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HISTOLOGIA

Camila Silva Ferreira


Maestro Dalila

Sistema de Havers
Es la unidad anatómica y funcional del tejido óseo. Está constituido por un canal de Havers, alrededor del
cual se agrupan laminillas con lágunas conteniendo células óseas, ya sean osteocitos u osteoblastos. Este
sistema es característico del hueso compacto.
Elementos del sistema de Havers → En el esqueleto humano, el Sistema de Havers es una unidad
estructural y repetitiva que constituye la capa exterior de la masa sólida (un hueso compacto) de los huesos
ya maduros. Estas unidades estructurales también se denominan Osteonas. Las osteonas mejor configuradas
son las que se encuentran en la diáfisis de los huesos largos, donde forman cilindros que recorren la longitud
de la misma (de arriba a abajo). Cada osteona consta de 4 a 20 laminillas concéntricas dispuestas alrededor
de un grupo de vasos sanguíneos, albergados en el interior de un canal central llamado Conducto de
Havers, con su eje longitudinal paralelo al eje longitudinal del hueso. En el interior de este conducto existen
además terminaciones nerviosas amielínicas. Los conductos de Havers se comunican entre sí, con el
periosteo y también con la cavidad medular.
La matriz ósea calcificada está organizada en laminillas. En cada laminilla hay fibras de colágeno y
osteocitos en lagunas dispuestas regularmente. Las fibras de colágeno están muy ordenadas. A pesar de que
cada laminilla tiene todas sus fibras colágenas paralelas, su orientación cambia de una laminilla a la
siguiente. La refringencia de las laminillas de la osteona, observada al microscopio óptico, se debe no sólo a
los cambios de orientación de las fibras de colágeno, sino también a que se alternan laminillas muy ricas en
colágeno con otras más pobres. A su vez, las laminillas están unidas entre sí por fibras colágenas.
En el tejido óseo los nutrientes no pueden difundir por la matriz calcificada porque ésta es totalmente
impermeable, así que el acceso a los nutrientes, procedentes de los vasos sanguíneos, por parte de las células
tiene que tener lugar a través de unos canalículos denominados Canalículos Calcóforos, que parten
radialmente, en todas direcciones, de las lagunas excavadas en la matriz y que permiten que los osteocitos
estén en contacto unos con otros. Los osteocitos introducen por ellos sus prolongaciones citoplasmáticas que
contactan con las de osteocitos vecinos. Las lagunas más próximas a los Conductos de Havers tienen
canalículos a otras lagunas y al Conducto de Havers. No obstante, este sistema de nutrición no puede cubrir
toda la extensión del hueso. Un osteocito no puede vivir a más de 200 μm de un vaso sanguíneo. De ahí la
disposición de las laminillas alrededor de los vasos. En las lagunas más alejadas, los canalículos regresan a la
misma laguna, denominándose Canalículos Recurrentes.

Conductos de Volkmann → En general, las osteonas son cilindros rectos aunque presentan algunas
ramificaciones intercomunicantes con osteonas vecinas. Cada una de estas ramificaciones (túneles) se llaman
Canal de Volkmann o Conducto de Volkmann, y atraviesan totalmente las osteonas poniendo en contacto los
Conductos de Havers entre sí. No están rodeados por laminillas. Por ellos penetran los vasos del periostio y
del canal medular conectándolos con las osteonas. Estos canales tienen un máximo diámetro de 100 um a
200 um.
Sistema de Havers y remodelación ósea → En las osteonas jóvenes, el Canal de Havers es mucho más
grande que en las osteonas maduras. Esto se debe al proceso de remodelación del hueso: los osteoclastos
degradan la matriz ósea de las osteonas maduras, desapareciendo así las laminillas que luego van volviendo a
ser sintetizadas constituyendo las osteonas jóvenes. Los osteocitos presentes en las laminillas destruidas no
mueren sino que pasan nuevamente a osteoblastos, que sintetizan activamente los nuevos componentes de la
matriz (es como si se diese un retroceso en la diferenciación).

Tejido mesenquimal

tejido del
→ "mesenquimático, genéricamente denominado mesénquima es el

organismo embrionario, de tejido conjuntivo


laxo: con una abundante matriz extracelular, compuesta por fibras delgadas y
relativamente pocas células (aunque la celularidad es muy variable).

El tejido mesenquimal procede del mesodermo (la lámina intermedia en el disco embrionario trilaminar)
durante el desarrollo embrionario. El mesénquima es el tejido primitivo mesodérmico del que derivan gran
parte de los tejidos orgánicos. El mesénquima en conjunto es un tipo de tejido conectivo laxo, de
consistencia viscosa, rica en colágeno y fibroblastos. El mesénquima dará lugar —por el proceso de
diferenciación tisular— a vasos sanguíneos y órganos cardiovasculares, músculo liso, mesotelio, sistema
linfático y tejido conectivo propiamente dicho.
De igual manera, está compuesto por una sustancia fundamental muy tenue, con apenas fibras y fibroblastos
activados. El mesénquima hace referencia también a los tejidos de sostén o de relleno que conforman los
órganos, en contraposición al parénquima o tejido principal de un órgano.

Funciones del tejido mesenquimal


Aunque al tejido conectivo se le atribuyen muchas funciones, las principales son:
• Proporcionar soporte estructural.
• Servir como un medio de intercambio.
• Ayudar en la defensa y protección del cuerpo.
• Formar un sitio para el depósito de grasa.

Tipos de tejido mesenquimal


El tejido mesenquimal posee células madre pluripotenciales cuya diferenciación y especialización origina
diferentes tipos de tejidos:
• Los tejidos conectivos en general y todos sus tipos.
• Los tejidos musculares.
• Algunos tejidos epiteliales (endotelio y mesotelio).

Tejido mesenquimal no especializado


Tejido conjuntivo o tejido conectivo: Existe a su vez dos tipos:
Tejido conectivo laxo. Sostiene órganos y epitelios en su lugar, y posee una variedad de fibras proteínicas,
incluyendo colágeno y elastina. Forma el estroma o relleno de los órganos, sobre el que asienta el
parénquima o células que realizan la función característica del órgano.
Tejido conectivo denso. Posee abundantes fibras colágenas, menos flexible que el laxo, pero más resistente a
las tracciones. Es de dos tipos:
Modelado o Regular. Presentan las fibras colágenas orientadas en una misma dirección, este tipo de tejido
lo encontramos en los tendones y ligamentos.
No Modelado o Irregular. Las fibras colágenas están orientadas en diferentes direcciones; lo encontramos
en la dermis profunda, periostio (membrana que rodea la superficie del hueso) y en el pericondrio
(membrana que rodea la superficie del cartílago).
Cicatrizacion de los huesos

→ Cuando se rompe un hueso, los vasos sanguíneos en el interior a la ruptura, causando sangrado y
formación de coágulos. La inflamación local, pero en 24 horas, los extremos de vasijas rotas están
selladas casi por completo la detención de la hemorragia. La región de la fractura está llena de
pedazos de hueso roto y el tejido muerto, que se eliminan por la acción de unas células llamadas
osteoclastos. Ellos fagocitar ("comer" y "digerir"), estos fragmentos. El proceso puede durar
semanas, dependiendo del tamaño de la lesión. Desde las primeras horas después de la lesión,
también entran en juego angioblástica las células responsables de la formación de los vasos
sanguíneos. Dan lugar a los buques nuevos en el hueso de reparación y otros que se separó de la
fractura. Al mismo tiempo, la médula ósea comienza a regenerarse. Compuesta principalmente de la
sangre y la grasa, se queda dentro del canal medular del hueso, que está siendo ocupado por nuevas
células. La reconstrucción ósea en sí se lleva a cabo a partir de dos muy vascularizado membrana, el
periostio y endostio. Mientras que el periostio rodea completamente el hueso, el endostio es una
capa delgada que recubre el interior. Tanto el periostio y endostio tienen la capacidad de producir
células llamadas osteoblastos, que dan lugar a los huesos. Uno o dos días después de la fractura, los
osteoblastos han comenzado a invadir el interior y la superficie del coágulo. La deposición de los
osteoblastos en el sitio de la fractura conduce a la formación de callos, que surge ya sea externa o
internamente. Mientras tanto, el coágulo se reduce porque las células que forman siguen siendo
"devorado" por los osteoclastos. Dentro de dos semanas, el callo también formado por tejido fibroso
y cartílago, puede unir los extremos de la fractura en la parte intacta del hueso. En seis semanas, el
deseo desaparece. La siguiente fase, que puede durar meses, es la consolidación, se produce cuando
la calcificación del hueso. El calcio, que confiere resistencia a los huesos y llega al torrente
sanguíneo para ayudar a reparar el daño en su lugar. La etapa final y más larga de la regeneración
ósea - puede tomar hasta diez años - es la remodelación. Los osteoclastos atacar de nuevo ", lijar" la
superficie del hueso para reducir el callo. Al final, la zona de la fractura, que hasta entonces había
permanecido más susceptibles a la rotura, vuelve a tener la fuerza como antes.

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