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La originalidad en el oficio de enseñar

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Solemos sostener que cada una de nuestras clases


son una apuesta nueva para desafiar el
conocimiento, cada una implica una nueva
búsqueda e interpretación de cómo facilitar y
favorecer los temas complejos y despertar las
ganas y, por qué no, la pasión por conocer.
Desde esa perspectiva, cada una de las clases que
dictamos o implementamos es original, única e
irrepetible.

Existen una innumerable cantidad de


experiencias que no llevamos a cabo porque Bonnard,Woman with
carecen de sentido pedagógico o son de dudoso Black Stockings, 1900,
valor. Pero hay otras que no forman parte de las Rosengart Collection,
rutinas en el aula y, más de una vez, nos Lucerne
preguntamos las razones de su exclusión. ampliar +

En otros momentos hemos abordado el diseño de casos, problemas, la inclusión del arte,
el método biográfico, nuevas propuestas para pensar y llevar a cabo evaluaciones. En el
campo de la didáctica son innumerables las perspectivas y los ejemplos que, a lo largo
de los años, permitieron y posibilitaron experiencias creativas e innovadoras. Hoy, nos
proponemos pensar en una alternativa diferente para abordar su originalidad y así
alcanzar una nueva meta en la búsqueda por diseñar cada vez clases más entusiastas
para nosotros y nuestros estudiantes. Para ello, recorrimos una serie de propuestas para
algunos de los desafíos de las tareas cotidianas, tanto en la preparación de la clase como
en la inclusión de actividades o experiencias. Entendemos que la búsqueda de la
originalidad es el mayor desafío de la enseñanza. Considerar cada clase como producto
de un diseño único nos hace reconocer que cada clase debe ser “pensada” para cada
grupo en particular, atender a los intereses de cada uno de esos grupos, crear nuevos
desafíos para ellos y aventurarnos en una propuesta en la que no podemos prever sus
resultados. Es posible incluir a los estudiantes en ese desafío pero, fundamentalmente,
requiere nuestro compromiso para que, en la marcha de la clase, podamos revisar la
propuesta con el objeto de recentrar su propósito en un aprendizaje de valor. Quizás, en
esta circunstancia, resida su mayor originalidad: la capacidad de modificar la clase en su
acto con el propósito de responder a las necesidades, inquietudes de los estudiantes o a
las múltiples propuestas que nuestra imaginación y reflexión posibilita para generar una
clase más atractiva y de valor.

1. La preparación de la clase original

Hemos elegido tres perspectivas diferentes para abordar la planificación de la clase en la


búsqueda de propuestas originales: la planificación general, la anticipación de la
escenografía en la que se incluirá la clase y la planificación del silencio. Se trata de tres
momentos previos al desarrollo de la clase y, en algunos casos, se propone compartir
esos momentos con los estudiantes.

1.1. Ayudas para planear nuevas propuestas

Pensamos la clase como siempre:


seleccionamos los contenidos, los
revisamos, actualizamos, buscamos
nueva bibliografía, diseñamos la
actividad. Pero, ¿cada uno de esos pasos
nos ofrece un interrogante y un desafío
para romper con su rutina? Si la
selección de contenidos nos remite a
pensar algún agregado o visión
controvertida, si su actualización nos
lleva a buscar fuentes que nunca hemos
Bonnard, The Dining Room in the consultado, si pensamos en una actividad
Country, 1923 diferente a la que solemos implementar.
ampliar + Este es un camino posible: diseñar el
habitual y tratar de buscar, en cada uno
de sus pasos, una alternativa diferente.

También la consulta a otro docente, a un directivo, a un especialista en el tema, puede


permitir desarrollar alguna idea nueva para esa clase.

La búsqueda de algún relato, un film o alguna obra pictórica en la que encontremos un


vínculo con el tema nos permite abordarlo desde una nueva perspectiva. Por otra parte,
reconocer en el tema alguna controversia, una nueva perspectiva de análisis, preguntas
no resueltas en torno al tema puede permitir un desarrollo enriquecido. Se trata de
pensar la clase desde otro recorrido e incluso poder señalar al finalizar cuál es la
perspectiva con la que hoy encaramos o desplegamos esa clase.

1.2 Compartir la escenografía

Como parte de la planificación de la clase es posible señalar a los estudiantes el tema


que se desarrollará, la perspectiva de análisis, las experiencias que se llevarán a cabo. A
partir de esa propuesta es posible compartir con ellos la búsqueda de algún material, la
preparación del entorno que favorecerá el desarrollo de la clase, la creación de las
condiciones o la instalación de un ambiente que favorecerá la asunción compartida de
responsabilidades en torno al aprendizaje.

1.3 Planificar el silencio

Podemos caracterizar a la profesión docente por su experticia a la hora de planificar las


actividades, las evaluaciones, el diseño de las clases pero de alguna manera somos
inexpertos a la hora de planificar el silencio. Más de una vez el silencio se rodea de
amenaza, se entiende como hora de la realización de una tarea o la de la escucha de una
explicación. No somos expertos ni exitosos a la hora planear el silencio para pensar,
para elegir, para buscar justificaciones, para razonar. Crear esos espacios y enseñar a
desplegar actividades en esos espacios es una consigna original en nuestra profesión.
Este nuevo desafío implica programar aquellas actividades en las que, casi como una
rareza, la ayuda del otro se hace innecesaria. No se trata de cuestiones fáciles ni banales
sino de diseñar oportunidades para encontrar razones, pensar en cómo podríamos
resolver una tarea, cómo ayudar a un compañero, organizar el tiempo para la realización
de las actividades pendientes.

2. El espacio de la acción

En la búsqueda de singularidades o propuestas desafiantes seleccionamos tres


perspectivas diferentes: el diseño de las actividades, la organización de lecturas y el
diseño de experiencias compartidas.

2.1 Una actividad singular

Hemos elegido cuatro actividades significativas aún cuando sabemos que es inagotable
el listado posible de implementar.

• Solicitar a los estudiantes elijan un tema


de clase para desarrollar y preparar
especialmente esa clase. Para ello los
alumnos prepararon un listado de temas
posibles, votaron o se pusieron de
acuerdo, fundamentaron, prepararon unos
días antes la propuesta.

• Sugerir a los estudiantes que, luego de


una clase, escriban sus impresiones o
reflexiones. Organizar y armar a partir de
ellas una nueva reflexión. Bonnard, Meadow in
Bloom
• Solicitar que conecten la clase recién ampliar +
vivida con otra pasada, que escriban en
papeles de colores alguna reflexión fruto
de esa conexión. Luego, leer, clasificar y presentar nuestra conexión o relación.

• Una vez que los estudiantes señalaron razones diferentes para dotar de valor
alguna actividad sugerirles que elijan la razón más certera o adecuada y luego
reunir a los estudiantes que eligieron la misma razón y con ellos conformar
grupos para llevar a cabo alguna otra actividad.

Cada una de estas cuatro propuestas puede haber sido o no implementada. Sin embargo,
nos preguntamos si podríamos dar razones del por qué sí o por qué no implementarla, si
es posible juzgar y anticipar su valor, reconocer el esfuerzo para ello, el compromiso
posible de los estudiantes, debatir con ellos los resultados esperados y discutir, una vez
finalizada, la predicción y su relación con los resultados.

2.2 Una lectura original

Es probable que la noticia periodística y la información valiosa la hayamos incluido en


las clases. Pensamos hoy en incluir las lecturas que más nos han gustado. Dedicar un día
del año a las lecturas preferidas. Se trata de un día de clase en que las lecturas se
ordenen y que se puedan incluir de modo tal que no pierdan su sentido. Leer en voz alta
el párrafo y señalar su contexto para que no pierda significado e invitar a los estudiantes
a que cada uno elija alguna poesía, relato, cuento y que de esta manera se despliegue
una clase dedicada a las mejores elecciones personales. Estas lecturas podrían incluir
otros actores ajenos a la clase: padres, abuelos, tíos o algún científico, periodista u otro
profesional al que podamos invitar.

Las lecturas podrían incluir luego debates, análisis, comparaciones, invitaciones a otras
lecturas.

2.3 Las experiencias compartidas

Abrir el espacio al diálogo no siempre es


fácil. Pese a ello su valor es indiscutible a
la hora de pensar en un grupo de
aprendizaje. Conocer y compartir las
experiencias más divertidas, las más
originales, las más atractivas, la anécdota
más sutil o conmovedora crea un clima
en el aula de ayuda, de comprensión
mutua que favorece la asunción de
responsabilidades y el encuentro entre los
estudiantes configurando un espacio más
Bonnard, Paradis estimulante para el aprendizaje. Es
ampliar + posible pensar que cada día se destina un
espacio para que alguien se haga cargo de
la responsabilidad de ese relato o simplemente se parte de la vida cotidiana del aula
permitiendo que libremente se estimulen los relatos o anécdotas cotidianas. Es posible
interrogarnos respecto de cuál es el espacio que nunca abrimos e incluirlo en nuestras
clases como una más de las actividades diarias.

Historias con abuelos, relatos con vecinos, cuentos de la calle, cosas que se nos
ocurrieron o que nos ocurrieron. Seguramente titularlas nos permita encontrar un mundo
rico en relatos diversos que nos ayuden a construir comunidad en las aulas.

En síntesis, nos preguntamos si es posible planear la originalidad o si ella forma parte


del desafío de la profesión docente que, más de una vez, nos hizo acercarnos a
propuestas trilladas o repetidas simplemente porque nos aseguraban el éxito. Desde la
perspectiva que sostenemos no es posible asegurarlo. No se trata de ello, se trata de
reconocer una profesión que está centrada en la preocupación por desarrollar y
desplegar valiosos procesos de aprendizaje a partir de brindar oportunidades desafiantes
para conocer y compartir experiencias valiosas desde una perspectiva humanística y
científica.

Edith Litwin

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