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Unidad 1:
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ÍNDICE
1.1. Introducción
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
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1 Perspectiva sociológica de la igualdad de
oportunidades
1.1. Introducción
La construcción de una sociedad democrática es un proceso que atañe a aspectos del régimen político y a
las relaciones de la ciudadanía con el gobierno, de la sociedad y el Estado. Un paso más será conformar la
democracia de género que no es otra cosa que la igualdad entre hombres y mujeres, reconociendo sus
Este nuevo orden social implica una modificación tanto en el ámbito público como en el privado
y conduce a la eliminación de las categorías (“inferior” y “superior”) en referencia a los géneros
masculino y femenino y al ejercicio pleno de la libertad de todas y todos.
Este principio se convierte en uno de los elementos fundamentales del ordenamiento jurídico
de las democracias burguesas y constituye uno de los derechos fundamentales en cualquier
sociedad democrática, en la que imperan valores de libertad, justicia, equidad, respeto a la
diversidad, y está reconocido en toda la normativa internacional referida a los derechos
humanos desde la Revolución Francesa, pero sobre todo, en los emanados con posterioridad a
la II Guerra Mundial.
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El alumnado también tendrá acceso a ejemplos concretos de los diferentes planes de igualdad
de oportunidades que se encuentran actualmente vigentes, para poder entender la aplicación
práctica de lo aprendido hasta el momento.
Objetivo general:
Objetivos específicos:
En los últimos tiempos se ha producido una evolución en cuanto a los conceptos, enfoques,
estrategias y medidas en el campo de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
Esto se ha debido fundamentalmente a que las necesidades, los ámbitos y los objetivos
también han experimentado unos cambios. Así, pueden señalarse tres momentos diferenciados
en la intervención para el logro de la igualdad:
• En los años setenta se estableció un amplio marco jurídico que garantizaba la igualdad
formal entre hombres y mujeres. En los años ochenta se llegó a la conclusión de que esta
extensa normativa era suficiente para asegurar la igualdad de derecho, pero no la de facto, la
real. Esto se debía fundamentalmente al peso de las tradiciones y costumbres que no sitúan en
un mismo plano a unas y a otros, por lo que era necesario avanzar un paso más.
• Aparecen las acciones positivas para luchar contra las trabas que imponen la tradición y
la cultura. Éstas se definen como el tratamiento formalmente desigual destinado a beneficiar a
un colectivo históricamente discriminado, a fin de garantizar que éste se halle en un estado de
verdadera igualdad de oportunidades en comparación con otros colectivos. La acción positiva
es temporal y finalizará una vez conseguida la situación de igualdad, en la que ya no tendrá
razón de ser. Algunas personas la definen como una medida injusta porque beneficia a unas y
perjudica a otros. Pero la base de la cuestión es que no puede darse el mismo tratamiento a
dos elementos desiguales porque entonces seguirá persistiendo la desigualdad.
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se incorpore en todas las políticas, a todos los niveles y en todas las etapas, por los actores
normalmente involucrados en la adopción de medidas políticas (grupo de especialistas sobre
mainstreaming creado por el Consejo de Europa en 1995).
¿Qué relación guarda con las formas que le han precedido en la aplicación de políticas de
igualdad?
Existen detractores y detractoras del mainstreaming. Para algunas personas conlleva el riesgo
de abandonar ciertas medidas específicas de igualdad de oportunidades a favor de las
mujeres, que todavía continúan siendo necesarias. Es por eso, que los y las teóricas del
mainstreaming recomiendan un doble enfoque, es decir, combinar medidas específicas con
medidas generales.
Las medidas específicas contribuyen a reducir las desigualdades y, por su parte, las medidas
generales (capaces de incorporar un análisis sistemático de su impacto sobre ambos sexos)
contribuyen a promover la igualdad y a avanzar hacia un cambio estructural. Las primeras
corrigen desigualdades, actúan sobre hechos fácticos, las segundas generan un nuevo modelo
de intervención que paulatinamente irá modificando las relaciones de género.
• Primer enfoque: desarrollo de medidas legales que tienen como objetivo eliminar los
aspectos discriminatorios de la normativa en vigor.
• Segundo enfoque: puesta en marcha de las acciones positivas de manera temporal hasta
equilibrar la situación de desigualdad entre hombres y mujeres.
Estos tres enfoques de actuación son entre sí complementarios y su cometido puede interpretarse de este
modo:
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1.3. Marco de acción institucional
Es importante subrayar el compromiso que tienen los poderes públicos por eliminar cualquier
tipo de discriminación, más si ésta es por razón de sexo. Principalmente porque es, ante todo,
una cuestión de justicia social, ya que si no fuese así, a más de la mitad de la población se le
estaría privando de sus derechos.
Las actuaciones que ponen en marcha las instituciones públicas y que van encaminadas a la
eliminación de cualquier tipo de discriminación hacia las mujeres se engloban bajo la
denominación de políticas de igualdad o políticas de género y se desarrollan en diversos
ámbitos, precisamente en aquéllos donde las mujeres encuentran las mayores dificultades
como el empleo, la formación, la participación, etc. Dichas políticas tienen los siguientes
objetivos:
- Realizar programas específicos de sensibilización tanto a nivel social como personal, que
permitan cambiar actitudes para favorecer la equidad social.
Las políticas de género constituyen la realidad de una serie de reivindicaciones que a lo largo
de la historia han realizado las mujeres con una finalidad muy clara: lograr el equilibrio de la
sociedad, eliminando tanto las discriminaciones directas como las indirectas, más difíciles de
detectar. La meta es conseguir una sociedad más justa y más igualitaria.
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2000 Marcha Mundial de Mujeres. Organizaciones de mujeres de más de 150 países se
coordinan para protestar contra la pobreza y la violencia contra las mujeres en el
mundo.
Beijing + 5. Revisión de la situación de las mujeres cinco años después de la IV
Conferencia Mundial.
Las políticas de igualdad persiguen efectividad. ¿Qué país puede renunciar a la mitad de las
personas que contribuyen a su riqueza, a su competitividad y a su saber hacer? Como señala
el informe elaborado por un grupo de expertos de la Organización para el Desarrollo y la
Cooperación Económica (OCDE) «la igualdad entre los sexos como objetivo estratégico para
un desarrollo sostenible centrado en la persona implica un planteamiento más amplio del tema
de las mujeres (...)».
Para lograr este objetivo, los poderes públicos tienen la obligación de impulsar cambios
legislativos y actuaciones concretas que abran camino a una igualdad efectiva de mujeres y
hombres. Así, desde los años ochenta, por poner un ejemplo, la Unión Europea lleva aplicando
programas de acciones específicas que, con presupuesto propio, han tenido un efecto impulsor
y multiplicador en todos los Estados miembros. Mediante estos programas se apoyan acciones
positivas y proyectos piloto que desarrollan estrategias para la promoción de las mujeres en
diferentes esferas, así como orientaciones para acciones concertadas a favor de la igualdad.
Con ello, se está creando un complejo conjunto de redes de “promotores de igualdad” e
identificando y difundiendo las “prácticas correctas” en dicha materia.
Uno de los organismos que en la esfera internacional han velado por el derecho de las mujeres
es la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Se puede decir que el año 1975 marcó un
antes y un después, ya que fue declarado el Año Internacional de la Mujer y a partir de
entonces, han sido otros muchos organismos los que a nivel mundial han mostrado su interés
por la situación de las mujeres y su discriminación en los distintos ámbitos.
Éstos son algunos de los hitos más importantes de las Naciones Unidas:
El Tratado de Roma, en su artículo 119, establece la obligación que tienen los Estados
miembros de garantizar la aplicación del principio de igualdad de retribución entre trabajadoras
y trabajadores para un mismo trabajo. Este artículo, que responde más a cuestiones
económicas que sociales, es la única disposición del tratado en materia de discriminación por
razón de sexo, y supuso el inicio del proceso de lucha contra las desigualdades que se
producen en el mercado laboral entre hombres y mujeres.
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Esta propuesta marcó el punto de inflexión hacia un extenso desarrollo normativo encaminado
a lograr una efectiva igualdad que, a su vez, ha generado una importante actividad en el seno
de la Comunidad.
Los instrumentos normativos con los que cuenta la Comunidad son de diferente rango:
- Directivas: son normas de obligado cumplimiento para todos los Estados miembros,
teniendo que incorporarlas cada país a su legislación como mejor considere y en un plazo de
tiempo determinado.
- Decisiones: son normas de obligado cumplimiento en todos sus elementos, pero permiten
la elección de la forma y medios para llevarlas a cabo.
- Resoluciones: son compromisos políticos del Consejo que contemplan los principios
generales para elaborar medidas de carácter legislativo.
Aprobado por resolución del Consejo. Sus actuaciones giran en torno a dos líneas
fundamentales:
Coincide con la celebración de la III Conferencia Mundial de las Mujeres en Nairobi. Precisa de
forma más rigurosa las medidas específicas que permiten la evolución política y social y
propone la adopción de acciones positivas en nuevas áreas:
- Formación.
- Nuevas tecnologías.
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- Desarrollo local.
- La publicación de documentos.
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Se llevarán a cabo las siguientes acciones en un marco transnacional:
• Concienciación/sensibilización:
• Análisis y evaluación:
• Aumento de la competencia:
Cooperación transnacional entre los principales agentes interesados mediante la promoción del
establecimiento de redes y el intercambio de experiencias a escala europea entre las
autoridades nacionales, los interlocutores sociales y las organizaciones no gubernamentales.
Para la ejecución del catálogo de acciones positivas habrá que tener en cuenta los siguientes
requisitos indispensables:
1. Contar con “un consorcio” de las ONG, interlocutores sociales, redes de autoridades
regionales o locales o redes de organizaciones cuyo objetivo sea fomentar la igualdad entre
hombres y mujeres que operen a escala nacional y procedan de, al menos, tres Estados
miembros; interlocutores sociales, redes de autoridades regionales o locales o redes de
organizaciones cuyo objeto sea fomentar la igualdad entre hombres y mujeres y que operen a
escala europea.
En el marco de los principios que rigen este programa, los objetivos serán:
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Además de los programas de acción comunitarios, se llevan a cabo iniciativas comunitarias
como la Iniciativa EQUAL, que pretende combatir todas las formas de discriminación y
desigualdad en relación con el mercado de trabajo. Uno de los ejes transversales es el de
igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, aunque también cuenta con un eje
específico en esta materia.
El principio de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres entra a formar parte de los
preceptos jurídicos españoles a partir de la aprobación de la Constitución en el año 1978,
mediante la aplicación de los artículos 14 y 9.2. Desde este momento se realizó un importante
esfuerzo para adaptar el ordenamiento jurídico al principio de no discriminación por razón de
sexo.
Un paso importante en este sentido es la creación del instituto de la mujer por la Ley 16/1983,
de 24 de octubre, modificada por el Real decreto 774/97, cuya finalidad es: «promover y
fomentar las condiciones que posibiliten la igualdad social de ambos sexos y la participación de
la mujer en la vida política, cultural, económica y social».
El contenido de este primer plan se concentraba en torno a diez áreas temáticas con diferentes
actuaciones, de las que destacan las siguientes:
- El incremento del acceso de todas las mujeres a mayores niveles de información, formación
y cultura.
De su posterior evaluación cabe señalar la casi total adecuación del ordenamiento jurídico al
principio de no discriminación por razón de sexo, el desarrollo de acciones positivas en ámbitos
relacionados con la educación, la formación y el empleo y el impulso para la creación de
servicios dirigidos a mujeres desde diferentes instancias: organismos de igualdad de las
CC.AA., concejalías de la mujer de los ayuntamientos, etc.
Su aportación más importante radica en la consideración del proceso de cambio necesario para
superar la separación de espacios públicos y privados con el enunciado de los cambios
estructurales necesarios para facilitar la renovación en la cultura y la superación de roles. El
plan se divide en diez objetivos que se concretan, a su vez, en actuaciones dirigidas a:
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- Impulsar el reparto de responsabilidades domésticas.
Desarrolla una serie de medidas específicas dirigidas a combatir las discriminaciones todavía
existentes y aumentar la presencia de las mujeres en aquellos ámbitos de la vida social en los
que todavía se demuestra insuficiente. Indica que existe la decidida pretensión de que la
puesta en marcha del plan se inspire en estos dos principios fundamentales:
- El de cooperación, lo más estrecha posible, entre todos los agentes implicados: las
administraciones públicas, agentes sociales, las ONG y la sociedad en general.
Aprobado por el Consejo de Ministros en marzo de 2006, constituye un paso importante hacia
la garantía de la aplicación efectiva del principio de igualdad de oportunidades y de trato de
hombres y mujeres. Algunas de sus medidas son las siguientes:
- Se establece como derecho subjetivo del padre un permiso de paternidad de ocho días.
- Se suprime el periodo mínimo de cotización (en la actualidad ciento ochenta días dentro de
los cinco años inmediatamente anteriores a la fecha en la que se inicie la suspensión del
contrato) para poder percibir la prestación económica por riesgo durante el embarazo.
Las comunidades autónomas también elaboran sus planes de igualdad, cuyo nivel de
actuación de competencias es regional. La preocupación por la discriminación de las mujeres
en diferentes ámbitos de la vida hace que se conviertan en la mejor manera de intervenir desde
los poderes públicos autonómicos y los responsables de su puesta en marcha suelen ser los
institutos de la mujer de cada una de las autonomías.
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Además de estos planes, las administraciones locales (ayuntamientos, diputaciones, etc.)
ponen en marcha, a su vez, sus propios planes de igualdad de oportunidades entre mujeres y
hombres. Cada día son más numerosos los municipios que están apostando por la integración
de las mujeres en su vida política, social y económica, y atendiendo a sus especificidades
llevan a la práctica los planes de igualdad locales que pueden ser desarrollados en ámbitos
más próximos a las mujeres. Estos organismos, tras mostrar una sensibilidad y compromiso por
la promoción de las mujeres, suelen tener áreas de la mujer, concejalías de la mujer, etc.
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CONCLUSIONES
A modo de conclusión se puede decir que las políticas de igualdad de oportunidades son el
conjunto de medidas políticas puestas en marcha desde las instituciones públicas con el
objetivo de resolver la situación social de desigualdad entre hombres y mujeres. Se trata de un
conjunto de medidas destinadas a promover la integración social de las mujeres en todos los
ámbitos (político, económico, educativo, etc.). Al analizar dichas políticas, es necesario tener
en cuenta que en este caso el grupo desfavorecido al que van destinadas lo constituye la mitad
de la población.
Las instituciones públicas tienen un compromiso en la lucha por la igualdad. Así, desde las
instituciones y organismos públicos que conforman la Unión Europea se emiten planes que
sirven de marco y directriz a los países miembros, que los concretan en planes adecuados a la
realidad social del país. El mismo procedimiento avanza posteriormente en niveles de
concreción y adecuación, al producirse planes autonómicos, provinciales y locales.
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BIBLIOGRAFÍA
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