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ATOCHA ALISEDA

LÓGICA EN EL DESCUBRIMIENTO CIENTÍFICO

RESUMEN. En este artículo lucho por un lugar para la lógica en la metodología


científica, en el mismo nivel que el de los enfoques históricos y de cómputo.
Aunque es bien sabido que toda una generación de filósofos descartó el
positivismo lógico (no sólo por la lógica, sin embargo), hay por lo menos dos
razones para reconsiderar los enfoques lógicos en la filosofía de la ciencia. Por
un lado, la presente situación de la investigación lógica ha ido mucho más allá
de la evolución formal que la lógica deductiva alcanzó el siglo pasado, y las
nuevas investigaciones incluyen la formalización de varios otros tipos de
razonamiento, como la inducción y la abducción. Por otra parte, hacemos un
llamamiento para una Filosofía de la Ciencia equilibrada, en la que ambos
métodos, el formal y el histórico puedan ser complementarios, proporcionando
una visión pluralista de la ciencia, en los que ningún método es el
predominante.

1. INTRODUCCIÓN

Un tema central en el estudio del razonamiento humano es la construcción de


las explicaciones que nos dan una comprensión del mundo en que vivimos. En
términos generales, la abducción es un proceso de razonamiento invocado
para explicar una observación desconcertante. Si nos levantamos, y el césped
está mojado, podríamos explicar esta observación, asumiendo que debe haber
llovido, o que los rociadores se han encendido. Este es un escenario práctico
que encontramos en nuestro razonamiento de sentido común cotidiano. La
abducción también se produce en contextos científicos de más carácter
teórico. Por ejemplo, se ha afirmado que el gran descubrimiento de Johannes
Kepler de que la órbita de los planetas es elíptica en lugar de circular fue un
ejemplo importante de razonamiento abductivo (Hanson, 1961; Peirce 2.623,
1958). Lo que inicialmente llevó a este descubrimiento fue su observación de
que las longitudes de Marte no se ajustaban a órbitas circulares. Sin embargo,
antes de siquiera soñar que la mejor explicación involucraba elipses en vez de
círculos, intentó varias otras formas. Aun más, Kepler tuvo que hacer varias
otras hipótesis sobre el sistema planetario, sin las que su descubrimiento no
funciona. Su visión heliocéntrica le permitió pensar que el sol, tan cerca del
centro del sistema planetario, y tan grande, de alguna manera debía hacer que
los planetas se movieran como hacen. Además de esta conjetura fuerte,
también tuvo que generalizar sus hallazgos para Marte a todos los demás
planetas, suponiendo que las mismas condiciones físicas se mantenían a lo
largo del sistema solar. Todo este proceso de explicación tomó muchos años.

La abducción es pensar de la evidencia a la explicación, un tipo de


razonamiento característico de muchas situaciones diferentes con información
incompleta. Notemos que la palabra explicación - que tratamos en gran parte
como sinónimo de abducción - es un sustantivo que denota o bien una
actividad, indicada por su verbo correspondiente, o el resultado de esa
actividad. Es decir, puede ser utilizado tanto para referirse a un producto
terminado, la explicación de un fenómeno, o para una actividad, al proceso que
condujo a esa explicación. Estos dos usos están estrechamente relacionados. El
proceso de explicación produce explicaciones como su producto, pero los dos
no son iguales.

Se puede relacionar esta distinción a otras más tradicionales. Un ejemplo es la


conocida oposición de Reichenbach (1938) del "contexto del descubrimiento"
frente al "contexto de la justificación", que sirvió como base para el positivismo
lógico. En esta tradición, una suposición fundamental es que la metodología de
la ciencia tiene a la lógica como herramienta y que sólo se ocupa de los
aspectos de la justificación en la investigación científica. El producto de
explicación de Kepler "las órbitas de los planetas son elípticas", que justifica los
hechos observados, no incluye el proceso de explicación de cómo llegó a hacer
este descubrimiento. El contexto del descubrimiento se considera puramente
psicológico. Esta situación no es particular de la filosofía de la ciencia. El alto
nivel de rigor formal que la investigación lógica alcanzó en el siglo XX, se debe
por una parte a su divorcio del psicologismo y por otra parte, en cumplimiento
con el método deductivo heredado de Euclides, en el que todas las verdades
(geométricas) se derivan de unos pocos axiomas básicos y reglas de inferencia.
Los estudios de las formas en las que las pruebas se generan o se inventan
nuevos axiomas, ha estado totalmente fuera del análisis formal. Si hay algo
que se menciona, es sólo parte de la historia de las matemáticas.

Nuestra afirmación, sin embargo, es que el estudio del contexto del


descubrimiento permite, en cierta medida, un tratamiento formal preciso. Los
psicólogos Cognitivos estudian los patrones mentales del descubrimiento, los
teóricos del aprendizaje en inteligencia artificial estudian la formación de
hipótesis formales, y uno Incluso puede trabajar con algoritmos
computacionales concretos que producen explicaciones.

La distinción de Reinchenbach entre los contextos de justificación y de


descubrimiento ha dejado fuera de su análisis - en especial a partir de una
punto de vista formal - una parte muy importante de la práctica científica, la
que incluye aspectos relacionados con la generación de nuevas teorías y
explicaciones científicas, la formación de conceptos, así como los aspectos del
progreso y descubrimiento en la ciencia.

La segunda sección se ocupa de los contextos de investigación en la


metodología de la ciencia en la filosofía, así como en la inteligencia artificial y
la psicología cognitiva. La tercera sección argumenta a favor de la función de la
lógica en la metodología científica, y la cuarta sección da una descripción
general de la lógica de la abducción. Por último, la sección quinta presenta más
desafíos y sugiere direcciones para futuras investigaciones.

2. CONTEXTOS DE INVESTIGACIÓN EN LA METODOLOGÍA DE CIENCIA

2.1. Contexto de la Justificación

La tendencia dominante en la filosofía se ha centrado en la abducción como


producto y no como proceso, como lo ha hecho con otras nociones
epistémicas. Aristóteles, Mill, y en el siglo XX, el influyente filósofo de la ciencia
Carl Hempel, basaron sus nociones de explicación en proponer criterios para
caracterizar sus productos. Estas nociones por lo general se pueden clasificar
como tipos de explicación argumentativos y no argumentativos (Ruben, 1990;
Salmon, 1990). De particular importancia es la tradición Hempeliana
"argumentativa". Sus seguidores tienen por objeto modelar preguntas
empíricas “¿por qué?”, cuyas respuestas son explicaciones científicas en forma
de argumentos. En estos argumentos, el "explanandum" (el hecho que será
explicado) se deriva (Deductiva o inductivamente) del "explanans” (lo que
hace la explicación), complementado con las "leyes" relevantes (generales o
estadísticas) y las "condiciones iniciales". Por ejemplo, el hecho de que ocurra
una explosión puede ser explicado por que prendí un cerillo luz, dadas las leyes
de la física, y las condiciones iniciales en el sentido de que el oxígeno estaba
presente, el cerillo no estaba mojado, etc. Por lo tanto, las explicaciones son
objetos públicos de "justificación", que pueden ser verificados y probados por
criterios lógicos independientes.

En su versión deductiva, la noción Hempeliana, que se encuentra en muchos


textos estándar en filosofía de la ciencia (por ejemplo, Salmon, 1990) es
llamada deductivo-nomológica, por razones obvias. Sin embargo, su motor es
no sólo la deducción estándar.

Deben imponerse restricciones adicionales sobre la relación entre explanans y


explanandum, ya que ni deducción ni la inducción son condición suficiente para
la explicación genuina. Para mencionar un ejemplo simple, cada fórmula es
derivable de sí misma (E ├ E), pero parece contradictorio, o al menos no muy
informativo, explicar algo por sí mismo.

Otros acercamientos No-deductivos a la explicación existen en la literatura. Por


ejemplo, Rubén (1990) señala estos dos: Salmon (1977, p. 159) los toma como
si fueran: "un ensamble de factores que son estadísticamente relevantes...",
mientras que van Frassen (1980, p. 134) los hace sencillamente: "una
respuesta". Para Salmon, la cuestión no es que tan probable hace el explanans
al explanandum, sino más bien si los hechos aducidos hacen una diferencia en
la probabilidad del explanandum. Más aún, esta relación no tiene por qué estar
en la forma de un argumento. Para van Fraassen, un representante de los
acercamientos pragmáticos a la explicación, el explanandum es una pregunta
“por que” contrastiva. Así, en lugar de preguntar "¿por qué E?", se pregunta
"¿por qué E en lugar de G?". El punto de vista pragmático parece más cercano
a la abducción como un proceso y, de hecho, el enfoque las preguntas
introduce algo de la dinámica de explicar. Aún así, no nos dice cómo producir
explicaciones.

También existen enfoques alternativos deductivos. Otra, y más bien famosa


tradición deductivista, es la lógica del descubrimiento científico de Popper
(1958). Su método de conjeturas y refutaciones propone las pruebas de
hipótesis, al tratar refutarlas:

El procedimiento actual de la ciencia es trabajar con conjeturas: para ir a conclusiones


- a menudo después de una sola observación. (Popper, 1963, p. 53)

Así, la ciencia parte de problemas, y no de observaciones, aunque las observaciones


pueden dar lugar a un problema, especialmente si son inesperados, es decir, si chocan
con nuestras expectativas o teorías. (Popper, 1963, p. 222)

El enfoque deductivo de Popper se encuentra en la refutación de las mentiras,


en lugar de explicación de las verdades. Uno podría especular sobre una
contraparte "negativa" similar de la abducción. Aunque el método de Popper
dice ser una lógica del descubrimiento científico, él ve la construcción real de
explicaciones como un asunto exclusivo de la psicología - y por lo tanto su
filosofía de 'Prueba y error" no ofrece más pistas sobre la abducción como
lógica del descubrimiento. Lo que es común a todos estos enfoques en la
filosofía de la ciencia es la concepción de la práctica científica como un
producto acabado y no como un proceso en sí misma. Caracterizan a nociones
como la explicación a través de criterios lógicos, estadísticos o pragmáticos,
pero no describen cómo es que las explicaciones se construyen. Sin embargo,
hacen hincapié en la importancia de un parámetro oculto en la abducción. Ya
sea con Hempel, Salmon, o Popper, la explicación científica no tiene lugar de
forma aislada, sino siempre en el contexto de alguna teoría de fondo.

2.2. Contexto de Descubrimiento

Es bien sabido que los grandes filósofos y matemáticos han habido


excepciones brillantes en el estudio del descubrimiento en la ciencia, y que sus
contribuciones no convencionales en este campo, aunque grandes
inspiraciones, no han establecido nuevos paradigmas en la metodología de la
ciencia.
Un ejemplo es el trabajo de Rescher (1978), que introduce una dirección del
pensamiento. Curiosamente, esto establece una distinción temporal entre
"predicción" y "retroducción" (otro término para la abducción), al marcar la
prioridad del explanandum sobre la hipótesis en este último caso. Otro autor
haciendo hincapié en la explicacion como un proceso de descubrimiento es
Hanson (1961), quien explicó los patrones de descubrimiento, reconociendo el
papel central para la retroducción. También es relevante aquí la obra de
Lakatos (1976), una crítica respuesta a la lógica del descubrimiento científico
de Popper:

No hay ninguna lógica infalibilista de los descubrimientos científicos que lleve infaliblemente a
los resultados, pero hay una lógica falibilista del descubrimiento que es la lógica del progreso
científico. Pero Popper, que ha sentado las bases para esta lógica del descubrimiento no estaba
interesado en la meta-cuestión de cuál es la naturaleza de esta investigación, por lo que no se
dio cuenta que no es ni la psicología ni la lógica, sino un campo independiente, l lógica del
descubrimiento, la heurística. (Lakatos, 1976, p. 167. El subrayado es mío.)

Es interesante notar que Lakatos se inspiró en gran medida por la historia de


las matemáticas, prestando especial atención a los procesos que crearon
nuevos conceptos - a menudo se refiere a G. Polya como el padre fundador de
la heurística en el descubrimiento matemático.

Lo que todos estos ejemplos revelan es que en la ciencia, la explicación


involucra la invención de nuevos conceptos, tanto como la postulación de
nuevas afirmaciones (en algún marco conceptual fijo). Hasta el momento, esto
no ha dado lugar a estudios formales extensivos de formación de conceptos,
similar a lo que se conoce acerca de la lógica deductiva. (Las excepciones que
confirman la regla son los usos ocasionales del Teorema de definibilidad de
Beth en la literatura filosófica. Una laguna similar cara a cara revisión del
concepto existe en la teoría actual de revisión de creencias en Inteligencia
artificial (Thagard, 1992; Kuipers, 1999; Aliseda, 2000).)

Varias otras excepciones en el estudio del contexto del descubrimiento dignas


de mención son los trabajos pioneros de Herbert Simon y su equipo (Simon et
al;., 1981 Langley et. al, 1987) que concibe al razonamiento científico como
"solución de problemas” y propone utilizar la maquinaria de sus programas
basados en búsqueda heurística (Por ejemplo, General Problem Solver) para
desarrollar programas que simulen el descubrimiento de leyes cuantitativas (el
famoso BACON) en La física y las leyes cualitativas (GLAUBER) en química. En
el mismo espíritu, Paul Thagard propone un nuevo campo de investigación,
"Filosofía de la Ciencia computacional" (Thagard, 1988) y propone el programa
computacional PI (Procesos de inducción) para modelar algunos aspectos de la
práctica científica, tales como la formación de conceptos y la construcción de
teorías.

A pesar de que estos enfoques provienen de disciplinas aparentemente


distantes de la filosofía de la ciencia, a saber, la psicología cognitiva y la
inteligencia artificial, son propuestas que sugieren la inclusión de herramientas
computacionales en la metodología de investigación de la filosofía de la ciencia
y, al hacerlo, dicen que reincorporan aspectos del contexto de descubrimiento
dentro de su agenda. El concepto clave en todo esto es el de la heurística, la
guía en el descubrimiento científico que no es ni totalmente racional ni
absolutamente ciega.

Sin embargo, a pesar del hecho de que los enfoques computacionales


proponen una visión dinámica, en la que nociones como la explicación y la
construcción de teorías no se consideran productos acabados, sino procesos en
sí mismos, el papel de la lógica parece ser ajeno a su metodología. Sus
sistemas se basan en conceptos como la búsqueda heurística en inteligencia
artificial, pero los sistemas computacionales propuestos carecen de
fundamento lógico (abogaremos por una lógica heurística en la última sección).
Los investigadores en este campo se parecen historiadores en lugar de (post)
positivistas con computadoras. El hecho de que utilizan métodos
computacionales parece situarlos lejos del enfoque histórico y cerca de la
formal, pero una visión rápida de sus programas muestra que su diseño de
programas se inspira en las reconstrucciones históricas de los descubrimientos
científicos que simulan. Hay diferencias fundamentales en los supuestos que
toman para sus implementaciones, mostrando en muchos casos que sus
discrepancias son de naturaleza histórica y no computacional. Por ejemplo, no
hay un acuerdo en las suposiciones que usó Kepler para su descubrimiento de
que las órbitas de los planetas son elípticas en lugar de circulares. Mientras
que para Thagard (1992), la principal suposición es que la tierra está fija y el
sol se mueve a su alrededor, Simon et al. (1987) y su equipo junto con Hanson
(1961), pensaron que el descubrimiento de Kepler no habría sido posible sin
una visión heliocéntrica del sistema planetario.

3. LÓGICA(S) PARA LA METODOLOGÍA CIENTÍFICA

La lógica, clásica u otra, en la filosofía de la ciencia es hoy en día, para decirlo


simplemente, fuera de moda. De hecho, a pesar de la lógica clásica sigue
siendo parte de los planes de estudio de la filosofía de los programas de
postgrado de ciencia, los alumnos aprenden pronto que toda una generación
de filósofos consideran positivismo lógico como un intento fallido (aunque no
sólo por la lógica), alegando que la práctica científica no sigue patrones lógicos
de razonamiento, muchos de los cuales favoreció los estudios de la ciencia
basada en casos históricos. Así que, ¿por qué preocuparse por el lugar de la
lógica científica en la investigación? Por un lado, la situación actual en la
investigación lógica ha ido mucho más allá de la evolución formal que la lógica
deductiva llegado el siglo pasado, y las nuevas investigaciones incluye la
formalización de varios otros tipos o el razonamiento, como la inducción y la
abducción. Por otra parte, que la demanda de una filosofía equilibrada de la
ciencia, uno en el que ambos métodos, el formal y lo histórico puede ser
complementarias, así como ofrecer una visión plural de la ciencia, en que
ningún método es el predominante. 3.1. Investigación lógico en el siglo XIX En
cuanto a la primera alegación, se puede colocar la investigación lógica en este
siglo en un contexto más amplio de la lógica general (van Benthem, 1996),
buscando de vuelta en el programa original de Bernard Bolzano (1781-1848),
en su "Wissenschaftslehre" (Bolzano, 1973), en el que participan (entre otras
cosas) en el estudio de las diferentes variedades de la inferencia. la noción de
deducibilidad Bolzano (Ableitbarkeit) desde hace mucho tiempo sido
reconocido como un precursor de la idea de Tarski de la lógica consecuencia
(Corcoran, 1975). Sin embargo, ambos difieren en varios aspectos y en nuestro
punto de vista más amplio de la lógica que incluso parecen radicalmente
diferentes. Estas diferencias se han estudiado tanto desde el filo- filosófica
(Thompson, 1981) y desde un punto de vista lógico (van Benthem, 1984). Uno
de los objetivos de Bolzano fue para mostrar por qué las afirmaciones de la
ciencia forma una teoría en lugar de un conjunto arbitrario de las
proposiciones. Por Con este fin, define su concepto de deducibilidad como
lógica relación de extraer conclusiones de los establecimientos que forman
compat- propuestas flexibles, aquellos para los que un conjunto de ideas que
todos los proposiciones verdaderas, cuando de manera uniforme en toda
sustituido. En adi- ción, las proposiciones compatibles deben compartir ideas
comunes. Bolzano uso de "sustituciones" es de interés por sí mismo, pero para
nuestros propósitos aquí, vamos a identificar a estos (algo más o menos) con el
lógico- el uso matemático de "modelos". Thompson atribuye la diferencia entre
la consecuencia de Bolzano y de Tarski sobre el hecho de que el idea anterior
es epistémica mientras que el segundo es ontológica. Estos las diferencias se
han pronunciado efectos técnicos. Con Bolzano, el locales deben ser
coherentes (compartir al menos un modelo), con Tarski, no es necesario. Por lo
tanto, de una contradicción, todo lo siguiente de Tarski, y nada de Bolzano.
Replanteado en términos teóricos-modelo, la noción de Bolzano deduci- dad es
el siguiente (cf. van Benthem, 1984): T, E ⇒ C si (1) La conjunción de T y C es
constante. (2) Todos los modelos de T y C verifica E. Por lo tanto, la noción de
Bolzano se puede ver (anacrónicamente) como es consecuencia de Tarski más
la condición adicional de la coherencia. Bolzano no se detiene aquí. Un grano
más fino que se produce en la deducibilidad su noción de deducibilidad exacta
que impone mayores exigencias de la «pertinencia». Una versión moderna, con
la participación de inclusión-minimalidad para conjuntos de abducibles, puede
ser transcrito (de nuevo, con algunos his- la injusticia iCal) como: T, C ⇒ + E si
(1) T, C, E ⇒ (2) No hay ningún subconjunto propio de C, C, tal que T, C ⇒ E. Es
decir, además de la coherencia con la teoría de fondo, la premisa de conjunto C
debe ser "totalmente de motivos en que no subparte de la misma sería
suficiente para la derivación. Tenga en cuenta que esto lleva a no monotonía. 1
Aquí está un ejemplo: T, A → B, un ⇒ + b T, a, b → a, b, c → + B la agenda de
Bolzano para la lógica es relevante para el estudio de la abducción
razonamiento (y el estudio de la no-monotónica consecuencia general las
relaciones) por varias razones. Se sugiere el punto metodológico que lo que
necesitamos no es tanto la proliferación de lógicas diferentes como una mejor
comprensión de los diferentes estilos de consecuencia. Por otra parte, su
trabajo apoya la reclamación se presenta en lo que sigue, que la verdad no es
todo lo que hay para entender el razonamiento explicativo. 3.2. Investigación
lógico en el siglo XX y más allá En la primera mitad del siglo XX, la noción de la
verdad de Tarski dio sentido a la noción de consecuencia lógica. Una
conclusión se desprende si bien es cierto en todos los modelos en los que las
premisas son verdaderas. Sin embargo, la contem- temporales y
computacionales tradiciones filosóficas han demostrado que nociones
naturales de la inferencia puede necesitar más que la verdad en el anterior
sentido, o incluso puede depender de características totalmente diferentes. Por
ejemplo, entre los candidatos que giran en torno a la verdad, las estadísticas-
inferencia Tical no requiere la inclusión total de los modelos de la premisa de
modelos de conclusión, pero sólo una coincidencia significativa, resultando en
una alta grado de certeza. Otros enfoques introducir nuevas semántica primi-
objetivos. En particular, la noción de Shoham y por defecto razonamiento
causal (Shoham, 1988) introduce un orden de preferencia en los modelos, que
requieren sólo que la mayoría de los modelos preferidos de los locales se
incluirán en los modelos de la conclusión. Más radicalmente, la semántica
dinámica sustituye la noción de verdad por el de cambiar la información, con el
objetivo de modelar el flujo de infor- mación. Este movimiento lleva a un
rediseño de la semántica de Tarski, con por ejemplo, cuantificadores
convertirse en acciones en las tareas (y van Benthem Cepparello, 1994). Este
paradigma lógico tiene espacio para muchas dife- diferentes nociones de
inferencia (Groeneveld, 1995). Un ejemplo es la actualización

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