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La juventud se levanta en España… y en el mundo.

Las acampadas en España, principalmente en la plaza mayor de Madrid, se propagan por el


mundo entero como una ola de esperanza y de futuro que brinda una juventud que da la cara.
Las consignas reflejan un espíritu de pelea que parece sorprender a la oligarquía europea. Los
lemas de vieja data como el republicano: "no pasarán", o de reciente cuño como: "manos arriba,
esto es una crisis", aluden, en el primer caso, una herencia revolucionaria hasta el fin; mientras,
el segundo, se resume el despojo que sufren los trabajadores españoles, principalmente los
jóvenes. “Un fantasma recorre Europa…” es la frase que resucita.

Este movimiento, que ya es internacional, pone en evidencia el desgaste de la democracia


burguesa española y en general europea. Pero, a su vez, que todo apunta a corroborar lo que
hemos indicado una y otra vez los revolucionarios en Venezuela: los vientos de pueblo pueden
transformarse en revolución en cualquier parte del mundo.

Es la juventud que hace huracán las palabras del poeta español Miguel Hernández: "Vientos del
pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la
garganta". Son a esos vientos a los que le teme la oligarquía española y europea.

Es muy fuerte la marca dejada por la guerra civil española. Quisieron borrarla con el terror y la
cultura irracional fascio. Pero hoy despierta como nunca antes el espíritu revolucionario y
republicano, y precisamente entre los que suponen no tienen memoria. A pesar de que los
imperialistas "dejaron" que los racistas nazis y fascistas italianos hicieran de las suyas para
borrar el vestigio revolucionario, con Franco de comandante, la remembranza puede convertirse
en una fuerza material que deje una nueva huella en la historia. Por ello harán todo lo posible
por acallar esta rebeldía. Harán todos los esfuerzos por adocenar este movimiento que no por
espontaneo deja de rezumar espíritu revolucionario, de cambio radical.

Auguramos a los comunistas españoles, a quienes heredaron el espíritu levantisco de la


revolución española, la mayor capacidad para nutrir este movimiento juvenil de las orientaciones
y consignas que demanda este espíritu irredento.

Una cosa es el espíritu que motiva a los jóvenes de España y otra cosa es la perspectiva política
del movimiento. Si la conducción política se orienta en la dirección de reformas gatopardianas,
será un movimiento cuyo desgaste alimentará la legitimidad del régimen bipartidista del estado
español. Si los medios de comunicación, junto con el bipartidismo y el reformismo, logran
adocenar esta rebelión juvenil, podría venir nuevamente una etapa de frustración en el pueblo
español que hoy ve con entusiasmo la acción más importante desde el final de la guerra. De allí
la importancia de la vanguardia revolucionaria. Una vez más decimos, no sólo basta la situación
revolucionaria, imprescindible es también la vanguardia revolucionaria, capaz de orientar hacia
metas y objetivos superiores.

Desde Venezuela, desde esta tierra llena de historias juveniles, se nos inflama el corazón de
alegría, al presenciar desde la distancia este renacer revolucionario en las naciones del llamado
primer mundo, iniciado por la rebeldía juvenil española tan largamente aplastada a sangre y
fuego primero, y mediante el adormecimiento ideológico y cultural después. Nos hermana la
explotación a la que nos someten, pero también la rebeldía. La juventud española nos ratifica
que la posibilidad revolucionaria está presente en cualquier parte del planeta. Este ejemplo de la
juventud española, junto al de la juventud del pueblo árabe, son fiel continuidad del papel de los
jóvenes, y de la histórica la lucha por una nueva sociedad. Ante ellos, brindamos con nuestro
compromiso a cuestas de luchar junto a ellos en cualquier parte del mundo, donde una injusticia
se levante.

Jesús Hermoso
Comisión Internacional de Bandera Roja
Caracas, Venezuela
20 de mayo de 2011

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