Professional Documents
Culture Documents
2
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
Dedicatoria y agradecimientos:
A mi Madre, por su amor sin límites. A mi Padre con mucho cariño, otro tiempo le
habría sido muy útil. A mis hermanos; a Rodrigo, por su alegría y compañía, a Anita, pues
siempre ha sido un apoyo para todos, especialmente para mí, a Cecilia, pues su opinión
‘lateral’ siempre ha sido gratificante. Gracias a los tres, porque con ellos me siento querido
y protegido. A mi Abuelo Manuel, por su esfuerzo y por los ferrocarriles, que tanto
gustaron a Neruda y a mi hermana Anita. A mi abuela Elvira, por mostrarme, con sus
lágrimas de mujer engañada, que el (falo) logocentrismo occidental es deseable y necesario
rebasarlo, también me enseñó a ver la hora. A mis tías Selva, Clara y Eliana, su esfuerzo,
solidaridad y entrañable cariño, ha hecho de cada uno de sus ‘hijos’ mejores individuos. A
mis tíos Ismael y Sebastián, por su andar y hablar campesino. A mis amigos Juanito,
juanito, Cristián y Félix, por su conversación y paciencia. A ‘lucho’ Poblete, por la
adolescencia y el fútbol. A Scarla, por todo el tiempo y apoyo que compartimos. A unos
personajes nuevos y maravillosos que han entrado en mi vida; a mis sobrinitas Natalia y
Magdalena, a mi sobrino Luciano, también a Laura y a Camila. Finalmente, a Paulita, mi
niña, desde que está conmigo, cada día empieza y termina con ella, con ella y por ella todo
lo real-existente deviene en el sentido y; a Fernando, mi amado amigo-hermano, que está en
el cielo de mis recuerdos, como una ‘huella’, desde donde se irá sólo en el momento de mi
devenir-en sí. Muerte, maldita muerte te lo has llevado, pero no te alegres tanto muerte,
pues cuando llegues ya habrás muerto.
3
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
ÍNDICE
RESUMEN…………………………………………………………………………………3
INTRODUCCIÓN…………………………………………….……………………………4
1.- SIGNOS………………………………………………………………….………….…47
2.- ESPEJOS……………………………………………………………………..………..54
3.- SIMULACIONES………………………………………………………………
4.- SEDUCCIONES……………………………………………………………….
5.- CRÍMENES…………………………………………………………………….
CONCLUSIONES…………………………………………………………………..
ANEXOS…………………………………………………………………………..
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………
4
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
RESUMEN
5
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
INTRODUCCIÓN
6
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
metafísico. Para ello se expondrán, de manera sumaria, las principales reflexiones y críticas
realizadas por dicho autor a esta particular constitución. Junto con ello se expondrá, en lo
fundamental, las aportaciones y profundizaciones que Jacques Derrida realiza en torno a lo
occidental, en particular sus aportes en lo relativo al lenguaje y el logocentrismo;
destacando, también, las opiniones críticas a estos discursos realizadas, sobre todo, por
Jürgen Habermas. Lo relevante que intentaremos resaltar en este primer punto de la primera
parte dice relación con los discursos de constitución de lo occidental a partir de
determinados relatos que permiten la composición de verdaderos espacios epistémicos que
han servido de fundamento y legitimidad a lo occidental a través de su historia.
Un segundo encuentro de lo posmoderno será con la ‘época moderna’, para ello se
describirán las principales críticas que el debate contemporáneo realiza de la modernidad,
como una época deseable de ‘superar’ o ‘rebasar’, de ahí el título que lleva este punto que
se denomina el ‘rebasamiento de lo moderno’. En este sentido lo posmoderno se entenderá
como una particular ‘condición’ o ‘clima’ de época que tiende a distanciarse de lo moderno
y que se encuentra en pleno proceso de despliegue y constitución. Este segundo encuentro
nos servirá para realizar la descripción del tercer encuentro que lo posmoderno tiene en lo
contemporáneo, entendido éste, desde el punto de vista socio-analítico, como la tercera fase
de expansión del capitalismo, es decir, lo posmoderno se observará como el clima que
caracteriza en lo cultural dicha expansión; de esta manera dicho clima se concebirá como
una manifestación del despliegue capitalístico en las sociedades actuales, el cual
evidentemente consta de características que lo hacen diferenciarse de otros momentos de
expansión capitalista, los cuales han constituido sus propios climas o condiciones culturales
de época. Por ello este punto recibirá el nombre de ‘posmodernidad y capitalismo’. Estos
tres puntos componen la primera parte de esta tesis y su descripción nos permitirá dar, de
manera resumida, los contextos sociales y reflexivos desde donde se enmarca y despliega el
‘modo de vida contemporáneo’ de lo occidental, en el cual situaremos el trabajo socio-
analítico de Jean Baudrillard, en la medida que su práctica analítica ha sido parte relevante
de la reflexión que ha permitido realizar las diversas diferencias que lo posmoderno
despliega con relación a lo moderno.
7
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
La segunda parte de esta tesis tiene, por así decirlo, una doble intencionalidad. Por
un lado busca establecer las relaciones que los trabajos de Baudrillard tienen con una
reflexión que podemos denominar de tipo posmoderno. Para ello, cada vez que se encuentre
un aspecto relevante y que produzca afinidad con los contenidos desplegados en la primera
parte de esta tesis, se destacarán y analizarán con más detalle. Luego, como segunda
intencionalidad, buscaremos reflexionar de modo analítico sobre cinco conceptos que
afectan, de manera diversa, a una epistemología que se puede construir a partir de una
teoría social crítica en la posmodernidad, para cada uno de ellos recurriremos, sobre todo a
trabajos específicos de Baudrillard, que nos permitirá encontrar una argumentación
suficiente para dar cuenta de dichos conceptos y la importancia que implican para una
analítica socio-analítica de lo contemporáneo. El primero de estos conceptos será el de
‘signo’, en específico, la aplicación que Baudrillard realiza para criticar, de manera todavía
inicial, los contenidos que, de la economía política -sobre todo de orientación marxista- se
realizan. Se destacará, sobre todo, el papel preponderante que el autor realiza para mostrar
como lo económico ‘agrega’ un nuevo valor a los que la tradición marxista había
establecido, como son el valor de uso y el valor de cambio. Pues, como el mismo
Baudrillard planteará, la verdad desde hace tanto tiempo reconocida en el sector de la
producción económica, de que en ninguna parte aparece ya el valor de uso, debe ser hoy
reconocida en la esfera del ‘consumo’ y del sistema cultural en general como valor de
cambio y, sobre todo, como una lógica del valor/signo1. Un segundo concepto, que se
desprende del trabajo anterior, será el de ‘espejo’; todavía en el marco de la crítica a las
concepciones marxistas en boga, tal vez aceptadas demasiado acríticamente en ese tiempo.
Baudrillard desplegará, en esta reflexión, sus planteamientos que lo distanciarán con mayor
fuerza del marxismo, pues el autor denuncia la utopía de la redención del hombre a través
del trabajo para llegar en un esfuerzo incierto a ser el ‘hombre total’, pues esto es, para
Baudrillard, un engaño, que está presente bajo otro signo dentro de la sociedad capitalista,
la cual ha devenido, en ese momento, en una sociedad del consumo. Todavía
encontraremos acá cierto indicio ‘moderno’ en Baudrillard en la medida que en este trabajo
1
Para el análisis de este concepto recurriremos, sobre toda, a Baudrillard J.: Crítica de la economía política
del signo. Editorial Siglo XXI, Madrid, 1999.
8
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
9
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
10
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
separados, sólo para permitir un mejor análisis, en aquellos que sitúan preferentemente su
reflexión en el debate modernidad- posmodernidad; otros que destacan por resaltar los
contenidos teórico-epistemológicos de dicho debate, y, los terceros consistirán en los textos
seleccionados de Jean Baudrillard. Sobre todos ellos se llevó a cabo el análisis que permitió
la construcción argumentativa más adecuada para favorecer la resolución de los objetivos
planteados en esta tesis. El segundo componente será la construcción socio-analítica que el
investigador realiza del complejo acoplamiento que se establece entre las lecturas
realizadas, sus vivencias, su análisis y su opción enunciativa, lo cual constituye la
‘diferencia’ o ‘diferencia’ que permite establecer la ‘autoría’, siempre por acoplamiento y
flujo con otros enunciados, de dicha reflexión constituida en tesis. Por último, el tercer
componente, será el contexto del investigador, el cual se sitúa en la sociedad chilena y, en
específico, en la ciudad de Concepción. Esto no implica que el análisis no traspasará lo
vivencial cotidiano, sino que se establece claramente en los marcajes y contextos que al
investigador lo constituyen, lo condicionan y lo determinan (por lo menos en parte). Este
entramado fue sometido a una construcción material-discursiva que permite ofrecer el
producto, convertido en tesis, al cabo del tiempo de trabajo dedicado a su construcción.
11
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
7
Se habla de socio-analítico, para nombrar a un concepto que acopla lo social con lo analítico, en la medida
que la acción de uno, cualquiera de ellos, afecta dicho acoplamiento, y el resultado que se produce de dicha
relación, con lo cual se desea mostrar que la separación tajante entre la ‘idea’ y la ‘materia’, lo ‘real’, lo
‘aparente’ o lo ‘virtual’, es discutible. Lo cual debería afectar a las formas tradicionales de producir y
concebir el saber.
8
Ver Jameson F.: Teoría de la postmodernid@d. Editorial Trotta, Madrid, 2001.
9
Como Gianni Vattimo lo conceptualiza en El fin de la modernidad. Editorial Gedisa, Barcelona, 2000.
12
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
desde lo posmoderno es que se han acabado las esperanzas para ‘el hombre’, pues ya no le
quedarían ninguna del tipo metafísico-moderno, en donde encontrar respuestas al propio
‘sentido’ o ‘significado’ de la vida humana, entendida ésta como se ha constituido desde lo
metafísico hasta lo contemporáneo, o sea, básicamente como vida del ‘ente’, pues este
último no tendría, en sí mismo, ningún otro sentido más que ‘aparecer’ y nuestra presencia
-como Ser que ‘ilumina’ dicho aparecer- se limitaría a un suplemento lingüístico
experiencial y cognitivo inexplicable -¿todavía?- que se pliega, se acopla a determinadas
funciones biológicas, químicas y físicas (y seguramente otras todavía no consideradas como
base de la vida); suplemento que, precisamente, permite y posibilita dar cuenta de lo real-
existente. Es así que las diferencias actualmente en curso debilitan las explicaciones
tradicionales modernas, sobre la base que el ‘fondo’ epistémico, experiencial y cognitivo
desde el cual se legitimaba nuestra existencia aparece cuestionado en los más diversos
planos constitutivos de lo real, con lo cual se establece una apertura desde el discurso
posmoderno que, estableciendo múltiples conexiones y diferencias socio-analíticas, que van
desde los discursos epistémico constitutivos hasta los socio contextuales de lo occidental,
se realiza en relación con lo contemporáneo.
13
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
Veamos el siguiente párrafo que tiene que ver con la ‘constitución de lo occidental’
y que se plantea precisamente en la insistente necesidad de encontrar respuestas adecuadas
a las actividades socio-analítica humanas. El planteamiento se despliega desde la actividad
filosófica y la entrega Platón que, interpelando textualmente a Sócrates sobre esto, ‘lo hará
responder’ que dicha búsqueda -la de los filósofos- consiste en que ellos buscan:
“(…) aquello con lo que todas las cosas bellas son bellas, de la misma manera que todas las cosas
grandes son grandes por el hecho de sobrepasar; pues, todas las cosas son grandes por esto, y aunque no lo
parezcan, si exceden de la medida, son necesariamente grandes. Siguiendo este razonamiento, ¿qué sería lo
bello, con lo que todas las cosas son bellas, lo parezcan o no? No podría ser lo adecuado, pues las hace
aparecer más bellas de lo que son, según tus palabras, y no permite que aparezcan según son. Hay que
intentar decir qué es lo que hace que sean bellas, como acabo de decir, lo parezcan o no. En efecto, es esto lo
que buscamos, si buscamos lo bello”11.
Esta búsqueda de ‘lo bello’, junto con el despliegue de relatos que intentar dar
respuesta a la existencia de lo real se realiza desde un contexto socio-analítico que nos
constituye en la medida que se despliega como espacios epistémicos que se han ido
consolidado, con sucesivas resignificaciones en su interior, desde la Grecia clásica en
adelante, los cuales, pese a las diferencias y críticas que se han establecido con dichos
espacios epistémicos, no han dado cuenta, posiblemente hasta Heidegger, de las múltiples
consecuencias que esto produce en el ‘modo’ de vida occidental12. Por ello cuando decimos
que estamos transitando a una condición distinta a la moderna, pero que, al mismo tiempo
se pone en entredicho la propia constitución de lo occidental, qué estamos diciendo
realmente; estamos señalando que las bases de dichos espacios epistémicos -lo metafísico,
10
Occidente entendido desde los supuestos que establece lo filosófico y la analítica social, que siendo
relevante, en cuanto a la posibilidad que juegan dichas narrativas en la constitución de lo real-existente, no es
evidentemente todo lo que se dice de occidente.
11
Platón (2000): Hipias Mayor. En Diálogos (tomo I). Editorial Gredos, Madrid, (de 294ª hasta 294 c) página
292. Termina el enunciado esta hermosa retórica, lo cual permite establecer una serie de problemas posibles
de analizar junto con la crisis de lo moderno.
12
Siendo ‘lo occidental’ algo en sí mismo no estrictamente unitario, pero en el cual se puede apreciar una
continuidad constitutiva de los diversos espacios que ha constituido.
14
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
Schelling y Hegel”14. O sea, dicha tradición transita sin demasiados problemas hasta Hegel
tratando de argumentar a favor de la existencia de ‘Ideas en sí’, esencializadas y
substancializadas, las cuales posibilitarían la búsqueda de encontrar algo como lo
‘verdadero’, o, por lo menos, algo ‘verosímil’, las cuales operarían desde un lugar diferente
de lo material. Pero establezcamos de inmediato lo atractivo de la argumentación platónica,
pues para dar cuenta de una Idea en sí, y por lo tanto, de la Idea verdadera y trascendente,
que es única y habita en un mundo ininteligible, suprasensible, se va a requerir de una
sustancia distinta a la corporalidad, a la materialidad de lo corporal, para llegar a ella. A lo
sumo será el hombre sabio, el filósofo, el que puede prepararse para tratar de, en algo,
conducir su vida hacia dichas Ideas en sí, para que, en ese momento tan preciado y a la vez
13
En el sentido que Vattimo lo utiliza. Para ello ver Vattimo G., Rovatti A. (eds.): El pensamiento débil.
Editorial Cátedra, Madrid, 1988.
14
Habermas J.: Pensamiento Postmetafísico. Editorial Taurus, Madrid, 1990 página 39.
15
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
necesarias para la objetividad de los juicios sintéticos universales”17. El mismo Habermas señala, en
varios momentos, que esta tradición se ve cuestionada por diversos flancos y relaciona, tal
vez de manera un tanto apresurada y desde un punto de vista particularmente crítico con el
despliegue de lo posmoderno, la ruptura con la tradición metafísica que le antecedió 18 con
los planteamientos que desde el ‘pensamiento postmetafísico’, el ‘giro lingüístico’, el
‘carácter situado de la razón’ y la ‘superación del logocentrismo’ se pueden encontrar en la
15
Elocuente diálogo que presenta esta situación es La apología a Sócrates, en Platón: Apología. Diálogos,
Tomo I, editorial Gredos, Madrid, 2000.
16
Habermas J.: Pensamiento…/ Op. Cit., Páginas 155 y 161.
17
Ibíd., Página 23.
18
Señalo cierto apresuramiento en la medida que el dar cuenta de lo metafísico no establece en sí mismo la
superación de ésta. Heidegger dirá que apenas se han establecido las preguntas adecuadas frente a la
metafísica, pero parece ser que ello no basta para ‘dejarla atrás’, en la medida que los espacios epistémicos
constituyen sus nuevos relatos no tanto en rupturas como en ‘pliegues’ de significación. Cuestión que
veremos más adelante.
16
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
reflexión contemporánea19. Cabe señalar, eso si, que su crítica apunta más al
cuestionamiento de la razón moderna que, desde diversos lugares se ha realizado, más que
a lo metafísico, pues su argumentación ha buscado encontrar en ‘el proyecto inacabado’ de
la modernidad una especie de tabla de salvación argumentativa a dicha época.
Será contra la ‘visión de mundo’, consolidada en lo metafísico, que reaccionará
Heidegger, produciendo una diferencia elocuente con relación a la reflexión que le
antecedió, por fijarla en algún punto, hasta Hegel, pues establecerá su reflexión y crítica a
partir de lo que el denomina la pregunta fundamental de la metafísica, la cual interroga
precisamente el espacio epistémico de lo occidental al enunciar el “¿Por qué es el ente20 y no
más bien la nada? Esta es la pregunta. Probablemente no es una pregunta cualquiera. ¿‘Por qué es el ente y no
más bien la nada?’ es, al parecer, la primera de todas las preguntas”21. La primera de todas las
preguntas desde la constitución de lo metafísico, de Parménides en adelante, que bajo la
‘iluminación’ de la Grecia clásica establece los primeros relatos de la existencia de lo real,
realizados desde el ‘olvido del ser’, se constituyen en una estructura ideal de categorías
esencializadas que se hallarían en un lugar suprasensible ‘de lo que brota en y desde sí
mismo’ -el ente- substancializado en las ‘Ideas en sí’ accesibles en el relato griego al alma
y no al ser, de esta manera “el ser vivo constituido de tal y tal modo, su naturaleza, el qué y el cómo de
su ser, es en sí mismo metafísico: animal (sensibilidad) y rationale (no sensible). Metido de este modo dentro
de los límites de lo metafísico, el hombre queda adherido a la diferencia no experienciada entre el ente y el
ser. El modo de representar humano, metafísicamente marcado, en ninguna parte encuentra otra cosa que no
17
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
éste último- no ha impedido que se pregunte desde algún lugar, que para los griegos era
diferente al puro devenir23, por ello este ser indiferenciado fue elevado -en tanto Idea- a un
lugar suprasensible “(…) Así se abre el abismo (…) entre el ente sólo aparente aquí abajo y el ser real en
algún lugar de allá arriba, que es el abismo en el que se instala luego la doctrina cristiana redefiniendo al
mismo tiempo lo inferior como lo creado y lo superior como el creador”24. Si consideramos esto,
podemos apreciar, a lo menos, dos consideraciones relevantes. Por un lado, la
resignificación cristiana y, en general, de los discursos de lo religioso occidental, los cuales
se apropian de la posibilidad de la trascendencia extramundana para el individuo, con la
consiguiente hegemonía de las respectivas instituciones de lo religioso en torno de la
‘correcta’ interpretación para el pasaje de la otredad -el alma, el espíritu, la conciencia- al
‘más allá’. Consideremos que en la apología a Sócrates, Platón nos señala, frente a la
proximidad de la muerte de su maestro, que eventualmente frente a esta situación caben
dos posibilidades; Una consistiría en la desaparición ‘absoluta’ del ser, no del ente en tanto
lo que brota en sí mismo, por lo cual deviene y sigue su curso -cualquiera sea éste-;
evidentemente si esto es así, entonces nada importará, pues no tendremos ninguna
posibilidad de realizar una reflexión después de la muerte, el ser del ente, por así decirlo,
no nos acompañará al más allá; pero cabe otra alternativa, pues si hubiera ‘algo’ más allá,
distinto al puro devenir-en sí, si existiera algo diferente y el ser de alguna manera pudiera
‘transmutarse’ a ese más allá y, en ese sentido, ‘trascender’ a la muerte, evidentemente es
mejor estar preparado para ese momento, de ahí la potencia de dicho argumento. Como sin
duda esta explicación no permite el ‘alivio’ de la angustia existencial de la desaparición del
ser del ente en el devenir en sí de lo real-existente, se pliega la explicación y busca una
respuesta que aunque no se ubique desde lo religioso, despliega la nueva explicación en la
posibilidad del ser de vivir en el rebote de la pregunta por el preguntar25, o sea de habitar,
también, en el rebotar que se produce en la reflexión acerca de lo real existente desde el ser
en sí mismo, pero que, al hacer esto, constituye esta nueva posibilidad -hasta Hegel-
23
Para esta diferenciación Heidegger dirá que “Mirando desde el pensar judicativo, que siempre parte de algo
permanente, el devenir aparece como lo no-permanente. Dentro de lo materialmente existente y disponible, lo
no-permanente se muestra, al comienzo, como un no permanente en el mismo lugar”. Heidegger M.:
Introducción…/ Op. Cit., página 176.
24
Ibíd., página 101.
25
Para una reflexión acerca de esto ver Heidegger M.: Introducción…/ Op. Cit.
18
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
acontece, o sea, que llega a ser, está allí según esta conexión constante; esto es lo que impera” 28. Para el
relato griego lo que se enuncia se hará primordial para el entendimiento, debido a esto se
vuelve relevante el poder de acatar el logos y sus determinaciones, pues es lo que permite
el ajustar, lo que permite el preguntar por el preguntar, con lo cual “El decir y el escuchar sólo
son auténticos cuando se orientan ya de antemano en el ser, en el logos. Sólo allí donde él se manifiesta, la
26
Ibíd., página 118.
27
Ibíd., página 147.
28
Ibíd., página 120.
29
Ibíd., página 124.
19
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
ello sobre el ente; pero no sólo sobre el ente, sino también y ante todo, sobre el ser”30. El predominio del
logos logrará que al final se imponga la ‘Idea’ como modelo e idealidad, con ello el ente
‘auténtico’ tendrá que ser necesariamente dicha Idea, o al menos el ajuste a ella, entendida
dicha Idea ahora como prototipo ideal, en esa medida toda apertura del ente, que se realiza
a través del logos, debe plantearse la identificación con dicho modelo ideal y orientarse
según la Idea, es decir, se consolidará la noción del percibir como representación, cuestión
de una gran relevancia si consideramos que nuestras referencias al ser siguen, en gran
medida, determinadas por esta situación, la cual se conceptualizará -sobre todo a partir de
Derrida- como logocentrismo, en la medida que el predominio del logos se establece como
‘pensamiento ajustado’ de acuerdo a una substancialización prototípica de la Idea y del
lenguaje como la posibilidad de representación adecuada a ella. Para tener la posibilidad de
desplegar dicha representación se ubica en el ‘pensamiento’ o en la ‘mente’, la condición
necesaria que permite al logos consolidar su hegemonía, para ello se hará necesaria la
separación -binaria-, de lo externo y lo interno al ser -de la Idea y la materia-, la cual
encontrará su asidero fundamental en este espacio de diferencia. Esta separación
encontrará diversos nombres, pero en lo fundamental sigue primando la esencialización de
ese ‘algo’ interno que tiende a trascender lo puramente material, y sitúa en una entidad
abstracta y escindida del ser, las respuestas que justamente a él conciernen. Por ello
resultan interesantes las observaciones críticas que Rorty se plantea al respecto cuando
señala que “(…) lo único que llegaremos a saber sobre nuestros semejantes (si los tenemos), podemos decir
ahora con tristeza, es su conducta y su posición social. Nunca sabremos lo que ocurre en su interior, si es que
hay realmente algo allí dentro”31, con ello, cierto privilegio epistémico que permitiría hacer una
diferencia entre dos campos de conocimiento del ser encuentra dificultades al seguir
desplegándose como tal sin hacer una revisión de sus postulados y empieza a aparecer la
sospecha de que “(…) lo que llamamos intuición sobre lo que es mental quizás no sea más que nuestra
30
Ibíd., página 168.
31
Rorty R.: La filosofía y el espejo de la naturaleza. Editorial Cátedra, Madrid, 2001, página 106.
32
Ibíd., página 29.
20
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
conocimiento que se dan en la ciencia, en la moralidad, en el arte o en la religión. Trata de hacerlo basándose
33
Ibíd., página 13.
21
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
que sirven para reproducir la vida social”34. Por ello el ordenamiento socio-analítico del espacio
conforma un marco para la experiencia por medio del cual aprendemos quiénes y qué
somos en lo social, en la medida que “(…) Las prácticas materiales espaciales designan los flujos,
transferencias e interacciones físicas y materiales que ocurren en y cruzando el espacio para asegurar la
producción y reproducción social”35, Esto a pesar que el espacio ha sido naturalizado y tratado
como un mero hecho de lo natural, cuando, en cierta forma, es más complejo que el tiempo
en la medida que “(…) tiene dirección, área, forma, diseño y volumen como atributos clave, así como
34
Harvey D.: La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural.
Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1998, página 228.
35
Ibíd., página 244.
36
Ibíd., página 227.
22
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
“Es necesario representar más bien el dominio de la episteme moderna como un espacio voluminoso
y abierto de acuerdo con tres dimensiones. Sobre una de ellas se colocarían las ciencias matemáticas y físicas,
para las cuales el orden es siempre un encadenamiento deductivo y lineal de proposiciones evidentes o
comprobadas; en otra dimensión, estarían las ciencias (como las del lenguaje, de la vida, de la producción y
de la distribución de riquezas) que proceden a poner en relación elementos discontinuos pero análogos, de tal
modo que pueden establecerse entre ellos relaciones causales y constantes de esa estructura (…) En cuanto a
la tercera dimensión, se trataría de la reflexión filosófica que se desarrolla como pensamiento de lo Mismo
(…)”37.
37
Foucault Michel: Las palabras y las cosas. Ed. Siglo XXI, Madrid, 1995, páginas 336 y 337.
23
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
de definir los elementos ‘eternos e inmutables’ que pueden residir en él”38, esto lleva a decir a dicho
autor en su reflexión que esta situación hace posible que los sentimientos “(…) modernistas
hayan sido socavados, reconstruidos, superados o evitados, pero no hay certidumbre acerca de la coherencia o
el significado de los sistemas de pensamiento que pudieron haberlos reemplazado. Esta incertidumbre vuelve
particularmente difícil la evaluación, interpretación y explicación del cambio, del que nadie duda” 39. Lo
posmoderno da cuenta precisamente de esto, de la ausencia de fundamento, pero no para
reemplazar la socio-analítica moderna por otras plenas de certidumbres, pues lo que
evidencia en lo contemporáneo dirá Rorty “(…) no es si el conocimiento humano tiene de hecho
‘fundamentos’, sino si tiene sentido sugerir que los tiene -si la idea de que la autoridad epistémica o moral
tenga una ‘base’ en la naturaleza resulta una idea coherente”40.
Diferentes autores tratando de llevar a cabo su reflexión desde un plano, por así
denominarlo, no metafísico, se han planteado la pregunta por el Ser y la existencia.
Jameson, por ejemplo, enuncia una radical postura al reflexionar y argumentar sobre las
categorías de lo externo y lo interno, señalando que “(…) hay más cosas en juego que la mera
oposición entre lo abstracto y lo concreto -la diferencia entre intelectualizar y ver, entre la razón o el pensar y
la percepción concreta-. Aun así, sería paradójico tamatizar este concepto de imagen intelectual en términos
de la memoria (la oposición entre la memoria de una cosa y la percepción de una cosa), cuando tanto la
memoria personal como la colectiva son hoy funciones en crisis a las que cada vez es más problemático
apelar”41. Serán precisamente estas funciones en crisis lo que en gran medida lo llevará a
pensar, por un lado, el presente posmoderno como esquizofrénico y, por otro, a desplegar
la ‘envoltura’ como una posible analítica que origina diferencias de un orden diferente,
posmoderno. En su intento de poner la máxima distancia y diferencia, o sea, tratando de
situar su enunciación, en categorías espacio-temporales no afines con lo metafísico, dice,
hablando del concepto de ‘imagen intelectual’ de Macrae-Gibson, pero también
enunciando -tal vez de manera lateral- una opinión en torno al ‘sujeto’ y la relación que
éste establece con lo real-existente, que dicha en relación se trata de: “la percepción por la
máquina -formulación ésta que intenta ser un poco más fuerte que la idea más aceptable de la percepción
38
Harvey D.: La condición de…/ Op. Cit., página 61.
39
Ibíd., página 59.
40
Rorty R.: La filosofía y…/ Op. Cit., página 168.
41
Jameson F.: Teoría de la…/Op. Cit, , página 149
24
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
mediada por la máquina-. Y es que la percepción corporal es ya una percepción realizada por la máquina
física y orgánica, pero durante una larga tradición la hemos considerado como un asunto de la conciencia- la
mente que se enfrenta a la realidad visible o el cuerpo espiritual de la fenomenología que explora al propio
bien es sabido que Luhmann toma de estos autores muchos de sus enunciados para su
propia teoría ‘sistémica’ de lo social. Por otro lado, para Maturana y Varela, la vida social
-del hombre, o de la especie humana-, tiene su ‘base’ en la emoción, pues primero la
máquina siente y/o percibe y luego racionaliza46. Vemos como dichos autores le atribuye
ambas posibilidades, pues el percibir, para una tradición -también en biología- forma parte
de los ‘sentidos’, es una máquina más (el sistema nervioso) acoplada de manera
42
Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 150.
43
Véase lo cerca que está de Deleuze y Guattari en cuanto se trata para estos autores de ‘máquinas deseantes’.
Ver para ello El anti-edipo: capitalismo y esquizofrenia. Ed. Paidós, Barcelona, 1985. Sobre todo de la
página 11 a la 54.
44
Ver para ello de Maturana H., Varela F.: El árbol del conocimiento. Editorial Universitaria, Santiago de
Chile, 1994.
45
Ibíd., página XX.
46
En este caso, la racionalización es vista como una opción que corresponde al espacio de lo occidental
contemporáneo.
25
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
autopoiética, como dirían el propio Maturana y Varela, con otras máquinas que se ‘cierran’
o se ‘pliegan’ de tal forma que permiten la autogeneración energética y funcional, con la
sólo limitación que se establece, de modo ontogenético, con el tiempo de vida posible que
posee cada especie en específico para la realización de variados tipos de intercambios,
entre ellos el lenguaje; pero dicho cierre o pliegue, siendo funcional y estructural, no
impide la ‘conexión’con lo que llamamos el ‘entorno’, lo que estaría ‘más allá’ de nuestra
corporalidad sistémico-estructural autopiética, por lo menos en el plano de lo real-
observable, que es en el que habitualmente se sitúa la mayoría de dicha especie. Dicha
analítica acerca de la máquina -autopoiética- es radical al evitar, la metafísica de lo ‘real’ y
lo ‘aparente’, pues ‘la máquina’ siente y/o percibe, no hay separación en sí entre realidad y
apariencia; como tampoco entre Idea en sí y lo material, sólo es analítica, no metafísica, de
ahí la necesidad de eludirla, en lo posible. Es más, dicha máquina es la conjunción de
múltiples máquinas, que incluso tienen distinto origen ontogenético y no percibe tan sólo
de una manera o por un ‘solo sentido’, hay múltiples y diversos modos de percibir el
entorno, obviamente algunos los reconocemos como más evidentes, de ahí la hegemonía
del logos, que de alguna manera es la hegemonía funcional que constituye el sistema
nervioso central para Maturana y Varela en el ser humano, sobre el resto de sistemas que
operan en el individuo; pero lo interesante de su propuesta es que ellos despliegan a ‘los
otros’; destacando de manera acentuada al sistema endocrino, por su enorme versatilidad e
importancia para la autopiésis de la vida humana. También van a mostrar que la percepción
que consideramos más evidente, real, medible y comprobable, permanentemente se nos
escapa y la ‘representación’ que hacemos de ella siempre es ‘una para nosotros’. Ésta
muchas veces es compartida, pero, las ‘cosas’, de todo orden, sobre todo las perceptibles y
visibles, que tienden a ser las más ‘seguras’ a nuestra ‘captura cognitiva’, no son
necesariamente como las vemos, pues, precisamente, es, como dice Jameson, ‘percepción
por la máquina’ y no ‘mediada por la máquina’. Tan radical resulta esto que, incluso, eso
evidente y no cuestionado, como los colores por ejemplo, son, para Maturana y Varela, de
una determinada manera no sólo porque se conceptualiza y homogeniza una opinión
mayoritaria acerca de ellos; sino que además la existencia de un color específico y de los
colores en general, ocurre porque se comparte la posibilidad de percibir un determinado
26
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
espectro electromagnético, que nos permite reconocer aquí un rojo, allá un azul; pero, lo
relevante que muestran dichos autores, a través de una serie de experiencias realizadas en
laboratorio, es que lo que nos llega finalmente como ‘información’ al sistema nervioso
central, y que el logos o razón permitiría ajustar como representación, y que se nos
presenta incluso como algo tan ‘evidente’ como los colores, es una ‘imagen visual’ que se
‘invierte’ y, a veces, ‘cambia de tonalidad’ antes de llegar al ‘centro’ nervioso, que
finalmente la ‘distribuye’ como lo real-existente. Por lo tanto, si hay una ‘mediación por la
máquina’ y es de esta manera, aparece la pregunta acerca del cómo se organizan dichas
percepciones plurales que constituyen lo real-existente para lo individual y colectivo del
‘ser autopiético’, que fluyen y circulan desde las múltiples máquinas acopladas
constituyentes del ser humano como una entidad en sí, separada en parte, estructural y
funcionalmente del entorno.
Sea que ésta sea una maquínica47 ‘deseante’ (Deleuze y Guattari), ‘percibiente’
(Jameson) o ‘autopiética’ (Maturana y Varela), lo importante es que se comparte la
apreciación de una base maquínica en la constitución del Ser, en tanto analítico y
desplegado, aunque no enteramente separado, de lo contextual. Pero hay una cosa más, dirá
Jameson, citando a Jacques Derrida48, pues si suponemos que “(…) no hay tal cosa como la
percepción, en ese sentido; supongamos que es una ilusión imaginarnos a nosotros mismos ante un edificio
en el proceso de captar sus unidades de perspectiva como si fuera una imagen-cosa gloriosa: la fotografía y
los diversos mecanismos de registro y proyección revelan ahora súbitamente, o descubren la materialidad
fundamental de aquel acto de visión que antes era espiritual” 49. O sea, la maquínica deseante y/o
percibiente, realiza una acción más, pues también registra y, de alguna manera, de ese
registro, queda una ‘huella’, una ‘impronta’ de lo registrado que siempre aporta algo
diferenciado o algo ligeramente distinto de la ‘cosa en sí’, pues aporta algo como una
imagen, que funciona como una diferencia socio-analítica, a pesar de la posibilidad que
todo sea ilusorio, pues como dirá Rorty, “(…) las sensaciones son sólo apariencias. Su realidad se
agota en lo que parecen. Son puros pareceres. Todo lo que no es apariencia (…) es meramente físico -es
47
O sea, una máquina en funcionamiento autopiético, ‘armónicamente descentrada’.
48
Cuyos textos sobre lo metafísico, lo binario y, sobre todo lo logocentrismo, entre otros temas, los
encontramos sobre todo en ‘La diseminación’, ‘De la gramatología’, ‘La escritura y la diferencia’, ‘La
deconstrucción de las fronteras de la filosofía’ y ‘Tarjeta postal’.
49
Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 150.
27
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
decir, es algo que puede aparecer de distinta manera a como es”50. Derrida llamará al ‘registro de la
máquina’ como el ‘suplemento’, el cual funciona de un modo enunciativo-analítico, pues
se despliega haciendo diferencias, dicho suplemento es evidentemente el lenguaje.
Derrida llamará la atención sobre la hegemonía que ha desplegado la tradición del
fonocentrismo, sobre todo hasta Saussure51. Éste será, para Derrida, uno de los precursores
del logocentrismo, en la medida que existe el supuesto acerca de que lo oral (fono) prima
sobre lo escrito (grama), por estar más cerca del momento ‘esencial’ y primordial del
lenguaje. Así, lo oral tendría el privilegio de estar ubicado y constituido desde donde éste
arranca, desde donde tiene su origen, lo cual permitiría situarlo como la expresión más
verdadera de dicho lenguaje. Será, precisamente debido a ese supuesto que considera la
posibilidad de concebir un momento originario como un posible fundamento de la
condición del individuo que es lo que cuestionará Derrida, pues si asumiéramos esto, el
lenguaje escrito no sería más que ‘representación’ del oral en la medida que se considera a
éste último como un momento originario, de esta manera lo escrito tendería a ajustarse a lo
oral, de una manera similar a como el pensamiento adecuado se debería ajustar al logos, a
la razón contemporánea. La crítica de Derrida no se detiene y llega a plantear que no existe
nada exterior o fuera del texto; ni siquiera lo que el logocentrismo denomina ‘autor’, pues
no es posible rastrear, explicar o formalizar la diferencia entre modelo o representación,
entre origen y efecto, debido al reemplazo de la lógica de los opuestos por la denominada
lógica del suplemento. Si lo socio-analítico sirviese para representar lentamente una
significación oculta en el origen, sólo la metafísica podría interpretar el devenir de la
humanidad.
Desde Platón la filosofía ha tendido ha establecer una identidad entre lo que aparece
como presente y lo verdadero; pero no hay tal identidad, sino más bien una diferencia
constitutiva. Esta diferencia no es la misma diferencia conceptual del pensamiento
representativo, que entiende lo individual como una copia del modelo y la diferencia como
diferencia en el interior de un concepto, en el seno de la identidad. Es la diferencia de una
analítica que entiende lo individual como repetición, como acontecimiento, y la diferencia
50
Rorty R.: La filosofía y…/ Op. Cit., página 36.
51
Ver para ello Saussure F.: Curso de lingüística general. Editorial Alianza, Madrid, 2001.
28
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
29
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
relatos, en algún momento perecerán, mostrando, de esta manera, lo efímeros que pueden
llegar a ser. Lo posmoderno de alguna manera es esto, mostrar la ausencia de un
fundamento en sí no es fácil, pues se debe argumentar en torno a cómo lo que en lo
elemental es una función energética, puede hacerlo con sentido, aunque ésta sea una frágil
y efímera posibilidad de la propia condición del individuo. Por ello es importante esto,
pues si interpretar es ampararse por violencia o subrepticiamente, en un sistema de reglas
que no tiene en sí mismo significación esencial, e imponerle una dirección, plegarlo a una
nueva voluntad, hacerlo entrar en otro juego, y someterlo a reglas segundas, entonces el
devenir de la humanidad es una serie de interpretaciones que se despliegan como
dispositivos de dominio, cuestión que lo posmoderno, con su reflexión intenta desmontar52
Una interesante crítica frente a la diferencia con lo occidental que hemos enunciado
la podemos encontrar en la ‘defensa’ que Habermas realiza de lo que él llama el ‘proyecto
inacabado o inconcluso de la modernidad’, no comentaremos sus juicios acerca de las
simpatías que Heidegger mantuvo con el nazismo, ni la desesperada comparación que
Habermas realiza entre éste y su producción socio-analítica con la de Adorno y
Horkheimer53, cuando plantea que en el momento en que Heidegger reflexiona sobre el ser
del ente, Adorno y Horkheimer, desde Estados Unidos, escriben ‘desesperados’ su
‘dialéctica de la ilustración’, seguramente en su intento de tratar de ‘salvar’ a la razón y con
ella al ‘modo de vida occidental’, recurriendo para ello, precisamente, a la ‘dialéctica’,
como ese ‘método’ substancial para llegar a la ‘verdad’; y a la ‘ilustración’, tal vez, el
momento socio-analítico más ‘moderno de lo moderno’, para tal acción. Habermas, a pesar
de diferenciarse de la ‘dialéctica negativa’ de la Escuela de Frankfurt, no lo hace de lo
moderno, y es desde ahí, de ese lugar, que vislumbra posibilidades utópicas en lo
‘universal’ o ‘universalizable’, haciendo caso omiso de lo que las socio-analítica
‘postoccidentales’54 han planteado acerca de lo que esas pretensiones han significado para
el ‘tercer mundo’. Estas corrientes socio-analíticas, que tienen su expresión, sobre todo en
individuos de ‘nuestro mundo’, que, ubicados sobre todo en centros de estudios culturales
52
Para esto ver también, entre otros, Foucault M.: La microfísica del poder. Editorial de la piqueta, Madrid,
1992.
53
Sobre todo en la Dialéctica de la ilustración. Editorial Trotta, Madrid, 2001.
54
Ver, por ejemplo, los trabajos que sobre esta temática tiene, entre otros, Walter Mignolo.
30
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
31
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
entran en regresión y retornan a la magia. En tal mística neopagana, el carisma al perder sus contornos, no
irradia ni algo liberador, como en lo estético, ni algo renovador, como en lo religioso, sino a lo sumo el
encanto de la charlatanería. Pues bien, de ese encanto purifica Derrida a la mística del Ser, a la que vuelve a
reducir a la tradición del monoteísmo”59. Esta dura crítica de Habermas cree sostenerla en la
escritura del Aleph, puesto que el texto hebreo de la Biblia comienza el primer
mandamiento con dicha consonante, la cual no representa otra cosa en hebreo que el
arranque laringal de la voz que antecede a una vocal al principio de una palabra. “(…) El
Aleph representa pues, por así decirlo, el elemento del que proviene toda voz articulada (…) Todo enunciado
capaz de dotarse de autoridad sería una interpretación, de toda la valía y rango que se quiera, pero siempre
una interpretación humana de algo que la trasciende”60. De ahí que la huella derridiana no sería más
que una resignificación judaica del Aleph y la deconstrucción de lo occidental una
hermenéutica monoteísta más. Habermas, por lo tanto, no sólo se encuentra en oposición
crítica con la diferencia de lo moderno realizada desde lo posmoderno por su exceso de
‘irracionalidad’, sino que también se enfrenta, en su defensa de la razón, como acción
comunicativa, contra los intentos de reflexionar críticamente con lo constitutivo de lo
occidental. Para Habermas “(…) el vicio central de la postmodernidad consiste ante todo en su función
políticamente reaccionaria, en cuanto intento generalizado de desacreditar un impulso moderno que este autor
asocia con la ilustración burguesa y su espíritu, aún universalizante y utópico”61. Habermas no sólo cree
en la posibilidad de lo racional-moderno, sino también en el ‘espíritu’ de lo occidental, que
se ha tratado de poner en cuestión en esta investigación. Rorty tiene razón cuando señala
que “(…) (Kant) (…) hizo posible que los profesores de filosofía se vieran a sí mismos como si estuvieran
presidiendo un tribunal de la razón pura, capaces de determinar si otras disciplinas estaban dentro de los
límites legales fijados por la ‘estructura’ de sus objetos materiales” 62, poniendo distancia también con
lo los espacios epistémicos constitutivos de lo occidental plantea que “(…) si pensamos en la
‘certeza racional’ como la victoria en un argumento más que como la relación con un objeto conocido, al
buscar la explicación del fenómeno dirigiremos la vista a nuestros interlocutores más que a nuestras
facultades”63.
59
Ibíd., página 221.
60
Ibíd., página 221.
61
Teoría de la…/ Op. Cit., Página 88.
62
Rorty R.: La filosofía y…/ Op. Cit., página 134.
63
Ibíd., página 149.
32
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
La existencia del ser-del ente se despliega hacia el devenir del ente, hacia la muerte
de la capacidad expresiva, significativa y experiencial de nuestra existencia. De ahí que la
mayor parte de la todavía angustia occidental lleve a la población de esta parte del mundo a
creer en un ‘ser superior’ (dioses, energías múltiples, devenires, etc.) que existirían ‘sobre’
nuestra realidad, y que de alguna manera dicha ‘condición superior’ la ordena y la
conduce, por designios del cual el ser no da cuenta, sólo se aproxima por medio de
‘explicaciones’ -relatos- que se dan desde los más diversos lugares y espacios discursivos
-desde las religiones hasta las ciencias y la filosofía-. Un porcentaje importante de esa
población, que cree en este ‘ser superior’, supone también, con muchas dudas eso si, que
de alguna manera vamos a ‘trascender’ a la muerte del ser del ente. Bien, sabemos por las
leyes de la termodinámica que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma
perdiendo una parte en calor que se ‘disipa’ en el espacio; por otro lado, el universo tiende
a la entropía, al desorden, por ello se debe ‘gastar’ energía en mantener el cosmos y no el
caos. Energía que ya dijimos no se crea ni se destruye, o sea circula de un lugar a otro,
deviene por el ‘espacio’, que bien sabemos es una apariencia de espacio tal y como lo
concebimos en la medida que lo percibimos de una manera, pues él -el espacio- no es
necesariamente así64, entonces lo percibimos como si fuese de una determinada manera,
pues lo que existe es una compleja estructura, por así llamarla, micro atómica, que entre
sus componentes (por ejemplo entre dos átomos de oxígenos), genera otro ‘espacio’ en el
cual se establece un campo de fuerzas que permite que dichos átomos no se separen ni se
junten demasiado, o sea, permite una tensión dinámica de atracción y repulsión entre los
diversos componentes materiales del cosmos. Por ese lugar, fluido y dinámico, circula la
energía. El individuo también está compuesto de esta compleja relación, que no siendo la
única es parte importante de nuestra constitución como ente, como lo que brota en y desde
sí mismo. Observemos la primera parte del enunciado. Si hay un calor que se ‘pierde’, que
se ‘disipa’, ¿adónde se va? Aparentemente no podría ser la nada, pues nuestra metafísica
de la presencia la ha negado como, al menos, un no-lugar. Pero podría entenderse este no-
64
Tal vez es recomendable recordar para comprender más cabalmente esto el momento en el cual, por primera
vez, vimos que al traspasar una ventana un haz de luz, toda la habitación en la que estábamos dejaba traslucir,
a través de ese haz y con el contraste que se producía con la sombría habitación en la que nos hallábamos, un
mundo de ‘partículas’ circulando, que ni siquiera presentíamos que estaban ahí y en esa cantidad.
33
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
lugar, al parecer existente, pues el calor ‘deviene’ hacia ese lugar, como un indecible. De
alguna manera nuestra ‘conciencia’, o nuestro ‘sentido’, devienen de y hacia un indecible,
pues, al parecer, no es simplemente una función energética compleja, en la medida que
junto con esto nos constituimos con una capacidad reflexiva autopoiética que funciona
como un suplemento acoplado a la maquínica del ser. Dicha capacidad produce enunciados
significativos que por acoplamientos múltiples constituyen espacios discursivos, epistemes
específicas, y un modo de llevar a cabo la experiencia que tiene en las principales
instituciones, considerada la ciencia, más los medios de comunicación, sus principales
moduladores sistémicos, con pretensiones universalistas, en un mundo donde se proclama
la posmodernidad, sólo para dar cuenta del contexto social que nos toca vivir. De ahí que
esta diferencia que lo posmoderno realiza con lo occidental es relevante, pues, y tal como
lo plantea Heidegger “(…) “Con el comienzo del acabamiento de la Metafísica comienza la preparación,
desconocida y esencialmente inaccesible para la Metafísica, de una primera aparición del pliegue de ser y
ente. En este aparecer todavía se oculta el primer eco de la verdad del ser, una verdad que retiene en sí la
preeminencia del ser en vistas al prevalecer de éste”65.
65
Heidegger M.: Introducción…/ Op. Cit., página 70.
34
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
Una segunda gran diferencia desplegada por lo posmoderno es, precisamente, con
la época que ve nacer dicho concepto y sobre la cual la práctica socio-analítica que de ahí
se despliega realizará una de sus críticas principales. La modernidad será la época en la
cual se consolidará un conjunto de supuestos tales como las categorías de ‘Progreso’,
‘Razón’, ‘Historia’66, ‘Sujeto’67, y ciertas pretensiones utópicas de universalización de
dichas categorías constituidas en prácticas sociales y políticas específicas. El despliegue
socio-analítico posmoderno tiene como antecedente socio-histórico -al interior de una
modernidad que ya había masificado sus supuestos societales-, sobre todo, a los crudos
acontecimientos que tienen lugar con la segunda guerra mundial, debido a las atroces
consecuencias que ésta produjo. También impactó, para el cuestionamiento de lo moderno,
el conocimiento cabal, aunque un tanto posterior a la segunda guerra mundial, de los
horrores del estalinismo. Esta situación de guerra, militar e ideológica, conduce a una
separación binaria del mundo; capitalismo y socialismo se enfrentan por la hegemonía
global, generando una especie de tercera guerra mundial denominada ‘guerra fría’, de la
cual surgirá como victoriosa, una nueva expansión del capitalismo, como veremos más
adelante. Si consideramos lo anterior veremos que la nueva expansión del capitalismo,
junto con el retroceso de su antiguo enemigo (el socialismo), establece un escenario
distinto. Luego de la segunda guerra mundial se cuestionan los supuestos de que era la
‘razón’ la que comandaba el conjunto de la acción del sujeto, como también la pretensión
que dicha acción tenía una orientación utópica hacia un futuro de emancipación. Por su
parte serán los horrores que la ‘guerra fría’ produjo lo que permitirá que se instale la
sospecha de que tanto el capitalismo como el socialismo de ese tiempo compartían, de
alguna manera, los mismo ‘sueños’ y prácticas societales pues, establecían su acción en
una época que los constituía a ambos. La modernidad ha sostenido concepciones de mundo
y prácticas sociales que, con matices, se despliegan de supuestos similares. Dichos
66
Concebida ‘teleológicamente’.
67
Tanto en lo individual como en lo colectivo.
35
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
criaturas por medio de la conversión de las almas vía el relato del amor mártir ”69. Dichos supuestos son
además compartidos por las diferentes formaciones sociales existentes, lo cual conduce a
una homogeneización de todas ellas bajo una episteme compartida, la moderna. De esta
manera pasarán a un primer plano socio-analítico todas las sociedades contemporáneas, ya
sean, en esa fecha70, socialistas o capitalistas, como también los supuestos unificadores de
lo moderno, los cuales daban fundamento a dichas sociedades.
Con Vattimo podemos establecer dos consideraciones que señalan la situación antes
mencionada. La primera tiene que ver con el propio estatuto de lo moderno, en el sentido
de ser lo que permanentemente se renueva. Al haber encontrado las ‘llaves’ que permitirían
dar cuenta de lo real (sobre todo con la hegemonía de la ciencia), se abre la posibilidad de
dar respuesta en lo contingente o en un futuro posible y deseable, aunque utópico, al
conjunto de preocupaciones de la ‘humanidad’. De ahí que lo moderno parece estar
vinculado tan estrechamente con las nociones de progreso y bienestar -muchas veces
concebido de manera ineluctable- por las cuales iba a transitar toda la humanidad. Vattimo
va a plantear, en segundo lugar, que lo posmoderno se distingue también de esta postura en
68
Lyotard, J. F.: La condición postmoderna. Editorial Cátedra, Madrid, 1987. Dicho texto se ha constituido de
alguna manera en un punto de despliegue de las socio-analíticas posmodernas.
69
Ibíd., página 29.
70
Recordemos que su texto apareció a fines de la década de los setenta.
36
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
la medida que su ‘post’ indica no una superación, sino una despedida, un rebasamiento de
la modernidad, en la medida que lo que se desea es sustraerse a sus lógicas de desarrollo
como, a la búsqueda permanente de nuevos fundamentos y certidumbres desde donde
desplegar siempre los supuestos constitutivos de lo socio-analítico. De esta forma no se
trata sólo de ‘dejar atrás’ lo moderno, también importa la forma en que dicha situación se
conceptualiza, pues si la posmodernidad fuera tan solo la época que sigue a la modernidad;
como ésta ‘siguió’ a la tradicional, estaríamos repitiendo la propia lógica moderna, pues si
“(…) la modernidad se define como la época de la superación, de la novedad que envejece y es sustituida
inmediatamente por una novedad más nueva, en un movimiento incesante que desalienta toda creatividad al
mismo tiempo que la exige y la impone como única forma de vida…si ello es así, entonces no se podrá salir
71
Vattimo G.: El fin de la…/ Op. Cit., página 146.
72
Ibíd., página 19.
73
Ibíd., página 42.
74
Ibíd., página 34.
37
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
historia se puede hablar de progreso (…)” 75 dirá Vattimo, en la medida que la historia deja de ser
vista y hablada como proceso unitario es posible rebasar la modernidad, por ello es posible
que se desarticule toda la argumentación que se fundamentaba en las nociones de progreso
y emancipación, ineluctable o no, para el conjunto de la humanidad. La suposición del
fundamento que se encuentra en la base de los metarrelatos expuestos por Lyotard se
sostiene desde lo contemporáneo en base a una misma perspectiva, en base a una misma
‘elección’ y esta se llama occidente76. Pero la complejidad de la nueva condición o clima
desplegado está dada por el evidente cuestionamiento de los supuestos, muchas veces
totalitarios, que dichas nociones consolidaron en determinados modos de vida en la
modernidad.
El cuestionamiento a lo moderno también alcanza a las ciencias y las
epistemologías que le dan sustento a dicha época, pues el tiempo actual se vive con
desgarros en la medida que los referentes socio-analíticos se han modificado al punto de
volverse brumosos, y no parece existir una socio-analítica desde donde pensar y
comprender la nueva situación. Esto, sin duda, afecta al conjunto de componentes de lo
moderno en la medida que dicha época "recorta un campo posible del saber dentro de la experiencia,
define el modo de ser de los objetos que aparecen en él, otorga poder teórico a la mirada cotidiana y define
las condiciones en las que puede sustentarse un discurso, reconocido como verdadero, sobre las cosas" 77. Por
ello, la crisis de lo moderno ha repercutido en que las disciplinas que han encontrado en
ella su campo de acción se vean afectadas de manera fundamental. El despliegue de la
ciencia moderna en occidente y, sobre todo, con la intensificación de la matematización de
lo real, desde el renacimiento en adelante, ofreció la posibilidad de constituir una
explicación racional acerca de lo real-existente, con la correspondiente pretensión de
control sobre dicha realidad. Puesto que todos los objetos del mundo se encuentran sujetos
a mutación en la mayor parte de sus rasgos, la ciencia debe identificar lo esencial en ellos
-su objetividad- con lo que resulte invariante. La ciencia funciona infiriendo regularidades
universales de las variaciones de los entes singulares. Lo que permanece inmutable a todas
estas variaciones y permite, por lo tanto, la inferencia de la Ley universal, es aquello que
75
Vattimo G.: La sociedad transparente. Editorial Paidós, Barcelona, 1998, página 74.
76
Ver para un desarrollo de esto Lyotard J. F.: La condición…/ Op. Cit., página 23 y siguientes.
77
Foucault Michel: Las palabras y las cosas. Editorial Siglo XX, Madrid, 1995, página 134.
38
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
39
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
las cosas, y validado por su consistencia lógica, su fuerza prescriptita o su rango científico.
La diferencia posmoderna se realiza, de esta manera, sobre un sinnúmero de categorías que
daban consistencia al relato metafísico-moderno, con lo cual se ha debilitado la creencia
que pretendía garantizar la certeza y la posibilidad de unidad interna en el sujeto, llámese a
ese principio razón, identidad o conciencia; que consideraba a la razón como la facultad del
sujeto para conocer ‘a ciencia cierta’ pues, dicha razón era u operaba con la pretensión de
ser un principio ordenador del mundo y de la historia humana. Ahora, si esto no es así,
entonces, debemos suponer que no hay fundamentos de certidumbre y verosimilitud que
podrían servir de garante para asegurar que las fuerzas emancipatorias condujeran la
historia por el mejor de los caminos, y pretender refundar al sujeto precisamente sobre la
base de concebir la historia de un modo teleológico es decir, constituirla como marcha
ascendente e ineluctable hacia un orden superior de emancipación, generalmente derivado
hacia el ‘futuro’ en donde se cumpliría la utopía de la redención individual en un
reencuentro universal para la humanidad. No hay fundamentos, de la misma manera, para el
‘mito’ moderno del progresivo dominio de la acción personal sobre las condiciones
externas que inciden en su desarrollo; ni para cosmovisiones estables, de temporalidad
ordenada, con un centro en torno al cual sería posible articular nuestras ideas y nuestras
acciones. Tampoco, existe, finalmente, un fundamento para una categoría de sujeto,
individual y/o colectivo, desde donde situar la posibilidad de liberación y emancipación
para toda la humanidad. Luego de la segunda guerra mundial este conjunto de supuestos se
han cuestionado con cada vez mayor insistencia en las ciencias sociales contemporáneas
pues, precisamente, lo que se ha cuestionado es toda legitimación que creía y pretendía
realizarse en base a un fundamento por muy ‘racional’ o ‘verosímil’ que éste pareciera.
40
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
modernización, puesto que todo es ya moderno)”81. De esta manera, dicho capitalismo multinacional
tendría en su actual fase la potencialidad ya de abarcar todo el mundo conocido, en la
medida que lo moderno, entendido como puro despliegue de la modernización, ya habría
agotado su propia dinámica. Dicha fase, podemos entonces suponer, por su carácter
globalizador tendería a instalar dicho clima cultural en los diversos lugares en donde ésta se
despliega, con las respectivas resignificaciones locales, en un verdadero movimiento de
desestructuración y estructuración de los anteriores componentes societales específicos que
79
Ibíd., páginas 54 y 55.
80
Lyotard hablará de condición en vez de clima, y de capitalismo postindustrial en vez de capitalismo
multinacional.
81
Ibíd., página 289.
41
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
cada territorio -países o estados- tenían, haciendo caso omiso de barreras y fronteras
espacio-temporales. Proceso que podemos evidenciar en lo contemporáneo de manera
bastante evidente.
La sociología clásica, en su intento de conceptualizar las sociedades de su tiempo, y
con ello, al propio capitalismo y sus posibilidades de despliegue y mutación, destacó tres
procesos fundamentales de las sociedades modernas, los cuales siguen operando desde
diversas perspectivas en la reflexión social. Max Weber destacó que la modernización
estaba desplegada desde una racionalidad específica, una racionalidad instrumental que
vinculaba medios y fines, sin necesidad de que dichos fines estuvieran justificados. Dicha
racionalización tenía para él a lo menos dos dificultades; una era la ‘burocratización’ del
mundo, que urdiría una jaula de hierro en la cual los individuos se verían atrapados por los
imperativos de racionalidad instrumental y la eficacia de unas organizaciones cada vez más
macros, formales, rígidas y opresivas, las cuales serían finalmente imposible, para el
individuo, poder dominar. La segunda complejidad estaba dada por el desencantamiento del
mundo, que llegaría con la racionalización total de la vida. La razón instrumental diluye la
razón substantiva sobre la que se fundaría todo sentido humano, por lo que su avance
podría traer bienestar material pero pondría en peligro todo el sistema de creencias, más
allá del mero conocimiento objetivo o de orden científico. Marx, por su parte, analiza al
capitalismo como un modo de producción capaz de liberar las fuerzas productivas, en él se
modifican radicalmente las relaciones del hombre con la naturaleza y del hombre consigo
mismo. Marx va a cuestionar las relaciones que se establecen bajo el principio de la
propiedad privada y las formas capitalistas de apropiación de la plusvalía, con la cual los
capitalistas explotan a los obreros al ‘hurtar’ el excedente natural de su trabajo y esfuerzo.
Ocurre también la mercantilización de la vida en la que los valores de uso desaparecen bajo
la preponderancia de los valores de cambio. Todo, incluso los individuos, se convierte en
mercancía, todo acaba fetichizado en la forma de mercancía. Para Durkheim, lo que va a
caracterizar de manera relevante a la sociedad moderna, es la creciente diferenciación de
sus estructuras sociales y culturales. Este proceso de diferenciación encuentra su asidero en
la división social del trabajo y en la actividad económica que instala funciones cada vez
más específicas. La sociedad moderna se convierte en una estructura orgánica que une lo
42
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
diferente, de ahí que se da el paso de una ‘solidaridad mecánica’, en que los individuos
están unidos comunicativamente en la comunidad, a la ‘solidaridad orgánica’, una
solidaridad externa basada sobre todo en mónadas individuales y aisladas, sólo con
relaciones contractuales de intercambio necesario para mantener dicha solidaridad.
Observamos que la socio-analítica que despliegan en torno a la racionalización, la
mercantilización y la diferenciación han constituido supuestos relevantes desde los cuales
se ha realizado un profundo cuestionamiento sobre lo moderno. Sin embargo, esta
conceptualización se ha enunciado en el proceso de modernización desde una lógica
antitética que opone lo moderno a lo tradicional. Modo de producción pre-capitalista en
oposición al capitalista, sociedad agraria opuesta a la industrial, comunidad versus
sociedad, solidaridad mecánica versus solidaridad orgánica, racionalidad substantiva
opuesta a la racionalidad instrumental, con lo cual este proceso implicaba, en el orden
pragmático, que cualquier avance de la modernización sólo podría realizarse con retrocesos
de la tradición. Lo que se enuncia desde las diferencias posmodernas, en tanto, es que las
condiciones materiales-simbólicas de dichas sociedades han ‘mutado’, produciéndose
modificaciones de todo orden y constituyendo una verdadera ‘fluidificación social’ que
afecta tanto la vida cotidiana y experiencial -de los individuos- como a la socio-analítica
que sobre esa vida se realiza, de ahí que dichos postulados -de una sociología clásica-,
aunque con mucha fuerza explicativa para una analítica de lo social, deben reconocer que
una nueva fase de expansión capitalista evidentemente traerá nuevas condiciones de
existencia semiótico-materiales, que requerirán de toda una batería conceptual renovada
para establecer puntos de referencia en el nuevo clima posmoderno que se despliega .
La tercera fase de expansión capitalista instala una nueva forma de habitar en dicha
expansión. Se ha nombrado de diversas maneras el momento contemporáneo, es así que
denominaciones de ‘capitalismo postindustrial’, ‘tardocapitalismo’ o ‘capitalismo
multinacional’, entre otros, tienden a establecer una serie de características que constituyen
la fase en cuestión y, a la vez, le proporcionan su posibilidad de despliegue. De ahí que, si
se considera lo posmoderno como un particular clima o condición de dicha expansión
capitalista, lo característico de lo posmoderno esté también íntimamente relacionado con
las posibilidades de transformaciones societales, con lo cual lo posmoderno ya no se vive
43
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
como una particular reflexión ubicada tan solo en el campo académico, sino que éste es,
además de lo anterior, un modo de vida que se vuelve cotidiano en la medida que las
características que se enuncian por lo relatos posmodernos, circulan por lo social
constituyendo una pragmática socio-cultural. Todos los relatos, de alguna manera, dan
cuenta de lo que ‘es’, por lo tanto si existe una sociología de la posmodernidad es debido a
que hay modificaciones en lo social que antes no se habían desplegado de una manera
determinada o específica. Esto no implica que en el actual clima posmoderno no puedan
reconocerse ciertas regularidades, sobre todo si pensamos que dicho clima se ubica en un
espacio constituido por el capitalismo; pero es precisamente esa la situación de la cual se
quiere dar cuenta, el hecho de que la posmodernidad haga diferencias con respecto a lo
moderno, no implica la negación de lo anterior, pues, salvo que el capitalismo cambie su
modo de despliegue82, evidentemente habrán cosas que se pueden reconocer como
regularidades de lo moderno con lo posmoderno. De la misma manera, el hecho de
reconocer ‘regularidades’ con los supuestos que se desplegaron desde la Grecia clásica83 a
lo social-contemporáneo, no significa que se niegue dicha época. El saber, como veremos
más adelante en esta tesis, circula acoplado.
La nueva fase de expansión capitalista se ha desplegado en un proceso de
globalización que ha afectado a las diversas sociedades y economías del mundo, y ha
estado acompañado de una relevante revolución científico-técnica, del conocimiento y
también de las comunicaciones, sobre todo con la preponderancia que ha logrado, en ésta
última, la informática y lo virtual. Este capitalismo, y con él, su particular clima cultural,
encuentra en los procesos de ‘acumulación flexible’ y ‘monopolización’, sobre todo de
orientación neoliberal, una poderosa fuente promotora de modificaciones a nivel planetario.
Dicha acumulación va a apelar sobre todo a la mayor flexibilidad de los procesos laborales,
de los mercados de mano de obra, de los productos y las propias pautas de consumo,
estableciendo nuevos sectores de producción, nuevos servicios financieros, nuevos
mercados; contando para ello con una relevante innovación en el plano comercial,
tecnológico y organizativo. Con ello, el proceso de ‘desrregulación’ o flexibilización de la
82
Pues aún constituye su modo de acumulación, por ejemplo, en la explotación.
83
En cuanto a lo metafísico y el logocentrismo, que se verán en el punto 1.3.-
44
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
laborales, ideas e ideología, valores y prácticas establecidas (…)”84. Será, por ello que enunciar lo
84
Harvey D.: La condición de la posmodernidad. Investigaciones sobre los orígenes del cambio cultural.
Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1998, página 315.
45
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
relación al mundo?”86, aún más, pensando que dichos fragmentos ya no podrían pensarse como
provenientes de una antigua totalidad orgánica preexistente, en la medida que cada uno de
ellos logra autonomía en el actual flujo semiótico-material constitutivo de lo
contemporáneo, cómo lograr además analizar estos movimientos que parecen
contradictorios en el que, por un lado, la globalización del capitalismo multinacional parece
reestructurarlo todo; pero por otro, lo fragmentario, parece, a su vez, desestructurarlo todo
en su despliegue y autonomía. Jameson planteará la carencia, todavía, del equipamiento
perceptual necesario y adecuado para enfrentarse a la nueva situación, en la medida que
parece imposible hoy en día cartografiar cognitivamente y organizar perceptualmente el
entorno del individuo, con lo cual el problema sigue siendo de representación y
representabilidad de lo contemporáneo en la medida que se ha constituido en una gran red
global descentrada de intercambio y flujo semiótico-material, en la cual nos hallamos
inmersos y de alguna manera atrapados. La dificultad estriba precisamente en saberse
instalado en esta situación, pero a la vez “(…) carecer de un modo de pensar en ellas, de modelarlas
(por muy abstractamente que sea) con el ojo de nuestra mente”87.
Las diferencias y reflexiones de lo posmoderno, con lo moderno y lo capitalista
-en su tercera fase de expansión-, encierran evidentemente la complejidad de dar cuenta de
un mundo que deviene de manera inusitada debido a la rapidez con que fluye y a los
85
Ver para esto de García Selgas F.: “Preámbulo para una ontología política de la fluidez social”. Atenea
Digital – número 1, primavera 2002; Bauman Z: Modernidad líquida. Editorial FCE, México 2003.
86
Harvey D.: La condición de…/ Op. Cit., página 69.
87
Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 153.
46
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
47
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
48
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
1.- SIGNOS.
49
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
prestigio y simboliza el status o posición social de las individuos, subrayando a la vez, que
el referente de los signos, el producto, no es en modo alguno una realidad autónoma. A su
juicio, igual que el valor de uso era un efecto del valor de cambio, lo que la gente llamaba
mundo resulta ser un efecto del signo, por lo cual, signo y referente (productos) se
presentaban acoplados en su circulación, cada vez más fluida, por el entramado social,
produciendo una indiferenciación en la cual lo que circula deviene en un nuevo producto
posible de ser objeto de consumo.
En Miseria de la filosofía88, Marx sugiere que en una primera etapa -en la sociedad
feudal- la artesanía, la agricultura y otros oficios ‘pre-capitalistas’, producían una pequeña
proporción de excedente para su venta o intercambio en el mercado. En esta situación, el
valor de uso predominaba sobre el valor de cambio. En la segunda fase, todo lo que
producían las nuevas formas de producción industrial se convertía en un artículo de
consumo que se vendía o intercambiaba en el mercado. La tercera etapa sobreviene cuando
esas cualidades abstractas que parecían inmunes a las operaciones de compraventa; el amor,
la bondad o el conocimiento, entran en el ámbito del valor de cambio, en la medida que se
constituyen en mercancías posibles de constituir objetos de consumo. Esta etapa aparece
como consecuencia de una mayor penetración del mercado en el ámbito de la cultura y la
significación. Baudrillard aprueba esta genealogía, pero aduce que Marx no entendió bien
la enorme transformación cualitativa que se produjo entre la segunda y tercera etapa, pues,
en dicha transición, se crea una situación en la que ya no es posible separar el ámbito
económico o productivo del ideológico o cultural, puesto que los objetos culturales, las
imágenes, las representaciones, incluso las estructuras sentimentales y físicas, se han
convertido en parte del mundo económico. Esta situación, que de alguna manera deriva del
modelo marxista, le exige a Baudrillard una reflexión fundamental. El marxismo tradicional
subordina las operaciones del ámbito cultural y significativo a la actividad económica,
incluyéndolo todo en la noción de producción; lo que subyace bajo cualquier sistema social
y económico, lo que forma su principio de identidad, es el modo de producción. De ahí que
lo relevante será lo que se produce, quien lo produce y cómo se produce. Pero, Baudrillard
afirmará que la expansión y aceleración de los productos de consumo culturales, imágenes
88
Ver Marx K.: Miseria de la filosofía. Editorial Aguilar, Madrid, 1973.
50
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
sociales o símbolos que funcionan como productos de consumo, conforman una economía
política del signo, en su paso desde el intercambio abstracto de productos materiales a la
circulación efectiva y distintiva al dispositivo de consumo y reproducción del capitalismo
en plena tercera expansión.
Esta postura se refuerza en la medida que se cuestiona la necesidad espontánea de
los objetos en términos de necesidad, y con ello la hipótesis de la prioridad de su valor de
uso. Dicha hipótesis, que se sostiene en la evidencia vívida, asigna a los objetos un status
funcional, el de utensilio vinculado a unas operaciones técnicas sobre el mundo, y por ello
mismo el de mediación para las necesidades antropológicas ‘naturales’ del individuo. En
esta perspectiva, los objetos son ante todo función de las necesidades y adquieren su
sentido en la relación económica del hombre al entorno. Baudrillard dirá que esta hipótesis
empírica es falsa. Lejos de ser el status primario del objeto un status pragmático que
vendría a sobredeterminar más tarde un valor social de signo, es, por el contrario, “el valor de
cambio signo lo que es fundamental, no siendo el valor de uso con frecuencia otra cosa que la caución
práctica (incluso una racionalización pura y simple): tal es, en su forma paradójica, la única hipótesis
inalienable”90. Bajo esta determinación paradójica, los objetos son por lo tanto el lugar, no
sólo de satisfacción de necesidades, sino también de un trabajo simbólico, de una
‘producción’ en el doble sentido del término. ‘Pro-ducere’, se los fabrica, pero se producen
89
Baudrillard J.: Crítica a la…/ Op. Cit., páginas 1 y 2.
90
Ibíd., páginas 76 y 77.
51
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
52
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
manera, organizan lo que en sí deviene. De esta manera, las ‘necesidades’, incluso los
‘deseos’, son posibles de ‘producir’ si se actúa sobre el signo -o sobre la huella- que los
sostiene en su producción, con lo cual, dicho signo, puede ser objeto de valor e
intercambio. Sin duda, más que plantear una eventual ‘emancipación’ del individuo en el
consumo, Baudrillard nos advierte lo que Harvey nos recuerda de los trabajos de Marx
cuando nos plantea que “las condiciones de trabajo y de vida, el sentido de la alegría, de la ira o la
frustración que están detrás de la producción de mercancías, los estados de ánimo de los productores; todos
ellos están ocultos y no los podemos ver cuando intercambiamos un objeto (dinero) por otro (mercancía) (…)
Todas las huellas de la explotación están borradas del objeto (…)” 93. Como el tiempo de rotación de
ciertas imágenes por parte del consumidor puede ser muy breve -y aproximarse casi al ideal
del ‘abrir y cerrar los ojos’ que Marx consideraba óptimo desde el punto de vista de la
circulación del capital-, entonces se pueden crear dichas imágenes, con lo cual el único
signo que dicho individuo puede reconocer son los de su propia satisfacción devenida en
consumo.
En la constitución del valor de signo, Baudrillard va a diferenciar las siguientes
lógicas con la incorporación de dicho valor a la reflexión de la economía política:
La primera será una lógica de las operaciones prácticas; la segunda una lógica de las
equivalencias, la tercera una lógica de la ambivalencia y, la cuarta una lógica de la
diferencia. Únicamente la última define, para el autor, el campo específico del consumo.
Para una mayor comprensión de dichas lógicas y su funcionamiento, Baudrillard pone el
siguiente ejemplo:
“El anillo de matrimonio: símbolo de la relación matrimonial, este anillo es un objeto único. No se
puede cambiar (salvo accidente), ni llevar varios. El objeto simbólico está hecho para que dure y atestigüe con
93
Harvey D.: La condición de…/ Op. Cit., página 121.
53
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
su duración la permanencia de la relación. Así como al nivel de utensilio puro, la moda tampoco actúa sobre
el plano estrictamente simbólico. La simple sortija es distinta: no simboliza una relación. Es un objeto no
singular, una gratificación individual, un signo a los ojos de los demás. Yo puedo llevar varios, y puedo
cambiarlos. La sortija entra en un juego de accesorios y en la constelación de la moda. Es objeto de consumo.
Hoy día, el anillo de matrimonio incluso ha sido afectado en los Estados Unidos por esta lógica nueva. Se
alienta a las parejas a que lo cambien todos los años. Lo que fue símbolo de la relación común se ajusta a la
variación de la moda, que se instituye como un sistema autoritario en el corazón mismo de las relaciones
personales y hace de ésta una relación personalizada”94.
94
Baudrillard J.: Crítica a la…/ Op. Cit., páginas 56 y 57.
54
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
en pura simulación, en la medida que los signos no tienen un origen, el ‘referente’ es otro
signo, que se disemina en copias de copias, con lo cual todo el proceso ‘representacional’
queda desarticulado, tanto el proceso contradictorio de lo verdadero y lo falso, de lo real y
lo imaginario, queda absorbido en esta lógica hiperreal del montaje95.
Debido a esta situación, para Baudrillard, a diferencia de Foucault 96, el poder no ha
sido sólo diseminado, sino que ha sido disuelto, cancelado, convertido en hiperreal por los
simulacros. El poder se metamorfosea en signos y es inventado en base a signos. Esta
mutación lo convierte en un fenómeno abstracto, desmaterializado y disperso, cuyas
trayectorias y efectos son difíciles de rastrear, con lo cual, el despliegue de la abstracción
en la vida de la sociedad tiene una naturaleza de orden semiótica. O, lo que es lo mismo, el
despliegue de la economía política es crecientemente semiológico. El paso del valor de
‘uso’ al valor de ‘cambio’ produjo un movimiento de desustancialización de los objetos,
por cuanto la relación singular en virtud de las necesidades del individuo con ellos -propia
de la mentalidad tradicional- pasó a regirse por el criterio, ya no de lo particular sino de la
equivalencia y pérdida de concreción de la relación sujeto-objeto y su cuantificación.
Baudrillard propone una lectura semiótica de los objetos y la producción de ellos en lo real-
existente, con lo cual se va a modificar las posibilidades en torno al forma que adquiere el
intercambio, el cual se configura en su creciente generalización debido al flujo sígnico para
dar forma a la sociedad de consumo tal como se conoce hoy en día, a la que denominará
hiperreal, en la medida que los signos constitutivos de lo real lo vuelven ‘más real que lo
real’, de ahí lo hiperreal. Los objetos se desempeñan en el plano abstracto de un conjunto
de significaciones sociales, es decir, como un código.
El objeto convertido en signo no adquiere ya su sentido en la relación concreta
entre dos personas, lo adquiere en la relación diferencial respecto de otros signos. Cuando
esto ocurre se puede hablar de ‘objeto de consumo’, regidos por la lógica del signo y la
diferencia al interior del sistema significante. A esta reducción y despliegue de orden
semiológico, Baudrillard le llamará ‘economía política del signo’, por ello, dirá Jameson
“En un gesto que casi es paradigmático del nuevo proceso de producción, Jean Baudrillard vincula la fórmula
95
Situación que analizaremos con más detalle cuando veamos las simulaciones.
96
Baudrillard realiza una crítica al concepto de poder de Foucault en su texto Olvidar a Foucault. Editorial
Pre-textos, Valencia 1986.
55
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
del valor de cambio y de uso (reescrita como fracción) como la fracción del propio signo (significante y
significado), desencadenando una reacción semiótica en cadena cuya secuela parece haber durado hasta
97
Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 317.
56
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
2.- ESPEJOS.
Desde una postura radical con el marxismo, Baudrillard enuncia desde ‘El espejo de
la producción’ que el pensamiento marxista jamás llegó a abandonar el racionalismo de la
Ilustración. Lejos de ser una crítica del mundo capitalista hecha desde ‘fuera’ de él, no fue
más que un reflejo suyo, un espejo de sus valores económicos. Signo y objeto en
circulación semiótico-material, como un simulacro, es éste el supuesto que va a alejar a
Baudrillard de la las posiciones marxistas, pero más radical aún, lo van a alejar de lo
moderno y lo occidental en su socio-analítica de lo social. Son los objetos, en cuanto signo
organizado en sistemas de significación, los que determinan los motivos, la fantasía y el
comportamiento de los individuos, son signos que circulan de manera fluida por lo social-
contemporáneo, es ya una realidad que se abre a lo posmoderno, que se desplaza más allá
del objetivo y estático espacio de lo metafísico-binario.
Baudrillard afirma, en su debate con el marxismo, que la economía política marxista
ni puede ser aplicada a las sociedades tradicionales ni provee tampoco perspectivas
adecuadas sobre la sociedad contemporánea. La economía política lo que hace es
reemplazar la concreción del intercambio simbólico por las abstracciones del valor de
cambio, donde el dinero y la economía de mercado constituyen un nuevo campo de valor.
Por ello Baudrillard critica a Marx, por el privilegio utópico que le dio éste último al valor
de uso sobre el valor de cambio, sin darse cuenta de que el valor de uso es un constructo del
sistema de valor de cambio, el cual produce un sistema racionalizado de necesidades y
objetos que integran a los individuos en el orden social capitalista. En su socio-analítica de
desmontaje señala que “Un espectro recorre lo imaginario revolucionario: la fantasía de la producción,
que alimenta por doquier un desenfrenado romanticismo de la productividad (…) El pensamiento crítico del
98
Baudrillard J.: El espejo…/ Op. Cit., página 9.
57
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
del valor y el sentido99”. Por ello se entiende que el discurso de la producción y el discurso de la
representación son ese espejo donde el sistema de la economía política viene a reflejarse en
lo imaginario, y a reproducirse allí como instancia determinante. De ahí que no se justifica
la operación socio-analítica marxista pues, al no concebir otro modo de riqueza social que
el basado en el trabajo y la producción, el marxismo a largo plazo, ya no suministra
alternativa real al capitalismo. Baudrillard lo enuncia cuando señala que “(…) el marxismo
colabora con la astucia del capital, al persuadir a los hombres que son alienados por la venta de su fuerza de
trabajo, censurando así la hipótesis, mucho más radical, de que podrían serlo en tanto que fuerza de trabajo,
en tanto que fuerza ‘inalienable’ de crear valor por medio de su trabajo100.
objetivo en un no ser, un absurdo”101. Sobre esta base, la de la objetivación -pero que también es
de la subjetivación-, la dialéctica de la filosofía marxista se despliega en dos direcciones.
Una ética del trabajo y una estética del no-trabajo. “La primera atraviesa toda la ideología burguesa
y socialista: es la exaltación del trabajo como valor, como fin en sí, como imperativo categórico. El trabajo
pierde allí su negatividad y se erige como valor absoluto”102. La primera dirección lleva a la ya
conocida alienación al trabajo y a la concepción de un mundo en donde todo tipo de
intercambio se rige a través de lo productivo y su dinámica, que no es más que la propia
lógica del capital. La segunda se ubica en una especie de más allá de la economía política,
es lo que se llama ‘juego’, ‘no-trabajo’ o ‘trabajo no alienado’, y se define como el reino de
una necesidad sin fin. En este sentido, dirá Baudrillard es y sigue siendo “(…) una estética, y
con las connotaciones ideológicas burguesas que esto implica (…) La esfera del juego se define, en efecto,
como el cumplimiento de la racionalidad del hombre, como la coronación dialéctica de su actividad de
99
Ibíd., página 13.
100
Ibíd., página 28. Vemos que Baudrillard todavía atribuye la posibilidad del valor de signo todavía acá es
apreciada en su despliegue se reconsidera inalienable, aunque más adelante se verá que desde la hegemonía de
la simulación esto no es así. Las cursivas son las del texto.
101
Marx K.: Manuscritos economía y filosofía. Editorial Alianza, Madrid, 1995, página 195.
102
Baudrillard J.: El espejo…/ Op. Cit., páginas 32 y 33.
58
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
objetivación incesante de la naturaleza y del control de sus intercambios con ella”103. Esta dirección
supone que se ha logrado ya el pleno desarrollo de las fuerzas productivas, con lo cual
permanece adherido al principio de realidad y de transformación de la naturaleza.
Marx supuso un cambio revolucionario al pasar del valor de uso al valor de cambio
-esa abstracción del valor que deviene como un ‘fantasma’, como un ‘simulacro’- pues en
las economías y sociedades que hacia él transitaban. Dicho valor de cambio era considerado
un verdadero menú de necesidades de la ‘superestructura’ del individuo. Todo esto
evidentemente no es tan novedoso pues, la intención de escindir en dos al individuo, como
materia e idea, ser y devenir, cuerpo y alma, etc. Está presente por lo menos de la Grecia
clásica a lo contemporáneo, pero Marx era capaz de ‘resignificarlo’ dialécticamente en una
teoría del valor, fundamental para comprender el supuesto marxista de ‘transformación
revolucionaria’ de la sociedad. La pretensión de un marxismo dialéctico fue escindir lo
real-existente entre la ‘infraestructura’ material o económica y la ‘superestructura’ cultural
o de las ideas, es un resabio de un absoluto determinismo binario. Todo lo real-existente
binarizado a una supuesta diferencia que es siempre de lo mismo. Es el pensamiento
occidental de lo ‘mismo’ el que habla desde Grecia, resignificado ahora por Marx en esta
diferencia de ‘infra’ y ‘súper’ -estructura-. La otra gran pretensión, ahora moderna- de
Marx, era el ‘útópico’ supuesto que sería la propia modernidad la que ‘negaría’ su dinámica
en un movimiento ascendente y emancipador de toda la humanidad. Todo esto comandado
por un ‘sujeto’ -individual y colectivo- perfectamente distinguible y organizado, que sería
capaz de desplegar la revolución que terminaría con la contradicción fundamental de toda
la Historia del ser humano. De ahí que la Historia moderna es la historia de su fin. Toda
historia teleológica cuya marcha ascendente e ineluctable estaba asegurada por los
fundamentos modernos ha sido rebasada. No existe la historia moderna ni la marxista más
que como relato teleológico, de una época deseable de desplazar, la Moderna.
Pero Baudrillard afecta al marxismo en sus pretensiones de ‘finalidad’ en todos los
campos del saber, pues hace un anuncio al señalar que el valor de cambio a conocido un
nuevo desplazamiento, el valor de signo, con lo cual se abre, para Baudrillard, un cambio
decisivo y revolucionario, pues corresponde a una nueva instancia de la economía política;
103
Ibíd., páginas 37 y 38.
59
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
104
Vemos como en varios de sus textos Derrida habla de la ‘huella’ para referirse a un momento presente
siempre como desplazamiento de lo anterior, de lo ya ausente del lenguaje.
60
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
hacer añicos el espejo de la producción, espejo en el que viene a reflejarse toda la metafísica occidental 105. En
esa medida es rechazada toda pretensión que postule que un concepto no es solamente una
hipótesis interpretativa sino la traducción del movimiento mismo del universo, pues dicha
pretensión es pura metafísica. El esquema de la producción no reinterpreta una naturaleza
que estaría presente fuera de él, ni el modo de producción reinterpreta una historia ya ahí:
son los propios conceptos de producción y modo de producción de los que ‘producen’ y
‘reproducen’ los conceptos de Naturaleza e Historia como su espacio/tiempo. Pero lo
problemático de esto es también el logocentrismo de lo occidental al pretender que, al
mismo tiempo que produce la universalidad abstracta del trabajo (de la fuerza de trabajo),
produce la abstracción universal del concepto de trabajo y la ilusión retrospectiva de
validez de ese concepto para todas las sociedades con lo cual el conjunto de narrativas
socio-culturales existentes pasan a ser nuevamente ‘leidas’ e ‘interpretadas’ por los
supuestos hegemónicos -logocéntricos- de lo occidental. Occidente cree tener los
fundamentos necesarios para ‘ajustar’ lo plural a su mirada ‘legitimadora’. El ‘materialismo
histórico’ es el pensamiento de lo mismo pues se ve a sí mismo como un estadio de franca
actualización de las contradicciones ligadas al modo de producción y de la peripecia final
de la lucha de clases. Pretende ser el desciframiento de esa última fase de la economía
política y la mira de su abolición por el establecimiento de una razón teórica que apela a
una lógica continua de contradicción de un espacio homogéneo de la positividad y la
negatividad. Todo esto, y el propio concepto de historia, se organiza según la idea de que
con el modo de producción capitalista dicho proceso universal arriba a su verdad y a su fin
de manera ineluctable. Es la ‘concresión científico-material’ de la ‘femenología del
espíritu’, es el pensamiento occidental constituido en ‘praxis’ histórica y trascendente para
toda la humanidad que busca su emancipación. Es la pretensión del Mesías, de lo Uno, o de
la diferencia al interior de lo uno, de una diferencia -muchas veces binaria- al interior de lo
105
Baudrillard J.: El espejo…/ Op. Cit., página 45.
61
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
para venir a culminar en el discurso del propio Hegel 106”. Sólo en el espejo de la producción esto es
posible, sólo mediante la arbitrariedad de este código, dirá Baudrillard lo occidental puede
pretender reflejarse en lo universal como momento privilegiado de la verdad (la ciencia) o
de la revolución (el materialismo histórico), sólo el occidente moderno puede pensar así y
desplegar un sistema de saber-poder, de dominio, a partir de estos supuestos. Pero en lo
social-contemporáneo el signo devela que ‘el mismo’ -‘lo mismo’- ya no designa nada en
absoluto, y su ‘única verdad’ es la de no remitir más que a otros signos, que circulan por
todo el flujo semiótico-material de lo real-existente. Toda diferencia, ahora posmoderna
señala que la generalización de la economía política sólo hace cada vez más evidente que
su acto de origen nunca estuvo allí donde lo sitúa el análisis marxista, en la explotación del
trabajo como fuerza productiva, sino, por el contrario, su posibilidad de circular ha estado
dada debida a “(…) la imposición de una forma, un código general de abstracción racional del que la
racionalización capitalista de la reproducción material es sólo un caso particular” 107, a una opción, como
diría Lyotard, y ésta ha sido el occidente metafísico-moderno.
106
Ibíd., página 121.
107
Ibíd., página 139.
62
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
63
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
mantención del equilibrio dinámico de los sistemas autopoiéticos, con su pérdida de energía, lo que
termina por producir el desgaste inevitable de éste y, con ello se despliega la interrupción definitiva
de su funcionamiento, con lo cual dicho ser vivo muere.
Un sistema autopoiético será en definitiva, para Maturana y Varela, el resultado de la
operación de diferencia entre sistema y entorno, a partir de la cual el sistema es capaz de
mantenerse mediante una serie consecutiva de acoplamientos -estructurales- con dicho entorno. El
sistema se mantiene mientras tenga éxito en mantener su organización interna a través de la
evolución del acoplamiento al entorno, a pesar o en virtud de sus cambios estructurales, todo
acoplamiento exitoso, por así decirlo, es el que permite mantener la autopoiésis funcionando, con lo
cual se mantienen la organización estructural y funcional de los seres vivos.
Pero ocurre una paradoja en este evento pues, el entorno, para Maturana y Varela, no es
accesible ni directo ni indirectamente al sistema, el cual no tiene manera de saber cómo es
realmente el mundo o la realidad externa, es decir, el entorno. Esta situación constituye, para los
autores una de las más interesantes paradojas del conocimiento. El conocimiento es necesario e
imprescindible para el sistema y, sobre todo, para los sistemas que operan en el lenguaje, porque su
reproducción como sistema autopoiético depende de su continuo y permanentemente exitoso
acoplamiento a su entorno. La paradoja consiste, entonces, en cómo poder hablar de algo de lo cual
no sabemos prácticamente nada y lo que sabemos es sólo la ‘apariencia’ de lo que en realidad ‘es’ el
devenir en sí. Por ello, se postula, que el conocimiento ‘verdadero’ es imposible, pues las
operaciones llevadas a cabo por el sistema como ‘reacción’ a lo que percibe como estímulo de su
entorno, depende de su organización interna y no de las características de dicho entorno. El sistema
es ‘ciego’ a su entorno, aunque debe acoplarse continuamente a él para seguir existiendo. El hecho
que siga evolucionando es evidencia de que su relación es exitosa, es decir que ‘conoce’ su entorno
en la medida que realiza diferencias con él, a pesar de que, por así decirlo, no conoce lo que conoce.
Se desprenderá de lo anterior, entonces, que la verdad no es ni puede ser la realidad del mundo
revelada como representación. Tampoco se trata de la adecuación del pensamiento o la teoría a la
realidad, si por realidad se entiende el mundo exterior al sistema. Y tampoco se trata de una
adecuación o acoplamiento particularmente exitoso a su entorno ya que, para Maturana y Varela, no
hay acoplamientos más exitosos que otros, en la medida que existe como sistema está acoplado;
como dirían los propios autores, en la evolución no hay sobrevivencia del más apto, sino
simplemente del apto. La posibilidad que queda es sólo el plantear el conocimiento y, más en
general, el saber, como la posibilidad del conocer como si lo real-existente fuera de una manera
determinada, con lo cual el conjunto de supuestos articuladores del saber que encuentran su base en
certidumbres y fundamentos estables se muestra como insuficiente para dar cuenta, sobre todo, de la
realidad fluida de lo social-contemporáneo. Ahora, si dicho acoplamiento está en la base de la
mantención de los sistemas autopiéticos y en la relación que éstos establecen con el entorno es
pensable, entonces que, en la constitución de los individuos como seres vivos que se ‘realizan’ en el
lenguaje, podamos encontrar también la posibilidad de despliegue de particulares y diversas
posibilidades de acoplamientos.
Se postula entonces, a partir de lo anterior, que el acoplamiento posmoderno lo podemos
encontrar en un conjunto de manifestaciones socio-culturales. Es éste acoplamiento lo que permite
la actual manifestación y despliegue de la hibridación110 en el actual clima cultural de
posmodernidad. Pero este acoplamiento tiene, a lo menos, una afinidad y una diferencia con el
anterior. La afinidad básica está dada en que ambos acoplamientos se producen por enlaces que no
están determinados, en las distintas manifestaciones de lo real-existente, por fundamentos
ontológicos. La diferencia es que, para Maturana y Varela, el ‘sistema’, el ‘ser autopoiético’, que se
110
En biología hibridación se designa a aquel proceso de cruce de dos especies diferentes pero compatibles
genéticamente, con lo cual generan descendencia.
64
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
111
Evidentemente dicho encuentro produjo un sinnúmero de situaciones de negación y exterminio de culturas
locales, todo lo cual está muy documentado en diversas investigaciones socio-históricas.
65
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
establecimiento de una relación de pareja que aunque no es ‘ocasional’, tampoco se considera tan
relevante como ‘estar de novios’. En el pololeo hay ciertas reglas que seguir. Dos de las más
importantes son la ‘fidelidad’, el pololeo no admite de buenas a primeras, al igual que el
matrimonio, la infidelidad, la poligamia si lo queremos situar en términos antropológicos, no está
permitida para ninguno de los ‘pololos’. Así como no está permitida la infidelidad, tampoco lo está
la ‘imposición legal’ que constituye el matrimonio en Chile, en la medida que es uno de los pocos
países, sino el único, que no posee una ley de divorcio, con lo cual el vínculo legal no se puede
romper. En el pololeo la situación es diferente, en la medida que no existe ese vínculo legal, sólo
está, por así decirlo, el acoplamiento por afinidad, sea éste amor u otra cosa. Pero es algo más.
Pololeo tiene su raíz etimológica en ‘pululeo’. Dicho término es parte del lenguaje oral que
hablaban -y hablan- las comunidades mapuches al momento de la llegada del ‘hombre occidental’ a
sus territorios, dicho lenguaje denominado ‘mapudungún112, no poseía una escritura del tipo
gramatológico113, era oral, sin embargo, fue capaz de acoplarse a otros códigos, tanto lingüísticos
como sociales, para perdurar como una huella -en cuanto a su devenir histórico-lingüístico- y como
una categoría que se asocia a una práctica sentimental específica de los chilenos en el ámbito socio-
cultural. Se produce, de esta manera, el acoplamiento de un código fonético, que se obtiene
básicamente del lenguaje oral del pueblo mapuche, con el gramático castellano; con ello, logra,
dicho elemento del código fonético, circular por un nuevo código. Luego, entonces, se castellaniza
y logra desplegarse como ‘pololeo’, término que permite designar una categoría acoplada a un tipo
de relación social específica que en la sociedad chilena es masiva y habitual, sobre todo entre
adolescentes y jóvenes. De ahí que el encuentro de occidente con los pueblos que encontraron a su
paso, produjo movimientos múltiples, lo más evidente es mostrar la ‘hegemonía’ lograda por
occidente en todos esos pueblos, como también las resistencias y sincretismos logrados en el
encuentro de las diversas culturas locales con él. Es lo que generalmente se ha llamado el ‘mestizaje
cultural’ de lo latinoamericano. La hibridación que promueve este tipo de acoplamiento es algo
distinto, pues se despliega en lo menos evidente, en lo ‘naturalizado’, en lo ‘invisivilizado’, en la
‘huella’ que se despliega pragmáticamente en una práctica social particular. Es precisamente la
capacidad de acoplamiento de lo real-existente lo que ha permitido que pululeo pueda perdurar.
Pululeo, en mapudungún significa ‘el lugar de los secretos’, designaba en esa cultura local, la unión
de un hombre con una mujer, los cuales, al hacer esto, pasaban a formar un cúpol114. En Chile, el
pololeo es, sin duda, el lugar de los secretos para todos aquellos que lo practican, con ello el pueblo
mapuche no sólo vive entre los chilenos de manera evidente en sus comunidades o ‘integrado’ a lo
chileno, sino que también habita en la huella constituyente de la historia y las prácticas
sentimentales de dicho país, el acoplamiento producido entre dos espacios culturales diversos nos
ha constituido en la hibridez, la cual se ha desplegado hasta lo social-contemporáneo. El pololeo
habita el lugar de los secretos, es una ‘prueba’ de la hibridación de lo cultural y del acoplamiento de
los relatos constituyentes de lo social provenientes de espacios socio-culturales diversos.
Lo real-existente deviene acoplado, pensemos en la multiplicidad de ‘enlaces’ que se dan en
la estructura atómica y microatómica constituyente de la materia, o en el código genético de los
sistemas autopoiéticos. La posibilidad de ‘reconocimiento’ entre dos entes se produce porque entre
ellos es posible el acoplamiento. Pensemos en un virus que se acopla al organismo humano, el
reconocimiento se produce en la medida que el código genético de dicho virus se acopla al código
humano, desencadenando un conjunto de efectos en la organización del individuo, el virus, de
alguna manera, pasa a formar parte de la autopoiésis humana, independientemente de que esto
afecte su estado de equilibrio dinámico al punto de poder producir la muerte del individuo que
112
Que significa ‘el habla de la tierra’ (mapu es tierra; dùngun es hablar)
113
Actualmente dicha lengua posee una escritura de este tipo, la cual se despliega, sobre todo, de la
‘castellanización’ de su fonética.
114
Cúpol es familia en lengua Mapuche.
66
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
‘infecta’. En lo social y lo cultura, siendo partes de lo real-existente, ocurre algo similar, en cuanto a
la diversidad de acoplamientos posibles del ‘código’, éste aunque múltiple, tiene una limitación que
está dada por la afinidad de los enlaces, a todo nivel. Dicho acoplamiento produce una hibridización
de las culturas, no la negación de una de ellas por la otra, pues el acoplamiento se da siempre en la
posibilidad de la compatibilidad y la afinidad del código, sin importar necesariamente las
consecuencias posteriores. El código genético es compatible, se encuentre en virus o humanos; el
lenguaje de las diversas comunidades socio-culturales al mostrar sus acoplamientos, muestra lo
mismo. Nuestro acoplamiento es una operación socio-cultural que funciona por reconocimiento de
múltiples códigos -múltiples lenguajes- que se enlazan y producen la hibridación por afinidad socio-
cultural. Pero en la fluidez de lo posmoderno, con el aumento de la velocidad de circulación de los
diversos lenguajes en el mundo global de la tercera fase de expansión del capitalismo, podemos
apreciar que la hibridez -al igual que el cyborg, como veremos más adelante- se despliega de modo
más evidente, constituyendo una de las características posibles del actual clima cultural de la
posmodernidad.
La hibridez representa un movimiento nómada de problemáticas culturales con respecto al
otro y a la otredad, es un movimiento recodificador e innovador entre dos componentes socio-
culturales que se encuentran y se acoplan separándose de las prácticas anteriores por la
recombinación fluida del código. Lo híbrido como característica socio-analítica de lo social-
contemporáneo se constituye, sobre todo, a partir del despliegue “(…) de fuerzas centrípetas y
centrífugas resultantes de la catastrófica acción de la modernización económica y tecnológica sin
que ésta llegue a ser apocalíptica115, en la medida que el capitalismo multinacional se constituye en
hegemónico a nivel planetario aumenta la posibilidad de los encuentros de diversos espacios socio-
culturales entre si, con lo cual la hibridación, como función social se vuelve, a su vez, recurrente. La
hibridación y lo híbrido, al ser conceptos que se ha recepcionado de la biología provocan cierto
resquemor, de ahí que algunos prefieran seguir hablando de “(…) sincretismo en cuestiones
religiosas, de mestizaje en historia y antropología, de fusión en música”116. Pero la evidencia del
acoplamiento y de lo posmoderno nos da la posibilidad de desplegar nuevas posibilidades socio-
analíticas, con lo cual designaremos como hibridación a todos los procesos socio-culturales en los
que estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se acoplan y se combinan para
desplegar nuevas operaciones socio-culturales, teniendo siempre presente que si existen operaciones
llamadas discretas éstas fueron, a su vez, el resultado de acoplamientos anteriores que produjeron
hibridaciones circunscritas a culturas locales, por lo cual no pueden ser consideradas fuentes
‘puras’. De esta manera la pretensión de un origen es puesto en duda de la misma manera que el
simulacro de lo social-contemporáneo pone en duda la representación de lo real en base a un
original, que eventualmente nunca ha existido. Lo socio-cultural deviene acoplado, con ello la
posibilidad de la diferencia, de lo híbrido, como posibilidad de desplegar un particular lenguaje
sobre lo que en sí se acopla, se constituye en enlaces de afinidad y compatibilidad del código
lingüístico. Con ello se elude lo original de un lenguaje que pueda establecerse como ‘modelo’ para
los restantes, como una especie de base estable y genuina de lo socio-cultural. Los lenguajes
existentes se despliegan desde una huella que, además, tiene un emplazamiento específico, está
situada, con lo cual posee variados lugares de despliegue. Con su carácter situado dicho híbrido
esquiva, por otra parte, la pretensión de lo universal o lo universalizable, lo cual podría tan sólo
devenir en una homogeneización total de lo social-contemporáneo en lo real-existente, lo cual
presumiblemente podría producirse se existiera esa especie de ‘cegera’ que afectaba al ser
autopoiético de Maturana y Varela en su relación con el entorno.
115
García Clanclini N.: Culturas híbridas. Editorial Grijalbo, México 1990, página 46.
116
Ibíd., página III.
67
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
117
Ibíd., página VI.
118
Ibíd., página VII.
68
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
categorías socio-analíticas no surgen de hecho, ni de la naturaleza de las cosas, sino de las luchas
semiótico-materiales concretas, con lo cual el despliegue del acoplamiento y la hibridación, en lo
que de condicionamiento y determinación socio-cultural poseen, no es un movimiento determinista
sino, por el contrario, es una ‘política de desnaturalización’ de lo social-contemporáneo. Se trata
precisamente de complejizar lo dado como evidente, sea éste el capitalismo multinacional o una
específica forma de concebir el saber. El acoplamiento y la hibridación, en lugar de considerar una
diferencia, como alteridad radical, que se enfrenta a una identidad desde una postura dialéctica, se
propone una que se deslice, produciendo afinidades por acoplamiento, dentro de otras diferencias119.
El acoplamiento permite que se conjuguen, por afinidad, heterogeneidades diversas donde
lo híbrido no es un dato suplementario sino la posibilidad de desterrar las maneras binarias de
pensar la diferencia, en la medida que ésta no se piensa sólo como límite o separación entre dos
entes o configuraciones socio-culturales específicas, sino como un ‘entre’, es decir como una
bisagra que fluye entre las fronteras produciendo afinidades por acoplamiento. El entre es el nuevo
territorio producido por el acoplamiento y el despliegue de la hibridación y busca conjurar las
propuesta de la identidad como unidad. Se busca eludir la posibilidad de constituir cualquier tipo de
identidades esencializadas y naturalizadas, y producir afinidades por acoplamiento, móviles,
pluritonales, modulables, desplegadas desde la posibilidad del cambio permanentemente, en la
medida que la fluidez de lo social-contemporáneo promueve la movilidad de lo socio-cultural al
establecer como su territorio todo el entramado semiótico-material de lo real-existente. En el actual
clima cultural de posmodernidad el acoplamiento y la hibridación pueden constituir posibilidades
socio-analíticas de registro de lo fluido y lo móvil, el pululeo es una prueba de ello, con él, los
relatos del pueblo Mapuche viven con nosotros, acoplados, al igual que sus determinantes
genéticos, por la versatilidad del código, sea éste molecular o lingüístico.
119
“No se pude decir dónde terminan los británicos y dónde empiezan sus colonia, dónde empiezan los
españoles y dónde empiezan los latinoamericanos y dónde los indígenas”. García Clanclini N.: Consumidores
y ciudadanos. Editorial Grijalbo, México 1995, páginas 123 y124.
69
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
3.- SIMULACIONES.
70
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
120
Se utiliza acá virtual como virtus.
71
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
de la pura correcta adecuación al logos, ‘(…) cuando una madre llora se nubla el pensamiento (…)’,
canta Álvaro Enríquez121, dando cuenta de eso indecible que alguna vez se siente y/o
experiencia y que, de alguna manera, nos muestra algo diferente a lo habitual y a lo
cotidiano, con lo cual, todas las certezas de lo ‘racional’ parecen febles 122 e insuficientes. El
flujo posmoderno de lo implosivo y el simulacro parece mostrar que la supuesta realidad no
vale más ni menos que lo aparente, que no hay jerarquías en lo verosímil cuando la
‘ilusión’, lo virtual y el signo, está configurada con el mismo empecinamiento y la misma
minuciosidad que lo real-existente y, sobre todo, cuando damos cuenta que éste último
acoplamiento ya no le precede como origen, incluso más, tal vez no exista nada en el
origen, que no exista ya un origen sino, tan sólo su simulacro.
La implosión físicamente es la ruptura hacia dentro de las paredes de un sistema
cuya presión interna es inferior a la de fuera. Por analogía, Baudrillard llama implosión a la
destrucción interior que se produce cuando se vacía de significado el mundo: un proceso de
entropía social en virtud del cual se derrumban las fronteras entre realidad e imagen, y se
abre el agujero negro de la falta de significación. Por ahí pierde el mundo la presión interior
que genera el sentido de las cosas y la certeza de los objetos, se vacían del significado que
habían instalado en ellos las filosofías modernas de despliegue, de irradiación de
intensidades y de molecularización del deseo. Dichas filosofías “(…) van en el mismo sentido, el
de saturar hasta lo intersticial y hasta lo infinito las redes (…) hasta convertirse en agujeros negros donde el
mundo, en el sentido que lo entendemos, como destello y potencial indefinido de energía, es abolido (…)” 123.
Lo social pierde sentido o significación en la medida que se ha concebido tan sólo como
despliegue, como pura expansión y explosión, bajo el signo de la universalidad del
mercado, de los valores, económicos y filosóficos, “(…) pero según un proceso de desbocamiento y
de aceleración, ese proceso explosivo llegó a ser incontrolable, alcanzó una velocidad o una amplitud mortal,
o más bien alcanzó los límites de lo universal, saturó el campo de expansión posible (…)”124. Lo moderno
como despliegue, ha invadido todo lo social-contemporáneo, desde lo intersticial hasta lo
sistémico. En el capitalismo esto se enuncia como el término del proceso de modernización,
el cual será, precisamente, el que permite que la tercera fase expansiva capitalista se
121
Músico y cantante chileno, líder de la banda rock ‘Los Petinellis’.
122
Febles se entenderá como débil pero al mismo tiempo sinuoso y delicado.
123
Baudrillard J.: Cultura y simulacro. Editorial Kairós, Barcelona, 2002, páginas 102 y 103.
124
Ibíd., página 166.
72
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
por ello derrumbarse sobre ellas mismas (...)”125. Lo implosivo y el simulacro parecen afectarlo
todo. Se produce, por ejemplo, que epistemologías que se han constituido en la separación
taxativa sujeto-objeto, vean resentidas sus categorías explicativas pues “(…) se esfumó la
diferencia soberana entre uno y otro que producía el encanto de la abstracción (…) La metafísica entera
desaparece. No más espejo del ser y de las apariencias, de lo real y su concepto”126.
En lo social-contemporáneo se ha desplegado la precesión de los simulacros, en la
medida que,
“(...) la abstracción ya no es la del mapa, la del doble, la del espejo o la del concepto. La simulación
no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación por los modelos de
algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal. El territorio ya no precede al mapa ni le sobrevive. En adelante
será el mapa el que preceda al territorio (…) Hoy serían los jirones del territorio los que se pudrirían
lentamente sobre la superficie del mapa, son los vestigios de lo real, no los del mapa, los que todavía
subsisten esparcidos por unos desiertos que ya no son los del imperio, sino nuestro desierto. El propio desierto
de lo real”127.
73
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
disuasión de todo proceso real por su doble operativo, por su simulacro. Lo real-existente
no tendría nunca más la ocasión de producirse “(…) tal es la función vital del modelo en un sistema
de muerte, o, mejor, de resurrección anticipada que no concede posibilidad alguna ni al fenómeno mismo de
celebran su coronación (...)”129. Y las ‘masas’ acuden. Esta es la cuestión dirá Baudrillard. Es la
propia ‘sociedad de masas’ la que así pone fin a la cultura de masas. La sociedad de masas
será, de esta manera el lugar de la implosión de lo social, de la pérdida de significación de
lo social-moderno hasta el punto de su desaparición.
La dificultad adicional que se agrega a la situación contemporánea estriba en que la
simulación no se limita a producir simplemente ‘objetos irreales’, sino que manufactura
objetos y experiencias que pretenden ser más reales que la propia realidad, o sea,
hiperreales. En la sociedad del despliegue de lo tecnológico-virtual, la simulación no es ya
128
Ibíd., página 11.
129
Ibíd., página 206.
74
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
un territorio; es la generación vía modelo de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal.
Las transgresiones que se pueden realizar por la vía de la simulación, afirma Baudrillard,
son más graves que las violencias materiales, que sólo afectan a lo real. La simulación “(…)
es infinitamente más poderosa, ya que permite ir más allá de la realidad y hacer imaginar que el orden y la ley
mismos podrían muy bien no ser otra cosa que simulación (...)”130. Es en la ausencia de lo real donde
está el problema del mundo. En una hiperrealidad sin referentes, lo peligroso es la
implosión de la significación socio-cultural producida por la simulación pues, la pérdida de
realidad que conlleva la precesión de los simulacros envuelve en su “(…) sombra aniquiladora
todos los acontecimientos imaginables (…)”131, desplegados en lo social-contemporáneo. El único
referente que aún funciona para Baudrillard es ‘la mayoría silenciosa’; con la salvedad que
esta mayoría ha dejado de ser representable. La sociedad de masas es una especie de
agujero negro, donde sólo quedan simulaciones producidas por encuestas y estadísticas. Y
es necesario añadir que la desaparición de lo social ha arrastrado en su caída a la política,
de la cual sólo resta su propia simulación. El hecho de que la masa sea un referente
imaginario no significa que no exista pero, lo que ha quedado excluido, dirá Baudrillard, es
la posibilidad de representarla y, en consecuencia, no habrá una significación social que de
sentido a la política y a la acción colectiva. No se trata ya de que la información que
suministran los medios sea una imitación, una reduplicación de lo real, ni siquiera una
parodia. La operación que llevan a cabo los nuevos medios consiste en sustituir la realidad
misma por los signos de lo real. Se trata de una operación que detiene y reemplaza todo
proceso real por su doble simulado.
La condición actual del mundo es la de una hiperrealidad, donde el prefijo ‘hiper’
quiere decir ‘más que’, y el término ‘realidad’ significa ‘reproducción’ más que
‘producción’. La difusión masiva de la televisión unida a la comunicación satelital y al
despliegue de la informática -que profundiza los aspectos de lo virtual- permite
experimentar un torrente de imágenes pertenecientes a espacios semiótico-materiales
diferentes casi de manera simultánea, de modo que los espacios del mundo pasan a ser una
serie de imágenes que operan como simulacro de lo real sobre la pantalla televisiva o del
ordenador. El entrelazamiento de simulacros en la vida cotidiana va a reunir diversos
130
Ibíd., página 208.
131
Ibíd., página 208.
75
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
76
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
extendido nuestros cuerpos en el espacio. Hoy, tras más de un siglo de tecnología electrónica, hemos
extendido nuestro sistema nervioso central hasta una inclusión global, aboliendo tanto el espacio como el
132
Harvey D.: La condición de…/ Op. Cit., página 324.
133
Baudrillard J.: Cultura y…/ Op. Cit., página 60.
77
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
interpretan según esas leyes”134, son sólo un relato sin más -ni menos- realidad que lo que se
dice, de algo que fluye como si fuera de cierta manera. Nuestro acceso ‘privilegiado’ a ella,
sería sólo parte de dicho relato. Pero por el hecho que lo socio-analítico se despliegue como
un relato no significa que no sea importante, por el contrario, lo es tanto que es, justamente
por ello, que lo posmoderno despliega un ‘giro’ lingüístico. En la medida que los relatos de
lo real-existente no provienen, por así decirlo, desde un origen, el ‘desierto’ de lo real no ha
conocido un paraíso del cual hayan sido arrojados los individuos y sus vicisitudes, la vida
de éstos se ha constituido en un complejo acoplamiento lingüístico-experiencial que ha
devenido en relato y en una determinada práctica social, evidentemente no exenta de todas
las complejidades de la vida social-contemporánea. La opción de occidente ha sido por la
seguridad de los objetos, pero qué se puede hacer cuando el flujo, el devenir, se ha
instalado en lo social contemporáneo.
Lo virtual vuelve más evidente dicho flujo, pues muestra el potencial del simulacro,
por un ordenador puede pasar el mundo, es más, un ‘internauta’, puede ‘navegar’ y
‘conectarse’ a éste, como simulacro, a través de su ordenador. Lo virtual, de esta manera,
no niega ni reemplaza lo real-existente, sino que pasa a formar parte de él en la medida que
también lo constituye. Lo virtual se despliega acoplado en las diferentes escrituras que
circulan por lo social-contemporáneo. Aunque tradicionalmente se ha considerado que lo
virtual es lo que tiene la posibilidad de producir un efecto, el cual tiene la particularidad de
tener existencia ‘aparente’ y no ‘real’, se debe considerar que esa distinción queda
subvertida socio-analíticamente en lo posmoderno. De ahí que lo virtual deviene existente
en la medida que se despliega como un ente cualquiera, lo virtual ‘es’, existe y tiene la
posibilidad de desplegarse, de desdoblar y de extender lo que está plegado -en este caso el
‘desierto’ de lo real-existente-, con lo cual logra circular como una operación socio-
analítica más en lo real-existente; pero dicha operación es compleja y consta de un estatuto
134
Ibíd., página 140.
78
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
similar a la escritura. En su hacer lo que despliega es una ‘visión’ del mundo, al hacerlo, de
algún modo, condiciona y determina la percepción que los individuos poseen de lo real-
existente, sea éste real o aparente pues, para el simulacro no hay diferencia en la medida
que no hay algo como lo original, como tampoco ya lo habrá para el ‘espectador’
mediático-virtual, ni -aunque en otro sentido- para el analista de lo posmoderno. La propia
actividad de lo mediático-virtual pasa a formar un elemento de la producción y
reproducción del mundo, con la diferencia que su acción sobre él deviene hegemónica -al
igual que la escritura y las palabras- tanto por su capacidad de significación en lo real-
existente como por fluir en todos los intersticios de lo social. Lo virtual produce, de esta
manera, una verdadera revolución al desplegar una visión de mundo que se instala
armónicamente en lo social-cotidiano hasta volverse imprescindible en su uso, no sólo para
el individuo contemporáneo, sino para el propio ‘sistema-mundo’, por su relevancia, por
ejemplo, en la economía global actual, cuya virtualidad se puede apreciar, sobre todo, en lo
que se refiere a lo financiero. De manera coherente con lo anterior, la cultura del simulacro
nace en una sociedad donde el valor de cambio se ha generalizado hasta el punto de que
desaparece el recuerdo del valor de uso, “(…) una sociedad donde, como ha observado Guy
Debord135- en una frase extraordinaria, la imagen se ha convertido en la forma final de la reificación de la
potencial”139. La sociedad de masas se constituye en la esfera cada vez más densa donde
135
En la sociedad del espectáculo, Op. Cit.
136
Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 39.
137
Recordemos que ‘fetiche’ encuentra en ‘embrujo’ una posible acepción en el castellano.
138
Baudrillard J.: Cultura y…/ Op. Cit., página 115.
139
Ibíd., página 115.
79
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
80
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
81
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
140
Ibíd., página 131.
82
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
141
De Certeau M.: La Invención de lo Cotidiano I, Artes de hacer. Editorial, Universidad Iberoamericana,
México, 2000, página 121.
142
Ibíd., página 129.
143
Connor S.: Cultura postmoderna. Introducción a las teorías de la contemporaneidad. Editorial AKAL,
Madrid, 2002, página 56.
144
Ibíd., página 56.
83
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
socio-analíticas. Nos encontramos siempre con un objeto integrado dentro de una red de
significaciones plurales, porque todo soporte material va indisociablemente unido -acoplado- a un
lenguaje que lo despliega por el flujo semiótico-material de lo social-contemporáneo. Sobre él, es
posible desplegar la envoltura como una práctica socio-analítica de recuperación de diferencias y
similitudes no esencialistas.
Lo que se ha afirmado de la relación entre individuo y ciudad, hace aparecer un aspecto
hasta ahora no advertido y que la envoltura permite visualizar. El afuera, del individuo, es la
ciudad, pero es un afuera que en su devenir histórico no es un límite petrificado. En sus avatares y
sucesos, las funciones que delinean el dispositivo urbano señalan una línea que permanentemente se
redefine, se pliega y repliega construyendo, produciendo siempre un adentro en esa ciudad. Su
dispositivo de similitudes y contrastes no se detiene y va estableciendo jerarquías múltiples en el
acoplamiento que establece su escritura con lo real-existente. Se observa, por ejemplo, como la
habitación se ha constituido, de manera preferente, en un ‘interior’ de la ciudad, más aún, en un
interior del hogar, con lo cual establece una diferencia dada por su despliegue de ‘intimidad’, de
interioridad. La habitación se constituye, de esta forma -en la modernidad-, en una especie de
‘representación’ del individuo al ser capaz de contener la interioridad de éste. Vana pretensión
esencialista, la ‘interioridad inexpugnable’ de la antigua habitación burguesa siempre fue sólo una
pretensión, de refugio e independencia145, que aunque operó como una verdadera barrera de
interioridad e intimidad del individuo frente a lo externo, fue siempre establecida desde la
posibilidad del contraste y la similitud -de la envoltura-, con el resto de elementos constituyentes
del paisaje urbano. En la fluidez de lo social-contemporáneo, el capitalismo ha conquistado una
parte de dicho recinto inexpugnable con su conexión virtual al mundo a través de sus objetos
mediáticos -sobre todo con el televisor, el ordenador y el móvil- con lo cual, es la propia
interioridad del individuo la que se ve invadida por el flujo virtual de imágenes y conexiones que
circulan no reconociendo barreras impermeables en su despliegue. De la misma manera la moda,
con su serialidad indiferenciadota que tiende a la repetición de lo mismo, despliega una diferencia al
interior de su propio sistema codificador, con lo cual las habitaciones dejan de ‘representar’ el estilo
particular de cada individuo en su ornamentación, pasando a formar parte del menú posible del
dispositivo moda-consumo del capitalismo multinacional.
El individuo se despliega, de esta manera, como una derivación permanente, abierta a
futuras modelaciones y modulaciones. Las configuraciones de los saberes y las prácticas sociales, el
afuera, determinan en su dinámico juego una línea de plegamiento que definirá la interioridad de
los individuos. Es por ello que la diferencia que opera en el lenguaje acerca de la ciudad es ya la
posibilidad socio-analítica de la envoltura. Cada vez que sobre ella se despliega un enunciado lo
hará para producir diferencias y contrastes al interior de las operaciones de afinidades y similitudes.
Establecerá, con ello, un dominio de jerarquías móviles en torno a lo real-existente de la ciudad. La
envoltura juega su posibilidad socio-analítica en la indiferenciación de lo social fluido de lo
contemporáneo, en las pretensiones de homologar al clima de lo posmoderno la pura
estandarización y uniformidad que despliega el capitalismo multinacional es su acción
desestructurante de lo local, pero dicha pretensión es sólo un dispositivo posible, no el único. La
hibridación ha dado cuenta que cada espacio socio-cultural se constituye en el acoplamiento fluido
de lo local con lo masivo en su circulación global. La envoltura nos permite reconocer lo diverso
produciendo diferencias móviles, no restringidas a categorías binarias, de jerarquías preestablecidas
y sujetas a dominios estructurantes y normativos de lo social-contemporáneo. La envoltura funciona
como una escritura socio-analítica, la cual es siempre una diferencia, una irrupción en lo real-
existente dado como lo natural y lo naturalizado. En la indiferencia produce la diferencia, es, en
145
Recordemos como relevantes posturas feministas han rescatado la pretensión de ‘un cuarto propio’ como
un triunfo de sus postulados.
84
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
cierto modo, como un ‘graffiti’ en la ciudad y en aquellos lugares que resaltan por su uniformidad y
pulcritud serial. Cada graffiti deja una huella que escribe e inscribe una diferencia en la repetición,
en la medida que resalta una diferencia en el entramado de la ciudad contemporánea. El graffiti, con
su acción, desestabiliza la rutina monocorde que se establece entre el individuo y el cotidiano
caminar por la ciudad. En el infinito circular por lo mismo inscribe su huella que destaca que dicha
ciudad existe más allá de su rutinización material, pues ésta es también una específica escritura
socio-cultural, diversa, híbrida de los múltiples acoplamientos desplegados entre el fluido
capitalismo multinacional y los espacios locales de realización. El graffiti se intersecta con la
ciudad, es una huella diferenciadora. En su contraste con la pulcritud de las ciudades del
capitalismo serial produce la vivencia con la ciudad, su ‘mancha’ despliega diferencias ahí donde la
rutinización parecía invadirlo todo. La envoltura es similar, realiza una acción que es capaz de
componer una socio-analítica en la superficialidad de lo social-contemporáneo, pues despliega una
diferencia en el flujo permanente e indiferenciado de lo mismo. Permite inscribir sus enunciados
distintivos en la serialidad homogénea del capitalismo multinacional. Si el presente posmoderno
deviene en una instantaneidad esquizofrénica, la envoltura promueve mostrar la diferencia entre un
ente y otro, con ello posibilita la opción de la jerarquización como operación y no como una
determinante estática y esencialista de la relación que se establece entre dos entes cualesquiera.
Veamos un ejercicio socio-analítico que nos permita visualizar la envoltura en su
despliegue sobre tres conocidas pinturas146 de zapatos realizadas por Van Gogh147, Warhol148 y
Magritte149. Servirá, del mismo modo, para mostrar el clima de discusión entre lo moderno y lo
posmoderno. En el despliegue de la pintura de Van Gogh, Jameson propondrá dos lecturas posibles
para la interpretación de dicho cuadro. La primera exige reconstruir una situación inicial desde
donde surge la obra, en la medida que al no hacerlo se cae en el riesgo de referirse a ella de una
manera puramente decorativa, y por lo tanto desalojada de su capacidad de representar ‘algo’. Este
contenido o significado para Jameson debe entenderse simplemente “(…) como el mundo instrumental
de la miseria agrícola, de la descarnada pobreza rural. Es el rudimentario mundo humano de las agotadoras
faenas agrícolas, un mundo reducido a su estado más brutal y frágil, más primitivo y marginal" 150. Pero es
algo más, pues algo ocurre, en general, en los cuadros de Van Gogh; los manzanos estallan en
estridentes matices rojos y verdes, en deslumbrantes superficies cromáticas que posibilitan el sueño,
la utopía del pintor que junto con dar cuenta de la crudeza capitalista nos otorga el color desplegado
que pinta sobre el gris del capital un verdadero destello utópico de girasoles encendidos y
fulgurantes.
Una segunda lectura enunciada por Jameson es la que realiza Heidegger en el Origen de la
obra de arte, articulada en torno a la idea de que la obra de arte emerge del abismo que se produce
entre la tierra y el mundo "(...) En el zapato -dice Heidegger- 'tiembla la callada llamada de la tierra, su
silencioso regalo del trigo maduro, su enigmática renuncia de sí misma en el yermo barbecho del campo
inverna'151. Y continúa señalando que es por él "(...) por la que atisba lo que es de verdad el utensilio, el
par de botas de labranza. Este ente sale a la luz en el desocultamiento de su ser por mediación de la obra de
arte, que lleva a que la totalidad del mundo y la tierra ausentes se revelen en torno a ella, junto al cansino
caminar de la labriega, la soledad del sendero, la cabaña en el claro y los gastados y rotos útiles de labranza en
los surcos y en el hogar"152. De esta manera, el cuadro no sólo permite establecer una relación con un
146
Escojo la pintura pues como señala Severo Sarduy ella es en esa galaxia donde se expande y despliega la
simulación. Sarduy S.: La simulación. Editorial Monte Ávila, Caracas 1992.
147
Un par de botas.
148
Zapatos de polvo de diamante.
149
El modelo rojo.
150
Jameson F.: Teoría de la…/Op. Cit, página 29.
151
Ibíd., página 30
152
Ibíd., página 30.
85
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
determinado contexto social-rural, sino que además posibilita establecer la 'verdad' de lo que
representa dicho zapato en el despliegue que provoca la obra de arte al ver emerger al ente de las
‘tinieblas’ a la ‘luz’ del ser en su desocultamiento, con lo cual el contexto socio-analítico se
despliega desde la explotación capitalista y la utopía compensadora de la miseria que provoca, al
desocultamiento de la metafísica, que se produce desde el lugar que el ser -como signo y presencia-
produce.
Frente a estos zapatos y lo que 'representan', Jameson presenta los zapatos de polvo de
diamante de Andy Warhol, en donde la situación interpretativa cambia de manera decisiva pues,
estos zapatos, ya no nos hablan "(...) evidentemente, con la inmediatez del calzado de Van Gogh, de hecho,
casi me atrevería a decir que en realidad no nos hablan en absoluto. Nada hay en este cuadro que organice
siquiera el más mínimo lugar para el espectador, que se topa con él al doblar la esquina de un pasillo de
museo o en una galería con la misma contingencia que si se tratase de un inexplicable objeto natural" 153.
Vemos, ahora, que estos zapatos no tienen ni contexto de aparición ni nos trasladan a ningún tipo de
'verdad' acerca de la explotación capitalista o el desocultamiento del ente por el ser, con lo cual el
espectador no sólo perdería la posibilidad de contextualizar el cuadro sino que, además, en el
trabajo de Warhol el espectador no podría siquiera de modo alguno "(...) completar el gesto
hermenéutico y devolver a estos fragmentos el contexto vital mayor de la sala de fiestas o el baile, el mundo
de la moda del jet set o de las revistas del corazón" 154. Con esto lo que se perdería, no es sólo el contexto
de aparición sino la propia atribución de sentido que el cuadro ya no produciría debido a la ausencia
de profundidad que caracteriza, en general, a la expresión de lo posmoderno que se daría en la
pintura de Warhol, al no posibilitar la representación de lo utópico o del fin de la metafísica. Frente
a la utopía de Van Gogh la superficialidad vacía y fragmentada de Warhol, frente a lo moderno una
posible lectura de lo posmoderno.
A diferencia de Jameson, Esther Díaz dirá que en los zapatos de Warhol, más que
profundidad y significación lo que se descubriría en ellos es "(...) una 'voluntad de superficialidad', una
especie de desacralización de la gran pintura. Una ironía. Una colección de objetos que parecen empeñarse en
no portar más mensaje que el de su simple mostración desencantada. Desencantada y encantadora a la vez,
porque brillan. Son de polvo de diamante" 155. En esta 'nueva superficialidad' se desplegaría un mensaje
más básico y a la vez más novedoso, en la medida que -los zapatos de Warhol- simplemente están
ahí. Pero en ese movimiento terminarían, según ella, deconstruyendo la obra de arte al mostrar su
desencanto -con lo moderno- y el encanto -posmoderno- pues 'brillan', para ellos mismo. Díaz ve en
estos zapatos una emergencia de efectos representativos, un aumento de elementos decorativos, dirá
que "Los zapatos de Warhol son elegantes y fríos. Además, no son una pareja, es decir, un par. Son varios y
diferentes. No hay pareja, hay diferencia. Lucen impecables, no usados, casi como una imagen publicitaria.
Son la inversión de la utopía. Simplemente, son" 156. Así, los zapatos de Warhol, que señalaban la
'modestia' de estar 'simplemente' ahí, terminarían para Díaz invirtiendo, nada más ni nada menos,
que a la propia utopía moderna en su despliegue artístico. Esos ‘simples’ zapatos son capaces, en su
despliegue, de poner en entredicho toda una época -la moderna- al estar ‘simplemente’ ahí, vaciados
de significado y contexto de aparición. Toda la modernidad y la posmodernidad puesta en cuestión
por unos zapatos parece, sin duda, algo exagerado.
Más allá de los interesantes análisis expuestos, en los cuales se puede evidenciar una
expresión de los debates que se despliegan en torno a lo moderno y lo posmoderno, se presenta el
análisis del cuadro de Magritte que permitirá visualizar una socio-analítica de la envoltura. Dicho
cuadro surrealista se despliega sobre la diferencia y la distancia "(...) que instaura el cálculo
funcionalista (y yo agregaría esto hasta el neopositivismo), o entre el sujeto y él mismo, o entre el hombre y
153
Ibíd., página 30.
154
Ibíd., página 30.
155
Díaz E.: Posmodernidad. Editorial Biblos, Buenos Aires, 1999, página 48.
156
Ibíd., página 48 y 49.
86
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
su propio cuerpo, sobre la distancia y la finalidad abstracta que se le impone, sobre ese clivaje que hace que
los hombres y las cosas se encuentren de pronto hendidos de nuevo como signos y confrontados con un
significado trascendental: su función"157. Debido a que las imágenes juegan con la contaminación se
puede observar que el surrealismo de la pintura "(...) ilustra y denuncia la división del sujeto y del
objeto"158, en su aparente indiferenciación. Al acoplar dichos elementos -pie y zapato- se provoca la
implosión de dicho dispositivo permitiendo dar cuenta de la nueva situación de lo posmoderno, en
cuanto despliegue distintivo de categorías binarias, que señalaban la diferencia taxativa de un
mundo exterior analizable y objetivable por un sujeto consciente. Con esa capacidad de captura
desplegada se termina categorizando el mundo a partir de esa distancia y diferencia taxativa
otorgada por la escisión entre el sujeto-observador y el objeto-observado. Pero dicha pintura no da
cuenta de cualquier acoplamiento, pues juega intencionadamente con la indiferenciación entre el pie
y el zapato, lo cual nos ofrece la posibilidad de desplegar la envoltura en tanto podamos reconocer
una móvil jerarquía entre lo envuelto y el envoltorio.
Ahora, es bastante obvio que el artefacto surrealista no anula la evidencia material de la
existencia de individuos desplazados de sus productos -zapatos en este caso- sino que se trata de dar
cuenta de una situación novedosa con la envoltura. Nuestros ‘productos’ y, más en general, los
objetos construidos en lo real-existente y la seguridad que nos ofrecen, no se presentan estáticos y
externos frente a su producción y su captura, sino que ofrecen ‘resistencias’. En la medida que los
objetos, devenidos en signo y simulacro, participan en un complejo flujo de producción y
reproducción semiótico-material, la anterior separación interior-exterior; sujeto-objeto, deja de tener
preponderancia puesto que, la escisión de lo categorial -como Idea- y de lo material -como objeto-,
deja de tener espesor socio-analítico para 'representar' epistemológicamente el mundo. Con ello la
posibilidad surrealista del cuadro de Magritte permite establecer un anuncio que encontrará en la
envoltura, la condición necesaria para desplegar la diferencia y el contraste entre el zapato y el pie
‘pintado’, en su acoplamiento, como similitud. El acoplamiento que se produce entre ellos no es
sinónimo de indiferenciación en sí, sino que muestra, como en su tiempo lo hizo el cuadro de
Munch, que las antiguas separaciones de lo real-existente en categorías binarias, muchas de ellas
taxativas y excluyentes, eran tan sólo ‘aparentes’. En la medida que se puede eludir dicha forma de
despliegue socio-analítico se abre la posibilidad de lo diverso, del punto de vista de un
conocimiento que se encuentra -en su emplazamiento- situado. Aunque dicha situación de
fragmentación genere la sensación de colapsamiento espacio-temporal en la evidencia de que lo
real-existente ha perdido sus diferencias supuestamente ‘reales’ dadas por el dispositivo sujeto-
objeto, la indiferenciación que esto produce es posible evitarla en la medida que se establece una
nueva escritura sobre el cuadro. En él, es siempre posible desplegar una socio-analítica de la
envoltura y diferenciar lo que puede constituir el zapato y el pie, aunque sea de una manera mucho
más feble y débil que la anterior categorización moderna; aunque la jerarquía entre los elementos
sea móvil y se presente más como una opción que se ejerce desde un particular punto de vista,
desde el emplazamiento que posibilita un conocimiento situado.
Más allá de los interesantes análisis expuestos, en los cuales se puede evidenciar una
expresión de los debates que se despliegan en torno a lo moderno y a lo posmoderno, se presenta a
continuación el análisis del cuadro de Magritte que permitirá visualizar una socio-analítica de la
envoltura. Dicho cuadro surrealista se despliega sobre la diferencia y la distancia "(...) que instaura el
cálculo funcionalista (y yo agregaría esto hasta el neopositivismo), o entre el sujeto y él mismo, o entre el
hombre y su propio cuerpo, sobre la distancia y la finalidad abstracta que se le impone, sobre ese clivaje que
hace que los hombres y las cosas se encuentren de pronto hendidos de nuevo como signos y confrontados con
un significado trascendental: su función"159. Debido a que las imágenes juegan con la contaminación se
157
Baudrillard J.: Critica de la…/ Op. Cit., página 236.
158
Ibíd., página 237.
159
Baudrillard J.: Critica a la…/ Op. Cit., página 236.
87
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
puede observar que, el surrealismo de la pintura "(...) ilustra y denuncia la división del sujeto y del
objeto"160, en su aparente indiferenciación. Al acoplar dichos elementos -pie y zapato- se provoca la
implosión de dicho dispositivo permitiendo dar cuenta de la nueva situación de lo posmoderno, en
cuanto despliegue diferenciador de anteriores categorías binarias, que señalaban la diferencia
taxativa de un mundo exterior analizable y objetivable por un sujeto conciente. Con esa capacidad
de captura desplegada, por socio-analíticas modernas, se termina categorizando el mundo a partir de
esa distancia y distinción taxativa otorgada por la escisión entre el sujeto-observador y el objeto-
observado. Por eso, la pintura de Magritte, no da cuenta de cualquier acoplamiento, pues juega
intencionadamente con la indiferenciación entre el pie y el zapato, lo cual nos ofrece la posibilidad
de desplegar la envoltura en tanto podamos reconocer una móvil jerarquía entre lo envuelto y el
envoltorio.
Ahora, es bastante obvio que el artefacto surrealista no anula la evidencia material de la
existencia de individuos desplazados de sus productos -zapatos en este caso- sino que se trata de dar
cuenta de una situación novedosa con la envoltura. Nuestros ‘productos’ y, más en general, los
objetos construidos en lo real-existente y la seguridad que nos ofrecen, no se presentan estáticos y
externos frente a su producción y su captura, sino que ofrecen ‘resistencias’. En la medida que los
objetos, devenidos en signo y simulacro, participan en un complejo flujo de producción y
reproducción semiótico-material, la anterior separación interior-exterior; sujeto-objeto, deja de tener
preponderancia puesto que, la escisión de lo categorial -como Idea- y de lo material -como
objeto-, deja de tener espesor socio-analítico para 'representar' epistémicamente lo real-existente.
Con ello, la posibilidad surrealista del cuadro de Magritte permite establecer un anuncio que
encontrará en la envoltura, la condición necesaria para desplegar la diferencia y el contraste entre el
zapato y el pie ‘pintado’, en su acoplamiento, como similitud. El acoplamiento que se produce entre
ellos no es sinónimo de indiferenciación en sí, sino que muestra, como en su tiempo lo hizo el
cuadro de Munch para referirse a la angustia moderna, que las antiguas separaciones de lo real-
existente en categorías binarias, muchas de ellas taxativas y excluyentes, eran tan sólo ‘aparentes’.
En la medida que se puede eludir dicha forma de despliegue socio-analítico se abre la posibilidad de
lo diverso, del punto de vista de un conocimiento que se encuentra -en su emplazamiento- situado.
Una expresión ‘real’, similar al zapato-pie de Magritte lo podemos encontrar en toda una
iconografía de trabajadores de minas del carbón en el Chile de principios del siglo XX. Los zapatos
eran un bien escaso para ellos, las familias obreras los compraban a sus niños para paliar las
inclemencias climáticas del sur chileno, pero, a medida que el individuo crecía, el zapato iba
apretando cada vez más, con lo cual se hacía necesario cortar la punta de éste para posibilitar que,
una parte de dicho zapato-pie sirviera todavía para evitar el frío de las ingentes condiciones en que
desarrollaban su trabajo. Así, dicho zapato-pie despliega, en su envoltura, no sólo la posibilidad de
eludir las binarias categorías de lo interno y lo externo en sí, sino que también permite dar cuenta de
las peripecias de una parte de la población mundial, por resistir a las funestas condiciones de
existencia material-existencial desplegadas por el capitalismo en su funcionamiento.
La modernidad se dispuso la tarea utópica de terminar con la explotación y desplegar la
emancipación para el conjunto de la humanidad. Terminó con la evidencia de que incluso la
interioridad y la exterioridad en sí eran sólo una posibilidad socio-analítica más. La modernidad era
sólo un cuarto propio que devino serialidad fluida en el capitalismo multinacional. Lo posmoderno
no tiene fundamentos, desde donde desplegar soluciones utópico-universales para la explotación y
la miseria materia-existencial, pero ello no significa necesariamente la ‘derrota’ epistémica, la cual
“(…) es siempre breve (…)”, como canta Inti-illimani. Frente a la complejidad y la imposibilidad de
captura de lo real-existente, el relato de la profundidad -con su retraimiento al cuarto propio- se ha
mostrado insuficiente. Nuevos relatos deben entonces circular por la complejidad de lo social-
160
Ibíd., página 237.
88
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
‘La teoría marxista, radical en cuanto a su análisis lógico del capital, se apoya por el contrario en un
consenso antropológico con las opciones del racionalismo burgués del siglo XVIII. Ciencia, técnica,
progreso, historia: toda una civilización se vuelve a captar entonces como productora de su propio desarrollo,
y toma su impulso dialéctico hacia una realización de la humanidad trazada en términos de totalidad y
felicidad. Génesis, desarrollo, finalidad: de todo esto Marx no inventó nada, en cuanto a lo esencial, la idea
del hombre que produce en su infinita determinación y se supera continuamente hacia su propio fin’161.
‘El Maestro Chamán africano162, Gran Médium Espiritual Mágico, poderes naturales, 26 años de
experiencia en todos los campos de Alta Magia Africanos, ayuda a resolver todo tipo de problemas y
dificultades por difíciles que sean. Enfermedades crónicas de droga y tabaco, cualquier problema
matrimonial, recuperar la pareja y atraer personas queridas, impotencia sexual, amor, negocios, judiciales,
suerte, quitar hechizos, depresión y protecciones vida familiares, mantener puesto de trabajo, atraer clientes
(…)’.
161
Baudrillard J.: El espejo de…/ Op. Cit., página 30.
162
Se refiera a un ‘profesor’ cuyo nombre es ‘Manyu’. Este enunciado se tomó de uno de los múltiples
volantes de publicidad del metro de Madrid. Dicho profesor es, en todo caso, muy solicitado entre la
población madrileña, lo cual le permite costearse más de un lujo en su paso por la ciudad.
89
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
4.- SEDUCCIONES.
siempre por destruir el orden de Dios, aún cuando éste fuese el de la producción o el del deseo 163. Todo
discurso está amenazado, a partir de aquí, por la repentina reversibilidad o absorción en sus
propios signos, sin rastro de sentido, pues devienen de una simulación. Seducción de lo
virtual, seducción de lo femenino, pues, dirá Baudrillard “(…) feminidad se confunden, se han
confundido siempre. Cualquier masculinidad ha estado siempre obsesionada por esta repentina reversibilidad
de lo femenino. Seducción y feminidad son ineludibles en cuanto reverso mismo del sexo, del sentido, del
catástrofe del principio de realidad del sexo”165. Por ello, Freud tiene razón, dirá Baudrillard pues,
no hay más que una sola sexualidad, una sola libido y es la masculina. La sexualidad es una
estructura fuerte, discriminante, centrada en el falo, la castración, el nombre del padre, la
represión. No hay otra “(...) Sin embargo, lo femenino está en otra parte: Ahí está el secreto de su fuerza
(...) hoy crea alternativa al sexo y al poder que el psicoanálisis no puede conocer porque su axiomática es
sexual, y es, sin duda, del orden de lo femenino, entendido fuera de la oposición masculino/femenino -siendo
ésta masculina en lo esencial, sexual en su empleo, y no pudiendo ser trastornada sin cesar propiamente de
163
Baudrillard, J.: De la…/ Op. Cit., página 10.
164
Ibíd., página 10.
165
Ibíd., página 13.
166
Ibíd., página 14.
90
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
“las mujeres no se dan cuenta de esta situación pues ¿qué oponen las mujeres a la estructura
falocrática en su movimiento de contestación? Una autonomía, una diferencia, un deseo y un goce
específicos, otro uso de su cuerpo, una palabra, una escritura -nunca la seducción. Esta les avergüenza en
cuanto puesta en escena artificial de su cuerpo, en cuanto destino de vasallaje y de prostitución. No entienden
que la seducción representa el dominio del universo real y la soberanía de la seducción no tiene medida
común con la determinación del poder político o sexual”167.
ésta será mayor allí donde la misma feminidad es incierta: en el juego de la feminidad”168. La
indeterminación que produce la seducción Baudrillard cree poder situarla en el travestismo,
en la medida que ellos juegan -intencionadamente- con el juego de la indiferenciación
167
Ibíd., página 14 y 15.
168
Ibíd., página 17.
91
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
Por ello, Baudrillard dirá que lo femenino no es solamente seducción, es también desafío a
lo masculino por ser único sexo, por asumir el monopolio del sexo y del placer. La
seducción es una estrategia de desplazamiento (se-ducere: llevar aparte, desviar de su vía),
de desacomodo de la verdad del sexo, que es siempre la verdad de lo masculino y de su
taxonomía de distinciones imperativas, de la ‘ley’ y el fundamento del sexo. La seducción
no es sólo, entonces, una posible estrategia de visualización y esquive del dispositivo
sexual de lo masculino, sino que también una estrategia de desmontaje de lo ‘verdadero’ o
lo ‘verosímil’ en sí, que se despliegan desde socio-analíticas modernas.
Baudrillard despliega otra posible definición de la seducción, se da en la medida que
ésta se opone a la producción. La producción es aquello con lo que normalmente se
compromete el individuo de la modernidad, en la medida que se conduce en pro de la
realización de metas deliberadamente trazadas por él. La seducción, lo desvía de esas
metas, y -según Baudrillard- es más fuerte que la producción. Si en los supuestos de la
producción lo social-contemporáneo es capaz de desplegar sentido, la seducción es siempre
capaz de desbaratarlo, desarticularlo, revertirlo. Esto sucede, por ejemplo, cuando un
individuo asiste a su trabajo -movido por una proyección de sentido, característico de la
producción-, y puede ser seducido por la imagen desplegada por una mujer -u otros signos-
que circuló en su camino, pues, en ese momento, el individuo es capaz de vivenciar el
agotamiento de su existencia habitual producir y en el sentido que éste despliega en su
dinámica avasallante. Por un instante el individuo es capaz de sentir lo indecible, aquello
169
Ibíd., página 19.
170
Ibíd., Pág. 21.
92
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
que vive rebasando lo usual y naturalizado de su existencia, y se deja seducir, por lo nuevo
o por lo viejo, pero con otro ropaje, pues la seducción no es nueva, lo que cambia es la
‘forma del artificio’.
A partir de lo anterior, Baudrillard establece una ‘ley’ para la seducción. Dirá que
esta es ante todo, la del intercambio ritual ininterrumpido, mientras que lo sexual tiene un
fin más próximo y banal que se despliega en el goce, como forma inmediata de satisfacción
del deseo. En lo social-contemporáneo lo que se produce por la concreción inmediata del
deseo por el sexo es, justamente, el agotamiento del sentido -moderno- en su concreción
desbordante de signo, se muestra de esta manera una verdadera sintomatología de la
situación actual, en la cual el sujeto moderno, pretendida y presumidamente autónomo y
plenipotenciario, está fatalmente determinado por la tendencia a los excesos, los cuales le
‘impulsan’ a ir más allá de lo sexual que lo sexual -en el porno-, a ir más allá de lo social
que lo social -en la implosión de las masas-. Baudrillard ejemplificará esto con el trompe-
l’oeil, el cual sustrae una dimensión al espacio real y eso es lo que provoca su seducción, al
contrario de lo que ocurre con el porno, el cual le añade una dimensión al espacio del sexo,
lo hace más real que lo real -hiperreal-, posibilitando la ausencia de seducción. Se provoca
con esto una ambigüedad difícil de resolver pues, el porno pone fin mediante un sexo
hiperreal a cualquier seducción, pero al mismo tiempo pone fin al sexo -como práctica-
mediante la acumulación de signos del sexo. Es, como dice Baudrillard una “Parodia triunfal y
agonía simulada (...) En este sentido, el porno es verdadero: es el resultado de un sistema de disuasión sexual
por alucinación, de disuasión de lo real por hiperrealidad, de disuasión del cuerpo por su materialización
forzosa”171.
Otra interesante situación es la que se produce en la relación producción/seducción.
Es la inmoralidad, la cual, para Baudrillard, es la que mueve al mundo y está al lado de la
seducción. Si la producción se sitúa del lado de la moral, como despliegue de sentidos y
valores del quehacer del individuo en lo social-contemporáneo, la seducción, en cambio,
será siempre más fuerte que toda producción. Esto se puede observar mejor cuando
Baudrillard describe lo que pasa con la relación que se despliega entre la seducción y el
amor. Los enunciados del autor sobre dicha relación es sintomática del deslizamiento que
ocurre de lo moderno a lo posmoderno, porque señala que el amor no existe, que sólo ha
171
Ibíd., página 39.
93
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
sido un invento de los trovadores provenzales del siglo XII pues, tras todo ‘yo te amo’ hay
un velado ‘yo quiero seducirte’, y que, por tanto, lo que llamamos amor no es otra cosa sino
que pura seducción. El amor es ante todo un puro despliegue de sentido, es, como diría
Baudrillard, ‘pura producción’, amenazada en todo momento y lugar por el mecanismo de
la ‘rebasamiento’ de la seducción. El autor planteará un comentario esclarecedor (en las
estrategias fatales): Baudrillard se pregunta acerca de cuál es el ‘milagro’ de la voluntad por
la que dos seres están destinados a amarse, qué ‘golpe’ de teatro o ‘imaginación’ loca es
posible concebir que las personas se aman Existe allí, dirá el autor, una especie de
despliegue desatinado de un supuesto principio universal de atracción y de equilibrio que es
pura ‘fantasmagoría’, pura simulación. El amor es tan sólo una operación de subjetivación,
una pasión moderna por excelencia pues, “(...) Allí donde no hay juego ni regla, hay que inventar una
ley y un afecto, un modo de efusión universal, una forma de salvación que supere la división de los cuerpos y
de las almas, que ponga fin al odio, a la predestinación, a la discriminación, al destino: así es nuestro
evangelio de la sentimentalidad, que pone fin, en efecto, a la seducción como destino”172
El autor agrega a lo anterior un punto de vista muy interesante, que muestra una de
las tantas sutilezas de la seducción y dirá que, la seducción actúa frecuentemente más por
ausencia que por presencia. A diferencia de la seducción vulgar que se despliega y opera
por insistencia, la seducción ‘refinada’, por así llamarla, actúa mediante mecanismos más
sutiles, tales como la indiferencia. Por ello es que se concibe que la ausencia de sentido
siempre es más seductor que su presencia o exceso, pues es el mecanismo de la indiferencia
lo que opera en esta falta de sentido que es, precisamente, lo que lo vuelve más seductor.
Para precisar de mejor modo la seducción de la ausencia, Baudrillard enuncia el sugerente
relato:
“Un niñito le pide al hada que le conceda lo que desea. El hada acepta con una sola condición, la de
no pensar nunca en el color rojo de la cola del zorro. ¡Si nos es más que eso!, responde (el niño) con
desenvoltura. Y ahí va en camino para ser feliz. Pero, ¿qué ocurre? No consigue deshacerse de esta cola de
zorro, que creía haber olvidado ya. La ve asomar por todos lados, en sus pensamientos y en sus sueños, con su
color rojo. Imposible apartarla, a pesar de todos sus esfuerzos. Y hele aquí, obsesionado, en todo momento,
por esta imagen absurda e insignificante, pero tenaz, y reforzada por la desilusión que tiene al no poder
172
Baudrillard J.: Las estrategias fatales. Editorial Anagrama, Barcelona, 2000, página 106.
94
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
quitársela de encima. No sólo las promesas del hada se le escapan, sino que pierde el gusto de vivir. Quizá
está de alguna manera muerto, sin haberse podido deshacer nunca de la cola de zorro”173.
“Como la historia del soldado que se encuentra con la muerte en el desvío de un mercado, y cree
verle hacer un gesto amenazador hacia él. Corre al palacio del rey a pedirle su mejor caballo para huir de la
muerte durante la noche, lejos, muy lejos, hasta Samarkande. Con motivo de ello el rey convoca a la muerte al
palacio para reprocharle que espante de ese modo a uno de sus mejores servidores, pero ésta le contesta
asombrada: ‘no he querido causarle miedo. Era solamente un gesto de sorpresa, al ver aquí a ese soldado,
cuando teníamos cita a partir de mañana en Samarkande”174.
95
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
infinito, un cruzar de miradas, que hace que todo esto seduzca. No es como la mayoría
podría pensar una especie de fuerza de atracción escondida, el despliegue de un deseo, no,
dirá Baudrillard, éstos son sólo términos vacíos. La seducción habita en el fluido circular de
lo simulado, es la anulación de signos, la anulación del sentido, la pura apariencia lo que
seduce. Es como el Aleph de Borges. Pura seducción.
La seducción también habita en lo femenino y en la mujer, de ahí su ‘superioridad’
con respecto al hombre y lo masculino. La seducción es superior a cualquier fuerza
masculina, que es siempre una fuerza del producir. Todo lo que se produce, aunque sea la
misma mujer produciéndose como mujer, cae en el registro de la fuerza masculina. La
única e irresistible fuerza de la feminidad, es aquella que se despliega como ‘inversa’, es la
seducción. La cual, dirá Baudrillard “No es propiamente nada, no tiene propiamente nada más que la
fuerza de anular la de la producción, pero la anula siempre” 175. Esta ‘superioridad’ de la mujer se
resalta en el dispositivo de lo sexual más marcadamente masculino, por ello la superioridad
femenina se manifiesta en el hecho no casual que el porno gire en torno al ‘sexo de lo
femenino’. En la medida que la erección nunca es segura se excluyen de la pornografía se
despliega una sexualidad vuelta problemática porque está conminada a demostrar y a
manifestar sin interrupción, así la posición marcada, la masculina, se hace frágil. “El sexo
femenino, en cambio es igual a sí mismo: en su disponibilidad, en su apertura, en su grado cero”176. Esta
continuidad de lo femenino, por oposición a la intermitencia de lo masculino, basta, para
Baudrillard, para asegurar una superioridad definitiva en la representación orgánica del
goce, en lo infinito-simulado del sexo femenino.
Pero, y a pesar de lo anterior, ¿está asegurada la superioridad de la mujer por la
seducción? Para responder esto, Baudrillard hace referencia a textos que describen el juego
del seductor y que revelan que el ‘triunfo’ no está asegurado, en la medida que el seductor
triunfa donde se comprueba la inteligencia de su verdadera seducción, así como de una
economía espiritual en la danza invisible del compromiso y la seducción, dirá Baudrillard:
“Un baile que debería ser bailado por dos, pero que sólo es bailado por uno, así es la imagen de mi
relación con ella. Pues yo soy el bailarín número dos, pero soy invisible. Ella se conduce como si soñara y, sin
175
Ibíd., página 22.
176
Ibíd., página 31.
96
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
embargo, baila con ese otro yo invisible, aunque visiblemente presente, y visible aunque invisible. Los
movimientos exigen un segundo bailarín, ella se inclina hacia él, le tiende la mano, se escapa, se acerca de
nuevo. Tomo su mano, completo su pensamiento que, sin embargo, está acabado en sí mismo (...) Sus
movimientos siguen la melodía de su propia alma, yo sólo soy el pretexto de esos movimientos. No soy
erótico, lo que no haría más que despertarla, soy flexible, maleable, impersonal, soy apenas un estado de
ánimo”177.
segunda es la guerra de la conquista, y será a vida o muerte” 178. Efectivamente, el trabajo del seductor
consiste, de alguna manera, en hacer acceder a los encantos naturales de la joven en
apariencia pura, en hacerla resplandecer en la apariencia pura, es decir, en la esfera de la
seducción, y ahí destruirlos. Pues la mayoría de las cosas “(…) ¡ay! tienen un sentido y una
profundidad, sólo algunos acceden a la apariencia y sólo esas son absolutamente seductoras. La seducción
reside en el movimiento de transfiguración de las cosas en apariencia pura”179.
Baudrillard, por último, nos dirá que la seducción es el destino. El autor nos dirá
que se vive en lo social-contemporáneo en las formas puras, en una obscenidad radical, es
decir, visible e indiferenciado, de las figuras antaño secretas y distintas. Ocurriría lo mismo
respecto a lo social, que hoy reina también en su forma pura, es decir, obscena y vacía
–ocurre lo mismo respecto a la seducción que, en su forma actual, ha perdido el álea, la
incertidumbre, el sortilegio, para adoptar la forma de una obscenidad ligera e
177
Ibíd., página 106.
178
Ibíd., página 107 y 108.
179
Ibíd., página 110.
97
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
indiferenciada”180. Así, “la seducción habría tenido su fase ritual (dual, mágica, agonística),
su fase estilística (la que se refleja en la ‘estrategia estética’ del seductor, y en la que su
órbita se acerca a la de lo femenino y la sexualidad, a la de lo irónico y lo diabólico,
entonces es cuando toma el sentido que tiene para nosotros, de desvío, de estrategia, de
juego, eventualmente maldito, de las apariencias) y por fin su fase ‘política’ (retomando el
término, aquí un poco ambiguo, de W. Benjamín), la de una desaparición total del original
de la seducción, de su forma ritual como de su forma estética, en provecho de una
distribución, en todos los sentidos, en la cual la seducción se convierte en la forma informal
de lo político, la trama desmultiplicada de lo político inasequible, entregando a la
reproducción infinita de una forma sin contenido”181.
Por ello, Baudrillard concluirá que “vivimos de todas maneras en el sinsentido, pero si la
simulación es su forma desencantada, la seducción es su forma encantada. La anatomía no
es el destino, no la política: la seducción es el destino. Es lo que queda de destino, de reto,
de sortilegio, de predestinación y de vértigo, y también de eficacia silenciosa en un mundo
de eficacia visible y de desencanto”. El fatalismo que expresa Baudrillard, y del que ha sido
reiteradamente acusado, ha dado una muestra de optimismo, en una reciente entrevista al
autor en una visita realizada a Venezuela dirá que la realidad virtual y todo lo que le
extraña es un crimen perfecto (haciendo referencia a su texto con el mismo nombre). Es el
exterminio de toda ilusión, de toda realidad y, si se quiere, de todo sentido. Pero creo que,
por fortuna (en ese sentido soy optimista aunque no sepa qué quiere decir eso de optimista
y pesimista) que hay un crimen virtualmente perfecto que nunca es perfecto y que deja
rastros. Quizás la tarea sea detectar los rastros, inventarlos, no lo sé. Tal vez el pensamiento
no es más que eso, encontrar los rastros de un crimen que sucedió, pero cuyo autor no se
conoce en absoluto, si supiéramos quien es, la racionalidad exigiría que se le denunciase,
pero no lo sabemos, sólo han quedado los rastros de un crimen sin culpable.
180
Ibíd., Pág. 169.
181
Ibíd., Pág. 170.
98
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
5.- CRÍMENES.
El fatalismo que expresa Baudrillard, y del que ha sido reiteradamente acusado, ha dado
una muestra de optimismo, en una reciente entrevista al autor en una visita realizada a
Venezuela dirá que la realidad virtual y todo lo que le extraña es un crimen perfecto
(haciendo referencia a su texto con el mismo nombre). Es el exterminio de toda ilusión, de
toda realidad y, si se quiere, de todo sentido. Pero creo que, por fortuna (en ese sentido soy
optimista aunque no sepa qué quiere decir eso de optimista y pesimista) que hay un crimen
virtualmente perfecto que nunca es perfecto y que deja rastros. Quizás la tarea sea detectar
los rastros, inventarlos, no lo sé. Tal vez el pensamiento no es más que eso, encontrar los
rastros de un crimen que sucedió, pero cuyo autor no se conoce en absoluto, si supiéramos
quien es, la racionalidad exigiría que se le denunciase, pero no lo sabemos, sólo han
quedado los rastros de un crimen sin culpable.
Sólo la muerte escapa al código, sólo ella constituye un acto sin un retorno equivalente, es
decir, sin un valor de intercambio. La muerte significa la reversibilidad de los signos en la
donación, un acto verdaderamente simbólico que desafía al mundo del simulacro, de los
modelos y los códigos.
Esto es la historia de un crimen, del asesinato de la realidad. Y del exterminio de una ilusión, la ilusión vital,
la ilusión radical del mundo. Lo real no desaparece en la ilusión, es la ilusión la que desaparece en la
realidad integral 9
En último término, el objeto y el sujeto son lo mismo. Sólo podemos entender la esencia del mundo si
podemos entender, en toda su ironía, la verdad de esta equivalencia radical 10
Si no existieran las apariencias, el mundo sería un crimen perfecto, es decir, sin criminal, sin víctima y sin
móvil. Un crimen cuya verdad habría desaparecido para siempre, y cuyo secreto no se desvelaría jamás por
falta de huellas 11
Pero, precisamente, el crimen nunca es perfecto, pues el mundo se traiciona por las apariencias, que son las
huellas de su inexistencia, las huellas de la continuidad de la nada, ya que la propia nada, la continuidad de la
99
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
nada, deja huellas. Y así es como el mundo traiciona su secreto. Así es como se deja presentir, ocultándose
detrás de las apariencias 11
Ahora bien, la imagen ya no puede imaginar lo real, ya que ella misma lo es. Ya no puede soñarlo, ya que ella
es su realidad virtual 15
No es seguro, sin embargo, que la constelación del secreto sea aniquilada por la transparencia del universo
virtual, ni que la fuerza de la ilusión sea barrida por la operación técnica del mundo 16
“(…) vivimos en un mundo en el que la más lata elevada función del signo es hacer desaparecer la realidad, y
enmascarar al mismo tiempo esa desaparición 17
Menos mal que vivimos bajo la forma de una ilusión vital, bajo la forma de una ausencia, de una irrealidad, de
una no inmediatez de las cosas. Menos mal que nada es instantáneo, ni simultáneo, ni contemporáneo. Menos
mal que nada está presente ni es idéntico a sí mismo. Menos mal que la realidad no existe. Menos mal que el
crimen nunca es perfecto 19
Ésta es la esencia del crimen: si es perfecto, no deja huellas. Así pues, lo que nos asegura la existencia del
mundo es su carácter accidental, criminal, imperfecto. Por eso, sólo puede sernos dados como ilusión 21
Nuestra conciencia, mediante la cual pretendemos superar el mundo, sólo es un exceso secundario, la
extremidad fantasmal de un mundo para el que esta simulación de conciencia es totalmente superflua. 22
El mundo tal cual es -que no es en absoluto el mundo ‘real’- se oculta perpetuamente a la investigación del
sentido, provocando la actual catástrofe del aparato de producción del mundo ‘real’ (…) 33
El crimen perfecto habría consistido en inventar un mundo sin fallos y retirarse de él sin dejar huellas. Pero no
lo conseguimos. Seguimos dejando por todas huellas -virus, lapsus, gérmenes y catástrofes-, signos de
imperfección que son como la firma del hombre en el corazón del mundo artificial 62
Debido a la dispersión y a la velocidad relativa de la luz, todas las cosas sólo existen en diferido, en un
desorden inefable de temporalidades, a una distancia ineluctable unas de otras. Y, por tanto, jamás realmente
presentes las unas ante las otras, ni, por consiguiente, ‘reales’ las unas para las otras 77
Mientras tanto, pese haber llegado más allá de lo real en la realización virtual, conservamos la desagradable
impresión de habernos perdido su final 91
100
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
Ya no se necesita una conciencia crítica para ofrecer al mundo el espejo de su doble: nuestro mundo moderno
ha engullido a su doble a la vez que ha perdido su sombra, y la ironía de este doble incorporado estalla a cada
instante en cada fragmento de nuestros signos, de nuestros objetos, de nuestros modelos 103.
El enigma es el del objeto que se ofrece en una transparencia total, y que, por consiguiente, no se deja
naturalizar por el discurso crítico o estético. El enigma de un objeto superficial y artificial que consiguió
preservar su artificialidad, desprenderse de cualquier significación natural para adoptar una intensidad
espectral, vacía de sentido, que es la del fetiche 105
“(…) la ilusión no se opone a la realidad, es una realidad más sutil que rodea a la primera con el signo de su
desaparición 118.
Esta pasión por el artificio, esta pasión por la ilusión, es la pasión por deshacer la excesivamente bella
constelación del sentido. Y dejar transparentar la impostura del mundo, que es su secreto 144.
101
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
BIBLIOGRAFÍA
102
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
15.- García Canclini N.: - Culturas híbridas. Editorial Grijalbo, México, 1990.
- Consumidores y ciudadanos. Editorial Grijalbo,
México, 1995.
103
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
22.- Ibáñez J.: - “El papel del sujeto en la teoría (hacia una sociología
reflexiva)”. En problemas de teoría social
contemporánea. Lamo de Espinosa, E., Rodríguez, J.,
CIS, Diciembre, Madrid, España, 1993.
27.- Maturana H.; Varela F.: - El árbol del conociendo. Editorial Universitaria,
Santiago de Chile, 1994.
104
El devenir de Jean Baudrillard. Analítica de Signos, Espejos, Simulaciones, Seducciones y Crímenes.
34.- Vattimo G.; Rovatti A. (eds.): - El pensamiento débil. Editorial Cátedra, Madrid,
1988.
105