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4. La duda metódica
Aparto todo lo que admite la más mínima duda, como si descubriera que es completamente falso y
sigo adelante hasta que conozca algo cierto o bien, si ninguna otra cosa alcanzo, al menos admitiré
como cierto que no hay nada cierto. Encontrar algo, por pequeño que sea, cierto e incuestionable.
Supongo que todas las cosas que veo son falsas, creo que nunca ha existido nada de lo que me
presenta la memoria; no tengo sentidos, el cuerpo, la figura, la extensión, el movimiento y el lugar
son quimeras. ¿Qué será pues verdadero? ¿Soy algo acaso? Ya he negado que tenga sentidos y
cuerpo, pero ¿me he convencido de que yo no soy? Si de algo me convencí, entonces ciertamente yo
era.
7. El ejemplo de la cera
La cera se acaba de sacar del panal, no ha perdido todo el sabor de su miel, conserva el olor de las flores,
su figura y su magnitud; es dura, fría, se toca, si la golpeas emite un sonido. Mientras hablo es acercada al
fuego; los restos de sabor desaparecen, se disipa el olor, cambia el color, pierde la figura, crece la
magnitud, se hace líquida, caliente, apenas se la puede tocar, si la golpeas ya no emite sonido.
¿Permanece aún la misma cera? Todas las cosas que yo alcanzaba con los sentidos han cambiado; la cera
permanece. Debo admitir que no puedo imaginar qué es esta cera, sino solo percibirla con la mente.
Si juzgo que la cera existe, porque la veo, mucho mas evidente resulta que yo también existo,
precisamente porque la veo. No puede ocurrir que en tanto que veo, o en tanto que pienso que veo, yo
mismo, que pienso, no sea nada. Lo mismo que digo de la cera, se puede aplicar a todas las cosas que
están fuera de mí. Puesto que ya sé que los cuerpos no son percibidos propiamente por los sentidos o por
la facultad de imaginar, sino sólo por el entendimiento, y que no se perciben al tocarlos o al verlos, sino
solo porque se entienden, conozco claramente que no puedo percibir nada más fácil y evidentemente que
mi propia mente.
8. Tipos de ideas
• Ideas innatas: las tengo por mi propia naturaleza.
• Ideas adventicias: proceden de cosas exteriores a mí
• Ideas ficticias: las que nosotros mismos construimos
9. Sustancia pensante, sustancia extensa, sustancia infinita
Sustancia: es una cosa capaz de existir por si. Aunque conciba que yo soy una cosa pensante y no
extensa, concibo que la piedra es una cosa extensa y no pensante (sustancia extensa), cuyos atributos
son : la extensión, la figura, la situación y el movimiento. Son distintos modos de la sustancia.
Percibo que yo soy ahora y recuerdo que he sido antes, y cuando tengo diferentes pensamientos,
adquiero las ideas de duración y número que puedo después transferir a cualquier cosa. Yo no soy
mas que una cosa pensante (sustancia pensante)
Sustancia infinita: Dios, independiente, sumamente inteligente, sumamente poderoso, que me ha
creado a mí y todo lo que existe, si existe. Dios existe necesariamente porque, aunque yo tenga a idea
de sustancia por ser yo una sustancia, no tendría la de sustancia infinita siendo yo finito, a no ser que
esta proceda de una sustancia verdaderamente infinita. Esta idea del ente perfecto e infinito es la mas
verdadera; aunque pueda fingirse que tal ente no existe, no puede fingirse que su idea no me
represente algo real. No importa que yo no comprenda lo infinito, pues es propio de lo infinito el que
yo, que soy finito, no lo comprenda. Si yo fuera por mí, no dudaría, ni desearía, ni me faltaría nada,
pues yo mismo sería Dios y me habría dado todas las perfecciones.