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Ese arraigo que el pueblo le tiene a la Caja, se puede explicar de la forma más sencilla
y noble, LA CAJA ES LA MADRE DE LOS TICOS Y TICAS, ES UNA CURANDERA
ABNEGADA, ES UNA PROGENITORA DE PAZ SOCIAL y hoy es ella la que ocupa
que sus hijos e hijas le diagnostiquemos su mal, la cuidemos y le apliquemos las
mejores curas contra su mal: LA AUTONOMÍA CONSTITUCIONAL, EL PAGO DE
LAS DEUDAS , LA REVISIÓN INTEGRAL O PARCIAL DE SU GESTIÓN Y LA
MOVILIZACIÓN SOCIAL, seguros estamos que un pueblo movilizado por conseguir
estas medicinas para su madre, nadie lo detiene.
El pueblo es sabio, conoce que su madre tiene errores como: las filas en los Ebais,
las tribulaciones en las Clínicas, los atrasos en los exámenes de diagnóstico y la
entrega de medicinas, una atención a veces poco amable del personal en general
como resultado de un ambiente laboral tenso provocado por políticas muy
desalentadoras por parte de las dirigencias nacionales de la Caja, largas listas de
espera para una cirugía pequeña o grande que colocan a la gente en la disyuntiva de la
salud o la enfermedad, la vida o la muerte o peor aún entre la medicina pública o
privada, decisiones erróneas que desechan lo técnico-profesional y privilegian
intereses de grupos o argollas internas de distinto tipo, altos salarios versus poca
productividad, en fin las dolencias son muchas, pero todas tienen una cura.
Por el otro lado el pueblo y su ancestral sabiduría, sabe que esta madre admirable,
tiene virtudes como: cirugías millonarias, trasplantes de diverso tipo, exámenes de
diagnóstico complejísimos, procesos y tratamientos de diversas características y un
paquete de servicios en salud y pensiones que resulta envidiable para muchos países
del mundo, es decir, la Caja, es un cordón umbilical para la vida nueva, la amiga
consejera que se acerca al oído del joven y intenta guiarlo en un mundo veloz, agitado
y colmado de muchos antivalores sistémicos, es el bastón del adulto mayor, en fin
estos valores agregados se convierten en esas pequeñas grandes cosas, que son las
que le dan un lugar privilegiado a la mayor constructora de paz social de Costa Rica.
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Un segunda medicina nos plantea exigir el pago de las deudas que el Gobierno y
otros empresarios tienen con el Seguro de Salud y el de Pensiones, situación que es eje
transversal de la crisis financiera institucional y se convierte en un tema a posesionar
para la movilización popular. Esto lo vislumbramos así, porque nada haríamos en
recuperar plata para mejorar los servicios y mantener las pensiones, si la estructura
de intromisión política continúa intacta y sirviendo a intereses que buscan el
desmantelamiento paulatino de esta institución por las distintas vías que conducen a la
privatización de los servicios de salud.
El tercer medicamento pasa por impulsar una revisión profunda de la gestión que
ejecuta la institución, es decir, se deben analizar y consensuar efectivamente distintas
medidas que ayuden a utilizar eficientemente los recursos institucionales, lo cual como
idea general implica una revisión de las reformas aplicadas al sector salud en el pasado
reciente o bien al menos formularse un cambio radical en lo que a la Gerencia
Médica se refiere, ya que parte del problema de la atención en la Caja, pasa por
romper paradigmas y enfrentar con valentía los intereses de ciertos feudos de poder
endógenos.