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APRENDIZAJE OBSERVACIONAL

Aprendizaje basado en la observación de la conducta del otro.

APRENDIZAJE SOCIAL
El aprendizaje social (que también recibe los nombres de aprendizaje vicario,
aprendizaje observacional, imitación, modelado, o aprendizaje cognitivo social)
es el aprendizaje basado en una situación social en la que, al menos, participan
dos personas: el modelo, que realiza una conducta determinada, y el sujeto,
que realiza la observación de dicha conducta y cuya observación determina el
aprendizaje. A diferencia del aprendizaje por condicionamiento, en el
aprendizaje social el que aprende no recibe el refuerzo, sino que éste recae, en
todo caso, en el modelo. Aquí el que aprende lo hace imitando la conducta del
que recibe el refuerzo. Aunque el aprendizaje social primero se intentó
comprender en el marco del conductismo, pronto se vio que éste era
inadecuado y se pasó a una concepción más mentalista, como lo muestra la
obra de Albert Bandura, el psicólogo que más ha trabajado y sistematizado la
teoría del aprendizaje social. Este autor creerá necesario referirse a la
existencia de representaciones mentales para comprender la imitación, en
particular en la fase de la adquisición de la conducta. Bandura defenderá la
existencia de dos fases, divididas cada una de ellas en dos subfases, para
explicar este tipo de aprendizaje: la fase de adquisición de la conducta con las
subfases de atención y retención, y la fase de la ejecución de la conducta
con las subfases de la reproducción motora y de la motivación y refuerzo.
El aprendizaje vicario presenta para el sujeto varias ventajas importantes:
amplía sus habilidades en el control del medio y hace el aprendizaje menos
costoso y duro que el mero condicionamiento. El aprendizaje social está a la
base de la transmisión cultural pues permite que las habilidades adquiridas
por algún miembro de la comunidad pueden transmitirse al resto, sin que sea
preciso que cada uno las adquiera a partir de su propia experiencia. Muchos
investigadores consideran que este tipo de aprendizaje es exclusivo de los
seres humanos o, en todo caso, lo amplían a los animales superiores como los
primates.

APRENDIZAJE VICARIO
Aprendizaje en el que el refuerzo lo recibe el modelo y no la persona que
aprende a imitar dicho modelo.

El Aprendizaje Vicario o Social es una forma de adquisición de conductas


nuevas por medio de la observación. En la terapia de la conducta se llama
también modelado.

Historia
La "imitación" es una conducta conocida desde que se tiene registros
históricos, e inclusive ha sido observada en animales, siendo un aspecto
sofisticado de su inteligencia.
Además de ser una técnica bien establecida en clínica, el aprendizaje vicario
también es un paradigma de aprendizaje desarrollado de manera formal por el
psicólogo Albert Bandura. Es un modelo muy evolucionado de conductismo que
destaca la posibilidad de aprender conductas siguiendo los modelos vistos en
otras personas con las que se identifican, sin necesidad de práctica. Es esa
falta de necesidad de practicar para aprender, la que constituye una quiebra
con el paradigma skinneriano, para el cual las conductas se establecen por
refuerzo exclusivamente. Ha habido otros paradigmas rivales del modelo de
refuerzo, pero no habían establecido la insuficiencia del paradigma no-
mediacional (que no toma en cuenta las características del sujeto,
características que median entre estímulo y respuesta) de forma tan clara y
rotunda.

No existe la teoría que explique toda la complejidad del aprendizaje. De hecho,


la metáfora del humano que parece un prisma de mil caras es cierta en el
ámbito de cómo se aprende a ser, cómo se aprende a convivir en familia y a
vivir dentro de una determinada cultura.

Características del aprendizaje vicario


En el aprendizaje vicario, el refuerzo es de otra índole y se basa en procesos
imitativos cognitivos del sujeto que aprende con el modelo. En los primeros
años, los padres y educadores serán los modelos básicos a imitar.

Uno de los conceptos más interesantes expuestos por Albert Bandura es el de


aprendizaje activo (aquellos conocimientos que se adquieren al hacer las
cosas), el cual contrasta con el de aprendizaje vicario, que es aprender
observando a los otros. Por el solo hecho de ver lo que otros hacen y las
consecuencias que tienen por su comportamiento, se aprende a repetir o evitar
esa conducta. Lo que propone es que no todo el aprendizaje se logra
experimentando personalmente las acciones.

Bandura también dice que al ver las consecuencias positivas o negativas de las
acciones de otras personas, las llevamos como si fueran nuestra propia
experiencia en otras circunstancias.

Son muchos los ejemplos de cómo los niños observan e imitan a sus padres y
aprenden de lo que les sucede a sus hermanos, cuando éstos son regañados o
premiados, y entonces rigen su actuación con base en sus observaciones. Así
se aprenden los valores y las normas sociales —que son adecuadas o no
según cada cultura-, cómo manejar los impulsos agresivos, cómo prestar y
compartir las cosas, por mencionar sólo unos ejemplos. Estos procesos se dan
toda la vida.
APRENDIZAJE SOCIAL
(Paulina Herrera)

Bases de una perspectiva innovadora dentro del conductismo

Los tipos de aprendizaje señalados anteriormente tienen dos características


comunes:

• El aprendizaje ocurre gradualmente en la medida en que se asocian


estímulos con respuestas o acciones con consecuencias.
• Enfatizan el rol del comportamiento observable, descartando aquellos
procesos no observables de la persona, como los pensamientos o
sentimientos.

Los teóricos del aprendizaje social, conocidos, sobre todo, por la obra de Albert
Bandura, si bien validan los mecanismos de aprendizaje anteriormente
planteados, sugieren que existe además otro tipo de aprendizaje vital
importancia para el desarrollo de la personalidad, el cual es: El Aprendizaje
por Observación.

Esta teoría plantea que si bien la mayoría de la conducta es controlada por


fuerzas ambientales, más que internas, tal como planteaban los conductistas
más clásicos, existen mecanismos internos de representación de la
información, que son centrales para que se genere el aprendizaje. Por
consiguiente, esta teoría, a pesar de que rescata los aportes del conductismo,
agrega el estudio del procesamiento de la información implicado en el
aprendizaje, el cual se realiza mediante procedimientos de tipo cognitivo.

Los supuestos que forman parte de esta teoría son:

• La mayoría de la conducta humana es aprendida, en vez de innata.


• La mayoría de la conducta es controlada por influencias ambientales,
más que fuerzas internas, por lo tanto el refuerzo positivo, es decir, la
modificación de la conducta mediante la alteración de sus
consecuencias recompensatorias, constituye un procedimiento
importante en el aprendizaje conductual.
• Los seres humanos construyen representaciones internas de las
asociaciones estimulo-respuesta, es decir, son las imágenes de hechos,
las que determinan el aprendizaje. En consecuencia, si bien los
mecanismos de los aprendizajes son conductistas por su forma, el
contenido del aprendizaje es cognitivo.
• El ser humano es un agente intencional y reflexivo, con capacidad
simbolizadota, capacidad de previsión, capacidad vicaria y capacidad de
autorregulación y autorreflexión. Esto le otorga un rol activo al ser
humano en el proceso de aprendizaje. El aprendiz es visto como un
predictor activo de las señales del medio, y no un mero autómata que
genera asociaciones. Aprende expectativas y no solo respuestas. Estas
expectativas son aprendidas gracias a su capacidad de atribuir un valor
predictivo a las señales del medio.
• La manera más eficiente de aprender se realiza mediante la
observación. Este tipo de aprendizaje es llamado también
“condicionamiento vicario o modeling”, ya que quien aprende lo está
haciendo a través de la experiencia de otros.

Este aprendizaje vicario ocurre a través de cuatro etapas:

1. Lo primero que de debe ocurrir es que el sujeto preste atención y


observe al modelo. El sujeto va a prestar atención a este modelo en
función de los refuerzos que ha recibido anteriormente y de los refuerzos
que recibe el modelo.
2. Lo segundo que debe ocurrir es que el sujeto codifique bajo formas de
memoria la conducta modelada (retención).
3. El tercer componente es la reproducción motora de la conducta
observada.
4. Finalmente, el último proceso es la incentivación o motivación. El
refuerzo determina aquello que se modela, aquello que se ensaya, y
cuál es la conducta que se emite. Aunque Bandura no considera el
refuerzo como una variable directa del aprendizaje, estima que la
expectativa de recompensa (o la evitación de consecuencias adversas)
es necesaria para la emisión de la conducta. En consecuencia, el
refuerzo posee importantes propiedades de información para el
aprendizaje y efectos directos sobre el desempeño.

Aprendizaje y Motivación

Otro de los importantes aportes de Bandura en su planteamiento acerca del


aprendizaje observacional está determinado por los procesos de motivación,
los cuales determinan el proceso de modelamiento. Esta motivación puede
provenir desde tres grandes tipos de incentivos, los cuales son, los directos, los
vicarios y los autoproducidos.

Los Incentivos Directos son los que se obtienen a través de la propia


experiencia de logro al realizar una determinada conducta.

Por otro lado, cuando vemos que una persona obtiene una recompensa al
realizar una determinada conducta tendemos a imitarla, en este caso, se habla
de Incentivo Vicario. Por ejemplo, Bandura y Barab, demostraron que cuando
se exponía a un grupo de niños a patrones de conducta mostrados por
distintos modelos, imitaban las conductas que proporcionaban recompensa y
rehusaban imitar las que carecían de ellas.

Sin embargo, las recompensas no siempre tenían que ser proporcionadas por
otros, podían ser también Autogeneradas. Es así, que Bandura, le otorga un
papel determinante a la evaluación que hacen los alumnos de sus propias
conductas. Los criterios de autoevaluación y sentimientos de autoeficacia
condicionan el grado de atención y esfuerzo de codificación invertidos en el
aprendizaje observacional.

Estos criterios se obtienen en gran parte gracias al proceso de modelado, pues


los modelos transmiten criterios evaluativos de gran influencia en los criterios a
ser utilizados por los observadores al evaluar su propia conducta. También se
obtienen a través de la propia experiencia de logro y fracaso, la persuasión
verbal de otros y la información otorgada por la excitación emocional del que
está aprendiendo, pues, si ésta es adversa, limitará el aprendizaje de la
conducta.

Por otro lado, la fuerza motivadora de la autoinducción a realizar cierta


conducta varía según el nivel de discrepancia entre los criterios de evaluación y
la competencia, por lo cual metas relativamente fáciles no son suficientemente
desafiantes para provocar interés, en contraposición a las que son
moderadamente difíciles, que logran mantener un esfuerzo elevado y producen
satisfacción. Finalmente, metas muy difíciles producen sentimientos
desalentadores y de fracaso, y disminuyen las expectativas de autoeficacia.
Albert Bandura
1925 - presente
Dr. C. George Boeree

Traducción al castellano: Dr. Rafael Gautier

Biografía

Albert Bandura nació el 4 de diciembre de 1925 en la


pequeña localidad de Mundare en Alberta del Norte,
Canadá. Fue educado en una pequeña escuela
elemental y colegio en un solo edificio, con recursos
mínimos, aunque con un porcentaje de éxitos importante.
Al finalizar el bachillerato, trabajó durante un verano
rellenando agujeros en la autopista de Alaska en el
Yukon.

Completó su licenciatura en Psicología de la Universidad


de Columbia Británica en 1949. Luego se trasladó a la
Universidad de Iowa, donde conoció a Virginia Varns, una
instructora de la escuela de enfermería. Se casaron y
más tarde tuvieron dos hijas. Después de su graduación, asumió una
candidatura para ocupar el post-doctorado en el Wichita Guidance Center en
Wichita, Kansas.

En 1953, empezó a enseñar en la Universidad de Stanford. Mientras estuvo


allí, colaboró con su primer estudiante graduado, Richard Walters, resultando
un primer libro titulado Agresión Adolescente en 1959, tristemente, Walters
murió joven en un accidente de motocicleta.

Bandura fue Presidente de la APA en 1973 y recibió el Premio para las


Contribuciones Científicas Distinguidas en 1980. Se mantiene en activo hasta
el momento en la Universidad de Stanford.

Teoría

El conductismo, con su énfasis sobre los métodos experimentales, se focaliza


sobre variables que pueden observarse, medirse y manipular y rechaza todo
aquello que sea subjetivo, interno y no disponible (p.e. lo mental). En el método
experimental, el procedimiento estándar es manipular una variable y luego
medir sus efectos sobre otra. Todo esto conlleva a una teoría de la
personalidad que dice que el entorno de uno causa nuestro comportamiento.
Bandura consideró que esto era un poquito simple para el fenómeno que
observaba (agresión en adolescentes) y por tanto decidió añadir un poco más a
la fórmula: sugirió que el ambiente causa el comportamiento; cierto, pero que el
comportamiento causa el ambiente también. Definió este concepto con el
nombre de determinismo recíproco: el mundo y el comportamiento de una
persona se causan mutuamente.

Más tarde, fue un paso más allá. Empezó a considerar a la personalidad como
una interacción entre tres “cosas”: el ambiente, el comportamiento y los
procesos psicológicos de la persona. Estos procesos consisten en nuestra
habilidad para abrigar imágenes en nuestra mente y en el lenguaje. Desde el
momento en que introduce la imaginación en particular, deja de ser un
conductista estricto y empieza a acercarse a los cognocivistas. De hecho,
usualmente es considerado el padre del movimiento cognitivo.

El añadido de imaginación y lenguaje a la mezcla permite a Bandura teorizar


mucho más efectivamente que, digamos por ejemplo, B. F. Skinner con
respecto a dos cosas que muchas personas consideran “el núcleo fuerte” de la
especie humana: el aprendizaje por la observación (modelado) y la auto-
regulación.

Aprendizaje por la observación o modelado

De los cientos de estudios de Bandura, un grupo se alza por encima de los


demás, los estudios del muñeco bobo. Lo hizo a partir de una película de
uno de sus estudiantes, donde una joven estudiante solo pegaba a un muñeco
bobo. En caso de que no lo sepan, un muñeco bobo es una criatura hinchable
en forma de huevo con cierto peso en su base que hace que se tambalee
cuando le pegamos. Actualmente llevan pintadas a Darth Vader, pero en
aquella época llevaba al payaso “Bobo” de protagonista.

La joven pegaba al muñeco, gritando ¡“estúpidooooo”!. Le pegaba, se sentaba


encima de él, le daba con un martillo y demás acciones gritando varias frases
agresivas. Bandura les enseñó la película a un grupo de niños de guardería
que, como podrán suponer ustedes, saltaron de alegría al verla. Posteriormente
se les dejó jugar. En el salón de juegos, por supuesto, había varios
observadores con bolígrafos y carpetas, un muñeco bobo nuevo y algunos
pequeños martillos.

Y ustedes podrán predecir lo que los observadores anotaron: un gran coro de


niños golpeando a descaro al muñeco bobo. Le pegaban gritando
¡”estúpidooooo!”, se sentaron sobre él, le pegaron con martillos y demás. En
otras palabras, imitaron a la joven de la película y de una manera bastante
precisa.

Esto podría parecer un experimento con poco de aportación en principio, pero


consideremos un momento: estos niños cambiaron su comportamiento ¡sin que
hubiese inicialmente un refuerzo dirigido a explotar dicho comportamiento! Y
aunque esto no parezca extraordinario para cualquier padre, maestro o un
observador casual de niños, no encajaba muy bien con las teorías de
aprendizaje conductuales estándares. Bandura llamó al fenómeno aprendizaje
por la observación o modelado, y su teoría usualmente se conoce como la
teoría social del aprendizaje.

Bandura llevó a cabo un largo número de variaciones sobre el estudio en


cuestión: el modelo era recompensado o castigado de diversas formas de
diferentes maneras; los niños eran recompensados por sus imitaciones; el
modelo se cambiaba por otro menos atractivo o menos prestigioso y así
sucesivamente. En respuesta a la crítica de que el muñeco bobo estaba hecho
para ser “pegado”, Bandura incluso rodó una película donde una chica pegaba
a un payaso de verdad. Cuando los niños fueron conducidos al otro cuarto de
juegos, encontraron lo que andaban buscando…¡un payaso real!. Procedieron
a darle patadas, golpearle, darle con un martillo, etc.

Todas estas variantes permitieron a Bandura a establecer que existen ciertos


pasos envueltos en el proceso de modelado:

1. Atención. Si vas a aprender algo, necesitas estar prestando atención. De la


misma manera, todo aquello que suponga un freno a la atención, resultará en
un detrimento del aprendizaje, incluyendo el aprendizaje por observación. Si
por ejemplo, estás adormilado, drogado, enfermo, nervioso o incluso “hiper”,
aprenderás menos bien. Igualmente ocurre si estás distraído por un estímulo
competitivo.

Alguna de las cosas que influye sobre la atención tiene que ver con las
propiedades del modelo. Si el modelo es colorido y dramático, por ejemplo,
prestamos más atención. Si el modelo es atractivo o prestigioso o parece ser
particularmente competente, prestaremos más atención. Y si el modelo se
parece más a nosotros, prestaremos más atención. Este tipo de variables
encaminó a Bandura hacia el examen de la televisión y sus efectos sobre los
niños.

2. Retención. Segundo, debemos ser capaces de retener (recordar) aquello a


lo que le hemos prestado atención. Aquí es donde la imaginación y el lenguaje
entran en juego: guardamos lo que hemos visto hacer al modelo en forma de
imágenes mentales o descripciones verbales. Una vez “archivados”, podemos
hacer resurgir la imagen o descripción de manera que podamos reproducirlas
con nuestro propio comportamiento.

3. Reproducción. En este punto, estamos ahí soñando despiertos. Debemos


traducir las imágenes o descripciones al comportamiento actual. Por tanto, lo
primero de lo que debemos ser capaces es de reproducir el comportamiento.
Puedo pasarme todo un día viendo a un patinador olímpico haciendo su trabajo
y no poder ser capaz de reproducir sus saltos, ya que ¡no sé nada patinar!. Por
otra parte, si pudiera patinar, mi demostración de hecho mejoraría si observo a
patinadores mejores que yo.

Otra cuestión importante con respecto a la reproducción es que nuestra


habilidad para imitar mejora con la práctica de los comportamientos envueltos
en la tarea. Y otra cosa más: nuestras habilidades mejoran ¡aún con el solo
hecho de imaginarnos haciendo el comportamiento!. Muchos atletas, por
ejemplo, se imaginan el acto que van a hacer antes de llevarlo a cabo.

4. Motivación. Aún con todo esto, todavía no haremos nada a menos que
estemos motivados a imitar; es decir, a menos que tengamos buenas razones
para hacerlo. Bandura menciona un número de motivos:

α. Refuerzo pasado, como el conductismo tradicional o clásico.


β. Refuerzos prometidos, (incentivos) que podamos imaginar.
χ. Refuerzo vicario, la posibilidad de percibir y recuperar el modelo como
reforzador.

Nótese que estos motivos han sido tradicionalmente considerados como


aquellas cosas que “causan” el aprendizaje. Bandura nos dice que éstos no
son tan causantes como muestras de lo que hemos aprendido. Es decir, él los
considera más como motivos.

Por supuesto que las motivaciones negativas también existen, dándonos


motivos para no imitar:

α. Castigo pasado.
β. Castigo prometido (amenazas)
χ. Castigo vicario.

Como la mayoría de los conductistas clásicos, Bandura dice que el castigo en


sus diferentes formas no funciona tan bien como el refuerzo y, de hecho, tiene
la tendencia a volverse contra nosotros.

Autorregulación

La autorregulación (controlar nuestro propio comportamiento) es la otra piedra


angular de la personalidad humana. En este caso, Bandura sugiere tres pasos:

1. Auto-observación. Nos vemos a nosotros mismos, nuestro


comportamiento y cogemos pistas de ello.

2. Juicio. Comparamos lo que vemos con un estándar. Por ejemplo, podemos


comparar nuestros actos con otros tradicionalmente establecidos, tales como
“reglas de etiqueta”. O podemos crear algunos nuevos, como “leeré un libro a
la semana”. O podemos competir con otros, o con nosotros mismos.

3. Auto-respuesta. Si hemos salido bien en la comparación con nuestro


estándar, nos damos respuestas de recompensa a nosotros mismos. Si no
salimos bien parados, nos daremos auto-respuestas de castigo. Estas auto-
respuestas pueden ir desde el extremo más obvio (decirnos algo malo o
trabajar hasta tarde), hasta el otro más encubierto (sentimientos de orgullo o
vergüenza).
Un concepto muy importante en psicología que podría entenderse bien con la
autorregulación es el auto-concepto (mejor conocido como autoestima). Si a
través de los años, vemos que hemos actuado más o menos de acuerdo con
nuestros estándares y hemos tenido una vida llena de recompensas y
alabanzas personales, tendremos un auto-concepto agradable (autoestima
alta). Si, de lo contrario, nos hemos visto siempre como incapaces de alcanzar
nuestros estándares y castigándonos por ello, tendremos un pobre auto-
concepto (autoestima baja)

Notemos que los conductistas generalmente consideran el refuerzo como


efectivo y al castigo como algo lleno de problemas. Lo mismo ocurre con el
auto-castigo. Bandura ve tres resultados posibles del excesivo auto-castigo:

Compensación. Por ejemplo, un complejo de superioridad y delirios de


grandeza.
Inactividad. Apatía, aburrimiento, depresión.
Escape. Drogas y alcohol, fantasías televisivas o incluso el escape más
radical, el suicidio.
Lo anterior tiene cierta semejanza con las personalidades insanas de las que
hablaban Adler y Horney; el tipo agresivo, el tipo sumiso y el tipo evitativo
respectivamente.

Las recomendaciones de Bandura para las personas que sufren de auto-


conceptos pobres surgen directamente de los tres pasos de la autorregulación:

Concernientes a la auto-observación. ¡conócete a ti mismo!. Asegúrate de


que tienes una imagen precisa de tu comportamiento.
Concernientes a los estándares. Asegúrate de que tus estándares no están
situados demasiado alto. No nos embarquemos en una ruta hacia el fracaso.
Sin embargo, los estándares demasiado bajos carecen de sentido.
Concernientes a la auto-respuesta. Utiliza recompensas personales, no auto-
castigos. Celebra tus victorias, no lidies con tus fallos.

Terapia

Terapia de autocontrol

Las ideas en las que se basa la autorregulación han sido incorporadas a una
técnica terapéutica llamada terapia de autocontrol. Ha sido bastante exitosa
con problemas relativamente simples de hábitos como fumar, comer en exceso
y hábitos de estudio.

1. Tablas (registros) de conducta. La auto-observación requiere que


anotemos tipos de comportamiento, tanto antes de empezar como después.
Este acto comprende cosas tan simples como contar cuántos cigarrillos
fumamos en un día hasta diarios de conducta más complejos. Al utilizar
diarios, tomamos nota de los detalles; el cuándo y dónde del hábito. Esto nos
permitirá tener una visión más concreta de aquellas situaciones asociadas a
nuestro hábito: ¿fumo más después de las comidas, con el café, con ciertos
amigos, en ciertos lugares…?
2. Planning ambiental. Tener un registro y diarios nos facilitará la tarea de dar
el siguiente paso: alterar nuestro ambiente. Por ejemplo, podemos remover o
evitar aquellas situaciones que nos conducen al mal comportamiento: retirar los
ceniceros, beber té en vez de café, divorciarnos de nuestra pareja fumadora…
Podemos buscar el tiempo y lugar que sean mejores para adquirir
comportamientos alternativos mejores: ¿dónde y cuándo nos damos cuenta
que estudiamos mejor? Y así sucesivamente.

3. Auto-contratos. Finalmente, nos comprometemos a compensarnos cuando


nos adherimos a nuestro plan y a castigarnos si no lo hacemos. Estos contratos
deben escribirse delante de testigos (por nuestro terapeuta, por ejemplo) y los
detalles deben estar muy bien especificados: “Iré de cena el sábado en la
noche si fumo menos cigarrillos esta semana que la anterior. Si no lo hago, me
quedaré en casa trabajando”.

También podríamos invitar a otras personas a que controlen nuestras


recompensas y castigos si sabemos que no seremos demasiado estrictos con
nosotros mismos. Pero, cuidado: ¡esto puede llevar a la finalización de nuestras
relaciones de pareja cuando intentemos lavarle el cerebro a ésta en un intento
de que hagan las cosas como nos gustaría!

Terapia de Modelado

Sin embargo, la terapia por la que Bandura es más conocido es la del


modelado. Esta teoría sugiere que si uno escoge a alguien con algún trastorno
psicológico y le ponemos a observar a otro que está intentando lidiar con
problemas similares de manera más productiva, el primero aprenderá por
imitación del segundo.

La investigación original de Bandura sobre el particular envuelve el trabajo con


herpefóbicos (personas con miedos neuróticos a las serpientes) El cliente es
conducido a observar a través de un cristal que da a un laboratorio. En este
espacio, no hay nada más que una silla, una mesa, una caja encima de la
mesa con un candado y una serpiente claramente visible en su interior. Luego,
la persona en cuestión ve cómo se acerca otra (un actor) que se dirige lenta y
temerosamente hacia la caja. Al principio actúa de forma muy aterradora; se
sacude varias veces, se dice a sí mismo que se relaje y que respire con
tranquilidad y da un paso a la vez hacia la serpiente. Puede detenerse en el
camino un par de veces; retraerse en pánico, y vuelve a empezar. Al final, llega
al punto de abrir la caja, coge a la serpiente, se sienta en la silla y la agarra por
el cuello; todo esto al tiempo que se relaja y se da instrucciones de calma.

Después que el cliente ha visto todo esto (sin duda, con su boca abierta
durante toda la observación), se le invita a que él mismo lo intente. Imagínense,
él sabe que la otra persona es un actor (¡no hay decepción aquí; solo
modelado!) Y aún así, muchas personas, fóbicos crónicos, se embarcan en la
rutina completa desde el primer intento, incluso cuando han visto la escena
solo una vez. Esta desde luego, es una terapia poderosa.
Una pega de la terapia era que no es tan fácil conseguir las habitaciones, las
serpientes, los actores, etc., todos juntos. De manera que Bandura y sus
estudiantes probaron diferentes versiones de la terapia utilizando grabaciones
de actores e incluso apelaron a la imaginación de la escena bajo la tutela de
terapeutas. Estos métodos funcionaron casi tan bien como el original.

APRENDIZAJE COGNOSCITIVO Y SOCIAL

Por: María Juliana Castrillón A.

De acuerdo con Bandura y Walters (1982), durante los últimos años


se había favorecido en la investigación psicológica la conducta
desviada y la psicoterapia desde la perspectiva de la psicología del
aprendizaje. Para ellos, estas concepciones no eran lo
suficientemente efectivas para explicar los procesos por los que se
adquiere y modifica a conducta social, por lo tanto, afirmaron que
debían estudiarse nuevos principios que explicaran la conducta
humana en situación de díada y de grupo.

Según Bandura citado por Dicaprio (1994) uno de los principios del
aprendizaje social es la adquisición de respuestas nuevas mediante el
aprendizaje observacional. Además, subraya el enfoque del
aprendizaje social, ya que sostiene que la mayor parte de nuestro
aprendizaje ocurre en contextos sociales y a través del
modelamiento. Así, de acuerdo con sus planteamientos, los seres
humanos aprendemos observando la conducta de un modelo o de
quien creemos que sabe cómo actuar (por imitación), pero además,
este aprendizaje puede ocurrir como consecuencia de un
reforzamiento: por medio del “ensayo y error”, con el reforzador que
selecciona la conducta correcta.
Sin embargo, Bandura menciona que el ser humano puede optar por
un aprendizaje por modelamiento, puesto que observa aquellas
conductas que pueden llevarlo a un aprendizaje rápido y sin errores.
No obstante, también es importante mencionar que Bandura y
Walters (1982) establecen una serie de condiciones para no afectarlo,
entre ellas, el observador debe atender a modelos importantes,
(influye si el modelo es o no reforzado durante la conducta) tener la
capacidad para retener lo observado, para ejecutar las habilidades
aprendidas y la motivación e incentivos para llevar a cabo la
conducta.

En síntesis, podemos aprender formando representaciones


cognoscitivas de los acontecimientos que nos rodean y de los que
percibimos en nosotros mismos.

Por otro lado, según Dicaprio (1994) aunque Bandura es exponente


de la teoría conductual cognitiva, manifiesta que “las personas no
aprenden mucho, si es que algo, de las experiencias apareadas
repetidas a menos que reconozcan que los hechos están
correlacionados”, por esto, se puede encontrar que para éste autor es
importante la mediación cognoscitiva o conciencia que existe entre
los hechos y el aprendizaje.

Al mismo tiempo, Bandura hace referencia al Reforzamiento y al


Castigo Vicario como principios del aprendizaje cognoscitivo y social.
Según Dicaprio (1994) aprendizaje vicario significa experimentar lo
que otro hace a través de la observación, y en relación con esto,
reforzamiento vicario significa experimentar los beneficios del
reforzamiento a través de la observación de un modelo que está
siendo reforzado, o ver a los modelos reforzarse a si mismos. Por su
parte, el castigo vicario tiene que ver con experimentar, a través del
aprendizaje por observación, los efectos del castigo administrado a
modelos o por los modelos mismos, es decir que, con frecuencia,
aprendemos observando los errores de los demás.
Además de Bandura, otros autores como Rotter, Ellis y Mischel
realizaron aportes en el campo del aprendizaje cognoscitivo y social y
dedujeron variables cognoscitivas que según ellos, otros no habían
trabajado adecuadamente.

Rotter hizo referencia a las expectativas y al valor de reforzamiento.


Siguiendo sus planteamientos, la expectativa se construye con base
en experiencias pasadas que pueden generar una consecuencia
satisfactoria o insatisfactoria; esto quiere decir que cuando una
persona se encuentra en una situación que le resulta familiar a una
pasada, puede esperar que suceda lo mismo que cuando ocurrió
dicha situación, y de esta manera, la expectativa se refuerza cada vez
que el sujeto obtiene la misma consecuencia. Asimismo, Rotter
también dice que para entender el aprendizaje y la conducta es
necesario tener en cuenta el valor de reforzamiento, y para él , si el
valor de reforzamiento del objetivo es alto, se genera una expectativa
satisfactoria que conduce al individuo a conseguirlo. (Dicaprio, 1994)

Por otro lado, él hace alusión al potencial de necesidades, que


consiste en un conjunto de conductas con una cualidad direccional
común, en el sentido de que se dirigen hacia un objetivo
determinado. Rotter y Hochreich identificaron seis necesidades
generales: De reconocimiento, dominación, independencia,
protección y dependencia, amor y afecto y de comodidad física.
(Dicaprio, 1994)

Albert Ellis establece un modelo racional-emotivo en el cual da


cuenta de la importancia de las variables cognoscitivas y del manejo
correcto del pensamiento, las autoverbalizaciones y la interpretación
de los hechos, para llevar a cabo un control de los estados afectivos.
Para llegar a tal control, establece que se debe pensar
correctamente, y por lo tanto, interpretar con claridad lo que se
percibe, porque de lo contrario se producirían grados graves de
sobre-emocionalismo o sub-emocionalismo. (Dicaprio, 1994)

Ellis también dice que cuando la conducta es emocional, el


funcionamiento cognoscitivo está muy deteriorado y sólo se pueden
controlar las emociones cuando la razón prevalece.

Por último, Ellis presenta su sistema en un formato simplificado(A-B-


C-D), en el cual:

1. Es la condición activadora, el hecho, como una defensa


abollada o el rechazo de una cita.
2. Es el sistema de creencias de la persona que entra en la
interpretación de la importancia del hecho.
3. Son las consecuencias que resultan del proceso
interpretativo, la conducta disfuncional.
4. Es el proceso terapéutico de refutar el sistema de
creencias. (Aprendizaje Social)

Walter Mischel establece otros criterios de aprendizaje social


cognoscitivo; estudia las variables que determinan las conductas de
los organismos y tiene un enfoque es interaccionista.

Mischel sostiene que las personas son capaces de hacer


discriminaciones sumamente finas entre los estímulos en el medio, y
que también pueden generar múltiples conductas adaptativas y de
ajuste para enfrentar las diversas situaciones del estímulo. De esta
manera, podemos comportarnos de manera diferente cuando
afrontamos un cambio de contexto o situación. Estos cambios en las
condiciones de estímulo se denominan variables moderadoras, ya que
alteran la naturaleza de la conducta que normalmente recurre en la
situación. (Aprendizaje Social)

Por otro lado, respecto a las variables de la persona que propone


Mischel se encuentra que la construcción de la suficiencia se refiere al
uso creativo de las capacidades de conocimiento y potenciales de
conducta, y la codificación de estrategias y constructos personales
permiten que la persona seleccione algunos aspectos de una
situación y rechacen los demás (por lo tanto, recuerdan unos mejor q
otros)

Mischel al igual que Rotter introduce el termino del valor de estimulo


subjetivo para explicar los determinantes de la conducta de un
individuo. El valor percibido de los hechos debe considerarse junto
con las hipótesis acerca del éxito o el fracaso. Aquí se refiere a las
preferencias y aversiones que sirven como motivación para activar
las conductas. De esta manera Mischel proporciona un lugar para los
reforzadores en su serie de variables de la persona. Los reforzadores
sirven como incentivos para la ejecución de ciertas conductas en una
situación, en vez de otras conductas posibles. (Aprendizaje Social).

Finalmente, la importancia del aprendizaje cognoscitivo social en la


psicología social hace referencia a que mediante las tesis del
aprendizaje social planteadas por Bandura, Rotter, Ellis y Mischel se
establece que el individuo adquiere conocimientos a través de la
socialización y la interacción con el medio, por lo tanto, en ellas se
considera relevante el papel de la socialización en el desarrollo del
individuo, el cual, puede modificar sus conductas mediante la
observación y el modelamiento. De igual manera, el aprendizaje por
observación “influye en los integrantes de una sociedad”, y del
mismo modo, estos intervienen en la misma, incidiendo en la
selección de un modelo prosocial o desviado. Por otro lado, siguiendo
a los diferentes autores, dependiendo del contexto en el que se
desenvuelvan los individuos, sus comportamientos pueden variar.

Por último, se encuentra la importancia del reforzamiento y el castigo


vicario, puesto que en la medida que el individuo encuentre la
aprobación o el rechazo de sus conductas por parte de la sociedad, va
a comportarse de una forma consecuente. Sin embargo, es necesario
aclarar, que en la sociedad se presentan diferencias en las conductas
adoptadas por las personas, dado que cada una comprende rasgos
característicos que determinan los matices en sus comportamientos.

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