural).

Segundo grupo: estudio del Yo, comprende la psicología filosófica. Las relaciones
del Yo con los demás seres son objeto de la Axiología, a la que a su vez se divide en
Ética y Estética.

Tercer grupo: el estudio del propio conocimiento es llevado a cabo por la teoría del
conocimiento (llamada también Epistemología y Gnoseología). La lógica estudia los
pensamientos en cuanto a tales y formula las reglas del pensar verdadero.

Si tomamos como base la historia de la filosofía, encontramos que


cronológicamente, estos son los temas tratados: 1.- El mundo, la naturaleza. 2.- El
hombre, especialmente su conducta. 3.- Dios, en su relación con el hombre y con el
mundo. 4.- El conocimiento, su naturaleza, origen, validez, trascendencia. 5.- La
existencia humana.

Santo Tomás de Aquino divide así la filosofía:

Filosofía natural (orden del ser real).


Física: el ser en movimiento.
Matemática: el ser medido.
Filosofía primera: el ser en cuanto ser.
Filosofía racional (orden del ser pensado). Lógica (mayor y menor).
Filosofía moral: Ética, Economía, Política.

Esta es la división de la filosofía del maestro Antonio Caso:

¿Qué es? Metafísica: Ontología, Psicología racional, Cosmología.

Filosofía

Podemos resumir y aclarar las anteriores divisiones diciendo que la filosofía debe
estudiar:

1 . - El propio conocimiento (capacidad del entendimiento humano para llegar a la

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verdad).
2 . - El SER, en general y en sus manifestaciones más significativas: el mundo, el
hombre, Dios.
3 . - Los valores como consecuencia de la relación del hombre con Dios, con los
demás hombres, con la naturaleza.

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12. Importancia y utilidad de la filosofía

VII. IMPORTANCIA Y UTILIDAD DE LA FILOSOFÍA

La importancia y utilidad de la Filosofía es una verdad práctica y de sentido común.


Si se considera la Filosofía por parte de su etimología, nada más digno del hombre,
como ser inteligente, que el amor de la sabiduría.

Si se considera la misma por parte de su significación real, para reconocer a primera


vista su importancia y utilidad basta tener presente:

1 º que por medio de ella se desarrollan, robustecen y perfeccionan las facultades


del hombre, y principalmente las intelectuales, por razón de las cuales el hombre se
distingue y se eleva sobre todos los demás seres del mundo, lo cual vale tanto como
decir que la Filosofía constituye la perfección más noble y característica del hombre
como ser inteligente en el orden natural.

2 º El oficio y efecto de la Filosofía es por una parte dirigir y conducir al hombre al


conocimiento y posesión de la verdad, y por otra ordenar y dirigir sus acciones
morales en armonía con el conocimiento y posesión de Dios como último fin del
hombre por medio de la práctica de la virtud: y la virtud y la verdad son los bienes
más excelentes, o mejor dicho, los únicos bienes verdaderos a que el hombre debe
aspirar en esta vida.

San Agustín decía: que puesto que Dios es la misma sabiduría, el verdadero filósofo
es aquel que ama a Dios . Sentencia que puede acomodarse sin violencia a lo que
acabamos de decir de la Filosofía, por más que su sentido natural en San Agustín se
refiera a la sabiduría sobrenatural.

3 º La historia enseña que la Filosofía, a vuelta de muchos y graves errores, ha


contribuido poderosamente al desarrollo y progreso de las ciencias, así naturales y
físicas como morales y políticas, las cuales todas tienen su base y reciben sus
principios de la Filosofía, que viene a ser como el tronco del cual derivan todas
aquellas ciencias de una manera más o menos inmediata y directa.

Lo mismo puede decirse del desarrollo y progreso de las instituciones sociales y


políticas, de la legislación, y en general de los principales elementos y
manifestaciones de nuestra civilización.

4 º Ni es menos evidente la utilidad de la Filosofía bajo el punto de vista cristiano;


pues la experiencia, la historia y la razón enseñan de consuno:

1) que la Filosofía abre y prepara el camino para reconocer la verdad de la Religión


Cristiana: 2) que sirve de poderoso auxiliar a la fe, ya para defenderla contra los
ataques de los herejes e incrédulos, ya para poner de relieve su verdad y sus
ventajas, ya para exponer y desarrollar de una manera racional y científica sus
dogmas, y sobre todo y principalmente, para sistematizar la doctrina de la
revelación por medio de la Teología, la cual recibe de la Filosofía su organismo
científico.

Para que la Filosofía pueda obtener estos resultados es preciso que se sujete a las leyes de la fil

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leyes de la filosofía cristiana.

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13. Leyes de la filosofía cristiana

VIII. LEYES DE LA FILOSOFÍA CRISTIANA

Las cuales pueden reducirse a las siguientes:

1 ª No enseñar ni afirmar cosa alguna que se oponga a las verdades reveladas por
Dios. Una verdad no puede ser contraria a otra verdad; y las verdades enseñadas por
Dios poseen los caracteres de certeza absoluta, siendo como es imposible que Dios
sea falible o engañe a otros.

2 ª Exponer los problemas fundamentales de la Filosofía de tal manera que su


solución no conduzca lógicamente a conclusiones o deducciones que no puedan
conciliarse con las verdades de la revelación. Si, como hemos dicho más arriba, una
verdad no puede ser contraria a otra verdad, deberemos desconfiar con justicia de
toda solución determinada de algún problema filosófico, si esta solución conduce
lógicamente a deducciones o doctrinas contrarias a la verdad revelada.

3 ª Conservar la vista fija en las verdades de la revelación, ya porque sirven de punto


de apoyo y de partida para proceder con seguridad en la investigación y solución de
los problemas filosóficos, ya principalmente porque estas verdades, como
manifestaciones que son de la Razón divina derraman mucha luz sobre las verdades
del orden puramente natural y especialmente sobre ciertos problemas filosóficos de
la mayor importancia y trascendencia. La misma historia de la Filosofía nos revela
que la doctrina católica ha hecho relativamente fácil y sencilla la solución de los
grandes problemas sobre el origen del mundo, sobre la providencia y acción de Dios
en el universo, sobre la naturaleza y origen del mal, sobre el destino del hombre
sobre la tierra y su último fin después de la muerte, problemas en orden a los cuales
la antigua filosofía pagana caminaba envuelta en sombras y perpetuas
contradicciones.

4 ª Ilustrar, confirmar y desenvolver aquellas verdades que, aunque consideradas en


sí mismas, no son superiores a la razón humana, pertenecen al propio tiempo a la
revelación, ya por razón de su importancia moral y religiosa, ya principalmente
porque si no exceden las fuerzas físicas de la razón, sí exceden las fuerzas morales
de la generalidad de los hombres, los cuales no se hallan en aptitud y condiciones
para llegar a su conocimiento de aquella manera pronta, expedita y segura que
reclama su importancia en el orden moral, social y religioso. Tales son, entre otras,
la existencia y providencia de Dios, la inmortalidad del alma, su destino presente y
futuro, la creación libre del mundo.

5 ª Indicar y exponer la relación que algunas verdades reveladas y superiores a la


razón tienen con otras verdades puramente naturales, como sucede, por ejemplo,
con los dogmas relativos a la gracia y al pecado original, dogmas en los cuales el
filósofo cristiano descubre relaciones y analogías con ciertos fenómenos naturales y
de experiencia, y que al propio tiempo derraman viva luz sobre ciertos problemas
filosóficos.

6 ª Tener presentes los escritos y tomar en cuenta la doctrina filosófica de los Padres
de la Iglesia y Doctores escolásticos, y con especialidad de Santo Tomás; porque en
las obras de los Padres de la Iglesia y de los Escolásticos, se halla contenida la

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filosofía cristiana, y por consiguiente la filosofía verdadera en cuanto a la solución
de los problemas fundamentales y más importantes de la Filosofía.

Esto no quiere decir que se halle todo en aquellos escritos, ni tampoco que hayamos
de adoptar siempre sus opiniones filosóficas, especialmente cuando se trata de
materias o problemas de importancia secundaria, ni menos que su filosofía sea
completa quoad omnia, de modo que no pueda ser modificada, perfeccionada y
completada en muchas materias con el progreso y doctrinas de la filosofía moderna.

Sin embargo, con respecto a Santo Tomás, bien puede decirse que en sus diferentes
obras se encuentra cuanto de sólido y verdaderamente filosófico ha añadido la
filosofía moderna a la antigua de los Padres y Escolásticos.

Una filosofía escrita y enseñada con sujeción a estas leyes será una filosofía
cristiana, y por lo mismo sólida y verdadera, en la cual no hallarán cabida los
monstruosos errores del positivismo y panteísmo que degradan y desprestigian a la
filosofía moderna.

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14. Mayéutica de Sócrates

3. LOS MÉTODOS DE LA FILOSOFÍA

La disposición de la mente para plantearse los problemas de la realidad y


resolverlos, es lo que constituye la actitud filosófica. Esta actitud comprende tres
actividades fundamentales: la primera actividad es la disposición problemática; la
segunda la disposición teorética y, la tercera la voluntad de abstracción. La segunda
actividad es la que fija el método y elabora un sistema.

El método científico emplea la inducción, la deducción y la verificación. A la filosofía


le es impracticable el método científico.

Fundamentalmente se han establecido dos caminos para llegar a la verdad en


filosofía: el método DISCURSIVO que busca la verdad discurriendo alrededor de las
cosas hasta aprehenderlas a través de diversos momentos; por eso es un método
indirecto o mediato. El método INTUITIVO busca la verdad directa o inmediatamente
de las cosas, aprehendiéndolas en un instante.

Entre los métodos discursivos, podemos señalar: la mayéutica de Sócrates, la


dialéctica platónica, la lógica aristotélica, el método escolástico, el método de
Descartes y la dialéctica hegeliana. Podemos agregar la fenomenología de Husserl.

I. LA MAYÉUTICA DE SÓCRATES

Propiamente a partir de Sócrates, o sea en el siglo IV antes de Jesucristo, en Atenas


empezó a haber una filosofía consciente de sí misma y sabedora de los métodos que
emplea. Sócrates es, en realidad, el primer filósofo que nos habla de su método.
Sócrates nos cuenta cómo filosofa.

¿Cuál es el método que Sócrates emplea? Él mismo la ha denominado la mayéutica.


Esto no significa más que la interrogación. Sócrates pregunta. El método de la
filosofía consiste en preguntar.

Cuando se trata, para Sócrates, de definir, de llegar a la esencia de algún concepto,


sale de su casa, se va a la plaza pública de Atenas, y a todo el que pasa por delante
de él lo llama y le pregunta: ¿qué es esto? Así, por ejemplo, un día Sócrates sale de
su casa preocupado en averiguar qué es la valentía, qué es ser valiente.

Llega a la plaza pública y se encuentra con un genial ateniense. Entonces se dice:


Aquí está; éste es el que sabe lo que es ser valiente, puesto que es el general, el
jefe. Y se acerca y le dice: ¿Qué es la valentía? Tú que eres el general del ejército
ateniense, tienes que saber qué es la valentía. Entonces el otro le dice: ¡Claro está!
¿Cómo no voy a saber yo qué es la valentía?

La valentía consiste en atacar al enemigo y en no huir jamás. Sócrates se rasca la


cabeza y le dice: Esa contestación que me has dado no es del todo satisfactoria; y le
hace ver que muchas veces en las batallas los generales mandan al ejército
retroceder para atraer al enemigo a una determinada posición y en esa posición
echársele encima y destruirlo. Entonces el general rectifica y dice: Bueno, tienes
razón.

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Y da otra definición; y sobre esta segunda definición, otra vez Sócrates ejerce su
crítica interrogante. Sigue no quedando satisfecho y pidiendo otra nueva definición;
y así, a fuerza de interrogantes, hace que la definición primeramente dada vaya
atravesando por sucesivos mejoramientos, por extensiones, por reducciones, hasta
quedar ajustada lo más posible, sin llegar nunca a ser perfecta.

Ninguno de los diálogos de Sócrates, que nos ha conservado Platón -en donde
reproduce con bastante exactitud los espectáculos o escenas que él presencia-
consigue llegar a una solución satisfactoria, sino que se interrumpen, como dando a
entender que el trabajo de seguir preguntando y seguir encontrando dificultades,
interrogantes y misterios en la última definición dada, no se puede acabar nunca.

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15. Dialéctica de Platón. Lógica de Aristóteles

II. LA DIALÉCTICA DE PLATÓN

Platón perfeccionó el método de su maestro conservando la forma de contraponer


las ideas. Para Platón el elemento inicial del diálogo que el alma sostenía consigo
misma, es la IDEA INTUITIVA que se va esclareciendo a través del proceso crítico que
la razón sigue en su discurrir.

Este discurrir se realiza anteponiendo a cada idea (tesis) otra que la contradice
(antítesis) hasta lograr su depuración.

La existencia de la idea intuitiva la explica Platón mediante el mito de la caverna


(Platón, La República, libro séptimo).

Luego la dialéctica tienen dos partes: la intuición de la idea, y el esclarecimiento de


dicha idea.

Platón supone que el alma, antes de estar encerrada en el cuerpo, habitó en el


Topos Uranos, un mundo de perfección, donde conoció a las ideas, es decir las
esencias y modelos de todas las cosas. Al encarnar, olvido todo lo que vio. Cuando
el hombre busca la verdad tiene que recordar algo de lo que vio en el Topos Uranos,
este recuerdo es el elemento intuitivo inicial que tiene que esclarecer mediante el
método discursivo.

Este esclarecimiento nunca es absoluto y por ello el entendimiento humano nunca


puede lograr el conocimiento absoluto.

III. LA LÓGICA DE ARISTÓTELES

Aristóteles busco los principios que rigen el tránsito de las ideas al discurrir en
busca de la verdad, y así descubrió las leyes que rigen el pensamiento. Elevó la
dialéctica a la categoría de ciencia, con el nombre de LÓGICA.

La lógica emplea la deducción: según este método, un conocimiento particular se


deriva (deduce, infiere) de otro general usando un tercero que le sirve de medio; si
en ese tránsito del uno al otro se cumplen las leyes descubiertas, el conocimiento
inferido es verdadero. Este mecanismo constituía el ORGANON (instrumento) siendo
el SILOGISMO su principal expresión.

Ejemplo de un sencillo silogismo y su esquema:

- Todo hombre es mortal (premisa mayor)

- Juan es hombre (premisa menor)

- Luego Juan es mortal (conclusión)

El silogismo tiene diversas formas y reglas propias.

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16. Método escolástico. Método de Descartes

IV. EL MÉTODO ESCOLÁSTICO

Esta concepción de la lógica como método de la filosofía es heredada de Aristóteles


por los filósofos de la Edad Media; los cuales la aplican con un rigor extraordinario.
Es curioso observar cómo los escolásticos, y entre ellos principalmente Santo Tomás
de Aquino, completan el método de la prueba, el método del silogismo, como una
especia de reviviscencia de la dialéctica platónica.

El método que siguen los filósofos de la Edad Media no es solamente, como en


Aristóteles, la deducción, la intuición racional, sino que además es la contraposición
de opiniones divergentes. Santo Tomás, cuando examina una cuestión, no
solamente deduce de principios generales los principios particulares aplicables a la
cuestión, sino que además pone en columnas separadas las opiniones de los
distintos filósofos, que son unas en pro y otras en contra; las pone frente a frente,
las critica unas con otras, extrae de ellas lo que puede haber de verdadero y lo que
puede haber de falso. Son como dos ejércitos en batalla; son realmente una
reviviscencia de la dialéctica platónica.

Y entonces el resultado de esta complementación con el ejercicio de la educación y


de la prueba, da lugar a las conclusiones firmes del pensamiento filosófico.

Si resumimos lo esencial en el método filosófico que arranca de Sócrates, pasando


por Platón y Aristóteles, llega hasta toda la Edad Media en la Escolástica, nos
encontramos con que lo más importante de este método es su segunda parte. No la
intuición primaria de que se parte, de que se arranca, sino la discusión dialéctica
con que la intuición ha de ser confirmada o negada.

Lo importante, pues, en este método de los filósofos anteriores al Renacimiento,


consiste principalmente en el ejercicio racional, discursivo; en la dialéctica, en el
discurso, en la contraposición de opiniones; en la discusión de los filósofos entre sí
o del filósofo consigo mismo.

V. EL MÉTODO DE DESCARTES

En cambio, a partir del Renacimiento y muy especialmente a partir de Descartes, el


método cambia completamente de cariz, y el acento va ahora a recaer, no tanto
sobre la discusión posterior a la intuición, como sobre la intuición misma y los
métodos de lograrla.

Es decir, que si el método filosófico en la antigüedad y en la Edad Media se ejercita


principalmente después de tenida la intuición, el método filosófico en la edad
moderna pasa a ejercitarse principalmente antes de tener la intuición y como medio
para obtenerla.

En el Discurso del Método, Descartes se preocupó por llegar a una evidencia clara y
distinta; es decir, cómo llegar a una intuición indubitable de la verdad. Los caminos
que conducen a esa intuición (no los que después de la intuición la afianzan, la
prueban, la rectifican o la depuran, sino los que conducen a ella) son los que a
Descartes le interesan principalmente.

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El método es, pues, ahora preintuitivo, y tiene como propósito esencial lograr la
intuición. ¿Cómo va a poderse lograr la intuición?

No va a poderse lograr más que de un modo, que es buscándola, lo que quiere decir
dividiendo en partes todo objeto que se nos ofrezca confuso, oscuro, no evidente,
hasta que alguna de esas partes se nos convierta en un objeto claro, intuitivo y
evidente. Entonces ya tenemos la intuición.

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17. Hegel: dialéctica. Fenomenología de Husserl

VI. LA DIALÉCTICA DE HEGEL

El término dialéctica ha tenido varios significados. Nace con Sócrates y significa arte
de dialogar. Tienen como fin definir los conceptos. En Platón la dialéctica es un
proceso lógico.

Consiste en remontarse del mundo sensible a las ideas, que constituyen su


principio. El filósofo irá de idea en idea hasta llegar a la idea del Bien, que es la idea
suprema. La dialéctica será el camino para llegar hasta el bien.

En Aristóteles la dialéctica se opone a la analítica. La dialéctica, será el estudio de


los razonamientos que sólo son probables, porque se fundan en simples opiniones.

Encontramos aquí dos sentidos claramente distintos de dialéctica: para Platón es el


método para buscar la verdad; para Aristóteles es un razonamiento sin fundamento
ni verdad.

Para Hegel, la dialéctica es el método propio de la filosofía. Es a la vez una marcha


del pensamiento humano y un desarrollo de las cosas según su ley inmanente. Hegel
emplea la dialéctica para determinar el movimiento.

Puesto en forma esquemática diremos que: opone a un primer término (tesis) su


contrario (antítesis) que luego resume en un tercero (síntesis). Aplicando este
método a la ontología o tratado del ser diremos: SER (tesis) NO-SER (antítesis)
DENEVIR (Síntesis). Como se ve, Hegel considera el devenir (movimiento) como la
síntesis de toda la realidad.

VII. LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL

Se asemeja más al método intuitivo. No es fácil aclarar ni el método ni la filosofía de


Husserl.

Según este filósofo alemán, la fenomenología es un método de conocimiento, y


consiste en la visión intelectual del objeto basándose en una intuición para llegar al
conocimiento de la esencia pura. Husserl llama a las cosas "lo dado" lo que se nos
presenta. Para realizar la visión intelectual y la intuición, hay que señalar la
"reducción" (es la epoké de los griegos: suspender el juicio, la afirmación o negación
sobre algo). Es preciso hacer una triple reducción o eliminación: eliminar todo lo
subjetivo (nuestra actitud ante el objeto debe ser objetiva, sin prejuicios);
eliminación de todo lo teórico (hipótesis, presupuestos, postulados que haya sobre
el objeto dado); eliminación de toda tradición (lo que se ha venido enseñando
acerca del objeto).

Una vez purificado el objeto hay que hacer aún una doble reducción o eliminación: la
de la existencia de las cosas (no la negación) y la de todo lo que puede ser accesorio
a la esencia de la cosa, para que quede la esencia pura.

Como se ve es una operación compleja y difícil, llamada por Husserl reducción


eidética, que no puede identificarse con la abstracción aristotélica.

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Todavía dice Husserl que la cosa, lo dado es el "fenómeno", de allí el nombre del
método fenomenológico, pues el acto de intuir es una enunciación intelectual del
fenómeno, un "logos" mental.

VIII. LOS MÉTODOS INTUITIVOS

Será una captación directa de la verdad. Es preciso distinguir la intuición sensorial


(que no es método filosófico) y la intuición espiritual que tiene tres caminos: el
intelectivo, el emotivo y el volitivo. Por la intuición intelectiva, el espíritu capta la
ESENCIA de los objetos; por la intuición volitiva, la EXISTENCIA, y por la emotiva
capta el VALOR de los mismos objetos. Henri Bergson empleo este método.

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18. Historia de la filosofía. Metodología y concepto


(1/2)

4. METODOLOGÍA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

I. CONCEPTO DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Aristóteles da comienzo a sus catorce libros Metaphysicorum con aquella afirmación


de todos conocida, a saber: que todos los hombres desean naturalmente saber
(omnes homines natura scire desiderant), o poseen natural inclinación a la ciencia.
Afirmación es esta que, aunque parece vulgar a primera vista, encierra profundo
sentido filosófico, según se desprende de las reflexiones luminosas que hace Santo
Tomás al exponer y comentar, con su acostumbrada penetración y seguridad, esta
sentencia del Estagirita.

Y es digno de notarse que el Doctor Angélico supone y afirma que este deseo natural
de saber se refiere al saber en sí mismo, a la ciencia metafísica considerada en sí
misma, abstracción hecha de sus aplicaciones ulteriores y de su utilidad posible:
quaerere scientiam non propter aliud utilem, qualis est haec scientia, non est vanum.

A nuestro intento, sin embargo, en la ocasión presente, basta recordar que ese
deseo de saber, espontáneo y universal en el hombre, de que nos habla el discípulo
de Platón, es el grano de mostaza que creció y crece, se desarrolló y se desarrolla,
hasta constituir la ciencia filosófica, cuya historia tratamos de escribir. Pero, ¿qué se
entiende por esta ciencia filosófica? ¿Qué materias y cuestiones constituyen la
esencia y el ser de la Filosofía, y representan, por consiguiente, el dominio y los
límites de su historia?

Preguntas son estas que entrañan un problema nada fácil de resolver, al menos con
seguridad y precisión exacta. Porque, si volviendo la vista atrás, echamos una rápida
ojeada sobre el sentido y significación que se ha dado a la palabra filosofía en
diversas épocas y por diferentes autores, nos será sumamente difícil determinar,
circunscribir y fijar aquel sentido y aquella significación, y, consiguientemente, la
naturaleza y el dominio de la Filosofía y de su historia.

Zeller observa con razón que la palabra filosofía recibió entre los griegos sentidos y
significaciones muy diferentes. Y, en efecto: si recorremos los escritos de Herodoto,
Jenofonte, Platón y Sócrates y algunos otros, veremos que la denominación de
filósofo se tomaba con frecuencia como sinónima de sabio, de sofista, de físico o
naturalista, y alguna vez se aplicaba a los poetas y artistas.

En general, puede decirse que al principio toda cultura del espíritu humano, la
aplicación o ejercicio de su actividad en cualquiera de sus fases, la manifestación, en
fin, de la virtualidad y fuerza nativa de la razón humana en esfera superior a la del
vulgo o generalidad de los hombres, recibía el nombre de filosofía y también de
sabiduría.

Porque es sabido que en sus primeros pasos estos dos nombres marcharon, por
punto general, confundidos y como identificados, y aun puede añadirse que estuvo
más en uso el segundo que el primero hasta la época de Pitágoras y hasta la
enseñanza de Platón, cuyos escritos contribuyeron mucho, no ya sólo a generalizar

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enseñanza de Platón, cuyos escritos contribuyeron mucho, no ya sólo a generalizar
el uso de la palabra filósofo, sino también a concretar y fijar su verdadero sentido.

Al mismo resultado contribuyeron igualmente los escritos y la enseñanza de


Aristóteles; pues si bien es cierto que tanto éste como su maestro emplean alguna
vez la palabra filosofía en su sentido primitivo y vago, generalmente le atribuyen
una significación concreta, diferencial y científica.

Que si para Platón la Filosofía es el esfuerzo por medio del cual el espíritu humano
se eleva al conocimiento objetivo del ser y de la perfección moral, y distingue lo que
es de lo que aparece, lo inteligible de lo sensible y fenoménico, para su discípulo la
Filosofía es el conocimiento reflejo y sistemático de los principios del ser y del
conocer, la investigación científica del mundo y de sus primeras causas, y del
hombre con sus potencias, su origen y sus fines.

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19. Historia de la filosofía. Metodología y concepto


(2/2)

En las escuelas que posteriormente se formaron al calor de la restauración socrática,


y bajo la influencia más directa e inmediata de Platón y Aristóteles, el nombre y
noción de Filosofía vuelven a perder la precisión y el sentido racional, concreto y
científico que habían recibido de la boca y en los escritos de aquellos dos grandes
filósofos.

En muchas de estas escuelas, la Filosofía queda reducida a la investigación ética, o,


mejor dicho, a la investigación de los bienes en que consiste la felicidad del
hombre, y medios de llegar a su posesión. En otras, la ciencia filosófica es
amalgamada y confundida con la erudición histórica, la crítica, la música, la
gramática y otras semejantes. En algunas, finalmente, el elemento mitológico, la
simbólica, la teurgia y la magia, absorben, si ya no decimos que ahogan, la Filosofía,
en el sentido propio de la palabra.

En resumen: desde los primeros tiempos históricos hasta Pitágoras, la denominación


de filósofo y la de sabio, equivalente por entonces de la anterior, se daba a los que
sobresalían o se distinguían del vulgo por alguna cultura superior del espíritu, o
porque poseían conocimientos especiales en cualquier ramo, ciencias, artes,
literatura, gobierno, y c., y también a los que se distinguían de la generalidad por la
práctica de la virtud o ejercicios de obras buenas. A esta primera época podemos
aplicar las palabras de Cicerón, cuando escribe: Omnis rerum optimarum cognitio
atque in his exercitatio Philosophia nominata est.

Desde Pitágoras hasta Aristóteles inclusive, el nombre y noción de la Filosofía se


determinan, aclaran y fijan paulatinamente hasta adquirir significación propia y
diferencial, y, por último, se presenta, aunque con cierta vaguedad, entre
vacilaciones pasajeras y con alguna obscuridad, como la ciencia del mundo, de Dios
y del hombre, como la investigación científica, consciente y refleja de la esencia, de
las leyes y de las relaciones de la realidad objetiva.

Y aquí es digno de notarse que algunos de estos filósofos, y principalmente Sócrates


y Platón, reconocen y confiesan que la ciencia que el hombre puede alcanzar de
estos objetos es muy imperfecta y como nada en comparación de la ciencia de Dios,
único verdadero sabio, y único que posee la ciencia verdadera y digna de este
nombre.

En las escuelas posteriores, la idea de la Filosofía, o se circunscribe a la


investigación de la felicidad de la vida humana y de sus condiciones, como las
escuelas cínica, cirenaica, epicúrea, y c., o amalgama y confunde toda clase de
conocimientos, desde la retórica y poética, hasta la magia y la simbólica, como las
diferentes ramas y fases del neoplatonismo, o subordina todos estos conocimientos,
lo mismo que la especulación metafísica, a la idea ética, como aconteció en la
escuela estoica, para la cual no había más Filosofía ni más investigaciones
metafísicas que el estudio y la práctica de la virtud, a la cual debía subordinarse
todo lo demás; pues, como escribía Séneca, Philosophia studium virtutis est, sed per
ipsam virtutem.

Despréndase de lo dicho que la historia de la Filosofía, ni debe abrazar todo lo que

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Despréndase de lo dicho que la historia de la Filosofía, ni debe abrazar todo lo que
algunas escuelas y filósofos apellidaron Filosofía, ni tampoco debe limitarse a lo que
otras escuelas y otros filósofos designaron con este nombre, sino que debe marchar
y moverse en relación y armonía con la noción o idea propia de la Filosofía. La cual,
según queda indicado, abraza el conocimiento racional, o al menos la investigación
científica de la esencia, leyes y relaciones generales de la realidad.

La idea de Filosofía, y consiguientemente su historia, no descienden al objeto y


terreno propios de las ciencias particulares, consideradas como tales, sino que se
mantienen en las investigaciones, conocimientos y sistemas que de una manera más
directa y general se relacionan con Dios, el mundo y el hombre, que son los tres
grandes objetos que integran la realidad objetiva, cuya esencia, leyes generales y
relación, constituyen y representan la materia y como el objeto específico de la
Filosofía.

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20. Historia de la filosofía. Objeto. Materia y forma


(1/2)

II. OBJETO DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Historia de la Filosofía es la exposición fiel, científica y crítica de las doctrinas


filosóficas que ha habido en el mundo.

En realidad es una parte de la historia universal, ya que el conocimiento discursivo y


por las últimas causas que han tenido los hombres acerca de Dios, del Hombre y del
Mundo, es uno de los más importantes e influyentes hechos de la humanidad.

Podemos considerar la historia de la filosofía como: Historia, como crítica y como


ciencia. Como historia debe exponer fielmente las doctrinas filosóficas,
investigándolas en sus fuentes. Como crítica, debe juzgarlas imparcialmente a la luz
de la recta razón. Como ciencia, ha de señalar las causas que han dado origen a las
diversas doctrinas y por consiguiente, las relaciones de filiación y parentesco que
ligan unos con otros los sistemas.

El objeto primario de la historia de la filosofía es el estudio de las principales


escuelas, sistemas y teorías filosóficas que han existido en los pueblos cultos.

Escuela filosófica es un grupo de filósofos adictos a las enseñanzas características


de un Maestro. Ej.: Pitagorismo, tomismo, cartesianismo.

Sistema filosófico es un conjunto orgánico de doctrinas filosóficas. Ej.: el


materialismo, el empirismo, el idealismo.

Teoría filosófica es una hipótesis que trata de explicar un hecho o fenómeno


particular. Ej.: la teoría cosmogónica de Laplace para explicar el origen del cosmos.

III. MATERIA Y FORMA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

La materia de la historia de la Filosofía es de dos maneras o especies: interna y


externa. La materia interna es la misma Filosofía considerada como esfuerzo
consciente, sistemático y progresivo de la razón, para el conocimiento de la realidad
concebida desde un punto de vista general, en su esencia, sus leyes y sus relaciones
fundamentales.

Si se quiere expresar la misma idea con otros términos, puede decirse que la
materia interna de la historia de la Filosofía son los varios sistemas filosóficos que
aparecen en diferentes puntos del espacio y del tiempo, como productos del
esfuerzo de la razón, o, mejor, como productos y manifestaciones del trabajo
metódico y consciente de la inteligencia en orden al conocimiento general y
científico de la realidad.

La razón, la experiencia y las ciencias históricas demuestran de consuno que la


inteligencia del hombre se halla sometida a ciertas condiciones exteriores que
influyen de una manera más o menos directa y eficaz en su desenvolvimiento, ora
favoreciendo y acelerando éste, ora contrariando su energía, ora comunicándole
determinada dirección.

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determinada dirección.

Y esto es lo que constituye y representa la materia externa de la historia de la


Filosofía; porque la verdad es que esta historia no sería completa ni llenaría su
objeto si, al ocuparse de la materia interna y de los sistemas filosóficos, no se
hiciera cargo y no tomara en consideración los acontecimientos, circunstancias y
condiciones que ejercieron influencia más o menos eficaz y decisiva en el
desenvolvimiento de la razón filosófica, en el origen, naturaleza, direcciones y
efectos de los sistemas.

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21. Historia de la filosofía. Objeto. Materia y forma


(2/2)

Pertenecen a este género y forman parte de la materia externa de la historia de la


Filosofía: a) la persona de los filósofos, con los datos referentes a su vida y
costumbres, a su carácter moral, a la fuerza o intensidad de su inteligencia, a sus
estudios, maestros, y c.; b) el grado y caracteres de la civilización del pueblo en que
nació o vivió el filósofo, la religión y la lengua del país, y la educación recibida; c) el
espíritu general de la época y la constitución e ideas políticas reinantes; y,
finalmente, en menor escala, el clima, las condiciones geográficas y geológicas del
país, los sucesos históricos contemporáneos o inmediatos, las revoluciones, y c.

Así como la combinación oportuna y racional de los términos y proposiciones


constituye la forma del silogismo, según los lógicos, así también la forma de la
historia de la Filosofía debe consistir, y consiste, en la coordinación metódica,
racional y oportuna de lo que constituye la materia interna y externa de la misma.

El elemento principal, la condición más indispensable para alcanzar esta


coordinación metódica que constituye la forma de la historia de la Filosofía, consiste
en no perder de vista que en esta historia debe entrar por mucho el estudio y
conocimiento de las causas y efectos que determinaron el proceso de los múltiples
sistemas filosóficos que en la misma se presentan.

En otros términos: entonces podrá decirse que la historia de la Filosofía posee su


verdadera y propia forma, cuando la materia interna y la externa reciban disposición
o combinación adecuada para representar con la posible claridad y exactitud el
desenvolvimiento sucesivo de la razón filosófica, juntamente con las causas y
razones del orden, alternativas y vicisitudes de este desenvolvimiento.

Dicho se está de suyo que no se trata aquí de lo que pudiéramos llamar la forma
externa y accidental de la historia de la Filosofía, o sea de la forma resultante de las
cualidades del estilo, división por capítulos, libros o párrafos, colocación de textos,
y c., sino que se trata de la forma interna y substancial, por decirlo así, por medio
de la cual la historia de la Filosofía, no solamente se distingue esencialmente de
todas las demás historias y ciencias, sino que, por razón de esa forma, constituye
un verdadero conjunto histórico-científico, con unidad una y verdadera.

La forma de la historia de la Filosofía será imperfecta, si la disposición oportuna y la


combinación adecuada de los materiales no se halla informada y vivificada por un
criterio fijo, amplio y comprensivo, capaz de percibir el sentido íntimo y real de los
sistemas y doctrinas, comunicando al propio tiempo a su historia cierta unidad,
cierta uniformidad doctrinal, basada en la convicción real y en el criterio filosófico
del historiador. Porque no somos de aquellos que creen que el historiador de la
Filosofía debe carecer de sistema filosófico, o que al menos debe ocultar sus ideas.

Lejos de eso, opinamos, por el contrario, que el historiador de la Filosofía necesita


tener un sistema, una concepción sistemática, un criterio general, que pueda servirle
de guía, de norma y como medida para comprender las doctrinas de los filósofos,
juzgar de su importancia y relaciones mutuas, discernir su valor real y la naturaleza
de sus resultados e influencias en la historia y la civilización. Cierto es que el
historiador de la Filosofía debe poner exquisito cuidado en no dejarse llevar de sus

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historiador de la Filosofía debe poner exquisito cuidado en no dejarse llevar de sus
aficiones y convicciones personales al juzgar y criticar las doctrinas de los filósofos;
cierto que debe ante todo exponer con fidelidad y exactitud las opiniones y
sistemas que se suceden en el campo de la Filosofía; pero de aquí no se infiere que
deba carecer de sistema propio.

Para exponer con imparcialidad y verdad las opiniones de los otros, no se necesita
ser escéptico o carecer de convicciones en la materia. Y es absurdo afirmar o
suponer que el mejor historiador de la Filosofía sería aquel que careciese de sistema
propio y de convicciones fijas en materia de Filosofía, como sería absurdo pretender
que el mejor historiador del Derecho sería un hombre que no profesara opinión
alguna determinada y fuera completamente escéptico en la materia.

Por punto general, en esta materia, como en tantas otras, los que hacen más alarde
de libertad de juicio, de amplitud de miras y de imparcialidad, son los que en la
práctica las observan menos y los que más se apresuran a juzgar de las doctrinas y
sistemas filosóficos, no solamente con sujeción a su criterio personal, sino con
sujeción a sus apasionamientos racionalistas y anticristianos.

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22. Métodos, importancia y utilidad de la historia de


la filosofía

IV. MÉTODOS DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

1 º . - Método biográfico que expone la vida del filósofo, sus obras y sus doctrinas;
busca las fuentes y los motivos de las ideas de cada filósofo y la influencia que ha
ejercido sobre los demás.

2 º . - El doxológico que hace de las doctrinas el objeto primario, y de los datos


biográficos, el secundario.

3 º . - El sistemático o monográfico, que trata por separado y sistematiza los diversos


problemas filosóficos, exponiendo en cada uno: su origen, desarrollo, soluciones
diversas. Ej.: el conocimiento humano, el origen del cosmos.

4 º . - El método pragmático (pragma = hecho, práctica) compara unos con otros:


sistemas, escuelas, épocas, naciones, para deducir leyes generales del pensamiento,
o el origen y desenvolvimiento de una noción, teoría o sistema. Por ejemplo, cuando
se estudia, como recapitulación, el desarrollo, caracteres y frutos de la filosofía
helenística, medieval, renacentista, etcétera.

V. IMPORTANCIA Y UTLIDAD DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

La importancia y utilidad de la historia de la Filosofía se infiere y resulta de la


naturaleza misma de la Filosofía. Porque si ésta representa la evolución superior de
la razón humana como facultad de conocimiento en el orden natural; si la Filosofía
es la suprema de las ciencias humanas; si es la base y coronamiento de todas las
demás ciencias y aun de las artes; si lleva en su seno íntimas y múltiples relaciones
con la religión y el destino final del hombre, si la Filosofía representa y contiene uno
de los elementos más poderosos, eficaces y permanentes del movimiento histórico
y civilizador del género humano, evidente será de toda evidencia, que son muy
grandes e incontestables la importancia y utilidad de su historia.

Así, pues, la historia de la Filosofía es una especie de complemento de la Filosofía, y


desde ese punto de vista, su importancia y utilidad vienen a confundirse e
identificarse con la utilidad e importancia de la misma Filosofía.

En este concepto, la historia de la Filosofía se halla en contacto con todos los


grandes objetos de la actividad humana, e influye de una manera directa o indirecta
en casi todas las ciencias y artes, en el conocimiento del proceso y vicisitudes de la
historia humana, y facilita el camino para conocer, juzgar y medir la naturaleza de
las diferentes civilizaciones, y la de las diferentes fases o manifestaciones religiosas
que dominaron y dominan entre los hombres.

Por otra parte, con el estudio de la historia de la Filosofía, el espíritu adquiere


insensiblemente cierta independencia y superioridad para juzgar y criticar las
doctrinas; se pone en estado de conocer y aplicar las reglas más convenientes para
la investigación científica de la verdad; descubre nuevos caminos y direcciones
posibles en el desenvolvimiento de la razón y de la ciencia, ensanchando los
horizontes de ésta.

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horizontes de ésta.

A esto se añade que es auxiliar muy eficaz y poderoso para marchar con relativa
seguridad por los caminos de la verdad y de la ciencia, y para conocer las
aberraciones de la razón humana, sus causas y efectos, conocimiento que es
resultado natural y lógico del estudio de la historia de la Filosofía.

Y este estudio contribuye también, y no poco, a desterrar las preocupaciones o


prejuicios; a imprimir en el espíritu elevación de miras, y a comunicarle cierta
modestia y sobriedad de juicio, muy en armonía con las prescripciones del
Catolicismo, y muy en armonía también con la dignidad del hombre y de la ciencia.

Empero téngase presente, y no se olvide nunca, que la modesta sobriedad de juicio


que prepara e inspira el estudio recto de la historia de la Filosofía, no debe
confundirse ni con la mentida sobriedad del eclecticismo, que envuelve la negación
de la verdad real y absoluta, ni mucho menos con esa indiferencia de que algunos
alardean, que concede iguales derechos a la verdad y al error, al bien y al mal,
indiferencia absurda e inmoral, que coincide y se identifica con el escepticismo
absoluto.

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23. Filosofía griega

VI. VISIÓN PANORÁMICA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Por supuesto que existen varios criterios para dividir la historia de la filosofía, como
los hay para la división de la historia universal. Aquí expondremos uno de esos
variados criterios.

1.- FILOSOFÍA GRIEGA (Siglos VI a. C. al III d. C.)

Constituye la superación de los antiguos mitos cosmogónicos al intentar una


comprensión racional del universo mediante abstracciones inteligibles. La filosofía
griega la podemos dividir en diversos períodos y escuelas de la siguiente manera:

A) Período cosmológico o presocrático: Se extiende desde el siglo VI a.C. hasta


el año 450 a. C.

- Escuela jónica
Tales
Anaximandro
Anaxímenes

- Escuela pitagórica
Pitágoras

- Escuela eleática
Parménides
Zenón
Meliso

- Escuela pluralista
Empédocles
Anaxágoras
Demócrito

B) Período antropológico o sistemático: Comprende desde el año 450 hasta el


322 (muerte de Aristóteles).
- Sofistas
- Sócrates
- Platón
- Aristóteles

C) Período Helenístico-Romano: Desde el año 322 hasta el siglo III d. C.

Aparecen las siguientes escuelas:


- Escuela cínica - Diógenes
- Escuela cirenaica - Aristipo de Cirene
- Escuela estoica - Zenón de Citio
- Escuela epicúrea - Epicuro
- Escuela escéptica - Pirrón
- Escuela neoplatónica - Ammonio Sacas

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24. Filosofía medieval

2.- FILOSOFÍA MEDIEVAL (Siglos III a XV).

Comprende el estudio de la filosofía cristiana y patrística, la filosofía judía e


islámica, y sobre todo la filosofía escolástica, representada por el tomismo.

A) Patrística: Defensa del cristianismo contra los ataques del paganismo.

- Escuela gnóstica

- Apologetas
San Justino
San Ireneo
Tertuliano
Orígenes
San Clemente de Alejandría

- San Agustín

B) Filosofía árabe y judía: Transmisión del pensamiento aristotélico a los países


occidentales.

- Árabes
Avicena
Averroes

- Judíos
Maimónides

C) Escolástica: Método y sistema de pensamiento característico de la Edad


Media.

- Inicios (Siglo IX)


Juan Escoto Eríugena
San Anselmo

- Apogeo (Siglo XIII)


San Alberto Magno
Santo Tomás de Aquino
San Buenaventura
Rogerio Bacon

- Decadencia (Siglo XIV-XV)


Duns Escoto
Guillermo de Ockam
Nicolás de Cusa

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25. Filosofía moderna

3.- FILOSOFÍA MODERNA (Siglos XVI al XIX)

Aquí se estudiará el Renacimiento, la reforma, el racionalismo de Descartes y sus


continuadores, el empirismo inglés, la ilustración, el idealismo alemán.

- Renacimiento
Juan Luis vives
Erasmo de Rotterdam
Tomás Moro
Nicolás Maquiavelo

- Reforma
Martín Lutero
Juan Calvino

- Racionalismo cartesiano
Descartes
Malebranche
Pascal
Spinoza
Leibniz

- Empirismo inglés
Francis Bacon
Hobbes
Locke
Berkeley
Hume

- Ilustración
Voltaire
Montesquieu
Rousseau

- Idealismo alemán Kant


Fichte
Schelling
Hegel

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26. Filosofía contemporánea (Siglos XIX y XX)

4.- FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA (Siglos XIX al XX)

Aquí se estudiará el positivismo, el materialismo dialéctico, el vitalismo, el


modernismo, la fenomenología, el neopositivismo, el neotomismo, el
existencialismo, etc.

- Positivismo
Comte
Stuart Mill
Spencer

- Materialismo dialéctico
Marx
Engels

- Vitalismo
Kierkegaard
Nietzsche
Unamuno

- Modernismo
Schell
Loisy
Tyrrel

- Fenomenología
Husserl
Scheler

- Neopositivismo
Russell
Wittgentein
Ayer

- Neotomismo
Mercier
Gardiel
Maritain
Gilsons
Grabmann

- Existencialismo
Marcel
Jasper
Heidegger
Sartre

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27. Filosofía. Glosario de términos. Bibliografía

5. Glosario de Términos

Arjé. Primer principio, realidad primordial. Los filósofos presocráticos intentaron


responder a la pregunta « ¿De qué sustancia primordial han surgido todas las
cosas?».Tiene que haber algo que sea principio de todo y causa de la variedad que
percibimos.¿Hay un único principio o son varios? Las respuestas a estas preguntas
fueron diferentes. Así, hubo filósofos, que hablaron de un solo principio originario
(Tales, Anaxímenes, Anaximandro) y otros que mencionaron más de uno
(Empédocles, Anaxágoras, Pitágoras, atomistas).

Dialéctica. Concebida por Platón como la ciencia de los primeros principios. Difiere
de las demás ciencias, en que hace caso omiso de las hipótesis. La dialéctica, como
arte del debate mediante preguntas y respuestas, se asocia a Sócrates de los
diálogos platónicos.

Filosofía. De philein, amar y sophia, sabiduría. Es la ciencia más general. La


Filosofía ha sido tanto la búsqueda de la sabiduría, como la sabiduría buscada.
Originalmente, fue la explicación racional de todas las cosas; posteriormente, ha
sido la ciencia de los primeros principios del ser. Actualmente, en términos
populares, sabiduría personal y ánimo sereno. Técnicamente, la ciencia de las
ciencias.

Logos. Término griego que significa: palabra, razón, proporción, medida,


explicación.

Mayéutica. Adjetivo derivado del griego maya, comadrona. Sócrates pretendía tener
el mismo oficio que su madre, que era comadrona, porque traía al mundo los
conceptos correctos, mediante sus preguntas.

Mito. Presentación de la verdad, de manera simbólica y afectiva.

Physis. Término griego que significa naturaleza.

Razón. Capacidad de argumentar, formar conceptos, explicar y comprender.


También puede significar principio que ordena la realidad. Así, se dice que la
realidad tiene una estructura racional.

6. BIBLIOGRAFÍA

ALCALDE, CARMEN. La filosofía. Barcelona: Bruguera, 1972.


ALBARRÁN VÁZQUEZ, MARIO. Introducción a la filosofía 1. México: McGraw-Hill,
1994.
ACEVES MAGDALENO, JOSÉ. Filosofía. Introducción e historia. 2a. ed., México:
Publicaciones Cruz, 1986.
CAYETANA ÁLVAREZ DE BITTNER, MA. Y OTROS. El origen del filosofar. 3a. ed.
(Reimpresión), Tegucigalpa: Universitaria, 2006.
FRONDIZI, RISIERI. Ensayos filosóficos. México: Fondo de Cultura Económica, 1986.
GARCÍA MORENTE, MANUEL. Lecciones preliminares de filosofía. 9a. ed. México:
Diana, 1963.

50
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GONZÁLEZ, ZEFERINO. Filosofía elemental. Segunda edición, 2 tomos, Imprenta de
Policarpo López, Madrid, 1876. Ediciones digitales del Proyecto Filosofía en español
©2002. www.filosofía.org
GONZÁLEZ GRACÍA, JUAN CARLOS. Diccionario de filosofía. 2a. ed. Madrid: Edaf,
2004.
MILLAN PUELLES, ANTONIO. Fundamentos de filosofía. 2a. Ed., Madrid: Rialp, 1969.
PERDOMO, CLAUDIO ROBERTO. Fundamentos de filosofía. Tegucigalpa: "Mejores
Ideas", 1994.
VALERO, CARLOS ARTURO Y OTROS. Filosofía 11. Santafé de Bogotá: Santillana,
2000.

ACERCA DEL AUTOR: Nació en Tegucigalpa, Honduras en 1980. Es profesor de


ciencias sociales en la enseñanza media. Ha realizado estudios de filosofía y
teología en diversos seminarios teológicos y asociaciones culturales. Es autor inédito
de los siguientes libros: Introducción a la filosofía, Historia de la filosofía,
Introducción a las ciencias sociales. Colabora desde el 2009 en la comunidad de
aprendizaje y enseñanza de Mailxmail.

Para sugerencias y comentarios seguir el siguiente correo electrónico:


lesterdickens@hotmail.com

NOTA: Con este capítulo hemos llegado al final del curso.

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