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Informe de GREENPEACE sobre la cuenca del Segura

Greenpeace denunció hoy en la presentación de su informe “El negocio del agua en la


cuenca del Segura”, que la cuenca no es deficitaria. Según los cálculos de Greenpeace,
realizados con datos de la Confederación, la Comunidad Autónoma de Murcia,
ESAMUR y estimaciones propias, el Segura podría disponer, una vez cubierta su
demanda, de 308 hm3/año de agua para dotar a los ríos de los caudales de los que se ve
actualmente privado y para recuperar los acuíferos sobreexplotados.

Greenpeace destacó que el Segura es el río europeo con más presas por kilómetro de
cauce. El exceso de infraestructuras se ha demostrado no sólo ineficaz sino destructivo
para los ecosistemas fluviales, porque acaba por eliminar la capacidad de los ríos de
aportar agua y de autorregenerarse. La reducción de los caudales en el río Segura es tan
fuerte, que en más de 40 kilómetros sólo corren aguas residuales. A la desembocadura
llega el 4% del caudal. Los ecologistas critican que las Administraciones sigan
proponiendo obras como solución cuando la Directiva Marco del Agua prohíbe
nuevas infraestructuras como único modo de tratar de recuperar las cuencas y el
agua, que será un recurso estratégico en los próximos años.

La organización ecologista señaló como principales responsables de los problemas de la


cuenca la proliferación de regadíos ilegales y el sector turístico (campos de golf,
complejos hoteleros y urbanizaciones). El robo de agua de los ríos y los acuíferos es
tan elevado que ha provocado que varios tramos de ríos y decenas de fuentes y
manantiales hayan desaparecido. Es el caso del nacimiento del río Mula, río Taibilla,
arroyo de El Chopillo o manantial del Gorgotón, entre otros. Todo ello incide en que el
Segura sea una de las cuencas con mayor índice de desertificación de la Península
Ibérica.

Los pozos ilegales en la cuenca están extrayendo del subsuelo un 80% más de agua de
la que se recarga de forma natural. Esto provoca, además, la salinización1 de los
acuíferos, el principal problema de contaminación de toda la cuenca.

Greenpeace denuncia que la Administración está permitiendo el robo de agua y el


“canje de caudales”2. En la Región de Murcia se ha desarrollado un entremado ilegal
de tuberías que proporcionan agua a regadíos, campos de golf y urbanizaciones bajo el
beneplácito de la Administración. Este entramado se extiende, al menos, por Fuente
Álamo (donde Greenpeace ha investigado 200 km de tuberías ilegales), Mazarrón,
Cartagena, Alhama de Murcia y Sucina-Murcia.

Otro factor que está empeorando la situación es la intensa especulación urbanística que
sufre la cuenca no sólo en la costa, sino incluso en las sierras del Segura en Albacete.
Son práctica cada vez más habituales las recalificaciones de regadíos (muchos de ellos
ilegales, en Espacios Protegidos y subvencionados por la Unión Europea) para
desarrollar grandes urbanizaciones con campos de golf.

Todo ello provoca un aumento sin precedentes tanto de la demanda de agua como del
volumen de aguas residuales vertidas a cauces y costas. Volúmenes que las Estaciones
Depuradoras no pueden tratar por no estar diseñadas para estos incrementos de
población, que en algunos municipios se duplican o triplican.

“Si la Confederación y las Administraciones autónomicas siguen sin hacer cumplir la


Ley, la cuenca del Segura no sólo continuará sufriendo problemas de disponibilidad de
agua, sino que se agudizarán. No se puede seguir atendiendo a una demanda
insostenible a costa del expolio del patrimonio natural”, ha declarado Julio Barea,
responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.

Puntos negros en Castilla-La Manch


Municipios con incorrecta o falta de depuración de sus aguas residuales en la cuenca
alta del Segura y el Mundo (Bogarra, Elche de la Sierra, Letur, Molinicos, Socovos y
Yeste).

El canal subterráneo de más de 7,5 km de largo que conectará los embalses del Talave y
el Cenajo. Teniendo en cuenta que esa derivación se produce para abastecer a 70
municipios de Alicante y la Región de Murcia es clave conseguir una reducción de la
demanda, que reduzca los caudales necesarios mediante medidas de ahorro y
concienciación ciudadana que, a día de hoy, no se han acometido.

Acuíferos sobreexplotados y con contaminación por nitratos: Conejeros-Alabatana,


Cuchillo-Cabras, Sinclinal de Higuera, El Molar y Tobarra-Tedera-Pinilla.

La especulación urbanística que amenaza zonas del interior. Sobre el municipio de


Hellín se ciernen varios proyectos para construir innumerables “casas de campo” lo que
haría aumentar la demanda de agua e incrementar el vertido de aguas resiudales que ya
es un problema en la provincia de Albacete. El proyecto más impactante es el de “Las
Higuericas”, con 820 viviendas en un espacio protegido LIC (Lugar de Interés
Comunitario).

Puntos negros en la Región de Murcia


Los vertidos tóxicos y peligrosos que la papelera Prietopapel y el polígono industrial de
Blanca realizan a la Rambla de San Roque, que desemboca al azud de Ojós. El agua del
azud se utiliza para el abastecimiento urbano de Alicante y de algunas zonas de la
ciudad de Murcia. A pesar de que se potabiliza, los procesos utilizados no están
diseñados para eliminar las sustancias tóxicas y peligrosas vertidas por estas industrias.

Contaminación por superación de la capacidad de las actuales depuradoras debido al


incremento de la población. Este problema se da en todas las áreas donde se plantean
importantes desarrollos urbanísticos y en las grandes ciudades (Alcantarilla, Murcia,
Alhama, Lorca y La Manga).

La zona baja del río Guadalentín, cerca de su encuentro con el Segura, con unos índices
de calidad del agua menores a 25 (muy deficientes), agravados por falta de los caudales
ecológicos mínimos y la acumulación de contaminantes en los sedimentos.

Los acuíferos sobreexplotados, con contaminación por nitratos, salinización y/o


intrusión marina: Águilas, Aledo, Alto Guadalentín, Ascoy-Sopalmo, Bajo Guadalentín
(Cresta del Gallo), Campo de Cartagena, Cingla, Jumilla-Villena, Quibas, Mazarrón,
Santa-Yéchar, Sierra Espuña, Triásico de Carrascoy, Triásico de las Victorias, Vega
media del Segura.

La desaladora de Valdelentisco, que se construye sobre terrenos protegidos (LIC y


ZEPA) en tierra y sobre una pradera de posidonia oceanica en el mar. El Ministerio de
Medio Ambiente no aclara cuál será el destino del agua desalada, que podría pasar a
alimentar regadíos ilegales de Alhama, Cartagena, Fuente Álamo, Mazarrón y Sucina-
Murcia. Además, servirá para fomentar la espectacular destrucción que sufre ese área
costera como consecuencia del crecimiento insostenible de urbanizaciones y complejos
turísticos.

Los desarrollos urbanísticos y carreteras colindantes al río Segura en el Valle de Ricote,


especialmente en la zona de La Morra (Villanueva del río Segura) y en el Balneario
Archena, donde ya han destruido uno de los últimos bosques de ribera de la Vega Alta.

La especulación urbanística que amenaza zonas del interior, como Calasparra, Caravaca
de la Cruz y Cehegín.

Los resort y campos de golf proyectados en el litoral de la Región de Murcia, como


Marina de Cope y La Zerrichera. Marina de Cope está proyectada sobre una antigua
área LIC, que fue desprotegida por la Ley del Suelo de la Región de Murcia del año
2001. La Zerrichera (más de 21 millones de metros cuadrados) está proyectada sobre un
área LIC y ZEPA. Estos complejos traerán aparejados la sobreexplotación de pozos
subterráneos.

El Dominio Público Hidráulico de las Vegas Media y Baja, deslindados sólo en


pequeños tramos, lo que provoca la ocupación sistemática de la zona de policía. Aunque
la Administración pretende deslindar zonas como el Corredor Verde (Alicante) para
restaurar los bosques de ribera, la falta de un deslinde integral impide la regeneración
natural de las riberas y dificulta su mantenimiento a corto y medio plazo.

Puntos negros en la Comunidad Valenciana


En la ciudad de Orihuela, los sedimentos transportados por el río Segura se depositan en
el cauce, dando lugar a la acumulación de gran cantidad de lodos que provocan malos
olores y muchas molestias a los vecinos.

Los acuíferos sobreexplotados, con problemas de contaminación por nitratos,


salinización y/o intrusión marina: Vega baja del Segura, Cabo Roig, Triásico de
Torrevieja.

Cuando se saliniza un acuífero deja de ser útil para cualquier uso (consumo, riego o
industrial). Su recuperación a corto plazo es imposible y sólo se consigue dejando de
extraer agua del acuífero durante largos periodos de tiempo.

El “canje de caudales” consiste en extraer agua de pozos y vertela al río Segura para
transportala. En teoría, el caudal equivalente vertido al Segura se toma de nuevo río
abajo. El problema estriba en la absoluta falta de control tanto del volumen real de agua
extraída de pozos y vertida al río, como de la cantidad de agua que finalmente se toma.
Al final se extrae mucha más agua del río Segura de la que hipotéticamente se vierte, lo
que supone el robo de importantes volúmenes de agua.

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