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Según el Código Procesal Penal, procederá la pericia siempre que, para la explicación
y mejor comprensión de algún hecho, se requiera conocimiento especializado de naturaleza
científica, técnica, artística o de experiencia calificada; es decir, la necesidad de conocimiento
experto sobre determinada materia, dado que el Juez por si sólo no estaría en condiciones de
apreciar un hecho o circunstancia del caso, ya sea porque se encuentra fuera de la experiencia
común, fuera de su conocimiento o no es susceptible de ser comprendido con claridad sin la
ayuda de un especialista.
Así tenemos que determinados delitos son acreditados por medio de peritajes. Tal es
el caso, de los delitos sexuales y de lesiones, por medio del respectivo reconocimiento médico
legal; en el caso de delito de tráfico ilícito de drogas es imprescindible contar con la pericia
química para determinar la cantidad y el grado de pureza de la droga, y para saber si lo
incautado constituye elemento para la fabricación de drogas; en el delito de Falsificación de
Documentos, la necesidad de la pericia grafotecnia es importante para determinar la falsedad
del documento; en el delito de Fraude en la Administración de Personas Jurídicas, la pericia
contable es la que precisa si se ha causado o no perjuicio económico a la misma.
Asimismo, se podrá ordenar una pericia cuando corresponda aplicar el art. 15 del
Código Penal, es decir, para poder determinar si existe o no en el imputado, un error de
comprensión culturalmente condicionado sobre el carácter delictivo de un hecho.
Designación de peritos.
En primer término debemos mencionar que el Código Procesal Penal, hace la diferencia entre
perito oficial y perito de parte. El perito oficial es designado por el Juez competente y durante la
investigación preparatoria por el Fiscal, encomendándosele dicha labor pericial sin necesidad
de designación expresa al Laboratorio de Criminalística de la Policía Nacional, el Instituto de
Medicina Legal y al Sistema Nacional de Control, así como a los organismos del Estado que
desarrollan labor científica o técnica. También puede encomendarse la labor pericial a
Universidades, Institutos de investigación o personas jurídicas, siempre que reúnan las
características para tal fin.
Por tanto, cuando se requiere al Instituto de Medicina Legal practicar determinado
peritaje, no es necesario precisar la identidad del perito que realizará el examen respectivo.
Asimismo, debemos recordar, que la investigación preparatoria, comprende la
investigación preliminar, que lo puede realizar directamente el Fiscal o encomendarlo a
la Policía Nacional, bajo su dirección, por tanto cualquiera de las dos instituciones,
Ministerio Público o Policía Nacional, podrán requerir la realización de los exámenes o
pericias respectivas.
La experticia que detenta el perito es lo que hace que las opiniones y conclusiones que entrega
en el área de su especialización sean admitidas, allí donde un testigo común y corriente no se
le permite dar opiniones por regla general.
Debemos tener presente que la especialización del perito no proviene sólo de lo que
tradicionalmente se considera un área técnica (ciencia), sino de la disciplina o cualquier tipo de
actividad que genera conocimientos especializados (artes u oficios). En ese sentido, un
carpintero en su respectivo oficio podrá ser tan experto como el físico nuclear que detenta la
mayor cantidad de doctorados y post – doctorados en su respectiva disciplina.
El Código Procesal Penal se limita ha precisar quienes no podrán ser peritos, tales como, el
cónyuge o conviviente del imputado, los parientes del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad, los vinculados por el secreto profesional. Tampoco podrá serlo quien
haya sido nombrado perito de parte en el mismo proceso o en proceso conexo, o quien este
suspendido o inhabilitado en el ejercicio de su profesión, y quien haya sido testigo del hecho
objeto de la causa.
En esos casos el perito deberá excusarse, caso contrario por dichos motivos puede ser
tachado por una de las partes.
En el nuevo modelo, al sistema legal sólo le interesa escuchar la opinión experta en la medida
que ella tenga un nivel de validez relevante dentro de la comunidad de especialistas a la que
pertenece.