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CIESPAL-UNESCO

ESTUDIO SOBRE COMUNICACIÒN PARA EL DESARROLLO EN


LA EXPERIENCIA DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL

COMENTARIOS AL INFORME DE CONSULTORÍA

Por Marco A. Encalada

 Gracias por permitirme hacer comentarios sobre el reporte de investigación acerca de la


concepción y la práctica de la comunicación para el desarrollo desde la experiencia de
un sector al que pocas veces se suele identificarlo como clave para interpretar las
necesidades de promoción de esta disciplina ante los sectores que toman decisiones a
alto nivel, como es la sociedad civil. El privilegio que se me ha concedido con esto es
triple:

 Por una parte me ha permitido refrescar la memoria, sobre creativa evolución conceptual
y metodológica que ha tenido la comunicación para el desarrollo desde muy poco
después de la segunda guerra mundial del siglo pasado, hasta nuestros días en que una
práctica esencial parece ser la promoción del uso intensivo acrítico de las famosas TICs
a toda costa. Es una evolución en la que, por cierto, el aporte de académicos,
investigadores, técnicos y trabajadores de América Latina, ha sido vital, y continúa
siéndolo, como lo atestigua el planteamiento creativo de la comunicación para el cambio
social de un académico y científico social tan prestigioso como Alfonso Gumucio, que
nos honra con su participación aquí.

 Por otra parte, este privilegio, me ha facilitado familiarizarme con las interesantes
visiones que tienen los líderes, dirigentes y trabadores de influyentes organizaciones de
la sociedad civil, acerca de la utilidad ideal de la comunicación para el logro de sus fines
sociales. Pero sobre todo, me ha permitido conocer la variada actividad de
comunicación que ejecutan éstas a pesar de las significativas limitaciones de diverso
tipo que confrontan cotidianamente, en particular, las de orden técnico, económico y
político.

 En tercer lugar, la lectura de este interesante informe, me ha permitido revalorizar


algunos de los resultados que la aplicación de los enfoques teóricos y metodológicos del
paradigma de la comunicación alternativa ha logrado en la realidad de nuestros países,
a pesar de lo utópico que en sus comienzos éste resultaba para ciertos críticos ávidos
de productos tangibles inmediatos.

 Por un lado, me estoy refiriendo al propio florecimiento de la sociedad civil, visiblemente


conceptuada en todo el mundo como el “tercer sector” de la sociedad, junto al Estado y
el sector privado; y por otro, a los usos conceptuales y metodológicos que predominan

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en la actualidad en mayoría de las organizaciones internacionales gubernamentales y no
gubernamentales de desarrollo.

 En referencia al primer punto, es menester reconocer que una buena parte del desarrollo
de “la idea de sociedad civil” es producto concreto del enfoque de participación y
movilización que planteó el paradigma alternativo de la comunicación, porque la
multiplicación de organizaciones de ese tipo, que ya existían de manera incipiente en
nuestros países, se convirtió en un excelente ejemplo de los mecanismos que debían
inventarse para facilitar la aplicación de estos enfoques en la práctica. El planteamiento
teórico de la participación en comunicación demandaba modelos y tipos de organización
de la comunidad que todavía se requería idear, y en muchos de los aportes
metodológicos de diversos autores se resaltó el valor que tendría el potenciar este tipo
de organizaciones como una forma de facilitar y extender en las comunidades los
diálogos sociales a los que los modelos participativos de comunicación consideraban
como su razón de ser.

 Cuando se revisa la frondosa descripción que los dirigentes de las ONGs han hecho a
nuestra querida colega Eliana Franco para su investigación, sobre sus formas de pensar
y actuar cotidianamente, se puede interpretar que, en efecto, esta clase de
organizaciones constituye, no una extensión de algo o de alguien con poder sobre y
hacia las comunidades y los individuos, sino una fuerza tangible que articula explícita e
implícitamente, en su interior y en su exterior, la participación de actores vitales de las
comunidades, construyendo sus propias visiones, abordando sus propios problemas y
sus soluciones, y transformando todos los días su realidad material y cultural.

 También se puede deducir, que sumadas entre sí todas estas organizaciones, con sus
servicios, sus proyectos, sus diálogos, sus reflexiones y sus sistemas de comunicación,
aunque sea imperfectos, como se observa de los relatos, cumplen en buena proporción,
el principio teórico de la movilización comunitaria planteado por el modelo. Y congruente
con ello, las miles de ONGs que existen en el Ecuador tienen movilizado al país dentro
de la paz, aunque no faltan quienes no dejan de ver fantasmas en el gran potencial de
creatividad, cambio y crítica positiva que existen en ellas.

 Cuando se exhibieron los argumentos epistemológicos y teóricos de la participación y la


movilización de este enfoque, pocos imaginaron que esa movilización ideal resultante
sería tan ordenada, creativa, dialogal y de avanzada científica y técnica, contraria a la
imaginación perversa de los críticos adversos que la catalogaron como el principio del
catastrofismo revolucionario que amenazaba la paz del status quo.

 En cuanto a los usos conceptuales y metodológicos de la comunicación que predominan


en la mayoría de los organismos internacionales de cooperación, es mi convicción de
que muchos son la viva influencia del paradigma alternativo, aunque muchos hayan sido
coptados con la intención de mitigar su influencia. De este modo, hablar de participación,
diálogo, comunicación horizontal, recepción crítica y creativa, equidad y derechos

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humanos en esas instituciones, es parte de sus políticas y normas, aunque en muchas
prácticas sigan predominando los enfoques del difusionismo original, apoyados con
modelos perversos de propaganda, mercadeo y relaciones públicas camuflados.

 En referencia al reporte de investigación, creo que el método utilizado de consultar la


visión y opinión de los dirigentes y directivos de las seis organizaciones de la sociedad
civil es interesante desde la perspectiva de las preguntas planteadas, que en sí
conllevan una visión comprehensiva de la problemática de la teoría y la práctica de la
comunicación.

 Pero hubiera preferido exponerme a un documento un poco más interpretativo de las


respuestas por cada pregunta, destacando las afinidades y las diferencias que cada
organización plantea, oportunidad en la cual se hubiera podido vincular la coherencia y
las contradicciones entre las visiones teóricas y conceptuales ideales de la
comunicación, la utilidad que le confieren en las decisiones, y el valor de uso que le dan
en la práctica en la cadena de valor de los procesos de la comunicación que cumplen
cada día.

 Quizá así hubiera resultado más evidente, en cada capítulo, que en el fondo, como
algunas conclusiones plantean, todas las organizaciones analizadas, a pesar de
abordar temáticas diferentes, actores diferentes, y planteamientos teóricos algo
diferentes, en la práctica aplican y mantienen un enfoque más o menos homogéneo,
con ligeras variaciones entre sí, con tendencia a poca innovación en comparación con lo
que tradicionalmente ha sucedido con las clásicas acciones de relaciones públicas,
publicidad institucional “posicionadora”, e inclusive de propaganda, de los ideales de
servicio comunitario que cada institución presta.

 En casi ningún caso en la práctica se observa una intencionalidad, o quizá mentalidad,


de investigación de la comunicación, que responda a las concepciones del valor del
develamiento de la realidad social o socio-natural como precondición para que todos los
miembros de las comunidades tengan interés y responsabilidad de participar en las
decisiones para transformarla.

 Congruente con lo anterior, tampoco se observa el interés por el desarrollo de una


actitud estratégica de comunicación que superen los “fines administrativos” de la
institución y se proyecten hacia los fines axiológicos no con “audiencias”, sino con
“actores” con quienes corresponde generar las condiciones para ampliar la urdimbre del
diálogo comunitario como una práctica constante y no solamente ocasional.

 La comparación entre las respuestas permite ver que en la práctica de la comunicación


de esas organizaciones, confrontan limitaciones similares, tales como: la falta de
autonomía financiera para sus operaciones de comunicación, la falta de suficiente
personal especializado en comunicación para el desarrollo, la limitada posibilidad de
evaluar los resultados y logros, de independizarse en algo de la necesidad abrumadora
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de los medios públicos de comunicación para ejercer su derecho a la comunicación, y la
falta de iniciativas para crear e implementar, en las condiciones en que se encuentran,
métodos participativos más auténticos que rompan con los clásicos procedimientos que
hacen perseverar en la falsa ilusión de la participación.

 Me ha llamado positivamente la atención el interés que la autora ha puesto sobre el rol


del comunicador en el contexto de la estructura administrativa y técnica de las
instituciones. En alguna de las instituciones se valora la importancia de darle al
profesional de la comunicación un sitial jerárquico equivalente al de los ejecutivos
especializados en otras disciplinas que son sustantivas para la misión y fines de las
organizaciones. Pero los relatos no dejan ver la relación en la toma de decisiones que
tiene lugar para la construcción de planes y en la ejecución de las actividades. Pues,
por la naturaleza de las acciones que cumplen y los productos de comunicación que
generan, no se puede distinguir que en estas organizaciones esté modificándose el
patrón de relación subalterna que se otorga a la comunicación en la mayoría de las
instituciones de todo tipo, públicas, privadas y comunitarias, del Ecuador, ni que se
apliquen enfoques teórico-metodológicos coherentes con la retórica.

 Esto es un asunto vital en el contexto del interés del sistema de mesa redonda que
mantiene la Unesco, porque es el comienzo para “colocar” a la comunicación en los
lugares apropiados de la gestión política, administrativa y técnica de las organizaciones,
para que los especialistas respectivos tengan capacidad para conversar y decidir en
igualdad de oportunidades y condiciones con sus pares con los que deben lograr los
fines de la institución. Pero eso no debe ser visto como una “concesión” diplomática de
tolerancia institucional, sino como una necesidad técnica, porque está demostrado que
ningún programa de desarrollo puede tener total éxito sin la participación de la
comunicación. Los ejecutivos, mandos medios y operativos de todo programa de
desarrollo que no son comunicadores profesionales, deben ser convertidos en
apropiados “para-comunicadores” en estas organizaciones, como así nos obligan a los
comunicadores, a ser “para-legales”, “para-médicos”, “para-sociólogos” “para-políticos”
en nuestra gestión, con la circunstancia de que nos ponen en los últimos escalones de
las jerarquías administrativas.

 Si más y nuevos profesionales de la comunicación que sirven a las ONG vienen de una
tradición de medios y periodismo, como aparece predominantemente en los relatos del
estudio, de seguro que estas instituciones no superarán el afán de “posicionamiento” en
los medios que tienen para esperar su favor para que divulguen unilateralmente
contenidos, a pesar de lo interesantes que, desde puntos de vita científicos o sociales,
puedan ser. Los esfuerzos reiterativos que hacen estas instituciones, como relatan sus
directivos, para “capacitar” a los periodistas de medios, no son sino formas de querer
cambiar las cosas para no cambiar. Hay que capacitar a los que quisiéramos que actúen
como “para-comunicadores” para que comprendan las nuevas necesidades de la
comunicación para el desarrollo. Quienes hacen planes y presupuestos de las
instituciones destruyen de un solo plumazo un enfoque de comunicación para el cambio

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social apropiado que surja de los especialistas, para convertirlo en un despojo de
acciones de publicidad y propaganda que es lo único que entienden de la comunicación,
gracias a la misma influencia de esas prácticas.

 Pero todo esto, no debe matar el vivo interés que se está dando a la comunicación en
estas organizaciones, como indica el informe, aunque en la práctica alguien pueda
interpretar que es bueno el hecho de usar la comunicación en estas organizaciones por
el prestigio que implica, antes que por el valor real que tiene. Si hay necesidad de
promover mayores usos de la comunicación en la sociedad civil, es tiempo que se la
utilice al modo que lo hizo el paradigma alternativo, mencionado antes, que hizo que se
dinamice la sociedad civil, es decir, que esas organizaciones repliquen la utopía y
esperen en el futuro próximo sistemas y procesos de movilización autónomos e
inteligentes de miles de más partículas organizativas de las comunidades para fortalecer
la vigencia de todos los derechos de todas las personas, de los cuales el de la
comunicación es un precursor ideal para que los otros se apliquen en la realidad.
Gracias.

Quito, 24 de febrero de 2011

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