You are on page 1of 18

PERCEPCIONES DE LAS COMUNIDADES ATACAMEÑAS SOBRE EL TRATAMIENTO

DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LA ZONA


- Ulises Cárdenas Hidalgo-
- Licenciado en Antropología Mención Arqueología
Universidad de Chile

A) Introducción

El presente documento intenta brindar al lector algunas caracterizaciones en relación a la


percepción que presentan los grupos humanos asentados en la Comuna de San Pedro de
Atacama sobre el patrimonio cultural existente en el sector.

La investigación realizada tuvo como objetivo central caracterizar las percepciones y


conocimientos que los habitantes de las diversas localidades de la Comuna de San Pedro
de Atacama poseen en relación al patrimonio cultural de carácter arqueológico existente
en la zona. En este sentido el diagnóstico que a continuación entregaremos se caracteriza
por la entrega de información de naturaleza cualitativa, información que fue obtenida a
través de determinadas técnicas de investigación social, y que nos expresa y señala
diferentes percepciones, apreciaciones y opiniones en torno al tratamiento que han
recibido los bienes patrimoniales de carácter arqueológico en la Comuna.

La naturaleza exploratoria de esta investigación no constituye un elemento que invalide lo


planteado en este informe, ya que muchas de las opiniones vertidas en el presente
documento son el sentir real de muchos de los pobladores de la comuna y no representan
la opinión de quien escribe estas líneas.

Siempre cuando fue posible, y con la debida autorización de las personas entrevistadas y
encuestadas, se procedió a grabar magnetofónicamente las conversaciones sostenidas
con los actores involucrados. Algunos fragmentos de tales conversaciones son expuestos
en el presente informe pues expresan de manera más fidedigna la opinión de la persona
entrevistada.

En términos de la utilidad del presente informe, se espera que la información


proporcionada se traduzca en el generamiento de políticas y líneas de acción en relación
a la Cultura Atacameña y a su difusión, políticas que necesariamente deberán considerar
la opinión de los habitantes de la comuna, actores sociales, que al fin y al cabo son los
herederos de un riquísimo patrimonio Cultural único en nuestro territorio nacional.

Se realizaron entrevistas en todas las localidades de la Comuna, con la excepción de


Machuca y Matancilla, ya que los habitantes de estas localidades realizan la mayor parte
de las actividades cotidianas en los centros urbanos de San Pedro de Atacama y
Calama.

Lo cualitativo del presente informe encuentra su justificación y fundamentación en las


actuales técnicas de investigación antropológicas que se caracterizan por la adopción de
las mismas proposiciones que los actores sociales (habitantes de la Comuna) consideran
relevantes. De esta forma, la articulación de metodologías cualitativas permite adentrarse
a los núcleos de atesoramiento y valoración cultural, instancias en donde se configuran
las pautas culturales que norman y rigen las percepciones de los lugareños.
Por otra parte se pudo observar, a partir del análisis de la información obtenida, que
existen grandes variaciones en relación a las percepciones, variaciones que guardan
relación con una serie de variables como edad, sexo, actividad laboral, formación
educacional, etc., y que producen una variabilidad considerable entre las opiniones y
apreciaciones que se registraron en el transcurso de la investigación.

B) Metodología

La presente investigación, articulada desde una perspectiva antropológica, está orientada


por la Etnometodología, considerada una técnica de investigación social que permite
conocer y adentrarnos en el modo en que los actores sociales -en nuestro caso habitantes
de la Comuna de San Pedro de Atacama- producen y reproducen sus actos y estructuras
sociales. En este contexto, la metodología empleada se caracterizó por la adopción
recurrente de proposiciones émicas (Harris, 1994), ya que este tipo de proposiciones
permiten rescatar los puntos de vista del actor social.

Debido al fuerte sustrato “indígena” de la población que habita la Comuna, y que ha


generado el reconocimiento legal de la denominada Etnia Atacameña, la investigación se
concentro en este tipo de actor, sin desconocer de esta forma, la cada vez mayor
presencia de personas provenientes de otros sectores de nuestro país, y que han
encontrado en ella un lugar para reproducirse económica y culturalmente.

El universo investigado estuvo constituido por habitantes de todas las localidades de la


Comuna, con la excepción de Machuca y Matancilla. Matancilla fue la única localidad en
donde no se pudieron aplicar los instrumentos de investigación social ya que la mayoría
de la población reside permanentemente en la Ciudad de Calama.

La siguiente tabla nos expresa el número de personas entrevistadas por localidad. En


relación a esto cabe hacer el alcance de que el número de entrevistados por localidad
guardo relación con la número de población existente en el sector. De lo anterior emana el
hecho de que localidades como San Pedro de Atacama y Toconao presenten un gran
número de entrevistados.

Tabla 1
Entrevistados por Localidad

Localidad Nº Entrevistados
San Pedro de Atacama 15
Toconao 15
Talabre 3
Camar 3
Socaire 6
Peine 7
Río Grande 5
Machuca 3
Total 58
Las personas entrevistadas pertenecen a diferentes grupos etarios, no obstante una parte
significativa del grupo muestreado estuvo constituido por individuos clasificados como
adultos jóvenes.

Tabla 2
Nº de entrevistados según grupo etario

Grupo Etario Nº de Entrevistados


10 – 19 años 5
20 – 29 años 14
30 – 39 años 12
40 – 49 años 13
50 – 59 años 7
60 – 69 años 4
70 – 79 años 3
Total 58

Los instrumentos de investigación social aplicados en las diversas localidades provinieron


fundamentalmente de la más clásica estrategia de investigación antropológica, es decir,
la etnografía. Estos fueron: entrevistas en profundidad en base a pautas preestablecidas,
aplicación de encuestas y observación participante. Estas técnicas permitieron acceder a
las percepciones y apreciaciones que los habitantes de la Comuna poseen en relación al
patrimonio cultural, y en especial al tratamiento que recibe el bien patrimonial de carácter
arqueológico.

La pauta preestablecida con la cual se estructuraba la entrevista sostenida con los


informantes estaba constituida por 17 preguntas y/o ejes temáticos. El detalle de las
preguntas se aprecia a continuación:

Pauta Entrevistas
1. ¿Qué piensa del trabajo de los Arqueólogos?
2. ¿ Qué Arqueólogos o Antropólogos han trabajado en la Localidad?
3. ¿ Cuál es el trabajo que han realizado?
4. ¿ Le gustaría trabajar en ese tipo de investigaciones?
5. ¿ Le interesaría conocer el trabajo que realizan?
6. ¿ Le gustaría conocer la prehistoria e historia del área atacameña?
7. ¿ Conoce algún museo, sea arqueológico o histórico?
8. ¿ Le gusta el museo que conoce?
9. ¿ Le gustaría que su localidad contará con un museo?
10. ¿Esta de acuerdo con que se excaven sitios arqueológicos, sean estos sitios
habitacionales, cementerios, talleres líticos etc.?
11. ¿ Está de acuerdo con que se exhiban restos óseos humanos en los Museos?
12. ¿Qué percibe cuando pasa por un sitio arqueológico?
13. ¿ Sabe si se venden objetos arqueológicos?
14. ¿ Qué tipo de objetos se venden?
15. ¿ Es gente de la misma localidad la que vende esos objetos o personas de afuera?
16. ¿ A quién le venden esos objetos arqueológicos?
17. ¿ Qué lugares de su pueblo le gustaría proteger por su valor, su historia?
Por razones de fuerza mayor fue imposible aplicar tal instrumento a más personas, ya que
cada una de las entrevistas demandaba una considerable cantidad de tiempo (± 30
minutos). En todo caso, si bien puede ser cuestionada la representatividad de la muestra
por su reducido tamaño, creemos que las opiniones expresadas por los entrevistados son
representativas de diferentes sectores de la comunidad (v.gr. Pastores, Agricultores,
Dirigentes, Yatiris, Jóvenes, Profesantes de diferentes credos religiosos, dueñas de casa,
etc.).

Situados en este contexto, el presente informe graficará una situación que ha venido
generándose desde hace mucho tiempo y que se expresa en el choque entre dos
perspectivas distintas. En relación a esto, creemos que el choque entre dos visiones y
concepciones de mundo, que tienden a ser calificadas como antagónicas (v.gr. visión
“indígena o nativa” v/s visión científica), antes de señalarnos y demostrarnos la existencia
de profundos vacíos comunicacionales entre los actores sociales involucrados
(Comunidades Indígenas y Comunidades Científicas), debe sentar las bases para una
futura convivencia armónica entre dos discursos, igual de validos y objetivos, que han
tendido a ser dicotomizados por parte de la sociedad en su conjunto.

Construyendo una “nueva relación” entre los actores sociales involucrados, será posible
generar una instancia de participación reciproca que nutra y sumerja a ambos sectores
en los particulares y característicos conocimientos que presenta y posee la otredad, (e.i.
conocimiento científico y conocimiento indígena).

En ningún caso nuestro deseo es agudizar más la situación antes señalada, sino que
sistematizar y describir una serie de percepciones y apreciaciones de los grupos humanos
de la zona, fenómenos que se han producido a raíz de una profunda falta de
comunicación entre las instancias involucradas, y que de revertirse en un plazo cercano
traerá positivas y beneficiosas consecuencias para todos los actores participes de esta
“nueva relación”.

C) Exposición de Resultados

Antes de adentrarnos a los contenidos de este apartado es necesario recalcar que


muchas de las opiniones vertidas y expresadas en el presente informe representan las
principales percepciones y apreciaciones obtenidas al aplicar los instrumentos de
investigación social.

La percepción en este contexto es definida como la sensación interior resultante de una


impresión material hecha por los sentidos, constituyéndose, de esta forma, en uno de los
procesos cognoscitivos más básicos y elementales de la especie humana, punto en
donde la cognición y la realidad se encuentran (Neisser, 1976). Si bien este proceso
depende tanto de la información que el mundo entrega, como de la fisiología de quien la
recibe, las experiencias que los sujetos vivencian están mediatizadas por una serie de
pautas y patrones que son definidos culturalmente por el grupo social en donde esta
inserto el individuo. Por lo tanto, son estas pautas y patrones culturales, las que
seleccionan, condicionan y en cierta manera determinan las experiencias que pasarán a
constituirse en parte del acervo cognitivo del grupo humano. Lo anterior en el caso de
nuestra investigación tiene una importancia gravitante, ya que muchos de nuestros
entrevistados se adscriben y reconocen como pertenecientes a la denominada Etnia
“Atacameña”, fenómeno que ha producido, a nuestro juicio, la presencia recurrente de una
serie de apreciaciones similares. El ámbito ideológico e ideacional juega en este contexto
un papel trascendental, ya que atraviesa la mayoría de los aspectos cotidianos de la vida
de los lugareños (v.gr. económicos, sociales, tecnológicos), y expresa a la vez una
continuidad cultural que ha sido trasmitida de generación en generación graficada en una
serie de creencias del mundo natural y sobrenatural (v.gr. creencia en los gentiles o
abuelos). No obstante, no todos los sectores de la comunidad en cuestión poseen y
comparten los mismos conocimientos, ya que debido a una serie de variables (edad,
sexo, etc.), la presencia de éstos puede variar. Sin embargo, un hecho que destaca en
relación a lo planteado lo constituye la reactivación o revitalización de una serie de
conocimientos y prácticas de carácter tradicional a raíz del catalizador jurídico (e.i. Ley
Indígena), fenómeno que no sólo se expresa en personas de edad, sino que también, y
especialmente, en los individuos jóvenes de las comunidades, ya que estos son los que
más deseos tienen de que las prácticas y tradiciones Atacameñas continuen
preservándose y transmitiéndose.

1.- Percepciones acerca del Trabajo Arqueológico

La zona de los oasis de San Pedro de Atacama ha sido testigo del desarrollo del trabajo
de los arqueólogos desde fines del siglo pasado, pero tal fenómeno sólo adquirio
características más sistemáticas con la llegada a la zona del R. Gustavo Le Paige, en
1954. Muchas personas entrevistadas nos dieron su opinión en relación a la labor
científica del clérigo belga, opiniones que van desde el más profundo aprecio hasta la
crítica más ponzoñosa. Dichas opiniones se encuentran registradas en grabaciones
magnetofónicas y serán analizadas en un estudio venidero.

En relación al trabajo desarrollado por los arqueólogos en la Comuna, una cantidad


considerable de entrevistados (28 personas) admitió no conocer o no saber en que
consiste la labor de tales profesionales. Cabe destacar que un porcentaje considerable de
esos entrevistados (83%) viven en las localidades más periféricas de la Comuna (v.gr. Río
Grande, Camar, Talabre, Socaire y Peine), y un clásico referente que tienen en relación a
la pregunta planteada la constituye la labor desarrollada por el sacerdote Jesuita, sin
desconocer la labor desarrollada por algunos grupos de investigación, que a juicio de los
entrevistados no han considerado la opinión de la comunidad:

“Mira el trabajo de los arqueólogos de la arqueología, lo cuestiono un


poco porque...se refiere a los trabajos que ellos realizan en ciertos
lugares...y a veces las personas del lugar del hecho de no tener
conciencia... ellos se aprovechan de esa circunstancia y se llevan
muchas cosas, rebuscan muchos lugares y es como que hacen su
trabajo sin permiso de la gente, no hay información a la
comunidad...él (arqueólogo) hace su trabajo y se va, no entrega
información de su estudio...eso lo hace por su trabajo personal pero
no considera a la comunidad”

Sin bien tal opinión representa el sentir de una anciana de Toconao, hay un grupo de
entrevistados (14 personas) que señala los beneficios que ha traído tal disciplina científica
a la zona con la instauración del museo arqueológico de San Pedro de Atacama y el
conocimiento y divulgación de la Cultura Atacameña (“Esta bien porque se puso un
museo bonito”).
Sin embargo, una cantidad similar de entrevistados (15) no comparte la anterior opinión y
señala su descontento ante tal labor científica. Una joven San Pedrina expresa lo que
piensa en relación al trabajo de los arqueólogos:

“Decepcionante, porque lo que paso con el gaseoducto era una


arqueóloga super conocida, pero tu vez ya lo que paso, y a parte de
ella, ella misma presentar su proyecto de preservación, esa es una
decepción, la otra es la del By Pass, que también la misma
arqueóloga, ella iba supuestamente adelante, y la tercera decepción
fue con lo de Explora, que los arqueólogos dieran la pasada para
que se construyera el hotel”

En todo caso, la anterior opinión puede ser comprendida desde la perspectiva de los
nuevos movimientos sociales que han surgido al interior de la Etnia Atacameña,
movimientos que han intentado reivindicar el valor de la cultura de esta zona y que han
considerado la protección del patrimonio cultural como un eje clave para fundamentar las
posiciones que se sostienen. Si bien esta opinión es compartida por un grupo etario y
generacional que va de los 15 a los 37 años, no es una apreciación exclusiva de éste, ya
que las generaciones más adultas entrevistadas también manifestaron su reparo y
reproche a la labor de los profesionales de tal disciplina, fenómeno que encuentra su
fundamentación en antiguas y milenarias creencias tradicionales. Una persona de Solor
nos señala:

“Mire yo pienso que el trabajo de los arqueólogos en alguna medida


sirve para unos, pero para otros no, por ejemplo lo que se hace con
nuestra ancestro, a nosotros no nos gusta, en forma personal ver a
donde se exhiben, la forma como fue nuestro antepasado, a
nosotros, a mi sinceramente no me gusta, no estoy de acuerdo con
la forma de exhibición de los museos de nuestros antepasados, otra
cosa que no estoy de acuerdo es que aquí en San Pedro siempre se
dice por ejemplo que este es de ustedes (Patrimonio Cultural),
efectivamente es el patrimonio de nosotros, de los atacameños, pero
resulta que hasta ahí llegan las palabras, pero todo recurso, todo que
llega, con la exhibición de lo que perteneció a nuestro ancestro, al
campesino, al que esta en los ayllus, a él no le toca absolutamente
nada...no recibe ningún beneficio...aquí se lucran los arqueólogos,
los que trabajan, las universidades, pero de ahí que alguna vez le
digan a un atacameño que le van a fumigar los arboles, le vamos a
dar algún abono por esto, por lo que aportan al desarrollo cultural o
porque estamos exhibiendo los ancestros, de eso no pasa nada,
absolutamente nada, entonces yo no estoy en acuerdo con ellos”

Complementado lo anterior, una señora de Toconao, nos señalaba su disconformidad con


la labor arqueológica por la profanación de lugares sagrados, indicándonos que su
localidad nunca se ha beneficiado en nada por el desarrollo de tal actividad:

“A mi sinceramente...no me parece bien que hagan eso...porque han


removido toda esa tierra sagrada, todo esos huesos de los abuelos
que están descansando por ahí y todas esa riquezas que han dejado
ellos...todo eso lo han removido y no lo ha beneficiado en nada al
pueblo...a la persona en nada...se han beneficiado ellos...”
También hay otros sectores que reprochan no sólo el trabajo de los arqueólogos, sino que
también el realizado por los antropólogos en el área. No obstante tal crítica no emana
desde la perspectiva antes enunciada, sino que desde aquella que plantea el derecho a la
propiedad intelectual de los conocimientos y saberes tradicionales recopilados por las
investigaciones científicas. Un joven de Peine nos expresa muy claramente lo señalado:

“la percepción que tengo yo es que los arqueólogos vienen de


alguna manera, trabajan con nuestra cultura y se adjudican ciertos
conocimientos que no les pertenecen, que ya fueron descubiertos
pero que están ahora dormidos porque han sido de generación,
conocimientos ancestrales...sobre todo arqueólogos, antropólogos
hacen su tesis, sacan su libro y se adjudican estos conocimientos...la
critica que hago, sino una recomendación en cada articulo que
hagan, en cada trabajo, siempre recuerden que el patrimonio cultural
y la propiedad intelectual es del pueblo atacameño, y que son un
mero puente para entregar los conocimientos a otras personas...en
todo caso no he encontrado a ningún antropólogo que haya hecho
un trabajo como corresponde, respetando las tradiciones, ser bien
franco con la comunidad y decirle que este es un trabajo que le va a
servir a futuro”

En relación al interés en conocer el trabajo desarrollado por tales profesionales un


considerable número de entrevistados (45 personas) expreso una positiva disposición
hacia tal acto (“Si...quiero saber porque uno no sabe esas cosas”; “Conocerlo sí, pero no
trabajar con ellos”; “Saber, conocer...muchísimo...pero si mi invitan a trabajar con ellos
para destruir el patrimonio, no!!!”). Complementado lo expuesto, una cantidad significativa
de personas (33) señalo su deseo de no trabajar o participar en el trabajo arqueológico
propiamente tal debido a la destrucción que produce tal labor sobre el patrimonio de
carácter arqueológico. En relación a esto se debe señalar que mucha gente entrevistada
(más del 50%) no realizaba distinciones entre los distintos tipos de sitios arqueológicos
existentes en la zona limitándose a señalar que “esos eran lugares de los antiguos”, y que
debido a esa particular característica no debían ser excavados. Un dirigente de San Pedro
de Atacama al ser interrogado en relación a la posibilidad de trabajar con los arqueólogos
respondió:

“No señor, no!!!....porque yo prefiero no trabajar y no permitir que se


trabaje, no me gusta a mi seguir sacando a los que están
descansando, los abuelos están descansando tranquilamente,
entonces yo no iría a trabajar, no voy por dinero, ni por ninguna
cosa...no no no...es que vamos a ver la forma de oponernos a
nuevas excavaciones, nosotros no queremos que estas cosas se
sigan exhibiendo, viendo, sacando de donde están tranquilamente
los antepasados de nosotros, porque nosotros somos auténticos,
somos auténticos atacameños”

Similar opinión manifestó un comunero de la localidad de Peine:

“No aceptaría, eso es una cosa grave a la sangre atacameña, decir,


pucha, sacarlo donde están ellos, y por qué no nos sacan a nosotros
también ...en ningún sentido, no lo compartiría ni acompañaría
tampoco”
En relación a la excavación de sitios arqueológicos, la gran mayoría de los entrevistados
(54 personas) afirmo no estar de acuerdo con tal práctica, y aunque se les explicaba la
diferencia entre los distintos tipos de sitios (Cementerios, Aldeas, Talleres Líticos, etc.),
muchos de ellos señalaban que por el sólo hecho de haber albergado o presenciado
actividades de los “Antiguos” eran considerados sagrados. Lo anterior se expresa con
mayor claridad al referirse a los cementerios, sitio comúnmente denominados por los
lugareños como “Gentilar”, y que es acreedor de muchas creencias y sucesos que pueden
afectar de manera negativa la vida del lugareño. Un joven de San Pedro nos señala su
posición en relación a la excavación de los “gentilares”:

“De acuerdo no...me gustaría dejarlo como están, porque pa' que
molestar a los abuelos...yo se como son los abuelos...nosotros por
decirte acá tenemos un entierro y una vez me quiso llevar, le hicimos
pago y lo dejamos tranquilo y ahí esta...pa’ que desenterrarlo...mi tío
igual, una vez encontró lo dejo ahí nomás...hay que tenerlo respeto”

No obstante, un reducido número de entrevistados (6) señalo que era posible excavar los
cementerios y otros tipos de sitios arqueológicos “porque de ahí salen cositas bonitas”, sin
descartar la apreciación que plantea la necesidad de tal actividad para ahondar en el
conocimiento de la Cultura Atacameña:

“Estoy de acuerdo de cierto modo lógico, porque para tener


conocimiento tiene que hacerse y tienen que ser personas idóneas,
capacitadas, y que esas personas que te aporten lo que ellos puedan
contribuir en una forma para que la gente lo entienda, la comunidad”

En todo caso un pequeño número de entrevistados (6 personas) nos señalo que se podía
realizar el trabajo arqueológico, eso sí, siguiendo las pautas establecidas por la tradición,
pautas que de no ser cumplidas pueden producir el castigo a la persona que realiza tal
actividad. Una Pastora de Talabre nos señala que:

“La tradición que yo se es que cuando uno saca algo debajo de la


tierra tiene que darle un pago a la Pachamama, su comida, su licor,
vino...y resulta que él (Padre Le Paige) no lo hacía con todas las
personas o donde iba a excavar...por eso a Le Paige lo mataron los
gentiles...ese si que ha excavao...ese ese excavaa...ese le
comieron...porque dicen que le comen y le dejan bien flaco...se lo
comieron los gentiles”

De esta forma, los párrafos precedentes nos caracterizan las percepciones que algunos
habitantes de la Comuna de San Pedro de Atacama presentan en relación al trabajo
arqueológico, percepciones que nos evidencian el choque entre culturas distintas, choque
que sólo será superado cuando se creen los canales de comunicación que tanta falta
hacen entre los actores involucrados.

2.- Conocimiento de Instituciones que albergan Patrimonio Cultural Arqueológico


del área Atacameña

Los habitantes de la Comuna de San Pedro de Atacama en su gran mayoría conocen a lo


menos una institución que alberga patrimonio cultural de la zona en cuestión. En términos
de nuestra investigación una cantidad considerable de entrevistados (41 personas)
reconoció haber estado o visitado algún museo que alberga bienes patrimoniales de
carácter arqueológico, pero una porción significativa de ellos (17 personas) manifestó no
conocer ninguna institución de ese tipo. Lo anterior adquiere especial relevancia en la
Localidad de San Pedro de Atacama, ya que del número total de entrevistados en el
sector (15 personas), cinco manifestaron no conocer ni querer conocer ese tipo de
instituciones. Tal fenómeno se expresó en personas de mayor edad, especialmente
ancianos, quienes por razones de índole cultural no desean entrar a tales recintos por
considerar “peligroso” observar los restos de los “antiguos o abuelos”. La anterior
situación no es privativa de la localidad en cuestión ya que también se presenta en los
otros pueblos de la comuna. Una agricultora de Río Grande en relación a esto señalaba:

“No conozco ninguno...no quise dentrar al museo de San Pedro


porque ahí dicen que hay esqueletos de las personas de los
abuelos...yo les tengo respeto...uno se puede enfermar igual que los
niños...mi mamá me enseñaba ese respeto cuando éramos niños
nos decía que no debíamos llorar por ahí porque los abuelos
miran...porque por ahí hay casitas de los abuelos...y si se
enfermaban se tenían que hacer convidos, los pagos...a todos a los
abuelos, con quinoa, aloja, vino”

En este mismo sentido, ciertos sectores de la comunidad entrevistada manifestaron que si


bien la instalación de tales recintos en la zona ha generado positivas consecuencias en
relación al desarrollo de la actividad turística, pocos son los beneficios que han generado
tales instituciones en las propias comunidades. Un habitante de la localidad de Toconao al
preguntársele si le gustaba el museo que conocía señalo:

“Si...pero por parte turística puede ser comprensible, pero por parte
de una persona del lugar, que es de la zona, quizás lo desentienda
un poco, por las palabras que se usan, su forma de adecuar cosa, de
exhibismo, a mi no me gusta, en ese aspecto...eso de exhibiciones
es para turístico, pero con respecto a la comunidad no entrega
ninguna enseñanza...por eso falta información....por eso tiene que
ser un lugar de educación de la Cultura, no un lugar de exhibición de
la cultura...de enseñanza...yo encuentro el museo más turístico que
educativo”

En relación a la clase de material exhibido, una cantidad considerable de entrevistados


(38 personas) señalo estar de acuerdo con la exhibición de “cosas de los antiguos”,
aunque guardo ciertas aprehensiones en relación a la exhibición de restos humanos. Sin
embargo, un no despreciable número de personas (20) se opuso a tal planteamiento. Un
agricultor del Ayllu de Coyo nos manifestó.

“No me gusta la exhibición...es un maravilla lo que hay, pero no me


gusta la exhibición de nuestros antepasados, los esqueletos, las
cabezas, las momias, no porque nosotros venimos de ahí...”

Complementando lo anterior, lo enunciado no sólo se expresa en los opiniones que tienen


las personas de más edad, ya que también algunos sectores juveniles manifestaron y
estuvieron de acuerdo con tal postura. Un joven peineño señalo:
“No me gusta que exhiban los huesos de mis ancestros porque es
una falta de respeto, yo creo que a nadien le gustaría que a su
abuela o a su mamá la desenterraran después de un tiempo y la
exhibieran, mostrándole sus huesos...”

Una habitante de la localidad de Toconao también nos explicó que ese era el motivo de
que mucha gente no quisiera conocer la institución que cobija el patrimonio arqueológico
de la zona:

“No me gustaría...para mi es malo...las personas de aquí del lugar


tienen respeto...hay personas que no van al museo por eso...hay
mucha gente que no va por eso, yo he escuchado a personas
adultas al entrar al museo, no quieren entrar porque tienen
miedo...le da lastima, como están, quizás abuelos de sus abuelos,
sienten ese tipo de miedo, respeto...yo siempre cuando he entrado
al museo de San Pedro no me ha dado gana de mirarle a la gente
que esta ahí, cierto, porque es una lastima...la persona que no siente
lastima simplemente es care palo, va le saca y le muestra, pero la
persona que tiene corazón y siente por su misma persona...y eso
hace que dentren pocos atacameños, porque he visto entrar más
gente de afuera que gente atacameña”

No obstante, un reducido número de entrevistados manifestó su disconformidad con las


instituciones que cobijan el patrimonio cultural de la zona, específicamente en términos de
su origen, formación y estructuración. Un habitante de San Pedro nos manifestó que:

“Mire...yo le voy a decir que, en ese tiempo, desgraciadamente aquí


el que llegaba hacía lo que quería, nadie respetaba a nadie, nadie,
aunque sea Padre...a nadie le ha pedido la opinión para hacer lo que
hizo, solamente quizás con las Universidades de Santiago...él hizo lo
que quiso, pero sin consultar ni la opinión a las comunidades...se
hizo lo que él quiso, nunca, a nadie, a nadie, señor, a nadie, le
pregunto, entonces, no estoy de acuerdo...a mi no me importa que
mi museo sea el más famoso, uno de los más grande, más completo,
quizás del mundo, pero a mi no me gusta la forma en que se hizo y
la forma de exhibición que tiene, yo no estoy de acuerdo con eso...”

Una dueña de casa de San Pedro de Atacama también nos manifestó sus críticas en
relación al cambio de algunas piezas arqueológicas, fenómeno que si bien no es
compartido ni cuestionado por la mayoría de los entrevistados, generó ciertas críticas no
sólo por algunos habitantes de la comuna, sino que también del público que visita tales
recintos.

“El museo nunca nos ha preguntado como comunidad...ejemplo el


cambio que hicieron de la Miss Chile...no tenía idea...eso esta malo,
porque la Miss Chile era la Miss Chile, o sea como la encontraron,
porque no creo que la hayan encontrado así como esta ahora así...la
replica que hicieron es refea, parece aymará...por lo mismo
personalmente no me gusto”
Otro eje temático que surgió de forma esporádica al realizar las entrevistas guarda
relación con el tipo de administración que presentan las instituciones que cobijan los
bienes patrimoniales del área atacameña. En relación a esto, se debe señalar que los
planteamientos y opiniones relacionadas con tal temática se refirieron principalmente a
quienes administran tales instituciones, los fondos que generan y las actividades de
difusión que realizan tales organismos. Un agricultor de San Pedro de Atacama del ayllu
de Quitor tocó tal tema al referirse al estado de conservación que presenta el Pukara del
sector:

“Yo creo que hay que restaurar y cercar el Pukara, pienso que del
museo se puede sacar plata para hacer esas cosas...porque el
atacameño no administra lo que tiene...porque digo yo...porque
tienen que venir otros gueones, con permiso tuyo, venir a llenarse los
bolsillos de plata....tiene que ser la misma comunidad la que
administre su museo...lógico... yo pienso que hay tanta plata, quien
sabe cuanto despilfarro de plata hay...yo nunca he estado de
acuerdo que la Universidad del Norte venga a administrar cosas que
es de nosotros, que es tuyo, es mío, nosotros que nos hemos criado
aquí, es un patrimonio de todos los atacameños”

Un habitante del ayllu de Solor también manifestaba la misma opinión pero señalaba que
era necesario que los fondos generados por tales instituciones fueran en beneficio directo
a las mismas comunidades atacameñas:

“Mire el museo esta hecho, yo si acaso pudiera allegarme al museo,


yo diría que las utilidades se la reparta los atacameños, las utilidades
que crea el museo, la entrada que se reparta dentro de las
comunidades, para que algo reciban los que son originarios de esa
sangre, no como ahora, no como ahora ,no, de que por eso no
estamos de acuerdo...repartemoselos a los campesinos,
desinfectemos los árboles, compremos un antisarna pa’ sus
animales, compremos abonos pa’ los campesinos, pa’ que tengan un
beneficio de la exhibición, por que ya esta hecho....hay cosas que
están hechas, pero yo preferiría que que no toque nada, que no se
excave más, que quede ahí todo....los arqueólogos dicen esto es de
ustedes, no po, es que resulta que el origen, pero lo resto no, quizás
hay personas que ganan cualquier cantidad de dinero, pero sin
embargo adonde quedan, cuanto ganan las universidades, pero aquí
no queda nada pa’ los atacameños”

En términos de las actividades de difusión que ejecutan tales instituciones, la mayoría de


los entrevistados declaró no conocer ni haber participado en ninguna de ellas, sin
embargo los sectores jóvenes entrevistados manifestaron conocer la realización
esporádica e irregular de ciertas conferencias por parte de algunos investigadores,
conferencias que, a juicio de los propios entrevistados, tienen poca difusión. Un joven de
Peine manifestaba en relación lo planteado que:

“Pienso que el museo debiera estar al servicio de la comunidad,


entregar conferencias, talleres a las personas, invitarlas a la
comunidad, dentrarse y hacer un recorrido cada cierto tiempo, un
tiempo especial para la comunidad, cerrar el museo y dejárselo a la
comunidad...también creo que las frases que hay no las entiende el
común de la gente, poco difícil de entenderla, la etapa de la vida, de
la tierra, que se yo, eso le causa mucha confusión...”

En resumen, podemos señalar que las temáticas expuestas en este apartado poseen
características y connotaciones sumamente complejas y a la vez presentan diversos
matices ya que se cruzan una serie de fundamentos que los habitantes de la comuna
consideran igual de validos, mezclando consideraciones de tipo económico, religioso y
político que se han desarrollado en el contexto de las actuales dinámicas jurídicas,
políticas y culturales que presenta nuestro país.

3.- Percepciones y Significaciones de los Habitantes de la Comuna de San Pedro de


Atacama en relación a los Sitios Arqueológicos

Localizados en un sector geográfico que cobija un gran número de yacimientos y sitios


arqueológicos, no es de extrañar que los habitantes de la Comuna de San Pedro de
Atacama presenten particulares percepciones en relación a esta clase de bienes
patrimoniales, percepciones que han sido mediatizadas por antiquísimas pautas culturales
que se han transmitido de generación en generación, y que pueden constituir una de las
sobrevivencias culturales más claras de la denominada Cultura Atacameña.

Si bien el respeto y veneración a los antepasados no constituye un rasgo cultural privativo


del sistema social atacameño, ya que éste se presenta en diversas partes del mundo
andino y de mesoamérica, constituye el eje directriz sobre el cuál se generan las
percepciones y significaciones que los habitantes poseen en relación a los sitios
arqueológicos de la comuna.

La mayoría de los entrevistados, inclusive los sectores más jóvenes, expresaron su fuerte
devoción y creencia a los “abuelos y gentiles”, seres humanos extintos, dotados de
características y poderes sobrenaturales, que vivieron en épocas pretéritas y que según
ellos constituyen sus ancestros y antepasados de sangre.

Lo anterior, desde una óptica científica, podría ser rebatido e invalidado, ya que se sabe,
gracias a los antecedentes arqueológicos, que desde el período agroalfarero tardío (1.000
D.C.) se experimentó un gran movimiento poblacional en el área centro-sur andina,
fenómeno que se acrecentó con la llegada de los Conquistadores y que produjo la mezcla
de diversos grupos étnicos provenientes de lejanos lugares. Sin embargo, y considerando
la anterior situación desde una perspectiva más cultural, y teniendo en cuenta la
autoadscripción de los entrevistados a la Etnia Atacameña, se debe reconocer y validar la
postura manifestada por los habitantes de la Comuna en términos de sentirse los
legítimos herederos de la tradición cultural denominada Atacameña.

La primera actitud que presenta el atacameño ante un sitio arqueológico, sea habitacional
o fúnebre, es el respeto expresado en una profunda veneración, actitud que encuentra su
fundamentación en una serie de creencias y tradiciones que forman parte del complejo
sistema ideológico-cultural atacameño. Una pastora de Machuca nos señala:
“Yo los respeto a ellos, cuando me siento a dormir por ahí y ahí
están los antepasados, uno siempre esta pendiente, lleva una harina
tostada, su hojitas entonces uno convida a ellos, como es la
costumbre, convido a la tierra, a los abuelos, entonces es una
manera de respetarlos...porque a uno los abuelos lo pueden castigar,
y eso son cosas verídicas que el yerbatero le saca ello, si Ud. tiene
un mal y le agarraron los abuelos, entonces Ud. necesita una limpia
y la gente se ha sanado”

La recurrencia de tal actitud se presenta en todas las localidades de la Comuna, y aunque


pueda constituirse en un rasgo innato a la especie humana, adquiere en estas zonas
particulares características. Una de estas la constituye el poder que poseen estos seres,
poder que puede llegar a causar la enfermedad o muerte de los participantes, y que es
internalizado por el habitante como una especie de castigo por haber transgredido ciertos
espacios sagrados o por actuar con pigricia. Una Señora de Camar nos señalaba que a
los “abuelos” hay que tenerle:

“Mas que nada respeto, porque esos son los que castigan a uno...
cuando uno anda con flojera, anda con rabia le puede golpear... y
eso mismo le pesca a uno y uno se enferma, por eso hay que tenerle
más respeto”

No obstante, muchos de los habitantes de la comuna recalcaron que la actitud de respeto


presente hacia los “Abuelos” encuentra su origen en los profundos lazos afectivos que
poseen los atacameños con sus antepasados. En relación a esto, claras son las palabras
de una pastora de Talabre:

“Claro...hay que respetarle a ellos porque están debajo de la tierra y


yo les pido perdón...porque por ahí están nuestra familia, nuestros
abuelitos, nuestras abuelitas, la mamá, a veces tenemos hermanos
u hermanas y hay que respetarlos”

Muy sabias son las palabras, en relación a lo problematizado, que emanan de un


agricultor de los ayllus de San Pedro al referirse a la actitud que experimenta cuando
transita por zonas que el califica de los antiguos:

“Justamente yo le observo y pienso que han vivido ahí, yo me


imagino como serían las cosas, pero nada más , nada más, no siento
temor...yo me quedo en alguna parte meditando...nosotros hacemos
pagos a los abuelos, esto se ha mantenido mucho tiempo, resulta
que antes no se hacía público, toda la vida esto ha sido sagrado,
pero resulta que no se hacía porque mucho de la gente se reía,
especial lo de afuera, decían que lo indios...nosotros tenemos
nuestra costumbre, nuestra creencia, ahora con esta creación de la
ley indígena uno puede hacerlo público, donde quiera, sin temor,
porque uno cuando siente de que lleva esa sangre no medita, uno es
seguro, uno sabe lo que esta haciendo, uno es capaz de
comunicarse con la tierra, uno es capaz de comunicarse con los
abuelos, mentalmente, porque uno sabe, uno sabe que uno no esta
afuera de, no esta afuera de nada, simplemente es, es...nosotros lo
creemos y es así pa' nosotros, que alguien diga, pero el atacameño
cree, nosotro hacimos nuestro pago en comunidad, mucha veces
con un respeto único a la pachamama, a los abuelos, eso es lo
principal que tenemos nosotros, pero en ese aspecto nosotros no
dudamos, yo no dudo en hacer cualquier ceremonia, porque yo creo
y a mi me da conformidad y quedo conforme en hacer una
ceremonia en alguna parte, en cualquier forma, ya sea en un terreno,
una casa nueva o como sea”

Concluyendo podemos apreciar en estas extensas citas de los actores encuestados


algunos de los elementos constitutivos del sistema ideacional atacameño, ya que estas
expresan una concepción de mundo que percibe el entorno ambiental como una sola
unidad constitutiva, compuesta tanto por elementos naturales (Tierra, Agua, Cerro) y
culturales (Abuelos y Divinidades), elementos articulados en una particular relación de
carácter simbiótica. No obstante, cabe destacar que esta peculiar relación y la
consecuente interacción se ciñen en un marco en donde la sacralización de los elementos
del entorno, genera el cuidado, la preservación y adoración de algunos elementos de la
naturaleza cultural y natural, prácticas que en el caso de los Atacameños se encuentran
mediatizadas por antiquísimos patrones cognitivos y simbólicos milenariamente
traspasados.

4.- Comercialización Ilegal del Patrimonio Cultural de la Zona Atacameña

Otro de los puntos temáticos problematizado en las diversas entrevistas lo constituyó la


comercialización, clandestina e ilegal, que experimentan los bienes patrimoniales de
carácter arqueológico, por parte de diversos actores, entre los que destacan, sin lugar a
dudas, los mismos habitantes de la Comuna, es decir Atacameños, como individuos
foráneos.

Una significativa porción de los entrevistados (48 personas), manifestó no conocer ni


tener antecedentes en relación a tal actividad, limitándose a señalar que esa práctica era
considerada vergonzosa y merecedora de repudio. Sin embargo, 10 personas,
principalmente de las localidades de Toconao y San Pedro de Atacama señalaron
conocer a personas que percibían beneficios económicos por desarrollar tal actividad. El
relato obtenido de una anciana de Toconao expresa claramente lo dicho:

“Si...una niña...ella sacaba...sacaba abuelos..abuelos, o sea que


estaban completos tenían de todas cosas...tenían oro, plata todo
eso, greda también ...y ella sacaba a veces y vendía, y para mi que
esos le comieron porque ella nunca pago...ella era de acá y
joven...ella vendía las cosas de valor...plata, oro...porque dice que
antes, antiguamente los viejitos morían pero con todas sus cosas
que ellos tenían...esa niña cuando se enfermo no le encontraron
nada, nada y después se murió”

En esta misma localidad, muchos de sus habitantes tienen noticia del reiterado saqueo
que experimentan los sitios arqueológicos del sector, saqueo llevado a cabo por
personas, que según los lugareños, son oriundas de otras localidades del país. Una
dirigente de la localidad en cuestión nos contaba que no poseía antecedentes concretos
en relación a la venta de material cultural de carácter arqueológico, aunque conocía
algunos yacimientos arqueológicos que habían sido objeto de saqueo:
“Ese cementerio que esta en Zapar, el pukara que le llaman, la
aldea...esa parte esta muy destrozada, le han sacado los
huesos....nosotros cuando llegamos a ver estaba todo hecho
pedazo....debería estar prohibido llegar ahí...porque eso no es un
lugar público para que vayan a ser destrozos más que nada, porque
los huesos estaban tirados por todos lados, había cerámica, había
de todo hecho pedazo, habían esas piedras de molino, el hueso,
incluso las prótesis de los huesitos, todo hecho pedazo, las
clavículas, las piernas...es un desastre”

En la localidad de San Pedro de Atacama la percepción y el conocimiento que se tiene en


relación a tal actividad varía en los distintos sectores constitutivos, es decir Ayllus y
Pueblo, ya que las opiniones generadas al problematizar tal tema presentan
características particulares sea en algún ayllu o en el Pueblo mismo.

Los habitantes de los Ayllus entrevistados que manifestaron tener conocimiento acerca
del saqueo y posterior venta de los bienes patrimoniales, señalaron que tales acciones
eran, por lo general, llevadas a cabo por gente que no pertenecía a la comunidad,
principalmente afuerinos. Un habitante del Ayllu de Solor interrogado en relación a esto
respondió:

“Oiga yo no se...el atacameño no hace eso...el atacameño


netamente no le hace eso...el que le puede hacer es gente de afuera
porque no tiene ningún respeto, a él no le duele nada, pero si yo
haría eso no sería leal, si yo llego a ser eso no seria leal con mi
origen...en ese aspecto sería muy desleal si haría una cosa así
buena y la vendiera...sería traicionar a mi cultura, ningún atacameño
piense que debería hacerlo eso, el que no crea, el que no sienta
nada lo puede hacer, como las personas de afuera”

Por otra parte, tal percepción varía entre los habitantes del Pueblo de San Pedro de
Atacama, ya que algunos de los entrevistados señalaron que conocían a gente
atacameña que solucionaba sus problemas económicos vendiendo algunos objetos
arqueológicos. Un joven atacameño oriundo del Pueblo mismo, nos contó que el conocía
a varias personas que comercializaban particulares bienes arqueológicos

“Los que venden...algunos es gente de afuera y la gran parte es la


gente del pueblo, específicamente puntas de flecha, a mil pesos
cada uno y se comercializa principalmente en los talleres
artesanales, los que hay en caracoles, en la feria artesanal”

En este contexto, basta con hacer una visita a los lugares aludidos, para percatarse de
forma personal, que muchas de las personas que confeccionan orfebrería utilizan puntas
de proyectil y cuentas de collar para realizar sus objetos (Joyas y Alhajas), provocando un
daño irreparable y estimulando una actividad que esta penada por los cuerpos legales
encargados de proteger los monumentos nacionales de nuestra nación (e.i. Ley 17.288).
En relación a lo anterior, escasas son las medidas adoptadas por la autoridad edilicia ya
que no se han establecido ordenanzas de carácter municipal que controlen la anterior
situación. Lo anterior se plantea, ya que se observa un incumplimiento constante y
recurrente de los artículos que presenta la Ley de Monumentos Nacionales, instrumento
jurídico que no ha podido ser aplicado con efectividad en la mayoría del territorio nacional.

5.- Conocimiento de la Historia y Prehistoria del Área Atacameña

Una zona que ha presenciado una ocupación continua desde hace más de 10.000 años,
ha sido testigo de una serie de sucesos y eventos que han quedado registrado en
diversos soportes materiales (talleres liticos, aldeas, artefactos culturales, documentos
escritos etc.) y que nos expresan particulares momentos de la compleja historia del área
atacameña.

La gran mayoría de los llamados herederos del patrimonio cultural de la zona atacameña,
no tienen conocimiento de los particulares procesos que experimento la región en épocas
pretéritas. Una cantidad considerable de los entrevistados declaro reconocerse ignorante
de la historia de su localidad en particular, y de la región en general. La falta de políticas
educacionales que palearan la anterior situación, es un fenómeno que en la actualidad se
está revirtiendo, ya que gracias a la denominada “Ley Indígena” se están implementando
programas de estudio acordes a las particulares realidades étnicas que existen en nuestro
territorio. Sin embargo, a partir del análisis de las entrevistas realizadas se puede concluir
que una fracción importante de la población analizada desea tener conocimientos
generales y específicos respecto de la historia desarrollada en la región atacameña.

Un habitante de la localidad de San Pedro de Atacama en relación a esta temática nos


comento la urgente necesidad de conocer y aprender detalles sobre su cultura y la historia
de ésta:

“Si...todo, todo eso, eso es lo que nos hace falta, porque a veces
muchos nos preguntan y uno no sabe como responder, porque ...yo
creo que los arqueólogos deberían enseñar parte de la cultura
atacameña, como murieron, cuantos años están enterrados...es
necesario saberlo”

Sin embargo, hay ciertos sectores de la población que poseen conocimientos de la cultura
e historia de la región atacameña, conocimientos adquiridos por su propia cuenta, que a
veces se mezclan con la tradición oral, esta última transmitida de padres a hijos. Respecto
a esto, la particular concepción de un habitante de la zona es la siguiente:

“Sí, más o menos nosotros tenemos un panorama, porque nosotros


tenemos un panorama de cómo fue el desarrollo de la creación, de la
forma de nuestro ancestros, de eso yo creo que no estamos muy
lejos de concebir de cómo empezó o como fue la gente fue
haciéndose sedentaria, en eso nosotros tenemos, creo, que más o
menos la situación, a lo mejor no tan completa, pero un panorama
más o menos para darle una opinión, justamente desde donde se
empezó hasta donde vamos, nosotros tenemos bien o sea la parte
mía, yo tengo la parte clara de cómo fue el posible desarrollo o cómo
estamos y cómo estuvimos...Sí, el atacameño debe saber de sus
raíces, debe saber, el atacameño, que efectivamente tiene la
conciencia de que efectivamente es atacameño debe saber cómo
empezó, como fue el dominio, cómo llegaron los españoles, que
paso aquí...a mi me gustaría mucho, pero que se hable bien claro, no
así a medias...si las cosas se hablan medianamente el alumno o el
niño que no ha leído un libro, no va a tener claro el panorama, por
eso debe hablarse pero como es...si aquí llegaron los españoles e
hicieron un avasallo con los atacameños, debe decir ésto hicieron, y
si cortaron tantas cabezas, esto hicieron los españoles...aunque esa
forma de decir cree nuevas heridas o se abran heridas debe ser
sincero, porque en la historia de Chile se narra todo lo que paso, Sin
embargo con lo atacameño no, mucho tiempo ha sido olvidado y
ahora se esta hablando un poco a través de la creación de la ley
indígena...”

No obstante, los habitantes de la Comuna no sólo admiten la falta de conocimientos


históricos y culturales del área, sino que también plantean sugerencias para revertir tal
situación apuntando principalmente al desarrollo de iniciativas educacionales dirigidas a
toda la comunidad, con especial referencia a los sectores juveniles. Las palabras de una
mujer san pedrina expresan de cierta forma lo anterior:

“Uhh, el cien por ciento, si aquí la gente no sabe, aquí la gente es


ignorante de eso...ahora con mayor razón en cuanto a la juventud,
porque lo que hay que rescatar son los jóvenes, la gente adulta
ahora se le da como lo mismo, en el colegio ni siquiera te ponen
como un ramo, que se yo, que tenis que estudiar eso, de conocer,
investigar...debería haber un ramo en el colegio para aprender
historia Atacameña...para mi como persona es super
importante...ahora por ejemplo el kunza, el kunza, hay kunza,
palabras, pero por lo menos un niño que sepa hablar una palabra,
oye es una palabra de mi pueblo, de mi gente...el cunza es
mezclado, quechua, español, boliviano, o sea aymará, no es
solamente un idioma completo...”

Considerando los antecedentes expuestos y complementando lo señalado en los párrafos


precedentes podemos apreciar que la falta de conocimiento de la historia y prehistoria
atacameña constituye un fenómeno generalizado en la Comuna y que ha producido
indirectamente el deterioro de la Identidad Cultural Atacameña.

D) Conclusiones

Planteada desde la etnometodología, este informe ha caracterizado y descrito algunas


percepciones y apreciaciones en relación al tratamiento de los bienes patrimoniales de
carácter arqueológico que se localizan en la Comuna de San Pedro de Atacama.

En relación al trabajo desarrollado por los arqueólogos en el área se concluye un profundo


desconocimiento por parte de la comunidad en relación a tal labor. Por otra parte, se
evidencia un profundo descontento con tales profesionales y las instituciones que los
avalan por la forma en que algunos de ellos han actuado y trabajado en la zona, sin
considerar de este modo la opinión de las comunidades atacameñas.
Si bien se percibe un alto de grado de interés por conocer el trabajo que realizan los
profesionales del rubro, existe pocos deseos de participar en forma activa en tal labor,
fenómeno que encuentra su justificación en una serie de principios culturales fuertemente
enraizados en las comunidades (v.gr. creencias en los “Abuelos y Gentiles”). En relación a
esto, se debe señalar que se evidencia una fuerte oposición a la excavación de sitios
arqueológicos, situación que presenta la misma fundamentación señalada supra.

En relación al conocimiento de instituciones que cobijan bienes patrimoniales de carácter


arqueológico un significativo número de entrevistados declaró conocer a lo menos una
institución de este tipo. Por otra parte, un particular sector de las personas interrogadas,
especialmente pertenecientes a la tercera edad, declaró no tener deseos de conocer
dichas instituciones por razones de índole religioso-cultural. También cabe destacar la
opinión recurrente que manifiesta el poco aporte que entrega tal institucion en beneficio
de la comunidad.

En términos del montaje que presenta la institución presente en el sector una cantidad
considerable del universo analizado señalo su aprensión y recelo en relación a la
exhibición de específicos objetos arqueológicos (v.gr. restos óseos humanos). Lo anterior
se suma a la disconformidad en términos de la administración de tal institución, ya que
una cantidad significativa del universo muestreado es partidario de que dicha
administración se traspase a las comunidades locales.

En relación a la percepción y significación que poseen los sitios arqueológicos para los
habitantes de la comuna, se manifiesta un alto grado de respeto y valoración a estos
lugares, los que son considerados sagrados por una porción considerable de los
entrevistados. Lo anterior encuentra su fundamento en el fuerte peso de la tradición
cultural, ya que muchas costumbres y creencias de la zona giran en torno a estos sitios y
a sus moradores (abuelos y gentiles).

En cuanto a la comercialización de objetos arqueológicos, el conocimiento de tal actividad


varía dependiendo de las características de la localidad (v.gr.demografía). En las
pequeñas localidades de la Comuna los entrevistados declararon desconocer prácticas
como el saqueo de sitios arqueológicos y la consecuente venta de los materiales
provenientes de ellos. Tal situación varía en las localidades que presentan un mayor
crecimiento urbano ya que fue posible observar, en ciertos casos, la venta de material
arqueológico, fenómeno que fue corroborado por las personas entrevistadas. De esta
forma se concluye en relación a esta situación la poca efectividad que presentan los
instrumentos jurídicos encargados de preservar, proteger y conservar los bienes
patrimoniales de la zona.

Finalmente y en relación a la historia y prehistoria del área atacameña, se observa un


escaso grado de conocimiento de éstas, fenómeno que encuentra su origen en la falta de
políticas educacionales y culturales que reviertan tal situación. Lo anterior ha generado
una profunda crisis de la identidad cultural del pueblo atacameño. Sin embargo, la mayor
parte de los entrevistados demostró gran interés por aprender y conocer los procesos y
sucesos acaecidos en épocas pretéritas en el territorio antaño denominado Atacama la
Alta.

You might also like