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Teoría literaria I
Escuela de Literatura
Prof. Francisca Lange
16 de junio de 2008
1. el nombre del autor: no puede ser tratado como descripción definida ni como
nombre propio.
2. Relación de apropiación: autor no es propietario ni responsable de sus textos, como
tampoco es el productor ni el inventor. Segundo problema a partir de esta
clasificación: ¿cuál es la naturaleza del discurso para ser llamado obra?
3. Relación de atribución: Autor es sin duda a quien se le puede atribuir lo que ha sido
dicho o escrito.
4. La posición del autor: posición del autor en un libro [función prefacio.] posición del
autor en los diferentes tipos de discursos [discurso filosófico] posición del autor en
un campo discursivo [fundador de o retorno a…] Función-Autor.
Pero después de todo, puesto que la ausencia es el primer lugar del discurso, acepten, les
ruego, que sea él, en primer lugar, a quien me dirija esta tarde [Foucault 331]
[1]
Aunque a quién alude Foucault es Jean Hyppolite, autor con nombre y apellido que
existe en su realidad. Foucault utiliza esta artimaña para posicionar un elemento clave en la
problemática de la presencia del autor en una obra o texto. La presencia del autor se
construye en base a su AUSENCIA.
Dicha noción de autor constituye el momento fuerte de individuación en la historia de las ideas, de
los conocimientos, de las literaturas; también en la historia de la filosofía, y en la de las ciencias. [ op
cit 332]
Tomo de Beckett la formulación del tema del que quisiera partir: “¿Qué importa quién habla, dijo
alguien que importa quién habla?” [332]
Este enunciado se nos presenta para entender su función de indiferencia como rasgo
vital de la escritura contemporánea. Indiferencia que se otorga a la escritura por estar
siempre al límite de lenguaje en un proceso de transgresión e inversión. Este juego que se
permite la escritura abre un espacio en el cual el sujeto que escribe no deja de desaparecer.
La obra que tenía el deber de traer la inmortalidad recibe ahora el derecho de matar, de ser
asesina de su autor. [333]
[2]
Otra manifestación de la muerte surge en la desaparición de los caracteres
individuales del sujeto-escritor, la marca del escritor ya no es sino la singularidad de su
ausencia.
1. OBRA: La apertura de esta noción viene con un claro ataque al modelo estructuralista
Lo propio de la crítica no es poner de relieve las relaciones de la obra con el autor, ni querer
reconstituir a través de los textos un pensamiento o una experiencia; más bien tiene que
analizar la obra en su estructura, en su arquitectura, en su forma intrínseca y en el juego de
sus relaciones internas. [334]
2. ESCRITURA: esta noción permite preservar aún la existencia del autor. Ya que la
escritura por si sola está sometida a la prueba del olvido y la represión.
Para Foucault no basta con repetir como afirmación que el autor ha desaparecido.
Lo que él propone que debe hacerse es localizar el espacio que ha quedado vacío con la
desaparición del autor, seguir con la mirada el reparto de lagunas y de fallas que esta
desaparición hace desaparecer.[ F 336]
[3]
Otra problemática que propone en su tesis es designar el nombre del autor como
nombre propio. La referencia del nombre propio va de la mano con las funciones
indicativas.
Estas designaciones no son útiles ante un fin clasificador: la relación que existe
entre la obra dramática Esperando a Godot de Samuel Beckett con la obra narrativa El
castillo de Frank Kafka. El nombre del autor funciona para caracterizar un cierto modo de
ser del discurso. Lo singulariza para ser relaciona con él. Teatro del absurdo: Samuel
Beckett el autor de Final de partida.
El nombre de autor no se sitúa en el estado civil de los hombres, ni se sitúa tampoco en la ficción de
la obra, se sitúa en la ruptura que instaura un cierto grupo del discurso y su modo de ser singular.
[338]
LA FUNCIÓN AUTOR
Los discursos literarios no pueden ser aceptados sino están dotados de la función
del un autor, a todo texto se le preguntará de donde viene, quien lo ha escrito, en qué
fecha en que circunstancias o a partir de qué proyecto. Esta especie de formulario de
introducción a un texto no puede ser dejado en blanco.
[4]
La función del autor también la encontramos directamente dentro del texto, ya que
en cada texto operan un número de signos que remiten al autor. (Pronombres personales,
adverbios de tiempo y lugar, la conjugación de los verbos) pero es necesario conocer de a
temano que sucede con la marca del autor en una novela.
Se sabe que en una novela que se presenta como el relato de un narrador, el pronombre en primera
persona, el presente del indicativo, los signos de la ubicación no remiten nunca exactamente al
escritor, ni al momento en que escribe ni al gesto mismo de su escritura, sino a un alter ego cuya
distancia del escritor puede ser más o menos grande y variar en el curso mismo de la obra. [342-343]
Foucault propone una exacta caracterización de los rasgos que conlleva la función-autor.
La función-autor está ligada al sistema jurídico e institucional que encierra, determina, articula el
universo de los discursos; no se ejerce de manera uniforme ni del mismo modo sobre todos los
discursos, en todas las épocas y en todas las formas de civilización; no se define por la atribución
espontánea de un discurso a su productor, sino por una serie de operaciones específicas y complejas;
no se remite pura y simplemente a un individuo real, pueda dar lugar a varios ego de manera
simultánea, a varias posiciones-sujeto, que puedan ocupar diferentes clases de individuos. [343]
En este sentido, son bastante diferentes, por ejemplo, de un autor de novelas, que en el fondo nunca
es más que el autor de su propio texto. Freud no es sólo el autor de de la Traumdeutung o de El
chiste; Marx no es simplemente el autor del Manifiesto o de El capital: establecieron una posibilidad
indefinida de discurso. [344]
[5]
Tanto Freud como Marx como íconos de la fundación de la discursividad- para
Foucault - puede ser llamados como tal ya que ellos han logrado perpetrar en la historia
“después de ellos” logrando imponer en su discurso para que los otros no sólo hagan
analogías sino que además diferencias. Y es ahí donde radica su importancia.
Abrieron el espacio a algo diferente de ellos, que sin embargos pertenecen a algo que fundaron [345]
La charla concluye con dos conceptos que Foucault trabajará y será identificado en su obra,
muchos años después de su muerte, la noción de discurso y de sujeto. Bases de la
comunicación que se van moldeando y metamorfoseando en todas las esferas de
comunicación del humano. De que manera el sujeto se posiciona y posee la capacidad de
construir un determinado tipo de discurso. LA MUERTE DEL AUTOR. El nacimiento del
SUJETO quien construye un discurso en su vida-obra.
Todos los discursos, cualquiera que sea el tratamiento que se les imponga, se desarrollarían en el
anonimato del murmullo. Ya no se escucharían las preguntas tan machacadas: ¿Quién habló
realmente? ¿Es él, efectivamente, y nadie más? ¿Con qué autenticidad o con qué originalidad? ¿Y
qué fue lo que expresó de lo más profundo de sí mismo en su discurso?” Se escucharían otras
preguntas como estas: “¿Cuáles son los modos de existencia de este discurso? ¿Cuáles son los
lugares reservados para posibles sujetos? ¿Quién puede cumplir estas diversas funciones de sujeto?”
Y detrás de todas estas preguntas no se escucharía más que el rumor de una Indiferencia: “Qué
importa quién habla”. [350-351]
[6]
BIBLIOGRAFÍA
Michel Foucault. “¿Qué es un autor?” en Obras esenciales. Barcelona,
Paidos, 1999. vol 1
[7]