You are on page 1of 11

T2.

POBREZA Y GRUPOS VULNERABLES EN LA ESTRUCTURA SOCIAL

Definiciones y Criterios de Medición de la Pobreza

La pobreza hace referencia a la falta de recursos (materiales, culturales y sociales) para


satisfacer las necesidades consideradas básicas, y que no permite a una persona, familia o
colectivo integrarse en unos estándares mínimamente aceptables y participar con normalidad
en el estado en el que viven. Es un término con connotaciones económicas
fundamentalmente, aunque también supone una categorización social.

Se habla de pobreza absoluta y pobreza relativa. La primera se refiere a la situación en la que


los estándares mínimos vitales no están cubiertos, hablamos de hambre, falta de techo,
enfermedad, falta de acceso a la sanidad, a la educación. Mientras que pobreza relativa, no
supone la carencia de elementos vitales básicos, sino que constata la existencia de
desigualdades extremas en un determinado territorio. Significa que una persona por falta de
recursos materiales no puede participar de los hábitos y patrones de vida que se consideran
normales en la sociedad en la que vive. Mide el promedio de la riqueza y es variable en
función del territorio, del número de miembros del hogar y del tiempo. El término privación
relativa se refiere a la insuficiencia de bienes de consumo básicos (alimentación, condicione de
vivienda o servicios) para llevar una vida digna.

Los criterios que se utilizan para medir la pobreza se miden sobre la media o la mediana de los
ingresos y se utilizan diferentes umbrales para medirla:

- Pobreza moderada: 60% de la mediana de los ingresos equivalentes (por unidad de


consumo)
- Pobreza relativa: 40% de la mediana de los ingresos equivalentes.
- Pobreza severa: 25% de la mediana de los ingresos equivalentes.
Dimensiones

La pobreza es una consecuencia estructural del sistema de estratificación de la sociedad que


varía en función del volumen de riqueza, de los territorios, de los miembros del hogar, del ciclo
vital, etc. y tiene unas consecuencias importantes para todos aquellos que la padecen. El
Estado del Bienestar debe intentar neutralizar estas consecuencias de la pobreza, debe evitar
por ejemplo que la pobreza se transmita de generación en generación.

La pobreza nos habla de dos aspectos. A) la dimensión de exclusión económica: la pobreza


limita los recursos y posibilidades de las personas dejándolas en riesgo de no poder cubrir sus
necesidades básicas. Hace referencia a un sistema de carencias y limitaciones. B) Pero además
la pobreza tiene efectos restrictivos en la libertad de los individuos.

Por tanto, es necesario analizar los efectos limitadores de la pobreza sobre las personas que
les impide conseguir determinados objetivos. La pobreza incapacita a los individuos y familias
para desarrollar sus proyectos vitales, limitando su capacidad de disfrute. Pero además todo
esto implica una desventaja importante porque no les permite ser libres, están condicionados
por el estatus, están económicamente excluidos.

El término pobreza es por tanto complejo en el que influyen muchos factores y que desde el
punto de vista de su investigación se puede abordar desde distintas perspectivas. A
continuación veamos como varía la pobreza en función de determinadas variables.

Territorio

Así por ejemplo vemos que los umbrales de pobreza difieren en nuestro país de una
comunidad autónoma a otra. Vemos que en Andalucía una persona con unos ingresos de
5.528 € es considerada pobre, mientras que en Cataluña se considera pobre a aquél que tenga
unos ingresos de 8.276 € o inferiores. En los extremos encontramos que Extremadura es la
comunidad autónoma que tiene el umbral más bajo de pobreza en nuestro país 4.756 € y la
comunidad foral de Navarra el más alto con 9.140 €.
Miembros del hogar

Aunque la pobreza se podría considerar un aspecto personal, es un individuo particular el que


se encuentra o no en una situación de pobreza, está claro que su situación varía en función de
la situación de toda la unidad familiar. Para un hogar de una persona el umbral de riesgo de
pobreza en Cataluña se sitúa en torno a los 7.700 € mientras que para España es de unos 6.300
€. Pero si hablamos de hogares de dos adultos y dos niños en Cataluña asciende a unos 16.000
€ y en España se sitúa en unos 13.200 €.

Origen Social

En este sentido es necesario que las políticas llevadas a cabo por el Estado del Bienestar
intenten neutralizar que “los hijos de pobres sean también pobres”. Si observamos las cifras,
vemos como sólo el 2% de los pobres tenían padres con estudios universitarios. Y también
como afecta el origen de clases, el 65% de los pobres son hijos de trabajadores y campesinos.
En definitiva, aunque la pobreza está distribuida en todas las clases sociales, sin duda los más
afectados son los de las clases más bajas. Aunque el 35% de los ricos proceden de clases bajas,
por lo que parece que está más abierto el acceso a la riqueza que la salida de la pobreza.

Ciclo vital

La pobreza ha de entenderse en un sentido dinámico, un estado en el que se puede estar en


un momento dado, salir, volver a estar, etc. El ciclo vital es un eje vertebrador de la pobreza.

Las tasas más altas de pobreza moderada en España se concentran en los dos extremos del
ciclo vital: los menores de 16 años y los mayores de 65. Si vemos los datos de otros países del
entorno europeo los jóvenes en edad de emancipación son los que presentan más riesgo de
caer en una situación de pobreza, en este sentido en nuestras fronteras, la familia ejerce de
colchón y evita que vivan en esta situación no sin consecuencias (emancipación más tardía,
retraso en la edad de maternidad…)

Los menores son los más proclives a padecer pobreza alta y severa y en el caso de los mayores
las políticas sociales suponen una ayuda para salir de la pobreza severa, pero no así de la
moderada.

En el caso de los menores, estos datos no son tenidos en cuenta en la escuela, en la que se
aplica “tabla rasa” para todos a la hora de enseñar y evaluar. Pero las condiciones de vida,
existenciales de esos niños que viven en situación de pobreza severa ejercen un efecto
limitador en su desarrollo, no presentan igual motivación, ni pueden estudiar igual que otros
niños que no se encuentren es una situación similar, etc. Deberían existir políticas que de
alguna manera neutralizaran estos aspectos e hicieran que todos tuvieran de verdad las
mismas oportunidades.
Estancamiento de la pobreza en Europa

A pesar del crecimiento económico que se produjo en los años previos a la actual crisis
económica en Europa, esto tuvo consecuencias significativas en relación a los niveles de
pobreza que han padecido un estancamiento con el paso de los años. En España desde el año
1995 hasta el 2006 el porcentaje de pobreza moderada se sitúa entre el 18-20 %. Y de la
misma manera en otros países de Europa, por ejemplo en el caso de Dinamarca los intervalos
de pobreza moderada están entre el 10-12% en los mismos años, incluso en los años 2005-
2006 son los porcentajes más altos del 12%.

En el caso de los países mediterráneos a pesar de la contención que ejercen las familias se
observan tasas más altas que en otros países de Europa. Se pone de manifiesto la desigual
capacidad de los Estados del Bienestar en función de sus políticas sociales para reducir la
pobreza.

En el caso de los países que tienen un modelo de Estado Benefactor Socialdemócrata (Francia,
Países Nórdicos, Hungría) más generoso que con altos impuestos y una mayor eficacia
redistributiva que España es capaz de reducir la pobreza, sin contar las pensiones, a la mitad
de la pobreza real. Mientras que Grecia, Italia y España tienen un Estado del Bienestar con
menor capacidad de reducir la pobreza por dos razones, a) el menor gasto social y b) el peso
del gasto social destinado a las personas mayores, las pensiones, tiene un peso muy alto
respecto a otras partidas. Todos estos países presentaban un porcentaje de pobreza moderada
en el año 2006 del 20-21% mientras que en ese mismo año Francia y Alemania tenían un 13%
de pobreza moderada, Suecia y Dinamarca un 12%, los países bajos un 10% y la media para la
Europa de los 15 ese mismo año era de un 16%.

Vemos que las diferencias en función del país son importantes, y que aquellos que tiene un
Estado de Bienestar más robusto los datos son mejores en relación a la pobreza. Recordemos
la doble función que ejerce el Estado Benefactor por un lado puede ser un generador de
desigualdades en función de sus políticas y como se apliquen. Muchas veces el tipo de ayudas
que se hacen generan relaciones de dependencia que pueden reproducir y hacer imposible la
salida de la pobreza. Pero además, el “Welfare” ejerce una labor de compensación de
desigualdades y contribuye a la construcción de una sociedad con mayor riqueza social.

En Cataluña se dedica a políticas sociales el 17,8% de su PIB mientras que en España el gasto es
de 19,7%, bastante por debajo de la media europea de los 15 que se sitúa en torno al 28%
(países como Francia y Alemania están por encima del 30% de su PIB). Por ejemplo en lo que
respecta a gastos sanitarios Cataluña dedica un 5,3% de su PIB mientras que la media en la
Europa de los 15 es del 7,7%.

(2003) Programes CAT ESP UE15 CAT/UE15


Assistència sanitària 5,3 5,9 7,7 -2,4
Invalidesa 1,4 1,4 2,1 -0,7
Vellesa 7,3 7,9 11,1 -3,8
Supervivencia 0,6 0,6 1,2 -0,6
Família/fills 0,5 0,6 2,2 -1,7
Atur 2,1 2,6 1,8 0,3
Habitatge 0,1 0,2 0,5 -0,4
Exclusió social 0,2 0,2 0,4 -0,2
Despeses de gestió 0,3 0,3 1,3 -1,0
Total sobre el PIB 17,8 19,7 28,3 -10,5

Pobreza y Exclusión: una relación compleja

Partiendo del concepto de exclusión como la división de la cohesión social que limita el acceso
al bienestar y la plena ciudadanía y que impide a las personas en esta situación beneficiarse de
la evolución económica y cultural de la sociedad, padeciendo seventajas en cuanto a
oportunidades en el mundo laboral, la educación, la salud, la vivienda y menos accesos a
recursos que faciliten su inclusión. La relación entre pobreza y exclusión ni mucho menos es
directa, todo lo contrario, si observamos las cifras vemos como dan cuenta de una relación
compleja.

Según Foessa (2008) del 16,3% del total de pobres el 10,2% no estaba excluido mientras que el
otro 6% sí (por ejemplo el caso de los gitanos, que muchos de ellos son pobres y excluidos).
Mientras que del 17,2% de los excluidos hay un 8,2% que no son pobres aquí entrarían por
ejemplo algunas prostitutas, drogadictos, etc. La tasa de pobreza entre los excluidos es mucho
más alta un 42,3% que entre los no excluidos que se sitúa en torno a un 15%.
Históricamente el pensamiento cristiano diferenciaba la pobreza en dos grandes grupos
basada en un código moral que la sociedad actual ha heredado:

- Pobreza digna, era una pobreza integrada moralmente, las personas dentro de este
grupo no suponían una amenaza para el resto, no se entendía como peligrosidad
social. Sería un concepto equivalente a vulnerabilidad. Estaba formado
fundamentalmente por mujeres, huérfanos o discapacitados.
- Pobreza indigna, en la que entraban los delincuentes, viciosos, prostitutas… sobre los
que caía una reprobación negativa de toda la población, un fuerte estigma, estaban
muy devaluados y a los que había que “reeducar”. Sería equivalente a nuestro
concepto de Exclusión.

De alguna manera los debates que se han ido sucediendo con posterioridad han revivido esta
vieja clasificación. Como expone S. Paugman, hay una fracción de pobreza relativa que etá
integrada en la sociedad, mientras que otra está excluida. Así, según Paugman distinguimos:

- Pobreza integrada: La población que vive sin problemas derivados de la exclusión


social, son pobres sin tener conciencia de ello (por ejemplo los pensionistas en España)
- Pobreza desclasificada: Personas con itinerarios de desviación y *** . Incluye a los
pobres excluidos (ancianos sin techo), excluidos no pobres (los gitanos que subsisten a
partir de la economía sumergida) que no tienen una ruptura con el grupo de
referencia.
- Pobreza severa:La más relacionada con la exclusión: colectivas que se cronifican en la
exclusión haciendo imposible romper su situación teniendo como agravante el rechazo
que reciben de la sociedad en generla (campamentos de chabolistas) .

Para poder contrarrestar esta exclusión social, se han de fomentar y articular los ejes
vertebradores de la inclusión social (J.Subirats, 2004), es decir, la participación en la creacción
de valor económico y social, la adscripción y particpacion política ciudadana y fomentar la red
familiar y/o social de los individuos a favor de la solidaridad y la reciprocidad.
DEBATE INFRACLASES

Mendigos en los transportes públicos, personas sin hogar, desocupados, etc. podemos verlos
no sólo en nuestra ciudad, sino más allá de nuestras fronteras. ¿Han llegado a esta situación
por motivos económicos? Todos sabemos que los factores que pueden contribuir a que una
persona se vea en estas condiciones son muchos y muy variados, por tanto es necesario que el
estudio de estos tipos de desigualdades no se haga únicamente desde una perspectiva
monetaria.

El análisis de la exclusión social a lo largo de la historia puede darnos también una idea de
cómo se han ido construyendo los modelos de integración social y de la exclusión que los
mismos también generan. A raíz de de los cambios sociales y económicos que han supuesto el
fin de la época dorada del estado del bienestar y el debilitamiento de la estructura familiar que
eras los principales sustentadores de la integración de las personas, se observa como se está
produciendo una dualización cada vez mayor de la sociedad en dos grupos, uno integrado y
otro excluido, alejado del empleo y la participación ciudadana. 1

Es a partir de estos años 70 que se ha ido desarrollado un debate en torno a la existencia de la


exclusión social, etiquetada como “infraclase” en EEUU y Gran Bretaña, o como “nueva
pobreza” en Alemania, Holanda y el Norte de Italia, o “exclusión” en Francia y los países
nórdicos… pero que dan cuenta de una misma realidad, aunque presente matices diferentes
en cada zona.

. Fue Marx en 1845 en su obra “La ideología Alemana” el primero en hablar de esta clase de
marginados, el los denominaba el “lumpen”. El lumpen serían todas aquellas personas no
sujetas a explotación laboral, no asalariadas, que viven de actividades al margen de la legalidad
o la marginación social (delitos, prostitución, etc.) Estos nunca serían sujetos revolucionarios
porque dependían a menudo de la burguesía y de la aristocracia para subsistir, únicamente los
obreros asalariados serían los que tenían conciencia de clase y podrían hacer la revolución.

. En los años 60 Gunnar Myrdal, en sus estudios sobre las desigualdades sociales en EEUU
constata que los cambios producidos en la estructura productiva de las sociedades
avanzandas, pueden hacer aumentar los desempleados o empleados precarios que corren el
riesgo de quedarse atrapados en una nueva clase los “underclass” como ya estaba ocurriendo
en aquel momento en los EEUU a pesar del importante incremento del crecimiento
económico. Este grupo social estaría constituido por todos aquellos que no están sometidos a
relaciones laborales, no asalariados, con baja formación cultural, con seguimientos de pautas
marginales, sin iniciativa de protesta que concentra a toda la desviación social y moral (crimen,
prostitución, etc.)

En 1965 Oscar Lewis elabora su Teoría de la Cultura de la Pobreza en la que expone que el ser
humano en un ambiente determinado realiza un proceso de adaptación biológica y social que
da pie a la elaboración de un sistema de valores, actitudes y comportamientos. En este sentido
la propia pobreza queda encapsulada en una subcultura que hace que los propios individuos
sean incapaces de salir. Cambiar las pautas fuertemente asentadas es muy difícil por eso por

1
ejemplo que para las personas que se han socializado en estas “underclass” asuman pautas
salariales, con horarios, etc. es muy difícil que salgan de las infraclases.

. En los años 80 en EEUU y Gran Bretaña los autores Auletta(1982) y Murray(1984) realizan una
crítica al Welfare o Estado del Bienestar como responsable de la perpetuación de las
infraclases, ya que la generosidad del mismo desincentiva el trabajo y el esfuerzo en las
personas, desincentivan el cambio individual. Estos autores entienden la existencia de la
exclusión social debido a que algunos individuos no quieren seguir las normas y estilos
mayoritarios de vida y a los que hay que incentivar y disciplinar, en este sentido la
autoexclusión no tendría a penas relación con la pobreza económica.

.Sin embargo el sociólogo afroamericano Wilson (1987-1991) en sus estudios sobre las
desventajas de los barrios guetos afroamericanos, reconoce que las causas macro-
estructurales tienen consecuencias individuales. La existencia de esta nueva pobreza, lejos de
ser fruto de una voluntad individual, aunque así suceda en algunos casos, es resultado de una
serie de cambios socioeconómicos a partir de de la sociedad postindustrial que tienen
consecuencias socio-culturales. Para este autor las ayudas sociales deberían servir para ayudar
a huir de la pobreza y muchas veces no tienen ese fin. El problema que se ha de tratar no es
tanto la falta de motivación de los excluidos, sino sus deficientes capacidades de
funcionamiento en la sociedad postindustrial, es necesario introducir reformas institucionales,
laborales y educativas de protección social con el fin de insertarse en la nueva sociedad
postindustrial.

. Y otro punto de vista en relación a este debate que se ha ido desarrollando en relación al
tema de las “infraclases” hace referencia al efecto que provocan las estigmatizaciones y las
etiquetas en relación a determinados grupos sociales. Dahrendorf (1992) y Crompton (1994)
están en contra del concepto de “infraclase” por distintas razones: a) no refleja una posición
social de clase, b) es una etiqueta estigmatizadora y c) supone cargar mucho en la imputación
individual de la exclusión y la pobreza. Desde esta perspectiva, la discriminación activa que se
basa muchas veces en intereses estamentales y en los prejuicios en contra de determinados
grupos sociales a causa de su etnia, circunstancias personales, estilos de vida tienen como
resultado la estigmatización de determinados grupos sociales a los que se les niegan
determinadas oportunidades, estigmatización que para nada ayuda a superar la exclusión.

En relación a todos estos enfoques que se han ido desarrollando en torno al debate de las
infraclases no suponen posicionamientos ideológicos más o menos contradictorios entre sí,
sino que ponen de manifiesto diferentes niveles de análisis de la exclusión que es necesario
verlos de manera conjunta2: la exclusión fruto de cambios socioeconómicos enmarcada en
procesos estructurales, la exclusión fruto de una voluntariedad a nivel de individuo y grupos y
la exclusión fruto de un proceso de discriminación a nivel de procesos institucionales, políticos
e ideológicos. En definitiva nos sitúan ante un fenómeno sin duda complejo y de carácter
multidimensional y heterogéneo.

2
Coord. Laparra, M.; Pérez, B. La exclusión social en España: un espacio diverso y disperso en intensa
transformación
En el texto de Joaquín Prieto, El ‘apartheid fancés muestra como la pobreza siempre afecta
más a los barrios períféricos urbanos y como hay colectivos que tienen más proximidad a la
vulnerabilidad de padecer un proceso de exclusión. Es una idea esta muy en consonancia con
el ya comentado texto de Wacquant. Cada día nuestra sociedad es más inestable y eso hace
que se pluralicen los grupos que pueden ser considerados de riesgo.

En Europa uno de los grupos considerados de riesgo por la etapa vital en la que están, ya
mencionamos que es el colectivo de jóvenes, pero además hay caracteristicas de cada grupo o
colectivo que agudizan su situación, así por ejemplo, no es lo mismo ser jóven que ser jóven e
inmigrante.

En el texto se comenta como en la sociedad globalizada en la que vivimos la realidad social de


muchos países, entre ellos Francia, es el mestizaje. Pero hay una diferencia entre el hecho de
que el país asuma el mestizaje y otra que esté integrado y participe en él. En nuestro país
vecino, este mestizaje no ocupa los espacios públicos, ni forma parte de los agentes políticos,
sociales o financieros.

La violencia tan brutal ejercida por los jóvenes en los acontecimientos de hace unos años en
Francia, no eran más que una respuesta ante el fracaso del modelo de integración y a la propia
crisis del país, los jóvenes no veían futuro.

En este tipo de barrios la fragilidad económica y social es muy alta, el 50% de la población no
llega a los ingresos mínimos. Los jóvenes parados que son una gran mayoría, viven en estos
barrios intentando sobrevivir dentro de sus propios parámetros y jerarquías. Para qué hacer
caso de unas pautas de un Estado que no les tiene en cuenta? De ahí que, a escasa distancia
física de barrios de población incluída en la vida pública francesa, se da una realidad paralela y
crece la desconfianza de la vida cotidiana entre estas dos partes.

El actual presidente francés, Sarkozy ha aislado de la vida pública la presencia de estos barrios,
criminalizando a su población, ha incrementado la alarma social extendiendo el miedo entre el
resto de la población respecto a unos barrios que muchas ocasiones nunca han pisado.

Pero esto no sólo sucede en Francia, entre nuestras fronteras también hay barrios relegados
que se presentan al resto de la sociedad como peligrosos a través muchas veces de los medios
de comunicación que dan una información sesgada de lo que de verdad sucede. De esta
manera se cronifican muchos de los problemas y aumentan los estigmas que hace que sea muy
difícil la circulación social de los que allí viven.

Según Féliz Arias en el texto La desigualdad urbana en España la desigualdad en nuestro país
se concentra en barrios desfavorecidos: Entre un 15 y un 20% de la población de núcleos
urbanos superiores a 20.000 hab, viven en este tipo de barrios, es decir 4,5 millones de
personas.
Este autor hace hincapié en la importancia de la heterogeneidad de estos barrios: no todas las
personas que viven en este tipo de barrios pertenecen a grupos de exclusión, pero el mismo
espacio físico y la vida cotidiana que en ellos se genera acumula procesos de vulnerabilidad
que afecta a las personas y oportunidades y al bienestar de todos sus habitantes por igual.

Por otro lado aunque estos barrios aglutinan un número importante de personas en situación
vulnerable, no quiere decir que las personas en situación de riesgo social únicamente vivan en
estas zonas, sino que también están dispersas en otros puntos de la ciudad.

Arias, enumera tres causas para explicar esta desigualdad concentrada:

1. La concentración y permanencia de esta desigualdad concentrada en ciertos espacios


se debe a condiciones estructurales socioeconómicas y urbanas:
a. Problemas derivados de la organización social, económica, física e institucional
de la ciudad en general
b. Los barrios relegados acostumbran a ser espacios que fueron ocupados por
grupos desfavorecidos desde sus comienzos (cascos antiguos, polígonos,
barrios del extrarradio y de autocontrucción)
2. Los barrios también pueden entrar en “crisis” por la concentración de desigualdades
múltiples y de procesos multidimensionales de exclusión
a. Exclusión social: mayor paro y eventualidad, bajos salarios, bajas
cualificaciones, mayor fracaso escolar, malas viviendas y mayores problemas
de salud.
b. Exclusión institucional: menor inversión por parte de la Administración (red de
transportes, equipamientos, servicios y recursos comunitarios y ausencia de
programas integrales de revitalización)
3. Factores culturales (resignación fatalista, valores ajenos al esfuerzo y la ambición,
hábitos de dependencia, etc.) que perpetúan el ciclo de vulnerabilidad y exclusión
(herencia de las desigualdades)

Según W.J.Wilson, la suma de las dos causas anteriores (1+2) genera consecuencias
individuales y culturales y por tanto no se pueden alienar de las causas estructurales, de
ahí que sea importantísimo hacer políticas integrales de barrio, desarrollo comunitario y
de activación participativa de los vecinos.

Es en este último punto en el que los agentes de la educación tienen una obligación
importante, la de sensibilizar al resto de la sociedad de la influencia que estas situaciones
tienen también en la realidad de todos. Es importante que desde la educación se ejerza un
liderazgo “invisible” inspirando campañas de activismo, promoviendo que se organicen,
etc. ya que la comunidad está muy desarticulada. La sociedad como un sistema que es,
recibe la influencia de todas las relaciones y realidades que aglutina y nadie puede quedar
ajeno por mucho que se crea que no le afecta en su vida diaria.

María José Fernández López

You might also like