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TRATAMIENTO QUIRURGICO

Cuando nace un bebé con uno o más defectos de espina bífida, por lo
general se le practica cirugía correctiva antes de las 48 horas de su
nacimiento. Los médicos liberan la médula espinal quirúrgicamente, la reubican
en el canal espinal y la cubren con músculo y piel. Aun así, puede que no se
logre evitar parálisis y la insensibilidad de las piernas del bebé. En los casos de
hidrocefalia, hay que drenar líquido del cerebro del niño mediante la inserción
de una válvula especial para este padecimiento, cuya función es drenar el
exceso de líquido hacia el exterior del cuerpo (P1).

En la reparación quirúrgica del mielomenigocele, los bordes de la placa


neural en contacto con la piel, son los que se unen para la reconstrucción
medular y por lo tanto, la placa neural, constituye la parte interior de la médula
y la parte que está en contacto con la aracnoides es la cara externa de la
misma; tomando en cuenta que la placa neural es la médula expuesta, es de
suma importancia que el tratamiento quirúrgico sea de urgencia.

La cirugía inmediata ayuda a prevenir:


• La infección del sistema nervioso (meningitis).
• Que la médula no se dañe.
• Permite que el bebé sea manejado por los padres como los demás bebés y
se pueda poner de espaldas, bañar, asear, etc.

Entre los factores que determinan que los niños y niñas con
mielomeningocele no reciban tratamiento quirúrgico dentro de las primeras 72
horas de vida están los siguientes: poco o nulo control prenatal, parto
extrahospitalario, ser del área rural y no haber ser referido inmediatamente a
los hospitales en donde se da la debida atención a esta patología; por lo que
estos niños y niñas presentan mayores afecciones multisistémicas (P2).

La cirugía inmediata ayuda a evitar lesiones nerviosas adicionales por


infección o trauma. No obstante, la lesión nerviosa que ya ha tenido lugar no
puede revertirse y por lo general la parálisis de las extremidades y los
problemas en la vejiga e intestino persisten.

Cuando el meningocele (o mielomeningocele) está roto y gotea líquido


cefalorraquídeo, o si está recubierto por una membrana que amenaza
romperse, la cirugía se debe hacer en forma urgente.

Cuando el meningocele no incluye médula espinal, después de la cirugía


el bebé se desarrolla de manera normal. Como ya lo mencionamos, los
problemas de la hidrocefalia y de control de esfínteres son poco comunes en
los niños con meningocele, sin embargo, los niños afectados deben evaluarse
para estos problemas para que puedan tratarse con prontitud si es necesario
(P1).

Cuando existe algún problema de cadera (luxación o displasia) o de


ortopedia, la primera medida que tomarán el Ortopedista y el Fisioterapeuta
(después de la cirugía), será tratar cualquier deformidad presente y evitar que
se desarrollen otras; mejorar cualquier movimiento que pueda haber en los
miembros y fortalecer los grupos musculares que lo producen. El tratamiento
estará dirigido a estimular al bebé según el desarrollo normal: girar, gatear,
sentarse y caminar (P3).

En la actualidad no existe ninguna otra alternativa en el tratamiento. En


un estudio realizado entre bebés a los que se les hizo la intervención quirúrgica
y a los bebés que no se les hizo, se vio que los supervivientes no operados
tenían peor calidad de vida y más secuelas que los que sí habían operado (P1).

Las expectativas para los niños con espina bífida (tipo Meningocele) de
llevar una vida competitiva, han mejorado considerablemente con los avances
de la anestesia pediátrica, el empleo de nuevos antibióticos, el mejor
conocimiento de la hidrocefalia y la fabricación de mejores válvulas.

El tratamiento se puede diferir cuando la piel que recubre la


malformación está integra o por otros motivos que requieran demorar la
cirugía. A veces, la cirugía se desaconseja también en los niños que ya nacen
con una paraplejia completa (o sea que no mueven los miembros inferiores) o
con hidrocefalia extrema.

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