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Universidad Francisco

Gavidia

Materia:
Derecho Procesal Civil I

Catedrático
Dra. Delmy Esperanza Cantarero Machado

Tema
El Principio de Publicidad en el Proceso Civil

Integrantes:

Gladis Carolina Chinchilla Cortez


CC104206

1
Iris Zamara Escobar Galdámez
EG100505

San Salvador, 31 de Octubre de 2009.

2
ÍNDICE

Capitulo I
El Principio De Publicidad
Cons I Consideraciones Preliminares………………………………………………………………................. 7

Principio De Publicidad, Concepto Y Clases ……………………………………............................. 8

El Principio De Publicidad Y Su Clasificación …………………………………………………….….. 9

Antecedentes Del Principio De Publicidad……………………………………….............................. 9

Puntos De Vista Del Principio De Publicidad En La Legislación Salvadoreña…………………… 10

La Publicidad De Las Actividades Procesales………………………………………………………... 11

La Publicidad Como Esencia Del Sistema Democrático En El Salvador………………………….. 12

Publicidad En Cuanto A Terceros……………………………………………………………………… 13

Publicidad Entre Las Partes…………………………………………………………………………….. 13

Principio De Publicidad Procesal En El Proceso Civil……………………………………………….. 14

Fundamento Del Principio De Publicidad……………………………………………………………… 14

Aplicación Práctica Del Principio De Publicidad Procesal…………………………………………… 16

Requisitos Del Principio De Publicidad……………………………………………………………… 16

Otros Principios Procedimentales: Concentración, Preclusión Y Publicidad, Que Conforman La 19


“Aceleración” Del Procedimiento………………………………………………………………………..

Introducción En El Proceso Civil De Postulados Básicos De Inmediación, Concentración, 28


Publicidad, Eventualidad Y Apreciación Racional De La Prueba……………………………………

Capitulo II 31
Actos Procesales De Publicidad
Actos Procesales De Comunicación…………………………………..…………………………………

Actos De Comunicación Con Las Partes………………………………………………………………..31

Sujetos Autorizados Para Informar Los Actos De Comunicación…………………………………….31

Principio De Contradicción………………………………………………………………………………...33

Formas De Los Actos De Comunicación………………………………………………………………...34

Clases De Actos De Comunicación………………………………………………………………………40

Consecuencias Jurídicas Del Emplazamiento……………………………………………………….....42

Consecuencias Jurídicas De La Notificación…………………………………………………………...46

Consecuencias Jurídicas De La Citación………………………………………………………………..47

3
Actos De Comunicación Con Otros Órganos……………………………………………………………48

Comisión Procesal En Territorio Nacional……………………………………………………………….49

Comisión Procesal En Territorio Extranjero……………………………………………………………..51

Actos De Comunicación En El Anteproyecto De Código Procesal Civil Y Mercantil……………….54

4
OBJETIVOS

Objetivo General:

• Identificar y comprender la incidencia del principio procesal de publicidad en

la legislación procesal.

Objetivos Específicos:

• Definir los diferentes actos procesales mediante los cuales se ejercita el

principio de publicidad procesal.

• Explorar las diferentes garantías que brinda el principio de publicidad

procesal.

• Conocer la forma en que los principios rigen en la actuación procesal.

• Evaluar la incidencia del principio de publicidad procesal en otros principios

y en los actos de comunicación.

5
INTRODUCCIÓN

El juicio público es un valor aceptado universalmente. Se encuentra tan

profundamente arraigado en nuestra civilización que no se concibe un proceso

equitativo sin publicidad. Su transgresión provoca general repudio y sus

excepciones se fundan en la necesidad de preservar la imparcialidad del tribunal y

la limpieza del proceso, así como en salvaguardar los derechos de la persona.

En el momento actual existe un indudable interés en la sociedad en conocer

lo que sucede en el interior d ellos juzgados y tribunales, que se traduce en una

demanda social de información. Por ello, si en su origen, vinculado al liberalismo

político, la publicidad procesal era concebida, exclusivamente, como un

instrumento de garantía a favor del inculpado, que le protegía contra la

arbitrariedad de una justicia secreta, en la actualidad se ha acrecentado la

importancia de la vertiente institucional de este principio vinculada a la libertad de

información y crítica sobre la actuación de la justicia.

En las páginas que siguen me propongo indagar, desde la óptica del proceso

debido, la relación entre información y justicia. Se trata de examinar los distintos

aspectos que integran la vertiente institucional del principio de publicidad de la

justicia, que constituye una garantía esencial del funcionamiento del Poder Judicial

en un sociedad democrática, puesto que, por u lado, fortalece la confianza pública

en el Poder Judicial y, por otro, fomenta la responsabilidad de los órganos de la

administración de justicia.

6
El Principio de publicidad en el proceso civil salvadoreño a pesar del tiempo,

aun se mantiene vigente su estructura general.

Los principios procesales son aquellas reglas mínimas a las que debe

sujetarse un proceso judicial para ser debido proceso. Estas reglas mínimas

aseguran el derecho de defensa de las partes.

7
CAPITULO I

EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD

CONSIDERACIONES PRELIMINARES

Con la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre,

el 10 de diciembre de 1948, el principio de publicidad se establece como una

obligación para la comunidad internacional, al señalar esta proclama. En su artículo

10 dice que Toda persona tiene derecho en condiciones de plena igualdad, a ser

oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial para la

determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier

acusación contra ella en materia penal, toda persona tiene derecho a que su causa

sea vista equitativa y públicamente en un plazo razonable por un tribunal

independiente e imparcial, establecido por la ley, que decidirá sea sobre sus

derechos y obligaciones civiles.

El principio de publicidad nació como una garantía para los ciudadanos frente al

poder de los gobernantes y aunque modernamente tiene otros objetivos que la

doctrina y la jurisprudencia se ha ocupado de precisar, su fin esencial sigue siendo,

que el pueblo tenga la oportunidad de controlar el ejercicio de la potestad

jurisdiccional el principio de publicidad, bien entendido, constituye un instrumento de

democratización de la justicia que contribuye a su mejoramiento.

8
Este principio es un complemento de la oralidad que sirve para dar a conocer

los conceptos jurídicos a toda la sociedad, en lo cual, desde luego, ésta tiene interés.

Desde ése ángulo la opinión pública será un medio de control de los órganos

jurisdiccionales. Ésta funciona en la misma forma en un proceso escrito, cuyos

ejemplos claros son las vistas en los recursos de casación y en los procesos de

responsabilidad civil contra los jueces.

PRINCIPIO DE PUBLICIDAD, CONCEPTO Y CLASES

Concepto: Consiste en dar a conocer las actuaciones realizadas en el proceso

por el funcionario judicial.

Clases: Se puede considerar desde dos puntos de vista: Interno y Externo.

Publicidad Interna: se refiere a que las partes conozcan todos los actos

llevados a cabo por el juez en el proceso. Así, por ejemplo, el demandado no se

entera de manera directa de la demanda sino que se entera de ella mediante la

notificación del auto que la admite. Es por esto que la publicación se cumple

mediante la notificación de la providencia.

Publicidad Externa: Es la posibilidad de que personas extrañas al proceso

sepan lo que está ocurriendo en el mismo y presencien la realización de determinada

diligencia. Ejemplo: La audiencia pública de juzgamiento, en materia penal, y la

recepción de pruebas, en el área civil y laboral.

9
EL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD Y SU CLASIFICACION

Así, se habla, entre otras clasificaciones, de publicidad general y publicidad

para las partes, publicidad absoluta y relativa mediata e inmediata, activa y pasiva.

En primer lugar tenemos la distinción entre publicidad general que es aquella que

pone al alcance de todos los ciudadanos, el conocimiento de la actividad judicial y

publicidad para las partes que permite a estas o sus defensores el acceso al

expediente para su examen.

Entendemos por principio de publicidad, aquel que se refiere a los terceros, a

los ciudadanos que no son parte en el proceso, al público; para la garantía de los que

participan en el proceso, existen todos los principios que lo rodean.

La publicidad general puede ser absoluta o relativa. Se considera del primer

orden, cuando todas las actuaciones del proceso se desarrollan frente al público, y

relativa, si la presencia se admite solamente con respecto a ciertos actos o fases del

proceso.

La publicidad mediata e inmediata, la entiendo de si los ciudadanos observan el

desenvolvimiento del proceso personalmente, en cuyo caso sería inmediata o si

siguen su desarrollo a través de otro medio como por ejemplo la televisión.

ANTECEDENTES DEL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD

Este principio surgió en contraposición al Principio de Escrituralidad en tanto la

Publicidad da seguridad frente a la Administración de Justicia del Tribunal para evitar

10
algún tipo de manipulación, además de que sirve como Publicidad ante la

comunidad.

PUNTOS DE VISTA DEL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD EN LA

LEGISLACION SALVADOREÑA

En la Visión Interna: Exige la necesidad de la existencia de vías de notificación y

comunicación de los actos procesales y fijación de los sujetos que sean receptores

de la notificación y comunicación.

Los actos procesales deben ser notificados a las partes sin que pueda existir

cortapisas a la publicidad interna.

Así, expresamente lo consagra el artículo 18 de la Constitución de El Salvador

al reputar como derecho de toda persona el que se le resuelvan sus peticiones y se

le haga saber lo resuelto.

De ahí, que sea nulo por inexistencia todo acto procesal que no haya sido

notificado.

Por ello, es obligación del Juez procurar que se notifiquen las resoluciones a

las partes, de tal forma que sean conocedoras de la marcha procesal de su

pretensión.

En la Visión Externa: La publicidad exige que cualquier persona pueda

presenciar las vistas o actuaciones verbales efectuadas por los Juzgados y

Tribunales. Sobre este aspecto, la Constitución de El Salvador alude a la publicidad

externa, al “Juicio Público”, en el artículo 12, al referirse a los juicios penales,

11
debiendo de entenderse que no existe ningún elemento impeditivo para entender

dicho principio constitucional al proceso civil.

Lo mismo que para llevar a sus últimos extremos la publicidad externa en el

proceso penal, se requiere de cambios legislativos; en el proceso civil, únicamente

basta con abrir las puertas a los Juzgados para que, si alguien lo desea, pueda

observar directa y personalmente, como se desarrolla una vista u otra diligencia

practicada en forma verbal (testimonios, confesión, etc.).

La publicidad externa es de necesidad evidente si queremos tener una justicia

transparente, propia de una democracia, en la que por las personas que lo deseen,

pueda efectuarse un control social sobre el desarrollo del proceso.

El principio de publicidad se consagra en el artículo 9 del Anteproyecto del

Código Procesal Civil, donde establece que “Las audiencias de todos los procesos

previstos en este código serán publicadas, salvo que el Juez de oficio o a instancia

de parte, disponga lo contrario por razones de seguridad nacional, de moral o de

orden público, o de protección de la privacidad de alguna de las partes.

La restricción de la publicidad de las audiencias deberá acordarse en

resolución debidamente motivada, en la que se precisen expresa y claramente las

razones de dicha restricción”.

LA PUBLICIDAD DE LAS ACTIVIDADES PROCESALES

La publicidad de las actividades procesales es un principio que puede

entenderse de dos maneras distintas: como admisión de los terceros (público) a

12
asistir a las actividades procesales o como necesidad entre las partes de que toda

actividad procesal puede ser presenciada por ambas. En los dos sentidos la

publicidad ha sido admitida en los procesos más antiguos (romano, germánico),

excluyóse, al menos en parte, en muchos procesos intermedios.

LA PUBLICIDAD COMO ESENCIA DEL SISTEMA DEMOCRATICO EN

EL SALVADOR

La publicidad es la esencia del sistema democrático de gobierno, y además

constituye según EDUARDO COUTURE, el más precioso instrumento de

fiscalización popular sobre los jueces y litigantes. Este principio se origina en el

precepto constitucional contenido en el Art. 18, que en lo pertinente indica que "toda

persona tiene derecho a que se le haga saberlo resuelto". En la legislación procesal

civil la publicidad es permitida exclusivamente a las partes, quienes consultan el

expediente judicial, restringiéndose su conocimiento a cualquiera otra persona que

no demuestre al juez que posee un interés legítimo; cuyo sistema de publicidad

procesal se encuentra regulado principalmente en los artículos comprendidos del 204

al 223 del C. Pr. C., que contiene los actos de comunicación entre el juez y las

partes.

En el anteproyecto del código procesal civil y mercantil, se incluye el principio

de publicidad en forma clara y expresa, en el Art. 9; el cual se orienta a que las

audiencias de todos los procesos serán públicas, salvo excepciones: como por

razones de seguridad nacional, de la moral o de orden público, o de la protección de

la privacidad de alguna de las partes. Asimismo, extiende la publicidad al acceso de

13
personas que demuestren un interés jurídicamente protegido respecto a la consulta

del expediente.

La futura normativa procesal arriba indicada genera una apertura favorable de

lo sucedido en el proceso a todas aquellas personas que sin ser parte, ni poseer

interés legítimo tengan acceso al proceso, asistiendo a las distintas audiencias que

se realicen; lo cual constituye una forma de control judicial ejercido por una sociedad.

PUBLICIDAD EN CUANTO A TERCEROS

Cuando la publicidad pueda resultar peligrosa para el buen orden o las buenas

costumbres por la naturaleza del pleito, y en los demás casos señalados por la ley, la

autoridad judicial, a ruego del ministerio público o de oficio, ordena que la discusión

tenga lugar a puertas cerradas. La resolución se pronuncia en audiencia pública y se

incluye con los motivos en las actas de audiencia.

Pero esta publicidad se limita a la audiencia, no se extiende, por tanto, a todas

las actividades procesales que se verifican fuera de la audiencia (como las pruebas

ante el juez delegado). De las actas del proceso son accesibles al público las

resoluciones del magistrado, que son actas públicas por su naturaleza, no las actas y

documentos de las partes.

PUBLICIDAD ENTRE LAS PARTES

Las actividades, a través de las cuales se desarrolla la relación procesal, deben

hacerse patentes necesariamente a todos los sujetos de la relación. Por

consecuencia, cada parte tiene derecho a examinar las producciones del adversario,

14
y este derecho extiéndese también a los que son admitidos o llamados a asistir al

proceso (causae adesse) sin llegar a ser en él. Las partes y sus procuradores aun

antes de la audiencia y de la constitución con la simple exhibición de la citación, y el

procurador personado exhibiendo el mandato, son admitidos a examinar los

documentos depositados en cancillería, a hacer de ellos copias o extractos en papel

simple o hacer que se expidan a su costa copias autorizadas por la chancillería.

Además, durante la discusión, cada parte tiene la obligación de exhibir a la otra sus

documentos.

Las resoluciones del juez deben tomarse ante las partes, siempre que la ley no

disponga lo contrario, como para la sentencia, que se delibera en secreto, y después

se publica en la audiencia. La deliberación de las resoluciones colegiadas durante la

audiencia, se hace también en audiencia; pero los jueces manifiestan en voz baja su

voto al presidente.

También el examen de los testigos tiene lugar a presencia de las partes. Puede

excluirse, por razones especiales, la persona de la parte pero no de un procurador.

PRINCIPIO DE PUBLICIDAD PROCESAL EN EL PROCESO CIVIL

Este principio de publicidad en el proceso debe entenderse en el sentido de

que el proceso está dado como una garantía para todos los ciudadanos y que sólo

mediante él se puede buscar la solución de los conflictos entre las personas.

FUNDAMENTO DEL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD

15
Este principio se funda en la oportunidad de información de las partes del

proceso. Así también este principio comprende la obligación o deber del tribunal de

dar a conocer o comunicar a las partes los distintos actos que en el proceso se

realizan; ahora bien los resultados de este principio varían de acuerdo a la naturaleza

del proceso de que se trate.

Este principio de publicidad del procesó en materia civil, por el carácter privado

del proceso civil, en cuanto a los intereses que se ventilan por lo que el proceso

como proceso es público, se reduce únicamente a publicidad hacia las partes y para

cualquier interesado en el litigio ó sea personas que sin ser partes en el proceso

tengan un interés en el proceso.

O sea que no hay que entender este principio desde el punto de vista que

cualquier persona que no tenga un interés positivo y cierto pueda llegar a exigir al

tribunal a que le enseñen el juicio.

En materia penal la publicidad del proceso alcanza mayor contenido, ya que

por disposición de la ley penal el proceso es público, tiene acceso al proceso

cualquier persona.

En materia civil el deber de comunicación es riguroso e incluso el legislador da

la nulidad por la falta de comunicación de algún acto en el proceso.

16
APLICACIÓN PRÁCTICA DEL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD

PROCESAL

1) Derecho de las partes a pedir que se le exhiban los documentos. Art. 156

C.Pr.C.

2) El derecho de acceso y estar presentes de las partes para cualquier diligencia

que se realice.

3) La facultad de las partes a participar en cualquier tipo de debate dentro del

proceso. En materia civil se hace por escrito, en materia penal al momento del

jurado.

REQUISITOS DEL PRINCIPIO DE PUBLICIDAD

1) El principio de publicidad requiere que los actos procesales puedan ser

presenciados o conocidos incluso por quienes no participan en el proceso

como partes, funcionarios o auxiliares3. Ha sido adoptado por la mayoría de

las leyes procesales civiles modernas2, y reconoce fundamento en la

conveniencia de acordar a la opinión pública un medio de fiscalizar la

conducta de magistrados, litigantes y auxiliares judiciales. Por ello, aparte de

cumplir una función educativa, en tanto posibilita la divulgación de las ideas y

de los métodos jurídicos, sirve para elevar el grado de confianza de la

comunidad en la administración de justicia3.

31
Cfr. SCHÓNKE, Derecho Procesal Civil, Pág. 45: MILLAR, Los principios formativos del procedimiento civil, Pág. 185;
PODETTI. Tratado de la Competencia, Pág. 78.

2
MILLAR, op. cit., Págs. 185 y sigues.

3
KISCH, Elementos, Pág. 125; COUTURE, Fundamentos, Pág. 192.

17
2) Desde luego que es en los procesos orales donde este principio puede

alcanzar su máxima efectividad. Pero también ha se hallan dominados por el

principio de escritura. Las audiencias "serán públicas", aunque con la

salvedad de que el juez puede resolver lo contrario "mediante resolución

fundada".

La determinación de las causales de excepción al principio de publicidad queda

librada en cada caso al prudente arbitrio de los jueces, contra cuyas resoluciones en

tal sentido no cabe recurso alguno, salvo que mediante ellas se excluya la

comparecencia de alguna de las partes, o de sus letrados o apoderados.

Corresponde destacar, sin embargo, que la falta de espacio de que

generalmente adolecen las dependencias judiciales, así como las circunstancias en

que se desarrollan las audiencias, han determinado que el principio de publicidad

carezca, en los procesos escritos, de toda virtualidad4.

3) Con relación a la consulta de expedientes judiciales, el principio de publicidad

se halla sujeto a diversas restricciones. Establece sobre el punto nuestra

Legislación: Podrán revisar los expedientes:

a) "Las partes, sus abogados, representantes legales, y los peritos

designados en el juicio. También podrán hacerlo las personas

debidamente autorizadas por los abogados y procuradores, y por los

representantes de la Nación, de las provincias, de las municipalidades y

de las reparticiones autárquicas".

4
bis En el ámbito del Proceso Civil, sin embargo, la eficacia del principio de publicidad es relativa aun cuando rija el
sistema oral.

18
b) "Cualquier abogado, escribano o procurador, aunque no intervenga en

el juicio, siempre que justifique su calidad de tal cuando no fuese

conocida"

c) "Los periodistas, con motivo del fallo definitivo de la causa".

Exceptuándose: a. Los expedientes que contengan actuaciones

administrativas que tengan carácter reservado; b. Los expedientes

referentes a cuestiones de derecho de familia (divorcio, filiación, nulidad

de matrimonio, pérdida de la patria potestad, tenencia de hijos,

alimentos, insanía, etc.), así como aquéllos cuya reserva se ordene

especialmente".

En los casos que corresponda, la secretaría autorizará el examen de los

documentos, autos originales e instrumentos judiciales exclusivamente: a) Por las

partes cuando lo requieran personalmente; b) Por quienes acrediten fehacientemente

ante el actuario tener en el mismo o a su respecto, algún interés legítimo, actual o

futuro; c) Por los abogados, escribanos, procuradores o peritos, inscriptos en la

matricula respectiva y en ejercicio de su profesión; d) Por los alumnos universitarios

autorizados por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, con fines de estudio".

Posee la facultad de consultar expedientes judiciales la persona que compruebe en

la forma y modo su calidad de empleado permanente de abogado o procurador".

Finalmente, las personas no comprendidas en estas clasificaciones, serán

consideradas como extrañas a la actividad judicial, y no podrán, aunque medie

autorización, retirar o recibir expedientes u otros instrumentos judiciales, ni

19
requerirlos para su examen o copia, ni solicitar o recibir informes sobre su estado,

destino, etc.

OTROS PRINCIPIOS PROCEDIMENTALES: CONCENTRACIÓN,

PRECLUSIÓN Y PUBLICIDAD, QUE CONFORMAN LA

“ACELERACIÓN” DEL PROCEDIMIENTO

Para que el proceso cumpla con su función de otorgar una plena “satisfacción

jurídica” a las partes, no es tan sólo necesario que el Juez resuelva el conflicto

mediante la aplicación del Derecho, sino que también resulta obligado que la

decisión final sea pronunciada en un espacio relativamente corto de tiempo, porque,

de lo contrario, se corre el riesgo de tornar en satisfacción platónica, lo que ha de ser

tutela efectiva por parte de los Juzgados y Tribunales.

Para contribuir a la solución del problema de la “lentitud” del procedimiento,

surgió en la doctrina alemana (LENT-JAUERNIG, SCHONCKE-KUCHINCKE,

ARENS) el denominado principio de “aceleración del procedimiento” (“die

Beschleunigungsprinzip”), denominación, cuya traslación a la nuestra puede causar

un cierto rubor dada la lentitud de nuestros procedimientos civiles.

 Concentración Y Preclusión

20
Pues bien, una de las medidas para obtener dicha “aceleración” puede consistir

en concentrar sus actividades en un espacio corto de tiempo, reuniendo en la menor

cantidad posible de tratamiento todo el contenido del proceso. Así aparece, señala

PAIREN, el principio de concentración, principio de política legislativa.

La concentración del procedimiento puede obtenerse a través de todo un

conjunto de medidas, de entre las que cabe señalar las siguientes:

a. Reducción de plazos y términos, conforme a las necesidades sociales

del momento presente;

b. Mayor inmediación en los actos de comunicación;

c. Estímulo de la autocomposición intraprocesal;

d. Prohibición de incidentes suspensivos;

e. Tratamiento preliminar de los presupuestos procesales;

f. Establecimiento de una fase “elástica” de alegaciones y otra

“preclusiva” de prueba, y

g. Instauración plena de la oralidad en la fase probatoria.

Publicidad

En íntima conexión con el principio de oralidad, surge el de publicidad del

procedimiento en la historia de las instituciones procesales.

21
Pero, a diferencia del de concentración, que posee un marcado carácter

técnico, el de publicidad presenta una notable connotación política al haberse

manifestado, tal y como hoy lo conocemos, como una conquista del pensamiento

liberal.

En efecto, frente al proceso escrito de la época del absolutismo, el movimiento

liberal opuso, en primer lugar, la publicidad del procedimiento como seguridad en

contraposición a la justicia “de gabinete”, en tanto que garantía frente a las

manipulaciones gubernamentales y, en un momento posterior, como medio para el

fortalecimiento de la confianza del pueblo en sus Juzgados y Tribunales y como

instrumento de control popular de la justicia.

Como consecuencia de tales postulados ideológicos, el derecho a ser juzgado

mediante un proceso público y ante un Tribunal imparcial pasó a incorporarse a la

parte dogmática de las Constituciones europeas, siendo la primera, en la historia, la

de Cádiz de 1812.

Aun cuando sean varios y distintos los conceptos y clasificaciones doctrinales

del referido principio, conjugando todas ellas se puede extraer la conclusión de que,

aunque excepcionalmente determinadas fases del procedimiento pudieran

permanecer secretas, para una buena administración de la justicia (v.gr.: la fase

instructora del proceso penal), la publicidad en el proceso contemporáneo ha de

serlo, tanto frente a las partes (publicidad relativa), como frente a la sociedad o

terceros (publicidad absoluta). El ordenamiento procesal ha de autorizar la

posibilidad de la participación inmediata del público en el desarrollo del juicio, el cual

22
ha de acceder voluntariamente al mismo (publicidad activa), aunque

excepcionalmente pueda darse cuenta, con posterioridad a él, de determinadas

actuaciones procesales (publicidad pasiva).

En nuestro proceso civil, debido a la vigencia del principio de la oralidad, el

principio de publicidad absoluta se encuentra recogido allí donde las actuaciones

sean verbales y, de modo especial en la fase probatoria.

Pero el principio de publicidad absoluta puede ser restringido por el Tribunal

“cuando sea necesario para la protección del orden público o de la seguridad

nacional en una sociedad democrática, o cuando los intereses de los menores o la

protección de la vida privada de las partes y de otros derechos y libertades lo exijan”.

Las demás actuaciones procesales están presididas por el principio de publicidad

relativa, conforme al cual tan sólo las partes interesadas están legitimadas para el

conocimiento de las actuaciones.

INTRODUCCION EN EL PROCESO CIVIL DE POSTULADOS

BASICOS DE INMEDIACION, CONCENTRACION, PUBLICIDAD,

EVENTUALIDAD Y APRECIACION RACIONAL DE LA PRUEBA

 Los Principios de Oralidad y Escritura.

Se distinguen dos tipos de procesos, según se utilice la oralidad o la escritura.

Y todavía podríamos agregar que esta divergencia excede el simple marco del

problema para abarcar dos tendencias procesales opuestas, no solo porque en un

procedimiento se celebren los actos oralmente y en el otro por escrito y mediante

23
actas, sino por otras múltiples características diferenciales. Así, MAURO

CAPPELLETTI, uno de los más fervientes partidarios de la oralidad, enseña que ello

significa la introducción en el proceso de los postulados básicos de inmediación,

concentración, publicidad, eventualidad y apreciación racional de la prueba.

Especialmente los países romanistas, entre los que nos contamos, sufrieron

una evolución, a partir del derecho común (proceso romano-canónico) y a fines de

la Edad Media, que, bajo el nombre de oralidad, implicó la lucha contra los

sistemas de la época. En particular contra el procedimiento escrito, secreto,

realizado en etapas separadas, sin contacto directo entre las partes y el juez, con

un sistema complejo de apreciación de la prueba, basada en la tarifa legal, que

fijaba reglas matemáticas para la evaluación de aquella.

De este proceso, dice CAPPELLETTI, dominado por el principio de que "quod

non es in acíis non esí in mundo", de larga duración, se sale en virtud de la

aplicación de los nuevos principios científicos del Renacimiento. Y se plasman en

el Código francés, al cual siguen rápidamente los de Italia, Alemania y los demás

países europeos y el resto del mundo civilizado. Con excepción de España, donde

predomina, a causa de que las tendencias modernizadoras son derrotadas, el

antiguo sistema escrituralista, que es el que hereda Hispanoamérica.

 Oralidad y Proceso por Audiencias. Precisiones Terminológicas.

En primer lugar, debe aclararse que cuando hablamos de oralidad, lo

hacemos para usar un término que es de común conocimiento y aceptación,

24
aunque sabemos de antemano que prácticamente no hay régimen alguno de

derecho positivo exclusivamente oral, sino que todos son mixtos.

Los procesos que hoy se consideran como orales, tienen, en general, una

fase de proposición escrita, una o dos audiencias orales (prueba y debate; a veces,

inclusive la sentencia dictada al final de la última) y luego recursos de apelación o

casación, también escritos. Son, por lo tanto, mixtos. Más correctamente

deberíamos llamar los procesos por audiencia, ya que en esta es donde se realiza

la parte sustancial del juicio. En el proceso penal oral, como hemos visto, hay

también una fase de preparación: la instrucción del sumario, que es

predominantemente escrita, y luego el juicio (plenario) se desarrolla en la audiencia

(oral).

O sea que la oralidad, tal como la entendemos actualmente, no implica

desaprovechar un medio de comunicación tan preciso y depurado como la escritura

(según subrayan, con razón, quienes la defienden). Lo que rechazamos es el

proceso escrito y secreto, sin inmediación y concentración (especialmente para la

prueba y el debate oral).

 Oralidad Y Otros Principios Procesales: Inmediación, Concentración,

Publicidad.

La oralidad como ya lo hemos dicho, debe ser estudiada juntamente con otros

principios.

En primer término, el de inmediación, que requiere que el sentenciador tenga

el mayor contacto personal con los elementos subjetivos y objetivos que conforman

25
el proceso (PEYRANO). Su antítesis está formada por el principio de mediación,

inspirado quizá en el resquemor de que el contacto vivencial (especialmente del

juez y las partes) pueda afectar la imparcialidad del juzgador; sustenta la

conveniencia de que el tribunal guarde una relación impersonal e indirecta con

aquellos elementos.

Porque la inmediación supone, además, la participación del juez en el

procedimiento, convirtiéndose, también, en un protagonista, lo cual lo hace intervenir

directamente en su desarrollo; esto lleva, como decimos, equivocadamente a pensar

que puede perder su imparcialidad, prejuzgar... Por el contrario, resulta difícil, dice

peyrano, concebir una herramienta más poderosa para la búsqueda de la verdad

histórica, que conferir al oficio el derecho-deber de observar y escuchar a los

litigantes, a sus defensores y a los testigos y peritos. Y agrega que solo cuando el

proceso es "vivido" por el juez, puede este ponderar las reacciones y gestos de

partes y declarantes, pautas inapreciables para descubrir al mendaz o comprobar la

veracidad de los dichos.

Es natural que esto supone mantener la identidad del juez (que recibe la

prueba y que falla), que es una de las principales exigencias del sistema oral. (Cuya

falta funda una de las objeciones a estos principios).

Así concebida la inmediación, es tan importante, o más, que la oralidad misma.

El propio klein, autor de la Ordenanza austríaca que tanto resultado ha dado,

fundaba la virtud del nuevo Código en la inmediatez: decía él que lo esencial era que

el juez y las partes (luego los testigos) “se miraran a los ojos”.

26
A su vez, la oralidad, el proceso por audiencias, es el que mejor se compagina

con el principio de concentración, que propende a reunir toda la actividad procesal en

la menor cantidad posible de actos y a evitar la dispersión, lo cual, por otra parte,

contribuye a la aceleración del proceso.

Es natural que dicha concentración se cumpla fundamentalmente por medio de

la audiencia, realizándose la parte fundamental del procedimiento en un solo acto

(aun cuando haya que prolongarla si no se puede agotar en una jornada) en el que

se concentran la recepción de la prueba, el debate oral y la sentencia. De ese modo

es como el tribunal puede tener una cabal y completa comprensión de las cuestiones

debatidas y del objeto del proceso, y estar mejor habilitado para decidir.

Resulta, pues, que la oralidad, juntamente con la inmediación y la

concentración, parece realizar mejor la verdadera función del proceso que es, según

lo recuerda CARNELUTTI, siguiendo las enseñanzas de los juristas medievales

(como BÚLGARO), un “actum íriarum personae” y no una serie sucesiva de actos, en

los que hay una trasmisión escrita entre dichas tres personas. Resulta, así, el modo

natural de resolver las controversias. Pues entre dos que disputan y someten su

conflicto a un tercero, lo lógico parece ser que se reúnan y dialoguen.

Es el modo, también, de poder cumplir con el principio de publicidad, que

permite la apertura del proceso, para que la potestad jurisdiccional pueda ser

controlada por quienes tienen interés en hacerlo. Y de esa manera se pueda realizar

el ideal democrático de que las funciones del Estado estén sometidas al contralor

27
popular, que es el natural destinatario de ellas (el verdadero protagonista de las

normas jurídicas y de su aplicación judicial).

MAURO CAPPELLETTI agrega que la tendencia a la democratización de la

justicia y hacia la socialización del proceso, a fin de facilitar el acceso a la justicia a

todos por igual y, naturalmente, en especial a quienes están más desamparados y

carecen de medios (con la idea de tratar desigualmente a los desiguales para

conseguir la igualdad), se cumple mejor mediante estos principios.

Todo lo cual no deja de ser discutido, como veremos en seguida. Empezando

por quienes sostienen que la inmediación, la concentración y aun la publicidad

(aunque estarnas difícilmente) pueden darse, también, en un proceso escrito. Esto,

aun cuando teóricamente posible, no lo es en la práctica. Y en definitiva, si

incorporamos estos principios y los realizamos plenamente, solo podemos hacerlo

por medio de un proceso oral (o por audiencias).

28
CAPITULO II

ACTOS PROCESALES DE PUBLICIDAD

ACTOS PROCESALES DE COMUNICACIÓN

Los actos procesales de comunicación, inclusive el emplazamiento, no son

desde una perspectiva constitucional, categorías jurídicas con sustantividad propia,

sino que las mismas se enmarcan en el derecho de audiencia. Es conveniente

aclarar, que la connotación constitucional de la adecuada realización de los actos

procesales de comunicación, no supone que cualquier infracción a las formalidades

que rigen a éstos implica transgresión constitucional. Es por ello, que de tratarse de

una formalidad esencial, cuya inobservancia incide negativa y gravemente en las

oportunidades de ejercer el derecho de defensa por parte del sujeto afectado, la

observancia o cumplimiento de la misma adquiere connotación constitucional, y en

consecuencia, la realización de un acto procesal de comunicación en coexistencia

con condiciones que carezcan de razonabilidad o proporcionalidad respecto de los

fines que lícitamente puede perseguir el legislador, deviene en violatoria de la

normativa constitucional.

La realización de los actos procesales de comunicación está regida, en su

ejercicio concreto, al cumplimiento de los presupuestos y requisitos contemplados en

las respectivas leyes, pero también debe tomarse en cuenta, que al respecto rige el

29
principio finalista de las formas procesales. Esto significa que los requisitos y modos

de realización de los actos procesales, inclusive los de comunicación, deben ser

apreciados desde una perspectiva finalista, cual es garantizar el derecho de

audiencia, evitando así que interpretaciones meramente literalistas o aplicaciones

excesivamente ritualistas lo frustren.

Cuando una disposición que regula los actos procesales de comunicación, o

una concreción especifica de las mismas, supone un obstáculo de acceso a

garantizar el derecho de audiencia, o cuando en el caso concreto, la interpretación

supone una restricción injustificada de tal derecho; aquélla y su respectiva aplicación

pueden resultar desmesurados y vulneradoras del derecho de audiencia consagrado

en la Constitución.

Los actos procesales de comunicación son concreción del derecho de

audiencia, los cuales, en principio, deben ajustarse a las directrices que el legislador

establece, el cual goza de un amplio margen de definición y determinación de las

condiciones, modo de ejecución y consecuencias de tales actos procesales, así

como del establecimiento de los límites o particularidades de algunos de los actos

procesales de comunicación.

Los actos procesales de comunicación se rigen por el principio finalista de las

formas procesales, según el cual los requisitos y modo de realización de dichos

actos, deben ser apreciados desde una perspectiva finalista, cual es garantizar el

derecho de audiencia y otros derechos constitucionalmente reconocidos.

30
Los actos procesales de comunicación constituyen la herramienta de la que se

vale el juzgador para hacer saber a las partes lo que está ocurriendo al interior de un

proceso.

Los actos procesales de comunicación son de una de cuatro clases: la citación,

la notificación, el emplazamiento y el emplazamiento para contestar la demanda.

La notificación de las decisiones judiciales, como especie a realizarse al interior

de un proceso pretende que los distintos sujetos puedan no sólo conocer las resultas

de la sustanciación sino que, eventualmente, puedan recurrir de ellas cuando así lo

estimen pertinente.

Los actos procesales de comunicación deben ser efectuados por medio del

secretario notificador o por el secretario del tribunal, quienes están investidos de

veracidad para las partes y para terceros.

Los actos procesales de comunicación constituyen manifestaciones del

derecho de audiencia; en cuanto que tales actos posibilitan la intervención de las

partes en los procesos jurisdiccionales y ejercer sus derechos constitucionalmente

reconocidos.

La realización de un acto procesal de comunicación en coexistencia con

condiciones que carecen de razonabilidad o proporcionalidad respecto de los fines

que lícitamente puede perseguir el legislador, deviene en violatoria de la normativa

constitucional.

31
ACTOS DE COMUNICACIÓN CON LAS PARTES

Indistintamente la clase de acto de comunicación; éste tendrá por objetivo darle

cumplimiento al principio de publicidad a favor de las partes y al mismo tiempo

efectivizar la garantía de audiencia; es decir que, las partes tengan la posibilidad al

menos de intervenir si así lo quisieren en la ejecución de un acto procesal, pudiendo

agregársele como objetivo el informar una resolución judicial al destinatario del acto

de comunicación.

Dar a conocer lo resuelto por el juzgador, principalmente constituye un derecho

subjetivo procesal a favor de las partes, secundariamente genera una obligación de

comparecer para algunos sujetos procesales como el testigo o el perito.

Todo acto de comunicación, más que un simple formalismo dentro de un

procedimiento judicial, debe apreciarse como una garantía procesal, y por

consecuencia una protección legal, en su doble perspectiva, tanto constitucional

como por la ley secundaria, así lo reconoce la jurisprudencia salvadoreña.

SUJETOS AUTORIZADOS PARA INFORMAR LOS

ACTOS DE COMUNICACIÓN

Principalmente, los sujetos autorizados para informar los actos de

comunicación son el notificador o el citador en su caso, quienes están facultados

para notificar de varias maneras, incluso por esqueja, pero en cualquier supuesto

deberá siempre dejarse por esquela de su actuación por medio de un documento

32
que redacta y suscribe; el cual contiene lo acaecido en el acto, esta afirmación es

confirmada por la jurisprudencia constitucional salvadoreña.

No obstante lo anterior, la ejecución de los actos de comunicación esta

atribuida también a otros funcionarios distintos al juzgador, ya que éste último se

limita a ordenar el acto. Por consiguiente, serán esos otros funcionarios y

empleados judiciales, según sea el caso donde se tramite el proceso, así serán las

personas autorizadas para ejercer tal función.

Ratificando el espíritu de la ley procesal arriba apuntado, se establece la

obligación procesal hacia todas las personas involucradas en practicar el acto de

comunicación; tal imperativo impuesto, es de carácter genérico para todas las

resoluciones judiciales comunicables de acuerdo al Art. 1248 C. Pr. C.

Entre los sujetos procesales responsables en la ejecución de los actos de

comunicación de acuerdo al nivel jerárquico donde se tramite el proceso civil, las

leyes autorizan a los siguientes:

A. Secretario de Juzgado, se incluyen quienes desempeñan sus labores, tanto

en el Juzgado de Paz como en los Juzgados de Primera instancia; quienes deben

practicar los actos de comunicación que se verifiquen dentro y fuera de la oficina, de

acuerdo al Art. 78 ordinal 1° L. O. J., y el Art. 83 ordinal 2° C. Pr. C. Asimismo, podrá

practicar dicha función el Secretario Notificador, según, el juzgado donde

desempeñen sus labores, conforme al Art. 78 inciso final de la L. O. J.

B. Secretario de Cámara de Segunda Instancia, cuando el acto de

comunicación deba realizarse en la oficina judicial, de acuerdo al Art. 71 inciso 1°,

33
con relación al Art. 70 ordinal 7° L. O. J. A falta del funcionario judicial anterior, por

cualquier causa legal, o bien porque el acto deba practicarse fuera de la oficina; la

misma función será ejecutada por el Oficial Mayor del Tribunal, según el Art. 71

inciso 2°, y Art. 89 ordinal 1° L. O. J.

C. Secretario de la Sala de lo Civil, cuando el acto de comunicación deban

realizarse en la oficina, según el Art. 70 ordinal 7° L O. J. Cuando dicha actividad

deba practicarse fuera de la oficina será a cargo del Oficial Mayor adscrito a la Sala,

conforme al Art. 89 ordinal 2° L. O. J.

D. Secretario General de Corte Plena, cuando los actos de comunicación

deban realizarse en la oficina, de acuerdo al Art. 70 ordinal 7° L. O. J. Cuando dicha

función deba practicarse fuera de la oficina será a cargo del Oficial Mayor adscrito a

la Corte Plena, de acuerdo al Art. 89 ordinal 2° L. O. J.

PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN

Todo cuerpo normativo de carácter procesal, no puede ser lo suficiente

garantista, sin tener en cuenta el principio de contradicción, por medio del cual las

partes puedan sin resistencia alguna, participar en la ejecución de un acto procesal

en general, cuestionando lo sucedido, a través de su valoración subjetiva del objeto

del proceso, y el examen de la prueba que se incorpora al proceso por la

contraparte, entre otros.

El principio de contradicción es habilitado por ley procesal, a favor de las

partes con la publicidad de los actos procesales judiciales, particularmente mediante

el emplazamiento al demandado y la notificación a las partes en el transcurso del

34
proceso judicial. Por lo anterior, puede afirmarse categóricamente, no basta conocer

el contenido de una resolución judicial que indica la futura ejecución de un acto

procesal judicial, sino además poseer la facultad de intervenir en la ejecución del

mismo para vigilar el resultado de aquel; así como cuestionar sus resultados al

momento de su producción, e impugnarla en caso sea necesario.

La contradicción puede lograrse cuando se genera la posibilidad hacia las

partes para hacer valer sus pretensiones y resistencias, mediante la introducción de

hechos que las sustentan y la correspondiente prueba sobre su existencia.

Asimismo, la contradicción se acompaña junto al derecho de defensa y el derecho

de audiencia, por encontrarse todos estrechamente relacionados, asegurándose a

las partes la posibilidad de sostener, con argumentos, su respectiva pretensión y

resistencia y rebatir los fundamentos que la parte contraria haya podido formular en

apoyo de éstas.

FORMAS DE LOS ACTOS DE COMUNICACIÓN

La forma de ejecución del acto de comunicación adopta diversas

manifestaciones, las cuales se exigen para una mayor seguridad al informar las

resoluciones judiciales. Es lógico pensar, si el contenido del acto procesal judicial

que deba comunicarse es de mayor trascendencia, su formalidad será mayor al

momento de verificarse el mismo, así tenemos de mayor a menor importancia la

siguiente distinción: acto de comunicación personal, acto de comunicación por

esquela, y acto de comunicación mediante edicto.

35
Independientemente de las formalidades que fije la ley procesal más que

ritualismos deben procurar que los actos de comunicación logren la finalidad, siendo

la de crear condiciones propicias para un buen ejercicio del derecho de audiencia,

respecto a las partes.

A. Acto de Comunicación Personal

Este medio de publicidad procesal se verifica por la persona facultada, quién

se desplazará al domicilio del sujeto procesal destinatario del acto, para hacerle del

conocimiento el contenido de una resolución judicial; entregándole materialmente un

legajo de copias que contienen los documentos relacionados al mismo; por ejemplo,

si fuere el emplazamiento hacia el demandado, se le entregará copia de la demanda

y demás documentos adjuntos si lo hubieren, así como el decreto que ordena el acto

de comunicación. De todo lo que suceda deberá constar en un acta redactada por el

empleado, donde conste su ejecución mediante la firma del destinatario del acto, así

como de la persona que ejecuto el acto.

Dentro del concepto del demandado debe incluirse a su apoderado judicial

facultado especialmente para recibir emplazamientos; o bien al representante legal o

representante judicial, según sea el caso, donde el demandando no pueda recibir la

comunicación procesal en persona, y no se frustrará la práctica del acto de,

comunicación, de acuerdo al permitido en el Art. 219 C. Pr. C.

Bajo esta modalidad de recibir emplazamientos, la duda que se plantea, en

cuanto a la primera situación. ¿Será subsidiario o directo el emplazamiento al

apoderado judicial? El Doctor Mauricio Velasco Zelaya, sostiene lo siguiente: “se

36
presente el apoderado judicial manifestando serlo de la parte que se debe emplazar,

no obstante, el notificador deberá buscar a dicho demandado y sólo en el evento de

no haber sido encontrado, previo decreto del Juez, procederá verificar el reiterado

emplazamiento, esto, es, por medio del apoderado especial". La anterior cita

doctrinaria adopta la posición de subsidiariedad, es decir que el emplazamiento es

válido al apoderado judicial a falta del demandado.

Respecto a la interrogante arriba expuesta considero que el destinatario del

emplazamiento debe incluirse en amplio sentido, es decir incluir al apoderado

judicial especialmente facultado, sin distinción, ni restricción alguna, por varias

razones entre estas:

a) Conforme a la finalidad de los actos de comunicación, se busca la efectiva

información cuando es entregada al apoderado judicial, lo cual se logra;

b) Quién mejor que una persona técnica como el Abogado para conocer las

consecuencias jurídicas que produce el emplazamiento; y

c) Según la teoría de la representación los actos ejecutados por el

representante se miran como ejecutados por el representado, razón suficiente para

tener por válido el emplazamiento recibido por el apoderado judicial especialmente

facultado, pues dicha práctica se tiene como si hubiera sido hecho en el demandado

en persona. Concluyendo, sostengo la posición que en esta clase de emplazamiento

directo realizado al apoderado judicial especialmente facultado para recibir

emplazamientos es válido, no siendo necesario agotar la búsqueda del demandado.

37
La aplicación de esta variedad de acto de comunicación personal se exige

según el Art. 220 incisos 3 ° C. Pr. C., para situaciones taxativas, entre ellas:

a) La primera notificación a la parte contraria en actos previos al proceso;

b) La primera notificación en procesos de jurisdicción voluntaria o conocidos

también como procesos civiles no contenciosos;

c) La declaratoria de rebeldía del demandado;

d) La apertura a pruebas; e) la sentencia definitiva;

e) En todo caso la comunicación deberá ser personal cuando se realice al

Ministerio Público; y,

f) Cuando la ley lo disponga como en el caso del emplazamiento para contestar

la demanda, de acuerdo al Art. 208 inciso 1° C. Pr. C. .

B. Actos De Comunicación Por Esquela

Esta clase de acto de comunicación, procede cuando la parte destinataria del

acto no se encuentre momentáneamente en el domicilio designado para recibir la

comunicación; habilitándose al empleado o funcionario judicial entregar a persona

distinta al destinatario original un documento denominado esquela que contendrá un

extracto breve y claro de la resolución judicial y del escrito que motiva tal

comunicación para que sea entregado inmediata mente al destinatario original.

La legislación procesal menciona una serie de personas de las cuales

presume una relación inmediata con el destinatario del acto de comunicación, a

38
quienes puede entregársele la esquela, entre ellos: esposa, hijos mayores de edad,

socios, dependientes, empleados del servicio doméstico; en su defecto a los vecinos

del lugar donde residiere, de conformidad al Art. 210 inciso 1° y 2° C. Pr. C.

Por la forma de ejecutar la comunicación por esquela, haría pensar que el

contenido de éstos es de menor relevancia, respecto de otros donde la ley procesal

civil exige únicamente la forma personal de comunicación, lo cual no es cierto,

porque ésta variedad de forma es de carácter subsidiario respecto a la personal,

siendo protegida ambos según el Art. 1248 C. Pr. C.

La práctica de los actos de comunicación por los funcionarios y empleados

judiciales autorizados por la ley, goza de fe pública; de tal manera, que todo lo que

hagan constar en el ejercicio de sus funciones se tiene por cierto^ dejándose por

fuera la posibilidad de poner en duda cualquier circunstancia que haya sucedido en

la ejecución del acto comunicable.

C. Acto De Comunicación Por Edicto

Consiste en el acto de comunicación realizado a la parte por la persona

facultada por la ley, de toda resolución judicial que no se exija la forma personal o

subsidiariamente por esquela; y se materializa normalmente por un edicto fijado en

el tablero judicial de la sede del juzgado o tribunal competente; o bien en fijada en la

puerta o lugar visible del domicilio del destinatario del acto.

El edicto constituye una forma subsidiaria a la esquela, en el caso particular

cuando se confirmó que el destinatario reside en el domicilio indicado; y a la vez de

carácter residual para realizar actos de comunicación que no se exijan la forma

39
personal dirigidas a las partes, o bien a quién interese una resolución judicial

regulada en el Art. 220 inciso 1° C. Pr. C.

Ésta forma de acto de comunicación coloca en aparente desventaja a las

partes, puesto que exige a los mismos mayor responsabilidad al Apoderado Judicial,

o bien al interesado; debiendo estar pendientes de cualquier comunicación judicial;

por esta razón la ley permite que se aplique para aquellas situaciones de menor

relevancia procesal.

Los edictos pueden ser comunicados en carteles fijados en un lugar

determinado como en el tablero judicial, en lugares públicos, en periódicos de

circulación nacional, o bien publicados en el diario oficial, atendiendo a cada caso.

Por ejemplo:

a) Citación a los acreedores en las Diligencias de concurso de acreedores en

periódicos cuando el juez mande a citar a los acreedores en las diligencias de

concurso de acreedores, según el Art. 682;

b) Notificación por edicto en el tablero judicial al apelado, aún no declarado

rebelde, de acuerdo al 1047 inciso 2°; y,

c) Emplazamiento por edicto, a los herederos de la persona natural fallecida, o

bien al nuevo representante de la persona jurídica cuando haya caducado la

representación de aquel que inicio el proceso judicial, con la finalidad que

comparezcan al mismo, en su carácter de sucesores, de acuerdo al 1276 C. Pr. C.

CLASES DE ACTOS DE COMUNICACIÓN

40
Los actos de comunicación entre el juez y las partes, así como de toda

persona que deba intervenir en el proceso, de acuerdo a la legislación procesal civil

salvadoreña, teniendo criterio de distinción el destinatario del mismo, se dividen en

tres: el emplazamiento para contestar la demanda o acudir a la segunda instancia,

en caso de interposición del recurso ordinario de apelación; la notificación, dirigida a

las partes para que intervengan en un acto procesal o bien conozcan el contenido

de una resolución judicial; y la citación para que intervengan al proceso terceros

accidentales, tales como testigos o peritos.

EMPLAZAMIENTO

Concepto

Es la especie de acto de comunicación, en virtud de cual el juzgador hace del

conocimiento del demandado la existencia de una demanda en su contra y del auto

que la admitió, y le concede un plazo para que la conteste.

La legislación procesal salvadoreña proporciona un concepto de lo que

entiende por emplazamiento, que textualmente dice: “Es el llamamiento que hace el

juez al demandado para que comparezca a manifestar su defensa”, conforme al Art.

205 C. Pr. C.

La idea planteada por la legislación sobre el emplazamiento, no ofrece duda

en cuanto a su entendimiento; pues contiene dos elementos básicos que mantienen

su vigencia conceptual en las legislaciones iberoamericanas; tales elementos son:

a) El llamamiento que hace el juez al demandado; y,

41
b) La finalidad que manifieste su defensa el destinatario del acto. En este mismo

sentido se expresa la jurisprudencia salvadoreña en torno al emplazamiento.

Anteriormente, se dijo que los actos de comunicación en general viabilizan el

derecho de audiencia, pero cuando el acto comunicable es el emplazamiento,

además del anterior se agrega otro derecho procesal de carácter constitucional,

siendo el derecho de defensa.

FORMALIDADES

El emplazamiento conforme a la normativa secundaria y en particular a la

normativa constitucional, se le concede una gran relevancia; pues como se señalo

en su concepto legal, con ésta se le informa al demandado la existencia de una

reclamación y ejerza su defensa como mejor le convenga; razón suficiente, para

exigir todos aquellos formalismos que garantice tal derecho y simultáneamente se le

reconozca la validez del acto procesal.

Entre los requisitos de validez del acto de emplazamiento que indica la ley

procesal se tienen los siguientes:

A. Debe ser practicado por el empleado o funcionario que indica la ley.

B. Realizarse en días y horas laborables, dentro de la competencia territorial

asignada ya sea al juzgado o tribunal que tramita el proceso judicial, o el juzgado o

tribunal requerido cuando se tramite el emplazamiento mediante comisión procesal.

C. Documentación de las circunstancias acaecidas, cuya redacción contendrá

la siguiente información: persona que realizó el acto; lugar, hora y fecha de

42
ejecución; forma de emplazamiento utilizado; identificación de la persona a quién

entrego los documentos del emplazamiento, como la certificación de la providencia

judicial, copias de la demanda y los documentos adjuntos a la misma, de acuerdo al

Art. 195 ordinal 3° y 5° C. Pr. C.; y finalmente se deberá incluir las firmas de quienes

intervinieron en la práctica del emplazamiento, si no pudiere firmar el destinatario o

la persona que recibió el acto de comunicación se hará constar dicha circunstancia

en el documento.

CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL MEPLAZAMIENTO

Una vez que el juzgador ordena el acto de comunicación, se desencadenan

una serie de efectos jurídicos, en diversos sentidos, tanto positivos como negativos,

que inciden en general, tanto en la tramitación del proceso judicial como en el

destinatario del emplazamiento.

A. Consecuencias Jurídicas Positivas

Son aquellas que se generan cuando el emplazamiento se práctica de acuerdo

a los requerimientos legales, portante el mismo se tiene por válido, permitiendo que

el proceso civil continué su trámite normal, tales consecuencias se encuentran

reunidas en el Art. 222 C. Pr. C., entre estos se tienen las siguientes:

 Previene la competencia judicial, dejando por fuera a todos aquellos

jueces que inicialmente pudieron tener competencia simultánea. Aunque cabe

aclarar, que la fijación definitiva la determina el demandado, al no cuestionarla en

tiempo y forma, de acuerdo al Art. 44 C. Pr. C.

43
 Prohibición de enajenar el objeto litigioso, bajo cualquier título que se

realice. Produciendo una causal de nulidad de acto o contrato por constituirse objeto

ilícito, según lo establece el Art. 1337 parte final C.

 Interrumpe la prescripción en su doble efecto tanto el efecto extintivo

de la acción, como el efecto adquisitivo del dominio a favor del demandado,

contenidos en los Arts. 2242, 2245 y 2254 C. Pr. C.

 Permite la intervención del demandado para ejercer la defensa

conveniente, iniciando el plazo para el mismo.

B. Consecuencias Jurídicas Negativas

Por otra parte, los efectos perjudiciales que puede generar el emplazamiento al

demandado que pueden mencionarse, tanto por la omisión de la práctica como por

el correcto emplazamiento, entre estos se señalan:

 Las formalidades legales indicadas para el emplazamiento deben cumplirse

en su totalidad para considerarse como bien efectuado; caso contrario, se sostiene

que su omisión total de ejecución o ejecución imperfecta o incompleta producirá un

efecto nocivo al proceso judicial, el cual es la nulidad procesal, según lo establecen

los Arts. 221, y 1131 C. Pr. C.

 Posibilidad de declarar rebelde al demandado ante su indiferencia de

comparecer a ejercer su defensa; para lo cual, deberá prevenírsele en el acto de

emplazamiento que el proceso judicial continuará aún sin su comparencia, según los

Arts. 223, 530, y 535 C. Pr. C.

44
Un efecto aparentemente negativo, atribuido por la ley procesal al demandado

legalmente emplazado, es la obligación de comparecer al juzgado que lo emplazó o

constituir apoderado judicial para que intervenga en su nombre en el término del

emplazamiento, según el Art. 217 Pr. C. Tal imperativo, es contrario a toda lógica

jurídica, debiendo inaplicarse, en virtud que el ejercicio del derecho de defensa es

potestativo, ninguna persona, ni mucho menos la ley secundaria puede forzar al

demandado que intervenga en el proceso judicial a defenderse, quedando a la libre

voluntad la asistencia del demandado ante el juzgador que el emplazo.

NOTIFICACIÓN

Concepto:

Conforme a la legislación procesal salvadoreña, se entiende por notificación

aquel acto de hacer saber a la parte las providencias del juez, conforme al Art. 206

C. Pr. C.

De acuerdo a la doctrina argentina la notificación constituye el arquetipo de los

actos jurídicos procesales de transmisión o participación del conocimiento, y a través

de esta se hace factible el principio de contradicción.

Como se dijo al inicio de las reflexiones en torno al tema de los actos de

comunicación, la notificación constituye un verdadero derecho subjetivo procesal de

las partes; debiendo notificarse las resoluciones, no sólo a las partes, sino a toda

persona a quién interese o deban intervenir en el proceso, siendo un requisito de

validez, Art. 1248 Pr. C. El interés antes dicho debe calificarse, cuando se trata que

en la ejecución de una resolución judicial pueda modificarle de alguna forma la

45
situación jurídica a determinada persona, resultando vinculada con la decisión de la

resolución.

FORMALIDADES

La notificación a las partes para garantía de su ejecución requiere de

determinadas formalidades señaladas por la ley secundaria, sólo así se considerará

como un acto procesal válido, entre estos requisitos de validez pueden mencionarse

los siguientes:

 Practicarse por la persona autorizada por la ley.

 Al igual que el emplazamiento en la notificación deberá documentarse las

circunstancias acaecidas, como la persona que realizó el acto; lugar, hora y

fecha de ejecución; forma de notificación utilizada; identificación de la persona

a quién entrego los documentos relacionados al acto, como la certificación de

la providencia judicial, copias de las peticiones y los documentos adjuntos a la

misma.

 La notificación debe practicarse en días y horas laborables, dentro de la

competencia territorial asignada ya sea al juzgado o tribunal que tramita el

proceso judicial, o el juzgado o tribunal requerido cuando se tramite mediante

comisión procesal.

CONSECUENCIAS JURÍDICAS DE LA NOTIFICACIÓN

Cuando el juzgador decreta el acto de comunicación se genere una variedad de

consecuencias jurídicas unas iguales a las producidas en el emplazamiento, pero

46
otras diferentes por la particularidad de la notificación, entre las principales

consecuencias jurídicas pueden resaltarse las siguientes:

A. Posibilidad de intervenir en las diligencias judiciales como producto de la

actividad probatoria, si ese fuere el contenido de la resolución judicial

notificada, según lo establecido en los Arts. 220, y 221 C. Pr. C.

B. Posibilita la utilización del sistema de impugnación cuando el contenido de la

resolución judicial comunicada produzca algún agravio, conforme al Art. 981

C. Pr. C. C. En caso de omisión de la notificación genera una vulneración al

derecho de audiencia a las partes, previo pronunciamiento de sentencia

definitiva o interlocutoria produce nulidad, Art. 1118 y 1248 C. Pr. C.

CITACIÓN

Concepto

La ley procesal civil salvadoreña, entiende por citación, “la orden del juez

comunicada a alguno para que intervenga o asista a algún acto judicial”, conforme al

Art. 204 C. Pr. C. De acuerdo a la ley procesal citada, todo pronunciamiento judicial

constituye una orden o mandato; por consiguiente es obligación procesal hacia quién

va dirigida para el caso su destinatario.

La citación tiene como destinatario aquellas personas, calificadas como

terceros que accidentalmente intervienen en el proceso civil como el perito y el

testigo, a quienes se le necesitan de manera eventual o temporalmente en la

ejecución de un acto procesal.

47
Indica la legislación procesal civil que dentro de las formalidades para la validez

de la citación se fijan las mismas mencionadas particularmente para la notificación; y,

en general la citación puede revestir las formalidades exigidas para todo acto

comunicación, por lo que se omitirá la mención de las mismas debiendo remitirse a

las formalidades señaladas para las notificaciones.

CONSECUENCIAS JURÍDICAS DE LA CITACIÓN

A. Obligación de comparecer ante el juzgado que requirió su presencia, cuya

base legal de carácter general para cualquier persona citada judicialmente

como el perito, se expresa en el Art. 217 C. Pr. C.; y en particular por ejemplo

para el testigo, de acuerdo al Art. 299 C. Pr. C.

B. Sanción económica, en caso de incomparecencia, como resultado ante el

incumplimiento de una obligación procesal, se fija una multa que deberá

imponérsele por el juzgador sin formación de causa, aunque en la actualidad

el monto no implica ningún sacrificio económico para el multado, de acuerdo

a lo establecido en el Art. 301 C. Pr. C.

ACTOS DE COMUNICACIÓN CON OTROS ÓRGANOS

Generalidades

La comunicación entre los funcionarios pertenecientes al Órgano jurisdiccional

se logra de varias maneras, siendo la común entre notas cruzadas entre los mismos.

Distinta situación ocurre cuando además de la comunicación entre funcionarios, se

solicita la colaboración para la práctica de actos jurisdiccionales, entre estos los

48
actos de comunicación, lográndose tal colaboración mediante las comisiones

rogatorias o comisiones procesales, que consiste en la comunicación suscitada entre

jueces o magistrados con la finalidad que presten una colaboración o auxilio en el

cumplimiento de una actuación judicial que deben realizar fuera de su circunscripción

territorial durante el desarrollo de un proceso civil.

Excepcionalmente, podrá encomendarse la práctica de un acto jurisdiccional a

un notario, cuando el juzgador que debiera ser requerido para la comisión procesal

posea un impedimento legal o una incapacidad del juez inferior, de acuerdo al Art. 27

inciso 2° C. Pr. C.

El nombre utilizado por la ley procesal para las comisiones procesales

dependerá del juez requirente a quién solicite la colaboración en la práctica de la

comisión procesal, así como el lugar donde se practiquen; origina diversas

distinciones las cuales serán analizadas posteriormente.

Si el acto de comunicación se practica fuera del trámite indicado; es decir,

obviando la comisión procesal, el mismo será nulo; ya que, aparentemente el

empleado o funcionario judicial se encuentra habilitado para ejecutar tales actos, lo

cual no es cierto, pues la ejecución de los actos procesales en general y en especial

los actos de comunicación es exclusiva competencia de los sujetos procesales que

dan validez a los actos jurisdiccionales. En consecuencia la anterior ineficacia del

acto de comunicación encuentra su motivo de anulación en el Art. 221 C. Pr. C.

COMISION PROCESAL EN TERRITORIO NACIONAL

49
A. Generalidades

Los actos de comunicación pueden ser practicados como ha quedado

establecido mediante la colaboración de otros funcionarios judiciales dentro de la

administración de justicia en el territorio nacional, de acuerdo al criterio a quién se

solicite el acto comunicable puede contenerse en las siguientes comisiones

procesales: suplicatorio, requisitoria, y provisión u orden.

 Suplicatorio: Es el requerimiento practicado por un funcionario o empleado

judicial, distinto al requirente de mayor jerarquía en conocimiento para que

practique un acto jurisdiccional, en este caso el acto de comunicación

necesario para el desarrollo del proceso civil.

 Requisitoria: Consiste en la petición realizada por un funcionario judicial a

otro de igual jerarquía en conocimiento para que practique una actuación

judicial en particular la practica del acto comunicable.

 Provisión U Orden: Es la comisión procesal dirigida al funcionario judicial

inferior requiriéndole la colaboración a un juez inferior en la práctica de una

actuación judicial, en este caso la ejecución de un acto de comunicación.

B. Práctica De Las Comisiones Procesales

En la práctica de la comisión procesal que contenga un acto de comunicación

se permite a las partes acudir, ante el juez requerido con el objeto de facilitar la

contradicción, lográndose únicamente mediante la presencia de las partes en la

50
ejecución de la diligencia encomendada para verificar la legalidad de la actuación

judicial, de acuerdo a lo establecido en el Art. 31 C. Pr. C.

Entre la información enviada al comisionado para el cumplimiento de la

comisión rogatoria se deberá incluir los siguientes documentos:

a) Inserción del escrito que contiene la petición de parte.

b) El decreto del juzgador requirente, dirigido al juez requerido que ordene la

comunicación del contenido de una resolución judicial.

c) Cualquier otro documento pertinente o indispensable para el buen

cumplimiento de la comisión procesal.

Independientemente del resultado de la comisión rogatoria, una vez efectuado

deberá reenviarse a su lugar de origen toda la documentación recibida inicialmente,

junto a la que refleje la actividad realizada.

Es importante, aclarar que las comisiones rogatorias constituyen la unidad del

ejercicio jurisdiccional, razón por la cual, los actos jurisdiccionales realizados por el

funcionario judicial comisionado deben ser consideradas como validas.

COMISIÓN PROCESAL EN TERRITORIO EXTRANJERO

A. Generalidades

Cuando exista necesidad de practicar actos jurisdiccionales y en particular los

actos de comunicación, cuyo destinatario tenga su domicilio en territorio extranjero, el

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mismo puede efectuarse con el auxilio de órganos jurisdiccionales o funcionarios

extranjeros, mediante la figura procesal denominada como exhorto.

El exhorto es la comisión rogatoria dirigida a la Corte Suprema de Justicia para

que realice la intermediación en la practica de una actuación judicial fuera del

territorio de la república por medio de un funcionario que la ley fije competencia para

realizarla, de acuerdo al Art. 27 inciso 2° C. Pr. C.

B. Tramitación De Los Actos De Comunicación En Territorio

Extranjero

Para realizar los actos de comunicación en el extranjero, de acuerdo a nuestro

ordenamiento jurídico procesal, se pueden aplicar dos mecanismos que en definitiva

son similares, uno de estos de acuerdo a la normativa interna, y otro que se

fundamenta en un instrumento internacional, los cuales serán desarrollados a

continuación.

♦ Normativa Internacional

Cuando el exhorto o carta rogatoria tuviere como destino cualquiera de los

Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos, deberá aplicarse

el procedimiento establecido en la Convención Interamericana sobre exhortes o

cartas rogatorias, suscrito en el año de 1979, y ratificado por El Salvador, en el mes

de mayo de 1980, el cual en adelante se abreviará como CISECAR.

El instrumento internacional antes relacionado establece un procedimiento

especial para la realización de los actos de comunicación, que se desprende de la

52
lectura de la normativa internacional, de la que puede establecerse los siguientes

pasos:

a) La transmisión de los exhortes o cartas rogatorias podrá verificarse por las

propias partes interesadas por vía judicial, por intermedio de los funcionarios

consulares o agentes diplomáticos o por la autoridad central del Estado

requirente o requerido según el caso, conforme al Art. 4 CISECAR.

b) Dentro de los requisitos para el cumplimiento de los exhortos o cartas

rogatorias se fijan: la legalización de los documentos en el Estado requirente,

además de la traducción de los mismos al idioma oficial del Estado requerido,

según el Art. 4 CISECAR.

c) El legajo de documentos que deberá entregarse al destinatario final del

exhorto contendrá: copia autenticada de la demanda y sus anexos, los

escritos o resoluciones que fundamenten la diligencia solicitada; indicación de

las consecuencias que entrañaría la inactividad del destinatario final del

exhorto; y finalmente información sobre las instituciones que pueden brindarle

asistencia jurídica del Estado requirente, de acuerdo al Art. 8 CISECAR.

d) El procedimiento aplicable en la práctica del exhorto será conforme a lo

establecido en la legislación procesal del Estado requerido, así lo indica el Art.

10 CISECAR.

Es de advertir que los gastos que genere la tramitación del exhorto serán a cargo de

la parte interesada en el proceso civil o mercantil tramitado del Estado requirente,

según el Art. 12 CISECAR.

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♦ Normativa Interna

Cuando la comisión procesal que tenga la finalidad de practicar un acto de

comunicación, y quede excluido de instrumento internacional arriba mencionado

deberá tramitarse inicialmente conforme a la normativa nacional de nuestro Estado

quién será el requirente.

El procedimiento utilizable bajo el supuesto en estudio, será el señalado

escuetamente en el Art. 27 inciso 2° C. Pr. C. De la cual, se deduce que una vez

ordenada la practica del acto de comunicación, se pedirá internamente mediante

suplicatorio la colaboración para su tramitación a la Corte Suprema de Justicia, quién

posee dicha atribución conforme al Art. 182 ordinal 3° Cn.

La Corte del Estado salvadoreño deberá enviar el exhorto a la autoridad

designada por el Estado requerido para la práctica del acto de comunicación, o bien

en su defecto por la representación diplomática acreditada en el Estado requerido, si

la legislación de aquél lo permitiere.

ACTOS DE COMUNICACIÓN EN EL ANTEPROYECTO DE CÓDIGO

PROCESAL CIVIL Y MERCANTIL

El anteproyecto de ley procesal, denomina a los actos de comunicación como

comunicaciones judiciales, su regulación se encuentra comprendida entre los Arts.

164 y 184 NCPC. En general se puede decir que la mecánica en la tramitación en

dichos comunicaciones permite una variedad de innovaciones, las cuales serán

expuestas a continuación.

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NOTIFICACIONES

En las notificaciones, deberá proporcionarse por la parte en el primer escrito de

intervención un medio por el cual podrá infórmasele las resoluciones judiciales,

iniciando desde los medios tradicionales como señalar imperativamente una

dirección dentro de la competencia territorial para recibir la notificación; hasta los

medio innovadores a elección del destinatario, entre estos: los medios técnicos como

el fax, electrónicos magnéticos que posibiliten la constancia y ofrezcan garantía,

seguridad y confiabilidad de su recepción, de acuerdo al Art. 165 NCPC.

Se introduce una variedad de notificaciones, entre estas: la notificación tácita,

que opera cuando la parte consulta del expediente; notificación en audiencia, donde

se tienen por notificadas las resoluciones judiciales a quienes estén presentes o

hubieran debido concurrir a aquella, y notificación notarial, en la cual se permite que

la misma sea practicada por notario, pudiendo utilizarse durante el proceso judicial,

pero una vez incumplido el plazo procesal para su ejecución por el notario, en lo

sucesivo no se autorizará éste tipo de notificación, lo anterior establecido en los Arts.

167, 168 y 169 NCPC.

Otro elemento que merece resaltarse, es respecto a la notificación, son sus

destinatarios, se amplían incluyéndose a los peritos y testigos o personas que sin ser

parte en el proceso deban intervenir en éste, habilitándose los medios de

comunicación, entre los cuales se menciona: el correo, telegrama. Desapareciendo el

concepto de citación dentro de las especies de acto de comunicación, de acuerdo al

Art. 173 NCPC.

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Finalmente, cabe mencionarse la posibilidad de notificarse a una tercera

persona que no sea parte procesal, facultándosele mediante un simple escrito,

aunque no sea abogado, a efecto que pueda recibir notificaciones, así lo permite el

Art. 174 NCPC.

EMPLAZAMIENTOS

La futura normativa procesal reafirma el contenido y finalidad del

emplazamiento, siendo éste el de preparar la defensa de los derechos del

demandado o intereses legítimos. Asimismo se reconoce expresamente la carga

procesal al demandante de ofrecer el domicilio del demandado, si no lo supiere, se

habilita otros medios como la consulta de registros o archivos donde se obtenga

dicha información para la ubicación de aquel, según el Art. 175 NCPC.

Al igual que en la notificación se permite el emplazamiento por medio de

notario, quién deberá diligenciarlo en un plazo de cinco días después de la entrega

de la esquela al profesional, sino se realiza en dicho período se practicará por el

funcionario competente, de acuerdo al Art. 179 NCPC.

Se da vida a una especie de emplazamiento, bastante controversial donde se

utiliza la forma edictal, cuya tramitación será de acuerdo al valor de la pretensión, la

regla general indica que se dispondrá de una sola publicación en un periódico de

circulación diaria y nacional, excepto que la escasa cuantía del proceso resultará

notoriamente desproporcionada. En todo caso deberá fijarse un cartel en el tablero

judicial que contenga el emplazamiento por edicto, así lo establece el Art. 180 NCPC.

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Para concluir estos comentarios sobre los actos de comunicación, vale decir que la

cooperación judicial internacional, se regula en la normativa comprendida en los Arts.

144 al 154 NCPC., entre los cuales se reconoce el trámite comentado oportunamente

por la Convención Interamericana sobre exhortes o cartas rogatorias.

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CONCLUSIONES

Del presente trabajo, podemos concluir que el principio de publicidad en el proceso

debe entenderse en el sentido que el proceso está dado con una garantía para todos

los ciudadanos, y que solo mediante el se puede buscar la solución de los conflictos

entre las personas.

De tal manera, que los actos procesales cumplidos quedan por ello firmes y no es

posible volver con posterioridad a ellos, siendo en consecuencia el efecto que tiene una

fase del proceso de clausurar el anterior, lo que constituye la preclusión, por eso se

habla de los efectos procesales en actos procesales.

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BIBLIOGRAFIA

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Salvador, 218 p., Impresos gráficos UCA, 2001.

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Antonio, San Salvador, 321 p., UCA, 2003.

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 PRINCIPIOS DE DERECHO PROCESAL CIVIL, José Chiovenda, Madrid,


volumen 2, Reus, 1977.

 PRINCIPIOS DE DERECHO CIVIL, Carlos Lasarte, Madrid, Marcial Pons,


2008.

 LÍNEAS Y CRITERIOS JURISPRUDENCIALES DE LA SALA DE LO


CONSTITUCIONAL AÑO 2000, El Salvador, Corte Suprema de Justicia,
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