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través de las universidades, los copistas eclesiásticos, la creciente actividad mercantil, y de los

estudiosos que cultivaban otros campos del saber.

La mayor parte de los matemáticos del comienzos del renacimiento provenían de


Alemania e Italia, pero en el año 1484 apareció en Francia un manuscrito que era quizá el más
notable desde la publicación de casi 3 siglos antes, del Liber abaci de Fibonacci, el cual
tampoco fue impreso hasta el siglo XIX. La obra en referencia es la titulada Triparty en la
science des nombres, escrita por Nicolás Chuquet, acerca del cual no se sabe prácticamente
nada, salvo que nació en Paris, se hizo bachiller en medicina y ejerció en Lyon.

La primera de las “tres partes” trata de las operaciones aritméticas racionales con
números, incluyendo una explicación detallada del sistema de numeración hindú-árabe. En la
segunda parte de la obra trata del cálculo con raíces de números y la última parte, la más
importante del Triparty se refiere a la “regle des premiers”, es decir, la regla de las incógnitas
o lo que nosotros llamamos álgebra. Durante los siglos XV y XVI se utilizaron diversos
nombres para la “cosa desconocida”, tales como res en latín, chose en francés, cosa en italiano o
coss en alemán: en este contexto la palabra premier que utiliza Chuquet es completamente
inusual. A la segunda potencia la llama champs, mientras que el nombre latino solía ser el de
census, la tercera potencia cubiez , y a la cuarta champs de champ. La denominación o potencia
de la cantidad incógnita venía indicada por un exponente asociado con el coeficiente del término
en cuestión, de manera que nuestras expresións modernas 5x, 6x2 , 10x3 aparecen en el Triparty
como .5. 1 , .6.2 , .10. 3 . La segunda mitad de la última parte del Triparty está dedicada a la
resolución de ecuaciones, se encuentra aquí con problemas que ya había de sus predecesores,
pero hay una novedad importante, al escribir .4.egaulx a m.2.0 , para lo que nosotros escribimos
4x=-2.

El Triparty no se imprimió hasta el 1880 y por lo tanto debieron conocerlo pocos


matemáticos de la época. Si bien es cierto que el primer libro de álgebra del renacimiento, el de
Chuquet, fue escrito por un francés, también es cierto que el más conocido durnante este
período se publicó 10 años más tarde en Italia.

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A finales del siglo XV y comienzos del XVI destacan por su carácter recopilador de los
saberes anteriores, las obras del fraile Luca Pacioli, (1445-1514), Summa de aritmética,
geométrica, proportioni et proportionalita (1494), complicó los conocimientos matemáticos de
su época y recogió el primer tratado sistemático sobre la contabilidad por partida doble, esta
obra eclipsó el Triparty de una manera tan completa que las historias antiguas del álgebra solían
pasar directamente del Liber abaci de 1202 a la Summa de 1494, sin mencionar ni la obra de
Chuquet ni ninguna otra intermedia. Sin embargo, el camino que hizo posible la Summa había
sido preparado ya por una generación al manos de algebristas, puesto que el álgebra de Al-
Khowarizmi ya había sido traducida al italiano para el 1464.

El renacimiento se caracterizó especialmente por el desarrollo del álgebra, y a este


respecto no fue más que una continuación de la tradición medieval. La Summa, tuvo una
influencia mayor de la que le correspondía a su originalidad. El
libro consiste realmente en una impresionante recopilación de
material de cuatro campos distintos (sin indicar generalmente las
fuentes de donde está tomada la información): aritmética, álgebra,
geometría euclìdea muy elemental y contabilidad de doble entrada.
La sección dedicada al álgebra en la Summa , incluye las soluciones
usuales de las ecuaciones lineales y cuadráticas. Aunque se hecha
de menos la notación exponencial de Chuquet, hay un uso creciente de cierta sincopación por
El Fraile Luca Pacioli
medio de abreviaturas: por esta época ya se utilizaban ampliamente en
Italia las letra p y m para representar la suma y la resta, y Pacioli utilizó además co, ce y ae para
cosa (la incógnita), censo (el cuadrado de la incógnita) y aequalis, respectivamente; para la
cuarta potencia de la incógnita usó, de una manera natural, cece (o cuadrado del cuadrado).
Pacioli no llamó apenas la atención, los aspectos comerciales del libro se hicieron tan populares,
que se suele considerar como el padre de la moderna contabilidad de doble entrada.

La Summa de Pacioli y la «Die Coss» (1522) del alemán Rudolf fueron los textos más
famosos para su época, si bien no perduraron durante mucho tiempo, ya que el siglo XVI se
convirtió en un período de grandes progresos, particularmente en el campo de la resolución de
ecuaciones y del estudio de algunas series.

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El progreso del álgebra se produce por dos vías; la del contenido y la de la forma. La
primera la inaugura Scipio del Ferro (1465-1526), quien
hacia el 1515 resuelve la ecuación de tercer grado x3
+mx=n , guardando su secreto durante 30 años.
Posteriormente Niccolo Fontana (1500-1557), apodado
Tartaglia por su tartamudez, nacido en Brescia, fue uno de
Tartaglia y Cardano
los más destacados matemáticos del siglo XVI. Sostuvo una polémica con
Cardano sobre quien fue el primero en descubrir la solución dela ecuaciones cúbicas y
cuárticas. Tartaglia tuvo conocimiento del descubrimiento de Ferro a través de Antonio del
Fiore y logró reconstruir dicha resolución, cediendo a los insistentes
pedidos de Girolamo Cardano (1501-1576), le comunica sus resultados en tres tercetos ,
bajo promesa de no publicarlos, pero Cardano, nacido en Pavia, que era filósofo, médico,
matemático y hombre de genio turbulento y poco escrupuloso, los incluyó en su obra «Ars
Magna» (1545), haciendo mención de Ferro y Tartaglia (Por ello, los historiadores le
atribuyen el haberle arrebatado a Tartaglia la fórmula para resolver las ecuaciones cúbicas y
cuárticas, pero esto no le resta mérito alguno). En esta obra, primer escrito de álgebra que
aparece impreso, incluyó también el trabajo de su discípulo Ludovico Ferrari, quien en torneo
público y defendiendo a su maestro de los ataques de Tartaglia, resuelve con gran elegancia la
ecuación de cuarto grado, proble ma que el propio Cardano no había podido resolver
anteriormente.

A pesar de su comportamiento deshonesto, cabe atribuir al genio algebraico de Cardano


los siguientes resultados:

♣ Estableció la teoría general de ecuaciones cúbicas y cuárticas, discutiendo cuántas raíces


podía tener una ecuación.

♣ Se dio cuenta de la necesidad de los números negativos y de los complejos (imaginarios) para
obtener soluciones completas.

♣ Descubrió las relaciones más importantes entre las raíces de una ecuación.

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En cuanto a Tartaglia, su «General Trattato» apareció entre 1556 y 1560.
Posteriormente, otro algebrista italiano, Bombelli desarrolla en 1589 una teoría de las fracciones
continuas y de los números imaginarios. Tras este vigoroso impulso del álgebra italiana, que
llena el siglo XVI, el progreso por la vía del contenido se detiene, por haber llegado a su límite
posible en la dirección tomada. Es ley histórica que a todo período de inspiración creadora sigue
otro de sistematización ordenada y de simbolización formalista. Tal fue la obra de De La Roche
(1520), Stiefel (1544), Maurolico (1575) y como artífice principal a Viete, cuya obra
«Isagoge» (1591) inspira a los autores del siglo XVII.

Viete, (1540-1603) este político y militar francés tenía como pasatiempo favorito las
matemáticas. Puede considerársele como el fundador del álgebra moderna. Logró la total
liberación de esta disciplina de las limitaciones aritméticas, al introducir la notación algebraica,
iniciando el paso del uso de abreviaturas al de símbolos. Dio las fórmulas para la solución de las
ecuaciones de sexto grado. Fue consejero privado de Enrique IV de Francia. Hizo del álgebra
una ciencia puramente simbólica, completó el desarrollo de la trigonometría de Ptolomeo.
También abordó algunos de los famosos problemas que desconcertaron a los griegos, como por
ejemplo, el de la trisección de un triángulo, haciendo ver que dependía de la solución de una
ecuación cúbica; también redujo el problema de la cuadratura del círculo al de evaluar una
expresión algebraica, en la que se incluye por primera vez al número π.

Posteriormente, Jhon Napier (Neper) (1550-1617) rico terrateniente


escocés; era Barón de Merchiston. Logró convertirse en uno de los más
geniales matemáticos ingleses, al dedicarse en sus ratos de ocio al cultivo
de los números. Introdujo el punto decimal para separar las cifras
decimales de las enteras. Al observar las relaciones entre las
Jhon Neper
progresiones aritméticas y geométricas descubrió el principio que rige a los
logaritmos. Entre Neper y Briggs surgió una discusión acerca de quien había sido el primero
en trabajar con los logaritmos. Sin embargo, el uso sistemático

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los logaritmos fue introducido en el segundo decenio del siglo XVII por Henry Briggs y Jhon
Napier (o Neper, de ahí el nombre de neperianos dado a los logaritmos naturales, mientras que
los decimales se llaman a veces de Briggs). Como antecedente de los logaritmos podemos
mencionar el compás geométrico y militar de Galileo Galilei, que era una regla de cálculo
Calculadora, construida por Neper

rudimentaria. Neper se destacó por su teoría de los logaritmos, método que reemplazó a las
laboriosas operaciones aritméticas de las que había dependido hasta entonces la resolución de
los más sencillos problemas trigonométricos. Sobre este tema escribió dos tratados (uno de
ellos sus tablas, en 1614), tomando como base de los logaritmos el llamado “número de
Neper”. En el año de 1615 escribió su última obra, donde dio a conocer sus procedimientos de
multiplicación y división abreviados, que implicaban el uso de los bastones de Neper,
antecesores de las modernas máquinas de calcular. El nombre de este matemático escocés ha
quedado por siempre ligado a su gran creación: los logaritmos, y en particular los que llevan su
nombre, que toman como base el número de Neper, representado por la letra e.

Kepler formuló (1609) la ecuación ciclotómica del heptágono (7-14x2 +x4-x6 =0) y por la
misma época Harrtot descubre la descomposición factorial y calcula las raíces racionales,
reconociendo también las negativas.

René Descartes (1596-1650) Filósofo y matemático


francés. Durante su juventud fue soldado y recorre Hungría,
Suiza e Italia. Después de participar en el sitio de La Rochelle,
se acogió a la vida estudiosa. La reina Cristina de Suecia lo
invita a su corte, para que le dé clases de matemáticas;
Descartes va y allí muere. A Descartes se le considera el
primer filósofo de la edad moderna y es el que sistematiza el
método científico. Fue el primero en aplicar el álgebra a la
Geometría, creando así una Geometría Analítica, reduce la
geometría al álgebra en su obra «Geometríe» (1627), completa el simbolismo algebraico e
introduce el cálculo algebraico de tangentes, curvaturas, etc.

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Un avance importante en el álgebra fue la introducción, en el siglo XVI, de símbolos para
las incógnitas y para las operaciones y potencias algebraicas. Debido a este avance, el libro III
de la geometría (1637), escrito por René Descartes se parece bastante a un texto moderno de
álgebra. Este libro contiene también los fundamentos de un curso de teoría de ecuaciones,
incluyendo lo que él mismo llamó la regla de los signos para contar el número de raíces
verdaderas (positivas) y falsas (negativas) de una ecuación.

También durante el siglo XVII de desarrolla la obra de Blas Pascal (1623-1662)


matemático y escritor francés. Es quizás más conocido por sus obras literarias que por su
contribución a las matemáticas. De naturaleza enfermiza, fue un verdadero niño prodigio. A
los doce años había demostrado las 32 proposiciones de Euclides . Al sostener correspondencia
con Fermat, sobre algunas cuestiones relativa a las probabilidades en los juego de azar, se
convierten en pioneros del cálculo de probabilidades.

Esta figura conocida como triángulo de Pascal, y también como


triángula de Tartaglia, relaciona las combinaciones de m elementos tomados de
n en n con el álgebra a través del Binomio de Newton; en cada fila se
encuentran los coeficientes numéricos del desarrollo polinómico de la expresión
(x+y)n.

Pierre Fermat (1601-1665), matemático francés a quién


Pascal llamó “el primer cerebro del mundo”. Puede considerarse con
Descartes como el más grande matemático del siglo XVII. Nació en
Beaumont de Lomagne, en agosto de 1601, y falleció en Castres, el
12 de Enero de 1665. Se educó en su ciudad natal y en Toulouse,
dedicándose ala abogacía al terminar sus estudios. Fue nombrado
consejero del parlamento de Toulouse en el año de 1631. Entre
Retrato de Pierre de Fermat
sus maestro tuvo a Blaise Pascal, quien posteriormente mantendría
correspondencia sobre temas matemáticos. Entre sus cartas relativas a un juego de azar se

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encontraba el germen del cálculo (1601-1605) cálculo de probabilidades. También mantuvo
correspondencia con Descartes y otros sabios, pero es especialmente recordado por sus
aportaciones a la teoría de números, a la que contribuyó con la formulación de numerosos
teoremas (aunque en la mayoría de los casos no daba su demostración). Mientras que sus
contemporáneos se preocupaban por elaborar una ciencia aplicada, él profundizaba los
maravillosos y extraordinarios caminos de la matemática pura. El más famoso de sus teoremas,
es el llamado “Ultimo teorema de Fermat”, cuya demostración ha representado un gran reto
para los matemáticos durante más de 300 años: “no existen a, b, c, enteros positivos tales que
si n>2 se cumple an +bn =cn ”. Fermat solía escribir sus teoremas en los márgenes de los libros
que tenía en sus manos y junto a este teorema dejó anotado “haber encontrado una maravillosa
demostración de este teorema pero no cabe en la estrechez del margen” La demostración
maravillosa que no cabía en la estrechez del margen ha sido fue nte de numerosas aportaciones
matemáticas hasta convertirse en los 200 folios que el matemático Británico Andrew Wiles
presentó en 1993 y que contenía un error hacia el final, corregido en 1995 por el propio Wiles y
su colega Taylor. Con esta
demostración cayó uno de los
grandes mitos de las matemáticas.

A la izquierda: página del libro


Aritmética de Diofanto, editado por el hijo de
Fermat, y que incorpora al texto los
comentarios de su padre. El texto titulado
“OBSERVATIO DOMINI PETRI DE
FERMAT ” es la redacción original en latín
del teorema de Fermat.

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Fermat, junto con Pascal son fundadores de la teoría de la probabilidad, a la que llegaron
como un desarrollo de la teoría combinatoria.

(A la derecha: Página de una edición francesa de las


obras de Fermat que reproduce algunas tablas que éste remitió
a Pascal)

Por su parte Newton (1642-1727), el más grande de los


matemáticos ingleses. Su libro “Principia Mathemáthicae”,
considerado como uno de los más grandes portentos de la mente
humana, le bastaría para ocupar un lugar sobresaliente en la historia de
las matemáticas. Descubrió casi simultáneamente con Leibnitz, el
cálculo diferencial y el cálculo integral (1687). Basándose en los

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Isaac Newton
trabajos de Kepler, formuló la ley de Gravitación Universal (1687) en
cuya deducción tuvo como causa según la leyenda, la caída de una manzana en el jardín de su
casa. Ya en el dominio elemental del álgebra le debemos el desarrollo de la fórmula d e la
potencia del binomio (a+b)n que lleva su nombre, para valores negativos y fraccionarios de n.

Newton es uno de los hombres que tienen significación universal; su obra cambió el
curso del pensamiento matemático y de la experiencia humana; no fue un niño precoz, ni un
buen granjero, por eso fue enviado a Cambridge en 1661, quizá para que ingresara en la iglesia.
Ingresó en la Universidad y tuvo por maestro al excelente matemático Isaac Barrow. Se graduó
a principios de 1665 y, por distintos motivos, regresó para vivir en la solitaria casita de
Woolsthorpe, donde había nacido. Tiempo después volvió a Cambridge y pronto dejó
marcadas sus profundas huellas en los campos del saber, del que su nombre es ya figura
indisoluble. A él le corresponde el descubrimiento de la naturaleza de la luz blanca, de la que
se podrán obtener todos los colores por refracción (1672),

En resumen, como lo hace observar Birkhoff, desde mediados del siglo XVI hasta
mediados del siglo XVIII el progreso del álgebra se produce por la vía de las aplicaciones,
particularmente hacia la geometría analítica y el cálculo.

Ya entrado el siglo XVIII, José Luis Lagrange (1736-1813)


matemático nacido en Italia y de sangre francesa, se debate infructuosamente
buscando para las ecuaciones de grado superior a 4 un proceso de solución
similar a los que mostraron ser exitosos para las ecuaciones cúbicas y
cuárticas, y llega a sostener (1781) que ya quedaba muy poco por hacer en la
José L .Lagrange
Matemática que, como ciencia exacta, cedería el paso a la química y a la
física. Lagrange fue nombrado profesor de matemática en la Real Escuela de Artillería de
Turín, a los 16 años. Fue uno de los más grandes analistas del siglo XVIII. Su mayor
contribución al álgebra está en la memoria que escribió en Berlín hacia 1767. “Sobre la
resolución de las ecuaciones matemáticas”. Pero su obra fundamental fue la “Mecánica
Analítica”. Respetado por la revolución, fue amigo de Bonaparte, que lo nombró Senador.

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Al iniciarse el siglo XIX, Paolo Ruffini (1765-1822), médico y
matemático italiano, toma evidente la falta de éxito de Lagrange, al
hacer el primer intento formal por demostrar que las ecuaciones de
grado mayor que 4 no pueden resolverse por métodos algebraicos (1803-
1805). Su formulación y demostración fue completada por el noruego
Paolo Ruffini
Niels Abel y se conoce como el teorema de Abel-Ruffini.

Por otro lado, Gauss (1777-1855), matemático alemán, llamado el príncipe de las
matemáticas, es uno de los casos más extraordinarios de precocidad en la
historia de las ciencias. Protegido por el Duque de Brunswick pudo realizar
profundos estudios que lo llevaron a dejar constituida la Aritmética Superior.
Demostró primero que nadie el llamado teorema fundamental del Álgebra.
Dirigió el observatorio de Gottinga, donde murió. Su obra principal fue el
Gauss
“Disquisitione Arithmeticae” que es un trabajo clásico. Elabora, entre otras
muchas, la teoría algebraica de la ciclotomía, con la que cierra definitivamente una época de
esfuerzos fracasados durante milenios. Sin embargo esta situación serviría de estímulo para un
nuevo impulso. Sólo que esta vez el nuevo impulso marcaría un cambio total de dirección, una
verdadera ruptura epistemológica en el quehacer matemático. El aparente cierre de horizontes
que los últimos resultados de Ruffini y Gauss presagiaban, así como el desánimo de Lagrange,
marca el cierre de una larga época en el desarrollo histórico del álgebra. Pero el quehacer de los
matemáticos continúa y debe hacerlo abriendo nuevos caminos. Estos caminos implican
nuevos quehaceres matemáticos, con métodos diferentes, con contenidos en aparente
continuidad con los anteriores pero definidos en marco de validez distintos. Nuevo modo de
hacer que, sin negar todo lo anterior, también lleva en ocasiones a la creación de nuevos objetos
matemáticos.

El Álgebra a partir de 1930.-

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Los entornos de 1930.-

El tratamiento axiomático dentro de cada disciplina, como base definitoria o creadora de


sus respectivos objetos y como argumento contra posibles antinomias, es una de las
caracterizaciones del quehacer matemático al finalizar el primer tercio del siglo XX.

Los dos instrumentos fundamentales, el conjuntista y el axiomatizador , facilitan la


preponderancia que cobran dos grandes líneas de trabajo: la topológica y la algebraica. Ambas
líneas se aplican, en este primer tercio del siglo, a cada disciplina en particular, obteniéndose
muchos resultados en cada una de ellas. Pero a pesar de este sustrato común y de que, por lo
tanto, existían «mil caminos de comunicación» entre ellas (según expresión de Brunschvicg),
las disciplinas matemáticas se consideran aisladas unas de otras, «fundadas sobre nociones
particulares, delimitadas con precisión». Este panorama genera en algunos matemáticos,
nuevamente, presentimientos de agotamiento, por falta de ideas renovadoras y originales. En
este punto reaccionarán los matemáticos originando una nueva ruptura en su quehacer, por la
vía de la creación de un nuevo objeto de estudio: la estructura matemática.

Entre los años 1930 y 1940, Bourbaki reconoció la debilidad e ineficiencia de los
enf oques clásicos para ampliar los conocimientos matemáticos, reorganizando toda la
matemática sobre dos bases: El Álgebra y La Topología. Cuarenta años más tarde, las reformas
curriculares en muchos países están reestructurando la matemática preuniversitaria,
presentándola como un cuerpo de conocimientos bien unificado, teniendo en cuenta dichas
bases. En este sentido, A.I. Markuschewitch, de la universidad de Moscú, ha dicho: “El
problema de la adaptación de las ideas de Bourbaki a la enseñanza de la matemática en las
escuelas secundarias, requiere una atención especial... Seguramente no hay dificultades
fundamentales para elaborar un plan de estudios de varios años de acuerdo a un sistema cuyos
conceptos fundamentales sean: conjuntos, relaciones (particularmente los conceptos de
función y transformación geométrica y las relaciones de equivalencia y de orden), operaciones
algebraicas (relativas a los conceptos de grupo y cuerpo) y el espacio (especialmente los
espacios métricos y los espacios lineales...) Sin duda los estudios basados en este currículum,

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pueden desarrollarse de manera interesante y concreta si se incluye suficiente teoría, práctica y
ejercitación, y puede presentar un rico material para la educación y desarrollo de la
capacidades y hábitos intelectuales que en la actualidad debemos esperar de toda persona de
mediana educación”.

Las Estructuras Matemáticas

En 1939, Lelionnais prepara la publicación de una obra colectiva «Les grands courants
de la pensée mathématique» (que ve la luz en 1948, finalizada la segunda guerra Mundial), en la
que destaca el artículo de N. Bourbaki «L’architecture des mathématiques», verdadero
manifiesto del nuevo quehacer matemático.

En él se establece el método axiomático como el método propio de ese quehacer, capaz de


dar inteligibilidad a la matemática. Utilizando la axiomática como herramienta y analizando
diversas teorías axiomáticas, se llega al descubrimiento de los sustratos fundamentales de todas
ellas: las estructuras, «conjuntos de elementos cuya naturaleza no está especificada; para
definir una estructura, se dan una o varias relaciones en las que intervienen estos elementos ; se
postula luego que la o las relaciones dadas satisfacen ciertas condiciones (que se enumeran) y
que son los axiomas de la estructura considerada. Hacer la teoría axiomática de una estructura
dada es deducir las consecuencias lógicas de los axiomas de la estructura, con exclusión de
toda otra hipótesis acerca de los elementos considerados (en particular, toda hipótesis sobre su
"naturaleza" propia )». De este modo, anota Bourbaki, «las estructuras matemáticas se
convierten, propiamente hablando, en los únicos objetos de la matemática». Los tipos de
relaciones determinan, los tipos de estructuras:

♦ Estructuras algebraicas (grupo, anillo, cuerpo, etc...), determinadas por Leyes de


composición.

♦ Estructuras de orden, inducidas por relaciones de orden.

♦ Estructuras topológicas, determinadas por relaciones que son la formulación abstracta de


las ideas intuitivas de vecindad, límite y continuidad.

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Para Bourbaki todo el edificio de la matemática (y de aquí el título del artículo) se
organiza siguiendo el principio ordenador de la jerarquía de las estructuras, que, procede de lo
simple a lo complejo, de lo general a lo particular. En la base se encuentran las «estructuras
madres» ya citadas (que también admiten niveles crecientes de complejidad en sí mismas), a las
que siguen las «estructuras múltiples», generadas por combinación de varias de las estructuras
madres. De este tipo son las que corresponden, por ejemplo, al álgebra topológica , «estudio de
las estructuras en las que figuran a la vez una o varias leyes de composición y una topología».

Por encima de estos dos tipos generales de estructuras se ubican las teorías particulares
propiamente dichas (geometría diferencial, teoría de números, etc.), pero que «han perdido su
autonomía de antaño y son ahora "encrucijadas" donde se cruzan y actúan unas sobre otras,
numerosas estructuras matemáticas más generales». Así, en líneas generales, se perfila la
arquitectura de la matemática. Y siguiendo este patrón arranca en 1939 la publicación de los
«Elementos de Matemática» de Bourbaki (véase en el cuadro Anexo, en la siguiente página,
una interrelación entre las principales estructuras).

Ahora las disciplinas matemáticas no van a seguir quedando como vecinas aisladas, sino
«atravesadas» por un entramado de estructuras comunes que, yendo de las más generales y
simples a las más particulares y complejas, hace más difícil considerar su separación y
autonomía particular. En definitiva el binomio axiomática-estructura pretende unificar todo el
trabajo matemático en disciplina única.

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El Algebra Moderna

Conviene destacar aquí que el primer campo de la matemática en que «funcionó» el


binomio citado (reduciendo las estructuras a las meramente algebraicas) fue el del Álgebra. En
los años 1930-31 Vanderwaerden publica su obra «Moderne Álgebra», siguiendo los
lineamientos de la escuela axiomática alemana de Hilbert, y recogiendo los resultados de
Noether y Artin entre otros. Los dos volúmenes de la obra (la primera que aplica al álgebra el
calificativo de «moderna») exponen sistemáticamente la teoría de grupos, cuerpos, anillos,
ideales, etc., es decir, la teoría de las estructuras algebraicas, con lo que el álgebra se convierte,
por su objeto, en una nueva disciplina , «Moderna». Ahora es el estudio de todo conjunto de
objetos relacionados por operaciones o leyes de composición.

La aparición de la obra de Vanderwaerden «electrificó al mundo matemático», en


expresión de Birkhoff, debido a su unidad filosófica y matemática, a la fuerza de su contenido y
a la frescura y entusiasmo de su exposición.

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Resulta fácil comprender como a partir de este enfoque y del posterior manif iesto de
Bourbaki, el álgebra seguirá estudiando la teoría de las estructuras algebraicas (labor interna),
pero se convertirá simultáneamente en una herramienta y en un lenguaje de trabajo, no sólo del
quehacer matemático restante, sino de muchas y muy variadas disciplinas científicas.

Las Categorías

Volviendo al caso general de las estructuras (de las que forman parte destacable las
algebraicas), debe observarse que su estudio se orienta también hacia el de sus partes y
elementos notables, relaciones y aplicaciones notables, así como objetos - producto y objetos -
cociente, etc. Aquí cabe destacar el manejo de los morfísmos entre objetos y entre estructuras:
morfísmos que, como aplicaciones entre conjuntos, deben satisfacer una condición esencial:
conservar las estructuras de tales conjuntos (o generar estructuras «de partida» en conjuntos de
llegada «amorfos»).

La teoría que abarca estas ideas relativas a las estructuras y a los morfísmos entre ellas se
conoce con el nombre de teoría de las categorías . Una categoría C está compuesta por una
clase de objetos X, Y, Z,... y la clase de los morfísmos entre tales objetos, verificándose las
condiciones (axiomas) siguientes:

♦ A todo par de objetos (X, Y) se le asocia el conjunto Hom (X,Y) de los morfísmos de X en
Y.

♦ Si (X, Y)≠ (U,V), entonces Hom (X,Y)∩ Hom(U,V)=φ

♦ Para toda tema ordenada de objetos (X, Y, Z) y todo par de morfísmos f∈Hom(X,Y) y
g∈Hom(Y,Z), existe un morfismo h=f.g∈Hom(X, Z), unívocamente determinado,
resultado de la composición de morfísmos.

♦ La composición de morfísmos posee la propiedad asociativa.

♦ Para todo objeto X existe un morfimo identidad o unidad ux∈Hom(X,X), elemento neutro
de la composición de morfísmos, tal que ux.f=f=f.uy para todo morfismo f∈Hom(X, Y).

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Los matemáticos Eilenberg (polaco) y Mac Lane (estadounidense) son considerados
como los creadores de esta teoría, que ve la luz en su artículo «General theory of natural
equivalences» (1945). Pueden citarse muchos modelos de teorías que responden a la noción de
categoría (en cada ejemplo se da el par objetos- morfísmos):

♦ Conjuntos, aplicaciones.

♦ Grupos, homomorfismos.

♦ Grupos abelianos, homomorfismos.

♦ Espacios Vectoriales, transformaciones lineales.

♦ Espacios topológicos, funciones continuas.

♦ Espacios medibles, aplicaciones medibles. Etc.

¿Cuál es la relevancia de la teoría de las categorías?. Esta pregunta quizá no tiene todavía
una respuesta definitiva o, al menos, una respuesta única entre todos los matemáticos. Algunos
de ellos, sobre todo a partir de la década del 60, estiman que la teoría de categorías es de amplia
trascendencia, debido a las siguientes razones:

♦ Por haberse originado a partir de un proceso de sistematización y generalización de


diversas teorías matemáticas, puede ser considerada como una poderosa herramienta de
aplicación en variadas ramas de la matemática.

♦ Puede ser considerada como una teoría autónoma, con sus propios conceptos, problemas,
métodos y resultados.

♦ La teoría de categorías puede constituir un nuevo marco conceptual para intentar una
nueva fundamentación de toda la matemática.

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Objeto del Álgebra

En conclusión

La variación en el objeto de estudio del álgebra es evidente. Iniciada


fundamentalmente con la resolución de ecuaciones, desemboca finalmente en las estructuras
algebraicas.

Método del quehacer algebraico

Ya se vio que en sus inicios aceptó algunos métodos geométricos en el campo de la


resolución de ecuaciones. Después, y en este mismo campo, se impusieron los métodos
estrictamente algebraicos. Pero simultánea e inseparablemente, al producirse un cambio en el
objeto del álgebra se efectuó uno similar en el método de trabajo, llegándose al establecimiento
del método axiomático.

Cabe destacar que hasta el siglo XIX, predomina en todo el quehacer matemático cierto
empirismo realista. Se considera la matemática como una abstracción de la realidad, de la que
capta fundamentalmente las nociones de número y forma. Así, en el terreno algebraico, se
estudian los enteros y racionales, las propiedades de sus operaciones, etc. Y en el caso preciso,
se recurre a la geometría como disciplina que puede brindar el apoyo intuitivo y figurativo
oportuno, tanto para la comprensión de lo simbolizado en términos algebraicos como para la
aplicación clarificadora de los resultados obtenidos.

Sin embargo, a partir del siglo XIX comienza a imperar el formalismo, en el sentido de
que el matemático crea sus propios objetos, condicionando su existencia a la simple ausencia de

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contradicciones. De este modo desvincula la matemática de su dependencia necesaria de la
realidad. Este proceso puede observarse en el terreno del álgebra con la creación de objetos
(cuaternios, matrices, vectores, etc.) y «operaciones» que cumplen determinadas propiedades
(axiomas). Axiomática que ya no es descriptiva sino abstracta.

Lenguaje Algebraico

Como ya se indicó, el lenguaje utilizado en el quehacer algebraico pasó por las fases
retórica (uso del lenguaje corriente), sincopada (utilizando abreviaturas) y finalmente simbólica.
Es de hacer notar que este lenguaje simbó lico toma diversas expresiones, tanto en el uso de
símbolos para los objetos, operaciones, relaciones, etc., como en el caso de terminologías
completas propias de diversas teorías (lenguaje de estructuras, lenguaje conjuntista,
categorial...)

Relación del álgebra con otras disciplinas

Ya se ha mencionado como inicialmente, particularmente entre los griegos, la geometría


absorbió al álgebra al aplicar sus propios métodos para resolver algunas ecuaciones. Con
Descartes esta relación cambia de sentido, ya que la geometría analítica es el fruto de la
algebrización de la geometría. Ambos casos reflejan un tipo de interacción que, a pesar de su
fecundidad parcial, termina por chocar con sus propias limitaciones.

Ambos casos reflejan, por otro lado un intento de alcanzar la unidad en el interior del
quehacer matemático; intento fallido, que se repite nuevamente en el campo de la geometría
algebraica de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Sin embargo, ya hemos visto que a partir de la década de 1930 este proceso unifícador de
la matemática (iniciado en cierto modo desde 1870-80) se consigue formalmente desde la

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perspectiva estructura- axiomatización.

El álgebra es, sin duda, un protagonista de primera fila en este proceso unifícador. Por un
lado, porque las primeras estructuras en ser definidas son de carácter algebraico (Grupo,
cuerpo,...). Y porque, posteriormente, todas las disciplinas matemáticas utilizarán la referencia a
estas estructuras en el estudio de sus propios objetos.

Además, no hay que olvidar que las teorías que son o han sido consideradas como básicas
y unificadoras en el trabajo matemático, las que han prestado sus conceptos y su terminología a
todas las disciplinas (teoría de conjuntos, desde 1895; teoría de categorías, desde 1945) son
ramas del quehacer algebraico

Así, pues, la relación del álgebra con las restantes disciplinas matemáticas es de profunda
interrelación. El álgebra les proporciona sus resultados, su lenguaje, su metodología propia. En
este punto y a modo de ejemplo, conviene citar a Choquet quien, a propósito de los «Elementos
de Matemática» de Bourbaki, señala: «Bourbaki es esencialmente algebrista... Toda su labor
en análisis está impregnada de álgebra y de notaciones algebraicas: no sólo álgebra de
conjuntos, sino también grupos, álgebra lineal y multilineal, y dualidad. Le gusta las
transformaciones y las propiedades que pueden expresarse mediante relaciones algebraicas y
cuando una teoría, considerada clásicamente como perteneciente al Análisis es susceptible de
algebrización total o parcial, el bourbakista no suele resistir la tentación».

Por su parte, también el álgebra recibe el influjo de las restantes disciplinas. Todas ellas le
presentan una variada gama de conceptos, objetos, teorías, etc., que le sirven como ejemplo de
estructuras algebraicas. Pero, además, la interrelación de las estructuras madres (algebraicas,
topológicas, y de orden) permite al álgebra extender sus objetos y sus métodos introduciéndose
en otras disciplinas y participando en la creación y de sarrollo de otras nuevas (Topología
algebraica. Teoría de números. Geometría algebraica...).

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En definitiva, la interrelación entre todas las disciplinas matemáticas, facilitada por el
entrecruzado de estructura, está alcanzando niveles de gran complejidad, con lo que resulta
válida la observación de Choquet de que «a veces no resulía fácil saber si estamos ante un
teorema de Álgebra, de geometría o de Análisis».

Aplicabilidad del álgebra

También en relación con este aspecto puede observarse una variación a lo largo del
proceso evolutivo del álgebra. En efecto, las primeras aplicaciones del álgebra se encuentran
en la solución de problemas numéricos por la vía de la resolución de ecuaciones algebraicas.
Posteriormente, con la penetración del álgebra en las demás disciplinas matemáticas se amplía
su participación en la aplicabilidad de tales disciplinas.

El álgebra siempre ha sido, y sigue siendo, un pre-requisito para el estudio del análisis.
Siempre ha tenido, además, importantes aplicaciones en diferentes ramas de la ciencia.. Sin
embargo, actualmente estan apareciendo nuevas aplicaciones que caben perfectamente en los
programas de las escuelas secundarias. Una de las más importantes es lo referente a los
problemas de programación lineal. Se trata de problemas de optimización (minimizar costos y
maximizar ganancias) condicionados por ciertas inecuaciones lineales. Un ejemplo típico
consiste en determinar el número de obreros que deben emplearse en distintas fábricas para
producir mercaderías de varias clases, cada una de las cuales necesita cierto número de horas de
trabajo y cierto número de horas de trabajo y cierto número de horas de funcionamiento de las
máquinas elaboradoras. Suponiendo ciertas limitaciones en las cantidades de cada elemento,
cada uno de las cuales tiene costos determinados, y que las mercaderías deben venderse a
precios estipulados, averiguar la organización más provechosa. Este tipo de problemas, en el
caso más simple en que sólo figuran dos variables y tres o más condiciones, pueden resolverse
representando gráficamente en el plano las regiones admisibles y viendo los valores óptimos de
las incógnitas, que siempre corresponden a vértices de tales regiones. El procedimiento puede
mejorarse usando matrices y el llamado método del “simple” para obtener la solución por
métodos puramente algebraicos. (S.S.M.C.I.S., cursos 4, 5)

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El álgebra de Boole tiene aplicaciones a problemas de circuitos e interruptores. Los
grupos tienen aplicación en Física. El álgebra lineal tiene muchas aplicaciones en estadísticas y
existen muchas aplicaciones de las estructuras algebraicas a nivel superior. En la escuela
secundaria, las aplicaciones directas de las estructuras fuera de la matemática son limitadas. En
cambio, las aplicaciones de la teoría de grupos a la geometría, para el estudio de las
transformaciones geométricas, son actualmente de uso corriente. No hay duda de que en el
futuro deberán intensificarse las aplicaciones de las estructuras algebraicas, dentro del nivel de
conocimientos de los alumnos de la escuela secundaria.

Cabe destacar algunos campos particulares en los que el quehacer algebraico ha tenido
particular repercusión, tales como la teoría cuántica de campos, la teoría de circuitos, la
programación lineal, la teoría de juegos, etc. Y más recientemente, no deja de causar asombro
que la teoría de los grupos haya tenido su aplicabilidad modélica en la Física de las partículas
elementales, al descubrirse que la definición organizativa y operativa de los quark posee dicha
estructura. En el fondo, éste es un caso más de la aparente paradoja que está presente en todo el
quehacer matemático: cuanto más abstracto es este quehacer, mayor reflejo hallan sus modelos
en el mundo físico y, por consiguiente, mayor aplicabilidad.

Características Fundamentales del Algebra Actual

Como culminación de su evolución histórica el álgebra presenta, pues, las siguientes


características:

¶ Su objeto central de estudio lo constituye las estructuras algebraicas

¶ Su método básico es el axiomático.

¶ Ha superado su dependencia de la realidad, habiendo llevado sus objetos a un nivel de


total abstracción y rigor lógico.

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¶ Su lenguaje es eminentemente simbólico, pudiendo prescindir de la apoyatura intuitiva
geométrica.

¶ Su interrelaci6n con las demás disciplinas matemáticas va en aumento, contribuyendo así a


la perspectiva unitaria de toda la matemática.

¶ Su campo de aplicación en otras disciplinas científicas distintas a la matemática se


expande progresivamente.

El punto de vista actual coloca a las estructuras algebraicas en una posición central
dominante de todo el campo de la matemática. En la enseñanza secundaria, más que el
desarrollo formal de estas estructuras, interesa señalar su carácter unificador de toda la
matemática. Ellas sirven, no solamente pa ra aclarar la naturaleza de los distintos sistemas
numéricos y de los conjuntos de matrices, sino también para presentar el concepto general de
operación y sus propiedades, lo que permite a su vez tratar con claridad las proposiciones,
funciones y aplicaciones referentes a cada una de las estructuras. En la enseñanza del álgebra
moderna, el énfasis se coloca en los conceptos y propiedades, más bien que en los métodos y
habilidades para su uso. Ello no significa que se olvide la computación, sino que se elimina
gran parte de la calculatoria rutinaria y de poco sentido. La tendencia es enseñar el álgebra
como un significativo estudio de las estructuras y aquellas de sus propiedades que tiene
aplicaciones inmediatas a otros capítulos de la matemática, no solamente como una colección
de herramientas para seguir estudiando más álgebra.

Otros quehaceres algebraicos

Para cerrar el recorrido histórico del álgebra en el período que consideramos (de 1930 en
adelante), nos resta mencionar el campo de la geometría algebraica, terreno fecundo en nuevos
resultados. Destaca el desarrollo del Álgebra Homológica, con métodos derivados de la
topología algebraica, y que trata de la asociación de invariantes a objetos algebraicos tales como
homologías y cohomologías, reforzando así el desarrollo del álgebra conmutativa (estudio de

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anillos conmutativos y módulos sobre los mismos, etc.).

Merece consideración mencionar algunas tendencias nuevas, influenciadas por la


aparición y uso del computador en el quehacer matemático. Birkhoff, en su artículo «Current
trendes in Algebra» (1973) las resume así:

] La nueva álgebra numérica: El uso del computador permite mayor eficiencia en la


resolución de ecuaciones diferenciales por métodos numéricos, así como la resolución de
sistemas lineales con un elevado número de incógnitas, hallar las raíces de ecuaciones
polinómicas de alto grado, resolver planteamientos complejos en programación lineal y en
aritmética entera, etc.

] Teoría de autómatas: Toda esta teoría puede sustentarse en un modelo algebraico,


definible por la vía axiomática y desarrollable utilizando procedimientos algebraicos.

] La optimización de la complejidad: Las características operativas del computador permiten


analizar la complejidad computacional de los posibles procedimientos aplicables en cada
tarea matemática, lo que permite seleccionar aquel o aquellos procedimientos que hacen
más eficiente el razonamiento matemático.

] Álgebra combinatoria: Las ideas combinatorias, en particular algunas referentes a grafos,


redes, etc., han alcanzado mayor relevancia, probablemente porque se las considera
presentes en la estructura del computador y del propio razonamiento deductivo de la
matemática.

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