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ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA
REPÚBLICA DE COSTA RICA
PROYECTO DE LEY
DEPARTAMENTO DE SERVICIOS
PARLAMENTARIOS
PROYECTO DE LEY
La aprobación de una serie de leyes y convenios internacionales en la última década, que promueven la
igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad y su efectiva inserción social, implica e impone
un verdadero cambio de paradigma en las concepciones de desarrollo y competitividad de los Estados por
otro modelo que privilegie y promueve una concepción humanista y humanizadora, de sostenibilidad de los
recursos naturales, de la tecnología al servicio de la persona, en fin; del Estado dirigiendo una estrategia de
desarrollo centrada en cada ser humano.
Costa Rica a pesar de las dificultades propias del subdesarrollo económico, en parte ha asumido el reto del
nuevo paradigma y a pesar de la resistencia política de algunos grupos, aprobó la Ley N.º 7600.
Sin embargo cualquier esfuerzo adicional en materia legislativa tendiente a proteger a esta población, no solo
debe de ser reconocido como un avance más en materia de derechos humanos, sino como una singular
muestra de la adhesión Estatal al espíritu de igualdad y justicia que ha caracterizado el acervo nacional.
Según datos arrojados por el noveno censo de población y quinto de la vivienda de junio de 2000, en Costa
Rica poco más de 26.000 personas presentan sordera total o parcial, pero seis años después se considera
que esta población ronda cifras de 30.000 personas.
Normalmente nuestra sociedad posee una equívoca concepción acerca de la sordera, de la persona sorda y
de sus auténticas necesidades de incorporarse en la vida social, cultural y económica de la nación.
La sordera presenta diferentes grados y no supone mudez es por ello que el término “sordomudo” que
frecuentemente se usa indiscriminadamente, es absolutamente incorrecto porque alude a la imagen de una
persona que es incapaz para la adquisición de lenguaje y aunque ciertamente esta discapacidad afecta y
repercute directamente en el lenguaje y en la comunicación, no toda persona que presente discapacidad
auditiva se ve impedida de conocer y utilizar, la formación básica del lenguaje.
El siguiente cuadro (fuente: Instituto Mexicano de la Audición y el Lenguaje) clasifica las variables asociadas
a este tipo de discapacidad según el grado (intensidad en decibelios), la localización (oído externo, interno o
medio), el origen o momento de su aparición, desde la etapa prenatal hasta las causas propias del
envejecimiento humano -presbiacusia-.
Como se apreciará, se trata de una discapacidad, que todas y todos podríamos presentar en algún momento
de nuestras vidas dada su naturaleza entiológica y ontológica:
Audiológico Otológico Etiológico Pedagógico Momento de
(intensidad- (localización) aparición
decibelios)
Muy intensa 81- La pérdida Embriopatía (rubeola de la Aparece antes de El niño ha nacido
cerebro
puede llevar a la
sordera total
La percepción de
la palabra está
alterada
La diferenciación principal sin embargo, debe de marcarse entre dos términos específicos: sordera e
hipoacúsica. Mientras la sordera implica una pérdida de audición residual que impide la comprensión de las
palabras, incluso con o sin ayuda de prótesis auditivas, la persona hipoacúsica es aquella cuya audición
residual si hace posible la comprensión de palabras.
En estos casos, los problemas de comunicación y de movilidad son una limitante más clara en sus
oportunidades de interacción intelectual, emocional y social, pues se trata de una discapacidad multisensorial
que impide a la persona valerse de los sentidos del oído y de la vista aunque ello no implica una pérdida total
de los dos sentidos.
Los esfuerzos del Estado costarricense a través de la dificultosa implementación de la Ley N.º 7600 han sido
mínimos en lo que respecta a la población sorda, deficiente auditiva y sordo-ciega.
Contrasta el ejemplarizante papel de La Asociación Nacional de Sordos de Costa Rica que fue creada el año
1974 bajo el nombre de Asociación Deportiva de Sordos de Costa Rica, posteriormente se denominó
Asociación Silenciosa de Costa Rica, luego Asociación de Sordos de Costa Rica, y últimamente Asociación
Nacional de Sordos.
Desde dicha Asociación funcionan capacitaciones varias a sordos adultos, cursos de Lesco (Lenguaje de
señas de Costa Rica) que se imparten a los oyentes tanto en un local propio de la Asociación, como en la
Universidad de Costa Rica a través del Programa de Recursos para la Sordera (Progreso), así como la
organización de cursos para la creación de una bolsa de intérpretes de lenguaje de señas.
Ese no es el caso de la sordo-ceguera que a pesar de ser atendida por la Escuela de Educación Especial
Fernando Centeno Güell, requiere servicios, recursos y técnicas específicas amén de un decidido apoyo
estatal que promueva el desarrollo de habilidades y destrezas, que les permita integrarse con sus
características especiales al entorno.
A pesar del esfuerzo de la Escuela Especial en ese campo, o bien del loable ejemplo, avance y trayectoria de
la Asociación Nacional de Sordos, se hace necesario un mejoramiento, unificación e integración de los planes
y programas de atención e inserción social y cultural de esta población con la decidida participación estatal y
la consecuente solidaridad de la sociedad costarricense.
Véase como en el caso de la Asociación Nacional de Sordos la cantidad de sus asociados (150) contrasta
respecto de la totalidad de personas que presentan esta discapacidad en el país (30.000 aprox.) lo que
necesariamente implica la desatención de miles de personas, como miles son el grupo de personas sordo-
ciegas que reclaman y merecen la participación del Estado, para atender a sus necesidades educativas.
Dado ese vacío generado por la ausencia de una intervención directa del Estado en los planes y políticas de
atención de esta población, hoy resulta necesario entre otras cosas:
1.- Propiciar un mejoramiento, unificación e integración de los programas de preparación de
educadores de sordos.
2.- Mejorar los programas de educación para sordos.
3.- Reconocer la cultura y lenguaje de la comunidad sorda y su consecuente implementación y
utilización en las instituciones de servicios público y medios de comunicación colectiva.
4.- Implementar programas, becas y apoyo asistencial familiar de la persona sordo-ciega.
5.- Desarrollar programas culturales, deportivos y sociales que propicien la integración social de
la comunidad sorda.
6.- Propiciar el desarrollo integral, psicológico, emocional, social y académico del estudiante
sordo o disminuido visual.
7.- Desarrollar estrategias para la adaptación a la sordera de la familia y comunidad.
8.- Sensibilizar a la población en general e integrar a la comunidad oyente en las actividades
propias de la comunidad sorda.
9.- Generar oportunidades de aprendizaje tecnológico, artístico, artesanía, historia y valores
desde la perspectiva de la comunidad sorda.
Dada la necesidad de que el Estado se involucre y la sociedad costarricense en general se solidarice cada
vez más con la población que presenta discapacidad y en especial con las personas sordas, sordo-ciegas y
deficientes auditivas, propongo al conocimiento de las señoras y los señores diputados el siguiente proyecto
de ley.
DECRETA:
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Créase el Instituto Integral para personas sordas, sordo-ciegos y personas con deficiencias Aditivas (Inisor),
como una institución autónoma, cuya finalidad primordial comprenderá el mejoramiento de la calidad de vida
de esa población costarricense, por los medios y en la forma que esta Ley señale.
El ámbito de acción del Inisor es todo el territorio nacional. Su sede se establecerá mediante convenio, en
cualesquiera de las instalaciones del Ministerio de Salud dentro del cantón Central de San José, pudiendo
establecer sedes operativas regionales en cualquier lugar del país.
La representación judicial y extrajudicial del Inisor corresponde al presidente y secretario conjuntamente del
Consejo Directivo, pudiendo ser delegada total o parcialmente en su director ejecutivo.
Para los efectos de esta Ley, se entenderá por Inisor al Instituto Integral para personas sordas, sordo ciegos y
deficientes auditivos.
Además téngase como definiciones de utilidad para la presente Ley, los siguientes términos:
CAPÍTULO II
OBJETIVOS DEL INISOR
CAPÍTULO III
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
El Inisor garantizará y supervisará el acceso de las personas sordas y deficientes auditivas a los programas
de educación formal del Ministerio de Educación Pública, por medio de convenios que permitan la
capacitación de profesores en el Lenguaje de Señas Costarricenses (Lesco) y la implementación de
programas educativos con criterios especializados, dirigidos a permitir a esta población la obtención de títulos
de Educación Primaria (I y II ciclo), Secundaria y Universitaria.
Toda persona sorda o deficiente auditiva tendrá derecho y acceso a la educación informática por medio del
Instituto Nacional de Aprendizaje y las universidades estatales por medio de convenios interinstitucionales y/o
en la forma que esta Ley y su Reglamento determinen, garantizando con ello la auténtica posibilidad de
adquirir conocimientos tecnológicos que les vinculen de manera efectiva con la sociedad parlante.
Haciendo valer la Ley N.º 7600 y los convenios internacionales que en materia de discapacidad ha suscrito el
Estado de Costa Rica, el Inisor promoverá, velará y hará cumplir el efectivo acceso a la comunicación social
de las personas sordas y deficientes auditivas, promoviendo la traducción en Lenguaje de Señas
Costarricenses (Lesco), de programas de la televisión nacional.
ARTÍCULO 9.- Acceso a la información institucional
Toda institución pública o privada dedicada a la educación, la salud, la seguridad pública, la prestación de
servicios, así como cualesquiera de los tres Poderes de la República, deberá contar con los recursos
humanos, físicos, técnicos y didácticos que requiera esta población para el efectivo acceso a la información
institucional.
El Estado costarricense se obliga mediante esta Ley a la promoción y creación de fuentes de empleo en el
Sector Público y Privado, dirigido a satisfacer las necesidades en esta área de la población sorda, y deficiente
auditiva, siempre que se cumpla con los requisitos de idoneidad para el cargo.
Con el fin de proyectar socialmente el valor y la trascendencia de la cultura sorda en todas sus expresiones y
manifestaciones, el Inisor promoverá programas informativos en los medios de comunicación social
destinados a lograr la efectiva sensibilización y reconocimiento de la cultura y cualidades de la comunidad
sorda y deficiente auditiva de Costa Rica.
ARTÍCULO 15.- Por los medios que esta Ley y su Reglamento señale, el
Inisor realizará actividades sociales, deportivas, artísticas y culturales destinadas a
la integración de la comunidad sorda y deficiente auditiva, así como su efectiva
proyección en el ámbito nacional.
CAPÍTULO IV
EL CONSEJO DIRECTIVO
Para el desempeño de las funciones sus miembros tendrán permiso con goce de salario de su respectivo
patrono y gozarán de dietas, cuyo monto se establecerá por decreto ejecutivo, de acuerdo con la
disponibilidad presupuestaria.
Los miembros del Consejo Directivo del Inisor serán nombrados por períodos de cuatro años a partir del mes
inmediato siguiente al que se publique esta Ley y ocuparán sus cargos por períodos de cuatro años, con la
posibilidad de ser reelectos por un período consecutivo igual en el mismo cargo.
ARTÍCULO 18.- Sesiones
El Consejo Directivo del Inisor se reunirá ordinariamente cuatro veces al mes y extraordinariamente cuando
sea necesario.
El Consejo Directivo del Inisor nombrará un director ejecutivo, quien deberá poseer como grado mínimo
licenciatura en una carrera de Ciencias Sociales o Ciencias Médicas o afines con énfasis en rehabilitación,
derechos humanos y/o discapacidad.
Con grado de ejecutor funcionario del Inisor, le alcanzan y corresponden todas las garantías laborales de
nuestra legislación actual y además las siguientes funciones:
CAPÍTULO V
RECURSOS ECONÓMICOS
ARTÍCULO 20.- El Inisor se financiará con los siguientes recursos:
ARTÍCULO 21.- Los espacios físicos destinados como sede central del Inisor y
sedes alternativas serán entregados mediante convenio y no formarán parte de su
patrimonio.
CAPÍTULO VI
DISPOSICIONES FINALES
ARTÍCULO 28.- Esta Ley es de orden público y deroga todas aquellas que se
le opongan.
DIPUTADO
17 de agosto de 2006.