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QUÍMICO PRÁCTICO
mmm m ANÁLISIS QUÍHIU
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MADRID:
KM AeOAIIO, IMPRESO» DE GAHAMA BE S. M. X SU EEAL CAÍA.
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QUÍMICO PRÁCTICO
mmm m ANÁLISIS OÜÍIIIICA
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Caíedrátko de ampliación de la Química iiijrs,ániía en la Uni^-enidad Cettiraí,
Docior en Farmacia, Profesor del Gabinete de Física de S. M., ex^Rcgente agregado
de la Facultad de Farmacia de eUa corte, Regente en. Química y Miembro corres"
ponsal de la Sociedad de Farmacia de París.
MADRID:
POR AGUADO, IMPRESOR DE CÁMARA DE 8. H. í DE SU REAL CASA.
1852.
r
VJUANDO con la historia en la mano examinamos
niosóficamente las fases por que ha pasado España
desde el imperio de Carlos V hasta el dia, no po-
demos menos de comparar nuestra situación pre-
sente a la de aquellas familias que, habiendo des-
plegado en su origen una actividad y acierto pro-
digiosos para encumbrarse hasta la cüspide del
poder y la grandeza, pierden después de genera-
ción en generación, y á consecuencia de un crimi-
nal abandono ó mal tino en los negocios domésti-
cos cuanto llegaron á alcanzar sus antepasados
con heroicos esfuerzos y constancia.
Hay sin embargo una consideración que nos
consuela en medio de tan triste pero exacto pa-
ralelo; y es que, hallándose nuestro pais en un es-
tado de infancia, respecto de otros gastados ya en
el sentido del progreso material, nos será muv fá-
cil lograr una regeneración pronta y completa', sa-
h A ^®^"Í®^ y utilizar directamente en prove-
cho de nuestra patria, todas las ventajas procla-
niadas como de utilidad incontestable por la infa-
VI
PARTE PRIMERA.
Advertencia ^ y
IntrodiKcion ^
Generalidades acerca de la análisis cmlitalim 2
CAPITULO PRIMERO. De los aparatos y utensilios-
que se emplean con mas frecuencia en la análisis
química 9
tiAPiTüLO SEGCNDO. De hs reactivos mas frecuen-
temente usados en la análisis química 40
CAPITULO TERCERO. Ensayos preliminares al soplete, 57
t-APiTüLO CUARTO. Modo de reconocer á qué clase
de cuerpos pertenece una sustancia dada, haciendo
aplicacvm, de ciertas consideraciones generales. . . 1 1 0
PARTE SEGUNDA.
P A R T E TERCERA.
P A R T E CUARTA.
i&ft^S
IIVTRODUCCIOIV.
( O Hav que Iciicr siitno ruiílaiii) en ni) iijiroximar el liicgo al lubo, liasta
cslar seguros de (|IK* va ha siilo ^'s|lll\^a(lcl Imlo el aire ilel ajiaraln; pues ile
lo conlrario se l'ormai'ia una me/.rla (Iclonarile (jiie orasifuiaria una esplosioi),
con grave riesj;» del tíjierador, / \ . liei A.)
32
algún (lepósilo en la parle anterior f <i; al propio tiíMii-
po se ve si pueden obtenerse raanclias sobre un pla-
(illo (le porcelana, á fin de cerciorarse de que las sus-
tancias empleadas para producir gas hidrógeno no
pueden dar por sí solas manchas arscnieales.
Además de los aparatos que llevamos descritos,
se montan de antemano algunos otros de empleo mas
frecuente, con el objeto de servirse de ellos cuando
sea menester, sin invertir en disponerlos el tiempo
que puede emplearse en la investigación analítica. En-
tre esta clase de aparatos (igura el que sirve, bien sea
para recojer el gas cloro seco, ó para hacerle pasar
bajo la misma forma á través de una sustancia dada.
La figura número 22, representa la disposición del
aparato. A, es el matraz en donde se introduce la mez-
yúm. 22.
i
ÁCIDOS. BASES. SALES.
(i) Entre las infinitas voces Iticnicas referentes ú las ciencias químicas _v
atlinilidas en el Idíutiia francés, cuja equivalencia no se halla consignada aún
en nuestro diccionario de la lengua, figura la palabra cioser, verbo derivado de
dose (dosis), que significa en el lenguaje químico, determinar cuantitativa-
mente la proporción en que existe una sustancia duda, F.n visla de cslo» y
siéndonos indispensable el servirnos de uno frase española, análoga, para espre-
sar la referida idea en lodo el eurso de csla obra, liemos adoptado ia palabra
dosizary verbo formado de la voz latina dosis; fundándonos para ello en que
siempre que se trata de indicar un sustantivo en acción, se añade á la raíz I-'»
terminación zar^ mencionada; v. g. t\c ptihere. pulverizar; de cauterio, ran!e-
ri/ar, etc. (Y. del A.)
42
pueda formarse á consecuencia del ácido sulfúrico
(eu el caso de existir), y luego vertiendo ácido nítrico,
ó haciendo pasar una corriente de cloro en el seno
del líquido filtrado; por cuyo medio el ácido sulfu-
roso pasará á sulfúrico, el cual actuará sobre la sal
bárica produciendo el precipitado característico. Hay
otro método encaminado al mismo fin, que es preferi-
ble al anterior: consiste en introducir zinc puro y en
granalla dentro de una cierta cantidad del ácido que
se trata de ensayar, y en seguida dirigir á través de
una sal de plomo el gas resultante de la reacción:
si el cuerpo eo cuestión contiene ácido sulfuroso, se
producirá hidrógeno sulfurado que ennegrecerá la
disolución de la sal de plomo. En efecto, cuando el
ácido hidroclórico es puro, solo se desprende hidró-
geno al mismo tiempo que se origina cloruro del zinc;
pero si hay algo de ácido sulfuroso, una parte del
hidrógeno reacciona sobre él, dando lugar á agua,
mientras que otra se combina con el azufre y forma
hidrógeno sulfurado, que en presencia de la sal de
plomo constituye el sulfuro de plomo, que es quien
comunica el color negro que ofrece el líquido.
Ecuación: dHa-\-SO'-\-3Zrv=3ZnCl-\-iHO-\-HS.
El hierro se reconoce, tratando un poco del ácido
diluido por el sulfocianuro potásico, ó por el ferro-
cianuro de la misma base.
Después de haber eliminado de un ácido hidrocló-
rico impuro, el gas átido sulfuroso, se destila con las
precauciones debidas, recojiéndole sobre agua quími-
camente pura: las materias fijas quedan en el vaso
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destilatorio. Si además del referido gas contuviera
algún otro cuerpo volátil, lo mas racional será prepa-
rarle directamente siguiendo el procedimiento des-
crito en todos los tratados de química.
Acido sulfúrico. Además de ser este cuerpo como
el anterior un poderoso disolvente, sirve para dosizar
la barita, la estronciana, el plomo y la cal; pero es
indispensable alcoholizar el líquido en este último ca-
so, porque el sulfato de cal es soluble en el agua. Las
impuridades que suelen acompañar á este ácido son:
compuestos nitrosos; sulfatos de plomo y de hierro;
sales del agua común, ácido arsenioso; y sustancias de
origen orgánico, que le ennegrecen. Las materias fijas
se observarán evaporándole hasta sequedad, según
dejamos dicho anteriormente; y respecto de las volá-
tiles, se reconocerá el ácido nitroso por medio del
permanganato de potasa, que se decolora al contado
de él; el ácido crómico, en presencia de un ácido sul-
fúrico que contenga el nitroso, adquiere un color ver-
de de sexquióxido de cromo; el sulfato puro de narco-
lina y brucina producen un color rojo de sangre en
presencia de dicho cuerpo; y en fin, una corta canti-
dad de este ácido impuro, al contacto de un poco de
sobreóxido de plomo y estricnina, comunica al todo
un color de violeta. El mejor reactivo es el sulfato
ferroso, que origina una coloración violeta, la cual
desaparece al contacto del agua.
El arsénico se reconocerá introduciendo el ácido
sospechoso en el aparato de Marsh, con zinc quími-
camente puro.
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El plomo diluyendo el ácido, y liatándolc con t»i-
drógeno sulfurado; y el bierro de la misma manera
que hemos indicado mas arriba.
Por medio de la destilación se le priva al ácido
sulfúrico de todas las materias fijas. Esta operación de-
be practicarse con sumo cuidado, valiéndose del apa-
rato especial, y observando las precauciones de que
hemos hablado en lugar oportuno. Para privarle de los
compuestos nitrosos, que solo pueden ser los corres-
pondientes á estas fórmulas: NO^,NO^,NO\ en razón
á que los otros dos son insolubles en el ácido sulfúri-
co, se destilará con sulfato ferroso, ó mejor aún con
el sulfato amónico: en este último caso se forma agua
y se desprende nitrógeno.
Acido sulfhídrico. El agua saturada de este gas se
emplea con frecuencia para precipitar ciertos metales
al estado de sulfuros, que ofrecen generalmente colo-
raciones características. Se prepara haciendo pasar el
gas bien lavado y resultante de la reacción del ácido
sulfúrico diluido, ó el bidroclórico, sobre el sulfuro
de hierro artificial, á través de agua destilada y her-
vida. Este reactivo debe conservarse al abrigo del
aire.
Acido nítrico. Entre los varios usos que de este
cuerpo se hacen en química analítica, figura el impor-
tante de diferenciar por medio de él un sulfato de un
fosfato. En efecto, trasformadas al estado de sai inso-
luble por medio de laiarita estas dos oxisales, resul-
la que tratados ambos precipitados por el ácido nítri-
co , el fosfato se disuelve en dicho líquido mientras
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que el sviKalo permanece intacto, cnya circunstancia
es en casi lodos los casos suficiente para distinguir los
mencionados géneros de sales.
Las iinpuridades que con frecuencia le acompañan
son; sales del agua común, ácido hidroclórico, sulfú-
rico y compuestos nitrosos. Las materias fijas se reco-
nocerán evaporando una corta cantidad sobre una lá-
mina de plalino; los ácidos hidroclórico y sulfúrico,
tratando separadamente una porción del ácido diluido
en agua destilada, por medio del nitrato argéntico y
del nitrato bárico; y en fin, los compuestos nitrosos,
ensayando sobre él la acción del agua saturada de hi-
drógeno sulfurado, del ácido yódico, del añil y del
sulfato ferroso. El ácido nítrico puro no precipita el
azufre de la disolución del sulfhido-hidrico, ni el yodo
del ácido yódico; no decolora el añil, ni forma en pre-
sencia del «ulfalo ferroso el compuesto café, que pasa
á violeta con el ácido sulfúrico; y por el contrario, el
ácido nítrico que contenga combinaciones nitrosas da-
rá origen á las reacciones indicadas.
Puede purificarse destilándole en primer lugar
con sulfato ferroso, y después con óxido argéntico: el
vitriolo verde le priva de los compuestos nitrosos,
particularmente del ácido nitroso; de los otros se le
despoja fraccionando el producto en el acto de la des-
tilación. El óxido de plata se apodera del ácido sul-
fúrico y del cloro en virtud de la reacción consabida,
constituyendo dos sales fijas que quedan como resi-
duo en el vaso destilatorio.
Acírfo acético. Se emplea especialmente para se-
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parar onlre sí ciertos fosfatos, como por ejemplo el de
hierro, que no es soluble en este ácido: las impurida-
des que suele contener son semejantes á las que acom-
pañan alguna vez al ácido hidroclórico, y se recono-
cen por los mismos medios que dejamos consignados.
Se le purifica ])or destilación de las sustancias fijas y
del ácido sulfuroso, que es el cuerpo volátil que mas
comunmente le acompaña, trasformándole en sulfúri-
co en virtud de ciertos sobreóxidos, tales como el de
manganeso y de plomo, que al ceder una parte de su
oxigeno quedan en disposición de unirse al ácido pro-
ducido, originando uñ sulfato fijo. Para conseguir este
objeto se deja en digestión el ácido impuro con el
óxido singular, y luego se destila.
Acido hidro-fluo-silicico. Sirve para caracterizar la
potasa; suele contener sílice, lo cual se conoce á la
simple vista. En este caso bastará filtrarle por papel
Berzelius para despojarle del citado cuerpo.
Potasa. Se usa para precipitar los óxidos metáli-
cos y redisolver algunos de ellos; se emplea igual-
mente para eliminar el amoniaco de sus combinacio-
nes, absorver ciertos gases, y en fin, para saturar los
ácidos libres.
Cuando se quiere averiguar la cantidad de agua
que contiene una potasa dada, se toma un peso deter-
minado de ella, se introduce en un crisol de piala, y
se calienta al rojo durante diez minutos: pesada se-
gunda vez con las precauciones debidas, se observará
una diferencia que representará el agua perdida. Lue-
go es sumamente sencillo, en vista de este dalo, ave-
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riguar la proporción de potasa real que existe en 100
parles del hidrato ensayado.
La potasa no debe fundirse en vasijas de vidrio ni
en las de porcelana, en razón á que disuelve la sílice
de ambas.
Las impuridades que suelen hallarse en dicho ál-
cali son: el cloruro, sulfato, carbonato y nitrato po-
tásicos; alúmina, sílice, materia colorante, óxidos de
hierro, manganeso, plomo, cobre y plata. El cloruro
se reconoce sobresaturando una corta porción de po-
tasa con el ácido nítrico puro, para lo cual se tantea
el estado del liquido haciendo uso del papel reactivo;
luego se trata por el nitrato de plata, y para el sulfa-
to por el cloruro bárico. La sílice se precipita asocia-
da con la alúmina cuando se satura por un ácido el
álcali que contiene estas dos tierras; para separar
después una de otra puede hacerse uso de la potasa,
que redisuelve la alúmina, y no tiene acción en frió
sobre la sílice, ó bien valiéndose del ácido hidroclóri-
co, que forma un cloruro soluble con la primera, y
deja aislada la segunda. Los óxidos metálicos se des-
cubrirán valiéndose del súlfhido-hidrico y de los sul-
fures alcalinos. El hidrógeno sulfurado precipitará el
plomo, cobre y plata, y los sulfures al hierro y al
manganeso; la plata se caracteriza por otra parte con
suma facilidad, neutralizando con ácido nítrico una
corta porción de potasa, diluyendo en agua el com-
puesto resultante, y añadiendo unas gotas de ácido
clorhídrico: si el líquido adquiere un aspecto opalino
que desaparece por el amoniaco cáustico, podemos
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oslar seguros de que existe dicho cuerpo. Respecto de
la manera de caracterizar y separar entre sí los de-
más metales, nos ocuparemos de ello con toda deten-
ción al hablar de la análisis cualitativa propiamente
dicha.
Para privar á la potasa de todos estos cuerpos se
la deja en digestión con alcohol puro y concentrado,
el cual tiene la propiedad de disolverla y dejar, como
residuo, á las demás sustancias: por consiguiente, de-
cantando el digeslo, y fundiéndole después en una va-
sija de hierro perfectamente limpia, obtendremos la
potasa en buen estado de pureza.
Liebig dice, y con razón, que supuesto que se em-
plea en los laboratorios la potasa en disolución, es
inútil el tomarse la molestia de fundirla; por lo tanto
aconseja introducir en un frasco una parte de carbo-
nato potásico bien puro, otra de cal cáustica, y 12 de
agua destilada y hervida: esta mezcla se agita varios
dias, precipitando el esceso de carbonato ó de cal por
medio de este cuerpo, en el primer caso, y por el ál-
cali carbonatado en el segundo.
Cal. Sirve para preparar el agua de cal que se
emplea para caracterizar los carbonates solubles, el
ácido carbónico Ubre, y especialmente el oxálico.
Suele contener cloruro calcico y hierro: el primero
se descubre tratándola por ácido nítrico en esceso, y
luego ensayando con el nitrato de plata; el hierro se
reconoce por los reaoíivos dichos anteriormente. Para
purificarla de este cuerpo se trata la cal en esceso con
ácido nítrico, y en seguida se calcina el nitrato bási-
40
<io; el hierro es desalojado por la cal, el nitrato se
descompone y d(íja el álcali terreo por residuo.
El mejor medio de eslingiiir la cal, consiste en in -
Iroducir dentro de una vasija, casi llena de agua des-
tilada y caliente, un pedazo de cal viva, mantenién-
dole dentro del líquido hasta tanto que se desprendan
pocas burbujas de aire, lo cual es indicio de que éste
ha sido rcvímplazado por el agua: hecho eslo, se pul-
veriza rápidamente el hidrato, y se coloca dentro de
un frasco casi lleno de agua destilada fria; se cierra
con un tapón esmerilado, se agita durante algún tiem-
po, y por último se deja en reposo.
Barita. Calcinando á una temperatura roja el ni-
l'alo de esta base dentro de un crisol de porcelana,
se obtiene la barita cáustica, con la que se prepara el
agua del mismo nombre, operando de la manera dicha
í'espccto de la cal. Sirve para reconocer el ácido car-
bónico, y precipitar ciertos metales al estado de óxido.
A.moniaco. Sirve para disolver el cloruro de plata,
precipitar y reedisoiver ciertos óxidos, y en fin, para
earacterizar las sales de cobre. ¡So debe precipitar por
'as sales de barita ni por el nitrato de plata.
Carbonato amónico. Se emplea particularmente
para distinguir los álcalis de los óxidos tórreos y al-
ealino-térreos.
Carbonato sódico. Su uso es análogo al del ante-
rior: puede purificarse el del comercio formando una
disolución muy concentrada, y haciendo atravesar por
ella una corriente, en esceso, de ácido carbónico; se
precipitan cristales de bicarbonato de sosa, los cuales
4
50
calcinados en un crisol de plata, dejan el carbonato
neutro por residuo.
Sulfuro potásico. Debe cuidar muy especialmente
el químico de que el sulfuro alcalino, reactivo, no con-
tenga cantidad alguna de óxido; pues de lo contrario,
al propio tiempo que se precipitarla el metal al esta-
do de sulfuro en una análisis determinada, obtendría
cierta cantidad bajo la forma de óxido, lo ( ual indu-
cirla á un error notable. Se obtiene haciendo pasar
una corriente de hidrógeno sulfurado á través de una
disolución dQ potasa: puede aprovecharse el gas res-
tante para formar el sulfuro de sodio y de amonio.
Pelouze prefiere sustituir el sulfuro potásico por el só-
dico, obtenido haciendo atravesar el gas sulfhídrico
por la legia de jaboneros; se producen unos cristales
amarillentos que se disuelven en agua, y cuyas cris-
talizaciones, dos ó tres veces repetidas, dan por resul
tado el sulfuro perfectamente puro.
Sulfuro amónico. Su uso es análogo al de los an-
teriores. Sirve para disolver varios sulfures electro-
negativos, y precipitar bajo la combinación binaria
susodicha á todos aquellos metales que no lo efectúan
en presencia del hidrógeno sulfurado.
Cloruro bárico. Suele contener hierro, lo cual se
reconocerá por los medios ya mencionados; se le pri-
va de él vertiendo una cantidad proporcional de sul-
furo bárico. Se emplea con especialidad para dosizar
el ácido sulfúrico. •
Nitrato argéntico. Sirve para reconocer la existen-
cia de un cloruro, y averiguar la cantidad en que fi-
51
gura el cuerpo helógeno en una sustancia dada. El
cuerpo que generalmente le acompaña es el cobre;
para descubrirle, se trata cierta porción del nitrato
sospechoso por un poco de amoniaco cáustico, ó mejor
aún por el ferrocianuro potásico; en el primer caso
tomará el liquido un \iso mas ó menos azul, según
haya poco ó mucho cobre; y en el segundo, se teñirá
de un color rosáceo el precipitado correspondiente al
cianuro doble, el cual debe de ser perfectamente blan-
co cuando el reactivo es puro. Puede separarse el co-
bre calcinando hasta fusión sostenida el nitrato doble,
y tratando por agua el residuo dejado previamente
enfriar, üe los dos nitratos, solo el de plata es inalte-
rable á aquella temperatura, mientras que el de cobre
se descompone dejando aislado el óxido cúprico: por
consiguiente, tratando el lodo por agua ésta disolverá
el nitrato argéntico, y el cobre quedará sobre el filtro.
Ferrocianuro potásico. Este reactivo procede ge-
neralmente del comercio, en donde le obtienen ha-
ciendo pasar una corriente de aire (privado de su oxí-
geno mediante un cuerpo combustible) á través de
una mezcla de carbón impregnado de potasa y calen-
tado al rojo. Se forma una gran cantidad de cianuro
potásico, que combinado después con el hierro, pro-
cedente casi siempre del sulfato ferroso que se añade
al compuesto anterior, en el segundo período de la
operación, constituye la sal que nos ocupa. Sirve pa-
ra precipitar los metales al estado de cianuros dobles,
originando en la mayor parle de los casos precipita-
dos característicos.
52
Ferricinnuro potásico. Sometiendo el ferrocianuro
potásico, en disolución concentrada, ala inQuenciade
una corriente de cloro, hasta tanto que deje de comu-
nicar á las sales férricas el hermoso color azul de pru-
sia tan conocido, se precipitan unas escamas verde-
rojizas perfectamente solubles en el agua. Este cuer-
po, descubierto por el célebre Gmclin, profesor de
química de Heidelberg, tiene la notable propiedad de
ocasionar en presencia de las sales ferrosas la colo-
ración azul de prusia, que las férricas producen con
el ferrocianuro potásico; mientras que no ejerce ac-
ción alguna al contacto de un compuesto de hierro ad
máximum: de aquí el que este reactivo sea de un uso
importantísimo en las análisis de las aguas ferrugino-
sas, en razón á que casi todas son á base de carbona-
to ferroso. También es un reactivo precioso para re-
conocer las sales de zinc, con las que origina un pre-
cipitado amarillo: lo cual es sumamente distintivo;
pues sabido es que la generalidad de los precipitados
resultantes de la acción de otros varios cuerpos sobre
las referidas sales, son completamente incoloros.
Oxalato amónico. Neutralizando la disolución en
agua destilada del ácido oxálico puro, por medio del
carbonato amónico, hasta tanto que no se desprenda
ácido carbónico, y evaporando después á un calor
suave, resultan al cabo de cierto tiempo unos crista-
les prismáticos, que son el reactivo de que hablamos.
Sirve particularmente para caracterizar las sales de
cal, con cuya base forma un compuesto muy insolu-
ble en el agua.
53
Sulfato ferroso. Como las sales ferrosas pasan con
lanía facilidad á férricas en presencia del oxígeno at-
mosférico, resulta á menudo que este reactivo se ha-
lla mezclado con el pcrsulfato, lo cual es un inconve-
niente que debe precaverse. El mejor modo de elimi-
nar la mayor parle del sulfato férrico formado, y de
poner al abrigo de dicha alteración el ferroso, consis-
te en escojer entre cierta cantidad de esta sal los cris-
lales mas homogéneos y de color verde esmeralda
claro; introducirlos después de partidos dentro de un
frasco que contenga ácido sulfúrico y alcohol: agita-
dos en el seno de este liquido hasta tanto que su di-
solución no i)roduzca el color rojo de sangre al con-
lacto del sulfocianuro potásico, se lavarán con alco-
hol, y finalmente, se guardarán dentro de un Irasco
que cierre bien, pero después de haberlos cubierto
con una capa de aceite.
El sulfato ferroso se emplea para reducir ciertos
metales y caracterizar los compuestos nitrosos, según
dejamos dicho en otro lugar.
Fosfato de sosa. La sal estraña que generalmente
adultera á este reactivo es el sulfato de sosa. Para re-
conocerle se trata por cloruro bárico, y el precipitado
obtenido se somete á la acción del ácido nítrico con-
centrado; si no se disuelve completamente es sulfato
de barita, y por lo tanto contiene sulfato de sosa. Sir
ve para caracterizar la magnesia.
Cloruro férrico. También se usa como reactivo.
Se obtiene directamente.
Cloruro estannoso. Disolviendo el metal en grana-
54
lia y puro, en ácido hitlroclórico hirviendo, al cual se
haya añadido previamente un poco de ácido nítrico
con el objeto de acelerar la reacción, se obtienen por
evaporación unos cristales octaédricos y voluminosos
correspondientes al cloruro estannoso: si la disolución
es muy acida, esta sal se precipita bajo la forma de
láminas micáceas y brillantes.
Dicho reactivo tiene la propiedad de reducir com-
pletamente un gran número de óxidos, tales como los
de antimonio, zinc, mercurio y plata; su empleo mas
principal es para caracterizar el oro, en cuyas sales
produce un precipitado purpúreo conocido con el nom-
bre de púrpura de Cassius.
Cloruro áurico. Como todos los reactivos son re-
cíprocos, resulta que á su vez el cloruro de oro ser-
virá para caracterizar el estaño ai estado de sal ad
mínimum. Se emplea también esta sal haloidea para
indicar la presencia del óxido nítrico y de otros cuer-
pos que reducen al cloruro de oro, aislando á éste de
su combinación. Obtiénese disolviendo una parle de
oro laminado en la correspondiente cantidad de agua
regia, constituida por una parte de ácido nítrico y tres
de hidroclórico; verificada la disolución se evapora
gradualmente para eliminar el esceso de ácido, evi-
tando todo lo posible el que la temperatura sea mayor
de la necesaria al indicado objeto, pues de lo contra-
rio quedaría convertida la sal en cloruro auroso.
Cloruro platínico.. Se prepara disolviendo el me-
tal en grano, ó lo que es mejor, los restos de los criso-
les de platino, en agua regia formada de la misma ma-
55
llera que respecto del de oro; se evapora hasla se-
quedad á un calor suave, y finalmente se disuelve en
agua. Suele contener iridio, el cual se reconoce por
medio de la potasa ó ei amoniaco, que dará origen á
uii precipitado amarillo correspondiente al cloruro
doble, pero teñido de color rojizo. Para eliminar este
cuerpo se calcina el cloruro impuro, y luego se trata
por el agua regia diluida, que se apodera del platino
y apenas tiene acción disolvente sobre el iridio.
Además de emplearse este cuerpo como reactivo
de las sales de potasa, sirve para dosizar el nitrógeno
de las sustancias orgánicas (previamente convertido
en amoniaco) al estado de cloruro doble de amonio y
de platino.
Acetato neutro de plomo. Este cuerpo se prepara
en grande, tratando el litargirio por el ácido acético
en esceso, ó bien haciendo actuar el vinagre con el
plomo en granalla; el plomo se oxida, y luego se une
al ácido. Tiene varios usos; el mas importante es para
caracterizar el hidrógeno sulfurado ó un sulfuro solu-
ble.
Acétalo triplúmbico. Se obtiene evaporando á un
calor conveniente 30 partes de agua, 1 de óxido de
plomo y 10 de acetato neutro: tiene la propiedad de
precipitar la goma, las materias eslraclivas, etc. En
esta circunstancia está fundado particularmente su
uso.
Sulfocianuro potásico. Resulla, bien sea calci-
nando el ferrocianuro potásico anhidro con la flor de
azufre, ó fundiendo el cianuro de la misma base con
56
dicho cuerpo simple. Se emplea en especialidad para
caracterizar las sales férricas, á las que comunica un
hermoso color rojo de sangre arterial.
Papel de tornasol. Se disuelve la materia colorante
en agua destilada, y se coloca en una cápsula; en
seguida se cortan tiras de papel satinado y se pasan
á través de la disolución, desecándolas acto continuo
en sitio libre de emanaciones acidas y alcalinas;
cuando está seco se prepara el enrojecido echando en
una copa ordinaria una gota de ácido sulfúrico y casi
llenándola luego de agua destilada; en tal disposición
se volverá á Introducir el papel en este liquido, dese-
cándole después de la manera dicha.
En casi lodos los establecimientos de producios quí-
micos se encuentran ya hechas y perfectamente acon-
dicionadas, en sus correspondientes neceseres de ma-
dera, las colecciones de reactivos de cuyos porme-
nores nos acabamos de ocupar: esto es muy ventajoso,
por cuanto ahorra un tiempo no corto que puede uti-
lizarse en otro trabajo de mayor interés. Sin embargo,
nunca es completa la economía de tiempo en razón
á que es preciso cerciorarse de la bondad de las sales
antes de servirse de ellas, á menos de tener una fe
absoluta en su pureza, emanada de la confianza que
inspire el laboratorio de donde procedan. En esle
caso se hallan las colecciones de reactivos preparados
en la fábrica de productos químicos situada junto á
Chamberí, por el lado^del camino de Francia, y diri-
jida por el distinguido profesor de química docimás-
lica D. Luis de la Escosura.
57
Nosolros hemos tenido ocasión de ensayar uno por
uno los referidos cuerpos, y no dudamos en alirraar
<l«e nada dejan que apclecer respecto de su pureza.
En el citado establecimiento se hallan igualmente los
apáralos Y utensilios necesarios para practicar toda
clase de operaciones químicas.
CAP1T1JL.O 111.
Cloruroi.
Sulfuro».
Arseniuros.
Nitratot.
Sulfatas.
Fotfatos.
Boratos.
Siíicatoi.
Potatio.
Litio.
Bario.
Calcio.
Magnesio.
Aluminio.
Zinc y cadmio.
Níquel.
Etíaño.
Antimonio.
Bismuto.
Plomo.
Mercurio.
Oro.
Platino.
C A P I T U L O IW.
Modo de reconocer á qué clase de cuerpos pertenece una
sustancia dada, haciendo aplicación de ciertas conside-
raciones generales.
Primer grupo.
Cuarto grupo.
OJC^OJ::?
Itlll
Análisis cualitativa, propiamente dicha.
BASES.
Áf;i.')().s.
CAPITULO I.
Investigación de las bases.
El manganeso De carne.
— zinc Blanco.
Precipiyol>.<_^^j^^^^ ^-gg^^^
'— niquet Id.
6." Filtrar, y hervir después el liquido resultante,
con el objeto de eliminar el esceso de sulfuro amó-
nico; conseguido, dejar enfriar y añadir carbonato
amónico, que precipita:
Color ¿e los procipitados.
La barita Blanco.
Í— eslronciana
— cal
Id.
Id.
T." Filtrar; el liquido filtrado puede aún contener:
/ Magnesia. \ Se deja aparte este residuo
Residuonrim.t.IPoíasfl. con su largetila correspon-
[Sosa. diente.
i 30
Los demás precipitados se han debido ir clasifi-
cando del mismo modo, sobre su respectivo embudo,
con la letra designada á cada uno de ellos.
( i ) Si 1.1 masa fundida ofrece un color .imarillo, es signo cridcntc rie I.*
prc-rncl.» del cromo. (.V. drl A.^)
135
lucion por el crómalo, adquiriendo en cambio, el lí-
quido, un color verde correspondiente al sexquióxido
de cromo; en seguida se añaden unas cuantas gotas de
sulfuro amónico, y se obtiene aislado dicho óxido ba-
jo la forma de un precipitado verdoso. La otra parte
del liquido se reserva para averiguar la existencia de
los ácidos fosfórico y bórico, de la manera que dire-
mos al ocuparnos de la investigación de los ácidos.
El producto de la calcinación, insoluble en el agua,
se somete á la acción del ácido hidroclórico; resultan-
do un líquido que contiene cloruros de hierro, alumi-
nio, calcio, bario, estroncio y magnesio. Esta disolución
se trata por un esceso de amoniaco cáustico, el cual ori-
gina un precipitado, que puede estar constituido por
el óxido/"¿meo y la alúmina. Se filtra, y el liquido
filtrado, que como hemos dicho encierra los cloruros
álcalino-térreos, se pone aparte para buscar las ba-
ses, según veremos mas adelante.
Respecto del precipitado anterior, en el que se sos-
pecha existen á la vez el óxido férrico y la alúmina,
se trata (dentro de una capsulita de porcelana) con la
potasa cáustica hirviendo, y luego se filtra; si queda
un residuo rojo que adhiere tenazmente al filtro, es
correspondiente al óxido férrico hidratado. Hecho es-
to, se sobresalura la disolución alcalina por el ácido
hidroclórico, y después se neutraliza por el carbonato
amónico; si se forma un precipitado blanco, ligero y
coposo, debe admitirse que hay alúmina.
Precipitado D, producido por el sulfuro amónico.
Pueden encontrarse en él los sulfuros de manganeso.
156
zinc, cobalto y níquel. Se Irala por ácido nítrico, y en
seguida se añade á la disolución:
1.° Carbonato amónico, el cual dará origen á un
precipitado que puede contener los óxidos de manga-
neso y de zinc: para diferenciar ahora uno de otro, se
disolverá el depósito en el ácido hidroclórido, y luego
se sobresaturará el liquido por la potasa en esceso.
Si se reproduce un nuevo precipitado, es señal de
que hay manganeso; pero con el fin de adquirir una
certeza absoluta, se ejecutará sobre él la serie de
reacciones consignadas al hablar del referido me-
tal (página 92); en el capítulo que comprende los
ensayos al soplete.
Filtrada la disolución alcalina, se sobresatura por
el ácido hidroelórico, y se vierte á continuación amo-
niaco cáustico, hasta tanto que el líquido esté bastan-
te alcalino. Si se forma un precipitado blanco, le
constituye el óxido de zinc.
2,' Después de haber filtrado la disolución en don-
de produjo un depósito el carbonato amónico, se so-
bresatura por el ácido hidroelórico, y se hace pasar
una corriente de cloro en esceso; hecho esto, se aOa-
de carbonato de barita en cantidad tal, que predomi-
ne este compuesto salino; y por último, se abandona
la mezcla á sí misma durante 12 horas. Pasado este
tiempo, se observa un precipitado constituido por el
sexquióxido de cobalto y el esceso de carbonato bári-
co; se lava esta jnasa con agua fria; luego se disuelve
en el ácido hidroelórico, y después de haber elimina-
do toda la barita mediante el ácido sulfúrico, se pre-
157
cipita el óxido de cobalto por la potasa cáustica. Fil-
trado ulteriormente el conjunto, queda el susodicho
óxido sobre el filtro, recojiéndose aparte un liquido
de color verde puro, que contiene todo el óxido de ní-
quel; de manera que, bastará añadir nueva porción de
potasa cáustica para obtener aislado, por precipita-
ción, este segundo cuerpo (1).
Precipitado E, formado por el carbonato amónico.
Puede contener carbonatos de barita, esíronciana y
caí; se disuelve este precipitado en el ácido acético, y
se vierte en seguida (sobre una porción de él) bicro-
mato potásico. Si se origina un precipitado amarillo,
es señal de que hay barita.
Se filtra, y el liquido resultante se evapora hasta
reducirle á la mitad de su volumen; conseguido, se
añade una disolución de sulfato calcico. Si se forma
un precipitado blanco, es debido á la existencia del
sulfato de estronciana.
Para reconocer la presencia de la cal, se toma la
porción del líquido que se separó antes de añadir el
bicromato potásico, y se trata por el ácido sulfúrico:
( I ) Kste método, qne tan cscelcntcs rcsiiltailos ofrece en la práctica, ha
sido ideado por II. Rose : nosotros le hemos ensayado repetidas veces en el
laboratorio de VVurtz, y hemos obtenido constantemente la separación com-
pleta de ambos metales.
En el laboratorio de Gicsscn ge^uíainos otro, no mei;os exacto, propuesto
por Liebij:, el cnal está reducido á tratar por el cianuro potásico poro la di-
solución de los dos cloruros metálicos; se forma un cobalto-cianuro |)otásico
soluble, V UD niquel-ciaauro de potasio insoluble. Se filtra y trata luego el lí-
quido que pasa, por el sulfuro amónico, que precipita el col),ilto, al esta-
do de sulfuro; resta un pircipitado verde-amarillento, ctrrespooilicnlc al ní-
quel. CV. del ^1.)
138
hay formación de un precipitado que puede estar
constituido por los sulfatos de barita, estronciana y
cal. Dejado en digestión dicho precipitado con 4 ó 5
veces su peso de agua destilada, se somete después á
la ñltracion: de lodos los sulfatos, solo es soluble el
de cal; de manera que, si tratado el líquido resultante
por el oxalato amónico, aparece un precipitado blan-
co, insoluble en el ácido acético, pero soluble en el
nítrico é hidroclórico, debe admitirse que hay cal.
Primer grupo.
1(1
146
Tercer grupo.
PRIMER EJEMPLO.
Resumen.
£1 vidrio contenia:
Sílice.
Alúmina. Jbastante.| „ " " " ' l e n menor cantidad.
Hierro.
De manera que el pedazo de matraz era un sili-
cato de potasa, sosa, alumina y hierro; cuyo vidrio
corresponde al de botellas finas; pues en las ordina-
rias, la cal sustituye á la potasa.
Nota. Con el objeto de saber si existia barita en
dicbo silicato, se sometió 1 gramo de materia al mis-
mo procedimiento, pero calcinando el vidrio con car-
bonato de sosa, en vez del de barita, y buscando luego
esta base por el método ordinario: el resultado fue
negativo.
JS2
SEGUNDO EJEMPLO.
(i) l'mUiia una pei|ucno cantidail del niisino liqnidu |iur un esceio de
carbonato sódico, no se formó ninguna especie de precipilado. f^. del A)
105
le de cloro en esceso; y por úilimo, se dejó abando-
nada á sí misma la materia durante algunas horas,
después de haber añadido previamente un esceso de
carbonato de barita.
Pasado este tiempo, hubo necesidad de filtrar la
disolución por el motivo de que se produjo un depósi-
to gris (¿cobalto?), el cual quedó sobre el filtro, pa-
sando á través de él un liquido de color verde, puro
y trasparente. Tratado éste por la potasa cáustica, se
formó al instante un precipitado de color verde man-
zana, correspondiente al hidrato de óxido de níquel.
Adquirido este dato, se lavó con agua destilada y
sobre el mismo filtro el precipitado anterior, y en se-
guida se trasladó, con la punta del cuchillo de plati-
no, á una capsulita de porcelana, en donde se le es-
puso á la acción de una suave temperatura después
de haber añadido un poco de agua regia; erectuada la
disolución, se fue vertiendo ácido sulfúrico gota á go-
ta, con el objeto de precipitar toda la barita al estado
de sulfato; y conseguido, se añadió potasa cáustica al
liquido procedente de la filtración; se ocasionó un
precipitado azul, el cual adquirió un color rosáceo en
presencia de un esceso de álcali. Por consiguiente, no
podía ponerse en duda la existencia del cobalto.
Conocidos los cuerpos que constituían el precipi-
tado B, se procedió al examen de los contenidos en
el distinguido con la letra C: á este fin, se trató dicho
precipitado por ácido acético caliente, y se fraccionó
el liquido en dos partes. Ensayada una con el bi-cro-
mato potásico, se observó un depósito amarillento.
16 i
correspondiente al cromato de Imrifa. Filtrado acto
continuo el liquido, se evaporó basta reducirle á la
lercera parle de su volumen, y se puso en contacto
con una disolución de sulfato de cal: este reactivo
hizo nacer un ligero precipitado blanco, por cuyo mo-
tivo fue preciso someter otra pequeña porción del li-
cor acético separado al segundo ensayo confrontativo;
el cual consiste, en tratar la disolución por el ácido
hidroclórico; evaporar á sequedad; agitar el residuo
en presencia de alcohol; y por último, inflamar éste
en un sitio oscuro después de haberle embebido en
los poros de una esponja. Ejecutada con la mayor
escrupulosidad esta serie de operaciones, pudo obser-
varse al fia en la llama de alcohol una coloración pur-
púrea que, aunque pequeña, bastaba sin embargo pa-
ra acusar la existencia de indicios de estronciana.
Caracterizada esta base, se trató con ácido sulfú-
rico la segunda cantidad de liquido dejada aparte en
un principio: no bien se pusieron on contado ambos
cuerpos, apareció un abundante precipitado blanco,
el cual, después de colocado sobre un filtro, se lavó
repetidas veces con agua destilada. Recojido dentro de
un tubo de ensayo el líquido procedente de las distin-
tas lociones, fue tratado con oxalato amónico hasta
tanto que no hubo alteración alguna; se formó un pre-
cipitado blanco, insoluble en el ácido acético, pero
soluble en los ácidos nítrico é hidroclórico, pertene-
ciente al oxalato de cal.
Concluida la investigación de las bases existentes
en la sustancia, objeto del problema, se trató de ave-
165
liguar, en una corta cantidad de ella, la presencia del
amoniaco, en atención que se habia cometido en un
principio el olvido involuntario de no ejecutar el men-
cionado examen.
Preparada á este fin una solución acuosa de la
materia primitiva, se introdujo dentro de un tubo de
ensayo; se vertió sobre ella una pequeña porción de
potasa cáustica; y por último, se calentó suavemente
el tüdo con la lámpara de alcohol: aplicada en segui-
da la nariz al orificio del tubo, se percibió, de un mo-
do distinto el olor picante, tan característico, del amo-
niaco.
En resumen, la sustancia analizada contenia las
l)ases siguientes:
METALES.
Manganeso. Eslaño.
Hierro. Arsénico.
Cromo. Aníimonio
Cadmio. Cobre,
Niqíiel. Mercurio.
Cobalto. Oro.
m;
C A P 1 T 1 J L . O 111.
Análisis de gases.
VIVIUERA CLASE.
SEGUNDA CLASE.
TEaCERA CLASE.
PRIMERA CLASE.
Gases absorviblespor la potasa, pero no inflanuiblfs.
SEGUNDA CLASE.
Gases absorvibles por la potasa, é inflamables.
TERCERA CLASE.
Gases no absorvibles por la potasa, y no inflamables.
CUARTA CLASE.
Gases no absorvibles por la potasa, é inflamables.
PRIMER GRUPO.
Metales que precipitan (en disolución acida) por el hi-
drógeno sulfurado, y cuyos sutfuros son insSlubles en el
sulfhidrato amónico.
( i ) I.OS que quieran adquirir, UD(O en el caso presente eumo en ios antc-
riurcs V 8i;^uientes, mas deullcs operatorios relativos á la manera de apreciar
cuanlitativanientc r separar entre sí los difvrenies cuerpos que pueden existir
en una lUSUacia d'da (objeto principal de esta tercera parte), pncdrn consul-
tar con suma ventaja lodos los caras individuales coniigoadot en la obra de
Mr. Kegoault, pcrfeelamenle traducida por nuestro aprcciable amigo j eoinr
profesor el Teniente Oirunel de Ingenieros I). Giegoriu Vtrdú. (V. </<•/ ,í.)
199
lura roja. El nilralo y el carbonato dejan por residuo
el óxido, mediante una simple calcinación.
Cuando hay precisión de precipitar préviamento
el bismuto al estado de sulfuro, se diluye la disolución
en agua acidulada con ácido acético (para evitar la
precipitación de la sal básica); se hace pasar á través
del líquido una corriente de hidrógeno sulfurado, y
en seguida se lava y redisuelve el precipitado, en el
ácido nítrico.
Hay dos métodos para eliminar el bismuto del plo-
mo. El primero está reducido á tratar el líquido por el
ácido sulfúrico; y el segundo, en Irasformar los dos
metales en sulfures, y en hacer pasar á través de la
disolución caliente una corriente de gas cloro, hasla
que lodo el bismuto se haya volatilizado, bajo la for-
ma de cloruro.
La plata se separa del bismuto haciendo uso del
ácido hidroclórico: tratada por este ácido, la disolución
que contenga ambos metales, se separa, mediante la
filtración, el primero del segundo: solo resta verter un
esceso de carbonato amónico, en el liquido filtrado,
volver á filtrar, y en fin, lavar y calcinar después á una
temperatura roja, el precipitado de óxido bismútico.
La manera de separar el bismuto del mercurio es
igual á la descrita al tratar del medio de eliminar la
plata del plomo: consiste en diluir la disolución; verter
un ligero esceso de carbonato sódico; aüadir luego
cianuro potásico, y calentar. El bismuto queda aislado
bajo la fqrma de carbonato insoluble: este mismo mé-
todo sirve para separar el bismuto del cadmio.
300
Hay (res medios para aislar el bismuto del cobre.
1.° Por el cianuro potásico, como en los dos casos
anteriores.
S." Calcinando los sulfuros en una corriente de
gas cloro, hasta conseguir la total volatilización del
cloruro bismúlico.
3.* Por medio del amoniaco en esceso, que redi-
suelve el cobre y precipita todo el bismuto.
SEGUNDO GRUPO.
Metales cuyas disoluciones acidas precipitan por el
sulfhido-Mdrko, y cuyos sulfuras son solubles en el
svlfhidrato amónico.
(I) Hé aqtii c¿iiio se cjfedU este cilcülo: se principia por arcri^ar la corii»-
posieioa del iulfito j del carbooato de btriu, para lo cual basta sustituir á las
rórmulaslosequiTaleatcsquíaiicos, T.g.: AaO, + SO^ f
68+8+.6+:»4Í-"*(""»'""""
que el equivalente del hidrí^nn pesa i ) ; ( j a l a n d o lo mismo con el carbn-
iialn. tendremot; B«0, -{- CO' ¡
fiS-i-ft-i-fi J-ifil'^^^* "^^^** esto, supongamos que cí
precipitado de sulfato de barita obtenido pesa 37 gramos; en este caso, se in-
daga la cantidad de Atido conteoida ea dicho suKato, plaolcando la siguiente
TERCER GRUPO.
Metales cuijas soluciones acidas no precipitan por el gns
hidrógeno sulfurado, pero lo efectúan por el persulfuro
amónico.
CUARTO GRUPO.
Jlelales cuyas disoluciones no precipitan ni por el hi-
drógeno sulfurado, ntpor el persulfuro amónico, pero
cuyos carbonalos son insolubles en el agua.
QUINTO GRUPO.
Melahs cuyas disoluciones no precipitan por el hidróue
m sulfurado, elpersulfuro amónico, ni por los caÁo-
natos alcalinos.
Potasio. Sedosiza:
!•• Al estado de sulfato potásico (KO, SO') • se
evapora a sequedad la disolución sulfúrica, y se cal-
22G
ciña á una lemperalura roja, después de haber añadi-
do algunos fragmentos de carbonato anaónico, para
neutralizar el esceso de ácido.
2." Al estado de cloruro potásico fh'CIJ: se trata
por ácido hidroclórico el resultado de la evaporación
á sequedad del liquido anterior, y se calcina con
cuidado, á una temperatura roja, dentro de un crisol
abierto.
3.° Al estado de cloruro platinico-polásico {líCl,
PtCl^J: se añade al liquido ácido hidroclórico, y des-
pués cloruro platínico; se evapora á sequedad en ba-
ño de raaría; sé trata el residuo por alcohol concen-
trado; se recoje el precipitado sobre un filtro, de peso
conocido; se lava con alcohol y se vuelve á desecar
en baño de maría.
Sodio. Se dosiza al estado de sulfato (NaO, SO^)
y de cloruro (NaCl) como el potasio.
Métodos para separar la sosa de la potasa.
1 .•• Se trasforman las dos bases en cloruros, preci-
pitando sus sulfatos por el cloruro de bario; se deter-
mina el peso de estos cloruros; se disuelven en la me-
nor cantidad posible de agua, y se precipita la diso-
lución por el cloruro platínico; hecho esto, se evapora
el líquido hasta sequedad, y se trata por alcohol de
80° centesimales; se vierte el precipitado sobre un
filtro, se lava con alcohol, y se deseca con el mayor
cuidado: el peso del cloruro doble de potasio y de
platino, dará ár conocer la cantidad de potasa. La sosa
se obtiene por diferencia,
2.* Se cambian en sulfatos arabas bases, y se pe-
227
san en tal estado. Averiguado el peso, se determina
mediante una sal de barita soluble, la cantidad de áci'
do sulfúrico que contienen; y con estos datos se calcu-
la la proporción de potasa y sosa, según veremos de
talladamente en la cuarta y última parte de nuestra
obra.
Amonio. El amoniaco se dosiza:
1." Al estado de cloruro plalmico-amónico (PtCr
NII*Cl) ó de platino metálico. Un equivalente de pía'
tino (Pt) corresponde á un equivalente de amonia
00 (NIP). Por lo demás, se opera de la misma manera
que respecto de la potasa; se pesa el cloruro doble
sobre un filtro tarado, ó bien se calcina y pesa el re-
siduo de platino.
Hay combinaciones en las que no se consigue la
precipitación del amoniaco, haciendo uso del cloruró
platínico.
2.' Al estado de nitrógeno. Un equivalente de ni-
trógeno (N) corresponde á un equivalente de amonia-
co (NH'J. Esta determinación se ejecuta por el mis
mo método que el adoptado para el análisis elemental
de las sustancias orgánicas: es decir, que se introdu
ce la sal con el óxido de cobre dentro del tubo de
combustión; el oxigeno del óxido quema el hidrógeno
del amoniaco, y luego se receje y mide el gas Loe
dentro de un tubo graduado.
Como todas las combinaciones amoniacales se vo-
latilizan ó descomponen por la acción del calor, re-
sulta que es sumamente fácil eliminar el amoniaco de
los demás álcalis.
CAPITULO I I .
PRIMER GRUPO.
Géneros salinos cuyas disoluciones neutras precipitan
por el cloruro bórico.
SEGUNDO GRUPO.
Géneros salinos cuyas soluciones no precipitan por el
cloruro de bario, pero lo efectúan por el nitrato ar-
géntico.
TERCER GRUPO.
EJEMPLO PRÁCTICO.
Análisis cuantitativa de una sustancia terrea, bastante
pesada, de color rojizo, inodora, insípida é insoliible en
el agua, preparada artificialmente por Mr. Liebig para
estudio de los alumnos de su laboratorio.
Cuerpos dosizados.
Sulfato plúmbico (PbO, SO'J = o-^Üol
Oxido zíncico (ZnO) 0,865+1,062. . . . = ls',927
255
Sulfato calcico fCaO, SO^J =s: 0,150
Oxido férrico fFe^O^J = 0,139
Acido carbónico CCO'') ^ 1,087
Corhonato.
Sulfato plúmbico (PbO, SO'). 0s%037. . . = O, 050
Oxido zíncico (ZnO) ls'-,927. . . = 2?',961
Sulfato calcico (CaO, SO*)... 0-M50. . . = 0«',109
Oxido férrico (Fe'O') 05',139. . . = Os',139
3,259
100,00
CAPIT1JE.O III^
Clorometria.
Manganimetria.
Ferrimetria.
Cuprimetria.
Argeníimelria.
lera es ](^.
Se ha supuesto en lo que precede, que la disolu-
ción normal de cloruro sódico, precipita exactamente y
294
en todas circunstancias, un gramo de plata por decili-
tro; mas no se han tenido en cuenta al hacer esta su-
posición las variaciones de temperatura que ocasionan
un aumento ó una disminución de volumen del líqui-
do normal, y por consiguiente, un cambio en el esta-
do de concentración del mismo.
Estas dilataciones y concentraciones, corresponden
á ciertos cambios en el título de la disolución de sal
común, cuyos coeficientes se hallan consignados en
una tabla formada por Mr. Gay-Lussac: sin embargo,
es preferible examinar el estado del líquido normal
siempre que se vaya á practicar una análisis. A este
efecto, se disuelve un gramo de plata pura en el ácido
nítrico; se precipita por un decilitro de disolución nor-
mal , y se examina acto continuo el estado del liqui-
do, procediendo con la sal común decimal ó con el
nitrato de plata, como si se tratara de un nuevo aná-
lisis; hecho esto, admitamos que á consecuencia de
haberse elevado la temperatura, se ha debilitado la
disolución normal de cloruro sódico, y ha habido ne-
cesidad de afiadir medio centímetro cúbico de ella
para completar la precipitación de la plata; lo cual
quiere decir que el liquido normal ha disminuido me-
dio milésimo. Pero si por el contrario ha sido preciso
emplear, independientemente de la disolución normal,
un milésimo del líquido decimal de plata, para preci-
pitar por completo el gramo de plata fina, es indicio
de que la disolncion normal ha aumentado un milési-
mo, supuesto que ha precipitado l«%000-}-0e',001 de
plata: en el primer caso, será forzoso rebajar medio
295
milésimo, y en el segundo, aumentar un milésimo en
todas las determinaciones ejecutadas.
Entre los varios metales que acompañan á la pla-
ta en las aleaciones del comercio, únicamente el mer-
curio es el que se opone á la ejecución de la análisis por
via húmeda, por el motivo de que absorve cloro, y
luego resulta una ley sumamente exajerada. Por lo
demás, es fácil reconocer la presencia del mercurio
en las barras de plata; en efecto, dicho metal impide
que el cloruro argéntico adquiera color al contacto de
la luz, y que se clarifique el líquido. Si este cuerpo
figura en una proporción menor de un milésimo, pue-
de descubrirse su existencia disolviendo algunos gra-
mos de la aleación impura en el ácido nítrico, y ver-
tiendo en el liquido una cantidad de cloruro sódico,
que sea insuficiente para precipitar toda la plata: el
mercurio se deposita y reúne en las primeras porcio-
nes de cloruro argéntico formado, el cual no cambia
de color, según dejamos dicho, bajo la influencia de
la luz solar.
Mr. Levol ha propuesto un medio de evitar los in-
convenientes que resultan de la presencia del mercu-
rio en las análisis de la plata por via húmeda, redu-
cido á lo siguiente: disuelta de la manera ordinaria
en el ácido nítrico la cantidad precisa de plata, se
vierten sucesivamente 25 centímetros cúbicos de amo-
niaco cáustico, y un decilitro de líquido normal; en
seguida, se sobresatura el esceso de amoniaco por 20
centímetros cúbicos de ácido acético; y por último, se
continúa la operación como de costumbre.
296
é
(H=í; HO=agua).
Ag = 108... . Plata. zr^ = ioo... . Mercurio.
Al = 13,7. . Aluminio. / = 1 2 6 . . . . Yodo.
Ag = 9 . . . . Agua. K - 3 9 . . . . Potasio.
As=^ 7 5 . . . . Arsénico. Mg^ 1 2 . . . . Magnesio.
Í1M = 196... . Oro. Mn= 2 8 . . . . Manganeso
B = 1 1 . . . . . Boro. iV = 1 4 . . . . Nitrógeno.
Ba = 6 8 . . . , , Bario. Na= 2 3 . . . ,. Sodio.
Bi = 210... . Bismuto. i V t = 2 9 . . . . Niquel.
Br = 80... . Bromo, 0 = 8 . . . . Oxigeno.
C = 6 . . . . Carbono. P = 3 2 . . . . Fósforo.
Ca = 20... . Calcio. Pb=\U... . Plomo.
Cd = 5 6 . . . . Cadmio. Pd= S3,3. . Palodio.
Cl = 3 6 . . . . Cloro. Pt = 9 9 . . . . Platino.
Co = 29,6, . Cobalto. S = 1 6 . . . . Azufre.
Cr = 26... . Cromo. Sb = 64,5. . Antimonio.
Cu = 31,8. . Cobre. Si = 7,5. . Silicio.
Fl=z 1 9 . . . . Fluor. Sn=: 5 8 . . . . Estaño.
Fe = 2 8 . . . . Hierro. Sr = 4 4 . . . . Estroncio.
H = 1 . . . . Hidrógent>. Zn= 3 3 . . . . Zinc.
Análisis directas.
O =4or^^'^«=^^'
Mg' = 24
O' = 1 6
Total.... 112
a ; = — Í i 2 ^ — = 4 ' 9 ^ (fósforo).
Análisis indirectas.
Ba = 68
. O = 8
Total 116
303
Hecho esto, se planteará una proporción en esta
forma: si 116 de sulfato bárico contienen 40 de áci-
do sulfúrico, 1,919 hallados en la análisis, ¿cuánto
contendrán?
116 : 40 : : 1,919 : x
40X1,919 - „„.
X jj^=0,662.
Ag = 108 Ag = 108
a =36 5r =. 80
li4 188
PRIMER EJEMPLO.
I. II.
Carbono,... 34,12 31,98 C U 32,00
Hidrógeno... 6,95 1,0 H' 5 6,66
Nitrógeno... » » N 14 18,66
Oxigeno. .. • » » 0* 32 52,68
La Yrelhylana es muy soluble en el agua; se di-
suelve menos fácilmente en el alcohol, y aun menos
todavía en el éter. 100 partes de agua disuelven á
11°, 217 partes de Vrethylana, mientras que 100 par-
tes de alcohol solo disuelven 73 parles á 15°.
El ácido sulfúrico, diluido en su peso de agua,
descompone la Vrethylana, por medio del calor, en
ácido carbónico, espíritu de la madera y sulfato amó-
nico, como manifiesta la siguiente ecuación:
SEGUNDO EJEMPLO.
Estudio de la naturaleza química de la chufa.'
11
350
Álbúininn.
Celulosa.